En 1932, la escultora Hedwig Maria Ley, una simpatizante nazi, creó la primera representación autorizada de Adolf Hitler. El partido nazi hizo que ese busto fuera el modelo para retratar al político. Sin embargo, después de la muerte de Hitler y la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, Ley enterró el busto en su jardín. Veinte años después, un familiar de su jardinero lo desenterró y puso con orgullo sobre la chimenea de su sala de estar, donde permaneció hasta los 80.Esta continua admiración por el infame líder nazi contrastaba fuertemente con la visión de la gente más joven, que quería disociarse de las generaciones anteriores que a menudo habían abrazado el fascismo alemán. Este quiebre generacional es la base de una nueva exhibición, llamada Después de Hitler: el ajuste de cuentas de Alemania con su pasado nazi, que tiene lugar en el museo Casa de la Historia, en Bonn.La historia del busto es un elemento destacado de la exposición, que rastrea los cambios que ha sufrido la actitud de los alemanes hacia el nazismo en los últimos 80 años, y muestra cómo algunos alemanes aún adoran al tirano que impulsó los horrores del Holocausto.¿Solo seguían órdenes?Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos alemanes trataron de borrar los recuerdos del exdictador, incluso cambiando el nombre de las calles que referían a Hitler y otros elementos del nazismo. Además, quienes sobrevivieron a la guerra se vieron muy ocupados intentando reconstruir sus vidas y optaron por no referirse a sus propios roles en el Tercer Reich.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Hubo quienes se mostraron reacios a rellenar los formularios de desnazificación y se exculparon atribuyendo toda la responsabilidad de lo sucedido a Hitler y sus cercanos, como Joseph Goebbels y Hermann Göring.Las películas que revelaban los campos de concentración y exterminio nazi se convirtieron en proyecciones obligatorias para los alemanes occidentales, pero en la República Democrática de Alemania, en el este, las cosas fueron distintas. Allí, el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED) propagó el mito fundacional antifascista de que los exnazis solo existían en Occidente. Cualquiera que abrazara el socialismo estaba libre de culpa.Perspectivas sobre los perpetradoresLa exposición explora el contexto político y social de las cuatro generaciones de alemanes que han tratado de procesar el pasado nazi de distintas formas. Entre el material de archivo que se exhibe hay imágenes de un reportero de televisión que en 1962 pregunta a los transeúntes sobre los judíos. Algunos dicen abiertamente que no debería permitírseles trabajar en el gobierno, que "hay demasiados" o incluso que "fueron perseguidos con razón".Una sección de la exposición describe a la generación de niños que creció en la década de 1960 y cómo cuestionó a sus padres por su rol en el Tercer Reich. La búsqueda de la verdad también se convirtió en parte de la cultura popular con los años. En 1979, veinte millones de alemanes mayores de 14 años vieron la premiada miniserie estadounidense Holocausto. Decenas de miles llamaron al canal que la emitió, la mayoría para decir que la película les había abierto los ojos.Contar la historia de las víctimasLa exhibición también dedica un espacio significativo a quienes sufrieron bajo el nazismo. Entre los 500 objetos que se exponen, se encuentra la bicicleta de un niño judío, que se la dio a un amigo para que se la cuidara. No fue hasta 2007 que este amigo, ya anciano, regaló la bicicleta a un anticuario. Por décadas esperó en vano que regresara su amigo a recuperarla. Junto a la bicicleta hay una maleta llena de documentos y recuerdos, que es todo lo que queda de una familia judía enviada al campo de concentración de Regensburg, en Baviera.La idea, dice Hanno Sowade, curador de Después de Hitler, es acercarse al tema menos desde una mirada política y más a través de "objetos que cuentan historias personales".La ideología sigue vivaLos miembros de la cuarta generación nacieron después de la reunificación. Muchos son hijos de inmigrantes y no tienen vínculos familiares con el nacionalsocialismo. Sin embargo, los jóvenes entienden cada vez más "la historia del nazismo como una advertencia para el presente", dicen los organizadores de la exhibición.No obstante, muchos también se relacionan con la ideología nazi, especialmente a través de las redes sociales. En el verano de 2023, un radical de derecha incendió una cabina telefónica reformada que contenía literatura sobre el nacionalsocialismo, así como extractos del diario de Ana Frank y canciones hebreas.La cabina estaba ubicada cerca del memorial Andén 17, en el distrito de Grunewald, en el oeste berlinés, una plataforma de trenes desde donde miles de judíos fueron enviados a los campos de exterminio.Casi 80 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la exposición deja claro que la confrontación de los alemanes con su pasado sigue siendo vital, en medio del rápido ascenso de partidos de ultraderecha como AfD. Hitler ya no está, pero el legado fascista sigue vivo.La exposición Después de Hitler: el ajuste de cuentas de Alemania con su pasado nazi estará abierta en el museo de Bonn hasta el 26 de enero de 2025.