Durante el mes de diciembre, las calles, casas y edificios de las ciudades del mundo se encienden con luces de color para celebrar las populares fiestas de navidad y fin de año extendidas por todo el mundo. Además de compartirse regalos, prepararse postres y dulces típicos en cada uno de los países, desde el siglo XII se compusieron canciones y melodías con estribillos bastante pegadizos que suelen acompañar la gran mayoría de tradiciones que se realizan en esta época: los villancicos.
Aunque inicialmente el origen de los villancicos no estuvo ligado a la Navidad, el origen de la palabra villancico se deriva del latín villanus , que traduce "villa", y que evoca a las canciones populares que se difundieron por España y Portugal durante la alta Edad Media y el Renacimiento. Las letras de estas composiciones, que por lo general estaban inspiradas en historias rurales, se cantaban en grupo con algunos instrumentos rudimentarios que siglos más tarde fueron musicalizados por algunos compositores del renacimiento español como Juan del Encina, Mateo Flecha y Gaspar Fernández.
El villancico más antiguo que registra la historia de la música es "Iesus Refulsit Omnium" (Jesús, luz de todas las naciones), que data del siglo IV y cuya letra se le atribuye a san Hilario de Poitiers. Luego de popularizarse con las tradiciones cristianas, los villancicos pasaron a constituir uno de los tres principales géneros de la lírica española junto con las cantigas y las jarchas mozárabes, y recogiéndose en manuscritos y cancioneros. Sin embargo, la iglesia aprovechó la popularidad de estas canciones populares para propagar su mensaje de evangelización alrededor del mundo, componiendo algunos villancicos inspirados en Jesucristo o de la Virgen y sustituyendo sus letras profanas.
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El éxito de esta estrategia religiosa acabó por oficializar a los villancicos e incluirlos poco a poco en las iglesias como parte de los actos litúrgicos alrededor de la Navidad. Para los siglos XVII y XVIII, los villancicos ya contaban con coros y piezas teatrales que acabarían por mezclarse, al final del siglo, con las tonadillas y la zarzuela. Los villancicos, extendidos por todo el mundo, reciben otros nombres, según la región donde se canten: Koliadki en Ucrania y Rusia, Koleda en Bulgaria y Polonia, Pastorali en Italia, Weihnachtslieder en Alemania, Carols en los países de habla inglesa, Agüinaldo en Venezuela y Posadas en México y Centroamérica. En Italia, por ejemplo, el villancico más conocido es " Tu scendi dalle stelle" (Tu bajas de las estrellas), escrito por San Alfonso María de Ligorio. Mientras que en Francia se popularizó el tema "Il est ne le divin enfat" (Ha nacido el divino niño). En España los villancicos más conocidos actualmente son "Campanas de Belén" y "Los Peces en el Río" .
El villancico más conocido en todo el mundo es Stille nacht, heilige nacht , nombre original de "Noche de paz" . Esta pieza fue creada para la misa de gallo de 1818 por Joseph Mohr, un sacerdote austríaco con el objetivo de tener una canción que se pudiera interpretar sin el acompañamiento del órgano de la iglesia que se había estropeado. Actualmente, el villancico ha sido traducido a 330 idiomas. Otro villancico de gran éxito en todo el mundo es el célebre "Jingle Bells" , compuesto por James Pierpont. El tema además fue la primera canción que se transmitió desde el espacio el 16 de diciembre de 1965.
En Colombia es muy popular "El burrito sabanero" , escrito en 1975 por el compositor venezolano Hugo Blanco y hecho especialmente para incluirse en un álbum de navidad de Topo Gigio que al final no fue incluido. En 1976, Blanco conformó un grupo infantil llamado La Rondallita con niños miembros del Coro de Niños de Venezuela. El villancico fue interpretado por Ricardo Cuenci a los ocho años y a partir de ese momento se volvió un éxito total en muchos países de Latinoamérica.
Otro aguinaldo venezolano muy popular en las fiestas de fin de año de Colombia es "¿Dónde están los juguetes?" , compuesto por Oswaldo Oropeza e interpretado por Raquel Castaños en 1962. Uno de los villancicos más conocidos en el país es " Tutaina ", que significa "fiesta", fue grabado por Saida Ochoa con el apoyo del Coro del Instituto Venezolano de Ciegos para el sello Sonolux en 1946 y para 1950, el gobierno del presidente Eduardo Santos publicó la primera colección de villancicos del país.
Con la fiebre discográfica que vivió el país durante los años ochenta, para 1988 Discos Fuentes, el sello musical más antiguo del país, lanzó al mercado el compilado de villancicos más exitoso hasta la fecha y que reunía 16 canciones tradicionales interpretadas por Los Niños Cantores de la Navidad, un proyecto creado por esa casa disquera junto a Julio Ernesto Estrada, "Fruko", quien estuvo a cargo de la dirección musical; por otra parte, el casting de las voces del coro corrió por cuenta de John Jairo Betancur y Evaristo García, después de un riguroso recorrido por algunos colegios de Medellín.