En un comunicado difundido por el grupo activista, señalan que con su acción "plantean a la sociedad la misma pregunta que dos valientes jóvenes mujeres hicieron en la Galería Nacional de Londres con sopa de tomate hace una semana: ¿Qué vale más, el arte o la vida?"."Cada vez más personas se niegan a aceptar en silencio la progresiva destrucción y puesta en peligro de la vida humana en nuestro planeta", afirman los activistas.El cuadro no sufrió daños durante la acción, "todo lo contrario del inconmensurable sufrimiento que las inundaciones, las tormentas y las sequías ya nos traen hoy como presagio de la inminente catástrofe", agregan.La portavoz del museo, Carolin Stranz, confirmó en declaraciones a la cadena regional rbb que dos activistas habían lanzado puré de patatas contra el cuadro de Monet y que la pintura no había resultado afectada.Por su parte, un portavoz de la policía señaló que a continuación las dos activistas se pegaron a una pared de la sala de exposiciones, aunque fueron "despegadas" y detenidas temporalmente.Se les ha abierto una investigación por daños a la propiedad y allanamiento de morada.El cuadro, protegido por un cristal, data de 1890 y pasó a la colección Hasso Plattner del Museo Barberini en 2019 tras ser adquirido por 110,7 millones de dólares en una subasta de Sotheby's. Puede interesarle: Dos activistas ecologistas se pegan a un cuadro de la National Gallery de Londres"Se me paró el corazón cuando me enteré de la acción", dijo la portavoz del museo, quien precisó que se trata del cuadro de Monet más caro jamás vendido.La sala quedó cerrada y un experto está examinando la obra de arte para detectar posibles daños.Ya la semana pasada, miembros de la organización "Just Stop Oi" vertieron sopa de tomate sobre el cuadro "Girasoles" de Van Gogh en el Museo de la Galería Nacional de Londres.La acción de hoy fue recibida con incomprensión por parte de representantes de la política regional."Esto es barbarie cultural y no una declaración política. Estáis perjudicando vuestra causa", escribió en Twitter el alcalde de Potsdam, el socialdemócrata Mike Schubert.La ministra de Medio Ambiente del estado federado de Brandeburgo, la verde Ursula Nonnemacher, afirmó en Twitter que "la lucha contra la crisis climática no se ve fortalecido con ataques a cuadros famosos" y agregó que al contrario, lo que hace falta es un "amplio consenso social".La ministra regional de Cultura, la socialdemócrata Manja Schüle, señaló en la misma red social que con su acción las activistas "hacen un flaco favor" a la "gigantesca tarea de la protección del clima" y "destruyen deliberadamente" tesoros culturales". No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Fernando Botero es reconocido a nivel mundial por su "boterismo" hace un retrato de cómo el pintor veía a Colombia. La religión, los militares, el Estado configuran el entramado nacional. La relación entre la pintura y Botero es indisoluble en el país, realizó dos donaciones a Colombia, una ubicada en el Museo Nacional de Bogotá, sobre la cual el crítico Italiano Vittorio Sgarvi escribió en 1991 "El mejor modo para entender a Botero es ver el Museo Nacional de Bogotá". Y, la segunda, al Museo del Banco de la República que incluye obras de la historia del arte universal con presencia de Pablo Picasso, Joan Miró, Salvador Dalí, Francis Bacon, entre otros. Los Obispos Muertos, de 1958Óleo sobre lienzoLa religión junto a los militares y el Estado son elementos que constituyen la vida nacional, tema esencial en las obras del pintor. Los obispos son presentados por Botero de múltiples maneras, elevados viajando por los aires y llevados por los demonios (1960); expulsando demonios (1960); caminando perdidos entre selvas y en las calles (1980) o formando pilares de muertos, como en “Los Obipos Muertos”. “Yo no tengo nada contra los obispos, como algunos creen [...] Lo que pasa es que es un tema fabuloso y uno de los que sigue intacto desde el Renacimiento”. Indicó Marta Traba que respondió Botero en una entrevista, a la pregunta sobre la presencia de los obispos en su obra.La Monalisa de 12 años, de 1958. Óleo sobre lienzo 183 por 166 centímetrosEsta pintura fue adquirida en 1961 por el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Actualmente está ubicada en el Museo de Botero, en Bogotá. Sin duda, aquí, se insinua el estilo del pintor. Su título, remite a la pintura de Da Vinci, en la Monalisa de 12 años, se encuentran convergencias con la obra de Da Vinci: la nariz estrecha, la expresión enigmática de la Gioconda, junto a la posición de las manos y el vestido. Las montañas y los volcanes situan a la Monalisa de 12 años en una geografía colombiana.Lección de Guitarra de Fernando Botero 1960Óleo sobre lienzo 92 x 248,7 centímetros.Esta pintura fue seleccionada como parte de la exposición virtual de Google Arts & Culture. En la actualidad, está alojada en el Museo Nacional de Colombia, Bogotá, fue una donación del propio pintor. Las pinturas de la primera parte de la decada de los 60 dan cuenta de la exploración, la búsqueda y la reflexión sobre la pintura, el color y el volumen, “… en Lección de guitarra el volumen de los objetos se expande en la superficie del lienzo como si estuviera pintado con pasteles o acuarelas.” Descripción de la pintura de Google Arts & Culture. Botero estaba influenciado por Paul Gauguin, sin embargo, veinte años más tarde, presentaría su estilo característico.La Mona Lisa Niña 1961Óleo sobre lienzo de 126 por 130 centímetros.Fue una de las primeras obras en llegar al Museo de Antioquia. El título hace referencia a la pintura más famosa de renacentista Leonardo Da Vinci. A diferencia de la pintura de Da Vinci, que el movimiento visual parte del primer plano del rostro hasta la profundidad de las montañas, en el caso de Botero, este crea una esfera gigantesca que parece salirse del recuadro hasta ocupar nuestro espacio.20 de Julio 1984Óleo sobre lienzo de 214,2 x 167,5 centímetros“En 20 de julio, cada objeto está definido de forma rotunda con su color propio” así abre Google, Arts & Culture, está pintura en su exposición virtual. Es una donación el artista y está alojada en el Museo Nacional de Colombia, Bogotá. Una escena colombiana en un paisaje colombiano, en un día colombiano, el 20 de julio, día de la Independencia.No olvide sintonizar la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar
El Museo Van Gogh concluye la celebración de su aniversario con una exposición sobre un grupo de cinco pintores que coincidieron en París en los años 80 del siglo XIX y que se inspiraron en la vida que transcurre por un mismo paisaje: los alrededores de Asnières, un suburbio al noroeste de París ahora llamado Asnières-sur-Seine, y por el que pasa el río Sena.La exposición, abierta hasta el 14 de enero, muestra 75 obras de los neoimpresionistas franceses Paul Signac, Georges Seurat, Emile Bernard y Charles Angrand, quienes vivían en París cuando Van Gogh (1853-1890) aterrizó en la ciudad para estar con su hermano Theo, quién ya vivía en la capital francesa junto a su pareja, Johanna van Gogh-Bonger.Bregje Gerritse, investigadora en el museo neerlandés, subraya que “estos cinco nunca se vieron a sí mismos como grupo, pero estaban unidos en la elección del lugar y en la búsqueda del arte moderno, de estilos y técnicas pictóricas modernas”.Los cinco no trabajaron nunca juntos, aunque sí se llegaron a conocer entre sí y compartían cosas en común y eso es visible en esta exposición, como la obvia necesidad de innovar en sus obras, romper con la tradición y experimentar con nuevos métodos y combinaciones de colores atrevidos.El ambiente en las salas del museo destaca por las rayas y puntos de colores vivos que utilizaron los cinco pintores para representar paisajes impresionantes de la vida francesa de la época, desde una mujer paseando con su perro por la orilla del río, puentes sobre el Sena, o los cambios que supuso la llegada de la industria, los nuevos bulevares y los ferrocarriles.Muchas pinturas de la exposición pertenecen a colecciones privadas y no se han visto en público desde hace mucho tiempo, como es el caso de una serie de trípticos impresionantes que Van Gogh realizó en tres lugares diferentes de este suburbio: tres cuadros de la isla de Grande Jatte, tres en Clichy y tres en Asnières.La pinacoteca neerlandesa ha logrado reunir siete de estas obras donde se ve cómo el pintor experimenta con motivos, colores y pinceles.El artista neerlandés pintó los trípticos en un solo lienzo largo, que luego dividió una vez terminada la obra, según muestran los visibles marcos rojos con los que dividió las zonas.Van Gogh vivía en Montmartre, a unos cinco kilómetros del suburbio que representó en 40 de sus obras, donde reflejó el desorden y el contraste entre la élite de un lado, con sus chaléts, clubes de élite y restaurantes lujosos; y el otro lado del Sena, Clichy, que acogía las fábricas con sus nubes de humo; o la isla La Grande Jatte, donde la gente caminaba disfrutando del río, los puentes y el césped.Una de las pinturas que mejor refleja esta realidad es “El Sena en el amanecer” (1889), resultado de las pinceladas de Angrand, el menos conocido de los cinco artistas, pero un maestro en el puntillismo que pinta los colores de una manera prácticamente científica y difícil de distinguir.De Van Gogh se exhiben 23 obras, incluida "Orilla del Sena con barca" (1887), que se puede ver ahora en público por primera vez desde 1984. Forma parte de una colección privada y nunca se había expuesto en Países Bajos.Esos años 80 fueron muy intensos y peculiares para estos cinco artistas a orillas del Sena, coincidiendo en una búsqueda en la que se encontraron en la elección del paisaje. Gerritse explica que, con el cambio de década, el período en el que trabajaron en Asnières había terminado.