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Pese a que los discursos que se escuchan en las ceremonias de premiación de la industria del entretenimiento suelen ser cortos, algunos logran tener un gran impacto más allá de la gala, o de la coyuntura de los premios, ese ha sido el caso del discurso del cine británico y judío Jonathan Glazer.El pasado 10 de marzo, en la más reciente ceremonia de los Premios de la Academia, Glazer se alzó con el premio a la Mejor película internacional con Zona de Interés. En esta cinta, que también obtuvo el galardón a Mejor sonido, vemos cómo es la vida de una familia alemana que vive del lado opuesto de un muro del campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial."Todas nuestras decisiones se tomaron para reflejar y confrontarnos en el presente, no para decir 'mira lo que hicieron entonces', sino, más bien, 'mira lo que hacemos ahora'. Nuestra película muestra hacia dónde nos lleva la deshumanización", dijo en ese entonces Glazer.De inmediato sus palabras, ampliamente aplaudidas por los asistentes, fueron motivo de debate a las afueras en una ceremonia que hasta ese momento había transcurrido sin discursos notables por su activismo o que generaran polémica.En su discurso añadió: “Estamos aquí como hombres que rechazan que su judaísmo y el Holocausto sean secuestrados por una ocupación que ha llevado al conflicto a tanta gente inocente. Ya sean las víctimas del 7 de octubre en Israel o del ataque a Gaza, todas las víctimas de esta deshumanización, ¿cómo resistimos?”.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Lado A: Las voces de rechazo al discurso de GlazerDespués de la ceremonia de los Óscar, medios y personas de la industria se pronunciaron en contra de la posición de Glazer frente a la guerra en Gaza, hasta que el 19 de marzo se conoció una carta conjunta.Más de 500 creativos, ejecutivos y profesionales de Hollywood de confesión judía presentaron una carta abierta rechazando las palabras del director británico, también de religión judía.“Rechazamos que nuestro judaísmo quede secuestrado con el propósito de establecer una equivalencia moral entre un régimen nazi que trató de exterminar a una raza de personas y una nación israelí que trata de evitar su propio exterminio”, se lee en la carta.“Cada muerte civil en Gaza es una tragedia. Israel no tiene a los civiles como objetivo. Su objetivo es Hamás. En el momento en el que Hamás libere a los rehenes y se rinda, terminará esta desgarradora guerra. Esto es cierto desde los ataques de Hamás del 7 de octubre. El uso de palabras como ocupación para describir a un pueblo judío indígena que defiende una patria que se remonta a miles de años y que ha sido reconocida como un Estado por las Naciones Unidas distorsiona la historia. Da crédito al libelo de sangre moderno que alimenta un odio antijudío creciente en el mundo entero, en Estados Unidos y en Hollywood. El actual clima de creciente antisemitismo no hace sino subrayar la necesidad del Estado judío de Israel, un lugar que siempre nos acogerá, como no lo hizo ningún otro Estado durante el Holocausto descrito en la película de Glazer”, concluye.Entre los nombres más destacados que firmaron el documento se encuentran figuras como Gary Gilbert (productor de La La Land), la actriz Jennifer Jason Leigh (The Hateful Eight), el actor Brett Gelman (Stranger Things), la productora Amy Pascal (Spider-Man: Homecoming) y Amy Sherman-Palladino, creadora de Gilmore Girls.Lado B: Las voces que respaldan el mensaje de GlazerEl pasado 5 de abril, la revista Variety dio a conocer otra carta, esta vez firmada por más de 150 profesionales de la industria cinematográfica de Hollywood de confesión judía que sí apoyan las palabras de Glazer."Somos artistas, cineastas, guionistas y profesionales creativos judíos que apoyamos la declaración de Jonathan Glazer en los Óscar 2024. Nos alarma ver a algunos de nuestros colegas en la industria caracterizar erróneamente y denunciar sus comentarios", destaca la carta.Los ataques a Glazer, en su opinión, "son una distracción peligrosa de la creciente campaña militar de Israel, que ya ha matado a más de 32.000 palestinos en Gaza y ha llevado a cientos de miles al borde de la hambruna. Lloramos por todos aquellos que han sido asesinados en Palestina e Israel durante demasiadas décadas, incluidos los 1.200 israelíes asesinados el 7 de octubre en los ataques de Hamás y los 253 rehenes tomados".Entre los personajes destacados que firmaron esta misiva que encuentran, entre otros, el actor Joaquin Phoenix (Joker), el cineasta Joel Coen (Fargo), el director y productor Todd Haynes (May December) y el director irlandés Lenny Abrahamson (Room).