Concebido como un proyecto de divulgación científica internacional que conecta la acústica marina, la literatura y el arte, este martes fue lanzado en Chile el libro Antártica Sonora, una publicación que "ofrece una experiencia inmersiva" a través de códigos QR integrados en sus páginas, donde los lectores podrán acceder a registros acústicos auténticos de ballenas, focas y pingüinos, entre otras especies de llamado continente blanco.Escrito por la periodista Andrea Navarro e ilustrado por el diseñador Carlos Denis, el libro comenzó a gestarse en 2022 en Punta Arenas, capital regional de Magallanes en extremo austral chileno, y fue presentado en el marco del Scientific Committee on Antarctic Research (SCAR), la cumbre de ciencia antártica más grande del mundo.“Esta iniciativa es un puente entre la acústica marina, la literatura y el arte, disciplinas que se unen mediante la comunicación de la ciencia”, explicó la autora del libro, líder del proyecto y directora de Comunicaciones del Centro IDEAL, Andrea Navarro. “Con Antártica sonora, esperamos contribuir a la democratización del conocimiento científico y alcanzar audiencias globales”, agregó.El libro narra la historia de una científica y su nieta, quienes gracias a un objeto mágico se teletransportan al continente blanco. Allí, las protagonistas no solo se maravillan con la majestuosidad de la belleza escénica de los paisajes polares, sino que también escuchan algunos de sus sonidos, grabados gracias a la instalación de hidrófonos, instrumentos oceanográficos que funcionan como verdaderos micrófonos submarinos.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Por su parte, el ilustrador del libro, Carlos Denis, señaló que el trabajo "busca representar la vida submarina de la Antártica de una manera que no solo reflejara el hielo y la nieve, sino también la diversidad de colores y la fauna que habita en este territorio".Disponible a través del sitio web interactivo www.antarticasonora.cl , el proyecto fue posible gracias a una colaboración de más de 15 profesionales, incluyendo periodistas, diseñadores gráficos e industriales, desarrolladores web, ingenieros de sonido, científicos, traductores, correctores de estilo y locutores, un esfuerzo conducido por el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y el programa CoastCarb del Alfred Wegener Institute (AWI) de Alemania.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Creo que el número de personas que pueden vivir de la literatura, o en concreto de la poesía, puede ser un cierto termómetro del nivel de desarrollo de un país y de su cultura. Si te fijas en países más desarrollados, el caso de Alemania o (Suecia), hay una serie de individuos que pueden vivir de la literatura, tienen medidas que todavía soñamos en nuestras latitudes", dice en una entrevista la autora.Esas medidas pueden ser "ayudas a la creación, que no son otra cosa que un sueldo mínimo para poder dedicarte en cuerpo y alma a la literatura", explica Castaño (Santiago de Compostela, 1977), que publicó el mes pasado 'Economía e poesía: Rimas internas' (Editorial Galaxia), Premio Ramón Piñeiro de ensayo 2023, donde expone precisamente lo que denomina como "índice de civilización".La poeta, que se encuentra en Panamá participando esta semana en la Feria Internacional del Libro, con España como país invitado, destaca iniciativas de países como México, donde existen becas y ayudas a la creación, que pueden ser "un camino paralelo" para no dejar la escritura solo en manos "de quien se puede permitir no ser remunerado por ello".El ensayo se basa en "casi 20 años de reflexiones al hilo de lo que ha sido para mí vivir de la poesía, de todas las situaciones que me he encontrado al querer desarrollarme como poeta, teniendo una relación más profesional con mi oficio", afirma."Creo que hay muchos lastres de herencia, probablemente romántica, que asocian la poesía a una suerte de espiritualidad o de misticismo, y que la separan de las condiciones materiales en las que debe desarrollarse cualquier oficio creativo", defiende.Y añade: "Hay ese divorcio entre economía y poesía sobre el que yo quería poner un poco luz (...) y reivindicar que las personas que nos dedicamos a la literatura, y en concreto al género de la poesía, también debemos ser remuneradas por nuestro trabajo".Porque "si dejamos la creatividad en manos de quien se puede permitir no ser recompensado por ello, acabaremos cayendo en una brecha de clase, acabaremos dejando fuera muchas voces interesantes".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Menos individualidadCastaño lamenta que el poeta muchas veces no reivindica la remuneración por su trabajo por "miedo a perder relaciones y contactos" que podrían ser positivos en su desarrollo profesional, pero afecta a otros compañeros que no se pueden permitir carecer de esos ingresos, llevando a destruir "el tejido"."La solución creo que pasa por actitudes quizás menos individualistas (...) creo que deberíamos tener un sentido más comunitario, más de lo colectivo, una mayor conciencia gremial y actuar siendo conscientes de que estamos contribuyendo a un patrimonio", subraya.En ese rol de profesionalización, "las instituciones públicas son muy importantes", se tienen que dar cuenta de que hay ciertas disciplinas creativas que "no pueden sostenerse solo por el mercado", porque si quedan a merced de la ley del más fuerte prevalecerán solo "las manifestaciones masivas", como los reality show o el fútbol.La escritora en lengua gallega expone en el ensayo cómo incluso hace ocho siglos, el número de personas que vivían de la lírica en Galicia durante la época de los trovadores era mayor que el actual, aunque aquella era una sociedad menos "monetarizada". Galicia, un lugar donde su icono nacional es la poeta Rosalía de Castro y se suele decir que el idioma gallego, debido a su sonoridad, está hecho sobre todo para la poesía.Proyectos para fomentar la poesíaEn esa batalla para incentivar la poesía, Castaño desarrolla proyectos con otros poetas como gestora cultural, entre los que destaca 'Poetas Di(n)versos', en A Coruña, el único ciclo en España con poetas internacionales de manera regular, a razón de una vez por mes desde hace 15 años, en el que reciben a premios Pulitzer americanos de poesía o premios Cervantes que recitan al lado de una voz en gallego.También dirige el Taller Internacional de Traducción Poética en la isla de San Simón, en la ría de Vigo, donde seis poetas se traducen los unos a los otros a través de una lengua común, o la apertura de su propia residencia para escritores en el casco histórico de A Coruña, la 'Residencia literaria 1863', que recibe cada mes a un autor "para que pueda apartarse de sus obligaciones, de sus quehaceres y de sus distracciones y pueda profundizar en su obra de creación, concentrarse de lleno 24 horas al día".Por ahí han pasado escritores de República Dominicana, Honduras, Georgia, República Checa o de otros lugares del territorio español como Asturias, un proyecto en el que necesita el apoyo de instituciones que patrocinen esa estancia, por lo que no desaprovecha ninguna oportunidad para promoverlo, a la espera de que Panamá también se una, sabedora de la importancia de estas residencias.Castaño, que ganó el Premio Nacional de Poesía con su obra 'Materia' (2022), y que antes había escrito otros poemarios como 'La segunda lengua' (2014) o 'Profundidad de campo' (2007), en un proceso meticuloso de escritura en el que no se permite "la más mínima frivolidad de dejar un texto banalmente inacabado", defiende la poesía como un modo de encontrar "nuevas formas de decir la realidad", lo que permite encontrar "también nuevas maneras de pensar el mundo y de pensar la vida y a nosotros mismos"."A veces el lenguaje poético alcanza donde no alcanza el lenguaje más técnico, más teórico, más racional, mediante esa manera de visibilizarlo gracias a palabras resignificadas con la poesía, creo que encontramos también maneras de calmar y de apaciguar y de encontrar solución a muchos conflictos emocionales", concluye.