Hari Matar, un estadounidense de origen libanés de 27 años que gritó "Palestina libre" al entrar al tribunal del condado de Chautauqua, en la localidad de Mayville (norte de Nueva York), está acusado de intento de asesinato y agresión.El acusado, detenido en el lugar del ataque, asestó al autor de Hijos de la medianoche una docena de puñaladas en el rostro, el cuello y el abdomen el 12 de agosto de 2022, que le provocaron la pérdida de un ojo y le llevaron a debatirse durante semanas entre la vida y la muerte.El fiscal de distrito Jason Schmidt contó que Rushdie acababa de tomar asiento para dar una conferencia en el anfiteatro de Chautauqua a unas 1.000 personas el día del ataque."Un hombre joven de complexión media que llevaba una mascarilla de color oscuro (...) apareció por la parte trasera del teatro", dijo Schmidt. "Una vez en el escenario, aceleró a toda velocidad". Matar "clavó el cuchillo en el Sr. Rushdie con fuerza, eficacia y velocidad una y otra vez (...) golpeando y acuchillando la cabeza, el cuello, el abdomen y la parte superior del muslo" del escritor.Según Schmidt, Rushdie levantó las manos para defenderse, pero permaneció sentado tras recibir varias cuchilladas. Deborah Moore Kushmaul, empleada del centro cultural, dijo al jurado que recogió el cuchillo utilizado, que según ella tenía una hoja de 15 centímetros, y se lo entregó a la policía. "Pude ver sangre, pude ver cómo la gente se amontonaba. Nuestro público, muchos de los cuales eran ancianos, gritaba", dijo. "Mi principal preocupación era que pudiera haber una bomba en las bolsas, que pudiera haber otro atacante", sostuvo.El atacante estuvo "peligrosamente cerca" de matar a Rushdie, afirmó Schmidt. Apuñaló al escritor en el ojo derecho con tal fuerza "que seccionó el nervio óptico". Asimismo, su nuez de Adán fue parcialmente lacerada y su hígado e intestino delgado alcanzados. "Su presión arterial era baja: perdió mucha sangre", dijo el fiscal.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.¿Ataque al islam?El escritor británico-estadounidense nacido en India hace 77 años y residente en Nueva York no estuvo presente este lunes en el juicio, pero se espera que suba al estrado para declarar.Desde que su obra Los versos satánicos fue declarada blasfema en 1989 por el entonces líder supremo de Irán, ayatolá Ruhollah Jomeini, quien decretó una fetua (edicto religioso) en la que pedía a los musulmanes del mundo matar al escritor, éste ha recibido amenazas de muerte.Irán ha negado cualquier vínculo con el agresor, pero aseguró que el único que tiene la culpa del incidente fue Rushdie. Matar, quien se ha declarado inocente del intento de asesinato, fue también acusado en julio por un tribunal federal de proporcionar apoyo y recursos al movimiento chiíta libanés Hezbolá, vinculado a Irán, y que respaldó la fetua.Una de las abogadas de Matar, Lynn Schaffer, advirtió que los fiscales tratarían de presentar el caso como "sencillo", "abierto y cerrado". "Asumen cosas sobre el Sr. Matar que afectan a la forma en que investigan", dijo.En la pequeña localidad de Mayville, junto al lago Chautauqua que la separa de la frontera canadiense, se ha congregado una nutrida presencia de medios de comunicación para seguir el juicio.El equipo de defensa de Matar solicitó un aplazamiento del caso, ya que su abogado principal ha sido hospitalizado, pero el juez David Foley lo denegó.Dos páginasMatar, que vestía camisa azul y hablaba frecuentemente con su equipo legal de cinco miembros en la ornamentada sala del tribunal, declaró tras ser detenido al New York Post que sólo había leído dos páginas de la novela de Rushdie, pero que creía que el autor había "atacado al islam".El escritor contó en la obra Cuchillo, publicada en abril del año pasado, cómo superó el ataque y mantiene una conversación imaginaria con su verdugo, cuyo nombre no menciona, sobre sus creencias y motivaciones.Hasta el ataque de Matar, Rushdie había sido víctima de más de media docena de intentos frustrados de asesinato. Tras vivir con escolta durante varios años y escondido en Londres, Rushdie se instaló en Nueva York en el 2000 y desde entonces llevaba una intensa vida social. El juicio prosigue este martes.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El hijo del escritor, Álvaro Vargas Llosa, publicó este domingo en su cuenta de la red social X imágenes con el premio Nobel en dicho penal, como parte de su ruta por distintos lugares que inspiraron sus obras en la capital del país andino."Penal de Lurigancho y alrededores, escenarios (cruciales) del último capítulo de 'Historia de Mayta'", indicó el hijo del escritor. Adjuntó una foto de ambos en la que Vargas Llosa aparece con un bastón y otras del penal de Lurigancho.'Historia de Mayta' versa sobre la vida del trotskista Alejandro Mayta, quien intentó protagonizar una revolución en 1958 y tras ser detenido en varias ocasiones pasó al anonimato.Sobre este libro, Vargas Llosa señaló en 1996, que era la novela "de mayor complejidad técnica que había escrito (...) la más refinada y audaz".La visita del autor al penal forma parte del recorrido que el premio Nobel está haciendo de escenarios de sus novelas en los últimos meses.Hace un mes, visitó una calle de Lima en la que sucede parte de una de sus obras más célebres, 'La ciudad y los perros' (1963) y en diciembre fue, también con su hijo, al Colegio Militar Leoncio Prado, que fue el escenario principal de la misma novela, la primera del autor.