"Ruidosa", una exposición que atraviesa los sentidos

Hacia mediados del siglo XVII, cuando la ópera llegó a los teatros de Venecia, el canto de las mujeres adquirió un protagonismo inusitado, pues hasta entonces estaba prohibido en los escenarios públicos. Podríamos pensar que Ruidosa es un aria contemporánea de ópera en la que Adriana García nos recuerda la aparición de la prima donna veneciana en la vida pública. En este caso, ella performa el papel de una anti-diva que cuenta la historia de una voz que tiene una disputa con su propia voz mientras se inserta en un espacio que no le pertenecía.

Al inicio, la voz de la cantante aparenta ser ingenua y angelical e imita el sonido de un carro. Poco a poco, desde el fondo de la escena, se acercan a ella cuatro máquinas extrañas. A medida que pasan los minutos y se acorta la distancia entre todas ellas, se incrementa la intensidad del sonido de un motor y la voz va adquiriendo mayor potencia. Lo que al principio parecía un titubeo, una disputa entre un “sí” y un “no”, termina con una afirmación: esta voz es mía. En ese punto, la cantante ha logrado infiltrarse en un sistema en el que retumba su voz.

Video proyección bicanal de gran formato y sonido multicanal. La propuesta artística de la artista Adriana García Galán se trata de una composición de audio creada para la voz humana, que fue reproducida por cuatro vehículos con sistema de tuning y car audio incorporado que van moviéndose y emitiendo la composición mientras la dueña de la voz mira fijamente a la cámara y les responde.

La escena empieza en silencio. Los carros están parqueados al fondo del plano con los baúles abiertos dejando ver su sistema de sonido. En reversa se van acercando a la mujer mientras emiten voces que conversan entre ellas y a las que la mujer responde con su propia voz. Todo el sonido se mezcla con los motores de los vehículos acercándose a la cámara. En una segunda proyección sincronizada con el audio del video se proyectan líneas de colores coordinadas con el audio que emana de los carros y de la performer. Los espectadores estarán inmersos en los colores mientras observan y escuchan la pieza.

Del 16 al 22 de diciembre pueden visitar la exposición, en la sala E de la Cinemateca de Bogotá. La entrada es libre.