Habitaciones cómodas, magníficas vistas y comida deliciosa. Envueltos en mantas de lana, los adinerados huéspedes se pasan el día tumbados en las terrazas del "Berghof", un lujoso sanatorio situado en los Alpes suizos, donde los tuberculosos esperan curarse gracias al aire fresco. Ese es el escenario elegido por Thomas Mann para su novela La montaña mágica.La historia comienza en 1907, cuando Hans Castorp, hijo de un comerciante de Hamburgo y aspirante a ingeniero, viaja al sanatorio para visitar a su primo enfermo. Su intención es quedarse solo tres semanas, pero, al final, se convierten en siete años. Lo curioso es que, en realidad, el propio Hans Castorp está sano."Pero queda literalmente absorbido por la vida en el sanatorio", explica a DW Kai Sina, experto en literatura. "Los pacientes, sus debates filosóficos y costumbres, las estrictas rutinas sanitarias, las lujosas comidas y la obsesiva medición de la fiebre. Castorp se convierte en parte de ese mundo".Una época de radical agitaciónEl sanatorio, completamente aislado, es un microcosmos que revela la crisis de una sociedad cambiante. El comienzo del siglo XX es una época de radicales transformaciones. La industrialización ha variado profundamente la vida, las certezas religiosas son cada vez más cuestionadas por la ciencia y los movimientos nacionalistas y socialistas aumentan por igual.La pérdida de los valores tradicionales y la desorientación provocan tensiones y agresiones, incluso entre el ilustre grupo del sanatorio. Hans Wißkirchen, presidente de la Sociedad Thomas Mann, profundiza en esta sensación: "Se percibe un tremendo malestar, miedo al futuro", dice a DW.La "gran irritabilidad"Si no fuera por el lenguaje anticuado, podría pensarse que la obra ha sido escrita por un autor contemporáneo y no por Thomas Mann. Porque la "gran irritabilidad, el punto de quiebre", como lo llama Caren Heuer, es algo que hoy puede percibirse en todas partes."Basta con encender cualquier programa de entrevistas los domingos por la noche", dice Heuer, directora de la Casa Buddenbrook de Lübeck (N. de la R.: la antigua casa de los abuelos de Thomas Mann, llamada así por su famosa novela). "La gente se interrumpe, no se escuchan unos a otros, se trata solo de lanzar opiniones".💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl héroe de Thomas Mann, Hans Castorp, también se encuentra con defensores fanáticos de distintas ideologías que debaten amargamente. Por un lado, está el humanista Lodovico Settembrini, por otro, el archirreaccionario jesuita Leo Naphta. En sus diálogos, el liberalismo y la creencia en el progreso chocan con el entusiasmo por un régimen totalitario como única forma correcta de sociedad. Ambos se disputan el favor de Castorp, que se debate entre sus ideas. Al final, se produce un duelo a pistola entre los dos rivales, en el que Settembrini dispara deliberadamente al aire a Naphta. Este, por su parte, no puede soportar la humillación y se pega un tiro de rabia.De fanático de la guerra a defensor de la democraciaCuando Thomas Mann escribió La montaña mágica, tenía en mente su propia transformación política. Puso las primeras líneas sobre el papel en 1913 y terminó su obra doce años después, tras la interrupción que supuso la Primera Guerra Mundial. Comenzó el libro como un "convencido fanático de la guerra", dice Kai Sina. "Thomas Mann se dejó llevar por la euforia bélica que animaba a muchos intelectuales, artistas y escritores de la época. Y en 1918, cuando acabó la guerra, se encontró en una posición completamente perdida".A partir de entonces, se convirtió en uno de los más elocuentes luchadores contra el fascismo. "Lo que más me impresiona de Thomas Mann", dice Sina, "es su coraje para la autorrevisión, su voluntad honesta y sincera de poner a prueba sus puntos de vista una y otra vez. Y La montaña mágica refleja exactamente eso".Las tensiones y peligros que más tarde llevarían a la caída de la República de Weimar -el primer intento alemán de una auténtica democracia parlamentaria, que acabó con la toma del poder por los nazis- resuenan en ella. En 1933, Thomas Mann abandonó Alemania con su familia y se trasladó a Suiza. Vivió en Estados Unidos de 1938 a 1952, antes de regresar a Suiza. Defendió la tolerancia y la dignidad humana hasta su muerte en 1955.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Cuando el escritor Juan José Podestá avanza por las calles de Iquique, parece el recorrido de campaña de un político con muchas posibilidades de ganar las elecciones. Ya sea por Baquedano, la Plaza Arturo Prat o la costanera, el autor de "El tema es complicado” y "Derechos de propiedad” recibe el saludo de amigos y conocidos. Podestá, los años bohemios ya en el pasado, se ríe cuando la sugerencia de una candidatura se pone sobre la mesa. Lo suyo es la escritura.Nacido en 1979 en Tocopilla y criado en Iquique, este periodista es una de las voces más potentes de la literatura del norte de Chile. La prosa y la poesía son sus armas, y con "Chonpen”, lanzado en 2022 por Editorial Navaja, logró conjugar una extraña fantasía de Doppelgänger iquiqueños y estrellas hollywoodenses con la vida cotidiana de esa migración masiva que, repentinamente, se tomó el paisaje de una ciudad turística cuya oferta es la de playas amplias de arena blanca e historia."Chonpen” era otra cosa, al comienzo. Un largo poema "en el que naufragué”, revela Podestá a DW en el centro iquiqueño. Buscando salvar la obra, convirtió todo en un relato fragmentado sin relación con familias extranjeras intentando vivir en un país desconocido, hasta que la realidad golpeó al escritor. "Con el inicio de la crisis migratoria, decidí que el texto debía hacerse cargo de los sucesos. Creo que la novela no podía estarse escribiendo en un momento así sin decir nada al respecto”, sostiene.En esos apuntes casi etnológicos, usted dice en una parte que "Iquique, definitivamente, se convirtió en otra ciudad”. ¿De qué forma se reflejó ese cambio?Con la inmigración Iquique se transformó para siempre. Es parte de la transformación de una urbe, un proceso que ya es parte constitutivo de Iquique. Desde el siglo XIX esta ciudad ha sido espacio de diversas migraciones que la han cruzado. Las autoridades no pueden hacer mucho: son procesos sociales, culturales, históricos. El funcionario es un detalle ante tal magnitud.Usted vivía cerca de la Plaza Brasil, donde se instalaron las primeras familias. Eso lo vio y lo expuso en "Chonpen”. ¿Cómo definiría hoy la reacción de la gente ante esta llegada masiva de inmigrantes?Hubo rechazo, pero también innumerables muestras de solidaridad y apertura al otro. Fue una manera crítica de enfrentarnos a la otredad, y creo que eso es, finalmente, muy positivo.Y sin embargo en septiembre de 2021 hubo una protesta masiva que derivó en la destrucción de muchas carpas, otro episodio que aparece en su libro.Así es. Y esa vez todos pudimos constatar y evidenciar la demencia de quien cree que descargar una rabia sobre el otro facilitará o propiciará algo beneficioso. Fue un hecho vergonzoso y trágico.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEn el libro usted también define esos hechos como una tragedia, un adjetivo que se usa poco en este tipo de situaciones.Lo califico de trágico porque es decir "ustedes no pueden estar acá, porque esto nos pertenece”. Es un absurdo, tan absurdo que se convierte en tragedia: es la incomprensión absoluta, la clausura del otro, la cancelación del carácter humano del que por razones más fuertes que su voluntad debió irse de su país. Es trágico porque demuestra que no hemos aprendido nada. Y lo que me parece más peligroso aún: muchas de las familias que fueron a vandalizar a los migrantes llevaban a sus hijos. Esto último supera la estupidez: es derechamente aberrante."La plaza fue convirtiéndose en una improvisada ciudad”, dice en "Chonpen”. Allí también señala que al comienzo los inmigrantes no se fueron a las zonas más alejadas de Iquique. ¿Por qué?Al inicio de la ola migratoria las familias se instalaban en sitios que, por razones que sólo podemos elucubrar, llamaban la atención: frontis de escuelas, estaciones de servicio, esquinas muy transitadas. Aún hoy, por ejemplo, la playa es un espacio muy usado por los migrantes recién llegados. Intuyo que buscaban lugares que visualmente provocaran la sensación de seguridad, sitios que los integraran más que ocultaran. Pero ese es un análisis que deben efectuar sociólogos y antropólogos.Hay escenas del libro que describen con bastante detalle la vida que se fue armando en la plaza, los juegos, las rutinas y también las miserias. ¿Son reconstrucciones de la realidad o todo es ficción?Todos los días yo pasaba por el campamento, que estuvo instalado más de un año. Observaba con acelerada atención y brevemente esa pequeña urbe hechiza dentro de Iquique. Por razones obvias, no me podía quedar mirando o sacando fotos. Como en la práctica era imposible entrar, pasaba por la vereda del frente. Era un sitio peligroso y hubo episodios de asaltos, peleas, en fin. Todo lo registraba visualmente y tomaba notas mentales que luego transcribía. Después de varios meses me fui haciendo una idea más detallada, captando ciertos matices, reconociendo ciertas caras, ciertas voces.¿Hubo espacio para generar un vínculo más estrecho?Ellas y ellos también me fueron reconociendo, y a veces yo me permitía pasar más cerca e incluso saludar tímidamente, porque eran muy territoriales, y no faltaron momentos en donde me alejaron a gritos porque pensaban que podía ser funcionario de gobierno, un policía encubierto, qué sé yo. Pero a pesar de toda la precariedad, de toda la violencia presente, de toda la hostilidad circundante, pude observar cómo se cuidaban, curaban sus heridas, se ayudaban con materiales y comida. Los hijos de una pareja eran cuidados por otra, niños y niñas jugaban como los niños y niñas de todo el mundo. Al final del día risas y llantos eran los mismos que los de todos.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
“Descubrí en el proceso de escribir este libro que la crítica me gusta, me entretiene, pero llegó un momento en que me di cuenta de que terminaba un poco de mal humor(...) Hay cosas que tienes que encontrar la manera de decir lo más precisas posible, donde es muy importante, por ejemplo, si voy a decir algo que puede ser irónico, no ser hiriente”, compartió Herbert.En tiempos tan acelerados por lo digital, el autor destacó la importancia de volver a la crítica literaria, sobre todo en lo físico.“Lo que hacen los medios digitales es que nos dan información (...) y la información es lo opuesto a la narración, porque la narración es lenta y lejana, y la información es rápida y cercana. Lo que es lento y lejano, de pronto, parece un poco extraño, y esa extrañeza me gusta”, apuntó.Herbert consideró que la crítica, además de análisis “es también un fenómeno narrativo"."No solo es hablar de novelas o hacer crítica, sino que construyes una forma de narrar que, en sí misma, es el proceso de leer”, dijo el también poeta.Lo no dicho de la violencia en la ficción El libro también sirve como puente entre distintas generaciones de escritores, al analizar que los autores Cristina Rivera Garza y Emiliano Monge, entre otros, dialogan con figuras como José Revueltas, explorando temas de la violencia y la memoria desde nuevas perspectivas.En ‘Overol. Apuntes sobre narrativa mexicana reciente’, Herbert expone cómo la ficción completa el espacio vacío de la violencia en México, uniendo dos visiones a través de su narrativa.“Para mí hay dos cosas que han ido abordándose, cada una por su cuenta. Una es el aspecto neurobiológico, mental, como la experiencia emocional y mental de una sociedad violenta, y también de muchos otros temas relacionados con la violencia", señaló el escritor.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Y del otro lado, el aspecto social: el ámbito de los reportajes, lo periodístico, incluso lo histórico, pero he visto cómo en comunidad a veces cuando nos acercamos a la literatura hay como estas poéticas cognitivas que están muy preocupadas por los procesos mentales, y en el otro extremo las que están preocupadas por los procesos sociales", agregó.Herbert mencionó que para él "la tradición literaria es un palimpsesto" o un manuscrito antiguo con marcas de una escritura anterior, ya que "escribimos sobre lo que otros han escrito, dejando huellas visibles de sus textos en los nuestros”.La movilidad como capital narrativo Buscando hacer de la crítica un camino menos amargo, la compilación de obras que hace Herbert en este libro es caprichosa, una ilación que, además de la proximidad física, une las temáticas, lo que el escritor compara con la búsqueda del peyote. “No lo encuentras hasta que ves uno, y luego aparecen todos por todos lados”, ironizó.Por ejemplo, señaló que un taxi no es solo un vehículo que transporta personas, sino también una imagen cargada de significado que, tanto en los libros más clásicos como en los actuales, “tiene un contenido de muchas voces, muchas capas sociales, muchos tipos de historias"."Este espacio confinado, donde convergen las historias de pasajeros y conductores, se convierte en un reflejo de la movilidad tanto física como simbólica”, argumentó.La movilidad, tanto literal como metafórica, es un eje central en el pensamiento de Herbert, quien indicó que “subestimamos el capital que representa”.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Capítulo primeroHe vuelto hace unos instantes de visitar a mi casero y ya se me figura que ese solitario vecino va a inquietarme por más de una causa. En este bello país, que ningún misántropo hubiese podido encontrar más agradable en toda Inglaterra, el señor Heathcliff y yo habríamos hecho una pareja ideal de compañeros. Porque ese hombre me ha parecido extraordinario. Y eso que no mostró reparar en la espontánea simpatía que me inspiró. Por el contrario, metió los dedos más profundamente en los bolsillos de su chaleco y sus ojos desaparecieron entre sus párpa-dos cuando me oyó pronunciar mi nombre y preguntarle:-¿El señor Heathcliff?Él asintió con la cabeza.-Soy Lockwood, su nuevo inquilino. Le visito para decirle que supongo que mi insistencia en alquilar la «Granja de los Tordos» no le habrá causado molestia.-Puesto que la casa es mía- respondió apartándose de mí- no hubiese consentido que nadie me molestase sobre ella, si así se me antojaba. Pase.Rezongó aquel «pase» entre dientes, con aire tal como si quisiera mandarme al diablo. Ni tocó siquiera la puerta en confirmación de lo que decía. Esto bastó para que yo resolviese entrar, interesado por aquel sujeto, al parecer más reservado que yo mismo. Y como mi caballo empuja-se la barrera, él soltó la cadena de la puerta y me precedió, con torvo aspecto, hacia el patio, donde dijo a gritos:- ¡José! ¡Llévate el caballo de este señor y danos vino!Puesto que ambas órdenes se dirigían a un solo criado, juzgué que toda la servidumbre se reducía a él. Por eso entre las baldosas del patio medraban hierbajos y los setos estaban sin recortar, sólo mordisqueadas sus hojas por el ganado.José era hombre entrado en años, aunque sano y fuerte. Lanzó un contrariado «¡Dios nos valga!» y, mientras se llevaba el caballo, me miró con tanta malignidad que preferí suponer que impetraba el socorro divino para di-gerir bien la comida y no con motivo de mi presencia.A la casa donde vivía el señor Heathcliff se la llamaba «Cumbres Borrascosas» en el dialecto local. El nombre traducía bien los rigores que allí desencadenaba el viento cuando había tempestad. Ventilación no faltaba sin duda. Se advertía lo mucho que azotaba el aire en la inclinación de unos pinos cercanos y en el hecho de que los matorrales se doblegaban en un solo sentido, como si se proster-nasen ante el sol. El edificio era sólido, de espesos muros a juzgar por lo hondo de las ventanas, y protegidos por grandes guardacantones. Parándome, miré los ornamentos de la fachada. Sobre la puerta, una inscripción decía «Hareton Earnshaw, 15OO». Aves carniceras de formas extrañas y niños en posturas lascivas enmarcaban la inscripción. Aunque me hubiese gustado comentar todo aquello con el rudo dueño de la casa, no quise aumentar con esto la impaciencia que parecía evidenciar mientras me miraba desde la puer-ta como instándome a que entrase de una vez o me marchara.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíPor un pasillo llegamos al salón que en la comarca llaman siempre «la casa», y al que no preceden otras piezas. Esa sala suele abarcar comedor y cocina, pero yo no vi cocina, o mejor dicho no vi signos de que en el enorme larse guisase nada. Pero en un ángulo oscuro se percibía rum,or de cacharros. De las paredes no pendían cazuelas ni utensilios de cocina. En un rincón se levantaba un aparador de roble con grandes pilas de platos, sin que faltasen jarras y tazas de plata. Encima del aparador había tortas de avena y perniles curados de vaca, cerdo y carnero. Col-gaban sobre la chimenea escopetas viejas, de cañones herrumbrosos y unas pistolas de arzón. Se veían encima del mármol tres tarros de vivo colorido. El suelo era de piedra lisa y blanca. Había sillas de forma antigua, pintadas de verde, con altos respaldos.En los rincones se acurrucaban perros. Una hembra con sus cachorros se escondía bajo el aparador. Todo era muy propio de la morada de uno de los cam-pesinos de la región, gente recia, tosca, con calzón corto y polainas. Esas salas y esos hombres sentados en ellas ante un jarro de cerveza espumeante abundan en el país, mas Heathcliff contrastaba mucho con el ambiente. Por lo moreno, parecía un gitano, pero tenía las maneras y la ropa de un hombre distinguido y, aunque algo descuida-do en su indumentaria, su tipo era erguido y gallardo.Dijeme que muchos le tendrían por soberbio y grosero y que, sin embargo, no debía ser ninguna de ambas cosas. Por instinto imagine su reserva, hija del deseo de ocultar sus sentimientos. Debía saber disimular sus odios y simpatías y juzgar impertinente a quien sepermitiera manifestarle los suyos.Es probable que yo me aventurase mucho al atribuir a mi casero mi propio carácter. Quizá él regateara su mano al amigo ocasional, por motivos muy diversos. Tal vez mi carácter sea único.Mi madre solía decirme que yo nunca tendría un hogar feliz y lo que me ocurrió el verano último parece dar la razón a mi progenitora, porque, hallándome en una playa donde pasaba un mes, conocí a una mujer bellísima, realmente hechicera. Aunque nada le dije, si es cierto que los ojos hablan, los míos debían delatar mi locura por ella. La joven lo notó y me correspondió con una mirada dulcísima. ¿Y qué hice? Declaro avergonzado que rectifiqué, que me hundí en mí mismo como un caracol en su concha y que cada mirada de la joven me hacía alejarme más, hasta que ella, probablemente desconcertada por mi actitud y suponiendo haber sufrido un error, persuadió a su madre de que se fuesen.Esas brusquedades y cambios me han valido fama de cruel, sin que nadie, no siendo yo mismo, sepa cuánto error hay en ello.Heathcliff y yo nos sentamos silenciosos ante la chimenea. La perra, separándose de sus cachorros, se acercó a mí, fruncido el hocico y enseñando sus blancos dientes. Cuando quise acariciarla emitió un gruñido gutural.