La escritora argentina Leticia Martin ha sido galardonada con el Premio Lumen de novela en su regreso este año, dotado con 30.000 euros y la publicación de su obra en territorio hispanohablante, por Vladimir, presentada con el mismo título y bajo el seudónimo de Nitram Onerazan. La ganadora fue anunciada en horas de la mañana por el jurado compuesto por las escritoras Ángeles González-Sinde, Luna Miguel y Clara Obligado, la directora de la librería Rafael Alberti (Madrid), Lola Larumbe, y la directora literaria de Lumen, María Fasce, quiénes han declarado ganadora la novela por mayoría, destacando "la atracción y seducción de un hombre maduro hacia una mujer joven ha sido representada muchas veces en la literatura, pero el deseo de una mujer madura hacia un joven, no. Vladimir apuesta por una lectura de Lolita en clave femenina en el contexto de un mundo que se apaga. Con gran tensión narrativa y un estilo acerado, Leticia Martin ha escrito una novela polémica sobre los límites del deseo y las relaciones de poder"En esta primera edición, en la que Lumen retoma su histórico premio, fueron recibidos 407 manuscritos procedentes de Argentina (33), Colombia (23), Chile (10), España (272), Estados Unidos (18), México (37), Perú (7) y Uruguay (7). Leticia Martin (1975) la escritora galardonada es narradora, poeta y crítica cultural originaria de Buenos Aires. Obtuvo la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación (UBA) y el Posgrado Internacional en Gestión Cultural y Políticas de Comunicación (FLACSO). Publicó el libro de ensayos Feminismos (2017), y las novelas El gusto (2012), Estrógenos (2016), con edición española (2019), Topadoras oxidadas (2019) y Un ruido nuevo (2020), con ediciones en Uruguay (2021) y en España (2022). También es autora de una serie extensa de libros de poesía. El volumen de cuentos titulado Todo lo que no es boca en mi cuerpo grita aparecerá próximamente en Argentina.Vladimir , la novela ganadora según la sinopsis oficial publicada por Random House en su página web, destaca lo siguiente: "Cuando todo parece acabarse, lo único que nos queda es el instinto. Y sobrevivir es dejarse llevar por aquella pulsión que nos hace suspender cualquier prejuicio, cualquier miedo y cualquier creencia o principio para aferrarnos solo a aquello que todavía nos hace sentir vivos. Vladimir es una novela sobre una huida imposible". Además agrega, "Guinea, la protagonista, ve truncada su carrera como profesora en una universidad de Estados Unidos tras descubrirse su relación con un alumno mucho más joven que ella. Buscando una nueva vida llega a Buenos Aires. En el aeropuerto descubre que un enorme apagón ha dejado la ciudad sin luz. Con el teléfono sin red, es incapaz de localizar su destino, pero el taxista que la recoge, con una amabilidad algo extraña, la conduce por la ciudad y le propone alojarse provisionalmente en su casa, donde vive con su hijo adolescente, Vladimir. Sin combustible ni alimentos, la calle, custodiada por la policía, se vuelve escenario peligroso: todos contra todos. Pero la mayor violencia amenaza silenciosamente dentro de la casa donde los tres conviven junto a dos perros. Guinea y Vladimir desarrollan una complicidad que los enfrenta al padre. Son dos formas de entender la supervivencia. Sin embargo, hay algo más. Otra vez, un deseo turbio que ordena y produce el caos, un deseo más fuerte que la sangre y el amor. Thriller emocional y erótico, distopía y novela de aventuras, Vladimir es una novela transgresora y profundamente perturbadora".Esta edición del galardón es el regreso del ya conocido y aclamado Premio Femenino Lumen, convocado entre 1994 y 1999, que fue concebido como un premio que descubría talento literario entre las mujeres. El jurado estaba compuesto por las escritoras Nora Catelli, Ana María Matute, Ana María Moix, Cristina Peri Rossi, Elena Poniatowska y la editora Esther Tusquets. Las ganadoras históricas del Premio fueron autoras tan emblemáticas como Ángeles de Irisarri en 1994 con Ermessenda, condesa de Barcelona, Ana Rodríguez Fischer en 1995 con Objetos extraviados, Clara Obligado en 1996 con La hija de Marx, Alicia Giménez Bartlett en 1997 con Una habitación ajena y Clara Usón en 1998 con La noche de San Juan. El libro estará a la venta en librerías a partir del próximo 7 de septiembre.Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Me propongo venir a la República Dominicana a trabajar", dijo Vargas Llosa, de 87 años, en el Palacio Nacional de Santo Domingo, junto al presidente Luis Abinader."Yo le he pedido, por esa decisión de pasar gran tiempo en el país, que acepte la ciudadanía dominicana y él ha aceptado esa ciudadanía", declaró a la prensa Abinader.El autor de "La fiesta del chivo", novela publicada en 2000 y ambientada en la época de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo (1930-1961) en República Dominicana, no precisó en qué fecha se instalará en el país, pero aseguró que busca "pasar un período de exaltación y de verdadera realización".Vargas Llosa recibió en 2016 el Premio Internacional de Literatura Pedro Henríquez Ureña, que otorga el gobierno dominicano.El reconocimiento provocó protestas de grupos conservadores que lo calificaron de "enemigo" del país por sus críticas contra las políticas migratorias de Dominicana frente a ciudadanos de su vecino Haití.En un artículo que escribió el 3 de noviembre de 2013 en el diario español El País, titulado "Los parias del Caribe", Vargas Llosa tildó de "aberración jurídica" una sentencia judicial de 2013, que negó la nacionalidad a descendientes de inmigrantes que ingresaran sin documentos y se aplicó de manera retroactiva a los nacidos entre 1929 y 2013.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK.