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Días antes, el 28 de noviembre, ambos volvieron a visitar el local limeño en el que estaba instalado el bar 'La Catedral', que inspiró su célebre novela 'Conversación en La Catedral', publicada en 1969 y considerada una de las grandes novelas de la historia.A lo largo de su obra, Lima fue siempre un personaje, más que un escenario, en la obra literaria de Mario Vargas Llosa.La última vez que Vargas Llosa se dejó ver en público fue el pasado octubre, cuando asistió al teatro para ver junto a su familia una adaptación de su obra '¿Quién Mató a Palomino Molero?'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Descubierto tras la muerte de la autora estadounidense en un mueble archivador junto a su escritorio, 'Notes to John' es un diario en el que Didion describe las sesiones con su psiquiatra, unos apuntes que recoge y están dirigidos a su esposo, John Gregory Dunne.'Apuntes para John' comienza en diciembre de 1999, poco después de que la escritora empezara su terapia con un psiquiatra tras haber pasado "unos años difíciles" e incluye conversaciones fundamentales sobre temas que desarrolló en sus obras tardías.Las sesiones iniciales se centraron en el alcoholismo, la adopción, la depresión, la ansiedad, la culpa y las desgarradoras complejidades de la relación con su hija Quintana. Los temas mutaron hasta abarcar su trabajo, que le resultaba difícil mantener durante períodos prolongados.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíHubo discusiones sobre su propia infancia –malentendidos y falta de comunicación con su madre y su padre, su temprana tendencia a anticipar la catástrofe– y también se aborda la cuestión del legado.El lanzamiento será simultáneo al de Estados Unidos, bajo el sello Knopf y con una tirada inicial de 250.000 ejemplares.Según su director editorial, Jordan Pavlin, el libro contiene la "precisión, inteligencia extrema y agudas percepciones" de la autora de 'El año del pensamiento mágico' ('The year of magical thinking'), pero también aparece una Didion "como nunca la habíamos visto: abierta, vulnerable, en lucha contra las emociones más intensas".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
A petición de su familia, la editora Dom Quixote informó en un comunicado en su página de Facebook de la muerte de la autora: "Una pérdida de dimensiones incalculables para la literatura portuguesa, la poesía, el periodismo y el feminismo, a los que María Teresa Horta dedicó, orgullosamente, gran parte de su vida".La casa editorial describió a Horta, como "una de las personalidades más notables y admirables de nuestro tiempo, reconocida defensora de los derechos de las mujeres y de la libertad, en un momento en que no siempre era fácil asumirlo".En su nota, Dom Quixote recordó que "hace poco tiempo" fue elegida por la BBC como "una de las 100 mujeres más influyentes e inspiradoras de todo el mundo".La ministra de Cultura lusa, Dalila Rodrigues, calificó a Horta en un comunicado de pésame como "una de las voces más importantes de la literatura portuguesa contemporánea y una figura notable en la lucha por los derechos de las mujeres en Portugal".💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLa titular de Cultura indicó que, junto con las también escritoras Maria Isabel Barreno (1939-2016) y Maria Velho da Costa (1938-2020), con quienes produjo Novas Cartas Portuguesas (1972), desafió a la dictadura y se convirtió en "un hito del feminismo portugués".Rodrigues afirmó que a lo largo de su carrera literaria de más de seis décadas Horta escribió una obra vasta que incluyó poesía, novelas y periodismo.La fallecida fue coautora junto con Barreno y Velho da Costa, conocidas como "las tres Marías", del libro Novas Cartas Portuguesas, inspirado en la novela epistolar francesa Lettres Portugaises, publicada en 1669 de manera anónima, bajo la forma de traducción al idioma luso de cinco cartas de amor atribuidas a la monja, sor Mariana Alcoforado, y dirigidas a un oficial francés.Esta obra se convirtió en una voz crítica contra la ideología vigente en Portugal antes de la Revolución de los Claveles, en 1974, que acabó con el régimen del Estado Novo. En sus páginas, las autoras abordaban temas como la guerra colonial, la opresión que las mujeres sufrían en la época, la emigración y la violencia fascista, entre otros.Las tres escritoras comenzaron a escribir Novas Cartas Portuguesas en 1971 y fueron enjuiciadas tras su publicación y prohibición en abril de 1972.Nacida en la capital portuguesa en 1937, Horta estudió en la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa y fue una activa militante a favor de la emancipación femenina. Fue responsable de la revista Mulheres y también trabajó como periodista para la publicación A Capital.Asimismo, estuvo al frente del ABC Cine-Clube lisboeta, una influyente asociación cultura de divulgación del arte y la cultura cinematográficas.Como escritora dio sus primeros pasos como poeta en la década de los sesenta del siglo pasado, aunque más tarde también produjo novelas y cuentos.