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Probabilidad ceroRecibí la llamada tarde en la noche, alrededor de las 12:30 a. m., dos horas después del accidente, el siniestro vial o animal o como sea que podamos llamarlo. El carro se estrelló de frente contra una masa de una tonelada de peso. Mi hermano, que iba conduciéndolo probablemente con el cinturón de seguridad mal ajustado -era un estadístico que no se ocupaba de los riesgos personales-, salió despedido por el parabrisas. Iba a casi 120 km por hora y no alcanzó a frenar. Todo ocurrió de manera intempestiva, murió al instante, probablemente no se dio cuenta de nada, aclararon de manera compasiva las autoridades de tránsito.Al día siguiente viajé muy temprano al lugar del accidente. Llegué al hospital del pueblo justo antes del mediodía y pasé varias horas haciendo las diligencias legales en un estado de aletargamiento, en medio de una tristeza naciente que crecía poco a poco. En estos casos, uno se resiste a aterrizar en la realidad, prefiere mantenerse en un trance onírico de incredulidad, de negación. En este caso, además, la realidad tenía una dimensión tragicómica que la hacía más extraña. La muerte y el ridículo no van de la mano.Recordé, mientras iba de aquí para allá al vaivén de los imperativos burocráticos — ya nadie muere tranquilo, menos aún en estas circunstancias—, que cuarenta años atrás, cuando estábamos en la universidad, él en primer semestre, yo en tercero, habíamos ido con un grupo de amigos a la hacienda con la avioneta en la entrada, un monumento desafiante que anticipaba lo que vendría después, la guerra, la locura salvaje. Vimos allí por primera vez a los hipopótamos en un zoológico natural improvisado. Los miramos alelados, como en esa escena inicial de Jurassic Park cuando los paleontólogos observan por primera vez a los dinosaurios revividos caminando lentamente en medio de unas palmeras. Había en todo aquello algo de irreal. Lejos estábamos de imaginar siquiera los hechos inverosímiles que cambiaron la historia de mi país y terminaron, por esas vueltas de la vida, por el azar, con la muerte de mi hermano.No recuerdo que hubiéramos tenido una reflexión ética sobre la visita al zoológico. Si tuvimos algún escrúpulo, nos lo guardamos, lo reprimimos. Fuimos porque todo el mundo iba, porque la novedad desbordaba cualquier castigo o señalamiento social. Había tal vez, en ese comportamiento permisivo, algo de fascinación con el exhibicionismo estrafalario de los nuevos ricos. Sea lo que sea, nada dijimos. Dimos vueltas por el zoológico tomando aguardiente a pico de botella, un safari grotesco, inverosímil.Mi hermano se había salvado tres veces de la muerte, parecía que una maldición lo rondara, como si el destino lo hubiese escogido como chivo expiatorio de las desviaciones éticas de nuestra generación. Habíamos crecido en una ciudad tranquila que se transformó en pocos años en la ciudad más violenta del mundo como consecuencia, en buena medida, del poder y la ambición de un puñado de narcotraficantes. Cualquier fin de semana había doscientos homicidios, cundía un caos criminal y delictivo, un rompimiento del orden social.La primera vez ocurrió cuando estábamos en la universidad, tres años después de nuestra visita al zoológico mafioso. Venía manejando de la casa de su novia de entonces. Intempestivamente lo cerró un taxi del que se bajaron dos hombres armados que lo obligaron a entregarles las llaves del carro. Cuando trató de bajarse, lo forzaron a permanecer en el vehículo. Le dieron varias vueltas a la ciudad, lo golpearon con las armas y lo tiraron sangrante en una cuneta. Nunca entendió por qué no lo mataron. Caprichos del destino que le tenía preparada una muerte menos común que ser asesinado en la capital mundial de los homicidios. Uno más de los doscientos del fin de semana.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La segunda vez fue más impactante. Ya nos habíamos graduado, trabajábamos cerca, en dos edificios contiguos, yo como abogado, él como programador. No había conseguido trabajo como estadístico o matemático, lo que de verdad le gustaba.Al final del día solíamos regresar juntos al apartamento que compartíamos. Una tarde decidió regresar temprano. Estaba cansado de meter datos en un computador como un autómata. Cuando iba llegando al apartamento explotó un carro bomba.Dos vehículos que estaban adelante le sirvieron de escudo. El trauma auditivo le causó una sordera parcial que lo dejó con una costumbre fastidiosa. En medio de una conversación, preguntaba repetidamente «¿qué?», al final de cada frase, antes incluso de que uno comenzara a responderle.La tercera vez ocurrió algunos meses más tarde. Salíamos caminando del estadio con un grupo de amigos, la época de la locura salvaje había coincidido con la época de gloria del equipo local. De un momento a otro, primero de manera intermitente, después como una ráfaga incesante, empezaron a sonar los disparos, unos parecían hacerles eco a los otros y viceversa. Todos salimos corriendo. Él hacia la quebrada canalizada, yo en sentido contrario. Sálvese quien pueda. Una bala le rozó el hombro y le causó una herida superficial. Parecía inmortal, pensé entonces. Ya sabemos que no lo era. La estadística es caprichosa.Después de este último coqueteo con una muerte violenta en la ciudad de la locura, decidió irse a buscar trabajo a la capital. No quería ser programador. Consiguió un empleo transitorio como asistente en un centro de investigación. Manipulaba modelos estadísticos, hacía tablas y gráficos todo el tiempo. Miraba ese trabajo con algo de desprendimiento. «Los economistas son fetichistas», me decía, «parecen enamorados de sus modelos. Creen más en ellos que en la realidad. Se les para con un t-estadístico mayor que dos».Cada vez que hablaba con él (lo hacíamos largamente por teléfono los domingos en la noche), me hablaba de probabilidades. Su vida amorosa era predecible, un gran entusiasmo que duraba un mes y después una larga inercia, unas relaciones en piloto automático, sin traumatismo ni emociones. Las novias le duraban mucho, el amor poquito. Pero su amor verdadero eran los datos, la representación cuantitativa de la realidad, los números. Se burlaba de los economistas, pero era parecido a ellos. Obsesionado con sus tablitas.Sabía de memoria la probabilidad de que un jugador derecho fallara un penalti contra un arquero zurdo (con la explicación correspondiente). Recitaba las tasas de desnutrición, victimización, deserción escolar, etc. Escribió un artículo en el que mostraba que la probabilidad de