Las entidades públicas Patrimonio Nacional de España y la Universidad de Salamanca conceden anualmente este premio, el más importante de poesía en español y portugués, dotado con 42.100 euros (45.000 dólares).Reconocen así el conjunto de la obra de un autor vivo que, por su valor literario, constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica.Belli, que se encuentra exiliada en España, es una de las más de 300 personas a las que las autoridades nicaragüenses retiraron la nacionalidad "por traición a la patria", entre opositores y críticos al gobierno del presidente Daniel Ortega.El jurado, que concedió el premio por unanimidad, valoró también su significación en la cultura contemporánea de Nicaragua, reforzando el prestigio de uno de los grandes países de la lírica hispanoamericana."No ha sido una decisión sencilla", indicó la presidenta de Patrimonio Nacional, Ana de la Cueva, pues había 49 candidatos que "reflejan la variedad de nuestras letras y el prestigio del galardón".El rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, destacó que la escritora nicaragüense se une a un grupo de "maravillosos poetas" que reivindican los valores que defienden las instituciones y las universidades y luchan contra la tiranía.También formaron parte del jurado el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, la también española Olvido García Valdés, premiada en la anterior edición, y el escritor mexicano Jorge Luis Volpi, entre otros. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Falco (Córdoba, 1977), considerado uno de los escritores argentinos contemporáneos más relevantes, participó en la Feria del Libro de Madrid firmando ejemplares de su obra en el espacio que tiene allí la librería de literatura latinoamericana "Lata Peinada".La soledad elegidaEl escritor publicó en el año 2020 "Los llanos" finalista del Premio Herralde de Novela, donde cuenta la historia de un hombre que se traslada a una casa rural del interior de Argentina con su huerta como única compañía, con el objetivo de superar una ruptura amorosa. "Me interesaba el desafío de narrar un momento donde uno no tiene control de lo que sucede y donde lo que sucede es microscópico. Cuando atraviesa un duelo no tiene forma de controlar cuando empiezan y acaban las cosas", señaló en una entrevista con EFE.Además explicó que el libro lo escribió antes de la pandemia y que nunca se hubiera imaginado que acabaría conociendo algo similar a lo que le ocurre al protagonista, aunque matiza que durante la covid "no fue un aislamiento buscado sino impuesto".Sobre la afirmación que hacen muchos expertos de que la soledad es la epidemia de nuestro siglo, el argentino aclara que "la soledad es un drama cuando no es buscada sino impuesta, cuando uno no la elige". "La soledad puede ser muy productiva para ciertas personas, cuando piensas no quiero ver a nadie por cierto tiempo, este tiempo es para mí. A veces estamos tan abrumados por gente, mensajes, redes sociales… Que a veces es bueno volver a uno mismo, conocerse", explica.De hecho, en la novela habla sobre la separación de conceptos que existen en inglés entre "solitude" que es ese sentimiento de sentirse solo incluso aunque estemos rodeados de gente y "loneliness" que es esa soledad deseable, ideal para la contemplación, la meditación o la introspección.La pampa argentina Falco decidió situar la novela en la provincia argentina de La Pampa que en quechua significa literalmente "llanura" y cuya densidad poblacional es la segunda más baja del país con 2,2 habitantes por km2, comparado con los 14.450 de capital federal. "Me interesaba hablar de un personaje que trata de aislarse y en ese sentido la Pampa era un buen lugar para hacerlo, por las distancias, por el mismo paisaje, todo queda bastante lejos y es bastante fácil no encontrarse con gente si uno no quiere", expresó el escritor.Además, enfatizó que su objetivo fue hacer un paralelismo entre esa "llanura emocional" del protagonista y cómo eso se veía reflejado en ese paisaje "monótono" donde uno puede hacer kilómetros y kilómetros y nada cambia."Es verdad que es una zona más desconocida para el extranjero porque, cuando uno piensa en la Argentina piensa en las Cataratas de Iguazú o en la Patagonia. No hay tanto atractivo turístico en la Pampa ya que, al final, es una gran llanura solitaria", indicó.Para el argentino, este escenario es el mejor para plasmar esa "paralización del tiempo" y es que, como indica el propio narrador al inicio de la novela "en la ciudad se pierde la noción de las horas del día, del paso del tiempo, pero en el campo esto es imposible":"Algunos, cuando la vida se les desarma, vuelven a la casa de sus padres. Otros no tienen dónde volver. Yo volví al campo. Armé una huerta para llenar el vacío. El ancho tiempo vacío. El tiempo sin narrativa, sin historias. El tiempo del llano".Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
Cuarto de desechos es el resultado de un descubrimiento maravilloso en las favelas de Sao Paulo, Carolina María de Jesús escribía desde adentro, desde la profundidad de su contexto y su corazón. En 1958, el periodista Audálio Dantas visitó la favela donde vivía la escritora y decidió hacer su reportaje sobre ella. Carolina María de Jesús le entregó todos sus textos y él se dedicó a recopilarlos, decidieron lanzar el libro y llegó a ser uno de los más exitosos en la literatura brasilera. De Jesús interpretaba la ciudad como una casa, por eso nombró su libro como Cuarto de desechos, que en portugués significa también desahucio, ella vivía allí, donde la familia deja la basura y las cosas que ya lo le sirven. "La imagen del cuarto de desechos es, por tanto, rica en sentidos y es muestra de la agudeza y creatividad de una autora cuya importancia muchas veces ha querido ser reducida a la de haber dado un testimonio de lo que significaba ser habitante de una favela", menciona el prólogo del libro. Cuarto de desechos15 de julio de 1955 Cumpleaños de mi hija Vera Eunice. Pretendía comprarle un par de zapatos. Pero el costo de los géneros alimenticios nos impide la realización de nuestros deseos. Actualmente somos esclavos del costo de vida. Encontré un par de zapatos en la basura, los lavé y remendé para que ella los usara.Yo no tenía un centavo para comprar pan. Entonces lavé tres botellas de litro y las cambié con Arnaldo. Él se quedó con las botellas y me dio el pan. Fui a recibir el dinero del cartón. Recibí 65 cruzeiros. Compré 20 de carne. 