-Déjela -dijo Heathcliff haciendo coro a la perra con otro gruñido y asestándole un puntapié-. No está hecha a caricias ni se la tiene para eso.Incorporóse, fue hacia una puerta lateral y gritó:-¡José!José masculló algo en el fondo de la bodega, mas no apareció. Entonces su amo acudió en su busca. Quedé solo con la perra y con otros dos mastines que me miraban atentamente. No me moví, temeroso de sus colmillos, pero pensé que la mímica no les molestaría y les hice unas cuantas muecas. Fue una ocurrencia muy desgraciada, porque la señora perra, ofendida sin duda por alguno de mis gestos, se precipitó sobre mis pantalones. La repelí y me di prisa a refugiarme tras de la mesa, acto que puso en acción a todo el ejérito caniño. Hasta seis demonios en cuatro patas confluyeron desde todos los rincones en el centro de la sala. Mis talones y los faldones de mi levita fueron los más atacados. Quise defenderme con el hurgón de la lurnbre, pero no bastó y tuve que pedir auxilio a voz en cuello.Heathcliff y José subían con desesperada calma. La sala era un infierno de ladridos y gritos, pero ellos no se apresuraban nada en absoluto. Por suerte, una rolliza criada acudió más deprisa, arremangadas las faldas, rojas las mejillas por la cercanía del fogón, desnudos los brazos y en la mano una sartén, merced a cuyos golpes, acompañados por varios denuestos, se calmó en el acto la tempestad. Al entrar Heathcliff, ella, agitada como el océano tras un huracán, campeaba en medio de la habitación.-¿Qué diablos ocurre? -preguntó mi casero con tono que juzgué intolerable tras tan inhospitalario acontecimiento.-De diablos es la culpa -respondí-. Los cerdos endemoniados de los Evangelios no debían encerrar más espíritus malos que sus perros, señor Heathcliff. Dejar a un forastero entre ellos es igual que dejarle entre un rebaño de tigres.-Nunca se meten con quien no les incomoda -dijo él-. La misión de los perros es vigilar.¿Un vaso de vino?-No, gracias.-¿Le han mordido?-En ese caso lo habría conocido usted por lo que yo habría hecho al que me mordiera.-Vaya, vaya -repuso Heathcliff, con una mueca-. No se excite, señor Lockwood, y beba un poco de vino. En esta casa suele haber tan pocos visitantes que ni mis perros ni yo acertamos a recibirles como merecen. ¡Ea, a su salud!Comprendiendo que sería absurdo formalizarme por la agresión de unos perros feroces, me calmé y correspondí al brindis. Además se me figuró que mi casero se mofaba de mí y no quise darle más razones de irrisión. En cuanto a él, debió juzgar necio el tratar tan mal a un buen inquilino, y, mostrándose algo menos conciso, empezó a charlar de las ventajas e inconvenientes de la casa que me había arrendado, lo que sin duda le parecía interesante para mí. Opiné que hablaba con buen criterio y resolví decirle que repetiría mi visita al día siguiente. Y, aun cuando él no mostrara ningún entusiasmo al oírlo, he decidido volver. Me parece mentira comprobar lo amigo del trato social que soy, por comparación al dueño de mi casa.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Beatriz Sarlo falleció este 17 de diciembre tras estar internada en el hospital a causa de un accidente cerebro vascular. Sarlo fue una de las intelectuales más importantes de Argentina y una figura clave en el estudio de la literatura, la cultura y los medios en América Latina. Su aguda mirada crítica y su capacidad para cruzar fronteras entre literatura, política y sociedad la convierten en una referencia fundamental en los estudios culturales contemporáneos."Lamento la pérdida de Beatriz Sarlo. Una ácida analista de la realidad y de la política argentina. Periodista, escritora, ensayista, una intelectual de gran relevancia para la cultura argentina. Mis condolencias para su familia y amigos", publicó el secretario de Cultura de Argentina, Leonardo Cifelli, en su cuenta de X.Sarlo estudió literatura en la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde luego ejerció como docente. En los años 70 y 80, su labor académica y crítica estuvo marcada por su participación en Contorno, una influyente revista cultural argentina, fundada por los hermanos Ismael y David Viñas. Este espacio constituyó una plataforma crítica para el pensamiento político-literario, cuestionando los modelos estéticos y las estructuras de poder en la literatura argentina.Más tarde, fue editora y cofundadora de la revista Punto de Vista (1978-2008), uno de los principales medios de crítica literaria e intelectual en el contexto de la última dictadura argentina. La revista se convirtió en un refugio para el pensamiento crítico independiente y en un puente para ideas marxistas, estructuralistas y post-estructuralistas, en particular durante un período donde la censura estatal era dominante.La crítica ha sido reconocida por su capacidad para analizar las transformaciones de la cultura urbana, las dinámicas sociales y el rol de la literatura como herramienta política y crítica. Su obra dialoga con autores clásicos como Borges, Sarmiento o Cortázar, pero también se extiende al análisis de la cultura contemporánea, los medios masivos y la tecnología.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíSu pensamiento está profundamente influenciado por el marxismo, el estructuralismo y el post-estructuralismo, así como por la teoría crítica, siendo Walter Benjamin, Roland Barthes, Michel Foucault y Raymond Williams algunos de sus referentes teóricos.Beatriz Sarlo se distingue por su rigor intelectual, su independencia crítica y su apertura a diversos objetos de estudio, desde la literatura de alta cultura hasta la televisión y los medios digitales. Fue una de las primeras académicas en dialogar con los fenómenos de la cultura de masas, señalando su impacto en las subjetividades contemporáneas. Su mirada también ha sido crítica con el populismo y las narrativas políticas que, según su análisis, tienden a simplificar la complejidad cultural y social de América Latina.Algunas obras recomendadasBorges, un escritor en las orillas (1993): En esta obra Sarlo ofrece un análisis profundo de la obra de Jorge Luis Borges, destacando su relación con la tradición y la innovación literaria.Escenas de la vida posmoderna: Intelectuales, arte y videocultura en la Argentina (1994): Este libro aborda la irrupción de la cultura posmoderna en América Latina y la transformación de los medios en la configuración del imaginario social.La máquina cultural: Maestras, traductores y vanguardistas (1998): Sarlo analiza cómo se construye la cultura moderna en Argentina a través de figuras como las maestras rurales, los traductores de literatura y los escritores vanguardistas.La pasión y la excepción (2003): Este ensayo examina las figuras del héroe y la excepcionalidad en la política y la cultura argentina, destacando a Evita Perón y al Che Guevara.Ficciones argentinas: 30 años de literatura y democracia (2017): Sarlo realiza un recorrido por las narrativas literarias argentinas desde el retorno de la democracia, analizando cómo los escritores responden al contexto histórico y cultural.Este año se publicó ´Las dos torres´, un libro que reúne conferencias y artículos escritos por la autora entre 1992 y 2018. Sarlo estaba trabajando en su autobiografía titulada No entender, que había calificado en 2022 como su último libro.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Este año el Premio Nacional de Bibliotecas Públicas, otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, y la Biblioteca Nacional de Colombia, reconoció la excelencia en la gestión e innovación de tres bibliotecas públicas del país. Después de recibir 77 postulaciones y seleccionar a nueve finalistas para las tres categorías del premio, el jueves 12 de diciembre de 2024 se dieron a conocer los nombres de las bibliotecas ganadoras de este reconocimiento. Adriana Martínez Villalba, directora de la Biblioteca Nacional felicitó a las bibliotecas participantes y expresó que estas bibliotecas “son espacios que desde su labor de cuidado abren posibilidades para todas las voces del país, especialmente para aquellas que históricamente han sido excluidas, y hacen posible nuestro derecho ciudadano a la participación, a la palabra, a la cultura escrita, a leer, a escribir y a imaginar”.En la categoría de Memoria y cultura la ganadora fue la Biblioteca Pública Municipal de Leticia, ubicada en la capital de Amazonas. El centro del proyecto de esta biblioteca está en la promoción de la igualdad de acceso a programas culturales y en el fomento de la lectura, escritura y oralidad en las comunidades indígenas. 💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíPara fortalecer esta labor, la biblioteca trabaja en llave con las Bibliotecas Rurales Itinerantes (BRI) de las comunidades de El Progreso y Arara. En ese sentido, desarrollan talleres de lectoescritura, sesiones de lectura al aire libre y actividades culturales como manualidades, pintura, dibujo y cineforos.Por otro lado, en la categoría de Diversidad, tejido y organización comunitaria, la favorecida fue la Biblioteca Pública La Victoria, de Bogotá, que se ha consolidado como un referente en servicios de salud mental, sirviendo como refugio y punto de encuentro para pacientes del Hospital La Victoria y la comunidad de San Cristóbal.En esta biblioteca se promueve la integración social, la restitución de derechos culturales y el desarrollo de habilidades sociales. A través de diversas actividades, estimula procesos cognitivos y comunicativos, empoderando a los participantes y fortaleciendo su autoestima. “Esta es la biblioteca del cuidado y del amor por las otras y otros con los que habitamos. Es lo que uno pide, anhela y sueña que suceda en una biblioteca. Es todo de manera armónica, seria, sostenible, organizada, juiciosa, estudiosa, argumentada y proyectada ampliamente”, destacó el jurado integrado por Claudia Morales, Jeimy Hernández y Juana Ruiz. Las dos bibliotecas recibirán un estímulo de treinta millones de pesos, además de una pasantía en la Red de Bibliotecas Públicas de Barcelona, España.También en estas dos categorías fueron reconocidas la Biblioteca Pública Rural Frailejonal, en La Calera; la Biblioteca Pública Etnocultural Adelina Vásquez, en Bocas del Palo, Jamundí; la Biblioteca Pública Municipal Juan Carlos Montoya, en Sabaneta, Antioquia y la Biblioteca Pública Centro Cultural Comuna 18, en Cali.Como incentivo, recibirán quince millones de pesos destinados al fortalecimiento de sus programas y servicios y una pasantía internacional de una semana en la Red de Bibliotecas Públicas de Santiago de Chile. Una tercera ganadora fue la Biblioteca Pública Municipal Princesa Inírida, en Guainía, en la línea de trabajo de Experiencias de innovación bibliotecaria gracias a su programa de alfabetización “Mujeres empoderadas a través de la pedagogía lúdica y el cuidado de su entorno”.Dicho programa ha trabajado por implementar acciones de alfabetización básica y funcional, combinando educación formal con actividades recreativas, culturales y ambientales. Para eso, la biblioteca ha reconocido y valorado los conocimientos de las comunidades indígenas, enriqueciendo así su colección local. Una de las principales innovaciones del programa radica en su capacidad de adaptarse a las necesidades específicas de las mujeres de la comunidad de Porvenir, utilizando herramientas y técnicas de aprendizaje basadas en su cultura y experiencias de vida. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Red Nacional de Bibliotecas Públicas (@rnbpcolombia)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
A solo una semana de su publicación, las memorias de Angela Merkel ya son el libro más vendido del año en Alemania, según afirmó el jueves un grupo de expertos del sector editorial."Libertad" relata la infancia de la ex canciller alemana en la comunista Alemania del Este, su ascenso político dentro de la Democracia Cristiana (CDU), su elección como la primera mujer canciller y los 16 años en el cargo que le siguieron al frente del gobierno alemán.Según la empresa de análisis Media Control, el tomo de 736 páginas, coescrito por Beate Baumann, asesora de Merkel desde hace mucho tiempo, ya ha copado las listas de los más vendidos. Hasta el momento se han vendido 200.000 ejemplares, según la información."Ningún otro libro ha tenido un comienzo tan espectacular este año", dijo Ulrike Altig, directora general de Media Control.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl informe de Media Control descubrió que los compradores se dividían de manera relativamente uniforme entre hombres y mujeres, así como entre todos los grupos demográficos según edad.Comentarios restringidos en AmazonDespués de que el libro de Angela Merkel salió a la venta en Amazon, la plataforma aplicó restricciones a la función de comentarios del libro. Un portavoz de la empresa dijo que se habían identificado "actividades de valoración inusuales". Por lo tanto, las revisiones están "limitadas temporalmente a compras verificadas ". Esto es para garantizar que "las reseñas mostradas sean auténticas y confiables”.Varios medios de comunicación ya habían informado sobre ello anteriormente. Según la empresa, las compras verificadas significan en particular que el autor ha comprado o utilizado el artículo correspondiente en Amazon.Memorias de la RDAEntre los cientos de autores que la editorial Kiepenheuer&Witsch, tradicionalmente liberal de izquierda, incluye en su página web, sólo hay cuatro figuras de relevancia política nacional: el excanciller del SPD Helmut Schmidt, los políticos de Los Verdes Daniel Cohn-Bendit y Joschka Fischer, y el actual ministro de Economía, Robert Habeck. A veces la decisión de elegir editorial también puede tener algo de compromiso.También el escoger el lugar de la presentación de la autobiografía, el Deutsches Theater. Durante la RDA, Merkel vivía a sólo un minuto a pie, en la Marienstraße, cerca del entonces muro que separaba al país. Merkel y su marido, Joachim Sauer, son visitantes habituales. Los pasajes de la autobiografía que publicó el diario Die Zeit contienen recuerdos de cuando era niña y adolescente e iba al teatro en Berlín con sus padres "una vez al año". Ella "siempre recordaría” esas visitas. Y ahora Angel Merkel es la estrella del escenario por una noche.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
A lo largo de su vida, Albert Einstein (1879-1955) fue una especie de estrella pop de las ciencias. En 1905, con 26 años, presentó varios trabajos innovadores. Uno de ellos fue la teoría de la relatividad, que lo hizo mundialmente famoso. Apenas doce años después, Einstein recibió el Premio Nobel de Física.Jürgen Renn, historiador de ciencia y profesor del Instituto Max Planck de Geoantropología de Jena, coeditó en 2005 "El domingo te beso en la boca”, una colección de cartas de amor entre Einstein y su primera esposa, Mileva Maric, entre 1897 y 1903.Estas cartas forman parte de la obra "Collected Papers of Albert Einstein", publicada en 1987 por Princeton University Press, en Estados Unidos. Renn trabajó en ese volumen como coeditor entre 1986 y 1992. "Las misivas acababan de ser descubiertas", recuerda en una entrevista con DW. "Mi trabajo consistía en leerlas, comentarlas y clasificarlas históricamente".Renn todavía sigue fascinado por ellas: "Era un material sensacional, porque no sólo contenía expresiones de amor, sino también material científico de la fase más creativa de Einstein, sobre los que intercambió (información) con su novia y más tarde esposa".💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíCiencia y amorLas cartas no sólo aportan una idea del mundo emocional del joven Einstein, sino también de sus teorías científicas. Einstein y Mileva Maric (1875-1948), una joven serbia, se conocieron en 1896 en el Politécnico de Zúrich. El tenía 17 años y ella, 20. La muchacha terminó el curso de acceso universitario en Suiza, país donde también estudió Física. Fue la única mujer de su clase y la primera serbia de la historia en conseguirlo.Entre Mileva y Albert surgió un amor especial: "Con ella, Einstein podía combinar su vida amorosa con su vida científica", dice Renn. "¡Podían hablar literalmente de todo!". ¿Por qué si no, todavía hoy, los expertos especulan sobre el papel de Mileva en el desarrollo de la teoría de la relatividad?Einstein escribió a Mileva desde Winterthur, en Suiza, alrededor de 1901: "Te amo, mi querida doncella… ¡Qué hermoso fue la última vez que pude estrechar tu querida personita como la creó la naturaleza, por eso recibe un beso sincero! Los seis años de correspondencia son cruciales para Albert y Mileva. Ella se quedó embarazada en 1901 y dio a luz a un hijo. Se casaron 1903 y el matrimonio tuvo tres hijos. En 1918, la pareja se rompió. "Renuncias a toda relación personal conmigo", dejó ya claro Einstein en una carta de 1914, "no tienes que esperar ninguna ternura de mi parte ni hacer ninguna acusación contra mí". En el acuerdo de divorcio, le concedió el dinero del Premio Nobel, que él aún no había recibido.Higiene personal del científicoEn 1933, Einstein, que era judío, rompió con la Alemania nazi y se fue a Estados Unidos. Antes, en Alemania, se casó con su prima segunda, Elsa Löwenthal. Ella criticó su higiene personal y le regaló un cepillo para el pelo. "Si te parezco desagradable”, le escribió él, "entonces busca a un amigo más apetecible al gusto femenino. Pero yo conservaré mi indolencia".Su higiene no fue impedimento para que las mujeres lo cortejaran. En muchas de sus frecuentes giras de conferencias, Einstein mantuvo aventuras amorosas. Incluso en Berlín, como escribe el biógrafo de Einstein, Armin Hermann, además de su matrimonio con Elsa, tuvo una amante. "Las mayores tensiones en el matrimonio fueron desencadenadas por los líos amorosos de Einstein", señala Hermann en el prólogo de las cartas de amor de Einstein. "Einstein se sentía fuertemente atraído por todo lo femenino", explica.Amor juvenil apasionadoMás adelante, quedó claro que la conexión de Einstein con su primera novia, Marie Winteler, fue algo más que un simple coqueteo juvenil. "Cuando leí tu carta, fue como si estuviera viendo cómo cavaban mi tumba”, escribió patéticamente, y añadió: "La poquita felicidad que me quedaba está destruida, lo único que queda es una desolada y obligada vida”. La destinataria de estas frases era su antigua novia de la infancia, hija de la familia de acogida con la que Einstein vivió durante un año cuando era adolescente.Estas cartas, que estuvieron mucho tiempo en el Museo Histórico de Berna antes de su publicación en 2018, muestran al genio como un romántico al que le gustaba el lenguaje pomposo: "Qué infinita felicidad es el sentimiento: somos una sola alma", o "El amor nos hace grandes y ricos, y ningún Dios puede arrebatárnoslo".Las misivas de amor de Einstein muestran que el físico amaba la ciencia, la amistad y las mujeres. No sólo fue un genio universalmente admirado, sino también un hombre completamente normal. Las cartas de amor de Albert Einstein a Mileva Maric fueron adjudicadas por 500.000 euros el miércoles (11.12.2024) en la casa de subastas londinense Christie's.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
IMuchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. «Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.» José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.» Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados. Úrsula Iguarán, su mujer, que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio doméstico, no consiguió disuadirlo. «Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casa», replicó su marido. Durante varios meses se empeñó en demostrar el acierto de sus conjeturas. Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río, arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo xv con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido, cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras. Cuando José Arcadio Buendía y los cuatro hombres de su expedición lograron desarticular la armadura,encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer.En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor, que exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de Amsterdam. Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa. Mediante el pago de cinco reales, la gente se asomaba al catalejo y veía a la gitana al alcance de su mano. «La ciencia ha eliminado las distancias», pregonaba Melquíades. «Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa.» Un mediodía ardiente hicieron una asombrosa demostración con la lupa gigantesca: pusieron un montón de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentración de los rayos solares. José Arcadio Buendía, que aún no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes, concibió la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra. Melquíades, otra vez, trató de disuadirlo. Pero terminó por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa. Úrsula lloró de consternación. Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre había acumulado en toda una vida de privaciones, y que ella había enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasión para invertirías. José Arcadio Buendía no trató siquiera de consolarla, entregado por entero a sus experimentos tácticos con la abnegación de un científico y aun a riesgo de su propia vida. Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga, se expuso él mismo a la concentración de los rayos solares y sufrió quemaduras que se convirtieron en úlceras y tardaron mucho tiempo en sanar. Ante las protestas de su mujer, alarmada por tan peligrosa inventiva, estuvo a punto de incendiar la casa.Pasaba largas horas en su cuarto, haciendo cálculos sobre las posibilidades estratégicas de su arma novedosa, hasta que logró componer un manual de una asombrosa claridad didáctica y un poder de convicción irresistible. Lo envió a las autoridades acompañado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos explicativos, al cuidado de un mensajero que atravesó la sierra, y se extravió en pantanos desmesurados, remontó ríos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras, la desesperación y la peste, antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo. A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible, José Arcadio Buendia prometía intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno, con el fin de hacer demostraciones prácticas de su invento ante los poderes militares, y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar. Durante varios años esperó la respuesta. Por último, cansado de esperar, se lamentó ante Melquíades del fracaso de su iniciativa, y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez: le devolvió los doblones a cambio de la lupa, y le dejó además unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegación. De su puño y letra escribió una apretada síntesis de los estudios del monje Hermann, que dejó a su disposición para que pudiera servirse del astrolabio, la brújula y el sextante. José Arcadio Buendía pasó los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyó en el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos. Habiendo abandonado por completo las obligaciones domésticas, permaneció noches enteras en el patio vigilando el curso de los astros, y estuvo a punto de contraer una insolación por tratar de establecer un método exacto para encontrar el mediodía. Cuando se hizo experto en el uso y manejo de sus instrumentos, tuvo una noción del espacio que le permitió navegar por mares incógnitos, visitar territorios deshabitados y trabar relación con seres espléndidos, sin necesidad de abandonar su gabinete. Fue ésa la época en que adquirió el hábito de hablar a solas, paseándose por la casa sin hacer caso de nadie, mientras Úrsula y los niños se partían el espinazo en la huerta cuidando el plátano y la malanga, la yuca y el ñame, la ahuyama y la berenjena. De pronto, sin ningún anuncio, su actividad febril se interrumpió y fue sustituida por una especie de fascinación. Estuvo varios días como hechizado, repitiéndose a sí mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas, sin dar crédito a su propio entendimiento. Por fin, un martes de diciembre, a la hora del almuerzo, soltó de un golpe toda la carga de su tormento.Los niños habían de recordar por el resto de su vida la augusta solemnidad con que su padre se sentó a la cabecera de la mesa, temblando de fiebre, devastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginación, y les reveló su descubrimiento. -La tierra es redonda como una naranja.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíÚrsula perdió la paciencia. «Si has de volverte loco, vuélvete tú solo -gritó-. Pero no trates de inculcar a los niños tus ideas de gitano.» José Arcadio Buendía, impasible, no se dejó amedrentar por la desesperación de su mujer, que en un rapto de cólera le destrozó el astrolabio contra el suelo. Construyó otro, reunió en el cuartito a los hombres del pueblo y les demostró, con teorías que para todos resultaban incomprensibles, la posibilidad de regresar al punto de partida navegando siempre hacia el Oriente. Toda la aldea estaba convencida de que José Arcadio Buendía había perdido el juicio, cuando llegó Melquíades a poner las cosas en su punto. Exaltó en público la inteligencia de aquel hombre que por pura especulación astronómica había construido una teoría ya comprobada en la práctica, aunque desconocida hasta entonces en Macondo, y como una prueba de su admiración le hizo un regalo que había de ejercer una influencia terminante en el futuro de la aldea: un laboratorio de alquimia.Para esa época, Melquíades había envejecido con una rapidez asombrosa. En sus primeros viajes parecía tener la misma edad de José Arcadio Buendia. Pero mientras éste conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar un caballo agarrándolo por las orejas, el gitano parecía estragado por una dolencia tenaz. Era, en realidad, el resultado de múltiples y raras enfermedades contraídas en sus incontables viajes alrededor del mundo. Según él mismo le contó a José Arcadio Buendia mientras lo ayudaba a montar el laboratorio, la muerte lo seguía a todas partes, husmeándole los pantalones, pero sin decidirse a darle el zarpazo final. Era un fugitivo de cuantas plagas y catástrofes habían flagelado al género humano. Sobrevivió a la pelagra en Persia, al escorbuto en el archipiélago de Malasia, a la lepra en Alejandría, al beriberi en el Japón, a la peste bubónica en Madagascar, al terremoto de Sicilia y a un naufragio multitudinario en el estrecho de Magallanes. Aquel ser prodigioso que decía poseer las claves de Nostradamus, era un hombre lúgubre, envuelto en un aura triste, con una mirada asiática que parecía conocer el otro lado de las cosas. Usaba un sombrero grande y negro, como las alas extendidas de un cuervo, y un chaleco de terciopelo patinado por el verdín de los siglos. Pero a pesar de su inmensa sabiduría y de su ámbito misterioso, tenía un peso humano, una condición terrestre que lo mantenía enredado en los minúsculos problemas de la vida cotidiana. Se quejaba de dolencias de viejo, sufría por los más insignificantes percances económicos y había dejado de reír desde hacía mucho tiempo, porque el escorbuto le había arrancado los dientes. El sofocante mediodía en que reveló sus secretos, José Arcadio Buendía tuvo la certidumbre de que aquél era el principio de una grande amistad. Los niños se asombraron con sus relatos fantásticos. Aureliano, que no tenía entonces más de cinco años, había de recordarlo por el resto de su vida como lo vio aquella tarde, sentado contra la claridad metálica y reverberante de la ventana, alumbrando con su profunda voz de órgano los territorios más oscuros de la imaginación, mientras chorreaba por sus sienes la grasa derretida por el calor. José Arcadio, su hermano mayor, había de transmitir aquella imagen maravillosa, como un recuerdo hereditario, a toda su descendencia. Úrsula, en cambio, conservó un mal recuerdo de aquella visita, porque entró al cuarto en el momento en que Melquíades rompió por distracción un frasco de bicloruro de mercurio.-Es el olor del demonio -dijo ella.-En absoluto -corrigió Melquíades-. Está comprobado que el demonio tiene propiedades sulfúricas, y esto no es más que un poco de solimán.Siempre didáctico, hizo una sabia exposición sobre las virtudes diabólicas del cinabrio, pero Úrsula no le hizo caso, sino que se llevó los niños a rezar. Aquel olor mordiente quedaría para siempre en su memoria, vinculado al recuerdo de Melquíades. El rudimentario laboratorio -sin contar una profusión de cazuelas, embudos, retortas, filtros y coladores- estaba compuesto por un atanor primitivo; una probeta de cristal de cuello largo y angosto, imitación del huevo filosófico, y un destilador construido por los propios gitanos según las descripciones modernas del alambique de tres brazos de María la judía. Además de estas cosas, Melquíades dejó muestras de los siete metales correspondientes a los siete planetas, las fórmulas de Moisés y Zósimo para el doblado del oro, y una serie de apuntes y dibujos sobre los procesos del Gran Magisterio, que permitían a quien supiera interpretarlos intentar la fabricación de la piedra filosofal. Seducido por la simplicidad de las fórmulas para doblar el oro, José Arcadio Buendía cortejó a Úrsula durante varias semanas, para que le permitiera desenterrar sus monedas coloniales y aumentarlas tantas veces como era posible subdividir el azogile. Úrsula cedió, como ocurría siempre, ante la inquebrantable obstinación de su marido. Entonces José Arcadio Buendía echó treinta doblones en una cazuela, y los fundió con raspadura de cobre, oropimente, azufre y plomo. Puso a hervir todo a fuego vivo en un caldero de aceite de ricino hasta obtener un jarabe espeso y pestilente más parecido al caramelo vulgar que al oro magnífico. En azarosos y desesperados procesos de destilación, fundida con los siete metales planetarios, trabajada con el mercurio hermético y el vitriolo de Chipre, y vuelta a cocer en manteca de cerdo a falta de aceite de rábano, la preciosa herencia de Úrsula quedó reducida a un chicharrón carbonizado que no pudo ser desprendido del fondo del caldero.Cuando volvieron los gitanos, Úrsula había predispuesto contra ellos a toda la población. Pero la curiosidad pudo más que el temor, porque aquella vez los gitanos recorrieron la aldea haciendo un ruido ensordecedor con toda clase de instrumentos músicos, mientras el pregonero anunciaba la exhibición del más fabuloso hallazgo de los nasciancenos. De modo que todo el mundo se fue a la carpa, y mediante el pago de un centavo vieron un Melquíades juvenil, repuesto, desarrugado, con una dentadura nueva y radiante. Quienes recordaban sus encías destruidas por el escorbuto, sus mejillas fláccidas y sus labios marchitos, se estremecieron de pavor ante aquella prueba terminante de los poderes sobrenaturales del gitano. El pavor se convirtió en pánico cuando Melquíades se sacó los dientes, intactos, engastados en las encías, y se los mostró al público por un instante un instante fugaz en que volvió a ser el mismo hombre decrépito de los años anteriores y se los puso otra vez y sonrió de nuevo con un dominio pleno de su juventud restaurada. Hasta el propio José Arcadio Buendía consideró que los conocimientos de Melquíades habían llegado a extremos intolerables, pero experimentó un saludable alborozo cuando el gitano le explicó a solas el mecanismo de su dentadura postiza. Aquello le pareció a la vez tan sencillo y prodigioso, que de la noche a la mañana perdió todo interés en las investigaciones de alquimia; sufrió una nueva crisis de mal humor, no volvió a comer en forma regular y se pasaba el día dando vueltas por la casa. «En el mundo están ocurriendo cosas increíbles -le decía a Úrsula-. Ahí mismo, al otro lado del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros seguimos viviendo como los burros.» Quienes lo conocían desde los tiempos de la fundación de Macondo, se asombraban de cuánto había cambiado bajo la influencia de Melquíades.Al principio, José Arcadio Buendía era una especie de patriarca juvenil, que daba instrucciones para la siembra y consejos para la crianza de niños y animales, y colaboraba con todos, aun en el trabajo físico, para la buena marcha de la comunidad. Puesto que su casa fue desde el primer momento la mejor de la aldea, las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza. Tenía una salita amplia y bien iluminada, un comedor en forma de terraza con flores de colores alegres, dos dormitorios, un patio con un castaño gigantesco, un huerto bien plantado y un corral donde vivían en comunidad pacífica los chivos, los cerdos y las gallinas. Los únicos animales prohibidos no sólo en la casa, sino en todo el poblado, eran los gallos de pelea.La laboriosidad de Úrsula andaba a la par con la de su marido. Activa, menuda, severa, aquella mujer de nervios inquebrantables, a quien en ningún momento de su vida se la oyó cantar, parecía estar en todas partes desde el amanecer hasta muy entrada la noche, siempre perseguida por el suave susurro de sus pollerines de olán. Gracias a ella, los pisos de tierra golpeada, los muros de barro sin encalar, los rústicos muebles de madera construidos por ellos mismos estaban siempre limpios, y los viejos arcones donde se guardaba la ropa exhalaban un tibio olor de albahaca.José Arcadio Buendía, que era el hombre más emprendedor que se vería jamás en la aldea, había dispuesto de tal modo la posición de las casas, que desde todas podía llegarse al río y abastecerse de agua con igual esfuerzo, y trazó las calles con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que otra a la hora del calor. En pocos años, Macondo fue una aldea más ordenada y laboriosa que cualquiera de las conocidas hasta entonces por sus 300 habitantes. Era en verdad una aldea feliz, donde nadie era mayor de treinta años y donde nadie había muerto.Desde los tiempos de la fundación, José Arcadio Buendía construyó trampas y jaulas. En poco tiempo llenó de turpiales, canarios, azulejos y petirrojos no sólo la propia casa, sino todas las de la aldea. El concierto de tantos pájaros distintos llegó a ser tan aturdidor, que Úrsula se tapó los oídos con cera de abejas para no perder el sentido de la realidad. La primera vez que llegó la tribu de Melquíades vendiendo bolas de vidrio para el dolor de cabeza, todo el mundo se sorprendió de que hubieran podido encontrar aquella aldea perdida en el sopor de la ciénaga, y los gitanos confesaron que se habían orientado por el canto de los pájaros.Aquel espíritu de iniciativa social desapareció en poco tiempo, arrastrado por la fiebre de los imanes, los cálculos astronómicos, los sueños de trasmutación y las ansias de conocer las maravillas del mundo. De emprendedor y limpio, José Arcadio Buendía se convirtió en un hombre de aspecto holgazán, descuidado en el vestir, con una barba salvaje que Úrsula lograba cuadrar a duras penas con un cuchillo de cocina. No faltó quien lo considerara víctima de algún extraño sortilegio. Pero hasta los más convencidos de su locura abandonaron trabajo y familias para seguirlo, cuando se echó al hombro sus herramientas de desmontar, y pidió el concurso de todos para abrir una trocha que pusiera a Macondo en contacto con los grandes inventos.José Arcadio Buendía ignoraba por completo la geografía de la región. Sabía que hacia el Oriente estaba la sierra impenetrable, y al otro lado de la sierra la antigua ciudad de Riohacha, donde en épocas pasadas -según le había contado el primer Aureliano Buendía, su abuelo- sir Francis Drake se daba al deporte de cazar caimanes a cañonazos, que luego hacía remendar y rellenar de paja para llevárselos a la reina Isabel. En su juventud, él y sus hombres, con mujeres y niños y animales y toda clase de enseres domésticos, atravesaron la sierra buscando una salida al mar, y al cabo de veintiséis meses desistieron de la empresa y fundaron a Macondo para no tener que emprender el camino de regreso. Era, pues, una ruta que no le interesaba, porque sólo podía conducirlo al pasado. Al sur estaban los pantanos, cubiertos de una eterna nata vegetal, y el vasto universo de la ciénaga grande, que según testimonio de los gitanos carecía de límites. La ciénaga grande se confundía al Occidente con una extensión acuática sin horizontes, donde había cetáceos de piel delicada con cabeza y torso de mujer, que perdían a los navegantes con el hechizo de sus tetas descomunales. Los gitanos navegaban seis meses por esa ruta antes de alcanzar el cinturón de tierra firme por donde pasaban las mulas del correo. De acuerdo con los cálculos de José Arcadio Buendía, la única posibilidad de contacto con la civilización era la ruta del Norte. De modo que dotó de herramientas de desmonte y armas de cacería a los mismos hombres que lo acompañaron en la fundación de Macondo; echó en una mochila sus instrumentos de orientación y sus mapas, y emprendió la temeraria aventura.Los primeros días no encontraron un obstáculo apreciable. Descendieron por la pedregosa ribera del río hasta el lugar en que años antes habían encontrado la armadura del guerrero, y allí penetraron al bosque por un sendero de naranjos silvestres. Al término de la primera semana, mataron y asaron un venado, pero se conformaron con comer la mitad y salar el resto para los próximos días. Trataban de aplazar con esa precaución la necesidad de seguir comiendo guacamayas, cuya carne azul tenía un áspero sabor de almizcle. Luego, durante más de diez días, no volvieron a ver el sol. El suelo se volvió blando y húmedo, como ceniza volcánica, y la vegetación fue cada vez más insidiosa y se hicieron cada vez más lejanos los gritos de los pájaros y la bullaranga de los monos, y el mundo se volvió triste para siempre. Los hombres de la expedición se sintieron abrumados por sus recuerdos más antiguos en aquel paraíso de humedad y silencio, anterior al pecado original, donde las botas se hundían en pozos de aceites humeantes y los machetes destrozaban lirios sangrientos y salamandras doradas. Durante una semana, casi sin hablar, avanzaron como sonámbulos por un universo de pesadumbre, alumbrados apenas por una tenue reverberación de insectos luminosos y con los pulmones agobiados por un sofocante olor de sangre. No podían regresar, porque la trocha que iban abriendo a su paso se volvía a cerrar en poco tiempo, con una vegetación nueva que casi veían crecer ante sus ojos. «No importa -decía José Arcadio Buendía-. Lo esencial es no perder la orientación.» Siempre pendiente de la brújula, siguió guiando a sus hombres hacia el norte invisible, hasta que lograron salir de la región encantada. Era una noche densa, sin estrellas, pero la oscuridad estaba impregnada por un aire nuevo y limpio. Agotados por la prolongada travesía, colgaron las hamacas y durmieron a fondo por primera vez en dos semanas. Cuando despertaron, ya con el sol alto, se quedaron pasmados de fascinación. Frente a ellos, rodeado de helechos y palmeras, blanco y polvoriento en la silenciosa luz de la mañana, estaba un enorme galeón español.Ligeramente volteado a estribor, de su arboladura intacta colgaban las piltrafas escuálidas del velamen, entre jarcias adornadas de orquídeas. El casco, cubierto con una tersa coraza de rémora petrificada y musgo tierno, estaba firmemente enclavado en un suelo de piedras. Toda la estructura parecía ocupar un ámbito propio, un espacio de soledad y de olvido, vedado a los vicios del tiempo y a las costumbres de los pájaros. En el interior, que los expedicionarios exploraron con un fervor sigiloso, no había nada más que un apretado bosque de flores.El hallazgo del galeón, indicio de la proximidad del mar, quebrantó el ímpetu de José Arcadio Buendía. Consideraba como una burla de su travieso destino haber buscado el mar sin encontrarlo, al precio de sacrificios y penalidades sin cuento, y haberlo encontrado entonces sin buscarlo, atravesado en su camino como un obstáculo insalvable. Muchos años después, el coronel Aureliano Buendía volvió a travesar la región, cuando era ya una ruta regular del correo, y lo único que encontró de la nave fue el costillar carbonizado en medio de un campo de amapolas. Sólo entonces convencido de que aquella historia no había sido un engendro de la imaginación de su padre, se preguntó cómo había podido el galeón adentrarse hasta ese punto en tierra firme. Pero José Arcadio Buendía no se planteó esa inquietud cuando encontró el mar, al cabo de otros cuatro días de viaje, a doce kilómetros de distancia del galeón. Sus sueños terminaban frente a ese mar color de ceniza, espumoso y sucio, que no merecía los riesgos y sacrificios de su aventura.