El violonchelo Gagliano creado a principios del siglo XVIII con el que Pál Hermann dio conciertos en toda Europa en los años 20 y con el que tuvo que esconderse de los nazis y exiliarse en los años 30, presidió el escenario central del pleno extraordinario con el que la Eurocámara conmemoró este año el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto."Para mí, es una reunión en espíritu con el padre al que he echado de menos durante más de 80 años", dijo la hija del violonchelista, la nonagenaria Corrie Hermann, que narró a los eurodiputados la historia de su padre y la sorprendente travesía del instrumento.Su padre, nacido en Budapest en 1902, había logrado una exitosa carrera musical en su juventud desde su formación en la Academia Franz Liszt de la capital húngara, donde entró con 15 años, que le llevó a los escenarios más prestigiosos de Europa antes de que los nazis se alzaran con el poder en los años 30 y la represión de los judíos le forzara a esconderse en Bélgica y Francia con su violonchelo.Hermann fue arrestado en Toulouse (Francia) en 1944 y, desde el tren en el que le deportaron, consiguió lanzar una nota destinada a su cuñado para tratar de salvar su violonchelo de los nazis: "Nos han dicho que vamos a trabajar en una organización. Pese a todo, estamos llenos de esperanza. De mis instrumentos, te ruego, salva lo que puedas".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La suerte quiso que el papel llegara hasta un amigo suyo, que hizo 100 kilómetros en bicicleta para sustituir el preciado instrumento -que se había quedado en casa de Hermann tras su arresto- por una copia de menos valor y escapar con él.El tren que deportó a Hermann acabó siendo tristemente conocido como el Convoy 73, un ferrocarril destinado a Estonia y Lituania que trasladó a 878 hombres de los que sólo 22 sobrevivieron hasta 1945.Entre los que no lo lograron estaban, además del violonchelista, el padre y el hermano de la política francesa Simone Veil, que sobrevivió a los campos de concentración y fue la primera mujer presidenta del Parlamento Europeo.Durante casi ochenta años se perdió la pista al Gagliano, pero siempre hubo quien trató de buscarlo: el hijo de Corrie y nieto de Pál lanzó su búsqueda en un viaje a Los Ángeles y la musicóloga británica Kate Kennedy le dedicó un capítulo de un libro sobre la dualidad entre estos instrumentos y quienes los tocan.Fue uno de sus lectores, el músico y profesor chino Jian Wang, quien lo reconoció en las manos de un violonchelista australiano, Sam Lucas, cuando este participaba en un concurso internacional en Bélgica en 2022.Lucas, que había recibido el violonchelo en préstamo de su alma mater (la escuela alemana de música a nivel universitario Robert Schumann), fue precisamente el encargado de interpretar hoy junto a la violinista Sadie Fields una pieza de Hermann y otra del músico francés Maurice Ravel.En el lateral del valioso instrumento figura escrito en latín "Ego anima musicae sunt" (Soy el alma de la música)"."La búsqueda de este icono de la cultura europea ha conectado a personas en todo el mundo, desde Europa a Los Ángeles a China y a Australia. Es una historia increíble que ha captado interés en todas partes", celebró hoy Corrie Hermann a sus 92 años.La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, que habló antes que la hija del violonchelista, insistió por su parte en que las generaciones actuales son "las últimas con el privilegio de conocer a supervivientes del Holocausto y escuchar sus testimonios de primera mano"."Sus recuerdos son un puente hacia un pasado que nunca debe olvidarse. Porque, incluso después de los horrores del Holocausto, el antisemitismo no desapareció. Persistió y hoy en día está aumentando de nuevo. Mitos, mentiras y teorías conspiranoicas, estereotipos centenarios revestidos de una nueva retórica se extienden como la pólvora. Las consecuencias son aterradoramente reales", incidió Metsola.El minuto de silencio en memoria de las víctimas del Holocausto con el que concluyó el pleno fue interrumpido por los gritos de un eurodiputado ultraderechista y antisemita polaco, que recordó a las "víctimas del genocidio judío en Gaza" y recibió la reprobación del resto de los eurodiputados.Tras advertirle en varias ocasiones, Metsola acabó expulsándole del hemiciclo y se disculpó con Corrie Hermann en nombre de la institución.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La palabra les pertenece a ellos en este día: a los pocos sobrevivientes del antiguo campo de concentración y exterminio de la Alemania nazi en Auschwitz-Birkenau, aún vivos. Cincuenta y seis de ellos viajaron para participar en la ceremonia de homenaje y conmemoración, volviendo al lugar del horror.El 27 de enero de 1945 , el Ejército Rojo liberó el campo de concentración nazi de Auschwitz en lo que hoy es Polonia, entonces territorio ocupado por la Alemania nazi. Ese día, solo poco más de 7.000 personas permanecían en el lugar, exhaustas por el encarcelamiento y las torturas.Entre 1940 y 1945, el régimen alemán nazi asesinó a más de un millón de personas en Auschwitz y en las mortales instalaciones exteriores del complejo. La mayoría de las víctimas eran judíos. Pero también fueron víctimas del régimen asesino los sinti y los romaníes, los presos políticos, los homosexuales y otros prisioneros de Polonia y otros países.Auschwitz se convirtió en el epítome del Holocausto, en su "capital", como lo expresa el historiador Peter Hayes. Una central de la maquinaria industrial nazi de asesinatos sistemáticos masivos, cuyas dimensiones totales no se hicieron verdaderamente tangibles sino hasta décadas después. Si es que alguna vez se las podrá comprender del todo.