La petición se hizo en una carta enviada el pasado 9 de mayo por los ministros colombianos de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, y de las Culturas, Juan David Correa, a sus homólogos españoles y que lleva como asunto: "Propuesta para el retorno de la Colección Quimbaya a Colombia".En el oficio, dirigido al canciller José Manuel Albares y al ministro de Cultura de España, Ernest Urtasun, sus pares colombianos señalan que diversas instancias "han abonado el camino en busca de la recuperación y repatriación de la 'Colección Quimbaya'", y con base en eso, solicitan "el retorno de los Bienes de Interés Cultural asociados a dicha colección que en la actualidad se encuentra en el Museo de América en Madrid"."La colección se compone de bienes arqueológicos (cerámicos, orfebres, líticos y orgánicos) asociados al periodo Quimbaya Clásico, que fueron expoliados por guaqueros locales y entregados por el Gobierno colombiano al Reino de España en el año de 1893, desconociendo su valor cultural para nuestra Nación", señala la carta.La comunicación agrega que hacen la solicitud "conscientes de lo que implica y reconociendo el esfuerzo que las autoridades españolas han llevado a cabo para su conservación y protección"."Este gesto, y su deseable resultado, se enmarcan dentro de los modelos internacionales al respecto de las políticas de descolonización de los museos, y tendrá para ellas implicaciones invaluables al reivindicar la soberanía cultural, el reconocimiento de los derechos culturales de los pueblos y el manejo integral de colecciones culturales", agrega el oficio.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Donación controvertidaLas 122 piezas del Tesoro Quimbaya fueron halladas en 1890 en el municipio de Filandia, ubicado en el departamento del Quindío, en la región del Eje Cafetero, y pertenecen a la cultura precolombina Quimbaya, que habitó el centro de Colombia y fue diezmada durante la Conquista hasta desaparecer en el siglo XVII.La entrega a España la hizo poco después del hallazgo el entonces presidente colombiano Carlos Holguín Mallarino, que pretendía así agradecer la ayuda que le prestó la Corona Española en una disputa limítrofe con Venezuela.Otra parte del mismo tesoro, compuesta por más de 90 piezas, está en un museo en Chicago (Estados Unidos).Desde hace varios años los gobiernos colombianos han manifestado el interés en que España devuelva el Tesoro Quimbaya, pero esta es la primera vez que se hace la petición formal.Sin embargo, el pasado 1 de febrero el Gobierno español señaló en una respuesta parlamentaria que "no hay dudas" sobre la titularidad española ni sobre la legalidad de la obtención del Tesoro Quimbaya.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En Colombia, el Día del Maestro se celebra cada 15 de mayo, desde 1950, con homenajes a nivel nacional, entrega de reconocimientos a los educadores y a quienes están dedicados a la enseñanza y educación de niñas, niños y jóvenes del país.La elección de este día para celebrarlos y agradecerles por su trabajo en nuestro país está sujeta a la religión. En Colombia, que hasta 1991, antes de convertirse en un Estado laico, tuvo el catolicismo como religión oficial, varias de nuestras celebraciones y días festivos tienen origen en eventos religiosos y en el santoral, y esta no es la excepción.Esta fecha fue instaurada en 1950 en honor a San Juan Bautista de La Salle, nacido el 30 de abril de 1651 en Reims, Francia, y fallecido el 7 de abril de 1719 en Rouen, Francia. Este sacerdote es conocido principalmente por ser el fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, una congregación religiosa dedicada a la educación de los jóvenes, especialmente de los más pobres.Su trabajo en la educación comenzó cuando se involucró en la administración de escuelas parroquiales en su natal Reims. En 1680, decidió dedicarse por completo a la formación de maestros y a la educación de niños y niñas de escasos recursos económicos.Además de su vocación de servicio desde la enseñanza, San Juan Bautista de La Salle es reconocido por sus aportes en el campo de la docencia. Dado su trabajo con población vulnerable, promovió la educación gratuita para todos; además, implementó el método de enseñanza simultánea, donde un solo maestro enseñaba a un grupo de estudiantes, en lugar de clases individuales, lo cual era innovador en su época.También, al sacerdote se le atribuye su empeño y trabajo para crear las escuelas de formación para maestros, con el objetivo de mejorar la educación y preparación adecuada de los educadores para ejercer su labor.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Pero no fue hasta 1900, casi 200 años después de su muerte que la iglesia católica, en ese entonces en cabeza del papa León XIII lo canonizó, “reconociéndolo como un hombre de fe digno de ser modelo dentro de su comunidad, ya que muchos años después de su muerte, su ejemplo seguía animando la obra educativa que cada vez se extendía con más fuerza en el mundo a través de los Hermanos de las Escuelas Cristianas”, destaca la Universidad de La Salle, de México, de la cual es patrono.El 15 de mayo de 1950, el Papa Pío XII lo proclamó patrono universal de los educadores por toda su labor en la enseñanza, fecha propuesta por el entonces presidente de Colombia, Mariano Ospina, para también dedicar la fecha a los educadores del país.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Los indígenas aguardan la confirmación del día de inicio de la exploración y tienen previsto que al menos uno de sus líderes, el tata Samuel Flores, esté presente, confirmó este jueves el mismo dirigente.Flores es el representante legal de los Qhara Qhara ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en donde presentó una demanda que pide parte del contenido del galeón.El dirigente explicó que harán "todos los esfuerzos" para que junto a él vaya un representante de cada una de las diez 'markas' o poblados que conforman la nación Qhara Qhara, si bien consideró que "está un poco complicado el tema del transporte".También señaló que se sienten "optimistas" ante los resultados que pueda dar esta "investigación científica" y la verificación del "valor histórico" de las piezas que se encuentran en el galeón.Flores ratificó que lo que se busca es la "preservación" y "conservación" del tesoro que, según los indígenas Qhara Qhara, salió de su territorio en épocas de la colonia.Si el reclamo es atendido, será como "hacer una justicia social para nuestros pueblos indígenas, especialmente la nación Qhara Qhara", sostuvo.El San José fue hundido por una flota de corsarios ingleses el 8 de junio de 1708 cuando se dirigía a Cartagena de Indias, en el norte de Colombia, cargado, según crónicas de la época, con cerca de once millones de monedas de ocho escudos en oro y plata que había recogido en la feria de Portobelo (Panamá).💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El anuncio del hallazgo del pecio en diciembre de 2015 desencadenó una disputa entre Colombia y España, ya que la antigua metrópoli aduce que por tratarse de "un barco de Estado", con la que entonces era su bandera, le amparan las normas de la Unesco para reclamar su titularidad.Enterados del descubrimiento, los Qhara Qhara enviaron en 2016 a Colombia a Flores, quien se reunió con responsables del entonces Gobierno colombiano y la Dirección General Marítima y Portuaria del país.En 2020, Colombia declaró al galeón San José como "un bien de interés cultural", puso en marcha la exploración científica e indicó que el valor de la embarcación no se puede contabilizar en términos de dinero.En febrero pasado, los indígenas bolivianos tuvieron un primer contacto con el Gobierno del presidente colombiano, Gustavo Petro, y allí se acordó su "inclusión" en la exploración, recordó Flores.La nación Qhara Qhara cuenta con unos 28.000 habitantes en las regiones bolivianas de Potosí y Chuquisaca.Los indígenas defienden que una parte del tesoro hundido salió hace más de tres siglos fruto de los minerales extraídos de las entrañas del emblemático Cerro Rico de Potosí, en Bolivia, que fue una de las principales fuentes de ingresos para España en tiempos de la colonia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El Cristo Mutilado, símbolo de resistencia, encabezó la peregrinación por el río Atrato con la que comenzó el acto de conmemoración, reparación y no repetición que la comunidad de Bellavista, casco urbano del municipio de Bojayá, recordó a las más de 100 víctimas de la masacre del 2 de mayo de 2002.El acto, que la comunidad del municipio realiza cada año, también incluyó un ritual de sanación y presentaciones de agrupaciones locales como las Cantadoras de Pogue. “Las víctimas de Bojayá no paramos de cantar, para mitigar el dolor y que nos dejen en paz. La paz, la paz, la paz queremos”, cantaron las integrantes de la agrupación.La peregrinación partió de la iglesia del nuevo Bellavista, siguió por el Atrato y llegó a la iglesia del viejo Bellavista, epicentro de la masacre en la que cayó un cilindro bomba lanzado por guerrilleros de las FARC.Este sitio se resignificó a través de una ceremonia religiosa y de las presentaciones musicales, con protagonismo de los alabaos, que recordaron a las víctimas, demostraron la capacidad de resiliencia y reconciliación de este municipio y, además, exigieron garantías para la no repetición.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.“Queremos un municipio de colores, donde se respete la vida, prevalezca la educación, la cultura y el medioambiente; donde los campesinos y campesinas, los líderes, lideresas y defensores de derechos humanos puedan caminar libremente sin temor alguno”, aseguró en su intervención Yúber Palacios Córdoba, representante del comité de víctimas.El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes y el Ministerio de Educación acompañaron el acto a través del programa Sonidos para la Construcción de Paz, que apoya a instituciones educativas locales que adelantan procesos de formación musical para generar una Cultura de Paz a través de la música y de las expresiones artísticas."Mil gracias una vez más por haber sido y por ser muestra de que la única posibilidad de resistencia en el territorio, aún hoy en medio de la guerra, es la cultura, es la relación profunda con la memoria, con el territorio y con la sensibilidad", aseguró en su intervención el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa.El Minculturas agregó que se adelantará el plan especial de salvaguardia de Bojayá para declararlo como Bien de Interés Cultural del Ámbito Nacional y, después, como un lugar de memoria ante la UNESCO.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La plataforma Prime Video lanzó este lunes el tráiler del documental Operación Esperanza: Los niños perdidos en el Amazonas, la historia de los cuatro niños que sobrevivieron durante 40 días en medio del Amazonas colombiano que se estrenará el 26 de abril."Un lugar donde pocos humanos se aventuran y donde se cree que existen poderosos espíritus de la selva", lee la voz de la cantante colombiana Gloria 'Goyo' Emilse Martínez, narradora del tráiler.Los cuatro menores, de entre 1 y 13 años, viajaban en una avioneta que se accidentó el 1 de mayo de 2023 en medio del Amazonas colombiano y no fue hasta el 9 de junio que las autoridades dieron con su paradero con vida.En total pasaron 40 días solos en la selva, y el documental muestra cómo se desarrolló la operación de rescate para la que colaboraron el Ejército e indígenas.El filme incluye los testimonios de aquellos que vivieron la búsqueda, como las palabras del director de la operación, el general Pedro Sánchez, y el líder indígena que encontró a los niños, Dairo Mucutuy, así como las historias que los propios niños le contaron a sus familias.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ranoque Mucutuy, que cumplió 5 años en la selva, y el bebé Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, que también cumplió un año, viajaban en la avioneta acompañados por tres adultos que fallecieron en la caída, entre ellos su madre.Las operaciones de búsqueda estuvieron dirigidas por militares e involucraron a más de 100 soldados de las fuerzas especiales colombianas y más de 70 exploradores indígenas que revisaron el área, que se cree una de las zonas más remotas e inhóspitas de Colombia.La historia de los hermanos ya la recogió el periodista Daniel Coronell, en el libro Los niños del Amazonas, en el que exploró los misterios que rodearon la tragedia, en la que existían teorías que decían que a los menores los había atrapado un duende o que un indígena mayor -tras tomar yagé (ayahuasca)- luchara para que los liberara.