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Uniformes a rayas de Auschwitz, botones tomados de la ropa arrancada al llegar al campo de la muerte de Sobibor, emotivas cartas y fotos: el museo exhibe 2.500 objetos, muchos de ellos nunca antes vistos por el público.Antes de la guerra y la ocupación nazi, Países Bajos albergaba una vibrante comunidad judía de unas 140.000 personas, principalmente en Ámsterdam. Pero para cuando terminó el Holocausto, 75% de ellas -102.000 personas- habían sido asesinadas.El edificio donde se ubica el museo, un antiguo jardín infantil en el histórico barrio judío de Ámsterdam, tuvo un papel crucial en la historia neerlandesa del Holocausto.Al frente se encuentra un teatro donde las familias judías eran llevadas a esperar la deportación a los campos de la muerte. Los niños eran separados y llevados al jardín infantil para su deportación.Unos 600 niños fueron sacados ocultos, a menudo en cajas o cestas bajo las narices de los guardas nazis, y llevados a sitios seguros por la resistencia neerlandesa.Los visitantes pueden caminar por el "corredor de escape", por donde sacaban a los niños, que en su mayoría nunca volvieron a ver a su familia o amigos.Fotos de niños que no tuvieron la misma suerte adornan los muros, todos muertos en los campos de exterminio."En unos centenares de metros cuadrados del centro de Ámsterdam tienes la historia de la deportación, la colaboración, la parte oscura de la historia", comentó a AFP la curadora Annemiek Gringold."Y del otro lado, tienes un edificio que representa a la humanidad, la solidaridad y el tremendo coraje de los rescatistas gentiles que se arriesgaron para salvar vidas judías", agregó.En los muros del museo colgaron textos de las leyes antijudías que impusieron los nazis, incluyendo un requerimiento de 1942 para llevar una Estrella de David amarilla.Las leyes relatan una historia brutal de persecución, en que los judíos tenían prohibido ir a los parques y se ofrecían recompensas por "denunciar" judíos a las autoridades.Para darle un rostro a algunos de los miles de judíos asesinados, el museo presenta el retrato de algunas víctimas con un breve texto sobre sus vidas."Contamos la historia de la humillación extrema y dignificamos a las víctimas al presentar sus objetos de manera muy especial", indicó Gringold.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.ExclusiónEl museo será inaugurado el domingo por el rey Guillermo Alejandro, y su apertura se da en momentos de creciente antisemitismo en Países Bajos.El número de incidentes antisemitas se duplicó en 2023, informó en febrero el coordinador gubernamental contra el antisemitismo. En un caso, vándalos pintaron esvásticas en una sinagoga de la localidad sureña de Middelburg.Ámsterdam destinó 900.000 euros (976.000 dólares) a la seguridad del museo, que tiene grandes rocas al frente para impedir una arremetida con coche.La asociación Barrio Cultural Judío Neerlandés, que administra el museo, dijo que estar "seriamente preocupada" con el impacto de la guerra en Gaza sobre Países Bajos, donde dijo que ha habido un repunte del antisemitismo, la islamofobia y la polarización."Es lamentable que la apertura del Museo Nacional del Holocausto coincida con esta guerra. Hace que nuestra misión sea más urgente", indicó la asociación en un comunicado.Según Gringold, el museo exhibe varias advertencias aplicables a la actualidad, algunas sobre la propaganda, el nacionalismo y el debilitamiento del imperio de la ley."Creo que cada pueblo necesita conocer su historia, estar consciente de lo que los seres humanos son capaces de hacer a otros y con otros", afirmó.Roosje Steenhart-Drukker, una sobreviviente del Holocausto de 82 años, aportó los zapatos que usaba a los dos años de edad cuando sus padres judíos la dejaron, con la esperanza de que fuera encontrada."Estoy sumamente feliz de que nuestra historia no se haya perdido después de tanta tragedia, tanta tristeza", declaró a AFP.