Es fin de semana en la Feria del Libro de Bogotá y en medio de los miles de visitantes un stand llama la atención. Está rodeado por niños que junto a sus padres van descubriendo las distintas ediciones de una revista llena de ilustraciones e historias que les enseña desde temas tan variados como los amigos, hasta el agua o las veredas. Se trata de la Revista Cucú de la fundación que lleva el mismo nombre. Allí se encuentra su directora, Patricia Mourraille esperándome para conversar.
" Nuestro propósito es poder ayudar a romper un poquito ese círculo de la pobreza educativa del país. Somos los últimos en la pruebas PISA que evalúa el conocimiento de los adolescentes de 14 y 15 años en cuanto a matemáticas, biología, si no estoy equivocada, matemáticas y comprensión de lectura. Pero hay una que es clave que es la comprensión lectora", me dice mientras invita a una nueva familia que llega al stand encabezada por su pequeña hija atraída por las ilustraciones.
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En Colombia el índice de compresión lectora en jóvenes ha llegado a tener cifras alarmantes como el 60% por debajo del promedio mundial según la última participación del país en el PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study). Esto se suma a indicadores como el del Banco Mundial en el cuál el 49% de niños y niñas no tienen una adecuada comprensión lectora cuando llegan a los 10 años. Esto significa, en otras palabras, que casi la mitad de las futuras generaciones no tienen la formación básica necesaria en sus primeros años de edad y la brecha en desigualdad empieza a abrirse, lo que afectará su proceso de aprendizaje con el transcurrir del tiempo.
Es por ello, que la Fundación que empezó con fanzines que debieron repensarse en medio de la pandemia hacia un formato más extenso, ha logrado entregar en sus cuatros años de actividad 250 mil ejemplares divididos en 33 publicaciones editoriales en la que han contado con presencia de más de 35 colaboradores en los que grandes nombres de nuestra industria cultural se destacan la poeta Piedad Bonnett, el escritor Ricardo Silva Romero, los ilustradores Paola Escobar y Alejandro Mesa o los artistas Marta Gómez y Jorge Velosa.
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En el plan editorial está sustentando en el trabajo de calidad hecho con amor, la importancia de lo colectivo y la equidad de género, la riqueza de las narrativas propias y por supuesto el potencial de la lectura en niños y jóvenes. Sumado a ello, rescatan el poder de la cadena de aprendizaje para lograr disminuir los niveles de pobreza educativa: "El tema de la comprensión de lectura es algo que parece como del colegio, como algo muy alejado a una familia. Sin embargo, es importante que se entienda la importancia de que el niño tenga buena comprensión de lectura porque es un niño que va a tener un millón de oportunidades, no solo en la vida sino como persona", agrega la directora.
Con esto en mente tienen presencia en más de 13 departamentos del país distribuidos entre 30 ciudades y veredas con proyectos como bibliotecas comunitarias, casa culturales y hasta ferias del libro. Lo más importante es que por cada ejemplar que sea comprado, la fundación dona una para estos proyectos en todo el país. Si desea apoyarlos, puede encontrar todas sus publicaciones en la tienda de su página web. Allí también encontrará más información de toda la fundación en general.
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