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Ochenta años más tarde, los sobrevivientes, los representantes de Estado y los invitados de honor han llegado al ex campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau para reunirse en la ceremonia conmemorativa. De Alemania, están presentes el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, y el canciller, Olaf Scholz.Sin discursos de políticosA diferencia de aniversarios pasados, esta vez no hay discursos de políticos, a pesar de que viajaron cerca de 60 delegaciones. "No toleramos el olvido, ni hoy ni mañana”, escribió el canciller Scholz en sus redes sociales.Sin embargo, los discursos en la ceremonia conmemorativa tuvieron un tinte político. El ataque terrorista perpetrado por Hamás contra Israel, el 7 de octubre de 2023, fue un tema recurrente. Los estudiantes judíos están siendo excluidos en todo el mundo, afirmó el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald S. Lauder. Como único Estado judío, se quejó Lauder, ahora Israel está en la picota.Pero sobre todo hablaron cuatro de los sobrevivientes del Holocausto esta tarde: Marian Turski, Janina Iwańska, Tova Friedman y Leon Weintraub. "Siempre pensé que el 27 de enero era mi cumpleaños. Muchos amigos no saben en absoluto que ese día, en realidad, no es mi cumpleaños", dijo Tova Friedman al comienzo de su discurso.Un "tsunami de antisemitismo"Marian Turski saludó a los sobrevivientes en el público y recordó a todos lo que no pudieron estar presentes: "Nuestros pensamientos están con todas aquellas personas, los millones que nunca podrán contarnos lo que sintieron porque fueron devorados por la destrucción masiva".En la tarde de este 27 de enero, los sobrevivientes tematizaron sus propias experiencias y establecieron una conexión con el presente. El mundo está experimentando actualmente un "tsunami de antisemitismo". "¡Paren esto!", exigió Turski, y pidió un minuto de silencio.Ya no hay tantos sobrevivientes. Pero sus experiencias son las que mantienen viva la memoria de los crímenes de la Alemania nazi. En los días previos a la ceremonia, hubo reuniones en Cracovia y Oświęcim. En Cracovia, el Museo Judío de Galicia recibió a invitados a la conversación con Lidia Maksymowicz. Ella llegó a Auschwitz cuando tenía tres años y fue víctima del famoso médico de las SS, Josef Mengele. Los torturó con soluciones salinas para experimentos médicos.Luego de la guerra, Lidia Maksymowicz fue separada de su madre y adoptada. Tuvo que volver a aprender todo de nuevo, cuenta. Se sentía "como un animal salvaje que solo tenía instintos de supervivencia".Nacida en el "infierno" de Auschwitz-BirkenauEntre los últimos testigos vivos de esa cruenta época está también Stefania Wernik. No se acuerda de Auschwitz, ya que cuando ese campo de concentración fue liberado solo tenía pocos meses. Pero nació en "el infierno", dice, en Auschwitz, en noviembre de 1944. Su madre polaca fue sorprendida en abril de 1944 haciendo contrabando y fue llevada a Auschwitz.Estaba embarazada de dos meses de Stefania. Lo mantuvo en secreto durante mucho tiempo. Cuando se hizo evidente su embarazo, se le permitió dar a luz en las circunstancias más difíciles. Stefania Wernik pesó sólo dos kilogramos al nacer.Todo eso relata Stefania un día antes de la ceremonia conmemorativa en el Centro Internacional de Reuniones de Oświęcim, el lugar que pasó a llamarse Auschwitz en 1940 y que se encuentra justo delante de las puertas del campo de concentración y exterminio.El salón de reuniones estaba lleno. Asistieron alrededor de 80 jóvenes de entre 17 y 25 años, la mayoría de Alemania, pero también algunos de Francia y Polonia. Los jóvenes escuchaban atentamente las palabras de Wernik. Los oyentes llevan máscaras porque Wernik se encuentra mal de salud. Participaron jóvenes del Bundestag alemán. En la víspera, los jóvenes habían visitado el monumento conmemorativo de Auschwitz-Birkenau.Víctima de Josef Mengele: "Simplemente, no puedo sonreír"Los jóvenes escucharon en silencio las historias que contó Wernik. Después de sus últimas palabras, todos se levantaron y aplaudieron, algunos tenían lágrimas en los ojos. "Lo que tomé con la leche materna, en mi alma, lo llevaré conmigo para siempre", dice Wernik en polaco, traducida por un intérprete. "Simplemente, no puedo sonreír".Hasta el día de hoy sigue enferma y agotada. El famoso médico del campo de las SS, Josef Mengele, probablemente le inyectó algo cuando era un bebé. Todavía sufre a menudo de eczemas y erupciones cutáneas. Wernik deja de hablar al relatar esto; tiene que recomponerse por un momento.Los jóvenes tienen muchas preguntas por hacer. ¿Qué le dio esperanza después de esa vivencia traumática? Wernik responde pacientemente, no quiere dejar preguntas sin contestar. Sus respuestas son amables y tristes al mismo tiempo.Para Peter Cellestino Kraus, de 21 años, este fue un encuentro que seguirá haciendo eco por mucho tiempo. "Lo que se intentó con el Holocausto es deshumanizar a las personas y transformarlas en un número", dice. "Y debemos volver a humanizarlas, darles un rostro a esas personas, para poder entender que hubo millones de seres humanos que soñaban con un mañana y nunca pudieron vivirlo".Sobreviviente Stefania Wernik: "Nunca más el fascismo"También los sobrevivientes del Holocausto recuerdan una y otra vez a esas personas al hablar durante el homenaje: "Nacimos en un vacío moral", dice Tova Friedmann. Millones no lo sobrevivieron. "Pero nosotros también estamos hoy aquí para anunciar y prometer que nunca permitiremos que la historia se repita".Stefania Wernik se encuentra entre el público en la ceremonia conmemorativa de este lunes. El día anterior, al final del encuentro con los jóvenes, se dirigió directamente a los participantes. Había escrito sus palabras: "Nunca más la guerra, nunca más el fascismo. Hay que permanecer alerta", advirtió Wernik a los jóvenes, desdoblando un papel, "para que algo así nunca vuelva a suceder. Yo escribí esto. Nacida en el infierno, en Auschwitz-Birkenau". Un reportaje de Lisa Hänel.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Rosa Schneeberger es una de las últimas sinti, una comunidad itinerante que deambula desde tiempos medievales por el oeste de Europa.Tenía solo cinco años cuando la deportaron con su madre y sus hermanos al mayor campo de reclusión de gitanos, Lackenbach, construido en 1940 por los nazis en la anexionada Austria, donde familias enteras eran sometidas a trabajos forzados.A los 88 años, Schneeberger, de nacionalidad austríaca, evoca con dolor los recuerdos que dejó enterrados en lo más profundo de su mente durante décadas. En el salón de su casa en la ciudad austríaca de Villach, repleta de fotografías de sus cuatro hijos, sus diez nietos y sus dos bisnietos, Rosa cuenta lo que recuerda de esa dolorosa infancia.