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El premio le fue concedido por su "aproximación al mundo poscolonial, su valentía al abordar temas incómodos y su alma dividida entre la metrópoli y su origen norteafricano", dijo este viernes el comisario del festival literario, Carlos Zanón.Establecido en Francia desde 2000, Mohammed Moulessehouf, nombre real de Yasmina Khadra (Kenadsa, 1955), es autor de la 'Trilogía de Argelia' y ha consolidado una carrera literaria con obras traducidas a más de 40 idiomas.En títulos como 'Las golondrinas de Kabul' y 'El atentado', Khadra aborda el terrorismo, el colonialismo y los conflictos entre Oriente y Occidente.Para el jurado, Khadra, "con experiencia militar de casi 40 años, marca una obra crítica con la corrupción, la política y las fracturas sociales de Argelia, que no elude ninguna problemática como el paro, islamismo, ausencia de futuro y libertades, represión, aislacionismo, y lo hace desde el género negro como la mejor manera de explicar los mecanismos del poder".Del 10 al 16 de febrero desfilarán por el BCNegra 130 invitados, entre ellos Benjamin Black, Donna Leon, Dominique Manotti, Manuel Rivas, Arnaldur Indridason, Víctor del Árbol o Enrico Ianniello.También estarán Paolo Indolfi, Virginia Feito, François Thomazeau, Pepe Correa, Diego Muzzio Diego Ameixeiras, Martin Suter, Yrsa Sigurdardóttirl, Chris Whitaker, Ibon Martín, Ann Cleeves, María Fasce, Ivy Pochoda o Graeme Macrae.Después de 20 ediciones, Zanón subrayó que "existe cierto agotamiento de la figura del psicópata u otros elementos que convirtieron el género en un saco en el que cabía todo".💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí.Por esta razón, esta edición quiere reivindicar, añadió, "ese género en el que el objetivo no es resolver el misterio, sino el camino que lleva a resolverlo, que contiene denuncia social, cuenta con personajes perdedores y recupera la idea de que al acabar la lectura de un libro deja en el lector cierta incomodidad".Esta edición estará centrada en el eje que configuran "tres ciudades fronterizas, mediterráneas y portuarias, Barcelona, Marsella y Nápoles, (...) que han propiciado una literatura negra original, permeable y talentosa".La sala Paral·lel 62, La Paloma, la Biblioteca Jaume Fuster y los cines Mooby Bosque son las sedes principales de esta edición, que incluye un total de 44 actividades entre mesas redondas, teatro, música, cine, pódcast, juegos, talleres y clubes de lectura.El mercado de la Boqueria albergará la presentación del libro 'Manual práctico de cocina Negra y Criminal', un compendio de libros, platos y bebidas para descubrir el género de la mano de Montse Clavé, escritora e ilustradora española que compartió su vida con el librero español Paco Camarasa, el creador del BCNegra hace 20 años.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Esta fue la última voluntad de Věra, que conservaba en su casa de París la urna funeraria de su marido y esperaba que la ciudad de Brno se hiciera cargo de los restos de ambos en el momento de su fallecimiento.Los ediles de la ciudad han confirmado que habrá lugar para ellos en la zona de honor del Cementerio Central de la ciudad morava, situada a 200 kilómetros al sudeste de Praga.Las urnas fueron traídas a la República Checa por Antoine Gallimar, editor y albacea del matrimonio Kundera, y el ex embajador checo en París Michal Fleischmann, precisó la emisora.Fueron entregadas a la alcaldesa de la ciudad, Markéta Vaňková, que los dejó temporalmente en la Biblioteca Estatal de Moravia, hasta que se prepare la tumba en el cementerio.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Kundera, uno de los escritores más célebres del siglo XX, falleció en París a los 94 años el 11 de julio de 2023, tras una larga enfermedad, y su mujer murió el 13 de septiembre de 2024.La obra de Kundera, autor también de El libro de los amores ridículos, La broma y La inmortalidad, se ha traducido a más de 50 idiomas.Kundera se exilió en Francia en la década de los setenta del siglo XX y su país, Checoslovaquia, entonces una dictadura comunista, le retiró la nacionalidad, que sólo le fue restituida pocos años antes de su muerte.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Algunos le consideran un profeta", afirma el profesor emérito de la Universidad Goldsmith de Londres Tim Crook, estudioso del periodista y escritor británico."Brillante en su capacidad de analizar el poder del lenguaje y su distorsión, con el fin de proyectarlo hacia el poder y distorsionar la comprensión de la gente", considera por su parte Bill Hamilton, albacea literario de George Orwell, 'George State'.Según Hamilton, Orwell -Eric Blair- decidió desde muy joven desconfiar de todas las llamadas verdades en las que se crió.El escritor (nacido en Motihari el 23 de junio de 1903 y fallecido el 21 de enero de 1950 en Londres) era de origen indio que, tras estudiar en una de las escuelas más elitistas inglesas, Eton, y su periplo en la Policía Imperial birmana, optó por afrontar la realidad del entonces Imperio británico renunciando a sus posibles privilegios, y empezar en el periodismo.