Frente al objetivo de Avedon, que contribuyó a difuminar las líneas divisorias entre la fotografía artística y la comercial, posaron Madonna, Ronald Reagan, Malcolm X, Bob Dylan o los activistas estadounidenses de finales de los 60 conocidos como Los siete de Chicago, pero también un sinfín de personas anónimas.En 1944, con 21 años, comenzó a trabajar como autónomo para un suplemento de la revista de moda Harper's Bazaar, gracias al director de la publicación, el diseñador y fotógrafo Alexey Brodovitch, de quien Avedon era alumno en la escuela New School de Nueva York.Su primer trabajo consistió en acompañar gráficamente un número dedicado a dar consejos a adolescentes sobre moda, maquillaje y estilo de vida, pero pronto su estilo "estableció el tono visual de la revista", como aseguraba la propia publicación en un artículo publicado en mayo de 2017."Las mujeres de sus imágenes no eran estatuas ni serafines: eran seres vivos que bailaban, saltaban, anhelaban y se movían de forma borrosa. Había una búsqueda en sus imágenes, una cualidad efímera", aseguraba la propia revista.La misma publicación destaca la instantánea en blanco y negro de 1955 "Dovima con elefantes", en la que la modelo Dorothy Virginia Margaret Juba posa con un vestido de Dior entre dos elefantes. Un trabajo que junto a otras fotografías forma parte del catálogo permanente del museo de arte contemporáneo de Nueva York MoMa.Entre los trabajos que guarda el MoMa, la mayoría de ellos retratos, están Brigitte Bardot (1957), el duque y la duquesa de Windsor (1957), John Lennon (1968), Paul MacCartney (1967), el retrato de Simon & Garfunkel para su disco Bookends (1968) o el director de cine John Ford (1972)."Le fascinaba la capacidad de la fotografía para sugerir la personalidad y evocar la vida de los sujetos de sus retratados. Registró las poses, las actitudes, los peinados, la ropa y los accesorios como elementos vitales y reveladores de una imagen", asegura la fundación que creó en vida y que lleva su nombre.Tras su muerte, el 30 de septiembre de 2004, tras sufrir un derrame cerebral cuando se encontraba haciendo una cobertura para la revista The New Yorker, el periodista Andy Grundberg lo describía en el obituario que publicó el New York Times como el hombre "cuyas fotografías de moda y sus retratos ayudaron a definir la imagen de estilo, belleza y cultura de Estados Unidos durante el último medio siglo".Avedon fue reconocido en vida con exposiciones en numerosos centros de arte con su primera solo en la Smithsonian Institution en 1962, una retrospectiva en el museo Whitney de arte estadounidense (1994) o dos muestras en el MoMa en 1978 y 2002.Trabajó además de para la revista Bazaar (1946-1965), para otras publicaciones de moda como Vogue (1966-1970) o firmas como Revlon, Calvin Klein, Versace o Christian Dior.Como apunta su fundación, estos trabajos le dieron la libertad de emprender otros proyectos en los que exploró sus pasiones culturales, políticas y personales. Le invitamos a conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El artista, Boris Eldagsen, asegura que explicó claramente a los organizadores del concurso Sony World Photography Awards que iba a utilizar un algoritmo para crear su imagen, y ahora rechaza el galardón.Por su parte los organizadores aseguran que, a su entender, Eldagsen les había comunicado que iba a utilizar la IA solo como un apoyo, y lo acusaron de haber "mentido deliberadamente", aunque luego retiraron esa acusación.La imagen, de tono sepia, se titula "Pseudoamnesia: The Electrician" y muestra a dos mujeres de frente ante la cámara, en un estilo vagamente antiguo, como si se tratara de una fotografía de principios del siglo XX.Sony World Photography Awards le dio el premio a la mejor fotografía creativa en marzo. La fotografía es uno de los campos artísticos más afectados por el desembarco de la IA, que permite a cualquiera crear imágenes ultrarrealistas simplemente dialogando con un "chatbox".El año pasado una obra de arte creada con IA ganó un premio en un concurso en Colorado (Estados Unidos) y provocó polémica. Eldagsen aseguró en entrevistas que su propuesta estaba destinada a provocar debate en torno a la IA."Concursé como un caradura, para averiguar si las competiciones están preparadas para la llegada de la IA. No lo están", aseguró. El concurso fotográfico aseguró por su parte en un comunicado que siguiendo los deseos del artista, retiraban la obra."Teniendo en cuenta sus acciones y subsiguientes declaraciones (...) ya no creemos posible mantener un diálogo constructivo con él", explicó Sony World Photography Awards en su comunicado. Recuerde conectarse con nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Una serie de retratos de hombres que accedieron a posar con una buganvilia o un geranio en la oreja izquierda conforma la muestra "Masculinidades", que abrió el jueves en la Fábrica de Arte de La Habana. "Evadiendo los estereotipos, se me ocurrió ver cómo trataba de mostrar hombres que estuvieran contados desde fuera de la masculinidad hegemónica", dice a AFP Molinet, de 33 años.Con su lente, la artista trata de "corregir la carencia de imágenes en el imaginario visual", que no admite una masculinidad vulnerable y condena con homofobia cualquier gesto femenino en un varón, señala.El revuelo que ha causado este proyecto, incluso antes de llegar a la sala de exposición, empezó en agosto de 2022, cuando la fotógrafa decidió subir a Twitter algunas fotos de hombres con flores naturales en sus rostros. "Para nosotros fue mayor la sorpresa que al publicarlo en Twitter se viralizó y alcanzó más de cinco millones de cuentas en menos de 24 horas y muchísima interacción", pero también polémica, cuenta Molinet.