aparición de la frase «sexo oral» en libros y revistas había comenzado a crecer justo en el año de su nacimiento. «De buenas que es uno», decía.Tenía una teoría particular, medio inventada, sobre el origen del tráfico de cocaína en Colombia. No creo —decía— que haya tenido mucho que ver con la geografía, la cultura o la economía. Fue el azar. La suerte. Los chilenos, mexicanos, centroamericanos y cubanoamericanos, entre otros, compitieron con los colombianos. Pero tres circunstancias históricas hicieron que Colombia prevaleciera: la astucia de unos cuantos empresarios que iniciaron el tráfico con avionetas, los migrantes colombianos a Estados Unidos que habían salido sobre todo de Medellín durante los años sesenta y facilitaron la distribución, y los hippies gringos que habían venido de voluntarios para la Alianza para el Progreso y regresaron después como empresarios a servir de enlaces en el negocio.Le gustaba decir que la suerte jugaba un papel crucial en la vida. «La suerte decide con quien nos casamos, al respecto no hay psicología o sociología que valgan. La psicología sí explica después los divorcios. Pero el amor romántico es una lotería, un juego de azar en el que caemos incautos», me dijo una vez. con algunos tragos en la cabeza. Muchas veces, en las reuniones familiares, en diciembre o Semana Santa, lo notaba abstraído, ensimismado, metido en su cuento. Hablaba solo por momentos, quién sabe en qué discusión interna estaba metido, qué datos daban vueltas por su cabeza.Pero cuando se soltaba, echaba sus cuentos, sus anécdotas sobre la vida. Decía que los historiadores eran como los comentaristas de fútbol que daban explicaciones estructurales según el resultado, olvidándose del azar. Repetía una frase que había aprendido en el colegio, «todo lo que pasa tiene probabilidad cero, pero pasa». Cuesta creer, parece un juego sucio del destino, que su muerte hubiera sido un ejemplo de esa frase, de su forma de entender la vida.El día del accidente me llamó temprano. Me dijo que había decidido viajar en carro para traer el perro. No quería dejarlo en algún asilo perruno durante la semana que iba a estar con nosotros. Por razones azarosas, se demoró en salir de la capital: había un accidente cerca de su casa, no encontraba la comida del perro y embolató las llaves del carro. Vino a salir ya de noche, a eso de las 7:30 p.m. Me escribió por el celular para avisarme que iba a llegar tarde, que iba con el perro y que se había demorado en salir, pero que ya venía en camino.No supe más hasta que llamaron a medianoche a avisarme. Chocó con un hipopótamo de más de mil kilos cerca del puente sobre el río Magdalena. No podía creerlo. Pregunté varias veces lo mismo. Indagué sobre los detalles como tratando de despertar de un sueño. El lado tragicómico de todo esto hizo el duelo más difícil. Cuento la historia y la gente no sabe si ofrecerme las condolencias o sonreír. «Todo lo que pasa tiene probabilidad cero, pero pasa», les digo para sacarlos de la incomodidad. A quienes preguntan más detalles, les explico que era una frase que repetía con frecuencia, que la estadística era para él más que una profesión, una obsesión. «El perro está bien», aclaraba yo antes de la predecible impertinencia, «pero no se resigna a su ausencia».Me tocó ir semanas después a Bogotá a recoger las cosas en su apartamento. Una tarea triste, uno de los aspectos más sobrecogedores de la muerte de un familiar. Las cosas quedan como huérfanas. Me pareció en ese momento que la acumulación de objetos a lo largo de su vida revelaba una lucha poética contra lo inevitable. La arqueología familiar produjo los hallazgos predecibles: computadores viejos, libretas llenas de notas (tareas pendientes y demás), un montón de fósiles que sugerían lo efímero de la vida y lo duradero de los elementos, etc. Había derramado unas pocas lágrimas en el funeral, pero ese día no pude contenerme. Lloré como un niño, maldije el destino, las coincidencias que habían traído a Colombia el narcotráfico y los hipopótamos que ahora andaban sueltos, colonizando las riberas de nuestro gran río como una señal ominosa de un mundo enloquecido. Las mil cosas que tuvieron que pasar simultáneamente para que la locura salvaje terminara matándolo indirectamente.Entré en su habitación y encontré dos libros en la mesa de noche. Una biografía de George Orwell y un libro de ciencia ficción, Vacío perfecto, de Stanislaw Lem. Abrí este último. Había en los capítulos finales una frase subrayada: «¡ Lo que acontece, por más inverosímil que sea, si acontece, acontece!». Salí del apartamento con la sensación de que todo esto era una gran farsa escrita y protagonizada por mi hermano, el estadístico, su forma personal de despedirse de la vida con una sonrisa burlona.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El libro fue presentado en un conversatorio sobre esta trilogía celebrado en la librería Vallejo Café, en el distrito limeño de San Isidro, en el que participaron junto a la autora, los peruanos Gabriel Gargurevich Pazos y Raúl Quiroz."A partir de distintos episodios poco divulgados de la vida de Helena, desde la Ilíada hasta nuestros días, y de recientes hallazgos arqueológicos, los libros de esta trilogía reconstruyen los sueños y ambiciones de otra Helena posible", señalaron los organizadores de la presentación.La autora remarcó, en ese sentido, que sus libros, que han sido publicados por el Fondo de Cultura Económica (FCE), buscan contar "la historia de cómo las mujeres, desde la magia, la medicina y la hechicería, interactuaban con los sucesos históricos en el siglo XIII" antes de nuestra era.El objetivo de Arciniegas (Bogotá, 1975) fue "mostrar cómo vivía esa gente, cómo vivían las mujeres y qué hacían mientras los hombres estaban peleando en las batallas"."Mi resolución fue sondear el alma de una mujer que, como muchas en esa época, no tuvo la oportunidad de tomar decisiones sobre su vida, porque en ese momento histórico las mujeres no podían elegir su camino: otros (los hombres) lo elegían por ellas", remarcó la autora.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Arciniegas, quien es narradora, poeta, traductora, guionista e ilustradora, también presentó el pasado domingo en la Feria Internacional del Libro de Lima (FIL) el segundo tomo de su novela de ciencia ficción Amos del fuego, titulado Albedo, que ha sido publicado por el sello peruano Pandemonium Editorial.Este sello, dirigido por la peruana Tania Huerta, promueve, principalmente, a autoras de género fantástico con temáticas de terror y horror, así como el Gamelit, un género que combina las convenciones de los juegos de rol con novelas de ciencia ficción y fantasía.En la FIL 2024, que se desarrollará hasta el próximo 6 de agosto, ha programado presentar siete títulos de autores nacionales y extranjeros, entre ellos La Maldición Forttia, del chileno Michel Deb, e Instinto bestial, de Kristina Ramos, que es considerado el primer libro del género gore escrito por una mujer en Perú.Huerta presentará, por su parte, Mater Macabra, una recopilación de cuentos macabros y su compatriota Luis Bravo la novela El linaje de Abaddon, mientras que también se presentará la recopilación Hipernatura: doce cuentos de ecoficción peruana, y la antología Qhipa Pacha: futurismo peruano, editada por Rocío Quispe Agnoli.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
