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Cinco poemas de autores afrocolombianos

Para conmemorar el Día de la Afrocolombianidad traemos cinco poemas de escritores afro que han marcado la historia de Colombia con su palabra de lucha y resistencia.

poetas afro
Jorge Artel, María Elcina Valencia y Teresa Martínez de Varela.
Archivos Corpocurrulao y Biblioteca Nacional.

"Negra soy", de Mary Grueso


¿Por qué me dicen morena?
Si moreno no es color,
yo tengo una raza que es negra
y negra me hizo Dios.

Y otros arreglan el cuento
diciéndome de color
dizque pa’ endúlzame la cosa
y que no me ofenda yo.

Yo tengo mi raza pura
y de ella orgullosa estoy,
de mis ancestros africanos
y del sonar del tambó.
Yo vengo de una raza que tiene
una historia pa’ contá
que rompiendo sus cadenas
alcanzó la libertá.
A sangre y fuego rompieron,
las cadenas de opresión,
y ese yugo esclavista
que por siglos nos aplastó.

La sangre en mi cuerpo
se empieza a desbocá,
se me sube a la cabeza
y comienza a protestá.

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Yo soy negra como la noche,
como el carbón mineral,
como las entrañas de la tierra
y como el oscuro pedernal.

Así que no disimulen
llamándome de color,
diciéndome morena,
porque negra es que soy yo.

"Sotto Voce", de Candelario Obeso


Intacto el corazón, el alma pura
henchida de ternura
y de ilusiones cándidas repleta,
abandoné el hogar me lancé al mundo,
y niño pudibundo,
luché con sus injurias como atleta.

Lo recuerdo muy bien. Mi noble padre
y mi amorosa madre
sólo su santa bendición me dieron
entre llantos y congojas… De aquel día
mi infantil alegría
en tristeza los hados convirtieron.

El turbio Magdalena y majestuosoal impulso impetuoso
de rápido vapor subí afligido
viva la imagen del hogar ausente.
¡Ay! Cuán indiferente
lo he subido después y lo he bajado!

O mirara las fértiles riberas,
o las nubes ligeras
do el porvenir adivinar creía,
mi ardiente corazón enajenado,
dulcemente halagadopor sus sueños de gloria se sentía.

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Lo mismo sucedióme cuando ufano,
Mi bordón en la mano,
veloz la planta a Bogotá moviendo
crucé descalzo el desigual camino
que… me trazó el destino,
y ya por siempre repasar pretendo.

"Yo también cambio mi vida" (fragmento), de Teresa Martínez de Varela

Yo también cambio mi vida, hundida en tinieblas
por la luz de una estrella que cruza el vacío,
por una caricia que enjuague mi llanto,
por una receta que calme mi hastío.

La cambio y la rifo por el canto de un ave,
por marcial sinfonía de las épicas dianas,
por el vuelo de un cóndor el vaivén de una nave,
por la tierna mirada del ser que se ama.

La cambio y la cedo por la fe de un cariño,
por el dulce murmullo del mar y del viento,
por la ingenua sonrisa de un tímido niño,
por las ilusiones que tienen los cuentos.

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De veras la cambio por el llanto de cuerdas,
el ballet de la luna en las noches serenas,
por el hondo silencio que tiene la selva
el cristal de una fuente, el fulgor de una gema.

Por la danza y colores de una mariposa
perfume de rosas, de orquídea escondida,
por una limosna de paz generosa
una salve ortodoxa, yo cambio mi vida.

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"Negro soy", de Jorge Artel

Negro soy desde hace muchos siglos.
Poeta de mi raza, heredé su dolor.
Y la emoción que digo ha de ser pura
en el bronco son del grito
y el monorrítmico tambor.

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El hondo, estremecido acento
en que trizca la voz de los ancestros,
es mi voz.

La angustia humana que exalto
no es decorativa joya
para turistas.

¡Ya no canto un dolor de exportación!

"¿Esta es mi tierra?", de Elcina Valencia

He mirado el mar de mis costas
… detenidamente y repetidas veces;
He mirado las gaviotas
Que vuelan hacia lo alto
Desafiando los espacios
Diseñando con su vuelo
Remolinos de constancia.
He visto navegar los barcos
Libremente sobre el mar
Y al pescador… amigo de las redes,
Amigo del anzuelo,
Amigo del mar y de sus secretos.

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Nací y morí mil veces en estas tierras
Donde aún se ciernen las huellas
Del yugo esclavo;
Pero he vuelto a nacer,
Mas no he encontrado
El humo espeso de la esclavitud
Pero se destila la zozobra del egoísmo,
La lujuria y la codicia
De este mundo materialista
Que solo piensa en la maldad.

Entonces me pregunto:
¿Qué pasó con el mundo?
¿Qué pasó con las tierras?
¿Qué pasó con nuestros pueblos
que están perdiendo lo bueno?
Soy testigo del hombre
que escudriña el mar esperanzado;
del leñador sediento que trabaja
la montaña;
del sembrador que busca un sosiego
en el cultivo;
y del hombre aquel… aquel que se
obligó a robar por un pedazo de pan
para sus hijos.

He encontrado la miseria a cada paso;
el machismo que aventaja al mundo entero,
el libertinaje de aquella que alcanzó la liberación
y no la supo interpretar.

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