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El editor Hugo Bruckmann y su mujer, Elsa, se contaron entre los primeros que invitaron oficialmente a su casa a Adolf Hitler, en 1924. A su salón, donde antes de la I Guerra Mundial se reunían intelectuales de diversas tendencias, acudían en la década de 1920 nacionalistas conservadores, que despotricaban contra la democracia y la República de Weimar.Entre ellos estaba también Albert Speer, quien luego sería el arquitecto estrella de Hitler, al igual que el matrimonio de Winifred y Siegfried Wagner, que dirigía el festival de Bayreuth. Elsa Bruckmann les ofrecía un foro a quienes añoraban la época del Kaiser o sufrían por la crisis económica o la humillación de la derrota en la I Guerra Mundial.Fascinados con Hitler"La añoranza de un mesías era grande, y la alta burguesía depositaba su esperanza en Hitler”, explica Sven Friedrich, director del museo Richard Wagner, de Bayreuth. Hitler fascinaba a muchos con sus discursos agitadores y su visión de una nueva grandeza de Alemania. El matrimonio Bruckner respaldaba al líder nazi con dinero y también le facilitó el contacto con los grandes industriales.También Winifred Wagner, la nuera del compositor Richard Wagner, lo apoyaba. "Winifred estaba encantada con Hitler, debido a su convicción de tener una misión y a su manifiesta veneración por la música de Wagner”, explica Sven Friedrich.Entre ambos se forjó rápidamente una amistad. Hitler vivió un tiempo en casa de los Wagner. A la familia pertenecía también Houston Stewart Chamberlain, un inglés afín a la teoría racial, antisemita y precursor intelectual del movimiento nacionalsocialista. Estaba casado con Eva, hija de Richard Wagner, y "era un ídolo para Hitler”, según Sven Friedrich.Lealtad a HitlerEn 1923, los nacionalsocialistas intentaron infructuosamente derribar al gobierno de la República de Weimar. Hitler fue condenado a cinco años de cárcel, pero quedó en libertad prematuramente, a fines de 1924.Los Wagner no lo visitaron en prisión, pero mantuvieron un nutrido intercambio postal con Hitler. Winifred le enviaba dulces y papel para escribir. En esas cuartillas, Hitler empezó a escribir su libro "Mein Kampf” (Mi lucha). Elsa Bruckmann se ofreció más tarde como lectora para la segunda edición.Apoyo financieroAdemás de Elsa Bruckmann, visitaron a Hitler en prisión también Helene y Edwin Bechstein. La empresa fabricante de pianos Bechstein, fundada en 1853 por Carl Bechstein, tenía tradición. "Hasta el inicio de la guerra, la mayoría de los pianistas importantes tocaban en un Bechstein", afirma el gerente cultural de la empresa, Gregor Willmes. La inflación de la década de 1920 afectó duramente a la firma.Edwin, uno de los hijos de Carl, tenía una cierta fortuna. Él y su mujer respaldaron los planes de Hitler y también lo alojaron por momentos en su casa.La guerra y la desnazificaciónCon el inicio de la II guerra Mundial, las visitas a Hitler de las damas de alta sociedad se volvieron menos frecuentes. Elsa Bruckmann se distanció de él debido a sus atrocidades en la persecución de los judíos y en la guerra. No obstante, se dice que siguió manteniendo sus ideas nacionalsocialistas hasta su muerte, ocurrida en 1951.Winifred Wagner siguió siendo una ferviente partidaria de Hitler, también después de la guerra. En el marco del proceso de desnazificación, no pudo seguir dirigiendo el festival de Bayreuth.El arquitecto Albert Speer, por su parte, fue sentenciado a 20 años de cárcel. Otras figuras de la cultura, como los directores Wilhelm Furtwängler y Herbert von Karajan, cooperaron con Hitler, pero pudieron retomar tras un tiempo sus actividades, exitosamente.La fábrica de pianos Bechstein trabaja hoy con muchos pianistas judíos y palestinos de Israel y respalda proyectos musicales que abordan críticamente el tema del nacionalsocialismo.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El boxeador polaco Tadeusz Pietrzykowski era un virtuoso esquivando golpes. Sin embargo, todo parecía ir en su contra durante su primer combate en el campo de la muerte alemán nazi de Auschwitz. Delgado hasta el extremo, el prisionero número 77 debía enfrentarse a un detenido alemán mucho más pesado, un "kapo" encargado de supervisar a los otros prisioneros."Recibí advertencias y la gente me hacía unos gestos de locura: 'Te va a matar, te va a comer'", recordaba en sus declaraciones oficiales al museo de Auschwitz, después de la guerra. "No había ni un segundo para reflexionar... Había que ganarse el pan. Tenía hambre, mis amigos tenían hambre", afirmaba Pietrzykowski, apodado "Teddy", el campeón de Varsovia de antes de la guerra.Pero su valentía acabó pagando. Con un logrado golpe con la izquierda en pleno rostro, Pietrzykowski hizo sangrar al kapo, Walter Düning. El perdedor eligió no vengarse y recompensó al boxeador con pan y carne. Tras ello, "Teddy" protagonizó decenas de combates en Auschwitz, y los ganó todos salvo uno o dos, gracias a lo cual consiguió privilegios y pudo asegurarse su propia supervivencia.Poco conocido, la historia de "Teddy" inspiró la reciente película "El campeón de Auschwitz".Deportes en Auschwitz "Es una historia increíble. Muy poca gente sabe que hubo boxeo en Auschwitz, que hubo eventos deportivos", declaró a la AFP Piotr Witkowski, que interpretó el papel de Walter Düning. Pietrzykowski "era peligroso para los alemanes porque encarnaba la esperanza a ojos de los detenidos, mostraba que era