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Esta pieza audiovisual de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), producida por Radio Televisión Nacional de Colombia (RTVC), inicia el viaje por las entrañas de este flagelo con Herminia Jiménez navegando en una lancha el río Caunapi, en el departamento de Nariño, mientras habla de su hijo Rodrigo Fernando Jiménez, desaparecido el 7 de julio de 2012."Por fin voy a tener un lugar a donde ir a visitarlo todos los días", dice Herminia, quien eligió una ceremonia con alabaos, esos cantos de resistencia y memoria del Pacífico colombiano, para darle sepultura a Rodrigo, cuyo cuerpo fue recuperado por la UBPD en noviembre de 2023.A esta historia se unen la de Omaira García, una excombatiente que buscó a su padre desde 2017, la de Gladys Vargas, una madre que busca a su hijo desaparecido por paramilitares en 2002, y la de Daniela Mostacilla, una mujer indígena del pueblo Nasa, quien por 20 años buscó el cuerpo de su papá.Según los realizadores, los 68 minutos del documental, dirigido por Santiago Díaz-Vence, están dedicados a las más de 111.000 personas dadas por desaparecidas en el contexto del conflicto armado, a los seres queridos que las buscan y a los equipos profesionales que trabajan de manera humanitaria y extrajudicial.Por cielo y tierra, que también será emitido en el canal institucional, relata además cómo nació la UBPD en 2016 con la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las extintas FARC.Para la directora de la UBPD, Luz Janeth Forero, la desaparición como un flagelo "aberrante" y "doloroso" que debe acabar, y remarcó que en Colombia "no hay un solo municipio que no lo padezca".En Medellín, capital de Antioquia (noroeste), considerado el departamento que más desaparecidos puso en la guerra -más de 23.000 personas-, colectivos de víctimas y organizaciones de derechos humanos se dieron cita en el Teatro Comfama para un estreno que incluyó momentos simbólicos.Allí, en cada una de las 289 sillas del recinto, como sucedió en otros auditorios del país, pegaron nombres de desaparecidos, pero para darle un espacio a las 111.640 personas que son buscadas en Colombia, se necesitarían 386 teatros como el de Medellín.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Reflejo de lucha y resistenciaGloria María Araque, coordinadora del grupo de trabajo de la UBPD en Antioquia, dijo que este documental es una forma de unirse a las víctimas y de decirles que "no están buscando solas", además de ser un "llamado" a la solidaridad de la sociedad colombiana frente a la desaparición de tantas personas en el país.Por su parte, la lideresa Luz Elena Galeano, de la organización Mujeres Caminando por la Verdad, señaló que en el documental "se refleja la lucha y la resiliencia, pero sobre todo la fuerza que hemos adquirido (...) hemos resistido a pesar del dolor; el renacer de las cenizas es lo que nos tiene hoy acá, luchando día a día, queriendo encontrar esa verdad, esa justicia y, en especial, a nuestros seres queridos desaparecidos".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Desde el próximo 13 de abril, la artista mexicana Tania Candiani presentará en el espacio cultural Fragmentos su obra Desminar, creada específicamente para ser presentada en este lugar, pues propone un análisis topográfico del contra monumento FRAGMENTOS.A partir de un detector de minas, la artista busca traducir, en imagen y sonido, la memoria de violencia que subsiste en cada una de las placas de metal que integran el suelo de este espacio.“Partiendo de las tensiones que atraviesan la estructura estético-social del modelo de presentación moderno, Candiani propone un desplazamiento radical del centro de atención de las paredes hacia el piso, elemento que es presentado como objeto-sujeto de una exploración a profundidad formulada en su instalación”, explica la curadora Gabriela Rangel.Y complementa en la presentación de la obra que “valiéndose de este gesto abstracto la artista no sólo identifica las reverberaciones políticas del piso concebido por Doris Salcedo como contra monumento del conflicto armado colombiano, que en el espacio FRAGMENTOS, Espacio de Arte y Memoria otorga razón de ser al museo junto a las ruinas sobre las cuales se edifica su estructura. La acción de Candiani agrega el residuo irracional y misterioso de la violencia, su condición inasible y difusa, para fusionarlo a aquella otra violencia que reúne crímenes concentrados en capas históricas reunidas en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco en México”.En esta exposición los visitantes, acompañados por un facilitador, asumen el rol del buscador de minas y manipulan el dispositivo “desminador” mientras caminan por la sala 1 del lugar. Los sonidos e imágenes que surjan de esta acción de escudriñar las historias, emociones y susurros que se esconden en las huellas de este espacio de arte y memoria, tendrán proyección simultánea en la sala principal.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.En esta acción interactiva, la sala principal se convierte en una gran videoinstalación con el sonido envolvente de 4 canales y proyección ampliada en toda la pared frontal del espacio proponiendo una experiencia inmersiva. El registro del recorrido en vivo en la sala 1 se contrapone con imágenes y sonidos extraídos previamente de otro suelo igualmente marcado por la violencia: la Plaza de Las Tres Culturas, ubicada al norte del Centro Histórico de Ciudad de México, donde el 2 de octubre de 1968 ocurrió la matanza del movimiento estudiantil de Tlatelolco.Así, el registro sonoro y visual de uno de los sucesos más sangrientos y dolorosos del siglo XX en México que se resiste al olvido en las piedras de su suelo, se une a las lesiones de los más de 50 años del conflicto armado colombiano forjadas en el piso de FRAGMENTOS, Espacio de Arte y Memoria, construyendo en conjunto una cartografía multimedia de la historia de guerras que ha caracterizado al continente latinoamericano.“De esta forma, las lesiones cometidas durante el conflicto armado colombiano que duermen silentes en las baldosas del recinto, se traducirán en sonido. Igual que el buscador de minas usa un detector de metales para desenterrar los explosivos, yo usaré una cámara provista con un microscopio para recoger con el lente los surcos e incisiones que conforman la topografía de FRAGMENTOS y que no son otra cosa que las huellas que dejó la guerra, para escuchar así el rastro sonoro de esas heridas”, explica la artista Tania Candiani. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Fragmentos, Arte y Memoria (@fragmentosarteymemoria) Adicionalmente, en el pasillo que conecta ambas salas, se exhibe en una vitrina la Caja Libro. Un libro que contiene textos sobre la obra, la curadora Gabriela Rangel, un storyboard de la artista Tania Candiani, grabados sobre impresiones del piso de FRAGMENTOS y la Plaza de Las Tres Culturas, y un tornamesa que posteriormente reproducirá un vinilo con las grabaciones del registro sonoro del piso realizado durante las primeras semanas de la exposición.La exposición estará abierta entre el sábado 13 de abril y el 28 de julio de 2024 con entrada libre. El sábado 13, día de la inauguración, también se llevará a cabo un conversatorio entre la artista y la curadora, a las 12:00 del día.