Los galardones fueron otorgados este miércoles en Tokio en la XXXIII edición del premio y la primera ceremonia presencial celebrada desde 2019, a la que asistieron unas 200 personas, entre ellos el primer ministro nipón, Fumio Kishida, y la exsecretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton.
Los seis galardonados en las cinco categorías del premio recogieron la medalla de manos de Hanako, esposa del príncipe Hitachi, tercero en la línea sucesoria al trono de Japón y presidente de la Asociación Japonesa de las Artes.
Además de los dos citados creadores, fueron premiados el pintor y escultor italiano Giulio Paolini, el pianista y director de orquesta polaco Krystian Zimerman y los arquitectos japoneses Ryue Nishizawa y Kazuyo Sejima, que conforman el estudio SANAA.
Hillary Clinton, nombrada asesora internacional del premio, destacó en su discurso en la ceremonia el valor del arte "para hacer realidad la esperanza, los desafíos, el fracaso y la victoria comunes" en una era marcada "por el conflicto y la paz y por la recuperación de la pandemia".
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La Asociación Japonesa de las Artes entrega anualmente desde hace más de tres décadas los Praemium Imperiale, a partir de las recomendaciones de seis comités de nominación situados en Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Japón y Estados Unidos.
El galardón está dotado con 15 millones de yenes (102.200 euros/100.400 dólares) y fue creado en 1988 para conmemorar el centenario de la Asociación de las Artes de Japón y como reconocimiento a artistas de todo el mundo que hayan destacado por su contribución al desarrollo y promoción de la Cultura.
Estas medallas se entregan anualmente en cinco categorías, las de pintura, escultura, arquitectura, música y cine/artes escénicas.
Entre los artistas que han sido distinguidos anteriormente están la actriz italiana Sophia Loren (2010), la pintora japonesa Yayoi Kusama (2006) y los arquitectos brasileño y español Oscar Niemeyer (2004) y Rafael Moneo (2017).
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