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Inspiración accidentadaOrwell, socialista convencido, se enroló en la Guerra Civil española (1936-1939) en el bloque republicano donde "fue disparado por el enemigo; pero fue su propio bando quién casi le asesina, reforzando su odio a cualquier tipo de totalitarismo y su lenguaje abusivo", explica Hamilton.A raíz de ese episodio, su creación literaria fue una lucha contra ello: vivencia personal del conflicto en Homenaje a Cataluña (1938), Rebelión en la granja (1945) y más tarde en 1984."Vemos 1984 como el texto, la Biblia que la gente lleva bajo el brazo que les recuerda cómo se abusa del poder", dice el albacea literario de Orwell.En el primer mandato del presidente Donald Trump en Estados Unidos (2017-2021), 1984 se convirtió en superventas "porque nos recuerda que no existen hechos alternativos. Hay verdad y falsedad. Claridad y mentiras.", remarca Hamilton.La célebre distopía introduce conceptos como doble-pensamiento o neolengua. "La perversión y corrupción del lenguaje puede controlar sutilmente y, a través de un sesgo inconsciente, cambiar la forma de expresarse, lo que realmente se quiere decir", ilustra Crook.Hamilton, como regente del patrimonio literario, observa que "donde sea que hubiera una gran crisis política (...) siempre se ha publicado a gran escala."Ambos eligen 'Rebelión en la granja' como su obra favorita. Una parábola para niños y adultos sobre cómo se echa a perder una revolución, "las mentiras y maldades del totalitarismo, la corrupción del socialismo", describe el profesor Crook.Una patata caliente para los editores británicos de la época, vista como antiestalinista "en mitad de la II Guerra Mundial, la Rusia soviética era nuestra salvadora, amiga, aliada", contextualiza Hamilton.Un ejercicio de antropomorfismo donde "los cerdos querían leche y manzanas. La revolución no es tan divertida comiendo sólo hierba y paja. Los humanos somos iguales.", finaliza el académico.Orwell, en nuestros díasSetenta y cinco años después su trascendencia sigue vigente, nuevas creaciones aparecen en el mercado literario, como Julia: Una nueva versión de 1984 la perspectiva femenina de la co-protagonista de la distopía, por Sandra Newman y aprobada por 'George State'.El profesor Crook conjetura sobre su impacto en nuestros días "si estuviera vivo hoy, y fuera por ahí dando charlas, no tendría plataforma alguna."Según el académico, "lo habrían cancelado en muchos entornos universitarios contemporáneos por su crítica y análisis" y es que Orwell en su lucha contra el totalitarismo, blandía que "si libertad significa algo, es decirle a la gente lo que no quiere oír", cómo luce en su estatua homenaje esculpida en bronce en la sede de la BBC en Londres, para la que trabajó (1941-1943), con su típico cigarrillo en la mano.Según el profesor, "(hoy) cualquiera que desafíe tu ideología, forma de pensar o te haga querer pensar en otra cosa, te está dañando emocionalmente de alguna manera."🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Aunque la cultura japonesa ha permeado occidente desde finales del siglo XIX, no fue hasta finales de los años setenta y durante la década de los ochenta que su impacto abordó a los colombianos y las nuevas generaciones con el anime, el manga y la animación ahora identificable a simple vista.La literatura nipona, por ejemplo, se popularizó en occidente desde los ochenta por la obra de Haruki Murakami y su Tokio Blues, pero antes de él en Japón se erigió un mito de la literatura, el tradicionalismo y el performance. El escritor Yukio Mishima construyó un legado artístico sobre características sociales y políticas de derecha, que si bien lo consolidó como uno de los autores más representativos de su país, también lo hizo una figura controvertida y menos celebrada en su cultura.El 25 de noviembre de 1970 Mishima se tomó el cuartel general en Tokio del Comando Oriental de las Fuerzas de Autodefensa junto a un reducido grupo de hombres que hacía parte de Tatenokai, la fuerza paramilitar que un par de años antes había fundado el mismo autor con la misión de preservar los rituales nipones y regresarle el poder y relevancia a la figura del emperador.“Mishima sueña con la resurrección de la gloria imperial y de la potencia militar del Sol Naciente, se rebela contra la supremacía norteamericana, se opone a la rendición humillante que el general McArthur impuso entre las ruinas de la guerra atómica, negando a Japón el derecho a tener una fuerza armada”, escribió el diario español ABC en 1970 tras la noticia de su suicidio.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíDespués de atar al comandante de esa sede a la silla de su despacho, Mishima se dirigió a los militares con un manifiesto en el que los convocaba a alzarse en armas y restaurar el poder del emperador, un llamado que no llegó a los uniformados.Acto seguido, siguiendo su fascinación por los rituales antiguos inició el seppuku, más conocido como harakiri: escribió un poema antes de morir y con una espada larga, al estilo samurái, atravesó su cuerpo para morir con honor, según esta tradición, antes que ser asesinado o torturado a manos de los enemigos y finalmente, hombres de su grupo lo decapitaron para así culminar con ese ritual. Ese fue el primer seppuku que se practicaba en Japón desde el fin de la guerra.Mishima planeó su suicidio al menos cuatro años antes, cuando fundó su propio grupo armado, que desapareció con su muerte, escribió su obra cúspide, la tetralogía El mar de la fertilidad e incluso dejó el dinero suficiente para la defensa de los miembros de Tatenokai que sobrevivieron.A lo radical de este acto de rebelión, que marcó la huella de Mishima en la historia de Japón, un detalle que también llamó la atención fue que momentos antes de iniciar la toma militar dejó sellado y enviado el manuscrito de su última novela La corrupción de un ángel, con la que dio fin a El mar de la fertilidad.Mishima antes del mitoHace cien años, el 14 de enero de 1925 nació en Tokio Kimitake Hiraoka, a quien el mundo conocería más tarde como Yukio Mishima. Proveniente de una familia de clase media alta, su padre, Azusa Hiraoka, fue un funcionario gubernamental estricto que despreciaba la inclinación literaria