La película narra la dolorosa historia real de Emmett Till, asesinado a los 14 años, y las consecuencias del crimen a través de los ojos de su madre, Mamie, quien se transforma en una activista aguerrida que ayudará a inspirar el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos.
En el verano de 1955, Till estaba visitando a sus familiares en la zona rural de Misisipi, en el sur de Estados Unidos, cuando fue secuestrado, golpeado y baleado por vigilantes racistas luego de acusarlo de coquetear con una mujer blanca en un supermercado.
Si bien la producción muestra el momento en que el adolescente es llevado a punta de pistola de la casa de sus tíos, los espectadores no verán al joven siendo golpeado o asesinado. Una breve toma externa de la escena del crimen, y un llanto apenas audible, transmiten el cruento ataque.
En una rueda de prensa, al ser consultada sobre si buscaba evitar contribuir a la "explotación" de la violencia contra afroestadounidenses en Hollywood, su directora, Chinonye Chukwu, dijo que ella "no estaba interesada en mostrar la violencia física propinada a los cuerpos negros".
Vea aquí el tráiler de "Till" (2022)
Publicidad
"Como una persona negra, no quise filmarlo ni verlo. No quise someter a los espectadores a esto o traumatizarme de nuevo", comentó. "Simplemente no lo necesitamos".
La madre de Till estaba a cientos de kilómetros de distancia, en su hogar en Chicago, cuando su hijo fue asesinado, y Chukwu decidió contar la historia desde su punto de vista.
"Sabía que haciendo eso eliminaba la necesidad de mostrar la violencia física infligida contra los cuerpos negros, porque eso no era parte de la historia que yo quería contar", dijo.
"El acto de resistencia está en dónde enfoca la cámara", añadió durante el estreno mundial de la película en Nueva York a comienzos de mes.
Confrontar a la nación
Hollywood ha sido acusado de explotar el trauma negro con fines de lucro, como ocurrió en la controversia alrededor de la violenta película de Quentin Tarantino sobre esclavitud "Django desencadenado".
En una columna publicada en 2019 en Hollywood Reporter, Kareem Abdul-Jabbar afirmó que una serie de películas que mostraban la violencia contra los negros, como "12 años de esclavitud" o "Harriet", podían correr el riesgo de "definir la participación de los afroestadounidenses en la historia estadounidense principalmente como víctimas". Para leer: Sixto Rodriguez: el héroe desconocido del Apartheid
Publicidad
Aunque no muestra el asesinato, "Till" sí presenta el cuerpo de Emmett hinchado y mutilado en un féretro abierto.
Chukwu dijo que ella tomó el ejemplo de la propia Mamie, quien insistió en que el cuerpo de su hijo fuera mostrado al público para confrontar a la nación con el verdadero horror del linchamiento. Más tarde, Jesse Jackson llegaría a referirse a la muerte de Till como el "big bang" del movimiento de derechos civiles.
"Era crucial, sabía que quería hacerlo con moderación pero con eficacia", dijo Chukwu.
La directora también le advirtió a su equipo que habría pocas oportunidades de filmar escenas duras, incluyendo el momento en el cual Mamie, interpretada por Danielle Deadwyler, identifica el cadáver de su hijo.
Publicidad
"Le dije al equipo: 'Escuchen, tenemos dos tomas, ¿ok? Eso es todo, traten de hacerlas lo más perfectas posible, pero lo que sea que logremos es lo que tendremos, porque no voy a poner a Danielle a pasar esa experiencia más de dos veces'", explicó.
La película contrató a un terapeuta que estaba en el set a diario disponible para el elenco y el equipo. Para leer: Turbantes: un tejido de dignidad y herencia
Hito "agridulce"
El estreno de la película ocurre tras la promulgación en marzo de la Ley contra el Linchamiento Emmett Till, que finalmente convirtió el linchamiento en un delito federal de odio, más de 65 años después del asesinato del joven de quien toma su nombre.
Los asesinos de Till fueron declarados no culpables por un jurado blanco y vivieron toda su vida libres, a pesar de confesar el crimen en un artículo de una revista en 1956.
Publicidad
Keith Beauchamp, el escritor de "Till", que estuvo presente en la promulgación de la ley, le dijo a la AFP que fue un hito "agridulce".
"Agridulce porque tomó casi cien años y doscientos intentos que finalmente hubiera una ley de crimen federal de odio que penalice los linchamientos en Estados Unidos, algo que todos sabíamos que estaba mal", dijo.
"Por otro lado fue una victoria, pero fue agridulce también porque estamos aún luchando por justicia para Emmett Till". Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.