posible ganar contra el sistema, contra los malvados nazis", dijo.Tadeusz Pietrzykowski llegó a Auschwitz en junio de 1940 como preso político. Había sido detenido durante su intento de unirse al ejército polaco que estaba formando en Francia. Formaba parte del primer traslado masivo de presos al campo. En 1941, le ofrecieron la posibilidad de luchar contra Düning. Los alemanes estaban hartos de enfrentarse entre ellos y buscaban a otros adversarios."Había aclamaciones por parte de los polacos y de los prisioneros alemanes. Era un evento interesante, algo nuevo en Auschwitz. Ese combate dio lugar a otros entre detenidos de distintas nacionalidades", subrayó Renata Koszyk, comisaria de una nueva exposición sobre el deporte en Auschwitz, abierta en el campo hasta marzo de 2022. "Sin embargo, el deporte no era un fenómeno extendido. La mayoría de los detenidos estaban tan agotados por el trabajo diario que no conseguían hacer ningún esfuerzo adicional, a veces ni siquiera el que suponía caminar para ir a ver" el combate, explicó. Entre los espectadores, había oficiales nazis de las SS que se divertían apostando."Elegir el bien"A cambio de sus combates, "Teddy" se benefició de varias ventajas: un trabajo más ligero y más comida, que solía compartir con otros detenidos, según testimonios de la época. El margen de maniobra del que gozaba como boxeador estrella en el campo le permitió conseguir medicamentos para otros prisioneros, transmitir diversas informaciones y llevar a cabo misiones para la resistencia.Cuando Pietrzykowski estaba enfermo de tifus en el hospital del campo, corrió el rumor de que las SS preveían enviar a los pacientes a las cámaras de gas. Para salvarle la vida al boxeador, sus amigos lo sacaron a escondidas del hospital y lo escondieron durante un tiempo. Recién editado, el libro "Mistrz" ("Campeón"), realizado por su hija, presenta los recuerdos de guerra de Pietrzykowski, como su intento de asesinar al comandante de Auschwitz, además de las escenas de la brutalidad nazi.Un millón de judíos murieron en Auschwitz-Birkenau, además de decenas de miles de otros detenidos, como polacos católicos, romanís y prisioneros de guerra soviéticos, entre 1940 y 1945. Tadeusz Pietrzykowski sobrevivió a Auschwitz y a otros campos de concentración. Después de la guerra, intentó volver al ring, pero no pudo a causa de su enfermedad. Se convirtió en profesor de educación física y continuó cultivando su pasión por la pintura. Falleció en 1991.
El comienzo del conflicto se suele situar en el 1 de septiembre de 1939, con la invasión alemana de Polonia, el primer paso bélico de la Alemania nazi en su pretensión de fundar un Tercer Reich alemán sobre Europa, y la consiguiente declaración de guerra a Alemania el 3 de septiembre por parte de Reino Unido, Francia y países afines de la Mancomunidad de Naciones. Desde finales de 1939 hasta inicios de 1941, merced a una serie de fulgurantes campañas militares y la firma de tratados, Alemania conquistó o sometió gran parte de la Europa continental. En virtud de los acuerdos firmados entre los nazis y los soviéticos, la nominalmente neutral Unión Soviética ocupó o se anexionó territorios de las seis naciones vecinas con las que compartía frontera en el oeste. El Reino Unido y la Commonwealth se mantuvieron como la única gran fuerza capaz de combatir contra las potencias del eje en el Norte de África y en una extensa guerra naval. En junio de 1941 las potencias europeas del eje comenzaron la invasión de la Unión Soviética, iniciando así la más extensa operación de guerra terrestre de la Historia, en la que desde ese momento se empleó la mayor parte del poder militar del Eje. En diciembre de 1941 el Imperio del Japón, que había estado en guerra con China desde 1937 y pretendía expandir sus dominios en el Sudeste Asiático, atacó a los Estados Unidos y a las posesiones europeas, francesas, británicas y neerlandeses en Asia y el océano Pacífico, conquistando rápidamente gran parte de la región.El avance de las fuerzas del Eje fue detenido por los aliados en 1942 tras la derrota de Japón en varias batallas navales y de las tropas europeas del Eje en el Norte de África y en la decisiva batalla de Stalingrado. En 1943, como consecuencia de los diversos reveses de los alemanes en Europa del Este, la invasión aliada de la Italia Fascista y las victorias de los Estados Unidos en el Pacífico, el Eje perdió la iniciativa y tuvo que emprender la retirada estratégica en todos los frentes. En 1944 los aliados occidentales invadieron Francia, al mismo tiempo que la Unión Soviética recuperaba las pérdidas territoriales y ambas potencias invadían Alemania.Participación de América LatinaA pesar de tratarse de un país neutral, en los primeros años de la guerra, un grupo de aviadores argentinos se alistaron como voluntarios en la Royal Air Force británica, dando lugar al 164.