“En 1891, Van Gogh y Seurat ya han muerto. Angrand siguió su camino. Signac empezó a pintar en el sur de Francia y Bernard finalmente se mudó a El Cairo. Todos se dispersaron”, señaló.Esta exposición es la primera que presenta a los cinco artistas como un grupo, aunque la historia del arte no los considera como tal. Van Gogh vivió sólo dos años -entre 1886 y 1888- en París y dedicó tres meses a pintar en Asnières, a donde acudía a pie todos los días, cargando todo su material y buscando encontrarse a sí mismo a orillas del Sena.No olvide sintonizar la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar
Nacido el 25 de octubre de 1881, al final de su vida había realizado cerca de 1.885 pinturas, 7.089 dibujos, 342 tapices, 30.000 grabados y litografías, 150 cuadernos de bocetos, 1.228 esculturas y 2.880 cerámicas, además de haber explorado el teatro y la literatura.El malagueño, cuyo nombre completo era Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno María de los Remedios Cipriano de la Santísima Trinidad Ruiz y Picasso, inició su exploración y reconocimiento como artista a los 9 años, cuando pintó, guiado por su padre, un picador amarillo tras asistir a una corrida de toros, pasión que lo acompañó durante toda su vida. Lea también: Los misterios del ‘Salvator Mundi’Picasso, como abrevió su nombre en la firma de sus cuadros –historia que merece una nota aparte–, pasó la mayor parte de su vida en Francia, donde aguantó penurias en sus primeros años, para finalmente explotar su potencial a través de su pincel y su capacidad de innovación, pues fue un adelantado para sus contemporáneos, reconocido como padre de diferentes corrientes pictóricas.“El principal enemigo de la creatividad es el buen gusto”, decía el español, cuyo trabajo fue clasificado por catedráticos y estudiosos en varios periodos (azul, rosa, negro y Vallauris) y corrientes (cubismo, clasicismo, surrealismo y expresionismo), como queriendo aprisionar en categorías el estilo de un genio que siempre buscó la libertad.Para resumir su trayectoria, motivaciones e influencias, repasamos cinco obras imprescindibles de Picasso y un video documental asombroso que lo muestra en pleno proceso de creación:Estudio académico (1896)Picasso tenía tan solo 15 años de edad cuando pintó sus primeros grandes lienzos. Este cuadro, un desnudo en óleo, lo realizó como parte de sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona.Un mito cuenta que, años antes, tras reconocer el extraordinario talento del niño, su padre, José Ruiz Blasco, le entregó sus pinceles y su paleta, y prometió no volver a pintar en su vida. “En el arte hay que matar al padre”, es una de las más célebres citas de Picasso.La primera comunión (1896)En el final de su denominada ‘etapa de aprendizaje’ Picasso pintó La primera comunión, una de sus obras más estudiadas, junto a la famosa Ciencia y Caridad. A partir de allí, Picasso se alejó de este estilo para explorar otras maneras de pintar y entender el arte. Lea además: Picasso y Rodín: un diálogo entre los artistasLa vida (1903)El periodo azul de Picasso se extendió entre 1901 y 1904. Este es uno de sus cuadros más emblemáticos, pues retrata, cargado de compleja simbología, a una pareja mirando desoladamente a una madre y su hijo. Una de las interpretaciones más extendidas habla de la contraposición del amor carnal y el maternal, y el paso de uno a otro a través del sexo.Con su periodo azul Picasso hizo su primera revolución en el arte. Las obras, llenas de tristeza y melancolía, reflejaban los sentimientos del artista, quien en 1901 sufrió como un balazo el suicidio de su amigo íntimo Carles Casagemas, un personaje tan enigmático como las pinturas que inspiró en su colega.Las señoritas de Avignon (1907)Hoy en día expuesto en el MoMA de Nueva York, Las señoritas de Avignon es uno de los cuadros más famosos de Picasso y para muchos la obra más controvertida, influyente y compleja de la historia del arte.Picasso pintó aquí a cinco prostitutas de la calle de Avinyó, Barcelona, al estilo cubista, movimiento artístico que, de hecho, se inició a causa de la conmoción que provocó esta obra.El artista tuvo principalmente tres influencias para el cuadro:1-Las pinturas del postimpresionista francés Paul Cezánne, en especial sus bañistas y el tratamiento inédito que dio a los desnudos en paisajes.2-La pintura Visión del Apocalipsis, del Greco, que Picasso conoció invitado por su amigo, también pintor, Ignacio Zuloaga. La influencia de esta obra es de tal magnitud que las poses de Las señoritas son una cita literal de la parte central del cuadro del Greco.3-Máscaras africanas de una exposición de arte primitivo que Picasso visitó en el Museo del Trocadero en París ese mismo año.Guernica (1937)En diversos análisis y críticas artísticas, expertos señalan que en su Guernica Picasso plasmó “la esencia misma del siglo XX y sus horrores”.Aunque no lo presenció, el artista se sintió profundamente conmovido al enterarse del bombardeo que la Legión Cóndor nazi y la Aviación Legionaria italiana perpetraron durante horas contra la población civil en el indefenso pueblo de Guernica, País Vasco, el 26 de abril de 1937, en apoyo a Francisco Franco durante la guerra civil española.Picasso quiso documentar el hecho y pintó la obra para el pabellón de la República Española en la Exposición Internacional de París, apenas meses después del ataque.Se dice que pintó la Guernica en blanco y negro evocando deliberadamente fotografías de los periódicos de la época para dar una mayor sensación de realidad documental.El misterio de Picasso (1956)El cineasta francés Henri-Georges Clouzot filmó en 1956 Le Mystère Picasso (El misterio de Picasso), película en que documenta al artista en su estudio en pleno proceso de creación.Picasso pinta casi directamente sobre la pantalla y sus trazos aparecen ante los ojos del espectador. En tiempo real asistimos a la creación de 18 obras que al final son destruidas, llevando a que las pinturas solo existan en el negativo de la cinta. Le interesaría leer: Taxi Driver: 45 años de la obra cumbre de Scorsese
La obra "Madonna with Child", del pintor italiano Alessandro Turchi (Verona, 1578 – Roma, 1649), fue preparada en la víspera para su envío a Polonia tras ser devuelta en una ceremonia institucional celebrada en la embajada polaca en Tokio.La pintura ha sido devuelta gratuitamente por la casa de subastas japonesa Mainichi Auction, que tenía previsto ponerla a la venta hasta que en enero del año pasado fuentes diplomáticas se pusieron en contacto con ellos, explicó a EFE una portavoz de la empresa.El cuadro, de 106,7 centímetros de alto por 89,8 de ancho, se encontraba en el palacio de la familia Lubomirski, en el pueblo polaco de Przeworsk, cuando ocurrió la ocupación alemana, según documentos oficiales en poder del Gobierno polaco.Se cree que el cuadro podría haber sido adquirido por el noble, político, escritor y coleccionista de arte Stanisław Kostka Potocki durante uno de sus numerosos viajes a Italia a finales del siglo XVIII, y formaba parte de una extensa colección del patrimonio del palacio, que incluía óleos, grabados, esculturas o armas antiguas.La pintura fue trasladada a Alemania durante el nazismo, donde se le perdió la pista. A finales de la década de 1990 fue vendida en una subasta en Nueva York y se desconoce cómo acabó en Japón.Un funcionario del Ministerio de Cultura y Patrimonio Cultural de Polonia descubrió a principios de 2022 que la obra iba a ser subastada en Tokio y se puso en marcha la maquinaria para recuperarla, ralentizada por las restricciones fronterizas que el país asiático aún mantenía por la pandemia de covid-19.Es la primera obra saqueada durante el último conflicto mundial que se encuentra en esta zona del mundo, según el Gobierno polaco. Se cree que la Alemania nazi saqueó más de 500.000 obras de arte en países de la región europea."Madonna with Child" era una de las obras que figuraban en la lista elaborada en 1940 por el historiador de arte austriaco y oficial de las SS Kajetan Mühlmann, "uno de los mayores criminales contra la cultura polaca", como lo califica Varsovia.En dicho inventario figuraban 521 obras, entre ellas "La dama del armiño", de Leonardo da Vinci; "Paisaje con el buen samaritano", de Rembrandt; o "Retrato de joven", de Rafael.Con la de esta Madonna son ya 600 las obras exitosamente repatriadas a Polonia, aunque aún quedan más de 66.000 perdidas a raíz de aquella guerra, según datos oficiales.El embajador polaco en Japón, Paweł Milewski, ha calificado la devolución como una muestra de la amistad entre ambos países.Las autoridades polacas tienen previsto exhibir la obra en Varsovia y quizá en el museo local de Przeworsk, y han señalado que su idea es entregar el cuadro a un museo de los Lubomirski que se encuentra actualmente en construcción en Breslavia. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Pintura abstracta es un término que llevamos más de cien años intentando definir y no existe consenso", explica el comisario Gary Garrels a AFP el jueves, en la presentación de la muestra que hasta el 25 de agosto monopolizará los dos locales que la galería tiene en el barrio londinense de Mayfair."Para mí, es una pintura que mantiene una conversación interna, en la que los componentes de la propia pintura -el color, la superficie, la textura, el tamaño, los materiales- son los elementos primarios, que no se refiere a algo externo de algún modo descriptivo", agrega.Tras año y medio visitando estudios de artistas de "tres generaciones", reunió 41 cuadros recientes, algunos de ellos concebidos expresamente para la exposición. Representan a 41 pintores vivos -algunos superfamosos, otros prácticamente desconocidos- con el objetivo de examinar el estado de salud de un arte que a veces se ha tildado de moribundo.¿Su diagnóstico? "Lejos de estar muerto, está muy vivo", afirma. "Tenemos al menos otro siglo por delante", agrega, asegurando que la pintura abstracta prospera gracias a su "increíble variedad, riqueza y diversidad" de estilos.Para demostrarlo, la muestra comienza con la oposición entre obras de dos pintoras europeas de la misma edad que no pueden ser más diferentes: la gran y caótica "It's not yesterday anymore" (2022) de la británica Cecily Brown, con su explosión de ásperos trazos y colores, y la pequeña y precisa "Emko" (2023), ejemplo de la suave geometría gráfica monocromática de la alemana Tomma Abts. Cada cuadro se expone solo, sobre una gran pared blanca, para resaltar la individualidad de los artistas."Perseguir su propia visión"Las salas se organizan por afinidades entre pintores, ya sean temporales, geográficas o estilísticas. El abigarrado cuadro "Abstraktes Bild" (2017) de Richter, dialoga en una de ellas con el minimalista "Rivers" (2020-21) del pintor norteamericano Brice Marden. Pero también con la fluidez orgánica de "Rainbow Waterfall #6" (2022) de la estadounidense Pat Steir.Son representantes de una generación que emprendió la pintura abstracta en los años 1960, "pero han seguido produciendo grandes obras", subraya Garrels. En el extremo opuesto de la exposición, Murillo presenta "manifestation" (2020-22), mezcla de pintura al óleo convencional, barra de aceite, grafito y espray sobre lienzo y lino.El dramatismo de sus gruesos trazos oscuros contrasta con la ligereza y luminosidad de "Untitled" (2022) del joven estadounidense Ryan Sullivan. Sin embargo, su combinación de resina de unretano moldeada, fibra de vidrio y epoxi hace que ambos compartan un juego de texturas sin restricciones. En una modalidad artística en la que "no existen movimientos", cada artista crea su estilo, "persigue su propia visión", subraya Garrels.Mientras para algunos todo está en el gesto y la expresividad del trazo, otros se focalizan en un arte "tranquilo" basado en superficies puras, casi homogéneas, con escasos matices tonales. Muchos de estos artistas tienen relaciones de amistad que, afirma el comisario, se plasman en el diálogo que mantienen sus trabajos.Es el caso, por ejemplo, de la estadounidense Jacqueline Humphries y la alemana afincada en Estados Unidos Charline von Heyl, que comparten el gusto por una pintura indirecta, realizadas por mediación con pantallas u otros utensilios, que les da un carácter elusivo y difícil de aprehender.La muestra reúne exclusivamente a artistas alemanes, estadounidenses y británicos. Pese a haber nacido en La Paila y tener doble nacionalidad colombiana/británica, Murillo, que vive en Londres, creció y se formó en el Reino Unido, adonde emigró con su familia siendo niño.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La también ceramista, grabadora, decoradora, litógrafa y poeta, nacida en Remedios (centro) en 1954, asegura en una entrevista con EFE en su taller de La Habana que, tras la concesión del premio, seguirá dando rienda a su trabajo, que ha roto esquemas en las artes visuales cubanas y exaltado la figura femenina.Aunque ha logrado el galardón después de estar propuesta durante más de quince años, asegura que fue "una sorpresa agradable en todos los sentidos"."A nosotras en Cuba nos consideran como artistas a la par de los hombres, pero siempre hay su cosa", señala. Aprecia, sin embargo, que en los dos últimos años "se rompió el mito de la mujer" -en 2022 el premio lo obtuvo la pintora Flora Fong- y cree que ahora "ya realmente tocaba". Dueña de un carisma desbordante, la versátil creadora, en medio de la vorágine de las felicitaciones, avanza sus próximos proyectos.Nuevas exposiciones"Cuando ganas el premio, debes hacer una exposición en el Museo de Bellas Artes", la Meca, donde un artista puede mostrar su obra en Cuba, explica.Del Río planea una muestra "grande" y, aunque hará piezas para la ocasión, también prevé incorporar 'collages' en los que ha trabajado con fotos de bailarines de la compañía Acosta Danza.En el caballete instalado en el recibidor de su casa-taller reposa un cuadro en tela -centrado por la figura de una mujer vestida con una falda de colores vibrantes, en la que la artista remarca cada pliegue con preciso pincel en negro óleo.Esa pieza es parte de otra nueva serie que, según revela, piensa exponerla en los salones del Teatro Nacional de La Habana con motivo del 45 aniversario de la fundación de ese centro cultural. Además tiene en proyecto una muestra personal con obras recientes dedicada a su provincia natal, Villa Clara.Inspiración, temas y referentes"Trabajo un poco todos los días por disciplina y, como decía Picasso, que la inspiración me llegue trabajando. Y cuando menos lo espero aparece un tema nuevo", revela la artista, que se describe como 'multifacética' y 'surrealista'.Cuenta que tiempo atrás se refugiaba en la noche para trabajar, pero que en la actualidad es el día su mejor aliado: "Porque tengo más luz, aunque la madrugada es muy mágica".En su obra, el óleo o el acrílico sobre tela, las técnicas mixtas, los formatos grandes y pequeños, el carboncillo, las mezclas de colores y el contrate del blanco y el negro, y juegan un rol los símbolos, la figura humana, el erotismo, la naturaleza, las tradiciones y la espiritualidad. "Creo que todo eso va unido, junto conmigo, a medida que voy viviendo y sintiendo cosas diferentes", apunta.En cuanto a sus artistas preferidos, cita a Miguel Ángel y Matisse: "Siempre me han gustado mucho y me han servido de referencia, lo mismo que el ballet, la literatura, la arquitectura y la música, porque para mí todo el arte es referencia".La crisis y el arteLa profunda crisis económica que vive Cuba en los últimos tres años no le es ajena. "Todo hay que traerlo del extranjero. Aquí no hay una tienda de materiales para artes plásticas. En un tiempo la hubo, pero hace muchos años que no hay una tienda en la que puedas ir a comprarlos", expone.La solución que ha encontrado es "viajar a buscarlos o encargar a alguien" que los consiga. "Y son caros", advierte."No es un buen momento porque hay una guerra en el mundo, la gente está ocupada en llenar sus necesidades más elementales; pero yo siempre vendo, siempre tengo gente interesada, lo mismo en el extranjero que aquí, en Cuba", comenta.Señala que quienes van en busca de sus obras lo que más demandan es la presencia de "la mujer pájaro", su personaje con cabeza y alas de ave, que ha marcado sus series y también replica en sus diseños de textiles, esculturas y joyas.No encasillableDel Río no sólo es pintora. Otras expresiones artísticas han acaparado su atención, especialmente la escultura y la cerámica. Su exposición personal más reciente en el extranjero, el pasado verano en Madrid, reunió 17 esculturas."Igualmente es autora de libros de poesía, como 'La resina ámbar', 'Caleidoscopio', 'Palabras sin fronteras' y la antología 'El aliento de la yerba', además de haber grabado algún disco de canciones cubanas. Ha sido premiada en Egipto y Japón, y sus obras integran colecciones privadas y estatales de Cuba y el extranjero.