A sus 74 años, el autor de Trilogía sucia de La Habana o Animal Tropical asegura que ha dejado atrás el cinismo, el alcohol y la rabia, y que ahora abraza el budismo, el estoicismo y, en la literatura, la poética y la psicología del personaje.Su última obra, recién publicada en España, es una colección de 17 cuentos cortos ambientados en la Cuba de los años 50 y 60 del siglo pasado. Estampas mínimas que sugieren más que afirman, instantáneas sin moraleja, para que el lector las complete. Y todo con un nítido componente biográfico.Gutiérrez encontró por casualidad unos ejemplares antiguos de la revista Mecánica popular -con la que aprendió a "leer y dibujar"-, y aquello fue "como abrir una puerta de la memoria" que acabó traduciéndose en este libro íntimo y en ocasiones hasta misterioso, que contrasta con la crudeza existencialista de las obras que le hicieron famoso en los años 90."Ahora tengo una visión más poética de la vida. Estoy más tranquilo. He aprendido a controlar más mi vida personal y eso se refleja en lo que escribes, en todo lo que haces", relata.Dice que la vida son etapas y que, a partir de los 60, ha adoptado "una filosofía de la poesía, de la contemplación, de la meditación". El contraste con su pasado, personal y literario, es evidente: "Por suerte esa etapa ya pasó", reconoce.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí."Cuando escribí Trilogía sucia, El rey de La Habana, Animal Tropical, El insaciable hombre araña y Carne de perro, los cinco libros del ciclo de Centro Habana, yo tenía mucha furia dentro de mí, mucha rabia, estaba un poco agresivo, estaba muy alcoholizado también (…). Me había dedicado -como toda mi generación- a un proyecto político que se estaba hundiendo, que estaba haciendo aguas", recuerda.Los 90 en Cuba fueron dramáticos, pues la implosión del bloque socialista soviético arrastró a la isla al Período especial, una crisis sin precedentes, con grave escasez de alimentos y prolongados apagones, de la que el país nunca se recuperó totalmente.Aquel período "brutal", dice Gutiérrez, le llevó a firmar una obra "como un macetazo en la cabeza del lector". "Esto es lo que me está pasando a mí y estoy muy defraudado, muy furioso y me siento muy engañado", resume.Ahora es “muy diferente”, cree Gutiérrez, pese a que Cuba se encuentra de nuevo en una situación "totalmente catastrófica", plagada de incertidumbre y sin "soluciones a corto plazo ni a mediano plazo"."Ahora hay un programa de vida en Cuba que si tienes dinero prácticamente no tienes problemas. Pero si no tienes dinero, te jodiste", compara.IrresponsabilidadPese a los cambios, continúa, él siempre ha apostado por la "democracia poética", un concepto que condensa como "esa vocación de hacer lo que me diera la gana y olvidarme de las normas establecidas"."Yo siempre llevaba la vida con democracia poética. Vivir individualmente, con cierto sentido de irresponsabilidad. Yo creo que un artista, que un escritor, debe ser un poco irresponsable con la vida material, con la vida cotidiana, con la vida diaria. Solo eso te da una libertad de creación total, lo más amplia posible", razona.Desde su atalaya, dice estar "extraordinariamente agradecido" con la "intensa" vida que le ha tocado vivir, pese a no haber sido siempre fácil."La vida en Cuba ha sido una gran aventura, aventura a veces terrible, pero también es un reto. La vida mía -no estoy juzgando a mi generación ni estoy hablando en general- ha sido un reto continuo. Porque han sido situaciones tan difíciles que la vida se convierte en un desafío constantemente", reflexiona.Sobre proyectos futuros, el escritor no se siente con fuerzas para imponerse una nueva novela. Sí que tiene entre manos una suerte de memorias, pero confeccionadas no de forma cronológica -pues ya lo intentó en la pandemia y le resultó un "ladrillo"-, sino en forma de "cápsulas" que puedan tener "interés".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En un encuentro con periodistas, el irlandés, que recientemente también ha llegado a las librerías con la novela 'Long Island', habló este jueves sobre su nueva obra, quince ensayos breves sobre artistas y sus obras, con un prefacio en el que sugiere que "seguramente" se debe a la pintura que se iniciara en la escritura.Marcado de por vida por su estancia en Barcelona cuando apenas contaba con 21 o 22 años, en el libro rememora cómo le fascinó en aquella época, a mediados de los años setenta, visitar el Museo de Arte Moderno, donde descubrió a pintores catalanes como Joaquim Mir o Isidre Nonell, artistas que una y otra vez pintaban el mismo cuadro.En el caso de Nonell, le llamó la atención que hubiera ido a París y hubiera vuelto luego a España, a diferencia de lo que ocurrió con otros como Pablo Picasso. "Me pareció muy interesante la idea de la repetición constante, la modestia de esos artistas, que no se hubieran querido quedar en París", precisó.Lo que esconde una caraPor otra parte, siempre se ha fijado mucho en las caras de las obras de los grandes clásicos, ya sean las realizadas por Vermeer, Rembrandt o Velázquez.Gracias a sus lienzos, argumentó, se puede ver "la mucha vida y sensibilidad que se puede esconder dentro de una cara, de unos ojos, una nariz, algo que como novelista me parece fascinante".Asimismo, se rinde a los retratos de Goya, más que a sus grabados o sus grandes pinturas de guerra, por lo que le llegan a sorprender."Es un poco la idea de que no necesitas a la sociedad como telón de fondo, que no necesitas de la política, sino que te puedes concentrar, trabajar exclusivamente en el espíritu de la persona individual, en un rostro, donde todo encaja, donde todo tiene un orden", dijo.Todo ello, aclaró, no significa que como escritor busque que sus novelas sean apolíticas o antipolíticas, pero sí que apueste, por ejemplo, cuando trata sobre la emigración, por centrarse en un personaje y describir su rostro melancólico."En ese momento estoy lanzando un mensaje político, pero es una versión más amable que hablar de la historia de la gran inmigración que hay al sur de España, que es muy violenta y dura. Explicando cómo es esa mujer lituana, esa emigrante, se la ve como una persona, como lo que somos todos", apuntó.Sobre el título de 'La mirada cautiva', no escondió que se trata de un término un poco "vago". "Sólo quiere decir que me interesa mirar", apostilló.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Con Miquel Barceló en la matanza del cerdoDel mallorquín Miquel Barceló cuenta diferentes momentos en los que han estado juntos, desde una matanza del cerdo en Mallorca hasta una convivencia en una misma casa."Fue una época un poco extraña -confesó- en la que yo escribía en la sala de la casa y él pintaba en otra estancia. Yo tenía mucho interés en ver lo que hacía, pero él no me invitaba cada día a ver lo que pintaba. Lo que sí veía es que cada noche leía una novela y me pareció perfecto que le interesara tanto la literatura".Respecto a Antoni Tàpies, ha dicho que de él le interesa, especialmente, la "repetición", que descubriera un método, que hiciera obras con diferentes materiales y que eso se prolongara a lo largo de más de cuatro décadas.En su caso, cuenta con seis novelas en las que habla de un pueblo muy pequeño, con los mismos personajes y la misma meteorología."El mundo puede estar quemándose y yo estoy hablando de este pequeño pueblecito. ¿Tiene alguna lógica? La cuestión es que repito este patrón, igual que hace Francis Bacon con sus caras, que son como de monstruo, como de animal. Este es el vínculo que puedo encontrar entre literatura y pintura", indicó.