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí."Solo dejaba de tener hambre cuando robaba la comida de los caballos", explica. "Los alimentaban mejor que a nosotros". En Lackenbach, los niños estaban obligados a cargar rocas, mientras los adultos trabajaban en el bosque, en la construcción de carreteras o en otras obras públicas.Los más viejos y los más pobres caían exhaustos en las letrinas, recuerda. "Los nazis recuperaban en la mañana temprano sus cadáveres congelados". Su querido abuelo murió enfermo ante sus ojos, dice.Solo un 10 % de los 11.000 gitanos y sintis austríacos sobrevivieron a las atrocidades nazis. Unos 4.000 fueron enviados a Lackenbach, de los que 237 murieron debido a las enfermedades, el frío y las palizas.Muchos fueron enviados a los campos de exterminio en la Polonia ocupada, como el de Chelmno o el de Auschwitz, liberado por el ejército soviético hace 80 años, el 27 de enero de 1945.Schneeberger sobrevivió hasta la liberación de Lackenbach en marzo de 1945 porque su padre, como muchos en su comunidad, tocaba un instrumento y entretenía a los guardias.Unos 200.000 muertosLos historiadores no saben cuántos gozaron de la misma suerte. La alemana Karola Fings, de la Universidad Heidelberg, está recopilando la primera enciclopedia sobre este tema."En muchos países, todavía no hemos comprendido todo el alcance" de la persecución, afirma. En Estonia, por ejemplo, la comunidad fue virtualmente aniquilada y el dialecto que hablaban ya no existe. Países como Bélgica, Países Bajos o Croacia quedaron particularmente afectados. En otros, como Francia, Bulgaria y Rumania, muchos sobrevivieron.Pero no existen datos previos a la guerra sobre la dimensión de la población romaní. Actualmente se estima que cuenta con 12 millones de personas, de un origen cultural muy diverso. Entre ellos hay cientos de supervivientes del holocausto."Si juntamos los datos de los que sabemos seguro que eran sintis y romaníes, podemos decir que hubo entre 110.000 y 120.000 muertos", afirma la historiadora Fings. "Pero hay un gran número de casos no registrados", agrega. "La hipótesis que más o menos se impone en la investigación es que podemos hablar de alrededor de 200.000 muertos".Los crímenes cometidos solo se documentaron en el Tercer Reich, donde la primera redada de gitanos tuvo lugar en junio de 1938. Sin embargo, todas las pruebas se destruyeron al final de la guerra y los "verdugos" reintegrados en la sociedad alemana "continuaron estigmatizando a las víctimas gitanas como antisociales y delincuentes", explica Fings.Internacionalmente, la investigación no ha progresado hasta los últimos 20 años, cuando ya era demasiado tarde para recoger el testimonio de muchos deportados, a quienes los nazis identificaban con un triángulo negro o marrón, en función del campo.La francesa Henriette Asseo, experta en la historia del pueblo gitano en Europa, considera "atroz" que después de la guerra, los supervivientes no fueran considerados "víctimas raciales" ni en Alemania ni en otros países del centro de Europa. De hecho, en Alemania no se ha devuelto su antigua nacionalidad a las víctimas que escaparon. "Se ha hecho todo para excluirlos de las indemnizaciones", afirma Asseo.Y eso que desde 1935, las leyes de Nuremberg --las leyes raciales sobre ciudadanía en el Tercer Reich y "protección de la sangre alemana"-- establecían que "los gitanos pertenecen a las razas impuras".DiscriminaciónEl reconocimiento del genocidio gitano no empezó a surgir hasta los años 1980, gracias a la movilización de activistas nacidos después de la guerra dispuestos a "reconquistar el pasado" mientras caía el comunismo y la democracia se abría paso, explica Asseo.Pero recién en 2015 se instauró el 2 de agosto como el "Día Europeo de Conmemoración del Holocausto Gitano". En diciembre de 2024, la Alianza Internacional de Memoria del Holocausto (IHRA) publicó recomendaciones para aprender de esta "historia ignorada".Pero en muchos casos, el paso del tiempo ha sepultado las memorias. En la Checoslovaquia comunista se construyó una granja porcina industrial donde había el campo Lety, situado en el sudoeste de Praga.Entre 1942 y 1943, unos 1.300 gitanos fueron internados en horribles condiciones en ese lugar. Al menos más de 300 fallecieron, muchos de ellos menores de 14 años, aunque los supervivientes aseguran que la cifra subestima lo ocurrido.Después de 20 años de campañas y presiones, el gobierno checo compró en 2018 la granja para demolerla y erigir un memorial. Este se inauguró en abril del año pasado, cuando ya el último superviviente del campo había fallecido.Jana Horvathova, una checa descendiente de esos supervivientes, fue una de las activistas que reclamó la apertura del memorial. "Según las encuestas, al menos el 75% de la opinión pública todavía está influenciada por prejuicios hacia los gitanos, lo que implica una falta de interés en la cuestión", afirma.Anna Miscova, una historiadora checa responsable de la exhibición permanente instalada en el lugar, también atribuye a la discriminación hacia esta comunidad las dificultades para arrojar luz sobre esa masacre. "Alguna gente no quería hablar porque escondían el hecho de ser gitanos", explica."Todo se ha esfumado"Ni siquiera dentro de las familias se ha transmitido el recuerdo. Muchos supervivientes se casaron con parejas no gitanas y dejaron de hablar su idioma de infancia, el romaní.Es el caso de Christine Gaal, nacida en 1949. Para pasar desapercibidos, sus padres incluso se cambiaron su apellido Sarkozy, muy extendido entre los gitanos. En su residencia de ancianos en Viena nadie sabe su pasado. "Si supieran que lo era (gitana), los pensionistas no serían tan agradables conmigo", afirma.Sus hijos no se sienten gitanos ni conocen sus costumbres ni saben tocar el címbalo, un popular instrumento con cuerdas metálicas tocado por muchos músicos de esa comunidad. La madre de Gaal, que tuve 13 hijos, fue la única en regresar del campo de concentración de Ravensbruck. Su padre perdió a siete hermanos y hermanas."La itinerancia, los músicos en las posadas, los trabajos que teníamos como comerciantes de caballos, todo eso se ha esfumado", lamenta la hija de Schneeberger, Gina Bohoni, de 64 años. "Los sintis están desapareciendo", agrega.Mientras Gina recuerda los insultos que sufrió en la escuela, su sobrina de 27 años escucha en silencio, tomando conciencia de su legado. Sin embargo, no quiere dar su nombre. Si su jefe se entera que es gitana, asegura, sería un desastre.