de Mishima.Fue criado en gran parte por su abuela Natsuko, quien lo aisló de otros niños y lo expuso a la cultura aristocrática japonesa y al teatro kabuki. Este aislamiento influenció profundamente su carácter introspectivo y su inclinación por lo estético y lo literario.Mishima desarrolló un intenso interés por la cultura samurái, el bushidō (código de honor samurái) y el sacrificio heroico. Este interés lo llevó a involucrarse activamente en actividades militares y a idealizar la disciplina física como un medio para lograr un equilibrio entre mente y cuerpo.Además, sus vivencias personales, arraigadas a la tradición y el cambio cultural en Japón tras la Segunda Guerra Mundial influyeron profundamente en su extensa obra y en su enfoque por el nacionalismo y el desprecio por la llegada de prácticas de occidente.Y aunque Mishima, en varias ocasiones candidato al Premio Nobel de Literatura, nunca ocultó los temas homoeróticos en su obra, en varias ocasiones autobiográfica, en 1958 se casó con Yoko Sugiyama, hija de un pintor tradicional japonés, en lo que parece haber sido una decisión para alinearse con los valores sociales tradicionales.La obra de Mishima, el nipón más traducido de Japón antes de MurakamiMishima asistió a la Escuela Secundaria de Gakushūin, donde con 16 años publicó su primer relato, Hanazakari no Mori ("El bosque en flor") y más tarde ingresó a la Universidad Imperial de Tokio, donde estudió derecho.En su haberes, de una carrera corta pero prolífica, escribió más de treinta novelas, numerosas obras de teatro (incluyendo piezas para el teatro Noh y Kabuki), relatos cortos y ensayos. La obra de Mishima es conocida por su estilo poético, detallado y muchas veces perturbador, al abordar temas como la muerte, el erotismo, la identidad, el sacrificio y el conflicto entre el espíritu y el cuerpo.En 1949, a sus veinticuatro años publicó su segunda novela Confesiones de una máscara, con la que alcanzó el éxito. Considerado uno de sus libros más personales, esta obra semiautobiográfica narra la historia de un joven llamado Kochan que lucha por aceptar su homosexualidad en la sociedad conservadora de la posguerra japonesa. Al sentirse incapaz de expresar su verdadera identidad, se oculta tras una "máscara" social.Siete años más tarde, en 1956, publicó su obra más famosa antes de la tetralogía, El pabellón de oro, una novela basada en un hecho real ocurrido en 1950, cuando un monje zen incendió el famoso templo del Pabellón de Oro (Kinkaku-ji) en Kioto, una obra icónica de la arquitectura japonesa.Esta novela narra la historia de Mizoguchi, un joven aprendiz de monje en el templo del Pabellón de Oro, que se siente obsesionado y atormentado por la deslumbrante belleza del edificio. Mizoguchi, que sufre de un profundo complejo de inferioridad, tartamudez y aislamiento social, desarrolla una relación compleja con el concepto de belleza, al punto de que su deseo de destruir el templo se convierte en una obsesión casi religiosa.Este libro refleja el interés de Mishima por preservar los valores tradicionales japoneses y las tensiones entre la preservación de dichos valores y la transformación de Japón durante la posguerra.A la par de su radicalización política y desazón por la irrupción de occidente en Japón, entre 1969 y 1970 Mishima escribió una tetralogía dedicada a explorar temas como el destino, la reencarnación, la decadencia de Japón y los ideales inalcanzables.Considerada su máxima obra, esta serie está compuesta por cuatro novelas: Nieve de primavera (1969), Caballos desbocados (1969), El templo del alba (1970) y La corrupción de un ángel (publicada de manera póstuma en 1971).Pese a la popularidad que tuvo el escritor y sus obras en el resto del mundo, su desprecio por el cambio del país, controversiales declaraciones y su último acto público cargado de violencia lo hicieron un escritor menos celebrado por sus compatriotas.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Candidato al Premio Nobel de Literatura hasta en cinco ocasiones, Yukio Mishima es uno de los autores nipones más conocidos y traducidos en el extranjero aunque más de medio siglo después de su muerte hay quienes continúan cuestionando el significado tanto de su obra como de su mediático suicidio.Mishima escogió el ritual samurái del 'harakiri' para quitarse la vida, una técnica un tanto teatral que va en consonancia con el desarrollo de su vida, a la que puso fin en 1970 después de que fracasara en su intento de golpe de Estado.Sus novelas continúan fascinando a un gran número de lectores en todo el mundo mientras que su ideario nacionalista y radical genera un rechazo mayoritario en su país natal, donde organismos públicos e instituciones culturales son reacios a organizar grandes actos en honor a una figura de la que han tratado de apropiarse voces de la extrema derecha.Actos modestos para conmemorar el centenario de su nacimientoA falta de actos públicos multitudinarios y homenajes a gran escala, las iniciativas para conmemorar el centenario de su nacimiento son llevadas a cabo por entidades como las editoriales Shinchosha y Kawade Shobo Shinsha o el Museo de Literatura Japonesa Moderna.Shinchosha celebra actualmente la 'Feria del centenario del nacimiento de Yukio Mishima' en librerías de todo el país para la que han creado artículos relacionados con los libros de bolsillo como fundas, camisetas o llaveros.Por su parte, Kawade Shobo Shinsha llevará a cabo una reimpresión limitada de la primera edición de