º Escuadrón de la RAF de voluntarios argentinos, el cual combatió en el norte de Francia y Bélgica. Se presentaron 776 argentinos como voluntarios en las fuerzas aéreas de Gran Bretaña, Canadá, Sudáfrica. En total, se estima que de 4000 a 5000 argentinos combatieron durante la Segunda Guerra Mundial como voluntarios de los aliados.En diciembre de 1941 tras el ataque a Pearl Harbor, Cuba fue el único país independiente antillano que le declaró la guerra al eje. En el país fueron arrestados varios agentes alemanes y se convirtió en el principal proveedor de azúcar a los aliados. Alemania hundió cinco buques mercantes cubanos, con un saldo de 82 muertos. Por su parte los cazasubmarinos cubanos hundieron al submarino alemán U-176. El siguiente país de América latina en declararle la guerra a las potencias del ejes es Honduras, curiosamente ese mismo día uno de sus barcos fue capturado en Shanghái por la armada imperial Japonesa y rebautizado como el Ekkai Maru. Por consecuencias de estos, Honduras rompe relaciones con Japón y expulsa al cónsul de Alemania de su país. Sus primeras acciones iniciaron en 1942 con el patrullaje aéreo, y contribuyo a la guerra enviando materias primas.También como consecuencia del ataque a Pearl Harbor, Venezuela rompe relaciones con las potencias del eje en diciembre de 1941. A raíz de ello, el 16 de febrero de 1942, los tanqueros venezolanos Monagas y Tía Juana son torpedeados y hundidos por submarinos del Tercer Reich en aguas del golfo de Venezuela, tras lo cual, el gobierno del presidente Isaías Medina Angarita, aunque sin declarar la guerra, pasa a cooperar con el esfuerzo aliado de manera más estrecha, autorizando incluso el uso temporal de bases militares venezolanas por el Ejército y la Armada de los Estados Unidos, así como garantizando el suministro de combustible a dichas fuerzas.En mayo de ese mismo año, Alemania hundió dos navíos petroleros mexicanos (el Potrero del Llano y el Faja de Oro); con este hecho se da inicio a la única participación de México en la Guerra Mundial. Ante la descortesía del eje de no contestar a la nota de protesta enviada por la cancillería mexicana, el Congreso mexicano le declaró la guerra el 22 de mayo de 1942, siendo el tercer y último país norteamericano en entrar en la guerra. Desde fines de junio a principios de septiembre los submarinos alemanes hundirían 4 barcos más: Túxpam, Oaxaca, Las Choapas y Amatlán. De esta forma, la aviación mexicana conformada por el escuadrón 201 participó en la guerra del Pacífico.El SS Contessa, barco de origen Hondureño que envió suministros de gasolina y municiones durante la operación antorcha. Si bien varios países sudamericanos le declararon la guerra a las potencias del eje, solo Brasil envió una fuerza expedicionaria a combatir. Entre julio y agosto de 1942, submarinos alemanes hundieron 18 barcos brasileños, y aunque el Gobierno de Brasil se mostraba reacio a entrar en el conflicto, la indignación pública empujó a Brasil a declarar la guerra a Alemania en noviembre de 1942, y a enviar casi 30 000 hombres al frente de Italia.Colombia declaró la guerra en 1943, porque un submarino alemán hundió uno de sus barcos, la goleta Resolute, que unos días antes había transportado soldados británicos a la isla de San Andrés. A raíz de esto, el Gobierno colombiano decidió hacer patrullajes para evitar más hundimientos. El 29 de marzo de 1944 el ARC Cabimas transportaba gasóleo en la ruta Cartagena-Panamá escoltado por el ARC Caldas, que detectó la presencia del submarino alemán U-154, hundiéndolo en el acto.El resto de los países sudamericanos como Perú, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Chile y Argentina, solo rompieron relaciones diplomáticas con los países del eje entre 1942 y 1944. La mayor parte de los cuales declararon, finalmente, la guerra al eje recién en febrero de 1945. Salvo Argentina, que le declaró la guerra a Alemania y a Japón el 27 de marzo de 1945, y Chile, que hizo lo propio con Japón el 12 de abril de ese año, siendo el último país en emitir una declaración de guerra.Los países centroamericanos lo hicieron bien al lado de México, o bien al lado de Brasil; excepto Costa Rica, que declaró la guerra a Japón el 8 de diciembre de 1941, al mismo tiempo que los Estados Unidos.