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El Museo de Auschwitz anunció el lanzamiento de una nueva herramienta en línea que permite buscar información sobre las víctimas del campo de concentración nazi, así como detalles sobre los transportes de prisioneros al campo.Según explica un comunicado de prensa, el nuevo sitio web victims.auschwitz.org contiene datos sobre 1.187 transportes de prisioneros y 265.702 personas que se pueden consultar libremente y que son el resultado de "años de trabajo" y del análisis de "aproximadamente un millón de documentos".El director del museo, Piotr Cywiński, presentó este martes 26 de noviembre esta herramienta "dirigida a historiadores y a cualquiera que esté interesado en la historia, tanto familiares de las víctimas o de los supervivientes como personas que quieran saber un poco más de ese negro capítulo del pasado"."Recuperar y mostrar la identidad de determinadas víctimas de Auschwitz es una parte muy importante de la misión", recordó Cywiński, "porque los soldados de las SS (cuerpo militar nazi que dirigió los campos de exterminio nazis) despojaron a las víctimas de su humanidad, y además, al destruir las pruebas de sus crímenes, intentaron eliminar sus identidades".💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíNo son números, "tienen nombre, rostro e historia""Para las autoridades del campo, las víctimas eran sólo números. Para nosotros, cada una de estas personas tiene su propio nombre, rostro e historia", añadió el director del museo.La herramiento digital es el resultado de años de trabajo por parte del equipo de archiveros e incluye una cronología de los transportes a Auschwitz, con información sobre el número de personas deportadas, el rango de números asignados a hombres y mujeres, y, en el caso de los transportes judíos, el número de personas asesinadas en las cámaras de gas, entre otros datos.El buscador contiene información detallada sobre las deportaciones al campo y el destino de las víctimas. Los transportes individuales se vinculan a los nombres y apellidos de los prisioneros, lo que permite a los usuarios encontrar información sobre personas específicas.Los usuarios pueden realizar sus propias búsquedas por apellido, fecha de encarcelamiento en el campo y lugar de deportación marcado en un mapa interactivo. Además, los datos sobre los transportes de prisioneros también se presentan en el mapa interactivo, que muestra los lugares de origen de las deportaciones.El sitio web también utiliza datos de multitud de fuentes, como las listas de transporte alemanas, la Crónica de Auschwitz 1939-1945 de Danuta Czech, libros conmemorativos de polacos deportados a Auschwitz y estudios académicos.No obstante, aclaran, "el pequeño porcentaje de documentos de archivo conservados significa que no se conoce a todas las víctimas por su nombre y apellido".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En 1932, la escultora Hedwig Maria Ley, una simpatizante nazi, creó la primera representación autorizada de Adolf Hitler. El partido nazi hizo que ese busto fuera el modelo para retratar al político. Sin embargo, después de la muerte de Hitler y la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, Ley enterró el busto en su jardín. Veinte años después, un familiar de su jardinero lo desenterró y puso con orgullo sobre la chimenea de su sala de estar, donde permaneció hasta los 80.Esta continua admiración por el infame líder nazi contrastaba fuertemente con la visión de la gente más joven, que quería disociarse de las generaciones anteriores que a menudo habían abrazado el fascismo alemán. Este quiebre generacional es la base de una nueva exhibición, llamada Después de Hitler: el ajuste de cuentas de Alemania con su pasado nazi, que tiene lugar en el museo Casa de la Historia, en Bonn.La historia del busto es un elemento destacado de la exposición, que rastrea los cambios que ha sufrido la actitud de los alemanes hacia el nazismo en los últimos 80 años, y muestra cómo algunos alemanes aún adoran al tirano que impulsó los horrores del Holocausto.¿Solo seguían órdenes?Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos alemanes trataron de borrar los recuerdos del exdictador, incluso cambiando el nombre de las calles que referían a Hitler y otros elementos del nazismo. Además, quienes sobrevivieron a la guerra se vieron muy ocupados intentando reconstruir sus vidas y optaron por no referirse a sus propios roles en el Tercer Reich.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Hubo quienes se mostraron reacios a rellenar los formularios de desnazificación y se exculparon atribuyendo toda la responsabilidad de lo sucedido a Hitler y sus cercanos, como Joseph Goebbels y Hermann Göring.Las películas que revelaban los campos de concentración y exterminio nazi se convirtieron en proyecciones obligatorias para los alemanes occidentales, pero en la República Democrática de Alemania, en el este, las cosas fueron distintas. Allí, el Partido Socialista Unificado de Alemania (SED) propagó el mito fundacional antifascista de que los exnazis solo existían en Occidente. Cualquiera que abrazara el socialismo estaba libre de culpa.Perspectivas sobre los perpetradoresLa exposición explora el contexto político y social de las cuatro generaciones de alemanes que han tratado de procesar el pasado nazi de distintas formas. Entre el material de archivo que se exhibe hay imágenes de un reportero de televisión que en 1962 pregunta a los transeúntes sobre los judíos. Algunos dicen abiertamente que no debería permitírseles trabajar en el gobierno, que "hay demasiados" o incluso que "fueron perseguidos con razón".Una sección de la exposición describe a la generación de niños que creció en la década de 1960 y cómo cuestionó a sus padres por su rol en el Tercer Reich. La búsqueda de la verdad también se convirtió en parte de la cultura popular con los años. En 1979, veinte millones de alemanes mayores de 14 años vieron la premiada miniserie estadounidense Holocausto. Decenas de miles llamaron al canal que la emitió, la mayoría para decir que la película les había abierto los ojos.Contar la historia de las víctimasLa exhibición también dedica