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En una entrevista con EFE en 2022, Torras, que entonces vivía con su mujer, María Jesús, fallecida el año pasado, contaba que cada día se levantaba muy temprano para ponerse delante de un caballete sin necesidad de encontrar una motivación especial para continuar pintando."El afán de superación. No se queda uno parado. Hay que mejorar, siempre hay que mejorar. Eso es suficiente para pintar", afirmó entonces el pintor centenario en una conversación que se produjo en el centro de un estudio donde se amontonaban los óleos, los caballetes y los pigmentos que utilizaba.Aseguraba que "siempre quieres mejorar" y concluía que la pintura era su "vida".Los temas principales de la pintura de Torras fueron figuras humanas estáticas, paisajes, bodegones y naturalezas muertas, y buena parte de su obra está en la Casa das Artes de Vigo, donde se encuentra la Colección Torras, pero también hay obra suya en otros museos españoles, entre ellos el Reina Sofía de Madrid.El pintor fallecido fue seguidor de artistas como Piero della Francesca, del que admiraba la luminosidad que conseguía en sus frescos, o de El Greco y Leonardo da Vinci, "superpintores" para él.Torres tenía una persistente sordera que le acompañaba desde la Guerra Civil española (1936-1939). "Me pegaron un balazo ahí y me 'escarallaron (estropearon)'", relató.De su legado se preocupaba poco y de cómo se le vaya a recordar, todavía menos: "Cuando me muera se acabó ¿no? No tengo afán. A burro muerto, cebada al rabo", decía.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Naturalezas muertas, escenas de baile y circo, desnudos femeninos, cuerpos al aire libre e incluso una escena de sexo, una "Boterosutra", se pueden ver en la muestra presentada este jueves, que del 10 de marzo al 3 de septiembre reúne 45 obras entre dibujos, acuarelas, pinturas y esculturas. "La palabra gordo no le gusta nada, la desterraría; él es un pintor de volúmenes", destacó la comisaria de la exposición, Marisa Oropesa. A su juicio, decir que Botero pinta personas gordas sería "un error", porque "no solo hay volumen en el cuerpo humano, sino en todo lo que pinta" el artista de Medellín.Botero primero trabajó como ilustrador de temas taurinos para prensa colombiana y después viajó a Europa, donde pasó unos años en Madrid, estudiando en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y trabajando como copista de cuadros en el Museo del Prado.Un día, pintando una mandolina, se dio cuenta de la desproporción entre el cuerpo del instrumento y su agujero de sonido, con lo que empezó a reflexionar sobre el volumen como elemento central de su obra, algo que está presente en sus mujeres desnudas pero también en sus escenas cotidianas al aire libre. La naturaleza "casi selvática" de Colombia es el escenario de fondo de sus escenas al aire libre, una de las secciones principales de la exposición.Su lado más desconocido como pintor de naturalezas muertas también lo recoge esta muestra, con bodegones "iniciáticos" en los que Botero se demuestra "un gran colorista", según la comisaria.Pero Botero "siempre ha rezumado libertad" y el lado festivo de su pintura está representado especialmente en sus parejas de baile, en su mayoría acuarelas que se encuentran entre los trabajos más recientes del autor y datan del año pasado, señaló. El placer también es el tema de otras de sus obras, que destaca sobre todo en "Boterosutra", una acuarela que representa una escena de sexo entre un hombre y una mujer.Este "trabajador incansable" sigue pintando, a sus 90 años, desde su casa en Montecarlo, y aunque no puede esculpir ni hacer óleos de gran formato, continúa empuñando el pincel en nuevas acuarelas.La parte nostálgica, añadió Oropesa, está presente en obras menos conocidas en España como la serie "Las torturas de Abu Grahib", que muestra "cómo masacran y castigan entre heces" a prisioneros en Irak, u otra sobre el Vía Crucis y la pasión de Cristo.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Nacido en un San Petersbugo que su familia tuvo que abandonar por la Revolución Rusa (su padre era el teniente general y barón Vladímir Stael von Holstein), Staël, considerado uno de los grandes nombres del arte francés de la posguerra, no había tenido una retrospectiva en la capital gala desde hacía 20 años, cuando el Pompidou le dedicó su primavera de 2003.Dos décadas más tarde es el Museo de Arte Moderno de París (MAM), ubicado junto al Sena muy cerca de la Torre Eiffel, el que devuelve la mirada a este prolífico pintor apátrida que encontró su hogar en París, en la Provenza y en la Costa Azul.Con una gran retrospectiva, el MAM propone descubrir en sentido cronológico no solo sus obras más conocidas, sino también varias decenas de trabajos que jamás o casi nunca habían estado en museos en Francia."Ha habido tendencia a mostrar un poco siempre los mismos conjuntos (de obras) y aquí hemos intentado verdaderamente hacer un poco de trabajo de detective para ir a buscar obras raramente mostradas", indicó a EFE Charlotte Barat, comisaria de la muestra junto a Pierre Wat.Son doce salas de pinturas y dibujos que se llenan prácticamente a año de práctica por estancia, algo que no se podría hacer con muchos artistas sin caer en la monotonía.Staël solo se dedicó de pleno a las artes plásticas una docena de años, antes de suicidarse en 1955 aquejado de depresión y agotamiento. Pero en periodos a veces inferiores a doce meses le daba tiempo a elegir nuevos caminos, que a veces eran prácticamente contrarios a la manera de pintar inmediatamente anterior. "Intenta todo el tiempo cambiar de dirección, intentar cosas nuevas, ya sea en los motivos, en los colores, en las técnicas...", detalló la comisaria.Y ese coraje para cuestionarse constantemente forma "verdaderamente parte de su personalidad artística", según Barat. No es, sin embargo, algo tan subrayado históricamente sobre la figura de Staël, ya que se ha solido reducir su pintura a prácticas o periodos concretos.De entre los que más destacan, por ejemplo, está la abstracta escena de futbolistas de "Parque de los Príncipes" (1952), si bien él renegaba de las etiquetas, incluida la de "abstracción", al argumentar que toda obra artística tenía un elemento de anclaje en la realidad.Staël fue tanto la densidad de las capas de pintura acumuladas del principio de su carrera como las escenas con algo de ligero y aéreo del final (un efecto que lograba frotando con algodón), la fragmentación cercana al mosaico de "Flores grises" (1952), el paisaje abstracto y de colores vivos de "Agrigente" (1954) y las gaviotas del cielo de Antibes de "Les Mouettes" (1955). "Es bastante abstracto al principio, cuando la abstracción todavía no es la práctica dominante en absoluto, y a la inversa, en el momento en el que la abstracción se está convirtiendo en la gran tendencia, él va a hacer exactamente lo contrario", precisó Barat.El "no-resumen" que hace el MAM sobre Staël en esta retrospectiva tiene el visto bueno de alguien que lo siente suyo de primera mano: su cuarto hijo, Gustave, nacido un año antes de su muerte."Cuenta totalmente la vida del pintor, la totalidad de cada periodo (...) Yo mismo me pregunto cómo un hombre pudo hacer tantos cuadros tan densos, todos en tan poco tiempo", indicó a EFE Gustave de Staël, que asistió a la presentación a la prensa de esta muestra, que se podrá visitar del 15 de septiembre al 21 de enero."Él tenía una forma muy particular de apresurarse en la pintura, de ir muy rápido con el color, al menos al principio (...) Y luego volvía día tras día hasta que le gustaba todo. Cuando algo no le gustaba o no tenía suficiente profundidad, seguía buscando", compartió. Staël trabajó siempre en silencio, buscando la soledad, pero ahora es un pintor adorado en Francia.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Desde el siglo XIX, la egiptología consideraba al arte faraónico como muy convencional, enmarcado por códigos estrictos, apunta un estudio publicado este miércoles por la revista científica estadounidense PLOS One, de la Public Library of Science.Los pintores-artesanos que trabajaron en las criptas fúnebres "no escapan a los prejuicios" de que se limitaron a copiar en los muros motivos predefinidos, indican los autores del estudio.Pero, al analizar las tumbas del Valle de los Reyes, los científicos descubrieron trazos de un nivel de inventiva que hasta ahora se desconocía. Un ejemplo destacado es la tumba del sacerdote Nakhtamon, decorado con una representación de Ramsés II pintada hacia el año 1.200 a.c.La figura del faraón, de perfil, lleva un tocado, un collar y un cetro. Detrás de la imagen visible se esconde otra composición, descubierta por los nuevos aparatos portátiles de imagenología y por análisis químicos, que permiten estudiar las obras en el lugar, sin dañarlas.Estas herramientas son colocadas en un pequeño robot que se desplaza por los frescos de las paredes. Gracias al análisis de diferentes longitudes de onda, como los rayos X, los ultravioletas o los infrarojos, el robot puede "escanear el material" en profundidad, como si fuera un aparato médico, explicó a la AFP Philippe Walter, investigador del Centro nacional Francés de Investigación Científica (CNRS) y coautor del estudio.En pocos instantes, aparecieron trazos invisibles al ojo humano, como un collar y un tocado "que no tienen la forma de lo que se ve", describió este químico especialista en el estudio de los materiales del patrimonio cultural."No esperábamos ver tales modificaciones en la representación de un faraón que se suponía que era muy formal", contó el egiptólogo Philippe Martinez, investigador del CNRS y coautor del estudio."Libertad de creación" La investigación llevada a cabo por un equipo multidisciplinario reveló que otra sepultura de casi la misma época (entre 1.400 y 1.200 a.c.) tenía retoques similares.Se trata de la tumba de Menna, donde una pintura representa a este noble de Luxor con los dos brazos extendidos hacia el dios de la muerte, Osiris.Es difícil estimar cuántos años pasaron entre la primera versión y los retoques o si fueron hechos por los mismos artistas. Pero para los científicos es suficiente para constatar que hubo "libertad de creación".Esto entierra la concepción de un arte "donde cualquier trazo se prepara con antelación y el artista no inventa nada al estar frente al muro", señaló Martinez.Si esta práctica se confirmara en otras obras del Egipto antiguo, el arte faraónico se acercaría más a nuestros "estándares estéticos actuales, alimentados por el arte grecorromano", afirmó Martinez. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Según el diario estadounidense, la muerte de Gilot fue confirmada por su hija Aurelia Engel, quien indicó que la artista había padecido recientemente "enfermedades cardíacas y pulmonares."Nacida el 26 de noviembre de 1921 en Neuilly-sur-Seine, en los suburbios de París, en el seno de una familia burguesa, Françoise Gilot siguió los pasos de su madre, acuarelista, para orientarse hacia el dibujo y la pintura.Musa de Pablo Picasso durante un tiempo, la artista se impuso como una pintora de renombre tras la separación, y varias de sus obras pertenecen a las prestigiosas colecciones del Museo metropolitano de Nueva York y al MoMA de la misma ciudad.En junio de 2021, una de sus pinturas, "Paloma con una Guitarra" (1965), se vendió por 1,3 millones de dólares en subasta de Sotheby's.Entre sus mentores figura el surrealista Endre Rozsda y su primera exposición se realizó en una galería parisina en 1943, el año en que conoció a Picasso. Tenía unos veinte años y él 61. La pareja tuvo dos hijos, Claude (1947) y Paloma (1949).En 1964 tuvo gran éxito con la publicación de su libro "Vivir con Picasso", un texto íntimo sobre su vida con el artista, que fue traducido a 16 lenguas y del que se vendieron más de un millón de ejemplares. En él lo describe como un ser tiránico, supersticioso y egoísta.Ya convertida en ciudadana estadounidense, no asistió al sepelio de Picasso en 1973.Pasó sus últimos años en Nueva York, y exponía pinturas, dibujos y estampas en muchos museos y colecciones privadas de Europa y Estados Unidos.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El "retrato de Juan de Pareja", que Velázquez pintó en 1650 durante un viaje a Roma, fue adquirido por el MET por 5,5 millones de dólares en 1971 y es, desde entonces, una de las obras maestras del museo, pero nunca hasta ahora se había exhibido junto al contexto necesario de su época, ni junto a las obras que el propio De Pareja pintó con su firma (dos de ellas prestadas por el Museo del Prado).Ese retrato, que muestra a un hombre de mediana edad, de abundante cabello negro y barba, con una mano en el pecho, es exhibido aquí enfrente de otro retrato de Velázquez aún más famoso: el del papa Inocencio X, ya que se considera que ambas obras expresan lo mejor de Velázquez como retratista, con una capacidad sin par de captar la psicología del personaje.En medio de los dos, la muestra contiene un documento único llegado desde los Archivos de Roma (la ciudad donde se firmó): es la carta de manumisión en la que Velázquez da la libertad a su siervo ("captivus") así como "a sus hijos y descendientes", aunque precisa que esa liberación será efectiva cuatro años después.Las dos obras y el documento están datadas en 1650, cuando Velázquez estaba en el cénit de su fama y reconocimiento. Cuando el retrato de Juan de Pareja fue exhibido lo describieron así, tal y como recoge un testimonio de la época: "Era tan semejante, y con tanta viveza que, habiéndolo enviado con el mismo Pareja, á la censura de algunos amigos; se quedaban mirando el retrato pintado, y á el original con admiración y asombro".Una sociedad multiétnicaVanessa K. Valdés, co-comisaria de la exposición "Juan de Pareja, pintor hispanoafricano" -que se podrá visitar del 3 de abril al 16 de julio-, explica a EFE que no hay certezas sobre los orígenes del pintor liberto, aparte de que también su padre se llamaba así -"posiblemente un apellido común"-, y que se supone que su madre era de origen morisco.Nació en Antequera y creció en Sevilla, una ciudad multiétnica en la que la esclavitud no era extraña, dadas las constantes batallas con los turcos y otros emiratos norteafricanos en los que los prisioneros pasaban a ser esclavos que se vendían o se intercambiaban por otros.Valdés subraya que la idea de la esclavitud entonces no debe entenderse como en el siglo XIX -los siervos en una plantación de algodón-, ya que un esclavo podía desarrollar una carrera profesional, como fue el caso de Juan de Pareja, que pasó veinte años en el estudio de Velázquez, donde adquirió una cierta posición, hasta el punto de ser elegido para acompañar al maestro en aquel viaje a Italia.Por esa razón, la muestra recoge tanto pinturas de la época con otros personajes africanos -una obra de Murillo y otra de Zurbarán, contemporáneos de Velázquez-, y en otro apartado varias obras atribuidas a Velázquez que actualmente se considera fueron en gran medida obras colectivas de su taller, en la que la intervención de los ayudantes -Pareja entre otros- es probable, aunque no se pueda demostrar.Uno de los mitos que la muestra quiere desterrar es que Pareja desarrollase su pintura "a escondidas" -circulaba una anécdota de que pintaba a hurtadillas en el reverso de lienzos desechados por Velázquez-, y precisamente muestra cómo su técnica se pulió al lado del maestro.El pintor maduroAquel viaje a Roma fue para Pareja tan importante como para Velázquez: siendo Italia el epicentro del arte en el siglo XVII, Pareja tuvo, como ayudante de Velázquez, acceso a las mejores obras y los artistas más reconocidos de la época.A su regreso a Madrid, donde se encontraba la corte y donde medraban los pintores, Pareja desarrolló un arte de temática principalmente religiosa. No parece que tuviera ningún conflicto religioso como morisco, toda vez que -como recuerda Valdés- los descendientes de los moriscos hacían gala de una acendrada religiosidad católica para que nadie les recriminara por su impureza de sangre.De las cuatro obras firmadas por el propio Pareja, llama la atención la de "La vocación de San Mateo", fechada en 1661: el pintor se autorretrató en el extremo izquierdo del cuadro, de cuerpo entero, con un papel en la mano donde aún puede leerse "Juan de Pareja Fecit". Probablemente en imitación a su antiguo dueño y maestro, que cinco años antes se había autorretratado en "Las Meninas".Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
"Este mes de febrero se conmemoran 40 años de su muerte y 117 de su nacimiento, no hemos querido como familia dejar en el olvido el nacimiento de él y su muerte, porque pensamos que él es un baluarte del arte nacional que no se debe olvidar", enfatizó Elia Ruth.José Antonio nació el 8 de febrero de 1906 en Caridad, departamento de Valle, en el sur de Honduras, pero saltó a la fama internacional con las pinturas que le hizo a su segundo pueblo, San Antonio de Oriente, donde fue telegrafista, barbero y, durante tres períodos, su alcalde. El pintor falleció en Tegucigalpa el 14 de febrero de 1983.La apertura de un museo o una casa museo de Velásquez, en Tegucigalpa o San Antonio de Oriente, es algo en lo que Elia Ruth y su familia vienen trabajando desde hace varios años, tocando puertas de instituciones públicas y privadas, incluso internacionales. Su hija señaló además que ha celebrado dos reuniones con autoridades de la Secretaría de Cultura, que están "conscientes de la necesidad del museo y conocen la trayectoria del arte de mi padre".La fama no le hizo perder su humildad José Antonio también hizo famoso a San Antonio de Oriente, del que se maravilló por sus calles empedradas, su iglesia blanca, las casas con techos de teja de barro, el colorido de los cerros que circundan al "pueblo de sus amores", al que pintó desde todos los ángulos y donde conoció en 1930 a quien fue su esposa, Raquel Maradiaga. En el siglo pasado Velásquez fue considerado el mejor primitivista de América y quinto a nivel mundial.El proyecto que impulsa la familia del pintor se denomina "Tras la huella del pintor Velásquez". Elia Ruth recordó que como padre, José Antonio "fue excepcional, contábamos con él en todo tiempo, nos enseñó la humildad y a pesar de todos los honores que recibió, siempre decía que pintar era algo especial