"El imperio de la luz" ("L'Empire des lumieres"), de 1954, había sido tasada en 95 millones de dólares. El valor final superó el récord anterior para una obra de Magritte (1898-1967), que había sido de 79 millones.Tras una puja de 10 minutos, la pintura que juega con luces y sombras hasta confundir el día con la noche fue rematada por 121.160.000 dólares, "un récord mundial para el artista y para una obra de arte surrealista en una subasta", afirmó la casa Christie's.La obra del maestro del surrealismo integraba la colección privada de la diseñadora y mecenas de origen rumano Mica Ertegun, fallecida a los 97 años en diciembre pasado.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLa venta del Magritte, que coincide con el centenario del movimiento surrealista, era uno de los destaques de la actual temporada de subastas en Nueva York, cuyo mercado espera recuperarse del retroceso sufrido el año pasado.En la misma sesión del martes, la icónica obra "Standard Station", del estadounidense Ed Ruscha, se vendió por 68,26 millones de dólares, un nuevo récord en subastas para el referente del arte pop, actualmente de 86 años.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Wicked", la adaptación cinematográfica del éxito de Broadway, es protagonizada por la sensación del pop Ariana Grande, mientras que "Gladiador II" marca el regreso a la Roma antigua de Ridley Scott, 24 años después de que su épica original ganara el Óscar a mejor película.Pero resta por verse si el público recibirá con gusto los memes de "Glicked" o "Wickiador" (que ya están haciendo circular en las redes los departamentos de marketing), o si acudirá a las salas de cine con sombreros de brujas o sandalias romanas.Las salas de cine y varios de los centros comerciales en Estados Unidos ya se están pintando de tonos verde y rosa, en referencia a las brujas de "Wicked", y llenando de Coliseos en miniatura, preparándose para un período que según los analistas será crucial para la industria."Estoy seguro de que este será el mayor Día de Acción de Gracias que la industria ha presenciado", dijo Jordan Hohman, un ejecutivo del grupo Phoenix Theaters, en referencia a la fiesta nacional que coincide con la primera semana en cartelera de ambas producciones."Wicked", de Universal, es por sí sola "la película que más entradas ha vendido anticipadamente" en los 24 años de historia de la cadena estadounidense, superando en un 63% a "Barbie", añadió su propietario y presidente, Cory Jacobson.Tradicionalmente, los estudios de Hollywood tenían sus reservas sobre lanzar dos grandes películas en un mismo fin de semana, pero el verano boreal de récords de 2023 demostró que puede funcionar para ambas producciones, siempre que sean las adecuadas.Como "Barbie" y "Oppenheimer", "Wicked" y "Gladiador II" (Paramount) hablan a diferentes audiencias, opina el analista David A. Gross, del grupo Franchise Entertainment Research.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Wicked" ha inspirado como parte de su campaña de promoción una línea de maquillaje y un kit para hornear tus propios cupcakes, mientras que los anuncios relacionados con "Gladiador" son una constante durante las transmisiones de la liga de fútbol americano. "No existe la posibilidad de pisarse la manguera entre bomberos", dijo Gross.Pero alcanzar las vertiginosas cifras de "Barbie" y "Oppenheimer" será digno de conjuros y proezas. Sólo en su primer fin de semana en América del Norte, estas películas de 2023 se hicieron con 245 millones de dólares en taquilla."Barbenheimer fue un ejemplo de dos películas que superaron con creces sus resultados (...) algo inesperado en el mejor de los escenarios", advirtió Daniel Lora, vicepresidente senior de estrategia de contenidos de Boxoffice Media.Parte del actual optimismo de la industria se debe a que otro éxito, "Moana 2", de Disney, que se unirá a "Wicked" y "Gladiador II" en las salas de cine una semana después. "No creo que se trate de una experiencia de dos películas, sino de tres", dijo Jacobson.Campañas por todo lo altoAlcanzar estas altas expectativas es algo que Hollywood necesita.A pesar de un lucrativo verano boreal con secuelas exitosas como "Intensa Mente 2" y "Deadpool & Wolverine", 2024 ha sido un año dispar para una industria que aún sueña con volver a las cifras anteriores a la pandemia.Los cinco primeros meses del año se vieron perjudicados por los pocos estrenos, debido a los retrasos en la producción provocados por las huelgas de Hollywood el año pasado y la pandemia.Los últimos dos meses también han sido decepcionantes, con el fracaso en la taquilla de "Guasón 2: Folie à Deux", entre otros fiascos y estrenos mediocres.Pero las primeras señales para este fin de semana parecen prometedoras. "Gladiador II" se estrenó en otros países la semana pasada haciéndose con 87 millones de dólares fuera de Estados Unidos. Y Paramount espera números similares este fin de semana en los cines estadounidenses."Wicked", de Universal - el estudio detrás de "Oppenheimer"-, debe vender 100 millones de dólares en boletería este fin de semana en América del Norte de acuerdo con los pronósticos.De paso, los estudios apostaron en ambas producciones con una larga y extensa campaña de publicidad. En abril, Paramount abrió su presentación anual en una convención de cine en Las Vegas con un ejecutivo entrando en la arena del Caesars Palace en un carro flanqueado por soldados romanos.Mientras que Universal terminó su presentación dándole miles de flores de plástico al público para crear un gigantesco espectáculo de luces electrónicas verdes y rosas con el tema "Wicked".Ocho meses después, los estudios medirán si sus esfuerzos rendirán frutos en la taquilla. "Cuando algo pega de verdad, más allá de una campaña de publicidad, puede despegar e ir más lejos de lo esperado", comentó Gross. "Así que veremos qué pasa".