El galardón, concedido por Ministerio español de Cultura, está dotado con 100.000 euros, y reconoce cada año la obra de un artista iberoamericano en el ámbito de las artes plásticas.
El jurado motiva su fallo en el "amplio y sostenido trabajo artístico experimental, hasta fechas recientes poco reconocido" de Cerrato. Y es que la artista -nacida en Italia en 1930-, tuvo su primera exposición antológica el año pasado en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, con 91 años.
La artista experimental, de pensamiento complejo y lúcido, comenzó estudiando bioquímica. Desde muy pequeña se preguntaba "sobre el misterio de la vida" y quería respuestas, pero pronto se dio cuenta de que allí "no iba a recibirlas" y cambió la ciencia, primero por el dibujo y luego por la pintura, explica en una entrevista con EFE.
"Siempre he tenido cierta facilidad, empatía, con las artes visuales, sobre todo con la pintura. Soy bastante antigua", dice irónicamente. Para leer: Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá dentro de los mejores museos universitarios del mundo
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Esos primeros años, sus obras reflejan su interés por la ciencia con figuras orgánicas, pero también reflejan sus estudios místicos en la "Escuela del Cuarto Camino" de George Gurdjieff, o sus investigaciones geométricas, que dan lugar a obras más informalistas y abstractas.
En la obra de Cerrato se cruzan "territorios aparentemente inconexos", según el fallo jurado: la búsqueda espiritual, el esoterismo, la política y una llamada de atención sobre la fragilidad de la democracia latinoamericana.
Y es que la vida de la artista es también un reflejo de la convulsa historia de América Latina: de Argentina se marchó a Venezuela en los años sesenta debido a la dictadura militar.
Tras esta etapa, su trabajo, siempre pintura o dibujo, llama la atención sobre las amenazas que se ciernen sobre la democracia argentina, enmarcada en una larga crisis económica política y social. Su trabajo refleja las tensiones de la región y se convierte en testimonio de la historia del Cono Sur.
Es cuando comienzan a aparecer en sus obras los mapas que retratan países y territorios del continente americano, acompañados por sus habitantes y las tensiones de la región. Podría interesarle: Pilar Cabrera Fonte recibe en México el Premio Juan Rulfo por "Camelia 12"
La única constante en su valioso legado que ha desarrollado a lo largo de seis décadas es la memoria, individual y colectiva, un tema en el que América Latina y España, dice, cuentan con "muchas similitudes".
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La memoria aparece en el trabajo de la artista desde distintas ópticas, bien sea la necesidad de "conservarla" en épocas de conflictos ideológicos, como la de retratar lo que ha desaparecido pero permanece en el tiempo "como si fueran sombras".
En la actualidad, trabaja junto a su hijo Luciano Zubillaga en el proyecto audiovisual "Family Reunion", que se presentará en el Museo de Arte Moderno de Shanghái y para el que está empleando imágenes de su propia familia. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.