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El autor galardonado dijo que su cuento está contextualizado en la Cuba contemporánea, es "breve, de temática realista, sin artificios ni complicaciones técnicas" y trata sobre "la crueldad detrás de los actos cotidianos, la banalidad del mal y la desigualdad en la sociedad".El jurado del premio otorgó menciones a los textos Figurinas de Valdivia en el fondo del mar, del ecuatoriano Raúl Vallejo, a la argentina Yanina Audisio, por Dionisio.También recibieron menciones los narradores cubanos Katherine Perzant, por Animales deformes; Laidi Fernández, por La centinela; Laura Domingo, por Viaje al sur, y Miguel Terry, por El portero que amaba la nieve.En su versión del año anterior el premio fue otorgado también a un cubano, el escritor Emerio Medina por su cuento El hombre que vino a leer, y en 2022 lo recibió la colombiana Laura Restrepo Guzmán por Mangos.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEste galardón fue creado por la intelectual lituana Ugné Karvelis, segunda esposa de Julio Cortázar (1914-1984), y se entrega anualmente desde 2002 para homenajear al prestigioso escritor argentino y estimular a los narradores de todo el mundo que escriben en lengua castellana.Cortázar, considerado un virtuoso del relato corto, publicó su primer libro de cuentos Bestiario en 1951 y es el autor de la reconocida novela Rayuela (1963).Este premio lo auspician el Instituto Cubano del Libro (ICL), la institución cultural Casa de las Américas, y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El Museo Colonial presenta la intervención en sala "Antes de La vorágine: Colonialismo y extractivismo de larga duración", que está abierta al público desde este 19 de diciembre. Esta muestra explora las raíces históricas de las dinámicas extractivistas y de explotación que marcaron el periodo colonial y se extendieron hasta el republicano, revelando cómo estos procesos persisten hoy en día.La intervención se inspira en la novela La vorágine, que narra las dificultades de sus protagonistas al enfrentarse al caos y la crueldad del boom del caucho en la Amazonía colombiana a inicios del siglo XX. La novela de Rivera sirve como punto de partida para explorar las "vorágines" de la historia colonial, revelando cómo las dinámicas de explotación y deshumanización que describe tienen sus raíces en la Colonia y persisten hasta la actualidad.Al igual que el conflicto central de La vorágine, la muestra del Museo Colonial ilustra cómo la explotación de recursos naturales ha generado devastación ambiental y social a lo largo del tiempo.La muestra evidencia la explotación de recursos naturales como las perlas, el carey y otros materiales valiosos durante la época colonial, exponiendo las graves consecuencias ambientales y sociales que trajo consigo. La extracción de estos elementos afectó profundamente a comunidades indígenas y afrodescendientes, sometidas a condiciones de esclavitud y explotación.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLa intervención aborda el impacto de la extracción de perlas en el Caribe durante los primeros años de la Colonia, la devastación ecológica causada por la explotación indiscriminada de carey, y la resistencia de las comunidades indígenas frente a la opresión colonial."Antes de La vorágine” presenta, a partir de obras de artistas contemporáneos indígenas, la Amazonía como un espacio de resistencia y riqueza cultural, pero también como un escenario de explotación desde la llegada de los colonizadores. A través de la perspectiva de los pueblos indígenas, se explora cómo la percepción de la selva cambió con la colonización y se transformó en un espacio de conflicto, resistencia y preservación de saberes ancestrales.Se destaca la transformación de los ríos amazónicos en rutas de colonización y explotación de recursos, la resistencia de las comunidades indígenas ante la imposición de estructuras coloniales, manifestada en la preservación de tradiciones y formas de vida, y la continuidad del colonialismo en el periodo republicano a través de misiones evangelizadoras y prácticas extractivistas.La exhibición cuenta con la participación de varios artistas contemporáneos de comunidades indígenas, cuyas obras dialogan con piezas coloniales para ofrecer una visión crítica y reflexiva sobre los procesos históricos abordados. Entre ellos se encuentran Aimema Uai, artista muinane-murui originario de La Chorrera, cuyas obras reflejan la resistencia y el conocimiento ancestral frente al colonialismo; Tahuanty Jacanamijoy, artista de la comunidad inga, que representa en sus creaciones la conexión espiritual con la tierra y la naturaleza; y Franklin Piaguaje, artista secoya que explora temas de memoria y pertenencia a través de técnicas contemporáneas.El espacio estará abierto al público desde el 19 de diciembre de 2024, con horarios de visita de martes a domingo, 9:00 a. m. a 4:30 p. m. y estará acompañada por actividades de la agenda educativa y cultural, como talleres y recorridos guiados. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Museo Colonial (@museocolonial)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La aclamada película Emilia Pérez, dirigida por Jacques Audiard, tendrá su estreno en cines colombianos con la presencia del reconocido cineasta y su protagonista, Karla Sofía Gascón. Este evento especial se realizará justo antes de la esperada ceremonia de los Premios Oscar, considerada la máxima distinción en la industria cinematográfica. Tanto Audiard como Gascón, figuras centrales de esta temporada de galardones, visitarán Colombia del 17 al 19 de enero de 2025, consolidando al país como una escala crucial en su gira previa a una noche que promete ser histórica en Hollywood.El 18 de enero, a las 10:00 a. m., la Cinemateca de Bogotá del Instituto Distrital de las Artes (Idartes) será el escenario de una función especial de Emilia Pérez. Tras la proyección, Sandro Romero Rey, destacado escritor y director de teatro, moderará una conversación con Jacques Audiard y Karla Sofía Gascón. Este espacio brindará a los asistentes una oportunidad única de conocer los detalles del rodaje y la visión artística detrás de una obra que ha marcado un hito en el cine contemporáneo. Las inscripciones para este evento se abrirán a través de los canales oficiales de la Cinemateca pocos días antes de la actividad.Emilia Pérez: Protagonista de la temporada de premiosEn una temporada donde el cine de calidad brilla con intensidad, Emilia Pérez se ha consolidado como una de las favoritas del año. Desde su exitoso debut en el Festival de Cine de Cannes, donde Jacques Audiard recibió el Premio del Jurado y el elenco principal —Karla Sofía Gascón, Selena Gomez, Zoe Saldaña y Adriana Paz— obtuvo de manera conjunta el galardón a Mejor Actriz, la película ha recorrido con éxito los festivales de cine más prestigiosos del mundo. Este reconocimiento colectivo, raro en el contexto de Cannes, subraya el poder y la unicidad de la narrativa y las interpretaciones en esta producción.El aclamado viaje internacional de la cinta incluye su participación en el Festival de San Sebastián (España), el Festival de Cine de Morelia (México) y el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), donde obtuvo el Premio de la Audiencia.En el panorama de los Premios Oscar, Emilia Pérez destaca con seis menciones en la lista preliminar de nominaciones, abarcando cinco categorías: Mejor Película Internacional, Mejor Maquillaje y Peluquería, Mejor Banda Sonora Original, Mejor Sonido y Mejor Canción Original, con dos temas destacados: “El Mal” y “Mi Camino”.Recientemente, la película arrasó en los Premios del Cine Europeo 2024, donde recibió galardones a Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actriz, Mejor Guion y Mejor Montaje, confirmando su posición como una obra maestra cinematográfica.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíReconocimientos y nominacionesCon diez nominaciones en los Globos de Oro, otorgados por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, y otras diez en los Critics’ Choice Awards, Emilia Pérez reafirma su dominio en la escena internacional. Además, el American Film Institute (AFI) la incluyó en su prestigiosa lista de las mejores películas del año.La cinta también ha recibido múltiples menciones en los premios gremiales de la industria, incluyendo los Make-Up and Hair Stylists Guild Awards, los ACE Eddie Awards (editores), los Costume Designers Guild Awards y los Artios Awards de casting, entre otros. Estos reconocimientos reflejan la excelencia integral de una producción que ha cautivado tanto al público como a la crítica.Emilia Pérez no solo es un tributo al arte cinematográfico, sino también un testimonio del impacto de las historias que trascienden fronteras y desafían los límites de la creatividad.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El deporte fue el elemento estrella en las búsquedas del 2024 en Colombia, dentro de las más populares está la Copa América, la Eurocopa, el jugador Richard Ríos y las Olimpiadas, en este ranking solo hay una búsqueda distinta que no se relaciona con el deporte y es La casa de los famosos.Con respecto a las búsquedas de las Olimpiadas esta es la lista: gimnasia artística, natación artística, escalada deportiva combinada, vela y levantamiento de potencia en los Paralímpicos.Si nos vamos para la música los colombianos buscaron lo siguiente: Ángela Aguilar, Cristian Nodal, Alex Syntek, Cazzu y One Direction. Por el lado de los personajes la lista está dividida entre deportes y farándula con estos resultados: Richard Ríos, Rigoberto Urán, Nataly Umaña, Alejandro Estrada y Westcol.Las búsquedas de películas están encabezadas por Intensamente 2, le sigue Deadpool & Wolverine, luego La Sociedad de la Nieve, después Romper el Círculo y finalmente Kung Fu panda 4.Existe una categoría de In memoriam donde los más buscados fueron: Omar Geles, Akira Toriyama, Liam Payne, Piedad Córdoba y Fabiola Posada. Y finalmente en la categoría de deportistas están de nuevo Richard Ríos y Rigoberto Urán, seguidos de Arturo Vidal, Daniel Muñoz y Mariana Pajón.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLas categorías de preguntas están divididas en ¿qué?, ¿cómo? y ¿por qué?. En primer lugar están estas preguntas: ¿Qué es la Cop16?, ¿Qué es la eutanasia?, ¿Qué es Coquette?, ¿Qué es el día cívico? y ¿Qué es osteomielitis?.En las preguntas del ¿cómo? están las siguientes: ¿Cómo van las elecciones en Venezuela?, ¿Cómo votar en la Casa de los Famosos?, ¿Cómo saber si debo declarar renta?, ¿Cómo va el paro camionero? y ¿Cómo van las elecciones en Estados Unidos?.Y finalmente las del ¿por qué?: ¿Por qué las abejas son tan importantes?, ¿Por qué se orina negro?, ¿Por qué es festivo?, ¿Por qué es el paro de camioneros? y ¿Por qué sacaron a Isabella de la Casa de los Famosos?.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En la noche del 24 de diciembre cuando se celebra el nacimiento de Jesús en la religión católica, familias y amigos acostumbran a intercambiar regalos en un compartir que simboliza agradecimiento, amor y unión. Entre manualidades, alimentos, cartas y otros obsequios esta es una noche especial para la que muchas personas se preparan con anticipación y buscan los regalos ideales para esta ocasión.Y aunque esta tradición está directamente relacionada con el cristianismo, lo cierto es que desde antes ya existía la costumbre de intercambiar regalos. Por ejemplo, en la Antigua Roma, entre el 17 y el 23 de diciembre se celebraban los Saturnales, fiestas en honor a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha, donde se intercambiaban regalos como velas, figuras de madera y alimentos.Con esta tradición en mente, en la HJCK les compartimos dos proyectos literarios que no solo tienen productos muy especiales que acompañarán a quien los lleve y que incentivan y despiertan la curiosidad por la lectura, sino que también son elaborados por artistas, escritores y colectivos literarios.La cuarta raya del tigreDesde hace años el colectivo literario La cuarta raya del tigre incentiva la lectura a través del juego, de talleres, actividades y materiales que ofrecen alternativas que le apuestan a la construcción de paz y fortalecer la relación con la literatura.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíDurante los últimos años han diseñado calendarios que hacen las veces de programador y guía literaria, con temáticas y recomendaciones que harán más entretenido cada mes, con alguna sorpresa por mes. “Nace con la intención de empezar a jugar, de hacer promoción de lectura y escritura recomendando libros mes a mes y generando ejercicios de escritura, recomendaciones de contenidos y podcast”, dicen Alejandra Castañeda y Valentina Ardila, miembros del colectivo.En ediciones anteriores, el calendario ha estado dedicado, por ejemplo, a autoras mujeres y temas sociales. Para 2025 su temática serán profesiones y oficios alternativos, fuera de lo común, o como sus creadoras las nombran "poéticas".De acuerdo con Ardila, son “profesiones que desde la literatura nos permiten arreglar o reparar cosas que en el mundo son complejas”, encontrando así oficios como barrenderas de nubes o tejedoras de grietas.Otra particularidad de este calendario es la existencia de fechas especiales, además de los festivos habituales. Estos días, aunque no son festivos, son días especiales, repensados o que hacen un llamado a tener en cuenta otros eventos o proyectos que a lo largo del año pueden ser atractivos.Por ejemplo, a propósito de la celebración del Día de los Humedales, el 2 de febrero, este calendario recomienda un podcast que habla sobre estos ecosistemas. "El calendario es un acto de creación, de llevar la literatura a otros formatos, que por lo general no son tan tradicionales como el libro tal como lo conocemos”, señala Castañeda.Este calendario ilustrado, mes a mes ofrece alternativas de podcast y libros para leer, dándole un lugar predilecto a librerías independientes, autores emergentes y de Latinoamérica. Y claro, tiene un espacio para hacer notas y planear cuidadosamente el mes.A través de su cuenta de Instagram (@lacuartarayadeltigre), usted podrá encargar este detalle especial por un costo de $35.000 más el costo de envío. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Colectivo literario La Cuarta Raya del Tigre (@lacuartarayadeltigre)Asiento particularMaría Argel trabaja en una novela sobre la búsqueda de una actriz colombiana en los años setenta, un personaje etéreo que desde el 2017 la acompaña. Mientras esta literata, escritora y profesora navega en su novela, sigue escribiendo, creando y conociendo artistas que enriquecen su proceso creativo.Así, entre poemas y arte creó Asiento particular, un sitio en el que publica sus textos. "Tiene que ver con las infinitas y esencialmente libres maneras que tiene el lenguaje de asentarse sobre el papel (o sobre la pantalla). También es el lugar donde me encuentro con mis amigos, quienes tienen el don de ver con bellas imágenes el universo entero", le explica a sus lectores en su sitio web.Su proceso de escritura y creación ha desencadenado una serie de colaboraciones que poco a poco ha ido tomando forma. En el mundo cultural, cuenta, se ha encontrado con artistas plásticos, pintores e ilustradores, quienes a través de su talento han puesto en imágenes sus palabras y sus poemas.En asientoparticular.com puede visitar cinco escritos, cinco poemas de Argel: Homenaje personal a Shelley Duvall, Drama de poema, Loros, Poema a dos voces y Las niñas de 5to, cada uno con una ilustración de un artista diferente.De este último poema, sobre las niñas que habitan el quinto grado durante un año, sus intereses y sueños, surgió una colaboración especial con Lisa Fernanda Osorio Ogliastri, quien es artista por inspiración y pasión. A raíz del poema, Lisa ilustró una serie de libretas que acompañan el relato y que lo divide en seis fragmentos, seis agendas delicadas y que en su interior además, guarda el fragmento del poema que la inspiró.Ahora, estas seis agendas están a la venta por María y su socia Nathaly Otero, a través de su página web y de su Instagram en @asiento.particular, de manera individual por $25.000 o la colección completa por $120.000. Esta es una opción perfecta de regalo para todos los gustos y oficios, para quienes escriben en diarios, guardan recetas, hacen collages, o en su día a día toman notas de su cotidianidad o de su trabajo. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por asiento particular (@asiento.particular)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El 15 de diciembre de 1974, este arquitecto obtuvo un permiso para hacer una singular protesta contra la masificación de los autos: cerrar una zona de la capital colombiana a los coches y transitar en "bici" por el centro de la vía con otras 5.000 personas.El primer evento importante de este tipo en el mundo se convirtió rápidamente en una tradición muy popular de todos los domingos. La ciclovía que abarcaba la mayor parte de la ciudad ha sido imitada con modelos similares por unas 200 ciudades del planeta, según la alcaldía."Es el aula cívica al aire libre más grande del mundo", dice Ortiz, que ahora tiene 78 años, y una barba blanca bien delineada, mientras observaba su creación con satisfacción.Cada domingo alrededor 1,7 millones de bogotanos caminan, montan en bicicleta, patinan o realizan otras actividades físicas a lo largo de 127 kilómetros de calles sin autos, de acuerdo con cifras oficiales.Los paseos dominicales son un respiro profundo para los habitantes de una de las mayores metrópolis de América Latina, con uno de los peores tráficos de la región y afectada por la contaminación del aire."La ciclovía es parte del alma de Bogotá", asegura Camilo Ramírez, un especialista en migración que trotaba junto a su esposa detrás de sus hijos de 5 y 12 años, ambos en bicicleta."Válvula de escape" Desde Ciudad de México hasta Santiago y Sao Paulo, varias urbes latinoamericanas han puesto en marcha programas semanales de calles abiertas a la bicicleta en los últimos 20 años.En Bogotá, a 2.600 metros sobre el nivel del mar, casi todos los domingos las nubes grises de contaminación se reducen. En 2024, la ciclovía ha ayudado a reducir el equivalente a 444 toneladas de CO2, según cifras entregadas a la AFP.