un espacio significativo a quienes sufrieron bajo el nazismo. Entre los 500 objetos que se exponen, se encuentra la bicicleta de un niño judío, que se la dio a un amigo para que se la cuidara. No fue hasta 2007 que este amigo, ya anciano, regaló la bicicleta a un anticuario. Por décadas esperó en vano que regresara su amigo a recuperarla. Junto a la bicicleta hay una maleta llena de documentos y recuerdos, que es todo lo que queda de una familia judía enviada al campo de concentración de Regensburg, en Baviera.La idea, dice Hanno Sowade, curador de Después de Hitler, es acercarse al tema menos desde una mirada política y más a través de "objetos que cuentan historias personales".La ideología sigue vivaLos miembros de la cuarta generación nacieron después de la reunificación. Muchos son hijos de inmigrantes y no tienen vínculos familiares con el nacionalsocialismo. Sin embargo, los jóvenes entienden cada vez más "la historia del nazismo como una advertencia para el presente", dicen los organizadores de la exhibición.No obstante, muchos también se relacionan con la ideología nazi, especialmente a través de las redes sociales. En el verano de 2023, un radical de derecha incendió una cabina telefónica reformada que contenía literatura sobre el nacionalsocialismo, así como extractos del diario de Ana Frank y canciones hebreas.La cabina estaba ubicada cerca del memorial Andén 17, en el distrito de Grunewald, en el oeste berlinés, una plataforma de trenes desde donde miles de judíos fueron enviados a los campos de exterminio.Casi 80 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, la exposición deja claro que la confrontación de los alemanes con su pasado sigue siendo vital, en medio del rápido ascenso de partidos de ultraderecha como AfD. Hitler ya no está, pero el legado fascista sigue vivo.La exposición Después de Hitler: el ajuste de cuentas de Alemania con su pasado nazi estará abierta en el museo de Bonn hasta el 26 de enero de 2025.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Pese a que los discursos que se escuchan en las ceremonias de premiación de la industria del entretenimiento suelen ser cortos, algunos logran tener un gran impacto más allá de la gala, o de la coyuntura de los premios, ese ha sido el caso del discurso del cine británico y judío Jonathan Glazer.El pasado 10 de marzo, en la más reciente ceremonia de los Premios de la Academia, Glazer se alzó con el premio a la Mejor película internacional con Zona de Interés. En esta cinta, que también obtuvo el galardón a Mejor sonido, vemos cómo es la vida de una familia alemana que vive del lado opuesto de un muro del campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial."Todas nuestras decisiones se tomaron para reflejar y confrontarnos en el presente, no para decir 'mira lo que hicieron entonces', sino, más bien, 'mira lo que hacemos ahora'. Nuestra película muestra hacia dónde nos lleva la deshumanización", dijo en ese entonces Glazer.De inmediato sus palabras, ampliamente aplaudidas por los asistentes, fueron motivo de debate a las afueras en una ceremonia que hasta ese momento había transcurrido sin discursos notables por su activismo o que generaran polémica.En su discurso añadió: “Estamos aquí como hombres que rechazan que su judaísmo y el Holocausto sean secuestrados por una ocupación que ha llevado al conflicto a tanta gente inocente. Ya sean las víctimas del 7 de octubre en Israel o del ataque a Gaza, todas las víctimas de esta deshumanización, ¿cómo resistimos?”.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Lado A: Las voces de rechazo al discurso de GlazerDespués de la ceremonia de los Óscar, medios y personas de la industria se pronunciaron en contra de la posición de Glazer frente a la guerra en Gaza, hasta que el 19 de marzo se conoció una carta conjunta.Más de 500 creativos, ejecutivos y profesionales de Hollywood de confesión judía presentaron una carta abierta rechazando las palabras del director británico, también de religión judía.“Rechazamos que nuestro judaísmo quede secuestrado con el propósito de establecer una equivalencia moral entre un régimen nazi que trató de exterminar a una raza de personas y una nación israelí que trata de evitar su propio exterminio”, se lee en la carta.“Cada muerte civil en Gaza es una tragedia. Israel no tiene a los civiles como objetivo. Su objetivo es Hamás. En el momento en el que Hamás libere a los rehenes y se rinda, terminará esta desgarradora guerra. Esto es cierto desde los ataques de Hamás del 7 de octubre. El uso de palabras como ocupación para describir a un pueblo judío indígena que defiende una patria que se remonta a miles de años y que ha sido reconocida como un Estado por las Naciones Unidas distorsiona la historia. Da crédito al libelo de sangre moderno que alimenta un odio antijudío creciente en el mundo entero, en Estados Unidos y en Hollywood. El actual clima de creciente antisemitismo no hace sino subrayar la necesidad del Estado judío de Israel, un lugar que siempre nos acogerá, como no lo hizo ningún otro Estado durante el Holocausto descrito en la película de Glazer”, concluye.Entre los nombres más destacados que firmaron el documento se encuentran figuras como Gary Gilbert (productor de La La Land), la actriz Jennifer Jason Leigh (The Hateful Eight), el actor Brett Gelman (Stranger Things), la productora Amy Pascal (Spider-Man: Homecoming) y Amy Sherman-Palladino, creadora de Gilmore Girls.Lado B: Las voces que respaldan el mensaje de GlazerEl pasado 5 de abril, la revista Variety dio a conocer otra carta, esta vez firmada por más de 150 profesionales de la industria cinematográfica de Hollywood de confesión judía que sí apoyan las palabras de Glazer."Somos artistas, cineastas, guionistas y profesionales creativos judíos que apoyamos la declaración de Jonathan Glazer en los Óscar 2024. Nos alarma ver a algunos de nuestros colegas en la industria caracterizar erróneamente y denunciar sus comentarios", destaca la carta.Los ataques a Glazer, en su opinión, "son una distracción peligrosa de la creciente campaña militar de Israel, que ya ha matado a más de 32.000 palestinos en Gaza y ha llevado a cientos de miles al borde de la hambruna. Lloramos por todos aquellos que han sido asesinados en Palestina e Israel durante demasiadas décadas, incluidos los 1.200 israelíes asesinados el 7 de octubre en los ataques de Hamás y los 253 rehenes tomados".Entre los personajes destacados que firmaron esta misiva que encuentran, entre otros, el actor Joaquin Phoenix (Joker), el cineasta Joel Coen (Fargo), el director y productor Todd Haynes (May December) y el director irlandés Lenny Abrahamson (Room).