la novela autobiográfica, 'Confesiones de una máscara', que sacudió la historia de la literatura japonesa cuando se publicó en 1949.La reimpresión de esta obra, donde Mishima exploraba los tabúes de la homosexualidad y las falsas apariencias en plena crisis de la identidad nacional nipona tras la II Guerra Mundial, estará disponible a partir del 28 de enero.El Museo de Literatura Japonesa Moderna, ubicado en el barrio tokiota de Meguro, acoge hasta el 8 de febrero la Exposición del Centenario de Mishima que trata de reconstruir su universo, junto a la exposición de cartas inéditas del novelista y otros actos como la lectura de algunos fragmentos de sus obras.El novelista nipón Keiichiro Hirano y el artista contemporáneo Tadanori Yokoo se unirán este martes en una charla sobre la vida y obra de Mishima, al que ambos han seguido de cerca y sobre el que han realizado diferentes trabajos.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíUna vida tan teatral como sus obras Yukio Mishima era el pseudónimo bajo el que escribía Kimitake Hiraoka, un japonés natural del barrio tokiota de Yotsuya, procedente de una familia acomodada y con una carrera literaria meteórica que aún hoy incomoda a su país.Hizo su debut como novelista a los 16 años cuando publicó su primer relato en una revista literaria. Sin embargo, no fue hasta unos años más tarde cuando alcanzó la fama y el reconocimiento al publicar 'Confesiones de una máscara', uno de sus títulos más conocidos.Se convirtió en una estrella de la literatura pero ante el relativo fracaso de 'La casa de Yoko', decidió probar suerte como actor, cantante o modelo, y se entregó a la práctica del culturismo, el kendo (arte marcial de la espada) y el kárate, facetas que impulsaron su proyección mediática.Selló su último manuscrito, el final de la tetralogía 'El mar de la fertilidad', en la que recorre la convulsa historia del Japón del siglo XX, horas antes de su intento de movilizar a las tropas para dar un golpe de Estado que terminó con su suicidio.Como escritor dejó 34 novelas, medio centenar de piezas teatrales de géneros que van desde el kabuki y el noh hasta el contemporáneo, 25 libros de historias cortas, 35 ensayos y una película.Mishima triunfó en Occidente sobre todo durante las primeras décadas tras su muerte, cuando en Japón todavía era visto como un autor "maldito" tachado de enajenado, romántico o nihilista.Hoy son pocos los nipones que dudan de la calidad de su obra literaria que fue un producto y un reflejo del Japón de su época, un país a caballo entre tradición y modernidad, y entre su espíritu guerrero y el pacifismo.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La mujer rotaLunes 13 de septiembre. Las Salinas.Extraordinario decorado el de este bosquejo de ciudad abandonada en los confines de un pueblo y al margen de los siglos. Bordeé la mitad del hemiciclo, subí por las escalinatas del pabellón central: contemplé largo rato la sobria majestad de estas construcciones edificadas con fines utilitarios y que nunca sirvieron para nada. Son sólidas, son reales: sin embargo, su abandono las transforma en un simulacro fantástico: uno se pregunta de qué. La hierba tibia, bajo el cielo de otoño, y el olor de las hojas muertas me aseguraban que no había abandonado este mundo, pero había retrocedido doscientos años atrás. Fui a buscar unas cosas en el auto; extendí una manta, almohadones, puse la radio a transistores, y fumé mientras escuchaba Mozart. Detrás de dos o tres ventanas polvorientas adivino presencias: sin duda son oficinas. Un camión se detuvo ante uno de los portones, unos hombres abrieron, cargaron bolsas en la parte trasera del vehículo. Ninguna otra cosa ha alterado el silencio de esta siesta: ni un visitante. El concierto terminado, me puse a leer. Doble sensación de extrañamiento: me iba muy lejos, a orillas de un río desconocido; alzaba la vista y volvía a encontrarme en medio de estas piedras, lejos de mi vida.Porque lo más sorprendente es mi presencia aquí, la alegría de esta presencia. La soledad de este regreso a París me atemorizaba. Hasta ahora, a falta de Maurice, las niñas me acompañaban en todos mis viajes. Creí que iba a echar de menos los entusiasmos de Colette, las exigencias de Lucienne. Y resulta que me es devuelta una calidad de alegría olvidada. Mi libertad me rejuvenece veinte años. A tal punto que, cerrado el libro, me puse a escribir para mí misma, como a los veinte años. Nunca dejo a Maurice sin apenarme. El congreso dura solamente una semana y, sin embargo, mientras íbamos en auto desde Mougins hasta el aeródromo de Niza, tenía la garganta anudada. El también estaba emocionado. Cuando el altoparlante llamó a los pasajeros para Roma, me abrazó fuertemente: "No te mates con el auto. —No te mates en el avión." Antes de desaparecer, volvió una vez más la cabeza hacia mí: en sus ojos había una ansiedad que me ganó. El despegue me pareció dramático. Los cuatrimotores alzan vuelo lentamente, en un largo hasta la vista. El jet se arrancó del suelo con la brutalidad de un adiós.Pero pronto empecé a alegrarme. No, la ausencia de mis hijas no me entristecía: al contrario. Podía conducir tan rápidamente, tan lentamente como quería, ir adónde deseaba, detenerme cuando me daba la gana. Decidí pasar la semana vagabundeando. Me levanto con la luz. El auto me espera en la calle, en el patio, como un animal fiel; está húmedo de rocío; le seco los ojos y atravieso alegremente el día que comienza a solearse. A mi lado