En rueda de prensa poco antes de recibir el premio honorífico del festival de San Sebastián de manos del mexicano Alfonso Cuarón, Blanchett se refirió así a una pregunta sobre el vestido con los colores de la bandera palestina que lució en el pasado Festival de Cannes.
"Hay muchos conflictos sobre los que nos sentimos impotentes", señaló. "El derecho a protesta es muy importante, es parte de vivir en democracia, escuchar todos los puntos de vista, pero hay muchas heridas que no pueden resolverse en una alfombra roja ni con una declaración que yo haga", dijo la actriz.
La actriz australiana agradeció el reconocimiento de un festival como el de San Sebastián: "Los premios son maravillosos y cuando vienen de una cultura que no es la tuya adquieren un significado especial".
Ganadora de dos Óscar, por Blue Jasmine (2013) de Woody Allen y The aviator (2004) de Martin Scorsese, Blanchett es una de las actrices más reconocidas y reclamadas de la industria cinematográfica y ha trabajado con directores como David Fincher, Anthony Minghella, Wes Anderson, los mexicanos Alejando G. Iñárritu y Guillermo del Toro, o Todd Haynes, entre otros.
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A punto estuvo de sumar a Pedro Almodóvar a esa lista con un proyecto, la adaptación del libro de Lucía Berlín Manual de mujeres para la limpieza, que no salió adelante porque el director manchego se echó atrás, una retirada de la que la actriz habló hoy por primera vez.
Dijo que Almodóvar es "un hombre con mucho gusto y discernimiento, que sabe lo que puede hacer y cómo" e insistió en que espera poder trabajar con él algún día: "Un artista sabe donde tiene que ir, él hace las cosas a su manera y yo lo respeto absolutamente".
También habló de Jim Jarmusch, con quien volverá a trabajar en una película que tiene previsto su estreno el año que viene (Father, mother, sister, brother), más de dos décadas después de Coffee and cigarettes. La estrella australiana aseguró que el cine independiente vive horas bajas y es cada vez más difícil de producir y de encontrar su público.
"Para Jim levantar una película hoy es más difícil que hace 20 años", lamentó, "la posibilidad de que estas películas encuentren distribución es cada vez más complicado".
Auténtica estrella contemporánea, Blanchett habló de algunos de los títulos más significativos de su carrera, como Tár (2022), de Todd Field, que le valió una nueva nominación al Óscar, de la que destacó la profundidad con la que aborda el proceso creativo y los "abusos de poder sistémicos".
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De Carol (2015) de Todd Haynes recordó lo difícil que fue producir esa película por la temática LGTBI. "Llevó diez años hacerla, nadie quería financiarla ni distribuirla", afirmó, "pero afortunadamente hoy el paisaje ha cambiado mucho y hay más diversidad en la representación de la identidad y orientación sexual en la pantalla".
A la hora de elegir sus trabajos dijo guiarse por el instinto. "Siempre me siento agradecida a los directores que te ofrecen algo que te sorprende, que ven algo en ti que tú misma no has visto", aseguró, algo que le ocurrió por última vez precisamente en Tár.
Sacó a relucir en varias ocasiones su formación teatral, que considera clave. "En el teatro aprendí a transformar el miedo en excitación, ojalá pudiera hacerse eso a nivel geopolítico", dijo.
Y reivindicó la diversidad cultural en el cine y la televisión. "Es peligroso creer que es posible crear algo que guste a todo el mundo (...), cuanto más culturalmente específica sea una historia, más poderosa".
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Blanchett presenta en San Sebastián la película Rumours, una sátira política de Guy Maddin y Evan y Galen Johnson, que sigue a los líderes del G7 en una cumbre anual en la que se pierden en un bosque en el que acechan peligros de todo tipo mientras intentan redactar una declaración provisional acerca de una crisis global.
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