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Uniformes a rayas de Auschwitz, botones tomados de la ropa arrancada al llegar al campo de la muerte de Sobibor, emotivas cartas y fotos: el museo exhibe 2.500 objetos, muchos de ellos nunca antes vistos por el público.Antes de la guerra y la ocupación nazi, Países Bajos albergaba una vibrante comunidad judía de unas 140.000 personas, principalmente en Ámsterdam. Pero para cuando terminó el Holocausto, 75% de ellas -102.000 personas- habían sido asesinadas.El edificio donde se ubica el museo, un antiguo jardín infantil en el histórico barrio judío de Ámsterdam, tuvo un papel crucial en la historia neerlandesa del Holocausto.Al frente se encuentra un teatro donde las familias judías eran llevadas a esperar la deportación a los campos de la muerte. Los niños eran separados y llevados al jardín infantil para su deportación.Unos 600 niños fueron sacados ocultos, a menudo en cajas o cestas bajo las narices de los guardas nazis, y llevados a sitios seguros por la resistencia neerlandesa.Los visitantes pueden caminar por el "corredor de escape", por donde sacaban a los niños, que en su mayoría nunca volvieron a ver a su familia o amigos.Fotos de niños que no tuvieron la misma suerte adornan los muros, todos muertos en los campos de exterminio."En unos centenares de metros cuadrados del centro de Ámsterdam tienes la historia de la deportación, la colaboración, la parte oscura de la historia", comentó a AFP la curadora Annemiek Gringold."Y del otro lado, tienes un edificio que representa a la humanidad, la solidaridad y el tremendo coraje de los rescatistas gentiles que se arriesgaron para salvar vidas judías", agregó.En los muros del museo colgaron textos de las leyes antijudías que impusieron los nazis, incluyendo un requerimiento de 1942 para llevar una Estrella de David amarilla.Las leyes relatan una historia brutal de persecución, en que los judíos tenían prohibido ir a los parques y se ofrecían recompensas por "denunciar" judíos a las autoridades.Para darle un rostro a algunos de los miles de judíos asesinados, el museo presenta el retrato de algunas víctimas con un breve texto sobre sus vidas."Contamos la historia de la humillación extrema y dignificamos a las víctimas al presentar sus objetos de manera muy especial", indicó Gringold.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.ExclusiónEl museo será inaugurado el domingo por el rey Guillermo Alejandro, y su apertura se da en momentos de creciente antisemitismo en Países Bajos.El número de incidentes antisemitas se duplicó en 2023, informó en febrero el coordinador gubernamental contra el antisemitismo. En un caso, vándalos pintaron esvásticas en una sinagoga de la localidad sureña de Middelburg.Ámsterdam destinó 900.000 euros (976.000 dólares) a la seguridad del museo, que tiene grandes rocas al frente para impedir una arremetida con coche.La asociación Barrio Cultural Judío Neerlandés, que administra el museo, dijo que estar "seriamente preocupada" con el impacto de la guerra en Gaza sobre Países Bajos, donde dijo que ha habido un repunte del antisemitismo, la islamofobia y la polarización."Es lamentable que la apertura del Museo Nacional del Holocausto coincida con esta guerra. Hace que nuestra misión sea más urgente", indicó la asociación en un comunicado.Según Gringold, el museo exhibe varias advertencias aplicables a la actualidad, algunas sobre la propaganda, el nacionalismo y el debilitamiento del imperio de la ley."Creo que cada pueblo necesita conocer su historia, estar consciente de lo que los seres humanos son capaces de hacer a otros y con otros", afirmó.Roosje Steenhart-Drukker, una sobreviviente del Holocausto de 82 años, aportó los zapatos que usaba a los dos años de edad cuando sus padres judíos la dejaron, con la esperanza de que fuera encontrada."Estoy sumamente feliz de que nuestra historia no se haya perdido después de tanta tragedia, tanta tristeza", declaró a AFP.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El editor Hugo Bruckmann y su mujer, Elsa, se contaron entre los primeros que invitaron oficialmente a su casa a Adolf Hitler, en 1924. A su salón, donde antes de la I Guerra Mundial se reunían intelectuales de diversas tendencias, acudían en la década de 1920 nacionalistas conservadores, que despotricaban contra la democracia y la República de Weimar.Entre ellos estaba también Albert Speer, quien luego sería el arquitecto estrella de Hitler, al igual que el matrimonio de Winifred y Siegfried Wagner, que dirigía el festival de Bayreuth. Elsa Bruckmann les ofrecía un foro a quienes añoraban la época del Kaiser o sufrían por la crisis económica o la humillación de la derrota en la I Guerra Mundial.Fascinados con Hitler"La añoranza de un mesías era grande, y la alta burguesía depositaba su esperanza en Hitler”, explica Sven Friedrich, director del museo Richard Wagner, de Bayreuth. Hitler fascinaba a muchos con sus discursos agitadores y su visión de una nueva grandeza de Alemania. El matrimonio Bruckner respaldaba al líder nazi con dinero y también le facilitó el contacto con los grandes industriales.También Winifred Wagner, la nuera del compositor Richard Wagner, lo apoyaba. "Winifred estaba encantada con Hitler, debido a su convicción de tener una misión y a su manifiesta veneración por la música de Wagner”, explica Sven Friedrich.Entre ambos se forjó rápidamente una amistad. Hitler vivió un tiempo en casa de los Wagner. A la familia pertenecía también Houston Stewart Chamberlain, un inglés afín a la teoría racial, antisemita y precursor intelectual del movimiento nacionalsocialista. Estaba casado con Eva, hija de Richard Wagner, y "era un ídolo para Hitler”, según Sven Friedrich.Lealtad a HitlerEn 1923, los nacionalsocialistas intentaron infructuosamente derribar al gobierno de la República de Weimar. Hitler fue condenado a cinco años de cárcel, pero quedó en libertad prematuramente, a fines de 1924.Los