está el bolso blanco con los mapas Michelin, la Guía Azul, libros, un cardigan, cigarrillos: es un compañero discreto. Nadie se impacienta cuando pregunto a la patrona de la hostería su receta del pollo con cangrejos.Está por caer la noche pero todavía está tibio. Es uno de esos instantes conmovedores en que la tierra está tan de acuerdo con los hombres que parece imposible que todos no sean felices.Martes 14 de setiembreUna de las cosas que encantaban a Maurice es la intensidad de lo que él llamaba mi "atención a la vida". Durante esta breve intimidad conmigo misma, se ha reanimado. Ahora que Colette está casada, Lucienne en Norteamérica, tendré tiempo para cultivarla. "Vas a aburrirte. Deberías conseguir un empleo", me dijo Maurice en Mougins. Insistió. Pero, por el momento, en todo caso, no tengo ganas. Quiero vivir por fin un poco para mí. Y aprovechar con Maurice esta soledad de dos de la cual tanto tiempo estuvimos privados. Tengo un montón de proyectos en la cabeza.Viernes 17 de setiembreEl martes llamé por teléfono a Colette: estaba con gripe. Protestó cuando le dije que volvía enseguida a París, Jean-Pierre la cuida muy bien. Pero yo estaba inquieta, regresé ese mismo día. La encontré en cama, muy enflaquecida; tiene fiebre todas las noches. Ya en agosto, cuando la acompañé a la montaña, su salud me inquietaba. No veo la hora de que Maurice la examine y me gustaría que consultara a Talbot.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíAquí estoy, con otra protegida a mi cuidado. Cuando dejé a Colette, el miércoles después de cenar, el tiempo estaba tan agradable que fui en auto hasta el Quartier Latin; me senté en las mesas de la vereda, fumé un cigarrillo. En la mesa de al lado estaba una chiquitina que devoraba con los ojos mi paquete de Chesterfield; me pidió un cigarrillo. Le hablé; eludió mis preguntas y se levantó para irse; alrededor de quince años, ni estudiante ni prostituta, me intrigaba; le propuse llevarla a su casa en auto. Se negó, vaciló, y terminó por confesar que no sabía adónde ir a dormir. Por la mañana se había escapado del Centro en el cual la había alojado la Asistencia Pública. La tuve en casa dos días. Su madre, más o menos retardada, su abuelo, que la detesta, han renunciado a sus derechos sobre ella. El juez que se ocupa de su caso le ha prometido enviarla a un Hogar adonde le enseñarán un oficio. Mientras tanto, vive "provisoriamente" desde hace seis meses en esa casa de la cual no sale nunca —salvo el domingo para ir a misa, si quiere— y donde no le dan ninguna tarea para hacer. Están allí, unas cuarenta adolescentes, materialmente bien cuidadas, pero que languidecen de aburrimiento, de desgano, de desesperación. Por la noche, se le da a cada una un somnífero. Se las arreglan para no tomarlo y guardarlo. Y un buen día, se tragan de golpe toda la reserva. "Una fuga, una tentativa de suicidio: es lo que hace falta para que el juez se acuerde de una", me dijo Marguerite. Las fugas son fáciles, frecuentes, y si no duran mucho tiempo no acarrean consecuencias.Le juré que removería cielo y tierra para conseguir que la transfieran a un Hogar y se dejó convencer para regresar al Centro. Yo hervía de cólera cuando la vi franquear la puerta, cabizbaja y arrastrando los pies. Es una hermosa jovencita, nada tonta, muy gentil, y que no pide otra cosa que poder trabajar: le están masacrando su juventud; a ella y a millares de otras. Mañana hablaré por teléfono al juez Barron.¡Qué duro es París! Aun en estos pegajosos días de otoño, esa dureza me oprime. Esta noche me siento vagamente deprimida. Hice planes para transformar la pieza de las chicas en un living más íntimo que el escritorio de Maurice y la sala de espera. Y me doy cuenta de que Lucienne ya no vivirá nunca más aquí. La casa estará tranquila, pero muy vacía. Me atormento sobre todo por Colette. Felizmente, Maurice regresa mañana.Miércoles 22 de setiembreÉsta es una de las razones —la principal— por las cuales no tengo ninguna gana de atarme a una tarea: difícilmente soportaría no estar totalmente a disposición de quienes me necesitan. Paso casi todo el día a la cabecera de la cama de Colette. Su fiebre no baja. `No es grave", dice Maurice. Pero Talbot pide que le hagan análisis. Ideas aterradoras me pasan por la cabeza.El juez Barron me recibió esta mañana. Muy cordial. El caso de Marguerite Drin le parece lamentable: y hay millares parecidos. El drama es que no existe ningún lugar para alojar a estas niñas, no hay personal capaz de ocuparse de ellas adecuadamente. El gobierno no hace nada. Entonces, los esfuerzos de los jueces, de las asistentes sociales se estrellan contra una pared. El Centro donde se encuentra Marguerite no es más que un lugar de tránsito; al cabo de tres o cuatro días, hubieran debido mandarla a otra parte. ¿Pero adónde? No hay nada. Las niñas se quedan allí, donde no se ha previsto nada para ocuparlas en algo ni para distraerlas. Así y todo, tratará de encontrar un lugar, en algún sitio, para Marguerite. Y va a recomendar a las asistentes del Centro que me autoricen a verla. Los parientes no han firmado el papel que los privaría definitivamente de sus derechos pero no se trata de que nuevamente se hagan cargo de la niña; ellos no lo desean y también para ella sería la peor solución.Salí de Tribunales irritada contra la incuria del sistema. El número de delincuentes jóvenes aumenta; y no se encara otra medida que redoblar la severidad.Como me encontraba ante la puerta de la Sainte-Chapelle, entré, subí por la escalera de caracol. Había turistas extranjeros y una pareja que contemplaba los vitrales, tomada de la mano. En lo que a mí respecta, no miré muy bien. Nuevamente pensaba en Colette y me inquietaba.Y me inquieto. Imposible leer. La única cosa que podría aliviarme sería conversar con Maurice: no estará aquí antes de la medianoche. Desde su regreso de Roma pasa las veladas en el laboratorio con Talbot o Couturier. Dice que se están acercando al objetivo. Puedo comprender que lo sacrifique todo a sus investigaciones. Pero es la primera vez en la vida que tengo una gran preocupación sin que él la comparta.Sábado 25 de setiembreLa ventana estaba a oscuras. Me lo esperaba. Antes —¿antes de qué?