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLos deportistas disfrutan de la jornada soleada con paradas para refrescarse con diferentes bebidas y frutas, y comer empanadas y otros bocadillos. Los más entusiastas recorren desde el norte, en los barrios más acomodados, hasta el sur, más pobre, o viceversa."¡Esto es lo que me da vida!", dice Jhon Lozano, un fanático del ciclismo de 89 años, que sale de casa a las 4:30 de la mañana cada domingo en su bicicleta de carreras para reunirse con amigos a lo largo de la ruta.Ortiz describe la ciclovía como una "válvula de escape" para la cuarta ciudad más grande de América Latina, cuya población se ha multiplicado por diez en los últimos 50 años, pasando de 800.000 habitantes a ocho millones.El crecimiento demográfico y la mala planificación urbanística hacen de Bogotá una ciudad con cada vez más autos, pero menos espacio para que transiten.De las grandes urbes de la región es la única que aún no tiene metro, cuya construcción apenas está iniciando. El Índice TomTom de Tráfico Urbano sitúa a Bogotá como la segunda área metropolitana más congestionada del mundo en 2023, después de Manila.Locos por la "bici"La tercera capital nacional más alta del mundo, después de La Paz y Quito, podría parecer un lugar poco amable para iniciar una revolución a bordo de una "bici".Pero la pasión de los colombianos por el ciclismo se remonta a varias generaciones atrás, alimentada por las hazañas de leyendas de los pedales como Luis "Lucho" Herrera, ganador de la Vuelta a España en 1987, y Egan Bernal, primer latinoamericano en ganar el Tour de Francia, en 2019.Como los padres de varios de esos ídolos, en Colombia los campesinos y la clase trabajadora usan la bicicleta para llegar a sus trabajos. Antes de la ciclovía, "sabíamos que (...) en la mayor parte de las casas había una bicicleta", pero no espacios dónde montar, recuerda Ortiz. Hoy Bogotá tiene cerca de 600 km de carriles construidos solo para ciclistas.Las dos ruedas se convirtieron en un símbolo de emancipación, "permitiendo a todo el mundo desplazarse de forma accesible", analiza el psicólogo y urbanista Carlos Efe Pardo.Además de su aporte para el ejercicio físico y el medio ambiente, la ciclovía se convirtió también en fuente de empleo, en un país cuya informalidad alcanza al 55% de los trabajadores."Aquí he ganado lo que necesito para pagar la educación de mi hija, mi propio bienestar y mi casa", afirma Eladio Gustavo Atis, mecánico de 56 años que lleva 32 arreglando pinchazos e inflando neumáticos para los ciclistas.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Capítulo IMarsella. La llegadaEl 24 de febrero de 1815, el vigía de Notre-Dame de la Garde avistó el buque de tres palos, el Pharaon, que venía de Esmirna, Trieste y Nápoles.Como de costumbre, el práctico salió rápidamente del puerto, pasó bordeando el castillo de If y fue a abordar el navío entre el cabo de Morgion y la isla de Rion.Enseguida, como aún es costumbre, la plataforma del fuerte Saint-Jean se había llenado de curiosos; pues sigue siendo un gran acontecimiento en Marsella la llegada de un buque, sobre todo cuando ese buque, como el Pharaon, ha sido construido, aparejado y estibado en los astilleros de la antigua Focea y pertenece a un armador de la ciudad.Mientras tanto el buque se iba acercando; había franqueado felizmente ese estrecho que algún movimiento volcánico formó entre la isla de Calasareigne y la isla de Jaros; había doblado Pomègue y navegaba bajo sus tres gavias, su gran foque y su vela cangreja, pero tan lentamente y con un ritmo tan triste que los curiosos, con ese instinto que presiente las desgracias, se preguntaban qué accidente podía haber ocurrido a bordo. Sin embargo, los expertos en navegación reconocían que, si había sucedido un accidente, no podía ser al barco mismo, pues el navío se aproximaba con todas las condiciones de un navío perfectamente gobernado: el ancla preparada para el fondeo, los obenques del bauprés sueltos; y junto al práctico, que se disponía a dirigir al Pharaon por la estrecha entrada del puerto de Marsella, había un joven de gesto rápido y mirada activa, que vigilaba cada movimiento del navío y repetía cada orden dada por el práctico.La vaga inquietud que planeaba entre la gente había hecho mella particularmente en uno de los espectadores de la explanada de Saint-Jean, de modo que no pudo esperar a la entrada del buque en el puerto; saltó a un pequeño bote y ordenó remar para ir al encuentro del Pharaon, a quien alcanzó frente a la ensenada de la Reserve.Al ver venir a este hombre, el joven marino dejó su puesto junto al práctico, y, sombrero en mano, vino a apoyarse en el pretil del barco.Era un joven de dieciocho a veinte años, alto, esbelto, con unos hermosos ojos negros y cabello de ébano; toda su persona despedía ese aire tranquilo y resuelto propio de los hombres acostumbrados desde su infancia a luchar contra el peligro.—¡Ah, es usted, Dantès! —gritó el hombre del bote—; ¿qué es lo que ha pasado, por qué ese aire de tristeza que se percibe a bordo?—Una gran desgracia, señor Morrel —respondió el joven—, una gran desgracia, sobre todo para mí; a la altura de Civita-Vecchia hemos perdido al buen capitán Leclère.—¿Y la carga? —preguntó rápidamente el armador.—La carga llegó a buen puerto, señor Morrel, y creo que respecto a eso estará usted satisfecho; pero ese pobre capitán Leclère…—¿Pues que le ocurrió? —preguntó el armador visiblemente aliviado —; ¿pues entonces qué le ocurrió, a ese buen capitán?—Ha muerto.—¿Se cayó al mar?—No, señor; ha muerto de una fiebre cerebral, en medio de horribles sufrimientos.Después, volviéndose hacia sus hombres:—¡Vamos! —dijo—, ¡cada uno a su puesto para el fondeo!La tripulación obedeció. Al instante, los ocho o diez marineros que la componían se lanzaron unos a las escotas, otros a las brazas, otros a las drizas, otros a los cabos bajos de los foques; finalmente, otros a cada briol de las velas.El joven marino echó una indolente ojeada a todo ese comienzo de maniobra y, al ver que sus órdenes se iban ejecutando, volvió a su interlocutor.—Y entonces, ¿cómo sucedió esa desgracia? —continuó el armador, retomando la conversación allí donde el marino la había interrumpido.—Dios mío, señor, de la manera más imprevista: después de una larga conversación con el comandante del puerto, el capitán Leclère salió de Nápoles muy agitado; al cabo de veinticuatro horas le subió la fiebre; tres días después, murió.»Le hicimos los funerales de ordenanza, y descansa a la altura de la isla de El Giglio, decentemente envuelto en un coy, con una bala de cañón del treinta y seis a los pies y otra a la cabeza. Le traemos a la viuda su cruz de honor y su espada. Sí que es una lástima —continuó el joven con una melancólica sonrisa—, guerrear diez años contra los ingleses para venir a morir en su cama, como todo el mundo.—¡Hombre! Qué quiere usted, señor Edmond —repuso el armador que parecía consolarse cada vez más—, todos somos mortales, y es bien necesario que los viejos dejen el sitio a los jóvenes, sin eso no habría progreso, y puesto que usted me garantiza la carga…—Está en buen estado, señor Morrel, se lo aseguro. Este es un viaje del que le aconsejo contar con no menos de 25.000 francos de beneficio.Después, como acababa de sobrepasar el torreón:—¡Listos para cargar las velas de la cofa, el foque y la cangreja! — gritó el joven marino—. ¡Rápido!La orden se ejecutó casi con tanta rapidez como en un barco de guerra.—¡Arriar y recoger velas!Tras la última orden, todas las velas se arriaron y el navío se acercó de una manera casi insensible, navegando solamente por la impulsión dada.—Y ahora, si quiere embarcar, señor Morrel —dijo Dantès viendo la impaciencia del armador—, ahí está su contable, el señor Danglars, que sale de la cabina y que le dará toda la información que usted desee. En cuanto a mí, tengo que vigilar el fondeo y poner el navío en duelo.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl armador no esperó a que se lo dijera dos veces. Asió un cabo que le echó Dantès y, con una destreza que hubiera hecho honor a un hombre de mar, escaló los peldaños clavados en el flanco abombado del barco, mientras que Dantès, regresando a su puesto de segundo, cedía la conversación a quien había anunciado con el nombre de Danglars y que, saliendo de la cabina, iba efectivamente al encuentro del armador.El recién llegado era un hombre de veinticinco a veintiséis años, de rostro bastante sombrío, obsequioso con sus superiores, insolente con sus subordinados. Es cierto que, además del título de agente contable, que siempre es motivo de repulsa para los marineros, era, generalmente, tan mal visto por la tripulación como, por el contrario, bien visto y estimado era Edmond Dantès.—Y bien, señor Morrel —dijo Danglars—, ya conoce la desgracia, ¿no?—Sí, sí, ¡pobre capitán Leclère! ¡Era un buen hombre honrado!—Y un excelente marino, sobre todo, que había envejecido entre el cielo y el agua, como conviene a un hombre encargado de los intereses de una casa tan importante como la casa Morrel e hijo —respondió Danglars.—Pero —dijo el armador siguiendo con la mirada a Dantès, que intentaba el fondeo—, pero me parece que no hay necesidad de ser tan marino viejo como usted dice, Danglars, para conocer su oficio, y ahí tiene a nuestro amigo Edmond, que cumple con el suyo, me parece, como hombre que no necesita pedir consejos a nadie.—Sí —dijo Danglars echando a Dantès una aviesa mirada en la que brillaba un destello de odio—, sí, es joven, y no duda de nada. En cuanto murió el capitán tomó el mando sin consultar a nadie, y además nos hizo perder un día y medio en la isla de Elba en lugar de regresar directamente a Marsella.—En cuanto a tomar el mando del navío —dijo el armador— era su deber como segundo; en cuanto a perder un día y medio en la isla de Elba, ahí se equivocó, a menos que el navío tuviera que reparar alguna avería.—El navío estaba tan bien como yo, y como deseo que lo esté usted, señor Morrel; y esa jornada y media se perdió por puro capricho, por el gusto de bajar a tierra, eso es todo.—Dantès —dijo el armador volviéndose hacia el joven—, venga aquí.—Perdón, señor —dijo Dantès—, enseguida estoy con usted.Después, dirigiéndose a la tripulación:—¡Fondeo! —dijo.Rápidamente cayó el ancla y la cadena se deslizó ruidosamente. Dantès se quedó en su puesto, a pesar de la presencia del práctico, hasta que esta última maniobra se vio concluida; después, añadió:—¡Bajen el gallardete a medio mástil, pongan la bandera a media asta, embiquen las vergas!—Ve usted —dijo Danglars—, se cree ya capitán, palabra.—Y de hecho lo es —dijo el armador.—Sí, salvo la firma de usted y la de su socio, señor Morrel.—¡Hombre! ¿Por qué no íbamos a dejarle en ese puesto? —dijo el armador—. Es joven, ya lo sé, pero me parece muy apropiado y muy experimentado en su oficio.Una nube pasó por la frente de Danglars.—Perdón, señor Morrel —dijo Dantès al acercarse—; ahora que el navío está fondeado, ya soy todo suyo, me ha llamado usted, ¿verdad?Danglars retrocedió un paso.—Yo quería preguntarle, Dantès, por qué se detuvo usted en la isla de Elba.—Lo ignoro, señor, era para cumplir la última orden del capitán Leclère, que, al morir, me remitió un paquete para el gran mariscal Bertrand.—¿Entonces le vio usted, Edmond?—¿A quién?—Al gran mariscal.—Sí.Morrel miraba a su alrededor y atrajo a Dantès aparte.—¿Y cómo está el emperador? —preguntó rápidamente.—Bien, tal como pude juzgar por mis propios ojos.—¿Así que usted vio también al emperador?—Entró donde el mariscal cuando yo estaba con él.—¿Y le habló usted?—Mejor decir que fue él quien habló conmigo, señor —dijo Dantès sonriendo.—¿Y qué le dijo?—Me hizo preguntas sobre el buque, sobre la fecha en la que zarparía hacia Marsella, sobre la ruta que había seguido y sobre la carga que llevaba. Creo que si hubiera estado vacío y que si yo hubiera sido el dueño, su intención hubiera sido comprarlo; pero le dije que yo era un simple segundo, y que el buque pertenecía a la casa Morrel e hijo. «¡Ah!», dijo, «la conozco. Los Morrel son armadores de padre a hijo, y había un Morrel que servía en el mismo regimiento que yo, cuando yo estaba en guarnición en Valence».—¡Eso es cierto, pardiez! —exclamó el armador todo gozoso—; era Policar Morrel, mi tío, que llegó a capitán. Dantès, dirá a mi tío que el emperador se acordó de él, y le verá llorar, al viejo veterano. Vamos, vamos —continuó el armador, dando una palmada amistosa en el hombro del joven—, hizo usted bien, Dantès, en seguir las nstrucciones del capitán Leclère, y deteniéndose en la isla de Elba, aunque, si se supiera que remitió un paquete al mariscal y que habló con el emperador, podría comprometerle.—¿Y en qué iba a comprometerme, señor? —dijo Dantès—. Ni siquiera sé lo que llevaba, y el emperador no me hizo más preguntas de las que hubiera hecho a cualquier recién llegado. Pero, perdón —repuso Dantès—, aquí vienen sanidad y aduanas; me permite, ¿verdad?—Vaya, vaya, mi querido Dantès.El joven se alejó y, mientras se alejaba, se acercó Danglars.—Y bien —preguntó—, ¿parece que le ha dado buenas razones para haber fondeado en Portoferraio?—Excelentes razones, mi querido señor Danglars.—¡Ah! Mejor así —respondió este—, pues siempre es penoso ver a un compañero que no cumple con su deber.—Dantès sí ha cumplido con el suyo —respondió el armador—, y no hay nada más que decir. Era el capitán Leclère quien le había ordenado esa escala.—A propósito del capitán Leclère, ¿no os ha remitido una carta suya?—¿Quién?—Dantès.—¡A mí, no! ¿Es que tenía una carta?—Yo creía que, además del paquete, el capitán Leclère le había confiado una carta.—¿De qué paquete habla usted, Danglars?—¡Pues del que Dantès depositó al pasar por Portoferraio!—¿Cómo sabe usted que había un paquete que depositar en Portoferraio?Danglars se sonrojó.—Yo pasaba por delante de la puerta del capitán que estaba entreabierta, y vi que entregaba ese paquete y esa carta a Dantès.—No me ha dicho nada —dijo el armador—; pero si existe esa carta, me la entregará.Danglars reflexionó un instante.—Entonces, señor Morrel, se lo ruego, no hable de esto con Dantès; me habré equivocado.En ese momento el joven volvía; Danglars se alejó.—Y bien, mi querido Dantès, ¿ya está usted libre? —preguntó el armador.—Sí, señor.—La cosa no ha sido larga.—No, di al aduanero la lista de nuestras mercancías; y en cuanto a la Oficina de Sanidad, enviaron con el práctico a un hombre a quien entregué nuestros papeles.—¿Entonces ya no tiene usted nada más que hacer aquí?Dantés echó una rápida ojeada a su alrededor.—No, todo está en orden —dijo.—¿Entonces podrá usted venir a comer con nosotros?—Discúlpeme, señor Morrel, discúlpeme, se lo ruego, pero debo a mi padre la primera visita. No por eso dejo de agradecerle el honor que usted me hace.—Es justo, Dantès, es justo. Ya sé que es usted un buen hijo.—¿Y… —preguntó Dantès con cierta duda—, mi padre está bien de salud, que usted sepa?—Pues creo que sí, mi querido Edmond, aunque no le he visto.—Sí, se queda demasiado encerrado en su casa.—Al menos eso prueba de que no le falta de nada cuando usted está ausente.Dantès sonrió.—Mi padre es orgulloso, señor, y aunque le faltara de todo, dudo que pidiera algo a alguien, excepto a Dios.—Y bien, después de esa primera visita, contamos con usted.—Discúlpeme de nuevo, señor Morrel; pero después de esa primera visita tengo una segunda que no me preocupa menos que la primera.—¡Ah! Es cierto, Dantès; olvidaba que hay en Les Catalans alguien que debe esperarle con no menos impaciencia que su padre de usted; la bella Mercedes.Dantès sonrió.—¡Ah!, ¡ah! —dijo el armador—. No me extraña que la joven haya venido tres veces a preguntar por el Pharaon. ¡Pestes! Edmond, no es usted digno de lástima, ¡vaya una guapa amante que tiene usted!—No es mi amante, señor —dijo seriamente el joven marino—; es mi prometida.—A veces se es ambas cosas —dijo el armador riendo.—No para nosotros, señor —respondió Dantès.—Vamos, vamos, mi querido Edmond —continuó el armador—, que no quiero retenerle; demasiado bien ha llevado usted mis asuntos como para que no le deje yo todo su tiempo para llevar a cabo los suyos.¿Necesita usted dinero?—No, señor; tengo toda mi nómina del viaje, es decir, cerca de tres meses de sueldo.—Es usted un muchacho formal, Edmond.—Añada usted que tengo un padre pobre, señor Morrel.—Sí, sí, ya sé que es usted un buen hijo. Vaya, pues, a ver a su padre; yo también tengo un hijo, y odiaría a quien después de un viaje de tres meses, le retuviera lejos de mí.—Entonces, ¿me permite? —dijo el joven despidiéndose.—Sí, si no tiene usted nada más que decirme.—No.—¿El capitán Leclère no le dio, al morir, una carta para mí?—Le hubiera sido imposible escribirla, señor; pero eso me recuerda que tendré que pedirle un permiso de quince días.—¿Para casarse?—Primeramente, sí; después, para ir a París.—¡Bueno!, ¡bueno! Se tomará usted el tiempo que desee, Dantès; descargar el buque nos llevará unas seis semanas, y no embarcaremos antes de tres meses… Solamente que, dentro de tres meses, tendrá usted que estar aquí. El Pharaon —continuó el armador con una palmada en el hombro del joven marino—, no podría zarpar sin su capitán.—¡Sin su capitán! —exclamó Dantès con los ojos brillantes de alegría—. Mire usted bien lo que dice, señor, pues acaba usted de dar respuesta a las más secretas esperanzas de mi corazón. ¿Acaso es su intención nombrarme capitán del Pharaon?—Si fuera sólo yo, le estrecharía la mano, mi querido Dantès, y le diría: «eso está hecho». Pero tengo un socio, y ya conoce usted el proverbio latino: Che a compagne a padrone. Pero la mitad del trabajo está hecho, al menos, puesto que de dos votos ya tiene usted uno. Confíe en mí para obtener el otro y yo haré todo lo que pueda.—¡Oh! Señor Morrel —exclamó el joven marino, cogiendo las manos del armador con lágrimas en los ojos—; señor Morrel, se lo agradezco, en nombre de mi padre y de Mercedes.—Está bien, está bien, Edmond, hay un Dios en el Cielo para las buenas personas, ¡qué diablos! Vaya usted a ver a su padre, a ver a Mercedes, y vuelva a verme después.—¿Pero no quiere que le lleve a tierra?—No, gracias; me quedo para arreglar cuentas con Danglars. ¿Ha estado usted satisfecho de él durante el viaje?—Eso depende del sentido que quiera usted dar a esa pregunta, señor.Si es como buen compañero, no, pues creo que no le gusto mucho desde el día en el que cometí la tontería, tras una pequeña querella que tuvimos entre los dos, de proponerle que nos detuviéramos diez minutos en la isla de Montecristo para resolver esa querella; propuesta que reconozco que fue equivocada por mi parte, como acertada fue la suya al rechazarla. Si el sentido de su pregunta es como sobrecargo, creo que no tengo nada que decir y que usted estará satisfecho de cómo ha cumplido con su tarea.—Pero —preguntó el armador—, veamos, Dantès, ¿si usted fuera el capitán del Pharaon, mantendría a Danglars con gusto?—Capitán o segundo, señor Morrel —respondió Dantès—, tendré siempre la mayor consideración por quienes tengan la confianza de mis armadores.—Vamos, vamos, Dantès, veo que es usted un buen muchacho en todos los sentidos. No quiero retenerle más; vaya, pues ya veo que está sobre ascuas.—¿Tengo entonces ese permiso? —preguntó Dantès.—Vaya, le digo.—¿Me permite que coja su bote?—Cójalo.—Adiós, señor Morrel y mil veces gracias.—Adiós, mi querido Edmond, ¡buena suerte!El joven marino saltó al bote, fue a sentarse a popa y dio la orden de atracar en La Canebière. Dos marineros se inclinaron enseguida sobre los remos y la embarcación se deslizó tan rápidamente como era posible, en medio de miles de barcas que obstruían la especie de calle que lleva, entre dos filas de buques, de la entrada del puerto al muelle de Orleáns.El armador le siguió con la mirada sonriendo hasta la orilla, le vio saltar al pavimento del muelle y perderse enseguida en medio de esa masa abigarrada que, desde las cinco de la mañana a las nueve de la noche, atesta esa famosa calle de La Canebière, de la que los foceos modernos están tan orgullosos que dicen, con la seriedad más grande del mundo, y con ese acento que concede tanto carácter a lo que dicen: «si París tuviera La Canebière, París sería una pequeña Marsella».Cuando se dio la vuelta, el armador vio detrás de él a Danglars que, en apariencia, parecía esperar sus órdenes, pero que, en realidad, como él, seguía al joven marino con la mirada. Solamente que había una gran diferencia en la expresión de esa doble mirada que seguía al mismo hombre.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