1 kilo de tocino y 1 kilo de azúcar y 6 cruzeiros de queso. Y el dinero se acabó.Pasé el día indispuesta. Me di cuenta de que estaba resfriada. En la noche el pecho me dolía. Comencé a toser. Resolví no salir por la noche a recoger papel. Busqué a mi hijo João José. Él estaba en la calle Felisberto de Carvalho, cerca del mercadito. El bus cogió a un muchacho en la acera y la turba afluyó. Él estaba en ese núcleo, le di unas palmadas y en cinco minutos él estaba en casa.Ablucioné a los niños, los dejé en el lecho, me ablucioné y entré al lecho. Esperé hasta las 11 a cierto alguien. Él no vino. Tomé un Mejoral y me acosté nuevamente. Cuando desperté el astro rey se deslizaba en el espacio. Mi hija Vera Eunice decía: —¡Vaya a buscar agua, mamita!16 de julio Me levanté. Le obedecí a Vera Eunice. Fui a buscar agua. Hice el desayuno. Le dije a los niños que no había pan, que tomaran solo café y que comieran carne con fariña. Yo estaba indispuesta, decidí santiguarme. Abrí la boca dos veces y me certifiqué de que tenía mal de ojo. La indisposición desapareció, salí y fui donde don Manoel a llevar algunas latas para vendérselas. Todo lo que encuentro en la basura lo recojo para venderlo. Dio 13 cruzeiros. Me quedé pensando que necesitaba comprar pan, jabón y leche para Vera Eunice. ¡Los 13 cruzeiros no alcanzaban! Llegué a casa, mejor dicho, al rancho, inquieta y exhausta. Pensé en la vida turbulenta que llevo. Recojo papel, lavo ropa para dos jóvenes, permanezco en la calle el día entero. Y siempre me quedo corta. Vera no tiene zapatos. Y a ella no le gusta andar descalza. Hace unos dos años que pretendo comprar una máquina de moler carne. Y una máquina de coser.Llegué a casa, hice almuerzo para los dos muchachitos. Arroz, fríjoles y carne. Y voy a salir a recoger papel. Dejé a los niños. Les recomendé jugar en el patio y no salir a la calle, porque los pésimos vecinos que yo tengo no dejan a mis hijos en paz. Salí indispuesta, con ganas de acostarme. Pero el pobre no reposa, no tiene el privilegio de gozar del descanso. Yo estaba inquieta interiormente, iba maldiciendo mi suerte. [...] Recogí dos costales de papel. Después regresé, recogí un poco de chatarra, unas latas y leña. Venía pensando: cuando llegue a la favela habrá novedades. Tal vez doña Rosa o la indolente Maria dos Anjos hayan peleado con mis hijos. Encontré a Vera Eunice durmiendo y a los niños jugando en la calle. Pensé: son las dos. ¡Creo que voy a pasar el día sin novedades! João José vino a avisarme que la camioneta que regala dinero estaba llamando para donar víveres. Cogí la bolsa y fui. Era el dueño del centro espiritista de la calle Vergueiro, 103. Me regalaron dos kilos de arroz, ídem de fríjoles y dos kilos de pasta. Quedé contenta. La camioneta se fue. La inquietud interna que sentía se ausentó. Aproveché mi calma interior para leer. Cogí una revista y me senté en el pasto, recibiendo los rayos solares para calentarme. Leí un cuento. Cuando empecé otros aparecieron los niños pidiendo pan. Escribí una nota y se la di a mi hijo João José para que fuera donde Arnaldo a comprar jabón, dos mejorales y el resto en pan. Puse agua al fuego para hacer café. João regresó. Dijo que había perdido los mejorales. Volví con él para buscarlos. No los encontramos.Cuando yo venía llegando al portón, encontré una muchedumbre. Niños y mujeres que venían a quejarse porque José Carlos había apedreado sus casas. Para que lo castigara.17 de julio Domingo. Un día maravilloso. Cielo azul y sin nubes. El sol está tibio. Dejé el lecho a las 6:30. Fui a buscar agua. Hice café.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
“No solo los autoritarismos y guerras imperialistas amenazan la libertad y la cultura, también la deformación académica de la cultura de la cancelación, esa especie de dictadura del pensamiento único que impide en la universidad, los medios y las redes sociales el libre intercambio de ideas en nombre de la corrección política y el fanatismo identitario”, expresó.Durante la inauguración de la V Bienal Mario Vargas Llosa, que se desarrolla en la ciudad mexicana de Guadalajara, capital del estado de Jalisco, el autor aseguró que este fenómeno en el que una persona o grupo son criticados y señalados públicamente “ejerce la censura contra el pensamiento y la cultura contemporánea”.También esta cultura “pretende abolir el pasado” suprimiendo “las expresiones culturales que forman parte del legado de la civilización desde hace siglos”, expresó.El oficio de la escrituraGuadalajara arropa las actividades de la bienal bajo el lema “Literatura para tiempos recios” que reúne a 37 escritores de Iberoamérica para debatir en torno a temas como el oficio de la escritura, la literatura en español, la paz, la violencia y la guerra.Los colombianos Héctor Abad Faciolince y Piedad Bonnett, los mexicanos Brenda Navarro, Cristina Rivera Garza y David Toscana además el español Juan Tallón compiten por el V Premio Bienal de Novela que lleva el nombre del escritor peruano, dotado con un premio de 100.000 dólares y que será entregado el próximo domingo.En la charla inaugural, los finalistas hablaron de la génesis de las historias que tocan en sus más recientes libros que abordan, desde la remodelación de una cocina y las implicaciones que tiene en una familia colombiana, la crónica de la desaparición de una escultura en un museo español, hasta el asesinato de una mujer en México.La narradora mexicana Brenda Navarro, autora de “Ceniza en la boca”, que aborda la migración y la violencia, señaló que las ciudades del siglo XXI son “ciudades del miedo” que privilegian la individualidad y en el miedo al otro, lo que a su vez, genera que las personas ejerzan violencia contra sí mismos aislándose de los otros.