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Flores es el representante legal de estos pueblos indígenas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en donde presentó una demanda que pide parte del contenido del galeón. Sin embargo, sostiene que prefiere resolver la disputa por la vía del diálogo de manera amistosa."No queremos comercializar el oro y plata del galeón, queremos que sea declarado bien común, que se preserve en un museo en tierra firme", declaró en una entrevista con EFE por teléfono el líder de los Qhara Qhara, quien consideró que recuperar ese cargamento será una "reivindicación histórica y un hito internacional".La embarcación fue encontrada en 2015, y desde entonces Colombia, España y las naciones indígenas de Bolivia reclaman parte del pecio del San José. "España se puede llevar la madera, cañones y vasijas del galeón, nosotros como nación indígena viva queremos recuperar lo que fue saqueado de nuestras casas y cerros", manifestó Flores.La nación Qhara Qhara cuenta con unos 28.000 habitantes, quienes se encuentran "en pequeños territorios reducidos", aseguró el líder indígena.Flores mencionó que las secuelas de la colonización española han dejado daños materiales, sociales y psicológicos. "España tiene que reparar, no resarcir, tiene reparar los daños", opinó.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Insistió en que los Qhara Qhara son una nación "viva que se dedica a la agricultura y que mantiene sus tradiciones. Estamos vivos, si no estuviéramos vivos no podríamos reclamar ante la comunidad internacional".Viajarán a ColombiaEl líder indígena agregó que el Gobierno de Gustavo Petro los invitó el próximo mes a Cartagena, para asistir a la primera fase de exploración marítima del San José, pero que están a la espera de la invitación escrita. "Somos hermanos del pueblo colombiano, que también merece una parte del galeón para conservarlo y preservarlo", indicó.Flores informó que un representante de cada pueblo de la nación Qhara Qhara viajará a Colombia y realizarán un acercamiento espiritual. "Después de más de 300 años vamos a reivindicar nuestra cultura, para que lo que pasó, la explotación humana de nuestros pueblos, no vuelva a pasar".Agregó que quieren que se les tome en cuenta para las siguientes fases de exploración y que pueden colaborar con expertos científicos e indígenas para acompañar el proceso.El galeón San José que pertenecía a la Armada española se hundió el 8 de junio de 1708 durante un ataque de una flota inglesa cuando este se dirigía a Cartagena de Indias. La embarcación iba cargada con cerca de 11 millones de monedas de ocho escudos en oro y plata, según los documentos de la época.El Gobierno colombiano anunció el hallazgo del navío en 2015, cuya titularidad ha sido reclamada por España, amparada en las normas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) por tratarse de "un barco de Estado", con su bandera.En 2020, Colombia declaró al galeón San José como "un bien de interés cultural", por esto puso en marcha la exploración científica e indicó que el valor de la embarcación no se puede contabilizar en términos de dinero.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
A través de relatos con toque de ficción, o historias apegadas a los hechos ocurridos durante el 9 de abril de 1948 tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, estas son algunas de las películas que se ambientan en la epoca de La Violencia. 1. "Cóndores no entierran todos los días"Frank Ramírez encarna a León María Lozano, “El Cóndor”. Esta película de 1984, dirigida por Francisco Nordenes, se sitúa en un municipio predominantemente liberal, donde vive León María, un conservador que cada vez va adquiriendo más poder en la zona y sobre los “pájaros”, hombres armados al servicio de los conservadores, al punto de convertirse en un temido asesino. Esta historia está inspirada en el libro homónimo de Gustavo Álvarez Gardeazábal. Disponible en RTCV Play.2. "Roa"Estrenada un 9 de abril, pero de 2013, Roa cuenta la historia de Juan Roa Sierra, responsable de la muerte de Gaitán, asesinado por la multitud ese mismo 9 de abril del 48. Pese a que no se conocen mayores detalles de la vida de este personaje, el director Andrés Baíz cuenta su historia basada en el libro El crimen del siglo, de Miguel Torres. La película fue nominada en la categoría de mejor película iberoamericana de los Premios Platino en 2014.3. "Canaguaro"Estrenada en 1981, Canaguaro, dirigida por el cineasta chileno Dunav Kuzmanich, narra la historia de un comandante liberal de las nacientes guerrillas en los llanos orientales tras el asesinato de Gaitán.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Canaguaro lidera uno de los grupos guerrilleros en el oriente del país, milita en el partido Liberal y se enfrentan constantemente a militantes conservadores, no solo por ideologías políticas, sino por el control de la tierra.4. "Confesión a Laura"Dirigida por el cineasta colombiano Jaime Osorio, Confesión a Laura (1990), cuenta a la Bogotá del 10 de abril de 1948, un día después del asesinato de Gaitán. Es el cumpleaños de Laura, quien vive en el centro de la ciudad y su festejo se ve mediado por la imposibilidad de salir a la calle, francotiradores en los techos de las casas y la única certeza de que afuera todo es caos, aunque solo lo podamos escuchar.Esta historia llena de drama transcurre en la casa de Laura, interpretada por Vicky Hernándezl, quien queda atrapada en su casa con Santiago, el esposo de su amiga Josefina después de que él le llevara la torta de cumpleaños enviada por su esposa. Disponible en Apple TV.5. "9 de abril de 1948"Este documental reconstruye los hechos más importantes de la fecha en que fue asesinado Gaitán. Dirigida por María Valencia Gaitán, y estrenada en 2002, esta producción es la segunda parte de la trilogía documental llamada “La Profecía de Gaitán” que relata la vida, la muerte y la memoria de Jorge Eliécer Gaitán.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Cuéntenos cómo se puede construir patrimonio e identidad cultural desde la cocina.La gastronomía es marca de cualquier país al que te diriges. Cuando hablas de Italia, además de los monumentos, estás pensando en la pizza y la pasta; si vas a España, en la paella; si vas a Japón, en el sushi, en el caso de Colombia, cuando hablas con extranjeros te preguntan por la bandeja paisa, por el ajiaco, si el mojojoy sabe rico o qué es el arazá.El patrimonio inmaterial, como se denomina en el estudio del turismo y la gastronomía, marca la línea del país, de si se vende por su comida, la gastronomía está muy arraigada. Lo que diferencia al ser humano de los animales es que es la única especie que cocina sus alimentos, en torno a lo que tenía a su alrededor fue consolidando sus alimentos.