
El escritor peruano Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 y una de las figuras esenciales del Boom Latinoamericano, falleció este domingo 13 de abril en Lima, a los 88 años, rodeado de su familia. Su hijo Álvaro Vargas Llosa confirmó la noticia a través de sus redes sociales: “Con profundo dolor, hacemos público que nuestro padre, Mario Vargas Llosa, ha fallecido hoy en Lima, rodeado de su familia y en paz”.
Con su muerte, se cierra un capítulo fundamental de la literatura mundial. Vargas Llosa no solo fue un novelista excepcional, sino también un protagonista clave en la revolución narrativa que, a mediados del siglo XX, posicionó a América Latina en el centro del mapa literario global.
Más sobre Vargas Llosa
El papel de Mario Vargas Llosa en el Boom Latinoamericano
El llamado Boom Latinoamericano fue un fenómeno literario y editorial que surgió en los años 60 y 70, cuando un grupo de jóvenes escritores latinoamericanos —entre ellos Gabriel García Márquez , Julio Cortázar y Carlos Fuentes — logró un reconocimiento internacional sin precedentes. Mario Vargas Llosa fue uno de los pilares de este movimiento, aportando una voz narrativa moderna, audaz y profundamente crítica.
Su irrupción en la escena literaria ocurrió en 1963 con La ciudad y los perros , una novela que retrata con crudeza la violencia y la hipocresía de una sociedad autoritaria, tomando como escenario un colegio militar en Lima. La obra ganó el Premio Biblioteca Breve y el Premio de la Crítica en España, y fue censurada y quemada públicamente en Perú, un hecho que paradójicamente impulsó aún más su fama.
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Con La casa verde (1966) y Conversación en La Catedral (1969), Vargas Llosa llevó la experimentación narrativa a un nuevo nivel, utilizando múltiples voces, saltos temporales y una estructura compleja que revolucionó la forma de contar historias en español. Estas obras mostraron la influencia de William Faulkner y Gustave Flaubert en su estilo, pero también evidenciaron su capacidad única para capturar los conflictos políticos y sociales de América Latina.
A diferencia de otros autores del Boom , como García Márquez, que cultivaron el realismo mágico, Vargas Llosa apostó por un realismo feroz, comprometido y racional , más cercano a la crítica política que a la fantasía. Sus novelas cuestionaron las dictaduras militares, las estructuras de poder y las heridas de las repúblicas latinoamericanas, aportando una mirada lúcida y a menudo incómoda sobre la región.
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Un protagonista y un crítico del Boom
Si bien Vargas Llosa fue un actor clave del Boom, también fue uno de sus principales críticos. A lo largo de los años, manifestó su incomodidad con el encasillamiento que supuso la etiqueta de "Boom", señalando que cada autor tenía trayectorias y preocupaciones distintas. Además, sus posiciones políticas, que evolucionaron del marxismo juvenil al liberalismo, lo alejaron de algunos de sus colegas, especialmente tras su ruptura pública con Gabriel García Márquez en 1976.
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Pese a esas tensiones, la contribución de Vargas Llosa al Boom Latinoamericano es incuestionable. Sus obras ayudaron a internacionalizar la literatura de la región, a renovar sus formas narrativas y a consolidar un espacio literario donde América Latina dejó de ser un exotismo para convertirse en un territorio de innovación literaria y pensamiento crítico.
Legado literario y político
A lo largo de su vida, Mario Vargas Llosa combinó su labor literaria con una intensa participación política. Fue candidato a la presidencia del Perú en 1990, aunque perdió las elecciones ante Alberto Fujimori.
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Entre sus obras más destacadas de las últimas décadas se cuentan La fiesta del chivo (2000), una inmersión en la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana, El sueño del celta (2010) sobre el activista Roger Casement, y T iempos recios (2019), que revisita la historia del golpe de Estado en Guatemala.
En 2010, su trayectoria fue reconocida con el Premio Nobel de Literatura , que destacó "su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, la rebelión y la derrota".
El adiós a un maestro
La muerte de Mario Vargas Llosa deja un vacío inmenso en la literatura y el pensamiento contemporáneo. Su obra seguirá siendo un testimonio esencial para entender la complejidad de América Latina en el siglo XX y XXI. Como escribió en su discurso de aceptación del Nobel: "La literatura es fuego", y Vargas Llosa supo encenderlo como pocos.
En el recuerdo queda no solo su maestría narrativa, sino su infatigable defensa de la libertad, su pasión por la palabra escrita y su convicción de que la ficción puede —y debe— transformar el mundo.
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