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Músico de la semana: Arnold Schönberg

Ningún compositor ha sido más vilipendiado y señalado que Arnold Schönberg. Esta es su historia.

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Nació el 13 de septiembre de 1874 en Viena (Austria) y se crió en el seno de una familia de comerciantes judíos. Tras la muerte de su padre en 1890 comienza a trabajar en un banco, pero sin abandonar nunca sus estudios musicales bajo la tutela de Oskar Adler. Si bien no era judío practicante, la herencia judía de Arnold Schoenberg tuvo un gran impacto sobre su vida personal y sus composiciones musicales. En sus ensayos de composición, habitualmente describía la música como una expresión de Dios, el infinito o un acto de la creación divina.

Comenzó a destacar en el mundo de la composición en sus años de estudiante, cuando su obra sobresale por el virtuosismo contrapuntístico, siendo la composición más representativa de esta época el Cuarteto en re menor. Se encuentra en 1893 con el compositor Alexander von Zemlinsky, que se convierte en su mentor musical. Desde 1900 alternó la composición y la docencia.

En 1901, se casó con la hija de Zemlinsk, comenzando un año después a trabajar en el Conservatorio Stern de Berlín como Profesor de Composición. En 1918 funda la Sociedad de Interpretaciones Musicales Privadas. En 1923 fallece Mathilde Zemlinsky y un año después contrae matrimonio con Gertrud Kolisch. A partir de 1925 comienza a trabajar en la Academia de Artes de Berlín.

En los años subsiguientes, Schönberg incluyó temas relacionados con el judaísmo tanto en sus ensayos como en sus composiciones musicales. En 1938, publicó su ensayo más sionista, “Programa de cuatro puntos para el pueblo judío”, que pedía la creación de un estado judío independiente. También hizo los arreglos de la oración Kol Nidre. En 1940, a pesar de su débil salud, continuó ocupándose de temas específicamente judíos en tres obras: Die Jakobsleiter (1922; edición sin terminar); Moisés y Aarón (no finalizada); y El sobreviviente de Varsovia (1947).

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La revolucionaria técnica musical dodecafónica de Schönberg, que utiliza una serie ordenada de los doce tonos cromáticos como base para una obra musical, fue creación suya. Habitualmente presumía con que su estructura moderna aseguraría “la hegemonía de la música alemana en el próximo siglo”.