“Las ciudades nos están haciendo sentir personas individuales que no pueden confiar en otra persona y no puedes confiar en otra persona, también estás ejerciendo violencia sobre ti”, consideró.El colombiano Héctor Abad Faciolince, autor de “Salvo mi corazón, todo está bien” señaló la importancia de que el escritor tenga cierta distancia ideológica con la obra, para permitirse contar los matices.La bienal es auspiciada por la Fundación Internacional para la Libertad presidida por Mario Vargas Llosa, la Cátedra Mario Vargas Llosa, en conjunto con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.La cuarta edición del Premio de Novela Mario Vargas Llosa, entregado en 2021, fue otorgado al escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez por su novela “Volver la vista atrás”. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Ojeda, que en 2017 fue incluida en la lista Bogotá39 como una de los 39 mejores escritores latinoamericanos de ficción menores de 40 años, participó esta semana en un conversatorio en la Casa de México de Madrid en el marco del evento "Con Acento II: Encuentro de Creadores Iberoamericanos".La ecuatoriana se caracteriza por escribir sobre temáticas oscuras y perturbadoras relacionadas con la violencia, el género, la sexualidad y la identidad. Temas que ella misma asegura que no elige, sino que son a los que está "abocada"."Yo vengo de un país que es muy violento y, específicamente de Guayaquil, una ciudad bastante hostil de habitar con muchos feminicidios, violencia en la calle, desigualdad social… Todo eso me ha afectado siempre y, al momento de escribir, son las cosas a las que acudo, las que me preocupan", confiesa en entrevista.La violencia latinoamericanaLa escritora de “Mandíbula” (2018) explica que comienza todos los días comprobando el Whatsapp para corroborar que su familia sigue viva, situación que admite tiene muy "naturalizada", a pesar de que cuando se lo cuenta a otras personas se estremecen.Además, señala que si hubiera nacido en España -país donde vive hace años- su literatura hubiera sido muy diferente, ya que no hubiera hablado sobre el tipo de violencia que se vive en Latinoamérica sino de otra diferente.Porque, asegura que “cada sociedad tiene sus lugares enfermos, complejos, oscuros y, por lo tanto, genera escrituras muy distintas”.“Creo que hay una relación cuando se habla de la literatura latinoamericana y la gran presencia de violencia que existe, no es por una cuestión de exotización, sino porque al final no puedes hablar de otra cosa cuando es lo que más te está afectando directamente”, afirma.Boom de escritoras mujeresLa novelista es considerada una de las voces más relevantes de la literatura latinoamericana contemporánea caracterizada por usar una prosa cruda y visceral para mostrar la realidad, similar a autoras como las argentinas Samantha Schweblin y Mariana Enríquez o a las mexicanas Brenda Navarro y Fernanda Melchor.Para Ojeda, este auge de mujeres escritoras tiene que ver sobre todo con la “recepción” de las obras, ya que siempre ha habido en la región autoras haciendo “trabajos increíbles”, solo que antes era mucho más difícil que se dieran a conocer.“Si antes los lectores tenían reticencias para agarrar un libro de una mujer porque había todo tipo de estereotipos sobre que estos eran únicamente sentimentales o eróticos, esto es algo que ya no sucede”, subraya.Sobre Ecuador, revela que, al ser un país muy chiquito, siempre tienen más fuerza las cosas si primero se reconocen desde fuera, lo cual considera es un poco “triste”, pero es lo que ha sucedido.“Por ejemplo, el fenómeno de María Fernanda Ampuero, el de Natalia García Freire o el mío. Todas nosotras tuvimos que publicar fuera y fue, a partir de eso, que empezamos a sonar en nuestro propio país”, concluye la autora de “Nefando”, publicada en 2016. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Así lo manifiesta Zambra en una entrevista durante su visita a España, donde participó en la charla "Cómo olvidar, cómo escribir" organizada por CaixaForum Madrid, donde firmará su nueva novela en la Feria del Libro de la capital."Sé que mis novelas están cerca de lo que hoy se llama no ficción, claro, pero a mí me interesa defender la ficción porque siento que hay una tendencia a quitarla, a equipararla con la mentira, y eso me parece peligroso, porque si empiezas así luego vas a castigar también los sueños, los deseos, vas a castigar la imaginación", lamenta Zambra.Por eso el autor de "Bonsái" puntualiza que "Literatura Infantil" es una ficción en la que escribe, con prosa y versos, lo que le sucedió al convertirse en padre de Silvestre en un momento en el que se vive una "dificultad generalizada de la expresión del sentimiento"."Siempre he escrito sobre lo que está sucediendo desde los 5 años, así que escribir este libro era una decisión. Escribir es una forma de estar en el mundo, vas registrando para entender, para quitarle incluso responsabilidad a los demás", matiza.Así que el lector encontrará en estas páginas una trama con el estilo ya reconocible de Zambra, donde aparece la figura del narrador poco fiable, porque la duda de si es él el protagonista o no siempre está en el aire.Consciente de que hay poca literatura sobre la paternidad contada por un hombre, Zambra explica que uno de los problemas que hay es que hemos leído a los "clásicos" como "historias de hombres, y no como historias representativas de lo humano".Por eso, este relato está lleno, sin ambages, de ternura, humor, y rabia mezclada con agradecimiento, sobre todo en las páginas donde el protagonista deja de ser padre para centrarse en su papel de hijo.Según reconoce, cuando su hijo nació suspendió lo que estaba haciendo en ese momento, que era escribir la novela "Poeta chileno" y lo hizo porque no quería que hubiera "ninguna rivalidad entre la literatura y la crianza, entre la literatura y la paternidad".Por eso esta obra se trata de una "carta de amor" hacia su hijo, hacia su yo como hijo y hacia su padre.Cuando en 2006 se publicó "Bonsái", la novela con la que el chileno se dio a conocer en España, en algunas librerías lo situaron en la sección de botánica, por eso bromea con que su nueva novela "Literatura infantil" no se coloque en la parte de infantil porque lo suyo es "una transgresión de la ficción".Eso sí, hay algo que queda claro en este libro: "Ahora sé que me interpondría entre la bala y mi hijo, pero nadie leerá aquí por qué tomé la decisión de ser padre". Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Desde que empecé a escribir, hasta ahora, ya han pasado varias décadas. Antes siempre me preguntaban en qué consistía la literatura femenina. Estoy contenta de que eso ya se abolió, de que ahora pensamos con independencia de los géneros", afirmó."Las mujeres podemos hacer literatura como todo el mundo. El tipo de temas que nos llaman son cada vez más interesantes para los lectores masculinos y femeninos, binarios, trans y cualquiera. Estoy muy contenta de que esas etiquetas se estén acabando", agregó.A pesar de no haberse llevado el galardón, que obtuvo el búlgaro Gueorgui Gospodínov por "Time Shelter", Nettel aseguró estar viviendo un "sueño" al estar entre los finalistas en la ceremonia de entrega del Booker Internacional, celebrada en lo alto de uno de los rascacielos de la City de Londres."Todo esto ha sido muy sorpresivo y muy bonito a la vez. Lo veo como una culminación de mucho trabajo, como una época de cosecha", describió.Nettel estaba nominada junto con su traductora al inglés, Rosalind Harvey, a un galardón que impulsa la proyección mundial de tanto de sus finalistas como de sus ganadores. La nominación "ha puesto mucha atención sobre este libro", dijo la autora."Quisiera pensar que esto también va a dar a conocer los libros anteriores (...) Estoy muy contenta con lo que ha sucedido desde que se anunció que estaba en la lista. Ya ha habido mucho interés desde muchos países y creo que es maravilloso", declaró. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Zurita inició su intervención con la lectura de su poema "Guárdame en ti" y dedicó el premio a su madre, que a sus 99 años, "postrada pero lúcida", apenas puede hablar con claridad.En su discurso, salpicado de referencias lorquianas, especialmente a "Eran las cinco en punto de la tarde" del poema "Llanto por Ignacio Sánchez Mejías", Zurita agradeció haber sido premiado "en nombre de un desaparecido", Federico García Lorca, el poeta español que fue fusilado durante la guerra pero cuyos restos aún no han sido encontrados.El premiado relató cómo se lo comunicó a su madre. "Le acerqué mis labios y le dije: Me han dado el premio. Entonces, ella alzó su cabeza, me miró y con la voz clara y fuerte me respondió: A las cinco de la tarde. Eran las cinco de la tarde en punto".En la designación de Zurita, el jurado destacó su "personalísimo lirismo, que conjuga una dimensión política y social con una sensibilidad particular hacia la naturaleza, y una práctica poética que ensancha los límites del género con performance y diversas maneras de experimentación".El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, se refirió a Zurita como, "probablemente, el mayor poeta vivo en todas las lenguas", con una obra que permite "cruzar el océano Atlántico para unir las dos orillas, como ya hicieron Neruda y Lorca".A esta decimonovena edición del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, dotado con 20.000 euros, concurrieron 36 candidatos de 15 nacionalidades.En ediciones anteriores el premio recayó en otros poetas latinoamericanos como la venezolana Yolanda Pantin (2020), el colombiano Darío Jaramillo (2018), la uruguaya Ida Vitale (2016), el venezolano Rafael Cadenas, el mexicano Eduardo Lizalde (2013), la cubana Fina García Marruz (2011), la peruana Blanca Varela (2006) y el mexicano José Emilio Pacheco (2005).Raúl Zurita ha recibido anteriormente galardones como el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Nacional de Literatura en Chile y el Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Las primeras experiencias musicales de Carl Nielsen consistieron en escuchar cantar a su madre, a su padre interpretar el violín y la corneta de pistones; y estudiar tres grandes clásicos de la música europea: Bach Mozart y Beethoven.A pesar de su pobreza, los padres de Carl Nielsen le encaminaron y le inscribieron en el Conservatorio de Copenhague. Allí comenzó a componer con su innato sentido de la armonía.Su cultura general incluía las mitologías, escandinava y griega, Shakespeare y Goethe. A los cinco años de estar allí, en 1889 ya se ganaba la vida como violinista de la orquesta Real.Carl Nielsen compuso música de género diverso; el catálogo de sus obras incluye óperas, música incidental y seis sinfonías. Su estilo, aunque original, tiene mucho en común con el de los compositores románticos de la segunda mitad del siglo Diecinueve, pero el sabor de su música es marcadamente nacionalista. Lo mismo se puede decir de su música de cámara, reconocida en su poderosa originalidad.Carl Nielsen, nuestro invitado a esta audición del Músico de la Semana, escribió su primera sinfonía en 1892 y la segunda casi diez años después. Los Cuatro Temperamentos, como así título a su obra, muestra las razones por las cuales las seis sinfonías de Nielsen constituyen uno de los más grandes tesoros del desarrollo de la forma en el siglo XX.Esta sinfonía no se atiene a ninguna clase de programa, como fue usual entre los contemporáneos de Nielsen. El título no es más que una indicación general, y cada movimiento evoca un carácter de la personalidad humana.El primer movimiento, es Allegro colérico; el segundo, Allegro cómodo y flemático; el tercero, Andante melancólico y el cuarto Allegro sanguíneo.Fuera de su labor como compositor Carl Nielsen llevó una activa vida musical; hasta 1914 fue director de la Real Orquesta Danesa, y más tarde ocupó la misma posición en el Conservatorio. Entre los compositores daneses del siglo XX, Nielsen es quizás el único cuyo nombre tuvo una amplia divulgación fuera de su país natal.La primera obra de Carl Nielsen compuesta específicamente para orquesta fue la inmediatamente exitosa Suite para cuerdas (en 1888), que evocaba el romanticismo escandinavo expresado por Grieg y Svendsen. La obra marcó un hito importante en la carrera de Nielsen, ya que no solo fue su primer éxito real, sino que también fue la primera de sus piezas que él mismo dirigió cuando se representó en Odense un mes después.Podrá escuchar más acerca de la vida del compositor francés y apreciar algunas de sus obras en la nueva edición de El músico de la semana, el lunes 5 de junio a las 3:00 p.m. por nuestra señal en vivo.