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Los que generalmente nos fallan son los políticos, pero también es la capacidad de nosotros mismos de elegir y seleccionar a las personas que realmente nos puedan sacar adelante", dijo en Tegucigalpa Carías, también periodista, quien desde 2011 vive con su familia en Canadá.Carías visita Tegucigalpa para presentar su primer libro 'Trío de lobos. Adrián, Lúmina y la asesina de poemas', cuya inspiración central es la historia de Lucía, una de sus tres hijas, y su esfuerzo por tratar de preservar su vista y su vida.La situación de salud de Lucía obligó a Carías, junto a su esposa, Karen Barahona, también periodista, y sus tres hijas, a irse a Canadá.El libro recoge "momentos dramáticos de una historia de una niña que sufre un tumor cerebral", pero también "momentos graciosos" en los que "trato de sumarle un poco de risas a una historia que puede resultar difícil y de esta manera construir", relató Carías.El escritor es hijo del historiador Marcos Carías Zapata (1938-2018), uno de los más destacados narradores que ha tenido Honduras, y María de los Ángeles Chaverri Mora (1939-2019), quien también fue una reconocida historiadora.También es nieto de Marcos Carías Reyes, un reconocido intelectual hondureño en el siglo pasado.Esa tradición literaria que carga de su padre y su abuelo, le dieron pie a Carías para el título de su libro 'Trío de Lobos', en el que "tratar de crear algo distinto, no solamente un testimonio, sino algo que lleve consigo literatura, poesía y reflexión sociológica"."Si logro que una persona que no tiene hábitos de lectura y por este libro logra adquirir ese hábito, me doy por servido porque utilizo recursos literarios complejos, pero al mismo tiempo trato de llevar adelante una prosa que sea atrayente para todo público y de esta manera contarles un poco la historia de mi hija, pero al mismo tiempo la de un país, contar la historia de la migración", recalcó.El libro de Carías de alguna manera también es una conversación con su padre y con su abuelo, quienes lo transportan a una Honduras distinta a la actual, mientras que él trata de demostrar una Centroamérica con una honestidad difícil de ver, que se convierte en una federación, como lo fue en sus años de la independencia de la Corona española, hace dos siglos, con resultados infructuosos.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Centroamérica necesita replantear su integración"También es como un grito, quién piensa en la federación, quién piensa en ese recurso como algo valedero y ahí reflexiono en el lugar donde me encuentro viviendo ahora, que es Canadá, donde los peores enemigos, ingleses y franceses, que se odian, se pusieron de acuerdo para crear un país con un idioma distinto, una religión distinta y un contexto cultural totalmente diferenciado", añadió.Resaltó que lastimosamente en Centroamérica, con países con el mismo idioma, la misma religión y el mismo contexto cultural, "no logramos ponernos de acuerdo en casi nada y por eso es que de alguna manera es también un llamado al consenso, a la reflexión, englobado todo en diversas historias.Carías, que cursa un doctorado en literatura comparada, coincide con varios teóricos en que Centroamérica tiene la necesidad de un replanteamiento de su sistema de integración, porque el actual claramente no existe, porque no se brinda oportunidades de desarrollo a su gente, lo que hace que cada vez haya más migración."Tenemos una burocracia integracionista, el objetivo de una federación al final es darle más oportunidades de desarrollo a nuestra gente. La cantidad de migrantes que de los distintos países vemos salir claramente, es testigo de que eso no está ocurriendo, no hay la suficiente producción de riqueza, ni condiciones de vida decentes para los que habitan en estas naciones", subrayó Carías.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Esta es la primera novela de Massa (Montevideo, 1963) que se edita en España y aborda los años de la dictadura militar uruguaya desde la perspectiva de un exiliado español republicano que traba amistad con un guerrillero del movimiento opositor al régimen.Massa dijo que “trabajar sobre la memoria histórica es fundamental” en un momento en el que las generaciones jóvenes desconocen lo ocurrido en los años 70 del siglo pasado y es importante ese conocimiento para no repetir “errores”.En la presentación de 'Todos mienten' en este festival cultural, novela que fue galardonada en Uruguay con una mención de honor en los Premios Nacionales de Literatura 2015, el autor declaró que le interesa la vinculación de las letras con la política, por lo que sus obras de ficción están basadas en hechos reales.Massa, que además ha producido trabajos teatrales y ha sido coautor de la obra 'Rosa Luxemburgo, un cuerpo junto al río Spree' y ha trabajado como periodista en varios medios, destacó la vinculación entre su país y España.“En Uruguay han sido eliminados todos los pueblos indígenas, por lo que la población es descendiente de la migración europea, mayoritariamente española e italiana y en mucha menor medida de otros países”, indicó.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El escritor reconoció que quiso plasmar esa vinculación en la novela 'Todos mienten' porque los exiliados españoles de la Guerra Civil dejaron una impronta cultural y política muy fuerte con base en "ideas socialistas, comunistas y anarquistas" que fueron asimiladas por las generaciones siguientes.Reconocido como un escritor enrolado en la nueva novela negra, Massa afirmó que en Uruguay se ha publicado poca obra de ficción basada en los acontecimientos históricos y políticos del último tercio del siglo pasado, lo que contrasta con la cantidad de estudios y ensayos sobre esa época.Asimismo, admitió que su estilo es la construcción de una “ficción verosímil”, en la que prevalecen los hechos reales sobre los personajes inventados.Massa abogó por un mayor apoyo institucional de las manifestaciones artísticas, aunque dudó de que alguna vez se produzca porque “la clase política no entiende el poder revolucionario de la cultura y la menosprecia”.La trigésimo séptima edición de la Semana Negra de Gijón, un festival cultural que se realiza al aire libre en un antiguo astillero junto al mar Cantábrico, reúne a unos 250 escritores de distintos géneros literarios.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La novela, informó este jueves un comunicado de Penguin Random House, estará disponible en España en septiembre y a lo largo de los próximos meses llegará a países latinoamericanos como México, Argentina, Uruguay, Chile, Colombia, Perú o Ecuador, así como a Estados Unidos, tanto en español como en inglés.Esta novela aborda las ideologías totalitarias del siglo XX y el poder transformador de la cultura a través de la historia de Pablo, un niño español enviado a la Unión Soviética en contra de la voluntad de su madre, Clotilde, que trabaja como caricaturista para diarios republicanos.Mientras la familia española de Pablo busca la forma de recuperarlo, el joven presenciará las atrocidades cometidas por el régimen ruso.