La historia de ficción del visionario arquitecto László Toth se ha posicionado como una de las grandes favoritas en esta temporada de premios tras alzarse con tres de los siete Globos de Oro a los que fue nominada y llegar a la edición 97 de los Óscar con diez nominaciones. The brutalist promete ser una gran película de la posguerra.
El cineasta estadounidense Brady Corbet cuenta en esta cinta la historia de un arquitecto que se ve obligado a huir de la Europa de la posguerra, hacia Estados Unidos, con la esperanza de reconstruir su vida y su matrimonio con su esposa Erzsébet, de quien tuvo que separarse durante la guerra.
En el desafío de migrar a un país desconocido tras la violencia de la Segunda Guerra Mundial se ve enfrentado a intrigas, estigmatizaciones y sacrificios para convertirse en un afamado constructor de la mano de un industrial de la zona de Pensilvania. A muy grandes rasgos esta es la historia que cuenta esta película que tiene una duración de tres horas y 35 minutos.
Y aunque por estos días se ha hablado de la duración de la película, esta no es una novedad ni un impedimento para convertirse en una película taquillera o multipremiada. En los últimos años grandes películas de más de tres horas han logrado batir récords en taquilla o llegar a ser consideradas de culto y de gran recordación por el público. Solo por mencionar algunos ejemplos de las últimas décadas están Titanic (3h. 14 min.), Avatar 2 (3h 12 min.), King Kong (3h. 21 min.) y El Señor de los Anillos: el retorno del Rey (3h. 21 min.).
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El director Cobert durante el Festival de Cine de Venecia de 2024, donde obtuvo el León de Plata por Mejor Dirección por The Brutalist, defendió los tiempos de la película al afirmar que “es una tontería hablar de la duración, porque es como criticar un libro por tener 700 páginas en lugar de 100″, pues se trata de “cuánta historia hay que contar”.
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Una novedad de esta película de la productora A24 también es que, si bien el director se toma su tiempo para contar la historia del arquitecto Toth, interpretado por el ganador del Globo de Oro y nominado al Óscar Adrien Brody, le da a los espectadores una pausa sobre la mitad de la película para tomar impulso y disponerse a ver el resto de la historia.
Durante quince minutos estará en pausa la película y los asistentes al cine tendrán ese espacio para reacomodarse, ir al baño, comprar más palomitas de maíz, etcétera. En ese lapso la pantalla no quedará congelada ni se apagará, habrá música de fondo y un cronómetro proyectado indicando cuánto tiempo falta para reanudar la película y evitar que las personas se pierdan algo de la cinta.
Los intermedios en las películas, una dinámica que no es nueva en el cine
Aunque en las décadas recientes añadir un intermedio a las películas no es común, ni frecuente, tampoco es algo nuevo. The brutalist nos hace recordar que en las producciones largas de los años dorados de Hollywood esta era una medida que solía utilizarse.
Entre 1930 y 1960 Hollywood se convirtió en un emporio del séptimo arte y el referente de la industria a nivel mundial, en este periodo considerado la época dorada, las historias de épica y clásicos de culto incluyeron intermedios.
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Ese espacio de entre 10 y 15 minutos se reservaba para un momento de suspenso o clímax de la película y servía también como un tiempo para que los asistentes compraran más comida y los operadores cambiaran los rollos de las películas, entonces en formato 35mm.
Algunas de las películas más famosas que añadieron un intermedio fueron Lo que el viento se llevó (1939), Ben-Hur (1959), Lawrence de Arabia (1962), Doctor Zhivago (1965) y 2001: Odisea del espacio (1968).
Después de los años sesenta, con la mejora en la tecnología de los cinemas, películas con más efectos e historias de acción que incluían un ritmo mucho más acelerado y claro, películas más cortas, los intermedios fueron desapareciendo.
En los años siguientes el entretiempo se sigue usando en casos muy específicos, en algunas producciones de India, en versiones extendidas de algunas películas o en proyecciones en festivales y salas seleccionadas. Por ejemplo Gandhi (1982), la versión completa de Hamlet (1996) y en algunos cines en la versión de 70 mm de Los ocho más odiados (2015).
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Vea aquí el tráiler de The brutalist y recuerde que además de un intermedio de quince minutos, esta historia tiene una escena postcréditos.
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