Canción ligera
Me quedas tú, y me donas tu alegría
con el dolor, y tu miel deleitable
con el acerbo aloe.
Me quedas tú, y la luz que tu alma cría
dentro la tenebrura inenarrable
de mi yo solitario:
Siempre loe
tu don ilusionario.
Me quedas tú, y el claro sortilegio
de tus ojos rientes: con su hechizo
mi soledad se puebla.
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Me quedas tú, y tu risa, cuyo arpegio
me embriaga, y tu tesoro de oro cobrizo
solaz del alma sola:
La gris niebla
tu regalo aureola.
Me quedas tú, y el filtro que tu ardida
boca frutal, sombreada, en mis febriles
resecos labios vierte.
Me quedas tú, la ingenua enardecida,
me quedas tú, la experta, de sutiles
tácticas retrecheras:
Vida. Muerte.
Lo que quieras.
Más breve
No te me vas que apenas te me llegas,
leve ilusión de ensueño, densa, intensa flor viva.
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Mi ardido corazón, para las siegas
duro es y audaz…; para el dominio, blando…
Mi ardido corazón a la deriva…
No te me vas, apenas en llegando.
Si te me vas, si te me fuiste…: cuando
regreses, volverás aún más lasciva
y me hallarás, lascivo, te esperando…
Soneto
No te besé la boca sino cuando
me decías que el viento te besaba...
Si te gocé, ello fue si te gozaba
también Eros...: con él te iba gozando.
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Yo sólo se decir como es "amando"
ni supe ni sabré como es "amaba"...
Más libre soy si tengo el alma esclava:
y esclavo soy, joyoso, duro y blando.
No te besé la boca, alta Fonoe
reticente, si no porque venusta
quemada del deseo, la ofrecías:
Si te gocé, Belinda ( o Nice, o Cloe
o Altacira ) fue cuando combusta
pira de Eros, lujuriante, ardías...
Pues si el amor huyó, pues si el amor se fue
Pues si el amor huyó, pues si el amor se fue…
dejemos al amor y vamos con la pena,
y abracemos la vida con ansiedad serena,
y lloremos un poco por lo que tanto fue…
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Pues si el amor huyó, pues si el amor se fue…
Dejemos al amor y vamos con la pena...
Vayamos a Nirvana o al reino de Thulé,
entre brumas de opio y aromas de café,
y abracemos la vida con ansiedad serena!
Y lloremos un poco por lo que tanto fue…
por el amor sencillo, por la amada tan buena,
por la amada tan buena, de manos de azucena…
Corazón mentiroso! si siempre la amaré!
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La luna blanca... y el frío...
La luna blanca... y el frío...
y el dulce corazón mío
tan lejano... tan lejano...
¡tanto distante su mano...!
La luna blanca, y el frío
y el dulce corazón mío
tan lejano...
Y vagas notas del piano...
Del bosque un aroma arcano...
Y el remurmurar del río...
Y el dulce corazón mío
tan lejano...!
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