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Voltaire, cuyo nombre real era François-Marie Arouet, fue un filósofo, escritor e historiador francés, y uno de los principales exponentes del movimiento de la Ilustración. Famoso por su ingenio, su aguda crítica a las instituciones tradicionales y su férrea defensa de la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la reforma social, Voltaire dejó un legado que trasciende siglos.Voltaire arremetió contra el fanatismo, la superstición y la intolerancia, defendiendo la razón como base de una sociedad más justa. Sus obras atacan la hipocresía de las instituciones religiosas y abogan por la separación entre Iglesia y Estado. Fue un precursor del derecho a expresarse libremente. Su famosa frase, aunque apócrifa, resume este ideal: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".Voltaire y la Ilustración La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que transformó el pensamiento europeo durante los siglos XVII y XVIII. En este contexto, Voltaire emergió como uno de los principales artífices de las ideas que moldearon esta era.Voltaire abogó por el uso de la razón para analizar y desafiar las estructuras sociales, religiosas y políticas. Sus escritos, caracterizados por su ironía y agudeza, cuestionaron las verdades aceptadas y promovieron el escepticismo hacia dogmas impuestos. Este enfoque ayudó a popularizar una mentalidad que valoraba la investigación científica y el análisis lógico como pilares del progreso humano.El escritor denunció incansablemente el fanatismo religioso y los abusos de la Iglesia católica, que en su época ostentaba un inmenso poder político. Obras como el "Tratado sobre la tolerancia" y "El Diccionario Filosófico" no solo plantearon la necesidad de libertad de pensamiento, sino que también inspiraron reformas posteriores hacia la separación entre Iglesia y Estado, como lo mencionamos anteriormente.Aunque Voltaire no era un revolucionario en el sentido moderno, su ideal de "despotismo ilustrado" influyó en monarcas como Federico el Grande de Prusia y Catalina la Grande de Rusia. Voltaire creía que los gobernantes educados en los principios de la Ilustración podrían promover reformas para mejorar la vida de sus súbditos, sentando las bases de sistemas más justos y racionales.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíVoltaire y los libros El impacto de Voltaire fue evidente en la generación que lideró la Revolución Francesa (1789). Figuras como Diderot y Rousseau, aunque a veces en desacuerdo con Voltaire, se inspiraron en su crítica al absolutismo y en su fe en el progreso racional. Su pensamiento influyó en discursos sobre la libertad, la igualdad y los derechos individuales que marcaron este periodo.La sátira de Voltaire, especialmente en Cándido, sirvió como modelo para escritores como Jonathan Swift y, más tarde, autores del siglo XIX como Mark Twain. Su capacidad para denunciar las injusticias a través del humor y el absurdo consolidó una tradición literaria de crítica social mordaz.Autoras feministas como Mary Wollstonecraft y novelistas como George Eliot heredaron de Voltaire una perspectiva secular que desafió las normas patriarcales y religiosas. Aunque no fue explícitamente feminista, su insistencia en la libertad de pensamiento y en los derechos individuales influyó en las luchas por la igualdad de género.Algunas obras recomendadas"Cándido o el optimismo" (1759): Una sátira mordaz que pone en evidencia el optimismo filosófico de Leibniz, representado por la frase "vivimos en el mejor de los mundos posibles". A través de las desventuras de su protagonista, Cándido, Voltaire critica las injusticias sociales, el poder corrupto y el sufrimiento humano con un humor cáustico."Tratado sobre la tolerancia" (1763): Escrito tras el juicio y ejecución injusta de Jean Calas, este ensayo es una apasionada defensa de la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento. En él, Voltaire aboga por la convivencia pacífica y denuncia la barbarie de la intolerancia."Cartas filosóficas" (1734): En esta colección de cartas, Voltaire compara la sociedad francesa con la inglesa, alabando la tolerancia, el sistema parlamentario y la libertad de comercio de Inglaterra. La obra, considerada subversiva en su época, fue prohibida en Francia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.