Con motivo de la celebración de los 140 años del Museo de Antioquia, se inauguró una exposición en la Sala Mural que tiene como eje central "Escena con jinete", un mural de Fernando Botero creado en 1960 y que se había dado por perdido, luego de cambios de ciudad y la construcción de un pasaje comercial en Nueva York.
Bajo esa técnica, Botero pintó tres ejemplares al fresco y este es el único que se encuentra en Colombia, ahora como parte del catálogo del Museo. "Escena con jinete" hace parte de la exposición que se ha presentado como "una conversación sin fin que iluminará como un faro, el paso de una generación a otra”.
Botero ganó la convocatoria en 1959 para pintar la obra del hall del edificio donde se ubicaría el Banco Central Hipotecario en la calle Colombia en Medellín. Entre febrero y abril de 1960, cuando estaba cercano a cumplir 28 años, pintó el mural. De acuerdo con Comfama, “está inspirado en los cuentos antioqueños y en la infancia del pintor que, lejos de una mirada inocente propone un gesto misterioso que algunos estudiosos del arte han comparado con el Guernica de Pablo Picasso ”.
Tras la liquidación de la entidad a inicios de la década de 1990, el edificio fue acogido por una caja de compensación familiar hasta el 2014, cuando finalmente se convirtió en un paseo comercial. La obra perdió su espacio y reconocimiento, por lo que las entidades se propusieron desde el 2018, trasladarlo para su conservación. El mural es el ejemplar más grande que ha pintado el artista (2,55 por 9,07 metros) .
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Sin embargo, trasladar el mural era todo un reto, por su tamaño, razón por la que tuvo que ser divida en dos partes, de esta manera podría ser traslada del centro comercial. Cuando por fin se pudieron trasladar las piezas a las afueras del museo, las lazaron con una grúa de 30 toneladas para entrarlas por el segundo nivel del edificio, “hay que volver a constituirlo como pieza única y juntar las dos partes”, contó María del Rosario Escobar, directora del Museo de Antioquia, en entrevista con El Tiempo.
"Vamos a quitar con todo el cuidado y la rigurosidad operativa un pedacito de piel para que el corte sea perfecto y el mural pueda viajar hasta su nuevo cuerpo. Allí, adaptándolo al resto del legado del maestro, completará su sentido”, aseguró Estefanía González, responsable de Bibliotecas y Centros Culturales de Comfama. Esta obra se suma a 188 obras más de botero, entre ellas las esculturas donadas por él mismo al museo. “Es la forma en la que el museo le da las gracias al maestro Botero, lo vincula y le dice que lo mantenemos presente”, afirmó Escobar.