¿De dónde surge esa identidad de la gastronomía colombiana?Para entender la especificidad de la historia gastronómica colombiana hay que entender que se divide en dos eras: la prehispánica y la colonia y cómo se van consolidando los alimentos. Los españoles llegaron a nuestro país, no conocían el territorio, eran los indígenas los que lo conocían, quienes decían qué se podía comer y qué no. Empiezan así unos mestizajes gastronómicos que empiezan a entablar qué son los platos.Lamentablemente, con el pasar de las generaciones, fuimos europeizando nuestra gastronomía, empezamos a ver nuestros platos, un puchero, por ejemplo, como algo que no era presentable ante la sociedad europea y poco a poco fuimos perdiendo nuestra tradición. Nos daba pena y si llegaba un turista francés lo llevábamos a conocer la mejor comida francesa que se conseguía en Colombia.En los años setenta, con la revolución gastronómica que se instaura en Francia, los gastrónomos empezamos a entender que la comida es un eje fundamental en nuestra historia, en nuestro quehacer y también cómo afectaba nuestro organismo.Los cocineros de Europa, de Estados Unidos, Perú, y también Colombia empiezan a profundizar en su gastronomía, qué es nuestra gastronomía, por qué somos colombianos, qué nos diferencia. Si bien nuestra comida tiene unas mezclas muy bonitas de cocina afro, tiene mezclas también de cocina española, portuguesa, italiana, alemana, teníamos que identificar nuestros platos.Es un proceso que viene de Francia en los años setenta, pero en el caso colombiano, en qué punto detona el interés por darle ese valor a nuestros productos y a nuestra cocina.En la década de los 2000 con la apertura de escuelas de gastronomía como la Mariano Moreno, Verde Oliva, el Sena y la Universidad ECCI, se empieza a hablar de la cocina colombiana y llega también una explosión gastronómica con chefs como Leonor Espinoza o Juan Manuel Barrientos, que cogen el producto colombiano, lo que se produce en nuestra tierra y lo elevan a la alta cocina.Si vemos a estos chefs, son estudiosos de la gastronomía, que parten de esas escuelas que decían "Colombia tiene potencia, pero nos falta comprometernos con eso, descentralizar la gastronomía, salirnos de Europa y hablar de país", eso es lo que hoy en día vemos, restaurantes muy competitivos en la alta cocina desde una propuesta de gastronomía colombiana. Empezamos a generar esa cultura de que nuestro producto tiene un valor superior que el extranjero, que era lo que hace treinta o cuarenta años nos hacía falta.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Una característica de la comida colombiana es su diversidad, los distintos sabores, recetas, alimentos que cambian entre regiones, ¿cómo preservar los saberes y las tradiciones gastronómicas de las regiones?Debemos volver a la academia y entender el valor propio de ella, si bien en la academia estudias y cocinas, también hay una parte de investigación sobre el patrimonio gastronómico. En nuestro caso, en regiones como el Pacífico, nuestro patrimonio es principalmente verbal, hablamos de las matronas portadoras de la tradición verbal, nadie se tomaba la molestia de escribir, esto llevo a que se perdieran muchísimos platos de la gastronomía.Uno de los hechos más lamentables es la pérdida del tamal espejuelo, un tamal transparente que se comía en el Valle del Cauca, pero nadie sabe cómo se lograban esas transparencias. La señora que los preparaba falleció, sus hijos no quisieron continuar el negocio de la familia y la receta desaparece, un caso similar al que estaba pasando con el puchero santafereño en Bogotá, pasamos de verlo en todas partes a que ahora solo se consiga en dos restaurante de la ciudad, y ya no es el puchero santafereño de antes.Desde la academia lo que hacemos y tenemos que seguir haciendo es estudiar las recetas antiguas, buscar a las personas portadoras de la tradición, pedirles la oportunidad de documentar sus recetas y, claro, darles todo el reconocimiento, para que en el futuro se preserve esa tradición. El Sena, por ejemplo, ha cumplido con esa bonita labor, llegando a lugares de difícil acceso para preservar ese patrimonio.Muchas veces no valoramos a nuestros abuelos y abuelas que son los verdaderos portadores de la tradición. El patrimonio gastronómico si bien se concibe en un país, parte de la casa. Si los estudiantes comienzan a conservar esas recetas de sus abuelos, bisabuelos y las comparten con otras personas, también contribuyen a salvaguardar ese patrimonio. Hay que tomar esas recetas, darles un contexto, de dónde vienen, por qué se hacían así.Fuera de la academia, ¿cómo podemos contribuir a esa construcción de patrimonio?Independientemente del arte que trabajes o el proyecto que tengas, todo debe tener una base, que es el hogar. En tu casa se ha comido de una forma siempre, una forma que viene de los abuelos y ellos los aprendieron de sus abuelos, ahí solamente ya estamos hablando de casi cien años de historia gastronómica que está en nuestras casas y a veces no nos damos cuenta de que está ahí. Hacer conciencia de esas tradiciones es una parte importante para conservar esa historia.En los últimos años Colombia se ha consolidados como una potencia gastronómica de la región, de la alta cocina, pero en este punto qué está pendiente en nuestro proceso de dar a conocer nuestra cocida al mundoSiempre tendremos pendientes, siempre habrá un plato nuevo que estudiar, una región nueva que conocer, siempre va a haber una familia que está haciendo algo increíble desde años y no se ha contado porque está en un lugar recóndito de Colombia.La primera tarea es seguir clasificando y registrando, Colombia es un país inmenso y no podemos dejar esa misión. También debemos generar conciencia desde la academia y hacia la sociedad de ese valor intrínseco que tiene el gastrónomo, que no es un ser escondido en una cocina creando obras de arte, sino que es un ser que trabaja con el agro, con los orfebres, con los diseñadores, con ingenieros, trabaja con todas las ramas, así como ellas necesitan de nosotros para alimentarse.Por último, que creo es uno de los problemas que tiene el sector a nivel nacional, si bien tenemos una agremiación que es la Asociación Colombiana de Industria Gastronómica, Acodres, a veces el sector se siente muy distanciado entre nosotros, esto lo ha generado años de egos, pero tenemos que empezar a trabajar en equipo, a hacer transferencias de conocimiento.Afortunadamente, este gran pendiente lo tienen claro las nuevas generaciones de gastrónomos. El cocinero actual entiende que no es una persona sola detrás de una estufa, es una persona que tiene 200 o 300 personas trabajando en pro de lo que se hace. Es una cadena inmensa que incluye al agricultor, a quien transporta el alimento, a quienes están en las plazas de mercado, los que trabajan en el restaurante y también el cliente que los traslada a otras personas. La gastronomía, a nivel mundial, puede llegar a representar el 30 % del PIB, pero si vemos toda la cadena puede llegar al 70 % del PIB de un país.