PRIMERA PARTEITodas las familias felices se parecen entre sí; pero cada familia desgraciada tiene un motivo especial para sentirse así. En casa de los Oblonsky andaba todo trastrocado. La esposa acababa de enterarse de que su marido mantenía relaciones con la institutriz francesa y se había apresurado a declararle que no podía seguir viviendo con él.Semejante situación duraba ya tres días y era tan dolorosa para los esposos como para los demás miembros de la familia. Todos, incluso los criados, sentían la íntima impresión de que aquella vida en común no tenía ya sentido y que, incluso en una posada, se encuentran más unidos los huéspedes de lo que ahora se sentían ellos entre sí.La mujer no salía de sus habitaciones; el marido no comía en casa desde hacía tres días; los niños corrían libremente de un lado a otro sin que nadie les molestara. La institutriz inglesa había tenido una disputa con el ama de llaves y escribió a una amiga suya pidiéndole que le buscase otra colocación; el cocinero se había ido dos días antes, precisamente a la hora de comer; y el cochero y la ayudante de cocina manifestaron que no querían continuar prestando sus servicios allí y que sólo esperaban que les saldasen sus haberes para irse.El tercer día después de la escena tenida con su mujer, el príncipe Esteban Arkadievich Oblonsky –Stiva, como le llamaban en sociedad–, al despertar a su hora de costumbre, es decir, a las ocho de la mañana, se halló, no en el dormitorio conyugal, sino en su despacho, tendido sobre el diván de cuero.Volvió su cuerpo, lleno y bien cuidado, sobre los flexibles muelles del diván, como si se dispusiera a dormir de nuevo, a la vez que abrazando el almohadón apoyaba en él la mejilla. De repente se incorporó, se sentó sobre el diván y abrió los ojos.«¿Cómo era», pensó, recordando su sueño. «¡A ver, a ver! Alabin daba una comida en Darmstadt… Sonaba una música americana… El caso es que Darmstadt estaba en América… ¡Eso es! Alabin daba un banquete, servido en mesas de cristal… Y las mesas cantaban: "Il mio tesoro"..: Y si no era eso, era algo más bonito todavía.» Había también unos frascos, que luego resultaron ser mujeres… »💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLos ojos de Esteban Arkadievich brillaron alegremente al recordar aquel sueño. Luego quedó pensativo y sonrió. «¡Qué bien estaba todo!» Había aún muchas otras cosas magníficas que, una vez despierto, no sabía expresar ni con palabras ni con pensamientos.Observó que un hilo de luz se filtraba por las rendijas de la persiana, alargó los pies, alcanzó sus zapatillas de tafilete bordado en oro, que su mujer le regalara el año anterior con ocasión de su cumpleaños, y, como desde hacía nueve años tenía por costumbre, extendió la mano hacia el lugar donde, en el dormitorio conyugal, acostumbraba tener colocada la bata.Sólo entonces se acordó de cómo y por qué se encontraba en su gabinete y no en la alcoba con su mujer; la sonrisa desapareció de su rostro y arrugó el entrecejo.–¡Ay, ay, ay! –se lamentó, acordándose de lo que había sucedido.Y de nuevo se presentaron a su imaginación los detalles de la escena terrible; pensó en la violenta situación en que se encontraba y pensó, sobre todo, en su propia culpa, que ahora se le aparecía con claridad.–No, no me perdonará. ¡Y lo malo es que yo tengo la culpa de todo. La culpa es mía, y, sin embargo, no soy culpable. Eso es lo terrible del caso! ¡Ay, ay, ay! –se repitió con desesperación, evocando de nuevo la escena en todos sus detalles.Lo peor había sido aquel primer momento, cuando al regreso del teatro, alegre y satisfecho con una manzana en las manos para su mujer, no la había hallado en el salón; asustado, la había buscado en su gabinete, para encontrarla al fin en su dormitorio examinando aquella malhadada carta que lo había descubierto todo.Dolly, aquella Dolly, eternamente ocupada, siempre llena de preocupaciones, tan poco inteligente, según opinaba él, se hallaba sentada con el papel en la mano, mirándole con una expresión de horror, de desesperación y de ira.–¿Qué es esto? ¿Qué me dices de esto? –preguntó, señalando la carta.Y ahora, al recordarlo, lo que más contrariaba a Esteban Arkadievich en aquel asunto no era el hecho en sí, sino la manera como había contestado entonces a su esposa.Le había sucedido lo que a toda persona sorprendida en una situación demasiado vergonzosa: no supo adaptar su aspecto a la situación en que se encontraba. Así, en vez de ofenderse, negar, disculparse, pedir perdón o incluso permanecer indiferente ––cualquiera de aquellas actitudes habría sido preferible–, hizo una cosa ajena a su voluntad («reflejos cerebrales», juzgó Esteban Arkadievich, que se interesaba mucho por la fisiología): sonreír, sonreír con su sonrisa habitual, benévola y en aquel caso necia.Aquella necia sonrisa era imperdonable. Al verla, Dolly se había estremecido como bajo el efecto de un dolor físico, y, según su costumbre, anonadó a Stiva bajo un torrente de palabras duras y apenas hubo terminado, huyó a refugiarse en su habitación. Desde aquel momento, se había negado a ver a su marido. «¡Todo por aquella necia sonrisa!», pensaba Esteban Arkadievich. Y se repetía, desesperado, sin hallar respuesta a su pregunta: «¿Qué hacer, qué hacer?».🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con el estreno a nivel mundial de la serie en esa plataforma, Aracataca, lugar en el que se inspiró el escritor para ambientar la que es considerada la novela más importante del 'boom' latinoamericano, concentra la atención del mundo gracias al formato audiovisual que llega al público a través de las pantallas.Enmarcada en un atardecer que se sintió fresco después de un caluroso día con 40 grados de sensación térmica y a un lado de la iglesia de San José, la pantalla gigante montada en la plaza reunió una multitud de lugareños y visitantes para la proyección de la serie inspirada en la obra del hijo más famoso de Aracataca y considerado como el colombiano más universal.Gabriel García Márquez, que nació el 6 de marzo de 1927 en ese pueblo situado en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, y falleció en Ciudad de México el 17 de abril de 2014, se convirtió en un ícono de la literatura mundial para orgullo de Colombia y de sus paisanos.Antes del acto de hoy, niños y jóvenes que iban a participar en la puesta en escena preparada para la ocasión caminaban por las calles cercanas a la plaza disfrazados de gitanos, evocando el momento en el que Melquíades y su tribu llegaron a Macondo con los pergaminos en donde estaba escrita la historia de los Buendía.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl 'río de las hamacas'Situada a orillas del río que lleva su nombre y que proviene de un vocablo en lengua indígena kogui que significa 'río de las hamacas', por las redes que colgaban los aborígenes entre los árboles para descansar en sus riberas, Aracataca tiene una historia que se remonta a épocas anteriores a la llegada de los españoles a lo que hoy es Colombia, pero se dio a conocer por ser la cuna del nobel.Por eso, el lanzamiento de la serie de Netflix fue la oportunidad de algunos visitantes para conocer en Aracataca los lugares que guardan relación con la vida de Gabriel García Márquez y su obra literaria.La casa Museo Gabriel García Márquez, la Casa del Telegrafista, la Estación del Ferrocarril y la Biblioteca Remedios la Bella, evocan el ambiente del realismo mágico que García Márquez plasmó en cada una de sus novelas.Antes de la proyección del primer capítulo de la serie, el director de Políticas Públicas de Netflix para América Latina, Pierre Vandoorne, manifestó: "Qué mejor lugar que Aracataca para estrenar la producción más grande que haya tenido lugar en Latinoamérica, que es una historia colombiana".Paisanos orgullososMientras caminaba con paso cansino por la reconstruida estación férrea, en donde se detiene mientras pasa un tren de dos kilómetros de largo cargado de carbón, el cataquero Gilberto Buelvas Villalobos, de 80 años, afirma que se siente orgulloso de ser paisano de 'Gabo', a quien considera "el hombre más importante que ha parido esta tierra"."Aunque Gabo nació 27 años antes que yo, a mí me interesaron los libros que escribió, empezando por La hojarasca y El coronel no tiene quien le escriba, además de Cien años de soledad que es su novela más famosa", comenta Buelvas.Por otro lado, sentada junto a una estatua de Gabriel García Márquez, Bismay Pedrique, quien vive a pocos pasos de la plaza de Aracataca, asegura que el escritor "dejó una leyenda hermosa porque el pueblo no sería conocido si no fuera por él".El director general y cofundador de la Fundación Gabo, Jaime Abello Banfi, resaltó la importancia de que Cien años de soledad sea llevada a la pantalla, pero aclaró que hay diferencias entre los dos formatos."Cien años de soledad no dejará de ser libro, pero ahora también es una gran obra cinematográfica, la más importante que se ha hecho en América Latina y tiene una forma propia del cine de esta época, que es la de serie", manifestó.Abello invitó a "pensar en el futuro para que Aracataca se reconozca y reflexione sobre cómo prepararse como destino de turismo cultural y literario gracias al influjo a nivel global, de interés y de atracción de visitantes hacia los territorios de Macondo, gracias a la serie de Netflix".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Luz e hilo, por Han Kang El pasado enero, mientras ordenaba mi trastero antes de una mudanza inminente, me encontré con una vieja caja de zapatos. La abrí y encontré varios diarios que databan de mi infancia. Entre la pila de diarios había un panfleto, con las palabras “Un libro de poemas” escritas a lápiz en la portada. El cuadernillo era delgado: cinco hojas de papel A5 tosco dobladas por la mitad y encuadernadas con grapas. Había añadido dos líneas en zigzag debajo del título, una línea que ascendía en seis pasos desde la izquierda, la otra descendía en siete pasos hacia la derecha. ¿Era una especie de ilustración de portada? ¿O simplemente un garabato? El año –1979– y mi nombre estaban escritos en la parte posterior del libro, con un total de ocho poemas escritos en las hojas interiores por la misma mano prolija y a lápiz que en las portadas delantera y trasera. Ocho fechas diferentes marcaban la parte inferior de cada página en orden cronológico. Los versos escritos por mi yo de ocho años eran adecuadamente inocentes y sin pulir, pero un poema de abril me llamó la atención. Se abre con las siguientes estrofas:¿Dónde está el amor?Está dentro de mi pecho palpitante y palpitante.¿Que es el amor?Es el hilo de oro que une nuestros corazones.En un instante me trasladé cuarenta años atrás, mientras los recuerdos de aquella tarde que pasé armando el panfleto volvían a mi mente. Mi lápiz corto y rechoncho con su extensor de tapa de bolígrafo, el polvo de la goma de borrar, la grapadora grande de metal que había sacado a escondidas de la habitación de mi padre. Recordé cómo, después de enterarme de que nuestra familia se mudaría a Seúl, sentí el impulso de reunir los poemas que había garabateado en trozos de papel, o en los márgenes de cuadernos y cuadernos de ejercicios, o entre las entradas de mi diario, y reunirlos en un solo volumen. Recordé también la inexplicable sensación de no querer mostrar mi “Libro de poemas” a nadie una vez que estuviera terminado.Antes de volver a colocar los diarios y el cuadernillo como los había encontrado y cerrar la tapa, tomé una foto de ese poema con mi teléfono. Lo hice porque sentía que había una continuidad entre algunas de las palabras que había escrito entonces y quien era yo ahora. Dentro de mi pecho, en mi corazón palpitante. Entre nuestros corazones. El hilo dorado que une, un hilo que emana luz.*Catorce años después, con la publicación de mi primer poema y, al año siguiente, de mi primer relato breve, me convertí en escritora. Cinco años después, publicaría mi primera obra extensa de ficción, que había escrito en el transcurso de unos tres años. El proceso de escribir poesía y relatos breves me intrigaba, y me sigue intrigando, pero escribir novelas tiene un atractivo especial para mí. He tardado entre uno y siete años en terminar mis libros, por los que he sacrificado una parte considerable de mi vida personal. Esto es lo que me atrae de este trabajo: la manera en que puedo profundizar y detenerme en las preguntas que considero imperativas y urgentes, hasta el punto de que decido aceptar el sacrificio.Cada vez que trabajo en una novela, soporto las preguntas, vivo dentro de ellas. Cuando llego al final de esas preguntas –que no es lo mismo que cuando encuentro respuestas a ellas– es cuando llego al final del proceso de escritura. Para entonces, ya no soy la misma que cuando empecé, y desde ese estado cambiado, vuelvo a empezar. Las siguientes preguntas siguen, como eslabones de una cadena, o como fichas de dominó, superponiéndose, uniéndose y continuando, y me siento impulsada a escribir algo nuevo.Mientras escribía mi tercera novela, La vegetariana, entre 2003 y 2005, me rondaban por la cabeza algunas preguntas dolorosas: ¿Puede una persona llegar a ser completamente inocente? ¿Hasta qué punto podemos rechazar la violencia? ¿Qué le sucede a quien se niega a pertenecer a la especie llamada humana?Yeong-hye, la protagonista de La vegetariana, decide no comer carne como forma de rechazar la violencia y, al final, rechaza toda comida y bebida, excepto agua, creyendo que se ha transformado en una planta. Se encuentra en la irónica situación de apresurarse hacia la muerte en su intento de salvarse. Yeong-hye y su hermana In-hye, que en realidad son coprotagonistas, gritan en silencio durante pesadillas y rupturas devastadoras, pero al final están juntas. Situé la escena final en una ambulancia, ya que esperaba que Yeong-hye siguiera viva en el mundo de esta historia. El coche avanza a toda velocidad por la carretera de montaña bajo hojas verdes resplandecientes mientras la hermana mayor, atenta, mira intensamente por la ventana. Tal vez esperando una respuesta, o tal vez en protesta. Toda la novela reside en un estado de cuestionamiento. Mirando y desafiando. Esperando una respuesta.Tinta y sangre, la novela que siguió a La vegetariana, continúa con estas preguntas. Rechazar la vida y el mundo para rechazar la violencia es una imposibilidad. Después de todo, no podemos convertirnos en plantas. ¿Cómo seguimos adelante entonces? (…) Mientras escribía la escena final, mientras la describía arrastrándose por el suelo para salir de la muerte y la destrucción, me hacía estas preguntas: ¿No debemos sobrevivir al final? ¿No deberían nuestras vidas dar testimonio de lo que es verdad?Con mi quinta novela, Lecciones de griego, fui aún más lejos. Si debemos seguir viviendo en este mundo, ¿qué momentos lo hacen posible? Una mujer que ha perdido el habla y un hombre que está perdiendo la vista caminan a través del silencio y la oscuridad cuando sus caminos solitarios se cruzan. Quería prestar atención a los momentos táctiles de esta historia. (…) La pregunta que quería plantear aquí era esta: ¿podría ser que al observar los aspectos más suaves de la humanidad, al acariciar la calidez irrefutable que reside allí, podamos seguir viviendo después de todo en este mundo breve y violento? (…)💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí*Hasta entonces, no me había planteado escribir sobre Gwangju.Yo tenía nueve años cuando mi familia abandonó Gwangju en enero de 1980, aproximadamente cuatro meses antes de que comenzaran las matanzas. Cuando, unos años más tarde, me encontré con el lomo al revés del Libro de fotografías de Gwangju en una estantería y lo hojeé cuando no había adultos cerca, tenía doce años. (…) Publicado y distribuido en secreto por los supervivientes y las familias de los muertos, el libro daba testimonio de la verdad en un momento en que la verdad estaba siendo distorsionada por la estricta represión de los medios de comunicación. (…)Así que, un día de primavera de 2012, mientras intentaba escribir una novela radiante y positiva, me enfrenté una vez más a este problema sin resolver. Hacía tiempo que había perdido la confianza profunda en los seres humanos. ¿Cómo podía, entonces, abrazar el mundo? Me di cuenta de que tenía que enfrentarme a este enigma imposible si quería seguir adelante. Comprendí que escribir era mi único medio para superarlo.Pasé la mayor parte de ese año esbozando mi novela, imaginando que mayo de 1980 en Gwangju formaría una capa del libro. (…) Me dije a mí misma que esta próxima novela se centraría directamente en Gwangju, en lugar de relegarla a una sola capa. Conseguí un libro que contenía más de 900 testimonios y, todos los días durante nueve horas a lo largo de un mes, leí cada relato recopilado allí. Luego leí no solo sobre Gwangju, sino también sobre otros casos de violencia estatal. Luego, mirando aún más lejos y hacia atrás en el tiempo, leí sobre asesinatos en masa que los humanos han perpetrado repetidamente en todo el mundo y a lo largo de la historia.Durante este período de investigación para mi novela, dos preguntas ocuparon mi mente con frecuencia. Cuando tenía veintitantos años, escribía estas líneas en la primera página de cada nuevo diario:¿Puede el presente ayudar al pasado?¿Pueden los vivos salvar a los muertos?A medida que seguí leyendo, me quedó claro que se trataba de preguntas imposibles de responder. (…) Al leer estas frases, supe con la claridad del rayo qué camino debía seguir la novela y que mis dos preguntas debían invertirse.¿Puede el pasado ayudar al presente?¿Pueden los muertos salvar a los vivos?Más tarde, mientras escribía lo que se convertiría en Actos humanos, sentí en ciertos momentos que el pasado ayudaba al presente y que los muertos salvaban a los vivos. (…)Las preguntas que me quedaron en la cabeza mucho después de ver ese libro de fotografías fueron las siguientes: ¿Cómo son los humanos tan violentos? ¿Y cómo es posible que al mismo tiempo se enfrenten a una violencia tan abrumadora? ¿Qué significa pertenecer a la especie llamada humana? Para sortear un camino imposible a través del espacio vacío entre esos dos precipicios de horrores humanos y dignidad humana, necesitaba la ayuda de los muertos.