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Cinco poemas de Carmiña Navia

La escritora colombiana Carmiña Navia es la ganadora del Premio Internacional de Literatura Virginia Woolf, por eso le traemos cinco poemas de su autoría.

Carmiña Navia 2
Carmiña Navia para la fundación Mujeres de Éxito, quienes le otorgaron su premio en el 2001.
Mujeres de Éxito.

En la mañana

Cuando se va la noche
y he sumado mis fuerzas
y descorro las puertas del armario
para salir al mundo,
pregunto a mis bluyines
cómo vestir el día.
No sabemos, me dicen
las sorpresas que vienen:
qué amor sacarás de paseo
qué ilusión te bailará en la noche
qué fantasma habitará tu siesta
que tormenta o que frío llegarán en la tarde
qué libros amarás,
qué poetas alumbrarán tu ser.

Por eso el nuevo día
llega sin anunciarse.

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Cali, ciudad perdida

¡Quién lo hubiera creído cuando ardía
en mis manos tu llama!
Piedad Bonnett

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Retazos de la infancia que se agolpan
como la brisa de las cinco
robada en los trasiegos del dinero y de la gran
ciudad,
retazos y recodos
de amores.

Calles en que se cruza la añoranza
con el puente a otras vidas
puertas que ocultan sangres bebidas hasta el cáliz
y cuerpos amurados.
Cali, ciudad soñada
deseos huidizos.
Cali-cáliz de entraña.

Cali de los encuentros y las risas
de las manos trenzadas
y de las soledades
Cali-calles de vida callejera…
Cali de los sentires y colores,
Cali de mis contradicciones,
mis amores
mis sombras.

Mis palabras

En el sombreado espacio de mi alcoba
me encontré mis palabras
largamente perdidas, añoradas,
búsqueda inútil de aguaceros tantos.
Tenían el sabor fresco
de un nombre recién hecho,
el aire de un mañana mejor,
la limpidez del agua de montaña.
Tenían la caricia
de un camino encontrado,
tenían la frescura que tiene
un nuevo amor.

La ausencia de las lunas

Cuando las lunas se ocultaron
ese fue un año malo,
la tradición lo dice.
Mi corazón se recogió
y empezó a ver el mundo
desde la luz de una ventana,
luz siempre amenazada.
Cuando las lunas se ocultaron
ese fue un año duro.
Mi corazón se halló escondido
tras de las ramas de los árboles
y las estrellas no pudieron
regalarle su luz a mis canciones.
Cuando las lunas se ocultaron
llenó la tierra una gran lluvia,
la tradición lo dice.
Muchas simientes se secaron
vinieron surcos como heridas
y no había sangre entre los ríos,
sangre que redimiera tanta muerte,
cuando la luna estuvo oculta.
Después de muchos soles
muchos vientos
descubrimos el aire de las fuentes
y en el camino se hizo luz.

Avisos del periódico

Crisis en los bursátiles
Adolescente ahorcado
Trenes descarrilados
Descubierto un cadáver en descomposición
Mujer que sufre asfixia
Dos niños se encontraron perdidos
Crece violencia conyugal
Crisis del ELN.

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Desde el café
la vida
transita en las esquinas.

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