Bohuslav Martinů es considerado por muchos el último gran compositor checo y sucesor de Smetana, Dvořák y Janáček (si bien los puntos con la obra de éste son menos convergentes). Menos conocido, sin embargo, que estos, Martinů elaboró un impresionante catálogo de 400 composiciones.
Adscrito al neoclasicismo, al igual que Prokófiev, Shostakóvich o el propio Stravinski, Martinů cultivó todos los géneros. Curiosamente, se introdujo en el terreno sinfónico de forma tardía.
La “Rapsodia para gran orquesta” fue compuesta en París en 1928. En un principio Martinů intentó realizar una auténtica sinfonía componiendo un primer movimiento dedicado al décimo aniversario del primer regimiento de Checoslovaquia en Darney. Le dio el título de “Sinfonía en sol mayor” (Una Sinfonía Militar). Con este título fue estrenada en diciembre de 1928, dirigida por Serge Koussevitzky.
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