¿Cuál es el primer paso para acercarse a ese reconocimiento de nuestra gastronomía?Hay una invitación primordial y es ir a las plazas de mercado, conocer el producto, preguntar qué es, explorar, ir a donde los abuelos y además de disfrutar de su cocina, hablar con ellos, preguntar de dónde vienen esos platos, quién se los enseñó, que no nos de pena lo nuestro.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Intento usar el arte para expresar lo que siento y responder cuestiones en torno a la vida, el arte es mi única herramienta para resistir", afirma en una conversación en Madrid, donde pasó un par de días invitada por CIMA, la asociación de mujeres cineastas de España.Con 'The Wall' -su último mediometraje, rodado en 2019, sobre cuatro jóvenes que ruedan una película en un campo de refugiados para enviársela al músico y activista, creador y ex de Pink Floid Roger Waters-, la cineasta ha intentado reflejar "el derecho a soñar que tiene la gente que vive en los campamentos y por qué no -añade-: el derecho a pensar que Roger Waters les va a hacer caso".Hace ya una década que Sidawi trabaja la experiencia de la diáspora palestina en los campamentos y sabe que siendo una refugiada "no es fácil" ejercer su profesión. Y, como mujer, se ha sentido "una luchadora en solitario"."Siempre he estado sola, como activista también -protesta con una mirada llena de fuerza-. Se me ha tachado de antisemita, no es fácil tampoco siendo madre asumir estas cosas", apunta."Aún así -dice- creo que es buena la idea de mandar un mensaje al exterior y lo seguiremos haciendo de la forma que sea".La belleza en la fealdad de los camposSus películas reflejan su necesidad de encontrar la belleza en la fealdad de los campos. "Crear belleza a partir de la vida cotidiana es lo único que puede ayudar a que sus habitantes crean en el futuro, que no es ningún lujo, sino un derecho", considera.Sadawi mostró en Madrid dos de sus trabajos cinematográficos, aunque también se expresa a través de la literatura y de la dramaturgia.Su primer documental, 'Four Wheels Camp' (2016) comienza con los acordes de 'What a Wonderful World' y la voz de Louis Armstrong hablando del 'maravilloso mundo' que habitamos mientras una mujer (Rawda, la madre de Mira, ya fallecida) y ella limpian la lápida familiar: en el campo solo hay derecho a un hueco por familia.En la escena siguiente, Sidawi viaja en su coche convertido casi en hogar, con sus 'cuadros'-una foto dedicada de los Beatles-, su cepillo de dientes y hasta una planta.Atraviesa las calles de Four Wheels Camp, uno de los 12 campos para palestinos que existen en Líbano, y cámara en mano, interroga a la población sobre el lugar en el cual desearían ser enterrados. Sus respuestas siempre llevan al aire, la arena y la luz de Palestina, que la mayoría de ellos no conoce."Hay muchas formas de ser palestino, pero todas son complicadas (...) Si naces refugiado, naces político, aunque no quieras", explica la cineasta.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Ni 'guerra', ni 'conflicto'Rechaza llamar lo que está ocurriendo en Gaza 'guerra' o 'conflicto' y advierte de que esto no comenzó el pasado mes de octubre, con el ataque de Hamás, sino que viene de una larga ocupación."La gente de los campos lo ve con preocupación, pero también con esa rabia de no ver salida por ningún lado. Lo que está pasando da mucho miedo, a mí también", añade.Teme al futuro, "con estas imágenes que se quedan en nuestro subconsciente", como caldo de cultivo para "más rabia y más deseo de venganza". Por eso, afirma, es necesario y urgente transformar esos sentimientos, y considera su obligación "no quedarse llorando en un rincón"."Busco herramientas para resistir, tengo dos niños y no me puedo concentrar enteramente en ellos, ni en mi trabajo, tengo pesadillas. Sé que no es fácil ser palestina, nunca lo ha sido, pero estoy intentando hacerme oír", concluye.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Mis más tempranos recuerdos se sitúan en el gran edificio blanco de dos pisos, con bello jardín y amplio patio sombreado de cauchos y almendros, del internado para estudiantes del Colegio Americano, del que mis padres eran administradores. El internado estaba donde hoy se encuentra el Teatro Colón, en la esquina del callejón del Líbano y la calle del Sello, diagonal a la tienda “El Pacífico” de Cándida Álvarez, mi abuela paterna de origen momposino, que la atendía personalmente.Son mis dos abuelas, Cándida (Chacha) y Anita (Micha) las que sobresalen para mí en esa primera época, más que mi madre, María Borda, a quien debo no obstante las posteriores influencias formativas de mi juventud. Debajo de las faldas de las dos abuelas recibí amante protección de la “penca” de mi duro padre Enrique Fals. Éste compensaba misericordioso las “limpias” con fabulosos libros de cuentos y biografías de héroes que publicaba la Editorial Sopena, como las de Viriato y los de la caída de Numancia, que todavía me impresionan.La Chacha me embelesaba con los dulces de la tienda, en especial con las bolitas de tamarindo, y yo le retribuía ayudándole a repartir y empacar al detal los granos, las panelas y los quesos. La Micha, de la distinguida familia Angulo de Calamar, me enseñó el primer cántico, las líneas iniciales del pasodoble español “Valencia, tierra hermosa”, que yo tarareaba en público, inexplicablemente según ella, en las ocasiones más inesperadas.A la Chacha también le debo conocer y manejar el autopiano y mi primera excursión en coche. Éste era un convertible Fiat larguísimo que ella le había comprado a su yerno italiano Vicente Carleo para que lo empleara en el transporte desde su finca lechera de Santo Tomás a Barranquilla por el polvoriento camino de Soledad a Palmar de Varela.No llegué a conocer a mi abuelo paterno, Alfredo Fals y Corona, comerciante de origen catalán que había emigrado a Barranquilla, pasando por Cuba, a principios del siglo, junto con su hermano Enrique, un empresario de toros y casinos, porque había muerto poco después de casarse con Chacha en Magangué.Al abuelo materno, el ingeniero bogotano Carlos Borda Monroy, por sus perennes viajes de prospección de petróleo en la costa, no llegué a conocerlo sino en Barranquilla, poco antes de morir, cuando vivió con nosotros y con sus hijos “naturales”, mis tíos Rita y Toño, durante los últimos meses de su existencia. Lo recuerdo como un patriarca alto y serio que me pedía le llevara los periódicos todos los días. En cambio, sigue viva conmigo la imagen de mi bisabuela Cristina Machado, madre de la Chacha, nacida en Pijiño, cerca de Mompox, una anciana de origen chimila vestida de largo faldón de cumbia, que amasaba y costaba sobre bindes los mejores casabes de yuca del barrio.Más que los alumnos internos del colegio, mis compañeros de juego eran los hijos de la cocinera negra principal, Estébana, con quienes me las pasaba jugando al trompo, bolitas, carreras y al burro, como cualquier otro niño costeño. No recuerdo de peleas. Aparte de mis cinco hermanos menores, otro grupo infantil lo constituía con mis primos Anaya Angulo, hijos de la tía Toña, hermana de la Micha, y de su esposo el señor Ramoncito, a quien llegué a admirar por su serenidad que, curiosamente, se reflejaba para mí en sus lentes de aro. Más tarde, de uno de los Anaya, Benjamín (Mincho), recibí la revelación de la música moderna que tanto me ha atraído desde entonces, con unos discos viejos de Wagner y de la sinfonía de Frank que escuchábamos en su victrola.