—, cuando por excepción yo salía sin Maurice, al volver había siempre un rayo de luz entre las cortinas rojas. Yo subía los dos pisos corriendo, tocaba el timbre, demasiado impaciente como para buscar mi llave. Subí sin correr, metí la llave en la cerradura. ¡Qué vacío estaba el departamento! ¡Qué vacío está! Evidentemente, puesto que no hay nadie adentro. Pero no, de costumbre, cuando regreso a casa reencuentro a Maurice, aun en su ausencia. Esta noche las puertas se abren ante habitaciones desiertas. Las once. Mañana se sabrán los resultados de los análisis y tengo miedo. Tengo miedo, y Maurice no está aquí. Ya lo sé. Es preciso que sus investigaciones lleguen a su fin. Así y todo, estoy enojada con él. "¡Te necesito y no estás aquí!" Tengo ganas de escribir estas palabras sobre un papel que dejaría a la vista en el vestíbulo, antes de irme a acostar.…Regué las plantas; empecé a arreglar la biblioteca y me detuve. Me sorprendió su indiferencia cuando le hablé de instalar este living. Tengo que confesarme la verdad; siempre deseé la verdad, si la obtuve es porque la quería. ¡Pues bien! Maurice ha cambiado. Se ha dejado devorar por su profesión. Ya no lee. Ya no escucha música. (Me gustaba tanto nuestro silencio y su rostro atento cuando escuchábamos Monteverdi o Charlie Parker.) Ya no nos paseamos juntos por París y los alrededores. Ya casi no tenemos verdaderas conversaciones. Empieza a parecerse a sus colegas que no son más que máquinas de hacer carrera y ganar dinero. Soy injusta. El dinero, el éxito social, se mata de risa de eso. Pero desde que, en cuenta de mi opinión, hace diez años decidió especializarse, poco a poco —y eso es precisamente lo que yo temía— se ha empobrecido. Incluso en Mougins, este año, me pareció lejano: ávido por reencontrar la clínica y el laboratorio; distraído y hasta moroso. ¡Vamos!, mejor decirme a mí misma la verdad hasta el fin. En el aeródromo de Niza sentía el corazón oprimido a causa de esas opacas vacaciones que dejábamos detrás. Y si en las salinas abandonadas conocí una felicidad tan intensa fue porque Maurice, a cientos de kilómetros, volvía a serme cercano. (Curiosa cosa un diario: lo que uno calla es más importante que lo que anota). Se diría que su vida privada ya no le concierne. La primavera pasada, ¡con qué facilidad renunció a nuestro viaje por Alsacia! Sin embargo, mi decepción lo afligió. Le dije alegremente: "¡La curación de la leucemia bien merece algunos sacrificios!" Pero, antes, para Maurice la medicina significaba personas de carne y hueso que había que aliviar. (Estaba tan decepcionada, tan desamparada durante mi permanencia en Cochin, por la fría benevolencia de los jefes de sala, por la indiferencia de los estudiantes: y en los hermosos ojos melancólicos de ese externo encontré una angustia, una rabia semejantes a las mías. Creo que lo amé desde ese instante.) Tengo miedo de que ahora para él, sus enfermos no sean sino casos. Saber le interesa más que curar. Y hasta en sus relaciones con quienes lo rodean se vuelve abstracto, él, que era tan vivaz, tan alegre, tan joven a los cuarenta y cinco años como cuando lo encontré… Sí, algo ha cambiado puesto que escribo acerca de él, de mí, a sus espaldas. Si él lo hubiera hecho, me sentiría traicionada. Éramos, el uno para el otro, una absoluta transparencia.Aún lo somos; mi cólera nos separa: le será fácil desarmarla. Necesitaré un poco de paciencia: después de los períodos de agotamiento viene la bonanza. El año pasado también trabajaba frecuentemente por las noches. Sí, pero yo tenía a Lucienne. Y, sobre todo, nada me atormentaba. Bien sabe él que en este momento no puedo leer ni escuchar discos, porque tengo miedo. No dejaré ninguna nota en el vestíbulo, pero hablaré con él. Al cabo de veinte —veintidós— años de casamiento, uno concede demasiado al silencio: es peligroso. Pienso que me he ocupado demasiado de las chicas todos estos últimos años: Colette era tan apegada y Lucienne tan difícil. Yo no estaba tan disponible como Maurice podía desearlo. Hubiera debido hacérmelo notar en lugar de lanzarse a trabajos que ahora lo alejan de mí. Tenemos que explicarnos.Medianoche. Tengo tanta prisa por verlo, por ahogar esta cólera que todavía protesta dentro de mí, que dejo los ojos clavados en el reloj de péndulo. La aguja no avanza: me exaspero. La imagen de Maurice se deshace; ¿qué sentido tiene luchar contra la enfermedad y el sufrimiento si uno trata a su propia mujer con tanta despreocupación?Eso es indiferencia. Dureza. Es inútil rabiar. Basta. Si los análisis de Colette son desfavorables, mañana voy a necesitar de toda mi sangre fría. Entonces debo tratar de dormir.Domingo 26 de setiembreAsí que ocurrió. Me ocurrió.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.