que Dios le había dado y que lo único que quería era dárselo a su patria, porque era un patriota insigne".Después de muchos años viviendo en San Antonio de Oriente, José Antonio se trasladó a Tegucigalpa, donde siguió pintando a diario, menos el domingo, aunque muchas veces ese día se dedicaba a dibujar. El domingo 13 de febrero de 1983, un día antes de su muerte, José Antonio estuvo dibujando en su cama. Dejó un cuadro con un dibujo y un lienzo a medio pintar, además del reconocimiento internacional a Honduras con su pincel.De pintor anónimo a un ícono mundial "Como hondureños todos debemos estar orgullosos de que un artista sea un icono muy grande, en este caso el mérito es especial porque recordemos que José Antonio Velásquez fue un autodidacta", indicó a EFE el artista de la plástica Óscar Mendoza. Agregó que ser pintor autodidacta "tiene un mérito inmenso, sobre todo en los niños y niñas que aprenden a fuerza de ponerse ante el material de trabajo".Mendoza, exdocente de la Escuela Nacional de Bellas Artes, en la capital hondureña, dijo que Velásquez quizá no tuvo la oportunidad para asistir a una escuela de arte, pero que haya logrado un reconocimiento a nivel internacional es un mérito personal suyo y de su familia. "Saltar de ser el telegrafista de su pueblo y barbero de la Escuela Agrícola Panamericana (cercana a San Antonio de Oriente) a ser un ícono mundial, me parece algo maravilloso y es cuestión de orgullo para todos los hondureños", recalcó.Un abuelo cariñoso y juguetónLa periodista Ileana Morales, nieta de Velásquez, señaló a EFE que es "un hombre que escribió historia para Honduras y el mundo", y "un referente de la cultura genuina del país, de una sociedad, de una cultura". José Antonio también fue un referente de la sencillez con la que viven muchos pueblos de Honduras, además de "un pedacito de la historia del país", añadió.Ileana se imagina ahora a su abuelo compartiendo con la familia y hablando sobre otros pintores y la felicidad compartida con él en San Antonio de Oriente. "Me lo imagino como el hombre sencillo, como lo recuerdo, pero a la vez el hombre que le dio una imagen a nivel mundial a Honduras a través de su pintura", enfatizó Ileana, quien mantiene vivo el recuerdo de su abuelo, en su hijo, José Antonio, quien estudia en Francia.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Ahora, con motivo del centenario de su nacimiento, Vigas (1923-2014) se convirtió en el primer pintor de su país en tener su propio catálogo razonado, un trabajo en el que se pueden recorrer las distintas etapas de su vida artística."Artista ordenado"Alrededor de la mesa con varias capas de pintura acumulada, hay tres de sus cuadros colocados en caballetes. Uno de ellos, una magnífica crucifixión "pop" verde y rosa con las formas características de Vigas, es uno de sus últimos trabajos, cuenta su hijo, el cineasta Lorenzo Vigas, ganador del León de Venecia con "Desde allá" (2015)."No tocamos nada", dice Lorenzo sobre el taller, abierto por su familia para la AFP. "Lo dejamos como estaba" antes de su muerte, el 22 de abril de 2014. Al igual que Pablo Picasso, con quien Vigas tiene una foto exhibida en el estudio, el artista venezolano era un adicto al trabajo, que pasó por diferentes períodos, cambiando a veces radicalmente de estilo."Trabajaba mucho de noche, hasta las 5 o 6 de la mañana", recuerda Lorenzo. "Se levantaba tarde. La noche era para su arte y el día era más social". El catálogo razonado de su obra, realizado por la Fundación que lleva su nombre, recorre la prolífica carrera del artista, desde sus trazos constructivistas o formalistas a la geometría lírica.Fueron necesarios 16 años de trabajo para catalogar las 4.000 obras del artista que "pintaba, pintaba y pintaba", asegura su hijo. El inventario -que puede consultarse gratuitamente en internet (catalogue.oswaldovigas.com)- es el primero de un pintor venezolano, pues no existen catálogos razonados de los famosos, y a veces rivales, Carlos Cruz-Diez, Jesús Soto, Armando Reverón o Manuel Cabré."Mi padre era un artista muy ordenado y que acumuló durante su vida la información de todas las obras que vendió y eso nos permitió como Fundación" hacer el trabajo, señala el hijo. "Sin ese trabajo no hubiéramos podido hacer el catálogo".Esta monografía contribuirá a difundir mejor su obra en el mundo, explica Lorenzo, pero también a luchar contra las innumerables falsificaciones del artista, que se venden a veces por cientos de miles de dólares. En el estudio, decenas de obras con la palabra "Falso" están apiladas en el suelo. Ahora basta con unos pocos clics para saber si se trata de un Vigas auténtico o no.La hija de PicassoEl atelier de Vigas también refleja otra faceta de su vida: es un espacio amplio que permitía recibir muchos visitantes. "Era un animal social, venía mucha gente, necesitaba eso", recuerda su hijo.Su viuda, Janine Castes Vigas, de 87 años, recuerda las fiestas y los conciertos. "Venían muchísimas personas", dice. En las paredes, las fotos reflejan la vida social del maestro. Janine, francesa a quien conoció en una boite durante su etapa parisina en los años 1950 y 1960, tiene una anécdota para cada una.La de Picasso, por ejemplo, es anterior a que se conocieran. "Todos los artistas sudamericanos soñaban con conocer a Picasso. Oswaldo conquistó a la hija de Picasso. Maya se enamoró de Oswaldo y él la convenció" para que le presentara a su padre.Maya Widmaier-Picasso murió en diciembre pasado. En el muro aparecen fotos con el colombiano Fernando Botero, el cubano Wifredo Lam y el crítico francés Gaston Diehl. Janine mira con nostalgia una foto de París en la que Vigas aparece tocando las maracas junto a Soto en la guitarra y los también artistas Elbano Méndez Osuna, en la mandolina, y Jesús Hurtado. "Fue un gran momento. Nos divertimos mucho".Inspiración precolombinaEn otra sala del estudio destaca una impresionante colección de arte precolombino y máscaras africanas que le sirvió de inspiración, otro punto común con Picasso.Muchas las compró en Saint Ouen, en las afueras de París. Recuerda la viuda que al verlos les llovían los vendedores ofreciendo obras "y casi siempre terminaba comprando". "Me decía '¿viste qué bonito? ¿Cuánto dinero nos queda?'"La serie de Las Brujas, que constituye un eje de su obra, está inspirada en este arte primitivo. "Poco antes mi padre hace un viaje por toda Venezuela buscando los signos de la Venezuela prehispánica", señala Lorenzo. "Los petroglifos, sobre todo, y llegó hasta la Guajira para ver las pinturas que las indígenas se hacían en la cara"."Fue determinante, encontró su raíz en este viaje", sigue. "Es el primer venezolano que pudo, agarrando los elementos primitivos de su país, hacer una obra contemporánea". Y fue esa conexión con el país la que lo hizo volver de Francia tras años muy fructíferos. "Ese llamado de la tierra era muy importante", asegura Lorenzo.En la actualidad, Lorenzo y Janine buscan a través de la Fundación y el catalogo dar a conocer la obra de Vigas. "Como a mi padre no le interesó la promoción (de su obra) cuando estaba vivo, nos ha quedado a nosotros", señala Lorenzo. "Pero es muy emocionante ver que hay gente en el mundo que lo está descubriendo y que se apasiona". Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Ahora, una meticulosa restauración de meses revela la visión original y los métodos empleados por la pintora barroca, cuyo óleo de 1616, "Alegoría de la Inclinación", fue encargada para honrar al artista más celebrado de Italia, Miguel Ángel Buonarroti.Desde septiembre, un equipo de expertos trabaja para descubrir los secretos de este lienzo censurado de Artemisia, cuyo talento, independencia y vida dramática han despertado nuevo interés al calor de la era del "me too".Las cortinas y el velo agregados posteriormente para ocultar la desnudez permanecerán después de la restauración, pero las imágenes de diagnóstico permitirán dar un vistazo al desnudo original que pintó Artemisia, nacida en Roma en el año 1593."Como decimos en italiano, se le dio vuelta de adentro para fuera como un guante con todas las técnicas de diagnóstico posibles para entender cómo fue concebida la pintura, cómo fue pintada, qué le ocurrió después, y ver qué podemos leer entre los velos de censura que se le agregaron", comenta a AFP Elizabeth Wicks, encargada del equipo de expertos y técnicos en restauración.Ocultar la piel"Alegoría de la Inclinación", una mujer desnuda que representa el talento creativo innato sentada sobre una nube, fue encargada por el sobrino nieto de Miguel Angel, un hombre letrado que convirtió la casa de su ancestro en una suntuosa residencia y museo para celebrar a su genio.La pintura fue una de las 15 encargadas por Miguel Ángel el Joven para decorar el techo de la galería de la residencia. Artemisia, quien alcanzaría la fama y el patrocinio de reyes, recibió un pago tres veces mayor que el de sus colegas masculinos como reconocimiento a su excepcional talento.Artemisia pintó la obra poco después de llegar