Originalmente, estas palabras que están leyendo estaban pensadas para ser leídas hacia mediados de mayo, como pueden intuir, el retraso es evidente.Por favor, bajen las antorchas literarias y déjenme exponer mi caso. Podrán decidir a lo largo de este texto si soy digna de la hoguera o no. El libro llegó a mí como todas las cosas buenas que pasan en la vida, por azar y por amor. Un amigo muy cercano me preguntó si quería formar parte de reseñar este libro con una corta explicación de lo que se trataba, acordamos que así sería.En medio de ajetreos, me entregó el libro. Lo primero que me llamó la atención fue su portada, donde Carlo Airoldi luce pletórico, con una pinta de luchador bigotón que no se puede superar. El hombre parece listo para abatirse a puñetazos en la Londres de Jack London. Y su título, que se me quedó en la cabeza dando vueltas, El Truco es Resistir, me asaltaba en momentos diferentes del día, todos los días, como un taladro.El momento que elegí para leerlo sería un viaje de 15 horas en carretera hasta Arauca. En medio de la mañana, en alguna parte de la vía mientras a lado y lado solo hay llanura, me encontré cara a cara con el mito, Carlo Airoldi, y su sueño olímpico. Su alma inquieta por naturaleza y el amor a correr, a echar a andar los pies hasta que el cuerpo pida tregua. El libro comienza con un relato fantástico y una oda a la competencia y el honor, mientras Carlo corre 1.000 km entre Torino y Barcelona. “Estoy completamente exhausto, no tengo un ni un musculo que no me duela, no hay postura que alivie mis dolores. Y sonrió porque esto quiere decir que el dolor y el cansancio no son verdadero, y así engaño un poco. Louis me mira y su mirada es la misma que comenzó a dirigirme después de la primera semana de carrera. La misma mirada, cada vez más larga, que me mantuvo después de que dejamos atrás Italia, a nuestra llegada a Marsella. Los mismos ojos incrédulos cuando entendió que lo enfrentaría hasta Barcelona, hasta la meta.”Para dar un aproximado más cercano, esto sería la distancia desde Bogotá a Ibarra, la primera ciudad ubicada después de nuestra frontera con Ecuador, a unos 100 km de Ipiales, la última población de Colombia hacia la frontera. En esa barbaridad de distancia, Carlo Airoldi no solo probó su talento, fuerza y brío, sino también su corazón.En el último kilómetro solo eran Carlo y Louis Ortégue, el francés, que solo se ponía comunicar con Carlo por señas, “El solo hablaba su francés”. Justo antes de llegar a Barcelona, este último se desploma por el agotamiento y la dura prueba que supone recorrer esta distancia, como un ovillo en el piso, rendido. Carlo se devuelve justo cuando quería acelerar para tomar ventaja, una carrera no puede terminar casi para ningún atleta. Carlo lo toma en sus brazos y se lo cuelga a la espalda. Al llegar, aclara que él es el primero y el francés el segundo. Maravillados por su gesto, los organizadores deciden entregarle un premio metálico para que pueda volver a Milán, su hogar, en tren.Me conmovió tanto este gesto de Carlo que tuve que leerlo varias veces estas páginas, por si había perdido algún detalle, había leído alguna palabra que no era, pero en un gesto de honor, respeto y competencia, sucedió. Cerré el libro para tomar un poco de aire y visualizar a Carlo en ese momento. En mi mente, y a pesar de que la narración de Agostinelli no da estos detalles, me tomaré esta licencia que solo ser lector permite: lo imagino hinchado, bajo un sol sin tregua, lleno de polvo, mientras este se pega a él como lodo por el sudor, tratando de desviar su mente del dolor que supone seguir durante días una ruta y enfrentarse a sí mismo, para luego, en lo que en mi cabeza luce como agonía, tener este gesto de profunda humanidad y amor al deporte.Mi confesión es que este trocito de relato de Agostinelli me obsesionó durante días, en los que no podía pasar de estas páginas, releerlo y releerlo para añadir más datos a mi cabeza. Mientras estaba en una hamaca, en la calurosa Arauca, pasé de página como si nada, para encontrarme con algo todavía más alucinante, aún más mitológico, olímpico.Durante su viaje de vuelta a Milán desde Barcelona, Carlo se va a enterar de lo que se puede considerar los primeros Juegos Olímpicos modernos, en 1896 en Atenas, y de lo que será su obsesión durante un año y probablemente toda su vida: la carrera olímpica la Maratón - Atenas (40 km), que parte desde la ciudad de Maratón y terminaría en el Estadio Panathinaikó en Atenas para cerrar las olimpiadas. Desde este momento, para Carlo, todo se traduce a ese momento en que entra triunfal a un estadio abarrotado que aclama a gritos a su nuevo héroe.Sin ánimo de arruinar para nadie esta obra, porque creo que no solo merece ser leída, sino masticada, página a página, esto llevará a nuestro héroe a asumir la tarea absolutamente delirante, por necesidad y hambre de gloria, de caminar desde Milán hasta Atenas, unos 2000 km y un tramo del Mar Adriático. En dimensión latinoamericana, esto sería como caminar desde Bogotá hasta Cajamarca, Perú, atravesando todo el sur del país por Pasto y de punta a punta a Ecuador. Aun