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Pero el clímax de la emoción venía con las temporadas que pasábamos en la casa del colegio, a la orilla del mar y al borde de las carrileras del tren, en Salgar, a pocos kilómetros de Puerto Colombia. Allí aprendí a nadar y a no tenerles miedo al agua y al sol, a aguantar el jején de las tardes y la picazón del aguamala.Recuerdo en especial a un niño pescador mayor que yo, con quien me la pasaba jugando en el mar y haciendo excursiones al cercano castillo (las ruinas del edificio de la aduana) por un empinado camino lleno de pringamozas. Él fue una de las primeras personas distintas de mi familia a quien llegué a querer. Quizás premonitorio de las relaciones con gente humilde de mi tierra y de los Andes que fui desarrollando a lo largo de mi carrera profesional.De pautas represivas de conducta, aparte del “fuete” de mi padre, recuerdo los cuentos de las abuelas sobre aparatos nocturnos, como el jinete sin cabeza que nos obligaba a acostarnos temprano, como ocurrió cuando viajamos con toda la familia en vacaciones a Riofrío, al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta.De resto, mi tío Carlos Borda Angulo, a quien quise mucho, me llevaba al cine al Teatro Rex, donde vimos juntos al furibundo King Kong; e iba con los alumnos internos todos los domingos a la Escuela Dominical de la iglesia presbiteriana de la calle Sello. Allí aprendí a cantar con los himnos congregacionales, algunos de buena inspiración musical por haber sido compuestos por genios como Haydn. Más tarde, ya adolescente, llegaría a ser superintendente de dicha Escuela y a intentar allí algunas innovaciones organizativas, como competencia entre grupos de fieles, que no fueron del total agrado del pastor, don Manuel Escorcia.No obstante, del reverendo Escorcia recuerdo su hospitalidad por el uso de la mesa de ping-pong y por la victrola, con la que me extasiaba oyendo el Miserere de El Trovador de Verdi. Después me alié con el joven violinista Luis Biava, a quien admiraba mucho (y después más como director de la Orquesta Sinfónica Nacional), para que animara los cultos.Me hice amigo del joven misionero Darrell Parker, poseedor de una bella voz de tenor y director del coro, al que ingresé con gusto. Allí interpretábamos piezas corales excelentes, como las deVictoria y Palestrina, que no se estudiaban ni en el conservatorio.Cuando regresé de Estados Unidos, yo mismo dirigí el coro de esta iglesia y después de Bogotá, cuando me atreví a interpretar, por primera vez en Colombia, una cantata de Bach: el Oratorio de Navidad; se hizo con éxito gracias al apoyo del genial organista Alvin Schutmaat (la viuda de Alvin, Paulina, fundó hace poco la Orquesta Filarmónica de Barranquilla, y me hizo el honor de interpretar una composición mía para violín, parte de un oratorio que compuse no sé cómo, en una de aquellas ocasiones sagradas).Es mucho, pues, lo que mi musicalidad debe a la Iglesia, en lo que puede ser una segunda dimensión de mi persona, tanto o más satisfactoria que la científica; en realidad pienso que la una me ha ayudado con la otra, si analizamos las estructuras multivocales de algunas de mis obras, que algunos críticos han llamado estereofónicas.En general, guardo de mis primeros años una sensación de alegre fluidez y amplios horizontes con mucha tolerancia. A ello también contribuyeron las actividades de mis padres: Enrique, dedicado a la enseñanza y al periodismo, en lo que hizo una carrera extraordinaria (aspiró una vez a secretario de Educación del departamento del Atlántico); y María, quien fue fundadora de la Campaña Nacional contra el Cáncer y pionera de programas de radio en Barranquilla sobre cuestiones sociales y culturales, además de escritora de obras teatrales. Recuerdo una que escribió con el título de Naamán el sirio, basada en una historia bíblica, que se representó en el comedor del internado con alumnos y alumnas del Colegio Americano, todos ataviados de manera espeluznante, a la manera oriental. Crecí, pues, entre libros y cuadernos, discos, dramas y conciertos, lo cual no deja de explicar mi posterior inclinación intelectual.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En la presentación de la publicación en Casa de América de Madrid, Zavaleta subrayó que "nuestro pasado nos permite comprender nuestro presente y armar un mejor futuro" y, sin las mujeres, no se puede entender "el engranaje cultural de Latinoamérica".Por eso, decidió sumergirse en el pasado y rescató para este libro esclavas, princesas, criadas, mestizas, guerreras y santas, de todas las clases sociales y todos los orígenes, que despertaron en Zavaleta "la imperiosa necesidad de darles visibilidad".La India Catalina, la Maliche colombianaLa primera gran mujer que recupera el libro es la llamada la India Catalina, una mujer que fue secuestrada de niña por los conquistadores españoles en 1533 cerca de Cartagena, en la actual Colombia, y que, tras aprender español y recibir educación cristiana, fue utilizada por Pedro de Heredia como intérprete y mediadora entre los colonizadores y los pueblos originarios.Durante años, Catalina ayudó a Pedro de Heredia a evangelizar y controlar la región, pero, años después, denunció a Heredia ante la Real Audiencia por abuso de autoridad sobre los indígenas y traición a la Corona de España.Entre las mujeres que vivieron en carne propia el choque de culturas y cuya historia es ineludible para entender Latinoamérica, Zavaleta elige, entre otras, a Juana Ortiz de Zárate Yupanqui, hija del hidalgo español Juan Ortiz de Zárate y la princesa inca Leonor Yupanqui, cuya abundante herencia fue invertida en la fundación de la ciudad de Buenos Aires.En la misma ciudad, pero más de dos siglos después, Manuela Pedraza luchó contra los ingleses en 1806 y sus hazañas bélicas le valieron el grado de subteniente de infantería.