Wagner no lo visitaron en prisión, pero mantuvieron un nutrido intercambio postal con Hitler. Winifred le enviaba dulces y papel para escribir. En esas cuartillas, Hitler empezó a escribir su libro "Mein Kampf” (Mi lucha). Elsa Bruckmann se ofreció más tarde como lectora para la segunda edición.Apoyo financieroAdemás de Elsa Bruckmann, visitaron a Hitler en prisión también Helene y Edwin Bechstein. La empresa fabricante de pianos Bechstein, fundada en 1853 por Carl Bechstein, tenía tradición. "Hasta el inicio de la guerra, la mayoría de los pianistas importantes tocaban en un Bechstein", afirma el gerente cultural de la empresa, Gregor Willmes. La inflación de la década de 1920 afectó duramente a la firma.Edwin, uno de los hijos de Carl, tenía una cierta fortuna. Él y su mujer respaldaron los planes de Hitler y también lo alojaron por momentos en su casa.La guerra y la desnazificaciónCon el inicio de la II guerra Mundial, las visitas a Hitler de las damas de alta sociedad se volvieron menos frecuentes. Elsa Bruckmann se distanció de él debido a sus atrocidades en la persecución de los judíos y en la guerra. No obstante, se dice que siguió manteniendo sus ideas nacionalsocialistas hasta su muerte, ocurrida en 1951.Winifred Wagner siguió siendo una ferviente partidaria de Hitler, también después de la guerra. En el marco del proceso de desnazificación, no pudo seguir dirigiendo el festival de Bayreuth.El arquitecto Albert Speer, por su parte, fue sentenciado a 20 años de cárcel. Otras figuras de la cultura, como los directores Wilhelm Furtwängler y Herbert von Karajan, cooperaron con Hitler, pero pudieron retomar tras un tiempo sus actividades, exitosamente.La fábrica de pianos Bechstein trabaja hoy con muchos pianistas judíos y palestinos de Israel y respalda proyectos musicales que abordan críticamente el tema del nacionalsocialismo.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El boxeador polaco Tadeusz Pietrzykowski era un virtuoso esquivando golpes. Sin embargo, todo parecía ir en su contra durante su primer combate en el campo de la muerte alemán nazi de Auschwitz. Delgado hasta el extremo, el prisionero número 77 debía enfrentarse a un detenido alemán mucho más pesado, un "kapo" encargado de supervisar a los otros prisioneros."Recibí advertencias y la gente me hacía unos gestos de locura: 'Te va a matar, te va a comer'", recordaba en sus declaraciones oficiales al museo de Auschwitz, después de la guerra. "No había ni un segundo para reflexionar... Había que ganarse el pan. Tenía hambre, mis amigos tenían hambre", afirmaba Pietrzykowski, apodado "Teddy", el campeón de Varsovia de antes de la guerra.Pero su valentía acabó pagando. Con un logrado golpe con la izquierda en pleno rostro, Pietrzykowski hizo sangrar al kapo, Walter Düning. El perdedor eligió no vengarse y recompensó al boxeador con pan y carne. Tras ello, "Teddy" protagonizó decenas de combates en Auschwitz, y los ganó todos salvo uno o dos, gracias a lo cual consiguió privilegios y pudo asegurarse su propia supervivencia.Poco conocido, la historia de "Teddy" inspiró la reciente película "El campeón de Auschwitz".Deportes en Auschwitz "Es una historia increíble. Muy poca gente sabe que hubo boxeo en Auschwitz, que hubo eventos deportivos", declaró a la AFP Piotr Witkowski, que interpretó el papel de Walter Düning. Pietrzykowski "era peligroso para los alemanes porque encarnaba la esperanza a ojos de los detenidos, mostraba que era posible ganar contra el sistema, contra los malvados nazis", dijo.Tadeusz Pietrzykowski llegó a Auschwitz en junio de 1940 como preso político. Había sido detenido durante su intento de unirse al ejército polaco que estaba formando en Francia. Formaba parte del primer traslado masivo de presos al campo. En 1941, le ofrecieron la posibilidad de luchar contra Düning. Los alemanes estaban hartos de enfrentarse entre ellos y buscaban a otros adversarios."Había aclamaciones por parte de los polacos y de los prisioneros alemanes. Era un evento interesante, algo nuevo en Auschwitz. Ese combate dio lugar a otros entre detenidos de distintas nacionalidades", subrayó Renata Koszyk, comisaria de una nueva exposición sobre el deporte en Auschwitz, abierta en el campo hasta marzo de 2022. "Sin embargo, el deporte no era un fenómeno extendido. La mayoría de los detenidos estaban tan agotados por el trabajo diario que no conseguían hacer ningún esfuerzo adicional, a veces ni siquiera el que suponía caminar para ir a ver" el combate, explicó. Entre los espectadores, había oficiales nazis de las SS que se divertían apostando."Elegir el bien"A cambio de sus combates, "Teddy" se benefició de varias ventajas: un trabajo más ligero y más comida, que solía compartir con otros detenidos, según testimonios de la época. El margen de maniobra del que gozaba como boxeador estrella en el campo le permitió conseguir medicamentos para otros prisioneros, transmitir diversas informaciones y llevar a cabo misiones para la resistencia.Cuando Pietrzykowski estaba enfermo de tifus en el hospital del campo, corrió el rumor de que las SS preveían enviar a los pacientes a las cámaras de gas. Para salvarle la vida al boxeador, sus amigos lo sacaron a escondidas del hospital y lo escondieron durante un tiempo. Recién editado, el libro "Mistrz" ("Campeón"), realizado por su hija, presenta los recuerdos de guerra de Pietrzykowski, como su intento de asesinar al comandante de Auschwitz, además de las escenas de la brutalidad nazi.Un millón de judíos murieron en Auschwitz-Birkenau, además de decenas de miles de otros detenidos, como polacos católicos, romanís y prisioneros de guerra soviéticos, entre 1940 y 1945. Tadeusz Pietrzykowski sobrevivió a Auschwitz y a otros campos de concentración. Después de la guerra, intentó volver al ring, pero no pudo a causa de su enfermedad. Se convirtió en profesor de educación física y continuó cultivando su pasión por la pintura. Falleció en 1991.