hoy, con todas las vías y carreteras modernas, es una locura; imaginémoslo en el siglo pasado, por territorios escarpados y sorteando áreas incomunicadas por vía.Por páginas y páginas, vemos el camino de Carlo durante 28 días. Este relato, al estilo de los cuentos de vieja escuela, al estilo de las “Las Mil y noches” o “En busca del tiempo perdido” de Proust, esa forma clásica de narrar una proeza, que te mantiene en vilo; me devolvió una parte de asombro y fascinación, esa capacidad para sorprendernos que solo tienen los más jóvenes. En medio de estas páginas, encontré una prueba humana fascinante. Carlo y su relato, mejor dicho, su vida y obra, me dieron un poco de fuerza para sortear mi propia carrera. En estos días de turbulencias y desasosiego, estas páginas me recordaron que podía resistir un poco más y aprender a sufrir con gracia, como una prueba del carácter humano, no para no rendirse, sino para jugármela por lo que vale la pena. Eso debe ser personal para cada persona. El título que lleva este libro me ha acompañado como un mantra, recordándome que sufra con estilo, con pundonor, y lo deje ir cuando ya sea suficiente.El truco de resistir creo que no solo está en aguantar, sino en honrar los pasos que se dan en el camino, reconociendo el padecimiento de cada uno de ellos y acostumbrando al cuerpo al dolor que solo da el amar con ganas y con cada fibra del alma al juego, a la competencia y a la vida. El desenlace de este libro es tan doloroso como alentador. Agostinelli logra en estas páginas recuperar un poco de la esencia de los libros de mitología y mezclarlos con una excelente crónica que se puede devorar, masticar o, como lo hice yo, rumiarla.
De hecho, el filme, que se estrena este viernes, está basado en la obra homónima que el escritor estadounidense publicó en 1978 con gran acogida por parte de sus lectores."No es real. No es real. No es real", reza el inquietante eslogan de esta cinta dirigida por el británico Rob Savage ("Host" y "Dashcam") y que cuenta con las actrices Sophie Thatcher ("Yellowjackets") y la jovencísima Vivien Lyra Blair ("Obi-Wan Kenobi") como protagonistas."Recuerdo haber leído la historia cuando era pequeño, así que sabía que podía ser aterradora para el público y aún más para los fanáticos de Stephen King. (...) Quería que esta vez fuera una criatura sangrienta pero que también supusiera una amenaza física contra la que luchar", explicó Savage en entrevista con EFE.La trama relata la historia de la estudiante de secundaria Sadie Harper (interpretada por Thatcher) y su hermana menor Sawyer (Blair) cuando pierden a su madre y no reciben el apoyo necesario por parte de su padre (Chris Messina), un terapeuta que lidia con su propio dolor.Entonces, mientras el pequeño mundo familiar se derrumba, el progenitor ofrece ayuda psicológica a un paciente desesperado que se presenta en su casa acechado por una aterradora entidad sobrenatural que se alimenta del sufrimiento humano."Pregunté a psicólogos reales para que me explicaran mejor cómo interpretar este papel y qué tipo de terapia se supone que estaba aplicando. Además, se notó que el director conocía muy bien el género porque me guio a la perfección", comentó Messina, quien también apareció este año en "Air", en declaraciones a EFE.Una postura con la que coincidió Thatcher, también presente en la conversación con EFE, añadiendo que Savage le recomendó películas como "Don't Look Now" (1973) u "Ordinary People" (1980) para ayudarla a conocer mejor su personaje.Es entonces cuando aparece en escena el coco, hombre del saco o "boogeyman" (en inglés), una criatura que, dependiendo de la cultura, puede adoptar apariencia humana o configurarse como una especie de monstruo con cabeza y dedos alargados que molesta a niños y padres.Estaba previsto que la cinta se estrenara directamente en el servicio de "streaming" Hulu pero, tras una exitosa proyección de prueba a finales del año pasado, se anunció que pasaría primero por las salas de cine.Sus creadores quisieron consultar la visión de Stephen King acerca de esta obra en una maniobra inusitada que pasó por alquilar su cine favorito en Portland (Maine, EE.UU.), ciudad natal del autor, para que la viera como en casa."Él sabe lo que no le gusta y, si le hubiéramos fastidiado la historia, nos lo habría dicho. En cambio, nos envió un precioso ensayo sobre lo mucho que le había gustado la película", aseguró Savage, quien añadió que fue el mismo King el que sugirió que la película se estrenara en cines, públicamente semanas atrás.Scott Beck y Bryan Woods ("A Quiet Place"), así como Mark Heyman ("Black Swan") se encargaron del guion de esta cinta que ha contado con un presupuesto ligeramente superior a los 40 millones de dólares y que encontrará en la película "Spider-Man: Across the Spider-Verse" (Sony Pictures) su principal contendiente en la taquilla del fin de semana.El resto del reparto de "The Boogeyman" lo completan, entre otros, Marin Ireland ("The Umbrella Academy"), Madison Hu ("Bizaardvark"), LisaGay Hamilton ("Vice") y David Dastmalchian ("Boston Strangler").No será la primera vez que esta leyenda aterrice recientemente en el mundo del cine porque Universal Studios lanzó el año pasado la película "The Black Phone" cuyo personaje principal, encarnado por Ethan Hawke, también estaba inspirado en el coco u hombre del saco.