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Las voces de dos de las poetas rusas más relevantes de todos los tiempos –Anna Ajmátova y Marina Tsvetáieva– están presentes en esta obre y representan el poder "arrollador de la palabra como bálsamo para sobrellevar el fanatismo, demostrando que, incluso en los rincones más oscuros de la historia, la vida se abre paso", precisa la nota.Julia Navarro es autora de novelas que se han publicado en más de treinta países y que han cautivado a millones de lectores, como 'Dime quién soy' -convertida en serie por de Movistar Plus+, 'Dispara, yo ya estoy muerto' o 'Tú no matarás'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Esta obra de Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, se suma al volumen publicado en 2021 con el título El fuego de la imaginación. Libros, escenarios, pantallas y museos, que reunía sus artículos sobre todos los ámbitos de la cultura, y en especial la crítica literaria."El Perú es para mí una especie de enfermedad incurable y mi relación con él es intensa, áspera, llena de la violencia que caracteriza a la pasión", asegura el autor nacido en Arequipa (Perú) en 1936, que también tiene la nacionalidad española.Las más de seis décadas de labor periodística de Mario Vargas Llosa están jalonadas de textos sobre la cultura, la política, la historia y la realidad social de Perú que reúne este volumen cuya edición ha estado a cargo del escritor Carlos Granés."Éste es el Perú de Mario Vargas Llosa, el que recorrió, vivió y vio evolucionar social, cultural y políticamente. El país en el que se inspiró para escribir sus novelas, el que incubó sus demonios literarios y el que despertó su inconformismo y su curiosidad intelectual. Éste es el Perú en el que proyectó sus ilusiones y con el que se enfrascó en más de una escaramuza; la sociedad que quiso transformar desde la acción política y que finalmente ayudó a moldear desde el debate público", destaca Granés en el prólogo.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El prologuista considera que si como novelista Vargas Llosa "logró fijar una imagen del Perú que hoy es mundialmente reconocida -una imagen ficticia, mítica, que sin embargo resume de manera fiel los conflictos, dilemas, frustraciones y anhelos de la vida peruana-, como intelectual logró contagiar a la sociedad con sus preocupaciones, ideas, gustos y valores".Durante un homenaje que recibió el año pasado en el Instituto Cervances de Madrid, en el que se presentó la primera parte de sus textos periodísticos, el autor de La ciudad y los perros o La fiesta del Chivo, explicó cómo empezó a escribir muy joven, en un periódico cuando estaba todavía en el colegio.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Tim Burton ha sido, desde sus primeras obras, un director que ha moldeado un espacio único dentro de la cinematografía contemporánea. Su estética gótica, con personajes melancólicos y entornos sombríos, siempre ha estado acompañada de un peculiar sentido del humor y una profunda sensibilidad hacia los marginados. Burton es un cineasta que juega con los elementos fantásticos y terroríficos, pero con un toque de ternura que los hace accesibles y atractivos para todo tipo de audiencia. No es casualidad que su estilo haya sido clasificado como burtoniano, un término que ya forma parte del léxico cinéfilo.Desde Edward Scissorhands hasta Sweeney Todd, Burton ha sabido crear universos ricos en detalles, donde la estética gótica y lo excéntrico convergen con una narrativa cargada de crítica social, explorando temas de identidad, soledad y la lucha entre lo normativo y lo diferente. Su cine ha sido, en muchos sentidos, un espacio seguro para aquellos que no encajan en la sociedad convencional.Cuando Beetlejuice se estrenó en 1988, el panorama cinematográfico estaba dominado por comedias más tradicionales y grandes producciones de acción. Sin embargo, esta obra se destacó por ser una apuesta arriesgada: combinaba elementos del terror con la comedia absurda, un enfoque que no había sido explotado a ese nivel en Hollywood. La película fue un éxito no solo por su originalidad, sino porque capturó la imaginación del público con una narrativa desenfadada sobre la vida después de la muerte, un tema tratado con ligereza y creatividad.Pero más allá de su valor comercial, Beetlejuice estableció un precedente para las películas que se atrevían a desafiar géneros. Era una comedia, pero también una cinta de horror, con un diseño de producción vanguardista y efectos visuales que, si bien no eran perfectos, lograban capturar el tono caótico y surrealista que Burton buscaba. Esto la convirtió en un referente inmediato para futuros cineastas que querían contar historias desde una óptica no convencional.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Además, esta película introdujo al público a uno de los personajes más icónicos del cine, interpretado por Michael Keaton, cuyo papel de un bio-exorcista grosero, irreverente y completamente impredecible se convirtió en un fenómeno cultural. Este antihéroe era radicalmente diferente a los protagonistas carismáticos y moralmente rectos de las películas de la época, lo que hizo de la cinta un éxito entre los espectadores que buscaban algo diferente.¿Por qué es importante la secuela de "Beetlejuice"?El anuncio de la secuela de Beetlejuice después de 36 años no es simplemente una maniobra comercial nostálgica; es una oportunidad para reflexionar sobre cómo el cine de Tim Burton ha evolucionado y cómo puede seguir desafiando las normas. La audiencia actual es muy diferente a la de finales de los 80, pero el atractivo de los personajes excéntricos y los mundos surrealistas sigue siendo vigente, especialmente en una época donde el cine de superhéroes y las franquicias dominan la taquilla.Con esta secuela, Burton tiene la posibilidad de mostrar cómo su visión sigue siendo relevante en un contexto cultural y cinematográfico mucho más complejo. ¿Cómo actualizará el humor macabro de Beetlejuice para una generación que ha crecido con redes sociales y una sobreabundancia de contenido? ¿Mantendrá su estilo visual característico o se adaptará a las nuevas tecnologías y sensibilidades cinematográficas? Estas preguntas son cruciales porque la secuela no solo será juzgada por sus propios méritos, sino también como una extensión del legado de Burton en el cine.El legado de Tim Burton y la influencia de BeetlejuiceMás allá de su impacto inmediato, el legado de Beetlejuice y de Tim Burton en general es innegable. Burton ha inspirado a generaciones de cineastas que ven en su trabajo un ejemplo de cómo la originalidad y la autenticidad pueden prevalecer en una industria que a menudo prioriza las fórmulas comerciales. Películas como Coraline de Henry Selick o incluso La Familia Addams de Barry Sonnenfeld, deben mucho a la estética y el tono irreverente que Burton popularizó.Beetlejuice, en particular, ha demostrado que las películas pueden ser tanto éxitos de taquilla como vehículos para explorar temas más oscuros y complejos sin sacrificar el entretenimiento. La cinta ha perdurado no solo como un ícono cultural, sino como un punto de referencia para aquellos que buscan desafiar las normas del cine convencional.La secuela de Beetlejuice llega en un momento crucial para el cine de autor, cuando las voces singulares como la de Tim Burton parecen estar en peligro de ser silenciadas por la maquinaria de las grandes franquicias. Esta nueva película no solo será una continuación de una historia amada, sino un recordatorio de que aún hay espacio para la creatividad, la extravagancia y la rebelión en el cine contemporáneo. El mundo del cine espera con ansias el regreso de Burton a uno de sus universos más emblemáticos, y aunque aún es incierto cómo será recibido este nuevo capítulo, lo que está claro es que el director sigue siendo una fuerza vital que empuja los límites de lo que puede ser el cine. En un mundo cada vez más homogéneo, Burton sigue siendo la excepción, y Beetlejuice es la prueba viviente de ello.