*Cuando el libro finalmente estuvo terminado y publicado en la primavera de 2014, me sorprendió el dolor que los lectores confesaron haber sentido mientras lo leían. Tuve que tomarme un tiempo para pensar en cómo el dolor que había sentido durante el proceso de escritura y la angustia que mis lectores me habían expresado estaban conectados. ¿Qué podría estar detrás de esa angustia? ¿Es que queremos depositar nuestra fe en la humanidad y cuando esa fe se tambalea, sentimos como si nuestro propio ser estuviera siendo destruido? ¿Es que queremos amar a la humanidad y esa es la agonía que sentimos cuando ese amor se hace añicos? ¿El amor engendra dolor y es cierto dolor una prueba del amor?Ese mismo año, en junio, tuve un sueño. Un sueño en el que caminaba por una vasta llanura mientras caía una escasa nieve. Miles y miles de tocones de árboles negros salpicaban la llanura, y detrás de cada uno de ellos había un túmulo funerario. En algún momento, estaba pisando agua, y cuando miré hacia atrás, vi el océano entrando a toda velocidad desde el borde de la llanura, que había confundido con el horizonte. ¿Por qué había tumbas en un lugar como este? (…)Finalmente, en diciembre de 2017, alquilé una habitación en la isla de Jeju y pasé los siguientes dos años más o menos dividiendo mi tiempo entre Jeju y Seúl. Caminando por los bosques, a lo largo del mar y por los caminos del pueblo, sintiendo el intenso clima de Jeju en cada momento (su viento y luz y nieve y lluvia), sentí que el contorno de la novela se enfocaba. Al igual que con Actos humanos , leí testimonios de sobrevivientes de la masacre, examiné los materiales y luego, de la manera más moderada que pude sin apartar la vista de los detalles brutales que parecían casi imposibles de poner en palabras, escribí lo que se convirtió en Imposible decir adiós. El libro se publicó casi siete años después de haber soñado con esos tocones de árboles negros, ese mar embravecido.En el cuaderno que mantuve mientras trabajaba en ese libro, hice estas notas:La vida busca vivir. La vida es cálida.Morir es enfriarse. Tener nieve sobre la cara en lugar de derretirse.Matar es hacer frío.Los humanos en la historia y los humanos en el cosmos.El viento y las corrientes oceánicas. El flujo circular de agua y aire que conecta el mundo entero. Estamos conectados. Rezo para que estemos conectados.Aunque la novela avanza gracias a los dos amigos, que se turnan para sostener la vela, su verdadera protagonista y la persona vinculada tanto a Kyungha como a Inseon es la madre de Inseon, Jeongsim. Ella, que, tras haber sobrevivido a las masacres de Jeju, ha luchado por recuperar incluso un fragmento de los huesos de su ser querido para poder celebrar un funeral apropiado. Ella, que se niega a dejar de llorar. Ella, que soporta el dolor y se opone al olvido. Ella, que no se despide. Al prestar atención a su vida, que durante tanto tiempo había hervido de dolor y amor de una densidad y un calor iguales, creo que las preguntas que me hacía eran estas: ¿Hasta qué punto podemos amar? ¿Dónde está nuestro límite? ¿Hasta qué punto debemos amar para seguir siendo humanos hasta el final? (…)*En el panfleto que descubrí en la vieja caja de zapatos en enero pasado, mi yo del pasado, escribiendo en abril de 1979, se había preguntado:¿Dónde está el amor?¿Qué es el amor?Mientras que, hasta el otoño de 2021, cuando se publicó Imposible decir adiós, había considerado que estos dos problemas eran los fundamentales para mí:¿Por qué el mundo es tan violento y doloroso?Y sin embargo ¿cómo puede el mundo ser tan hermoso?Durante mucho tiempo creí que la tensión y la lucha interna entre estas frases era la fuerza impulsora de mi escritura. Desde mi primera novela hasta la más reciente, las preguntas que tenía en mente siguieron cambiando y desarrollándose, aunque estas fueron las únicas dos que permanecieron constantes. Pero hace dos o tres años comencé a tener dudas. ¿Realmente había comenzado a preguntarme sobre el amor —sobre el dolor que nos une— solo después de la publicación coreana de Actos humanos en la primavera de 2014? Desde mi primera novela hasta la última, ¿no había estado siempre dirigida la capa más profunda de mis indagaciones hacia el amor? ¿Podría ser que el amor fuera de hecho el trasfondo más antiguo y fundamental de mi vida?El amor se encuentra en un lugar privado llamado «mi corazón», escribió la niña en abril de 1979. ( Está dentro de mi pecho palpitante y palpitante. ) Y en cuanto a qué era el amor, esta fue su respuesta. ( Es el hilo dorado que conecta nuestros corazones. )Cuando escribo, utilizo mi cuerpo. Utilizo todos los detalles sensoriales de la vista, del oído, del olfato, del gusto, de la experiencia de la ternura, del calor, del frío y del dolor, de notar que mi corazón se acelera y que mi cuerpo necesita comida y agua, de caminar y correr, de sentir el viento, la lluvia y la nieve en mi piel, de tomarme de la mano. Intento infundir en mis frases esas sensaciones vividas que siento como un ser mortal con sangre corriendo por su cuerpo. Como si estuviera enviando una corriente eléctrica. Y cuando siento que esta corriente se transmite al lector, me quedo asombrada y conmovida. En esos momentos vuelvo a experimentar el hilo del lenguaje que nos conecta, cómo mis preguntas se relacionan con los lectores a través de esa cosa eléctrica y viva. Me gustaría expresar mi más profundo agradecimiento a todos aquellos que se han conectado conmigo a través de ese hilo, así como a todos aquellos que puedan llegar a hacerlo.Traducido por e. yaewon y Paige Aniyah Morris.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La década de 1920 fue un periodo fructífero para el arte y la literatura, movimientos como el dadaísmo y el futurismo tuvieron su apogeo, mientras que otros como el surrealismo y el realismo mágico sentaron las bases que marcaron el arte en los años venideros. Incluso, estos dos últimos constantemente son motivo de estudio, siguen vigentes y habitan nuevos formatos.Adentrarse en lo mágico y en lo inexplicable es la principal característica que comparten, sin embargo desde el origen hasta el destino de los fantástico en estas obras distancia ambas categorías.Por un lado, el surrealismo, inspirado en el psicoanálisis de Sigmund Freud, se entrega a lo onírico y explora el subconsciente, los sueños y las asociaciones libres para crear obras que desafían la realidad convencional. El realismo mágico, por su parte, toma lo fantástico y lo combina con lo ordinario de manera natural, sin que los elementos mágicos representen sorpresa alguna para los personajes que los vivencian.El realismo mágico, nombrado así por el crítico alemán Franz Roh en 1925, ofrece fantasía y eventos sobrenaturales que hacen parte de la cotidianidad y qué además están enmarcados en el folclor y la riqueza cultural de un pueblo o comunidad particular; el contexto en el surrealismo no está delimitado por ninguna frontera o referencia geográfica, por el contrario combina elementos dispares en contextos inesperados, creando imágenes o situaciones ilógicas, pero profundamente sugestivas.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíSi bien la percepción del tiempo y el espacio puede ser difusa en ambos casos, el realismo mágico fusiona el mundo real con lo enigmático y misterioso sin que ambos mundos estén separados, coexisten todo el tiempo.Los exponentes surrealistas en cambio incluyen símbolos y paisajes extraños que evocan la atmósfera de los sueños, las imágenes oníricas son el centro de esta categoría enfocada en el mundo de la mente, de los sueños, deseos reprimidos y emociones inconscientes.Principales exponentes del realismo mágicoPopularizado en Latinoamérica durante el siglo XX, el realismo mágico tiene a autores de la región como sus principales exponentes, pese a que el término fue acuñado en Alemania. Cien años de soledad (1967), de Gabriel García Márquez, es considerada la cumbre del realismo mágico, retratando la historia de Macondo y la familia Buendía con una mezcla de lo mágico y lo cotidiano. En México, tenemos la narración de una historia de fantasmas en un pueblo desolado donde los vivos y los muertos conviven, en Pedro Páramo (1955) de Juan Rulfo.Otro relato referente del realismo mágico en Latinoamérica es La casa de los espíritus (1982) de la chilena Isabel Allende, donde explora la historia de una familia a través de generaciones con elementos sobrenaturales. Alejo Carpentier, quien prefería el término "lo real maravilloso", influenciado por el surrealismo integró elementos mágicos en su narrativa histórica en El reino de este mundo (1949).Y no podemos dejar fuera de esta lista a Elena Garro, que aunque se desmarcó de esta categoría, incluye en su obra características asociadas a este estilo literario. Su producción literaria incluye novelas, cuentos y obras de teatro que abordan temas sociales, políticos y culturales desde perspectivas innovadoras.Principales exponentes del surrealismoEn la literatura, el surrealismo busca liberar la creatividad de las restricciones de la lógica y la razón, explorando el subconsciente, los sueños y las asociaciones libres de ideas. Bajo la influencia de André Breton, el surrealismo literario tuvo exponentes destacados que transformaron la escritura en una experiencia única y experimental.En 1924 Breton publicó el Manifiesto del surrealismo que definió los principios del movimiento. Entre sus obras destacadas está Nadja (1928), una novela autobiográfica que mezcla prosa y poesía, explorando lo onírico y lo irracional. En Latinoamérica encontramos artistas como el poeta y pintor peruano César Moro, quien combina en sus letras lo erótico, lo mítico y lo fantástico.La obra el mexicano Octavio Paz también está fuertemente influenciada por el surrealismo. Paz incorporó su espíritu en su poesía, explorando el tiempo, el deseo y lo inconsciente en el poemario Libertad bajo palabra (1949) y en El arco y la lira (1956).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Los archivos del escritor Andrés Caicedo, que incluyen cuentos, guiones, críticas de cine, novelas, diarios y otros textos, estuvieron bajo el resguardo de su hermana, Rosario Caicedo, en Connecticut. Desde 2022, la colección Benson Latin American de la Universidad de Texas en Austin mostró interés en adquirir el material, según informó el medio Cerosetenta. Sin embargo, no fue hasta 2024 que se concretó su transferencia.Originalmente, el archivo había pertenecido a su padre, Carlos Alberto Caicedo, quien en 2004 lo donó a la Biblioteca Departamental de Cali. Sin embargo, de acuerdo con el diario El País, los documentos fueron retirados poco después al constatarse que las condiciones de conservación no eran adecuadas. En 2007, una parte de la colección fue donada a la Biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá. Tras la muerte de Carlos Alberto en 2010, sus hijas encontraron entre sus pertenencias una segunda colección de escritos inéditos del autor.La colección Benson Latin American, fundada en 1921 a partir de la adquisición de un repositorio privado de materiales culturales mexicanos, se ha consolidado como una de las bibliotecas más importantes para estudios latinoamericanos. Alberga archivos de figuras como Julio Cortázar, César Vallejo —integrado en noviembre de 2024— y Sor Juana Inés de la Cruz.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíCon esta incorporación, Andrés Caicedo se convirtió en el segundo escritor colombiano en formar parte de esta prestigiosa colección, luego de Gabriel García Márquez. Rosario Caicedo expresó su satisfacción por el logro, describiendo el proceso como "una labor de décadas, llena de sacrificios y conflictos personales, pero que ha culminado en un desenlace maravilloso", según declaraciones a El País.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El autor de Cosas que tal vez halles ocultas en mi oído, inspirado en el drama de los gazatíes entre 2001 y 2021, acaba de escribir otro libro, Forest of noise, que captura la vida y la muerte de sus compatriotas en el último año y con el que espera ayudar a "romper el silencio".Según afirmó el escritor en una entrevista en Madrid, "Israel no solo mata a los palestinos, sino que además quiere que no se hable de ello" y el silencio que está imponiendo "es cada vez peor, porque los palestinos nunca han dejado de gritar".Mosab Abu Toha, nacido en Gaza en 1992, sabe que en el mundo hay personas que "escuchan a los palestinos, que saben de su sufrimiento y que se manifiestan en las calles" pidiendo el fin de la guerra.Pero los gobernantes "son cobardes y racistas" y "siguen vendiendo armas a Israel porque no dan valor a la vida de los palestinos".El silencio de OccidenteEl escritor lamenta que el silencio se haya impuesto en muchos países de Occidente donde, según dice, los medios de comunicación no dan voz a los palestinos.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Me cuesta hablar con los medios de comunicación occidentales porque no quieren que hable de política -señala-, pero yo lo único que hago es hablar de mí, de mi familia, de mis estudiantes, de mi esposa, que el mes pasado perdió a su tío y a su esposa, y a tres de sus hijas, una de ellas asesinada junto con su marido y sus cinco hijos"."Si a los palestinos no nos dejan habla de nosotros mismos, ¿qué podemos hacer", se pregunta.Mosab Abu Toha logró salir de Gaza a finales del año pasado después de haber sido encarcelado por el ejercito israelí y liberado gracias al clamor internacional de sus colegas del PEN Club Internacional y el activismo digital de sus lectores.Ahora vive en Estados Unidos, pero su alma está en Gaza y sigue el día a día de sus compatriotas a través de las redes sociales."El genocidio ocurre a la luz del día y cualquiera que quiera verlo puede verlo en redes, pero los gobernantes no quieren", denuncia.Durante los meses que lleva en Estados Unidos, Mosab Abu Toha ha escrito un segundo libro que "se parece al anterior, porque habla de los mismos asesinos, del mismo país, del mismo paisajes, pero en el que hay todavía más cadáveres, más escombros y más gritos".Cuando alguien escribe un poemario como Things you may find hidden in my ear, en el que hay tanta guerra y destrucción, desea no tener que volver a hacerlo", pero se ha visto obligado por la guerra de Gaza y acaba de publicar en inglés Forest of noise.Los gazatíes están perdiendo la esperanzaReconoce que es difícil que su pueblo mantengan la esperanza después de "catorce meses muriendo" y sabe que "hay muchas personas que ya la han perdido y solo desean morir" porque "¿de qué les sirve salvarse de un bombardeo si poco después llega otro?".A él mismo le cuesta seguir esperanzado, aunque de vez en cuando recibe alguna buena noticia, como la orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra Netanyahu, que en su opinión "llega tarde" pero "demuestra que Israel es un estado criminal" en el que gobiernan "personas peligrosas que ven a los palestinos como animales".A pesar de que el drama palestino no parece tener fin, Mosab Abu Toha sigue escribiendo en verso las historias de sus compatriotas porque "la poesía no salva vidas ni cura heridas, pero puede abrir los ojos, la mente y los oídos de quien la escucha".Los muertos en Palestina "no son números, son personas con historias individuales que no quiero que se pierdan".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Más de 80 piezas que jamás fueron exhibidas y que Israel recuperó en 2019, tras un arduo proceso legal, podrán verse en esta muestra, entre ellas, sus cuadernos en hebreo; dibujos; su último testamento original, el manuscrito de la Carta al padre de Kafka, primeras ediciones y borradores nunca antes presentados a la vista del público.Stefan Litt, curador de la muestra, llamada "Kafka: Metamorfosis de un autor", explicó que en el centro de la exhibición está su obra, en el pasillo derecho o de atrás, como él lo define, su vinculación con el judaísmo y en el de la izquierda sus relaciones íntimas.La Biblioteca Nacional se sumó con esta muestra a las tres principales instituciones internacionales con importantes colecciones de manuscritos de Kafka, junto a la de Oxford, y el Archivo Literario Alemán de Marbach, que también han celebrado exposiciones en el marco del centenario del autor.Además, explora nuevos enfoques sobre su vida y obra, destacando temas y vínculos que marcaron su desarrollo emocional e intelectual, a la vez que alimentaron su escritura.“Quiero presentar a Kafka nuevamente a un público más amplio para ayudar a la gente a comprender quién era este parque de Frank Kafka. Mucha, mucha gente ha oído el nombre de Kafka. Muchos saben lo que significa "kafkaismo", pero creo que no hay muchos de nuestros colegas de hoy que estén totalmente seguros de explicar quién era Kafka y cuál era su papel para sí mismo, para sus amigos, en su vida privada y en su literatura”, agregó Litt.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEntre ellos, el nexo poco expuesto entre el escritor y la religión judía, el vínculo con su familia, amigos y parejas, así como su sueño de mudarse a Palestina, para vivir en Tel Aviv, antes de su muerte.La vida del autor checo, en esta exposición, quedó seccionada en ocho bloques, que se componen de elementos audiovisuales, incluyendo una entrevista grabada de su mejor amigo Max Brod, quien salvó la mayoría de los manuscritos de Kafka.Esta muestra pone en sobre la mesa que la obra y vida de Kafka continúan transformándose ante los ojos del mundo, tal como sugiere su título.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La autobiografía de Angela Merkel con el título Libertad llegará a las librerías esta semana. Se publicará simultáneamente en unos 30 países, también en China. La primera presentación de la obra, de 736 páginas, tuvo lugar este 26 de noviembre en el Deutsches Theather de Berlín. Las entradas se vendieron todas en pocos minutos.Merkel repasa su vida desde la infancia y la juventud en la RDA, la reunificación, el ascenso político en la República Federal hasta el término de sus 16 años como canciller a finales de 2021. También habrá un audiolibro. Además, está planeanda una gira por las principales ciudades europeas.Presentación del libro con Obama en WashingtonEn los extractos del libro publicados hasta ahora, Merkel aborda también cuestiones políticas actuales y controvertidas. Su experiencia con Donald Trump durante su primer gobierno (2017-2021), el predominio masculino en la política alemana, la controvertida acogida de refugiados y, en detalle, su política hacia Rusia y Ucrania y su opinión sobre el presidente ruso, Vladimir Putin. Muchos berlineses la ven ahora con ojos críticos.El periodista Ralph Bollman, quien escribió hace tiempo una biografía sobre la excanciller, destaca la acogida internacional de la política y recuerda el primer mandato de Trump durante los años de Merkel: "En aquel momento, ella era muy aclamada en EE.UU. como oponente liberal-demócrata. Eso seguramente le ayudará ahora en su marketing". El 2 de diciembre, Merkel estará en Washington y presentará su libro junto al expresidente Barack Obama.