El comienzo del conflicto se suele situar en el 1 de septiembre de 1939, con la invasión alemana de Polonia, el primer paso bélico de la Alemania nazi en su pretensión de fundar un Tercer Reich alemán sobre Europa, y la consiguiente declaración de guerra a Alemania el 3 de septiembre por parte de Reino Unido, Francia y países afines de la Mancomunidad de Naciones. Desde finales de 1939 hasta inicios de 1941, merced a una serie de fulgurantes campañas militares y la firma de tratados, Alemania conquistó o sometió gran parte de la Europa continental. En virtud de los acuerdos firmados entre los nazis y los soviéticos, la nominalmente neutral Unión Soviética ocupó o se anexionó territorios de las seis naciones vecinas con las que compartía frontera en el oeste. El Reino Unido y la Commonwealth se mantuvieron como la única gran fuerza capaz de combatir contra las potencias del eje en el Norte de África y en una extensa guerra naval. En junio de 1941 las potencias europeas del eje comenzaron la invasión de la Unión Soviética, iniciando así la más extensa operación de guerra terrestre de la Historia, en la que desde ese momento se empleó la mayor parte del poder militar del Eje. En diciembre de 1941 el Imperio del Japón, que había estado en guerra con China desde 1937 y pretendía expandir sus dominios en el Sudeste Asiático, atacó a los Estados Unidos y a las posesiones europeas, francesas, británicas y neerlandeses en Asia y el océano Pacífico, conquistando rápidamente gran parte de la región.El avance de las fuerzas del Eje fue detenido por los aliados en 1942 tras la derrota de Japón en varias batallas navales y de las tropas europeas del Eje en el Norte de África y en la decisiva batalla de Stalingrado. En 1943, como consecuencia de los diversos reveses de los alemanes en Europa del Este, la invasión aliada de la Italia Fascista y las victorias de los Estados Unidos en el Pacífico, el Eje perdió la iniciativa y tuvo que emprender la retirada estratégica en todos los frentes. En 1944 los aliados occidentales invadieron Francia, al mismo tiempo que la Unión Soviética recuperaba las pérdidas territoriales y ambas potencias invadían Alemania.Participación de América LatinaA pesar de tratarse de un país neutral, en los primeros años de la guerra, un grupo de aviadores argentinos se alistaron como voluntarios en la Royal Air Force británica, dando lugar al 164.º Escuadrón de la RAF de voluntarios argentinos, el cual combatió en el norte de Francia y Bélgica. Se presentaron 776 argentinos como voluntarios en las fuerzas aéreas de Gran Bretaña, Canadá, Sudáfrica. En total, se estima que de 4000 a 5000 argentinos combatieron durante la Segunda Guerra Mundial como voluntarios de los aliados.En diciembre de 1941 tras el ataque a Pearl Harbor, Cuba fue el único país independiente antillano que le declaró la guerra al eje. En el país fueron arrestados varios agentes alemanes y se convirtió en el principal proveedor de azúcar a los aliados. Alemania hundió cinco buques mercantes cubanos, con un saldo de 82 muertos. Por su parte los cazasubmarinos cubanos hundieron al submarino alemán U-176. El siguiente país de América latina en declararle la guerra a las potencias del ejes es Honduras, curiosamente ese mismo día uno de sus barcos fue capturado en Shanghái por la armada imperial Japonesa y rebautizado como el Ekkai Maru. Por consecuencias de estos, Honduras rompe relaciones con Japón y expulsa al cónsul de Alemania de su país. Sus primeras acciones iniciaron en 1942 con el patrullaje aéreo, y contribuyo a la guerra enviando materias primas.También como consecuencia del ataque a Pearl Harbor, Venezuela rompe relaciones con las potencias del eje en diciembre de 1941. A raíz de ello, el 16 de febrero de 1942, los tanqueros venezolanos Monagas y Tía Juana son torpedeados y hundidos por submarinos del Tercer Reich en aguas del golfo de Venezuela, tras lo cual, el gobierno del presidente Isaías Medina Angarita, aunque sin declarar la guerra, pasa a cooperar con el esfuerzo aliado de manera más estrecha, autorizando incluso el uso temporal de bases militares venezolanas por el Ejército y la Armada de los Estados Unidos, así como garantizando el suministro de combustible a dichas fuerzas.En mayo de ese mismo año, Alemania hundió dos navíos petroleros mexicanos (el Potrero del Llano y el Faja de Oro); con este hecho se da inicio a la única participación de México en la Guerra Mundial. Ante la descortesía del eje de no contestar a la nota de protesta enviada por la cancillería mexicana, el Congreso mexicano le declaró la guerra el 22 de mayo de 1942, siendo el tercer y último país norteamericano en entrar en la guerra. Desde fines de junio a principios de septiembre los submarinos alemanes hundirían 4 barcos más: Túxpam, Oaxaca, Las Choapas y Amatlán. De esta forma, la aviación mexicana conformada por el escuadrón 201 participó en la guerra del Pacífico.El SS Contessa, barco de origen Hondureño que envió suministros de gasolina y municiones durante la operación antorcha. Si bien varios países sudamericanos le declararon la guerra a las potencias del eje, solo Brasil envió una fuerza expedicionaria a combatir. Entre julio y agosto de 1942, submarinos alemanes hundieron 18 barcos brasileños, y aunque el Gobierno de Brasil se mostraba reacio a entrar en el conflicto, la indignación pública empujó a Brasil a declarar la guerra a Alemania en noviembre de 1942, y a enviar casi 30 000 hombres al frente de Italia.Colombia declaró la guerra en 1943, porque un submarino alemán hundió uno de sus barcos, la goleta Resolute, que unos días antes había transportado soldados británicos a la isla de San Andrés. A raíz de esto, el Gobierno colombiano decidió hacer patrullajes para evitar más hundimientos. El 29 de marzo de 1944 el ARC Cabimas transportaba gasóleo en la ruta Cartagena-Panamá escoltado por el ARC Caldas, que detectó la presencia del submarino alemán U-154, hundiéndolo en el acto.El resto de los países sudamericanos como Perú, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Chile y Argentina, solo rompieron relaciones diplomáticas con los países del eje entre 1942 y 1944. La mayor parte de los cuales declararon, finalmente, la guerra al eje recién en febrero de 1945. Salvo Argentina, que le declaró la guerra a Alemania y a Japón el 27 de marzo de 1945, y Chile, que hizo lo propio con Japón el 12 de abril de ese año, siendo el último país en emitir una declaración de guerra.Los países centroamericanos lo hicieron bien al lado de México, o bien al lado de Brasil; excepto Costa Rica, que declaró la guerra a Japón el 8 de diciembre de 1941, al mismo tiempo que los Estados Unidos.