a Florencia desde Roma, donde a los 17 años había sido violada por un colega de su padre, también pintor. El agresor fue condenado al cabo de un juicio. Pero la historia de la pintura no acabó allí.Unos 70 años después, un descendiente más puritano de Buonarroti contrató al renombrado artista toscano Baldassare Franceschini para que la alterara. "Il Volterrano" pintó un velo diáfano sobre los senos de la figura femenina y una cortina gruesa sobre sus ingles.Ahora resulta demasiado riesgoso eliminar esa capa de pintura al óleo. "Quiero creer que ella había fallecido para cuando esta pintura fue censurada porque no creo que hubiera estado muy contenta", declaró Wicks, una curadora estadounidense. "Nosotros tampoco estamos muy contentos, pero es parte de la historia de la obra en este punto".Heroína en el centroWicks usa una torunda con algodón bañado en solvente para hacer trazos suaves y circulares sobre la pintura de Artemisia, exponiendo los tonos radiantes de la piel de la figura semidesnuda.Siglos de humo y el barniz agregado en los años 1960 le han dado un falso tono naranja a la piel, mientras que el cielo azul brillante pintado con lapislázuli se transformó en un verde grisáceo. "Esta pierna se ve más clara porque la limpié, quité el barniz en esta zona", comenta Wicks mientras observa el lienzo con una lupa.Wicks comenzó por las orillas y en febrero trabajará en la parte trasera del lienzo. Después de estirarla cuidadosamente, se agregarán resinas para fortalecer las fibras de la tela y volver a adherir la pintura.Radiografías y otras técnicas de imágenes han revelado no solo la desnudez subyacente. "Lo que pensarías que está debajo del velo ahí está efectivamente", se ríe Wicks.Pero los cambios en los ojos y las manos de Artemisia funcionaron. En una exhibición que comenzará en septiembre, antes de que la pintura sea devuelta permanentemente al techo, los visitantes podrán ver la obra de cerca, observar una imagen digital que revela sus varias capas y explorar las técnicas modernas que permitieron descubrirlas.La coordinadora del proyecto, Linda Falcone, señaló la importancia de "crear una conversación sobre el arte de las mujeres, el hecho de que fueron protagonistas en su tiempo".Considera que Artemisia fue una autopromotora inteligente porque en su tributo a Miguel Angel "ella está diciendo 'yo como mujer tengo el deseo de pintar'". "Ella pone a la heroína en el centro del lienzo y esa heroína tiene su rostro". Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El libro cuenta que un grupo de monjes jesuitas enseñó al pintor a usar la cámara oscura, lo que demuestra por primera vez la influencia que tenía la iglesia católica sobre Vermeer (1632-1675), que antes de convertirse al catolicismo era protestante, indica el museo en un comunicado.El Rijksmuseum, también conocido como museo Nacional de Ámsterdam, organizará en febrero la mayor exposición jamás realizada sobre este pintor del siglo de oro neerlandés, con 28 cuadros. La vida de Vermeer es poco conocida, al contrario de sus obras, como "La joven de la perla", uno de los cuadros más famosos.Su casa en Delft, una ciudad situada entre La Haya y Róterdam, estaba al lado de una misión jesuita que albergaba una iglesia escondida. A finales del siglo XVI, el culto católico fue prohibido por los holandeses calvinistas, pero cerca de un tercio de la población siguió siendo fiel al Vaticano.Vermeer "muy probablemente entró en contacto con los jesuitas por primera vez en relación con la cámara oscura", según la biografía que publicará en enero el jefe de Bellas Artes del Rijksmuseum, Gregor Weber.La cámara oscura, usada bajo diferentes formas desde miles de años, es un instrumento óptico que contiene un cuarto o una caja oscura en la cual se proyecta una imagen exterior a través de un pequeño hoyo."Los efectos luminosos de la cámara también se encuentran en los cuadros de Vermeer, lo que deja pocas dudas de que el artista se inspiró en ella", afirma el museo. Los jesuitas "consideraban la cámara oscura como una herramienta de observación de la luz divina de Dios", explicó el museo.El efecto característico que produce la cámara, con el centro enfocado pero dejando borrosas otras zonas, es "precisamente lo que realiza Vermeer" en su cuadro "La encajera", expuesto en el Louvre de París, añadió Weber.
"El 21 de diciembre de 2022, nuestro artista epónimo Franz Gertsch se durmió apaciblemente a la avanzada edad de 92 años", dijo el museo en su sitio de internet.El pintor y grabador suizo es conocido principalmente por sus lienzos "hiperrealistas", como los tres cuadros que extrajo de fotografías de niños gitanos, tomadas en 1971 en la playa de Saintes-Marie-de-laMer (sur de Francia) o una serie de retratos de la roquera estadounidense Patti Smith, a finales de la década de 1970.La xilografía o los grabados en madera, que realizó en grandes formatos, ocupan un lugar especial en la obra de Franz Gertsch, que se inspiró principalmente en la naturaleza y los paisajes.En la década de 1980, desarrolló una técnica de grabado cercana al llamado "criblé" y transcribió, en un modelo ligero, fotografías sobre tablas de madera, según el museo Jenisch de Vevey, que le dedicó una exposición en 2017.Los retratos y paisajes, a menudo representados en monocromo, ocuparon un lugar central en su obra. En 2015 autorizó excepcionalmente a la televisión suiza SRF para filmarlo mientras trabajaba en un grabado en madera."Aunque soy una persona muy nerviosa e impaciente, me cuesta esperar, en cuanto tengo un cincel o un pincel en la mano, la calma me invade", dijo en televisión. No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
A pesar de no haberlo conocido en vida, la uruguaya Nuria Álvarez Bosch tenía, del relato familiar, un recuerdo adquirido de quién había sido Florenci Bosch Tubau (1899-1954), el pintor que con 53 años y una familia a cuestas dejó su Barcelona natal para emigrar a Suramérica.Sin embargo, como en todo recuerdo ensamblado, y más allá de las clásicas anécdotas o el trasfondo de "mucha tristeza" por el exilio del Franquismo que recibió de su madre y su abuela, la historia no estaba completa. "Para mí eran siempre cuadros, mi abuelo era un cuadro que estaba en las paredes de la casa de mi abuela (...), era una pincelada", relata la nieta en una entrevista con EFE.El pintor catalánEn 2019, el historiador español José Luis Muñoz Díaz buscaba información de un artista oriundo de la localidad San Andrés del Palomar -hoy barrio de Barcelona-, cuando dio en una subasta con un cuadro de otro pintor del mismo pueblo al que desconocía, Bosch Tubau.El hallazgo derivó en investigación y la conclusión fue sorpresiva; había sido conocido en Cataluña, donde hubo numerosas exhibiciones de sus paisajes de técnica impresionista -que seguían los pasos de la denominada Escuela de Olot, de la segunda mitad del siglo XIX- pero hacia fines del siglo XX quedaban ya pocos indicios sobre su vida.Con poca suerte en los libros, Muñoz buscó en internet, donde le sorprendió dar con el curioso blog sobre el pintor catalán "Óleos Bosch Tubau", cuya autora, a un océano de distancia, recibió rápidamente un mensaje. Así describe Álvarez su intercambio con el investigador que, ansioso por obtener más datos, le expresó por el blog su intención de escribir una biografía de Bosch "para darlo a conocer en su lugar de origen".El baúl y los secretosEl intercambio fue fructífero, al punto de que, desde Barcelona, Muñoz no solo cotejó información sino que incentivó a Álvarez a bucear en el archivo familiar para encontrar nuevas pistas. "Fue una locura aquello porque me hizo literalmente abrir un baúl en que estaba toda esa información, fotos, datos, libros", dice quien, poco a poco y pandemia mediante, lo ayudó a escribir el hoy publicado libro "Memoria de un olvido".En ese baúl, en tanto, encontró documentos que revelaron mucho más sobre Bosch, pues, vio que antes de empezar a pintar de forma autodidacta había sido poeta, actor y dramaturgo."Realmente sus orígenes estaban en la escritura y las obras de teatro. Era actor, dramaturgo, escribió varias obras de teatro que las registró en Barcelona", explica, a lo que puntualiza que la prohibición del catalán durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera causó que abandonara la escritura."Como le dijeron que si quería escribir tenía que traducirlo al español y a él le surgía su lengua materna, el catalán, dijo 'no voy a traducir'. Dejó de escribir y (...) se le ocurrió empezar a pintar pero unos bosquejos, cosas con las tintas que tenía en la imprenta donde trabajaba", asegura.Pechada al fascismoA lo que detalla que le sorprendió la carrera teatral de su abuelo, quien a partir de 1916, con una puesta de la obra de Ángel Guimerá "Terra Baixa", actuó y dirigió diversas piezas, como "Indíbil i Mandoni" o "La mare", Álvarez dice que Bosch escribía muchos sainetes románticos.No obstante, un artículo publicado por el artista en 1938 -durante la Guerra Civil Española (1936-1939)- en el periódico