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En We Live in Time, Crowley juega con una creativa estructura temporal para construir años de romance entre una exitosa chef, Almut (Pugh), y Tobías (Garfield), un modesto ejecutivo de una compañía de alimentos a los que se les acaba el tiempo juntos.Más allá del trabajo de dirección de Crowley y del delicado guión de Nick Payne, en el film es evidente la compenetración y complicidad que existe entre Garfield y Pugh, la cual, según el realizador irlandés de filmes como Boy A (2007) o Brooklyn (2015), fue instantánea desde el momento que se juntaron.En entrevista, Garfield y Pugh reconocieron el apoyo que se dieron durante el rodaje, con escenas de gran intimidad y vulnerabilidad, el uno al otro."No hay nada que me guste más que trabajar con alguien a quien admiro y a quien de alguna manera puedo ayudar a que sea todo lo que es. Y sé que puedo hablar por Florence en el sentido de que definitivamente ella fue eso para mí. Fue como un sistema de apoyo muy simbiótico en el que ninguno de los dos se sentía amenazado por el otro", declaró Garfield.Pugh, por su parte, aseguró que "no hay nada más poderoso que querer ser maravilloso para alguien, ya sea queriendo ser bueno en lo que quieres ser bueno o queriendo crear grandeza con alguien".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Se trata de algo que va más allá del trabajo, "es una cosa realmente poderosa cuando no necesariamente quieres impresionar, pero sí quieres ser lo mejor que puedas ser con esa persona". "Y eso definitivamente fue algo que ambos compartimos desde el principio", añadió Pugh entre gestos de asentimiento de Garfield."Queríamos estar ahí el uno para el otro. Queríamos ser intérpretes el uno para el otro. Y queríamos emprender este viaje juntos y hacerlo al 100 %. Así que cuando tienes a dos personas dispuestas a llegar allí y a hacerlo, y que además se llevan bien, realmente no hay límite, es como el infinito", añadió la actriz.Fue ese sentimiento el que les permitió a ambos construir escenas de gran vulnerabilidad, como en la que Almut da a luz en una gasolinera, o sensibilidad, cuando Tobias le corta el pelo, realizada en una sola toma y en la que Pugh realmente salió rapada.Pugh y Garfield recuerdan entre sonrisas la incomodidad del parto en la gasolinera pero también cómo su relación les permitió olvidarse de los detalles y concentrarse en su actuación."Para cuando filmamos eso, estábamos tan en nuestro propio mundo y en nuestra propia burbuja que realmente parecía que sabíamos lo que queríamos lograr con esa escena. No había nada de lo que necesitaba sentirme avergonzada o asustada, y ya me sentía tan protegida y segura", dijo Pugh."Lo único de lo que realmente necesitaba preocuparme era de cómo encarnar a una mujer embarazada a punto de dar a luz. Pero si realmente piensas en los detalles de lo que es esa escena, en una habitación pequeña y estrecha con cuatro personas y yo con el trasero al aire... La idea de que solo me importaba lo que estábamos haciendo, lo que estábamos creando, es una locura y es hermoso", añadió.Garfield bromea a continuación sobre el momento en que tuvo que rapar la cabeza a Pugh."Estaba nervioso porque obviamente era una gran responsabilidad que el área craneal de Florence Pugh, un tesoro nacional e internacional, estuvo bajo mi jurisdicción durante un tiempo. Cualquier cosa podía pasar", bromeó el actor.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Arnold Schöenberg nació en Viena el 13 de septiembre de 1874 y fue una figura clave en la evolución de la música occidental, como en su momento lo fueran Monteverdi, Bach, Beethoven o Wagner.Según sus memorias, Schönberg debe su persistente desarrollo artístico a tres personas: Oskar Adler, quien le transmitió conocimientos básicos de teoría musical, poesía y filosofía; David Joseph Bach, quien despertó en Schönberg una amplia conciencia ética y moral, así como una oposición hacia lo común y lo popular; y finalmente Alexander von Zemlinsky, que conoció a Schönberg por su ingreso como violonchelista en la orquesta amateur Polyhymnia, en 1885.Fundador de la Segunda Escuela de Viena, de la que formaron parte sus discípulos Anton Webern y Alban Berg, Arnold Schöenberg creó la técnica compositiva dodecafónica, así denominada por basarse en series de doce notas, abriendo la puerta al posterior desarrollo del serialismo en la segunda mitad del siglo veinte.Cuando el padre de Arnold Schoenberg murió en 1890, para ayudar a la economía familiar, el joven trabajó como empleado de banco hasta 1895. Durante ese tiempo conoció a Alexander von Zemlinsky, un joven compositor en ascenso y director de la orquesta amateur Polyhymnia en la que Schoenberg tocó el violonchelo. Los dos se hicieron amigos cercanos y Zemlinsky le dio a Schoenberg instrucción en armonía, contrapunto y composición. Esto resultó en la primera obra de Schoenberg interpretada públicamente, el Cuarteto de cuerda en re mayor en 1897. Altamente influenciado por el estilo de Johannes Brahm , el cuarteto fue bien recibido por el público vienés durante las cuatro tempradas siguientes.Los pasos entre cada uno de los momentos evolutivos en la obra de Arnold Schönberg nunca fueron resultado de simples caprichos: se gestaron tras variadas reflexiones, de las que pueden encontrarse claves en algunos de sus escritos.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.A lo largo de la vida de Schönberg se entrecruzan múltiples figuras de los ámbitos musical y literario, entre los que aparecen Richard Strauss, Gustav Mahler, Feruccio Busoni, Alexander von Zemlinsky, Franz Schreker y John Cage.La composición de la Sinfonía de Cámara N° 2 fue esbozada por Arnold Schöenberg en 1906, continuada en 1908 y reelaborada sucesivamente en 1911 y 1916. Estaba equipada con un tercer movimiento que Schönberg eliminó en 1939 cuando completó la partitura en el estilo primitivo en el que había sido concebida, volviendo de hecho a una tonalidad ampliada.Hacia finales de julio de 1921, Arnold Schoenberg le dijo a un alumno: Hoy he descubierto algo que asegurará la supremacía de la música alemana durante los próximos 100 años. Ese algo era un método de composición con 12 tonos relacionados sólo entre sí. Schoenberg acababa de empezar a trabajar en su Suite para piano, op. 25, la primera pieza de 12 tonos.Durante el resto de su vida, Schoenberg continuó utilizando el método de los 12 tonos. De vez en cuando volvía a la tonalidad tradicional porque, como le gustaba decir, todavía queda mucha buena música por escribir en do mayor.Podrá escuchar obras maravillosas de Arnold Schöenberg. en la nueva edición de El Músico de la Semana el lunes 9 de septiembre a las 3:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.