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La Marquesa de Santos, mucho más que la amante de Pedro ILa historia de Argentina está muy presente en el libro de Zavaleta, que presentó "Mulanas" en el ciclo Conexión Buenos Aires-Madrid, pero también recorre otros países, como Chile, con la revolucionaria Javiera Carrera, o Brasil, con Dominitila de Castro e Melo, que "fue mucho más que la amante de Pedro I".Mariquita Sánchez es otro ejemplo de mujer "simplificada en la imagen de señora perfecta sentada en su salón", cuyas cartas a su hija Florencia Thomson de Lezia "dan fe de su rol transgresor y el carácter revolucionario de su conducta".Cierra el libro Felipa Larrea, esclava que nació en 1810 en Buenos Aires y murió en 1910 después de una larga vida dedicada a trabajar "al servicio de quienes la compraban"."El siglo XX ha seguido siendo difícil para las mujeres, y las de hoy en día, las del siglo XXI, tienen mucho que ver con las mujeres de ayer y van hacia un futuro mejor", concluyó Zavaleta.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El aclamado cineasta, de 85 años, lleva cuatro décadas tratando de sacar adelante este proyecto épico de ciencia ficción, que a lo largo de los años ha sufrido innumerables retrasos y diferentes versiones en el guion, recuerda el diario británico, que señala que Coppola tuvo que vender parte de su viñedo para sufragar los gastos de la cinta.Aunque miembros del elenco de actores, como Adam Driver, han hablado de manera positiva de su experiencia durante ese rodaje, que duró cuatro meses, según otras fuentes no identificadas por el periódico, la realización del filme fue casi tan "caótica" como en su día lo fue la de 'Apocalypse Now'.Entre las muchas críticas, se malgastó mucho tiempo y esfuerzo en el set y algunos integrantes "cruciales" del equipo de grabación abandonaron el proyecto a medio camino, mientras que Coppola "complicó" mucho más las cosas al embarcarse al mismo tiempo en un proyecto de rehabilitación de una propiedad (al renovar un hotel para alojar a miembros de su familia)."Fue como ver cómo un tren se destroza día tras día, semana tras semana, sabiendo que todo el mundo que estaba allí había dado lo mejor de sí mismo para ayudar a que esto se evitara", indicó un miembro del equipo al diario.Según algunos de estos testimonios, la grabación se convirtió en un "choque" entre la manera "a la vieja escuela" de dirigir de Coppola y los métodos tecnológicos digitales más modernos: "Creo que Coppola vive en un mundo en el que, como autor, él es el único que sabe lo que está ocurriendo y el resto está ahí para hacer solo lo que se les pide que hagan", apuntó uno de esos trabajadores.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Los miembros del rodaje encontraron, además, en ocasiones, "exasperante" la manera de enfocar el trabajo del director por sus cambios de parecer.Entre los reproches, una de esas fuentes anónimas comentó que "todos eran conscientes de que estaban participando en lo que podría ser un final muy triste de su carrera", mientras que algunos sintieron que el director "estaba siendo muy desagradable con muchísimas personas que intentaban ayudar a facilitar el proceso y ayudar a mejorar la película".No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Ai (Pekín, 1957) es conocido por su arte contemporáneo altamente crítico con el régimen chino, dos facetas que para él son inseparables: "Son lo mismo. Artista y activista deberían ser lo mismo", razonó.Exiliado en 2015, pasó por varios países europeos hasta que hace cuatro años compró una casa en el campo en Montemor-o-Novo, en el Alentejo portugués, atraído por la población local y por el clima, parecido al de la región de China donde creció.Entre olivos y en compañía de varios rafeiros alentejanos, una raza de perro típica de la región, está terminando de construir un nuevo taller, un enorme edificio de madera y ladrillo con el que no tiene pensado hacer nada."El edificio que he construido en Montemor va a ser un edificio vacío, porque el vacío también es el significado. Y yo soy un hombre muy vacío, así que es un edificio perfecto para mí", explicó.Vacías están también algunas paredes de su casa en el Alentejo, donde no ha colocado ninguna de sus obras; en su habitación cuelgan todavía los cuadros que puso el anterior dueño, uno de ellos incluso tiene una imagen de Buda.¿Qué quiere hacer con su arte? "Mi arte no sirve para nada, de hecho. No tiene realmente un objetivo claro. Pero es una buena idea", reconoció el artista, que pasó 81 días en prisión en China hace más de una década y, cuando pudo recuperar su pasaporte, se mudó a Europa. Pero en Occidente, defendió, también existe una "fuerte censura".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El propio Ai Weiwei denunció hace meses que fue censurado en al menos cuatro galerías en París y Londres tras una publicación en la red social X en la que criticaba la alianza entre Estados Unidos e Israel.Para él, el ejemplo más claro de esa "censura" es el del fundador de Wikileaks, Julian Assange, que se encuentra en prisión en Londres desde 2019 y podría enfrentar una pena de 175 años de cárcel en Estados Unidos."¿Qué pasa con la libertad de expresión? ¿Qué pasa con la libertad de prensa? Creo que esto es un caso muy claro. Mientras no se libere a Julian Assange, hablar sobre libertad de expresión es un chiste", denunció. Y añadió que en Europa, aunque se vive en condiciones "mucho mejores", también hay "hipocresía"."Todavía se rechaza a los refugiados y a la gente que intenta llegar a Europa. Y todavía son abandonados. Siempre tenemos esta doble vara de medir, y eso normalmente se llama hipocresía", aseveró.Ai Weiwei nunca ha estado en un sitio que pueda llamar hogar, "ni siquiera China", pero en Portugal ha encontrado un sitio donde vivir, al menos de momento.Cuestionado sobre si en tierras lusas se siente "totalmente libre" para hacer su arte, su respuesta fue tajante: "Nadie puede ser totalmente libre para hacer arte en ningún sitio. Eso no existe"."El arte que puede ser totalmente libre no es arte. El arte tiene que encontrar sus propios obstáculos, y siempre que estés intentando descubrir algo nuevo, algo imposible, no puedes ser totalmente libre. En ningún sitio del mundo", dijo.Portugal también se ha convertido en la casa de muchas de sus exposiciones, la última "Paradigma", que abre sus puertas este miércoles en la Galería São Roque Too de Lisboa, donde permanecerá hasta el 31 de julio.La muestra consta de 17 obras de arte, entre las que se incluyen retratos hechos con piezas Lego y muchas esculturas en porcelana, que evocan también la tradición que este material tiene en Portugal.Ai no tiene "ni idea" de si su nueva casa tiene algún impacto en su arte, por eso está haciendo exposiciones e intentando "establecer algún tipo de comunicación con la gente local".Lo que sí ha aprendido en Portugal, especialmente con todo el proceso para construir su nuevo taller, es a ser paciente, confesó: "Tienes que tener mucha paciencia".No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.