republicano L'Autonomista bajo el título "La pechada del fascismo" habla de un autor con convicciones políticas fuertes que escribió sobre el régimen frases como "todo el trabajo de los siglos, en un instante, la furia de un hombre lo ha enterrado"."He encontrado banderas catalanas escondidas en lomos de libros, en lugares insólitos", dice asimismo la nieta, quien subraya el carácter rebelde que tenían estos símbolos, proscritos en esa época.Memoria de un olvidoEn la sinopsis del libro Muñoz dice que mientras en Montevideo la obra de Bosch pronto es "admirada", pues a dos años de llegada, en 1954, exhibe allí y el Museo Blanes compra dos de sus pinturas, en Cataluña "comienza el olvido", ese que María Martí y Nuria Bosch, su esposa e hija, luego intentan deshacer.Traducido al español por Álvarez y presentado recientemente en Montevideo frente a diplomáticos españoles y autoridades, "Memoria del olvido" abre, para ella, "una nueva etapa" sin olvidos."Todo tiene que ser una línea seguida, permanentemente hacer memoria, no permitirnos olvidos y tratar de que siempre prevalezca la memoria, porque cuando se pierde corremos riesgos de olvidarnos de cosas importantes, de gente muy valiosa y también de dónde estamos hoy parados", redondea. No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Pierre Soulages falleció este miércoles a los 102 años", anunció su propia página web en un escueto mensaje. El anuncio fue confirmado por Christian Teyssedre, alcalde de Rodez, la localidad natal del pintor, quien manifestó su "inmensa tristeza".Nacido en 1919 en esa localidad del sur, Soulages era una de las figuras más relevantes y valoradas del arte contemporáneo francés. Se interesó sobre todo por el uso del color negro y de los reflejos de la luz sobre este tono.Así extraía lo que denominó "outrenoir" (más allá del negro), desvelando una suerte de luminosidad de lo oscuro. Además de pintor, Soulages era grabador y escultor.La crítica lo relacionaba con movimientos como el tachismo, el informalismo, el expresionismo abstracto o la abstracción lírica, pero él afirmaba no sentirse integrado en etiqueta alguna, salvo en la creada por él, el "outrenoir".Sus obras se han expuesto por todo el mundo y, en 2014, su Rodez natal abrió un museo con su nombre.Con motivo de su centenario, en 2019, el Louvre le dedicó una retrospectiva y Soulages se convirtió en el tercer artista vivo en la historia tener un homenaje de ese tipo en el museo parisino (tras Marc Chagall y Pablo Picasso)Según la prensa especializada en arte, Soulages figuraba entre los artistas contemporáneos más cotizados del mundo. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En un comunicado, la Secretaría de Cultura de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) lamentaron la muerte del artista plástico, quien realizó instalación, escultura y obra gráfica."Lamentamos el sensible fallecimiento de Francisco Castro Leñero, uno de los mejores exponentes del arte contemporáneo en México. La versatilidad y fineza de sus trazos dejan el vivo recuerdo de su persona en cada una de sus obras", expresó la titular de la Secretaría de Cultura, Alejandra Frausto.Mientras que la titular del Inbal, Lucina Jiménez, mostró su solidaridad con la familia de Castro Leñero. "Con cariño, abrazamos a Irma Palacios y a la familia Castro Leñero", al destacar que el artista "luchó hasta sus últimos momentos con firmeza y rodeado de amor. Su contribución al arte y diseño mexicanos y el aprecio de la comunidad artística continuará".Castro Leñero, nació en la Ciudad de México en 1954, fue pintor y grabador, y un artista que le imprimió un profundo interés por el color, la geometría y el trazo.Permaneció en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda del Inbal entre 1975 y 1981 y durante sus años formativos, obtuvo una beca de 2 años para estudiar diseño en Italia.En 1982 realizó su primera exposición individual en la entonces Galería del Auditorio Nacional; ese mismo año se dedicó a la docencia al impartir clases de dibujo en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).Además, fue mentor de varias generaciones de estudiantes que formaron parte de su taller y que han reconocido su gran labor como docente. Junto con Luis Argudín, José Miguel González Casanova y Eloy Tarcisio, fundó el Taller Experimental "La colmena", donde recibieron a los estudiantes más sobresalientes.Castro Leñero impartió cursos en escuelas del país y del extranjero, entre ellas La Fayette College en Pensilvania y la Universidad de las Artes en Phnom Penh, capital de Camboya, invitado por el también pintor y grabador Fernando Aceves Humana.El comunicado señaló que su obra forma parte de numerosos acervos, entre los que se encuentran el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, la Fundación Jumex, el Museo José Luis Cuevas y el Centro Cultural Arte Contemporáneo.Destacan el Museo Nacional de la Estampa (Munae) y el Museo de Arte Moderno (MAM), recintos que forma parte de la Red de Museos del Inbal, los cuales tienen en sus acervos piezas relevantes del artista, como son las de la serie Ciudad en fuga, que resguarda el MAM, y la obra Escritura/Estructura de la colección del Munae.Desde 1999 fue miembro del Sistema Nacional de Creadores del Fonca, integrante de la Academia de Artes desde 2020 y miembro fundador de Talleres de Arte Contemporáneo TACO.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La exposición temático-antológica recoge una selección de 45 óleos y acuarelas con un paradigma creativo de lo precolombino, plasmadas sobre lienzos, yutes y papel de arroz."Lo que he querido es crear una conciencia. Hacer que nos miremos a nosotros mismos a través de estas imágenes para forjar, acrisolar nuestra identidad, para sentirnos orgullosos de nuestras raíces", dijo a Efe el pintor, algunas de cuyas obras están en colecciones en Viena, Ginebra, Tokio, Roma, Estados Unidos y Londres.Corpus precolombino diversoPara las obras de su nueva exposición, Betancourt se ha inspirado, entre otros, en las figuras femeninas de la cultura Valdivia, las teratológicas de filiación La Tolita y Jama Coaque, así como en las sillas en forma de "U" de la cultura Manteña.También en las piezas cerámicas de las culturas Chorrera, Machalilla o Guangala, y en figuras de referencias regionales como las de los corpus arqueológicos de los Chimú, Paracas e Incas, del Perú."Con esta diversidad el autor propone composiciones que formulan ciertos estados de cotidianidad de aquellos antepasados. De esos seres que habrán sido los referentes de creación de las figuras precolombinas en su tiempo y que son representados en el presente en las obras que componen esta muestra", señala el curador de la exposición, Humberto Montero.Una muestra de color caracteriza a las obras de Betancourt, que se ha inspirado en los textiles y paisajes andinos y también en el arte de Europa. "A fin de cuentas, soy un producto de aquí y de allá", dice este admirador del pintor francés Henri Matisse.CosmogoníasUna cosmogonía define un relato mítico que tiene que ver con el origen del universo según una cultura, un pueblo ancestral. "Y de ahí la referencia con mi obra, pues, al tratarse de una exposición que tiene que ver estrictamente con el mundo ancestral, he elaborado un tipo de relato mítico, de cualidades pictográficas, sobre esos orígenes del mundo de los ancestros: de su pasado, su devenir y su pervivencia", señaló.Recordó que, para los ancestros, "la muerte era un eterno retorno" y, por ello, en una de sus obras se advierte que "hay una suerte de personajes (del pasado) que están compartiendo, dialogando en el momento presente".Algunas obras que conforman la secuencia "Cosmogonías" se exhiben al momento en la Trienal de Arte Latinoamericano de Nueva York (Nylaat, en inglés), bajo el tema de "Abya Yala: Orígenes Estructurales", concepto que guarda relación con el uso de elementos e ideas de culturas nativas de América.España en la miraAunque la mayor parte de las obras que se exhibirán desde el próximo miércoles en la galería de la Alianza Francesa, de Quito, las creó en los últimos tres años, la secuencia incluye, también, cuadros que Betancourt pintó hace unas dos décadas.En la muestra el pintor usó pigmentos como óleo, acrílico, lacas, así como también tintas y acuarelas en obras cuyo formato va desde los 30x40 centímetros hasta otras de cerca de tres metros por 1,60 metros.La exposición estará abierta hasta el 26 de octubre, pero Betancourt ya tiene en mente llevarla el próximo año a España en una exhibición en la que planea una mixtura entre lo ibérico y lo ancestral. Ello, porque, además de piezas de "Cosmogonías", prevé exponer referentes de su obra interpretativa sobre "Las meninas", de Diego Velázquez, en la que el ecuatoriano incluye paisajes de su país y mariposas multicolor, y en la que vuelca toda su admiración por el artista español del siglo XVII.Recuerde conectarse todos los días a las 11:00 a.m. para escuchar el programa Aniversarios HJCK por nuestra señal en vivo.