Aunque es amplia la oferta de películas que se embarcan en historias románticas, con cuentos de hadas, comedia y drama, siempre permeadas por el amor; siempre es un buen momento para sentarse a ver un nuevo chick flick, como también se le conocen a las películas de este género.
En esta ocasión nos encontramos con Romper el círculo, una fiel adaptación del éxito homónimo de Booket, la editorial de best sellers y novelas en formato bolsillo, escrito por la estadounidense Colleen Hoover.
Esta historia, con más de siete millones de libros vendidos, se suma a otros libros de este género que han pasado de las letras a la gran pantalla, convirtiéndose en películas imperdibles dentro de la cultura pop. En los últimos años se destacan las adaptaciones, por ejemplo, de Las ventajas de ser invisible, Stephen Chbosky; Bajo la misma estrella, de John Green o Yo antes de ti, escrito por la británica Jojo Moyes.
Romper el círculo cuenta la historia de Lily Bloom, interpretada por Blake Lively, una mujer que se muda a Boston con el sueño de abrir una floristería. Pero ese no es el tema central, el amor idealizado y las heridas de pareja y de familia sí lo son.
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A medida que avanza la trama, vemos en paralelo las dos historias de amor en la vida de Bloom, su primer novio y el irresistible cirujano del que se enamora en la actualidad y se convierte en su esposo, y que además es el hermano de su amiga y compañera de trabajo.
Tras la reaparición de su amor adolescente en su vida, Atlas, la película presenta un arco de triángulo amoroso; la imagen de un esposo devoto y la intriga por la decisión de la protagonista al enfrentarse a los recuerdos que de nuevo son su presente, al estilo de El diario de Noah.
Hasta aquí encontramos romance, tensión entre los protagonistas, algunos diálogos cómicos, y romance torpe, como el beso de la pareja en la cocina que termina con el horno humeando y la cena quemada, un chick flick sin duda.
Sin embargo, cada vez que tenemos recuerdos de la juventud de Bloom aparece la violencia de su padre contra su madre, la historia de Atlas defendiendo a su madre de los golpes de su padrastro y es ahí, cuando esta historia más se acerca al espectador y es casi inevitable asociar lo que estamos viendo con la tragedia de alguna mujer, familiar, vecina o amiga que también ha sufrido alguna forma de maltrato de parte de su pareja.
Así, sin más, Romper el círculo se convierte en una reflexión sobre los comportamientos violentos dentro de las relaciones de pareja que son normalizados, formas de manipulación, violencia de género psicológica y física. Un tema que tiene una amplia recepción en un país como Colombia con niveles preocupantes de víctimas de violencias basadas en género. Por poner un ejemplo, el Observatorio Colombiano de Feminicidios, registró 417 feminicidios en el primer semestre de 2024; 71 solo en junio.
La película, ambientada con la canción My Tears Ricochet de Taylor Swift, ahonda en el dolor de Bloom al ser testigo de la violencia de su padre, y ahora, en su vida adulta, vivir en carne propia la violencia de su esposo, interpretado por el director de la película Justin Baldoni, con escenas que en principio parecen situaciones inocentes y sin conexión entre sí.
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La historia detrás de ‘Romper el círculo’
Recientemente, Blandoni contó su experiencia al llegar como director y protagonista a esta historia: "Me conmovió tanto que lloré a lágrima viva y ni siquiera podía leer lo que estaba escrito en el texto del libro”, dijo a The New York Times.
Y es que esta historia, escrita por Colleen Hoover tiene un carácter autobiográfico. Pese a que nunca recibió un golpe de su padre, la escritora fue testigo de la violencia que él ejercía sobre su madre.
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“Mi recuerdo más antiguo se remonta a cuando tenía dos años y medio. Mi habitación no tenía puerta, solo una sábana clavada en el marco. Recuerdo oír los gritos de mi padre. Me asomé y vi que cogía el televisor y se lo lanzaba a mi madre, quien fue a parar al suelo”, describe Hoover en la nota de autora de su libro.
Cuenta además los patrones de conducta de su padre, la agresividad con su madre, el arrepentimiento, el perdón y el ciclo que cada tanto se repetía, hasta que finalmente se divorciaron.
“Durante el tiempo en que estuvo casado con mi madre era alcohólico, y fue el primero en reconocer que no la había tratado bien. De hecho me confesó que habían tenido que operarle dos nudillos, porque la había golpeado con tanta violencia en la cabeza que se los había roto”, cuenta más adelante.
A modo de sanación y catarsis, Hoover escribió esta historia, inspirada en su madre para crear el personaje de Lily, poniendo un final en el que realmente no importa si la protagonista cambia un galán por otro, sino en el esfuerzo, los dilemas y la valentía que requiere identificar y renunciar a una relación violenta.
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