En agosto de 1791, -el año de su muerte- y mientras trabajaba en La flauta mágica y en el Réquiem, Wolfgang Amadeus Mozart recibió el encargo de escribir una ópera seria para la coronación del Emperador austriaco, Leopoldo II, como Rey de Bohemia que se efectuaría en Praga el 6 de septiembre.A pesar de lo angustioso del plazo y del precario estado de su salud, Mozart aceptó gustoso el encargo y se trasladó a la capital checa en compañía de su esposa Constanza y de su amigo Süssmayr.El libreto escogido para la ocasión por las autoridades fue La clemencia de Tito, de Metastasio, un texto puesto ya en música por otros compositores, entre ellos Caldara, Hesse, Wagenseil, Gluck y Jomelli. Pero ya que el libreto de Metastasio estaba formado íntegramente de arias y largos recitativos, no se acomodaba a los propósitos de Mozart.En consecuencia, Caterino Mazzolá, poeta de la corte sajona hizo una adaptación, condensando en dos los tres actos originales, acortando los recitativos secos, cambiando algunas de las arias y agregándole todos los números de conjunto.El tema -una idealización de la monarquía- tan ridícula como pueda parecernos hoy día, fue lógicamente considerado entonces como muy apropiado para la ocasión.Mozart comenzó a trabajar en la ópera durante el viaje a Praga. Süssmayr le ayudó con los recitativos y fue escrita y ensayada en 18 días y su estreno, como estaba previsto, se llevó a cabo en el Teatro Nacional de Praga el 6 de septiembre de 1791.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Aquí el argumento y acción del primer acto de La clemencia de Tito, con música de Wolfgang Amadeusde Mozart:Vitelia, hija del emperador Vitelio, depuesto por Vespaciano, el padre de Tito se siente despreciada por Tito a quien ama.Tito ama a Berenice, hija de Agripa, Rey de Judea. Sexto, amigo íntimo de Tito y locamente enamorado de Vitelia, se ve inducido por esta a dirigir una conspiración contra Tito.Cuando Vitelia se entera de que Tito ha decidido enviar a Berenice a su patria, vislumbra una leve esperanza y ordena a Sexto esperar el desarrollo de los acontecimientos.Sin embargo, Tito se enamora de Servilia, hermana de Sexto y novia de Annio. Ya que ni Sexto ni Annio se atreven a formular la más leve objeción, la propia Servilia revela sus íntimos sentimientos a Tito, quien conmovido ante su acto de sinceridad decide no quitar su prometida a Annio.Ignorante de esto, Vitelia ordena a Sexto incendiar el capitolio y dar muerte a Tito; no acaba de salir Sexto a cumplir el siniestro encargo cuando llegan Publio y Annio para informar a Vitelia, que ella es ahora la candidata para esposa de Tito.Pero ya es tarde para detener a Sexto quien llega al Capitolio y le prende fuego. Todos se horrorizan ante el incendio. Sexto anuncia que vio a Tito herido, pero Vitelia lo detiene antes de que se incrimine del asesinato. Todos se lamentan, en el lento y triste final del Acto I.Podrá escuchar esta obra completa en la nueva edición de Canto y Música Coral este domingo, 8 de septiembre a las 9:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.
"En este momento estoy felicísimo, no pensaba ni soñaba con el León de Oro, una vez que lo tienes te vuelves adicto, pero hasta ayer estaba perfectamente sin él", ironizó el realizador manchego en la rueda de prensa tras la gala, con su "animal dorado" en las manos.Almodóvar ha hecho historia esta noche como el primer cineasta español en conquistar el máximo galardón de Venecia desde que Luis Buñuel lo ganara con Belle de jour (1967), aunque aquella era una producción francesa.Inspirada en la novela de Sigrid Nunez ¿Cuál es tu tormento?, su primer largometraje en inglés -The room next door- narra los últimos días de una exreportera de guerra (Tilda Swinton) enferma de cáncer terminal que decide poner fin a su vida y que pide a una antigua amiga (Julianne Moore) que la acompañe en ese trance.Un premio con reivindicacionesEs una historia de amistad y solidaridad que el cineasta ha pensado como "respuesta a los discursos de odio" de la ultraderecha actual, según ha reiterado.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Esta noche en la ceremonia en el Palacio del Cine se escucharon sus palabras emocionadas de reivindicación por el "derecho" de tener una muerte digna y sin dolor."Despedirse de este mundo limpia y dignamente es un derecho fundamental de todo ser humano, no es un asunto político, sino humano y es desde la humanidad como hay que abordarlo, aunque los gobiernos tengan que articular las leyes adecuadas para que esto se pueda llevar a cabo", consideró en español y poniéndose por primera vez las gafas ante el público.Después, se dirigió a las religiones: "Yo pediría a los practicantes de cualquier credo que respeten y no intervengan en decisiones individuales, el ser humano debe ser libre para vivir y para morir cuando la vida sea insufrible", agregó.'Sentirse vivo'La presidenta del jurado que ha otorgado el León de Oro a Pedro Almodóvar en Venecia, Isabelle Huppert, justificó el veredicto al señalar el cariz "filosófico" de la cinta."Es una película filosófica que nos hace pensar en lo que significa estar vivo y en la decisión de terminar con tu propia vida", aseguró la actriz francesa en la rueda de prensa final.Ahora el realizador ha conseguido finalmente un premio que se le escapaba, a pesar de las varias veces que ha pasado por el Lido veneciano, donde precisamente tuvo su debut internacional con Entre tinieblas (1983).El palmarés de la Mostra 81La última noche del 81 Festival de Venecia deparó un palmarés variado: el León de Plata Gran Premio del Jurado, fue para la directora italiana Maura Delpero por Vermiglio, la historia de una familia en una aislada aldea de los Alpes que se ve sacudida por la llegada de un soldado del frente de la II Guerra Mundial.El tercer galardón en importancia, el León de Plata a Mejor Dirección, acabó en las manos del estadounidense Brady Corbet por 'The Brutalist', sobre un judío húngaro interpretado por Adrien Brody que en 1947 emigra a Estados Unidos para darse bruces con el sueño americano.La Copa Volpi al Mejor Actor fue para el francés Vincent Lindon por interpretar a un padre coraje que afronta la captación de uno de sus hijos por la ultraderecha de su país en Jouer avec le feu.Y la mejor actriz fue la australiana Nicole Kidman por su papel en Babygirl, metáfora de la liberación sexual, aunque no pudo recogerlo por la muerte de su madre.El Premio Especial del Jurado ha recaído en la película 'April', un drama hiperrealista sobre el aborto en el mundo rural y los embarazos de menores de la directora georgiana Dea Kulumbegashvili, que ganó la Concha de Oro de San Sebastián y otros premios con su debut Beginning (2020).El francés Paul Kircher se llevó el premio Marcello Mastroianni al mejor actor emergente.El Mejor guión fue para Ainda estou aqui, película del brasileño Walter Selles sobre la dictadura en su país escrita por Murilo Hauser y Heitor Lorega.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.