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Hablar de Henry Purcell (1659 - 1695) es remitirse a uno de los nombres más aclamados (si no el más) de la historia de la música barroca inglesa, gracias a su destacada obra que se expandió en diversos géneros en el corto tiempo de producción que tuvo, debido a su fallecimiento a los 35 años de edad. Dentro de su destacado repertorio, una de las composiciones más importantes es El rey Arturo, una semiópera en cinco actos con libreto del poeta John Dryden basada en el personaje de la literatura europea, especialmente inglesa y galesa que según los registros se representó por primera vez en el Queen's Theatre, Dorset Garden de Londres, a fines de mayo o principios de junio de 1691. Como era costumbre para la época, contrario al imaginario de la representación de una obra de estas características, los personajes no suelen tener espacios de canto (siempre y cuando no posean propiedades especiales para la trama, sobre todo, sobrenaturales), por lo que los personajes son en vez de interpretes, actores. La trama de la ópera esta basada en las batallas entre las tropas británicas del rey Arturo y el pueblo sajón, dejando de lado la tradicional historia basada en las leyendas del castillo de Camelot. En la trama sin embargo, sí aparecen los personajes tradicionales de estos cuentos, como Merlín, además de la aparición de personajes como Cupido y Thor. La historia por supuesto se valdrá de las temáticas del siglo XVII, en la que podremos ver al rey Arturo en una cruzada por recuperar a su prometida, la princesa Cornualles Emmeline, que ha sido secuestrada por el rey sajón Oswald de Kent. El primer acto de la ópera inicia justamente con el rey Arturo, después de diez años de batallas contra los sajones, manteniendo firmemente en su poder a todo el reino a excepción de Kent. Los sajones están dirigidos por Oswald, que se ha propuesto conquistar no sólo el reino de Arturo, sino también a su amada, la ciega Emmeline, hija de Conon (duque de Cornualles). Arturo se despide de ella antes de la decisiva batalla final contra el invasor pagano. La historia por supuesto derivará una vez más en el amor y el protagonista triunfando por encima de cualquier desgracia y tempestad. El rey Arturo fue representada al menos dos veces durante la vida de Purcell y continuó representándose a fines de la década de 1690, manteniéndose hasta nuestros días como una de las puestas en escenas más representadas y difundidas de la historia. Podrá escuchar el domingo a las 9:00 p.m. en Canto y música coral esta ópera interpretada por Nancy Argenta, Linda Perillo, Julia Gooding, Jamie MacDougall, Brian Bannatyne-Scott, Gerald Finley, el Coro y El Conjunto The English Concert bajo la dirección de Trevor Pinnock en nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Entre las obras expuestas del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) destaca "Ulises", una enorme máscara de cuero negro, látex y acero inoxidable con la que el artista plástico David Lozano representa a un "cuerpo oscuro sometido a las pasiones y deseos, a veces reprochables para una sociedad mojigata". El "temor" que inspira esta máscara "dialéctica" se rompe cuando el público se acerca a la obra y desde su parte trasera se adentra en un interior cubierto de tela de peluche que recuerda que la realidad tiene "dos caras".Esta pieza suspendida del techo de la sala hace parte de la serie "Ulises, cuerpo gaseoso", una instalación que recrea el sauna masculino "Ulises" de Bogotá, espacio que Lozano define como un "lugar de la memoria" que estuvo en auge en la década de los 90 y que aún continúa activo."Algunos de mis amigos que iban a Ulises y a otros sitios murieron. Digamos que es un homenaje a todos esos amigos y no amigos que murieron y desaparecieron durante la pandemia (de VIH/Sida)", relata a EFE el artista.Esperma sobre tinta azúl Un centenar de abstractas eyaculaciones se superponen a la palabra "sementerio" con la que, en tinta azul, fueron marcadas las hojas de papel sobre las que reposan las muestras de esperma de quienes participaron en esta obra en la que Wilson Díaz reflexiona sobre la existencia sexuada, haciendo énfasis en la noción de muerte.Como pieza estrella que da nombre a la exposición destaca un revelado parcial de plata en gelatina de Miguel Ángel Rojas con la que se responde al "pánico vivido" en la década de los 80 por el "peligro y violencia asociados al contagio del vih", acrónimo que los artistas decidieron escribir en minúsculas para "transformar su peso simbólico". En ella se vislumbra una fusión de dibujo tras los cuales se distinguen algunas escenas de sexo, pequeñas figuras que irradian angustia y hasta la propia muerte.Los videos experimentales también tienen presencia en esta exposición con artistas como Camilo Acosta y Santiago Lemus, quienes en "Los Amarillos" reflexionan acerca de la ictericia que experimentan algunos pacientes de esa enfermedad, fruto de los efectos secundarios de los antirretrovirales que les amarillean la piel.Como extensión de esta pieza audiovisual, Acosta y Lemus protagonizaron este jueves en el Mambo "Manifiesto amarillo", una performance en la que ingirieron más de una decena de papeles amarillentos y mojados en los que se leían frases como "El vih no es una enfermedad, es un síntoma político".Más allá del VIHLa exposición se presenta junto a una línea de tiempo en la que se hace referencia a algunas obras creadas por artistas y colectivos colombianos, así como algunos testimonios y documentos que datan desde comienzos de los años 80 hasta la actualidad, a fin de examinar "la profunda historia cultural de la crisis del sida".Bautizada como "Hilos de sangre: Historias y memorias del vih/sida en Colombia", esta línea temporal se enmarca dentro de una investigación del artista colombiano radicado en Nueva York Carlos Motta y el investigador Pablo Bedoya."Nos dimos cuenta de que no había realmente una fuente visitable y accesible públicamente en Colombia a la cual uno se pudiera acercar, si quisiera conocer acerca del vih. Tanto Pablo como yo pensamos que eso era una gran falta en la memoria histórica del país", explicó a EFE Motta.Como parte de este ciclo expositivo disponible hasta el 11 de junio, Motta también inunda las paredes del MAMBO con "Stigmata", exposición antológica que, más allá de hablar del VIH en piezas como "La caída de los condenados" cubre otras aristas relacionadas con la experiencia de la democracia desde la perspectiva de los grupos minoritarios.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.