Recortable Nº1 de Nathalia Lasso y Rascar la herida de Carolina Arévalo son dos de las tres colecciones que ocupan el centro cultural Gabriel García Márquez y que conforman esta exposición en el marco de la nueva iniciativa de la Embajada colombiana para reivindicar la labor de las artistas del país latinoamericano en España.
En Recortable Nº1, Nathalia Lasso propone un viaje a la casa de sus abuelos, la de su infancia en Cali, que ha reconstruido en papel laminado sirviéndose de los datos de Google Maps y sus propios recuerdos.
Lasso, que llegó a España hace 18 años cuando ella tan solo contaba con 12, afirma en una entrevista que su obra explora esa emoción que invade a los adultos al "revisitar" lugares que marcaron su niñez, “la nostalgia de volver al lugar de raíz” siendo migrante.
La artista, que ya ha expuesto en Colombia, Estados Unidos, Emiratos Árabes, reconoce que aunque se adaptó rápido a vivir en España la "ruptura" con Colombia sigue formando parte de su arte e identidad, aunque se niega a ponerse en la posición de "víctima" ya que la experiencia de migrar "es muy común, y forma parte de la vida misma".
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'Rascar la herida' del abuso sexual
Igual de intimista es la propuesta de Arévalo con su pieza Rascar la herida en la que la artista protagoniza una "performance" en vídeo en la que escarba en pintura negra hasta vislumbrar un retrato suyo de niña.
Arévalo, nacida en Bogotá y residente en Valencia (este de España), sufrió abusos sexuales durante su infancia y expresa en su obra "esa reflexión sobre esas búsquedas que son necesarias, pero que siempre tiene un impacto cuando atraviesas eventos traumáticos".
Tal y como subraya en Rascar la herida, Arévalo recordó su experiencia como víctima de abuso años más tarde de haberla sufrido, en la cotidianidad de una conversación con su pareja, algo que pasa "frecuentemente" en víctimas de abuso sexual infantil.
"Hubo un caso muy sonado en Colombia y me preguntó que habría hecho yo si hubieran abusado de mí, eso me despertó todo", confiesa la artista, que comenta que tardó años en exponer su vivencia en su arte, pero que hacerlo le ha permitido convertirse "en la dueña de su propia historia".
La joven de Bogotá defiende que es importante contar historias de abuso sexual infantil desde el arte y desea "seguir dándole difusión" a su propia experiencia para "generar una conciencia" ya que "mucha gente lo ha sufrido" y "probablemente nunca hablen ni piensen en hacerlo".
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Al igual que Lasso, Arévalo afirma sentirse agradecida ante "esta oportunidad" que les permite exponer parte de su obra artística hasta el 1 de noviembre en la capital española.
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