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíPolítica hacia RusiaBollmann considera un "error de juicio" que haya gente que piense que Merkel está ahora "por los suelos" en Alemania debido a su política hacia Rusia en el pasado. Todavía tiene "muchos seguidores en el país” y el libro se venderá bien. Para él, la "renuncia a reformar la política interna” es más problemática que las decisiones de política exterior de Merkel. Cita como ejemplo su renuncia a impulsar cuestiones difíciles como la reforma de la Bundeswehr.Especulación sobre ganancias millonariasComo suele ocurrir con este tipo de proyectos de libros, no se sabe cuánto ganará Merkel. Según la editorial de Colonia Kiepenheuer&Witsch, que publica el libro, la tirada inicial en Alemania es de 400.000 ejemplares. El diario Kölner Stadt-Anzeiger, sin citar fuentes, habla de un "anticipo exorbitante", "una cifra millonaria de dos dígitos", lo que supone "una cantidad extraordinaria de dinero para el mercado del libro alemán". Y el diario berlinés Tagesspiegel mencionó la suma de doce millones de euros.En una entrevista con Der Spiegel, en la que se refirieron a ella como futura "multimillonaria" y destacaron la sólida base financiera del expresidente estadounidense Barack Obama, Merkel dijo: "No podré crear algo tan grande como Obama, pero veamos". Su propia fundación tendría la ventaja de no depender del aparato de la CDU, ni ahora ni en el futuro.Memorias de la RDAEntre los cientos de autores que la editorial Kiepenheuer&Witsch, tradicionalmente liberal de izquierda, incluye en su página web, sólo hay cuatro figuras de relevancia política nacional: el excanciller del SPD Helmut Schmidt, los políticos de Los Verdes Daniel Cohn-Bendit y Joschka Fischer, y el actual ministro de Economía, Robert Habeck. A veces la decisión de elegir editorial también puede tener algo de compromiso.También el escoger el lugar de la presentación de la autobiografía, el Deutsches Theater. Durante la RDA, Merkel vivía a sólo un minuto a pie, en la Marienstraße, cerca del entonces muro que separaba al país. Merkel y su marido, Joachim Sauer, son visitantes habituales. Los pasajes de la autobiografía que publicó el diario Die Zeit contienen recuerdos de cuando era niña y adolescente e iba al teatro en Berlín con sus padres "una vez al año". Ella "siempre recordaría” esas visitas. Y ahora Angel Merkel es la estrella del escenario por una noche.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Este libro, junto a Las Primas, de Aurora Venturini; Si no fueras tan niña, de Sol Fantin; y Las Aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara, está en la mira del Gobierno argentino después de que la vicepresidenta, Victoria Villarruel, compartiera fragmentos de la obra y criticara al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof (peronista), por incluirlo como material didáctico en las escuelas de secundaria.“Los bonaerenses no merecen la degradación e inmoralidad que Kicillof les ofrece. Existen límites que nunca deben pasarse ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños! ¡Con los chicos no!”, escribió en la red X Villarruel hace algunas semanas.Desde entonces no ha hecho más que crecer la polémica, que se ha traducido en el apoyo de múltiples escritoras y escritores a la autora argentina, tanto dentro como fuera del país.Cometierra forma parte de la colección Identidades Bonaerenses, presentada en 2023 por la Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires en las escuelas secundarias y de adultos.Según la iniciativa del Gobierno provincial, el libro de Reyes no forma parte de la colección destinada a la Educación Sexual Integral (ESI) en los colegios, sino que se enmarca en otra categoría referida a conocer las vidas de las personas que habitan el Área Metropolitana de Buenos Aires.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíAsimismo es definida, desde el programa oficial educativo, como una obra literaria “que trabaja la violencia de género, el terror y la ausencia” y que “requiere de acompañamiento docente”.Cometierra, que tiene como eje el feminicidio, fue publicado en 2019, traducido a 15 idiomas y elegido por New York Times como uno de los cien libros notables de ese año.“Es un intento de disciplinar a los docentes por medio del terror (...), es atacar la ESI, la presencia de bibliotecas en la escuela pública. Es atacar la ficción en las escuelas”, afirmó Reyes en la feria del libro de Chivilcoy, en la provincia de Buenos Aires.En medio de esta polémica, las acciones judiciales han comenzado.“Es inaceptable que se esté distribuyendo en instituciones educativas libros o novelas que relaten hechos de índole sexual explícito a menores de edad (...), queriendo despertar deseos sexuales en niños que aún no poseen la madurez adecuada", se lee en una denuncia presentada por la Fundación Natalio Morelli contra el director de Cultura y Educación del Gobierno bonaerense, Alberto Sileoni.Mientras tanto, muchas librerías muestran de forma destacada en sus estanterías las obras que molestan al Gobierno ultraderechista de Milei y Villarruel.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Niños, niñas, jóvenes y adultos de todas las edades de Antioquia están llamados a participar en la quinta edición del concurso de cuento Antioquia Reimaginada y concursar por premios de hasta cuatro millones de pesos. Este encuentro de realidades, historias y letras es una iniciativa liderada por Comfama, en alianza con la Fundación Secretos para Contar, que ha llegado a más de noventa y seis municipios ubicados a lo largo y ancho de Antioquia en sus ediciones anteriores. Con el fin de impulsar la creación literaria a través de la construcción de relatos escritos que reflejen la riqueza cultural, natural, étnica y patrimonial de la región, el concurso está dirigido a todos sus habitantes, en las categorías infantil, juvenil y adultos. “Hace cinco años emprendimos un viaje para descubrir las historias que nos representan como región. A lo largo de este camino, que nos ha dado la oportunidad de conocer esos otros mundos posibles que habitan fuera de la centralidad, descubrimos una sociedad que se narra a sí misma y que comparte aspectos comunes como el dialecto, la cultura y hasta las heridas ocasionadas por la violencia”, afirman los organizadores en la convocatoria. 💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíPara participar, los aspirantes deben postular su cuento antes del 16 de diciembre, y este debe tener una extensión de máximo 500 palabras, sin contar el título.Tenga en cuenta que podrán participar todas las personas con domicilio estable en el departamento de Antioquia, excepto aquellos que viven en los municipios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá. (No podrán participar las personas que hayan concursado de Medellín en 100 palabras en su última edición)La temática de los relatos es libre y surge de la vida en los territorios y poblaciones del departamento de Antioquia. Además, los relatos deben ser estrictamente inéditos. Esto significa no haber sido publicados previamente en ningún formato.Para participar deben ingresar a la página www.cuentoantioquia.com, crear una cuenta y seguir las instrucciones que se especifican allí. Cada participante puede presentar al concurso un máximo de tres cuentos, sin embargo, podrá ser ganador de un solo premio y en una sola categoría.El jurado, integrado por las escritoras Lorena Salazar Masso, Fátima Vélez y el escritor Guillermo Cardona Marín, seleccionará un ganador en cada una de las categorías, así como un segundo y tercer puesto en cada una. Los premios en cada categoría serán los siguientes:Categoría infantil (de 7 a 13 años) Primer puesto: Un bono de viajes Comfama por hasta $3.000.000 + $1.000.000 en libros. Segundo puesto: Un bono de viajes Comfama por hasta 1.000.000 y una colección de libros por hasta $1’000.000. Tercer puesto: Una colección de libros por hasta $1’000.000. Categoría juvenil (de 14 a 17 años)Primer puesto: $ 4.000.000.Segundo puesto: $ 2.000.000. Tercer puesto: $ 1.000.000.Categoría adultos (18 años en adelante)Primer puesto: $ 4.000.000. Segundo puesto: $ 2.000.000. Tercer puesto: $ 1.000.000.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Nos olvidamos de leer periódicos y un día nos damos cuenta de que ha estallado una guerra mundial", dijo el crítico Volker Weidermann en un documental del canal cultural Arte dedicado a la novela con motivo del centenario.En "La Montaña Mágica" los personajes viven aislados de lo que ocurre en el mundo en Davos y al final los sorprende el estallido de la Primera Guerra Mundial que la mayoría de ellos -ocupados en pasatiempos banales y, como se dice en un momento de la novela, en "sus interesantes cuerpos"- no vieron venir.La tentación de establecer un paralelismo entre 1914 y 2022, con la guerra de agresión rusa a Ucrania a la que alude Weidermann, es evidente. Ambos son momentos en que termina un largo periodo de paz en Europa que muchos creyeron que podía durar para siempre.El director de la Sociedad Thomas Mann, Hans Wisskirchen, ha dicho que la novela tiene una "doble contemporaneidad" y que ilumina tanto las crisis de la época en la que fue escrita y publicada como algunas crisis del presente.En rigor habría que ir más allá y hablar por lo menos de una triple contemporaneidad, ya que la novela transcurre entre 1907 y 1914, pero es publicada sólo en 1924 y le hablaba en su momento a la Europa de entreguerras.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíHistoria de una transformaciónEl protagonista, Hans Castorp, llega a un sanatorio de Davos -en agosto de 1907- para una visita de tres semanas y termina quedándose siete años en los que vive una transformación. La novela termina con Castorp marchándose para combatir en la Primera Guerra Mundial.Mann también vive una transformación durante el proceso de escritura que se inició en 1913. Al comienzo, es un conservador defensor del Imperio Guillermino, durante la Primera Guerra Mundial interrumpe la escritura de La Montaña Mágica y escribe Consideraciones de un apolítico, un ensayo en el que rechaza la ilustración.Mientras escribe, Mann cambia de postura y a partir de 1922 se convierte en un defensor de la República de Weimar y en un crítico de los movimientos de ultraderecha que desembocarían en el nazismo.En la novela hay un personaje, Lodovico Settembrini, que al comienzo debía ser una caricatura del pensamiento ilustrado, pero que a medida que avanza la novela es un personaje cada vez más positivo.Entre la reacción y la ilustraciónSettembrini es una de las influencias claves de Castorp en el sanatorio y que trata de convencerlo permanentemente de que vuelva al mundo del trabajo y deje Davos. También trata de alejarlo de la seducción de lo irracional representado por su pasión sin futuro por una de las pacientes llamada Clawdia Chauchat.Otra influencia es el jesuita reaccionario Leo Naphta que libra disputas dialécticas con Settembrini. Naptha rechaza no sólo el pensamiento de la Ilustración sino todo el pensamiento moderno. Muchos críticos lo han visto como antecedente de los fascismos. En 2001 -tras los atentados del 11 de septiembre- el germanista Frederik A. Lubich lo vio como un antecedente del terrorismo con motivación religiosa.La lucha “por el alma de Castorp”, como se dice en algún momento en la novela, termina con un duelo a pistola que para Wisskirchen es uno de los momentos decisivos.El duelo se da en el capítulo séptimo en un episodio que ilustra lo que Wisskirchen llama la doble contemporaneidad y que tiene como subtítulo “Hipersensibilidad”.La gente se pelea apasionadamente por cosas sin importancia o hace de una convicción ideológica parte de su identidad. En el sanatorio también se participa en disputas ajenas que terminan siendo documentadas y traducidas a varios idiomas y distribuidas en diversas partes del mundo.“Cuando volví a leer el episodio pensé que es lo que hoy hacen las redes sociales. El motivo de la disputa no importa mucho, pero todo el mundo termina participando en ella”, dijo Wisskirchen en una entrevista.La hipersensibilidad -de antes de la Primera Guerra Mundial, de las crisis precedentes al ascenso de los fascismos o de las crisis que se viven ahora- pueden llevar a algunos a una simpatía por un pensamiento como el de Napha y a un rechazo de los consensos democráticos.Mann lo percibe y en una carta escrita en 1933, el año del ascenso de Hitler al poder, entra en defensa de Settembrini. “Nos podemos reír todos un poco del buen señor Settembrini pero es un tío maravilloso frente a los Naptha que ahora mandan”, escribe.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En el Centro Felicidad Chapinero, inaugurado el pasado 17 de octubre, tendrá lugar la IV Feria Nacional de Editoriales Independientes La vuelta, un evento para la promoción de la edición independiente y emergente, organizada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y BibloRed, en alianza con la Cámara Colombiana de la Edición Independiente.Entre el 11 y el 16 de diciembre la feria contará con la participación de 66 editoriales de Bogotá y 12 de otras ciudades de Colombia. Durante los seis días se realizarán actividades, presentaciones y charlas para acercar al público a las apuestas literarias más vanguardistas y a la reflexión sobre el futuro de la cultura escrita en el país.“La Vuelta amplía las oportunidades de acceso a la cultura escrita y contribuye a la generación de nuevos lectores y lectoras, acercando a la ciudadanía a publicaciones que posiblemente no se encuentren en un mercado tradicional. Para esta edición, La Vuelta busca destacar la articulación, asociación y el trabajo colaborativo de las editoriales independientes y emergentes de Bogotá y el resto del país”, menciona el Secretario de cultura, recreación y deporte, Santiago Trujillo.La variada programación de esta cuarta edición de La vuelta incluye mesas de conversación sobre literatura infantil, juvenil y contemporánea, talleres innovadores como la escritura con imágenes y el deporte, y presentaciones de autores emergentes.Además, habrá actividades familiares con talleres y teatro, y lanzamientos editoriales en temas como el cómic y la ciencia ficción. La feria se extenderá por varios espacios, incluyendo las bibliotecas públicas de Bogotá, y comenzará con un concierto especial de apertura.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEste encuentro literario estará organizado por franjas en las que se ofrecerán actividades para todos los públicos lectores. Por ejemplo, en el espacio Leer la infancia Gabriela Ramírez, directora de la revista Cucú, especializada en literatura infantil y juvenil, compartirá su visión sobre los libros imprescindibles para los niños en la edición independiente colombiana. La acompañan los autores e ilustradores Dipacho y Amalia Satizábal.La franja Lecturas cruzadas, por su parte, abordará temas transversales de proyectos editoriales, tales como la naturaleza, la enfermedad, el cómic, la ciencia ficción y los nuevos formatos y medios. Se llevarán a cabo lanzamientos de novedades editoriales de Babel Libros, Tragaluz Editores, La Jaula Publicaciones, Revista Ex Libris, Angosta Editores, Motas Dice, Gallinaxxa y Cataplum, entre otros.En otras actividades, la programación familiar incluirá talleres para niños sobre libros con texturas y fanzines, lecturas cantadas y presentaciones de la Compañía de la Libélula Dorada y el teatro de Teatro Cría Espiritrompa. Además, la participación internacional estará representada por el escritor congoleño In Koli Jean Bofane y la escritora mexicana Verónica Gerber.La vuelta, que se realiza en el marco de la implementación de la Política de Lectura, Escritura y Oralidad de Bogotá (La LEO), tendrá un concierto inaugural abierto al público el 11 de diciembre en el Centro Felicidad Chapinero.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
“Vicente Huidobro no solo fue una figura representativa a nivel local, sino que fue universal, pues logró articular la vanguardia literaria de carácter latinoamericano y chileno, con la vanguardia internacional”, explicó el historiador de arte, Manuel Alvarado, curador de la nueva muestra 'Huidobro: entre la vanguardia y el arte africano', disponible hasta abril de 2025.La sala, ubicada en el Centro de Extensión Universidad Católica Alameda, en colaboración con el Museo Nacional de Bellas Artes y el Museo de Historia Natural, alberga la colección de arte africano del poeta, la cual conformó entre 1917 y 1925 en París, en pleno apogeo de su reputación entre los artistas de vanguardia europeos.“Huidobro veía que el arte africano era lo más cercano al creacionismo. Un arte que no imitaba la realidad, que no imitaba a la naturaleza, un arte creador en sí mismo. Como su poesía”, dijo la coordinadora de la exposición, Andrea Cano.Compuesta por decenas de piezas escultóricas y de artesanía reunidas por el escritor, la muestra ofrece un mayor contexto sobre el "arte negro", un término utilizado en los años 20 para agrupar las expresiones simbólicas de las comunidades africanas, fuente de inspiración para muchos artistas destacados de las primeras décadas del siglo XX.En el espacio se fusionan elementos digitales e interactivos, como un panel en el cual se pueden crear versiones propias de poemas huidobrianos a través de una pantalla táctil, con antigüedades y piezas de la colección, creando una cápsula de arte, innovación y memoria que ofrece a los visitantes una experiencia inmersiva.La iniciativa no solo resalta la importancia de Huidobro en la poesía chilena y en la literatura de habla hispana, sino que también pone en evidencia su carácter polifacético, siendo no solo un referente literario, sino también un apasionado de la aviación, corresponsal de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, e incluso candidato presidencial en 1925 en Chile.En este contexto, la inauguración de la exposición se enmarca en el esfuerzo por conservar y hacer accesible el legado del poeta, pues tras la creación en 2021 de la Fundación Huidobro UC, una institución conjunta entre la Universidad Católica de Chile y la Fundación Vicente Huidobro, se busca promover y difundir su obra mediante diversas actividades y eventos.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMiles de documentos inéditos del autorComo parte de este proyecto, la universidad recibió la donación de 5.000 documentos inéditos del autor, que incluyen desde poemas y cartas con artistas de la época, como Juan Gris y Picasso, hasta fotografías, artículos periodísticos y el borrador original de 'Altazor' (1919), su obra más célebre, publicada en 1931, que refleja sus ideas y reflexiones personales.El registro está destinado a la investigación académica, pero también a la documentación y difusión pública, pues desde octubre se encuentra en un proceso de digitalización que permitirá que “el innovador enfoque poético de Huidobro cobre nueva relevancia en el contexto actual y sea accesible para todo aquel interesado en conocer su obra”.“Todo el material está disponible a través del catálogo patrimonial y en caso de que se necesite ver algún documento específico en formato físico, se puede acudir al lugar, y tras un proceso controlado, se podrán recibir y consultar los materiales”, informó la Subdirectora de Recursos de Información y Archivos de la Universidad Católica, Marcela Rivera.Vicente Huidobro (1893-1948) fue el padre de la teoría estética creacionista, pues según su punto de vista el poeta debía “cumplir tres condiciones: la primera de ellas crear; la segunda, crear, y la tercera, crear”, gestando una poesía que siguiera “sus propias normas, sus propias leyes y sus propios conceptos”.Esta postura lo convirtió en un poeta controvertido, especialmente porque sus orígenes eran privilegiados, y su libertad económica y cultural lo separaban del estatus social más común entre el resto de artistas.Según el jefe de Gestión de Colecciones de la Biblioteca Humanidades en la Universidad Católica de Chile, Juan Pablo Bielza, aquello “supuso en cierta manera una pugna también al respecto de su propia creación”.Lo anterior debido a que Huidobro rechazó las normas establecidas y se reveló contra las expectativas que le correspondían por sus orígenes, utilizando su voz y su influencia para cuestionar las estructuras tradicionales de poder y desafiar de manera crítica los límites y convenciones impuestos en ámbitos como el de la creación artística misma.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.