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Ramón Valdés, cien años del artista que le dio vida a Don Ramón

Se cumplen cien años del nacimiento de Ramón Valdés, el icónico actor y cómico mexicano recordado por su personaje como Don Ramón en ‘El chavo del 8’. Conozca detalles de la vida y trayectoria del artista.

Ramón Valdés, cien años del artista que le dio vida a Don Ramón
Antes de llegar a las pantallas, Ramón Valdés tuvo varios trabajos, fue conductor de buses, fabricante de muebles, entre otros.
Imagen: MUBI

‘Ro ro’, ‘monchito’ o ‘Ron Damón’, eran algunos de los sobrenombres con los que personajes como Doña Cleotilde o El chavo llamaban a Don Ramón, uno de los personajes cómicos más queridos del programa El chavo del 8 y de la televisión mexicana, que por generaciones ha acompañado a los latinoamericanos.

Detrás de las rabias, los coscorrones y los problemas de dinero de Don Ramón estaba Ramón Esteban Gómez Valdés y Castillo, conocido por el mundo como Ramón Valdés y apodado ‘moncho’ por su familia, en la que de un total de diez hermanos, cuatro de ellos se convirtieron en artistas destacados del cine mexicano. Nació el 2 de septiembre de 1924 en Ciudad de México, aunque desde niño, su familia se mudó a Ciudad Juárez, el lugar que lo acogió y lo vio brillar.

El mayor de los Valdés, Germán, recordado como ‘Tin Tan’ es uno de los referentes de la época de oro del cine mexicano y el encargado de llevar a sus hermanos a la pantalla, a Manuel, ‘el loco Valdés’; Antonio, ‘el ratón Valdés’ y Ramón, ‘monchito’, todos artistas, todos cómicos.

A Ramón, de oficios y trabajos varios, tantos como los que tuvo su personaje de la vecindad, fue Tin Tan quién lo acercó a las películas para solventar su situación económica, precaria por ese entonces. Participó en numerosas producciones durante los años cincuenta y sesenta, más de cincuenta películas, en la mayoría con roles secundarios donde Tin Tan era protagonista; El revoltoso (1951), El rey del barrio (1950), El capitán Mantarraya (1969) y ¡Ay amor... cómo me has puesto! (1951), por mencionar algunas.

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Ramón se hizo un nombre en la industria del cine de su país, independiente de su hermano Germán, participando así en otras producciones de comedia junto a Mario Moreno, ‘Cantinflas’, como Entrega inmediata (1963), El señor doctor (1965) y El profe (1971). También participó en películas protagonizadas por el cantante de la época Pedro Infante, entre ellas, La vida no vale nada (1955), El inocente (1956) y Escuela de vagabundos (1955).

Pero ninguna de estas películas marcó tanto la carrera de Valdés como el drama cómico El cuerpazo del delito (1970), pues fue allí donde se acercó a Roberto Gómez Bolaños, ‘Chespirito’, quien años más tarde lo llamaría para formar parte de El chavo del 8, y otros éxitos como Chespirito, El chapulín colorado y El chanfle.

Desde entonces, la cercanía y amistad entre los dos creció. Chespirito, pese a ser un productor, actor y guionista de programas de comedia, era conocido por ser de risa difícil e incluso en repetidas ocasiones confesó que era Ramón quien lograba hacerlo reír.

Así, con esta relación que solo se hacía más fuerte, el protagonista de El Chanfle lo convocó para hacer parte de la génesis de la vecindad, la serie Los supergenios de la mesa cuadrada, que había tenido sus primeros pinos en 1968 en un programa de fines de semana, donde Bolaños interpretaba al Doctor Chapatín; Ramón, al Ingeniebrio Ramón Valdés; María Antonieta de las Nieves, a Mococha Pechocha y Rubén Aguirre como el profesor Rubén Aguirre y Jirafales.

Después de la emisión de este programa, entre 1970 y 1973, llegó ese mismo año El Chavo del 8, la cúspide de la carrera de Ramón en la televisión, dándole vida a un personaje que se parecía tanto a él, que Chespirito no escribía demasiadas líneas para ese personaje, la dirección era “ser él mismo”.

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Durante una década hizo parte del proyecto de Bolaños, fue el padre de la Chilindrina, el amor eterno de la bruja del 71, el deudor, también eterno, de la renta que le cobraba el señor Barriga, el doliente de los golpes de doña Florinda y siempre hincha del Necaxa. También es recordado por ser Súper Sam, el rival del Chapulín Colorado.

En los ochenta, Valdés dejó el programa y a Chespirito, tomaron distancia, pero el respeto permaneció intacto, así como los derechos de Ramón sobre su personaje. Volvió momentáneamente para grabar algunos capítulos, pero finalmente se marchó e incursionó en un breve serie cómica, ¡Ah qué Kiko!, protagonizada por Carlos Villagrán.

Don Ramón era un fumador empedernido, Ramón también y en la línea difusa entre la ficción y la realidad, su hábito lo llevó a padecer cáncer de estómago, la causa de su muerte el 9 de agosto de 1988, con un su último “hasta lueguito, dijo Monchito”.

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