-"¡Eso es otra cosa!"Entonces, su cuenta fue suspendida temporalmente "y eso causó más revuelo aún", dice con una pequeña flor lila de arbusto incrustada en su cabello negro.La cuenta @PistolaMonik se inundó de mensajes misóginos y machistas, pero también de defensores del proyecto. "Puras estupideces! Las feministas de hoy buscan feminizar (si es que tal palabra existe) a los hombres y masculinizar a las mujeres! El mundo está de cabeza!", escribió un usuario en esa red. Pero muchos abogaron por la iniciativa y tuitearon fotos de sí mismos con flores de diversos colores y tamaños en la oreja.Para hacer la muestra, Moník y su equipo se ubicaron en un paseo del Prado, una de las principales avenidas del centro de La Habana, donde abordaron a hombres con la pregunta: "¿Estarías dispuesto a tomarte una fotografía con una flor en la oreja en apoyo a la lucha en contra de la violencia hacia la mujer?".La mayoría de las reacciones fueron adversas. "Tengo amigos homosexuales, no lo critico, pero que yo me ponga la flor, ¡eso es otra cosa!", dice un hombre de unos 50 años que fue consultado y que aparece en un video que se proyecta en la exposición.Un espacio con un fondo blanco al final de la muestra aguarda a todo el que quiera tomarse una foto, siguiendo las instrucciones escritas en un muro, que incluye ponerse la flor en la oreja izquierda.La directriz más importante es mirar con expresión seria hacia la cámara. "Queremos descubrir su personalidad en sus ojos", pide Molinet.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
Durante décadas, Massa (Buenos Aires, 1935) fotografió cientos de escenas y retrató a cientos de personas, con especial interés en los músicos de su país, fundó el Estudio Massa y hoy su nieta, Catalina Serrano Massa, quiere darle el reconocimiento que tienen sus instantáneas, pero no él.Con la exposición "Un obrero de la fotografía", que puede visitarse simultáneamente en el Teatro San Martín de Buenos Aires y en la Casa de América de Madrid, pretende mostrar el "material extraordinario" de su abuelo. La de la capital de España forma parte del festival cultural Conexión Buenos Aires-Madrid. En ella pueden verse imágenes marcadas por la complicidad entre la cámara y decenas de músicos argentinos como Soda Stereo, Sandro, Mercedes Sosa, Osvaldo Pugliese o Roberto Goyeneche, y extranjeros como los británicos Rolling Stones, el español Joaquín Sabina o el estadounidense Michael Jackson."Mi abuelo tiene un archivo de fotos muy grande, que llevamos ordenando varios años, estaban desordenadas, en sobres, ahí tomé conciencia de la cantidad de material que había", cuenta Catalina a EFE. La joven, también fotógrafa, explica que, para llegar a la selección que puede verse en ambas ciudades, llevó a cabo un largo proceso, primero de orden dentro del archivo del abuelo, y después de conversaciones con él para ver qué fotos se exponían."Quisimos marcar que los artistas siempre lo están mirando, hay un vínculo entre retratado y fotógrafo, y buscar un equilibrio entre generaciones, entre la mía y la de mi abuelo", subraya.La intimidad, un elemento claveEn la muestra y en muchas otras fotografías de Massa, la intimidad se revela como una herramienta única, con la que se genera un momento efímero que queda retratado por una cámara, pero también por una mirada concreta. "Queríamos mostrar esa intimidad que él siempre lograba porque con algunos artistas tuvo mucho vínculo, los de su generación, de tango, folclore... Él generaba un vínculo con los artistas y a algunos los retrató durante varios años, se generó un vínculo laboral y de amistad", explica.Una intimidad que también busca y logra Catalina con sus fotografías de músicos y personalidades, y que también pueden verse en la muestra de su abuelo, a la que aporta varios retratos. "La cosa es sacarlo del lugar típico e ir más allá para poder conseguir la foto, la intimidad, ese momento, creo que eso es algo que tenemos en común y que fui dándome cuenta en el andar: es lograr escabullirme para lograr la foto, es mejor pedir perdón que permiso", comenta.Un artista desconocido, unas fotografías muy conocidas Catalina pone de ejemplo la foto que Massa hizo de los tangueros Osvaldo Pugliese y Roberto Goyeneche, que "pasó de mano en mano, de generación en generación" y se convirtió en un símbolo de buena suerte para otros músicos, pero también en un icono que cuelga en autobuses o tabernas del país. "Las fotos de mi abuelo se hicieron muy conocidas, sin saber quién era el fotógrafo, él siempre dice que no le importaba hacer marketing de su trabajo porque él no frenaba nunca, trabajaba y trabajaba y recién ahora se puede dar el lujo de poder hacer esto", indica la nieta.Muchas de las fotos expuestas son portadas de discos o "retratos que estuvieron dando vueltas mucho tiempo". En ese sentido, resume que la intención de la exposición es enseñar "quién estaba detrás del lente", pues "es un orgullo decir que era él e hizo todo este material extraordinario".Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
El Centro Cultural Gabriel García Márquez cumple 15 años y como parte de la conmemoración abre el primer concurso de fotografía para sus visitantes quienes a través de una foto de su autoría que exprese la forma de verlo, habitarlo y apropiarse de este espacio."El Centro Cultural Gabriel García Márquez fue concebido, desde su diseño, como un espacio abierto para la cultura. Durante quince años se le han abierto las puertas a escritores, artistas plásticos, filósofos, políticos, músicos, estudiantes, profesores, niños, jóvenes adultos, ciudadanos colombianos y extranjeros que encuentran en el Centro Cultural un punto de encuentro entre el Centro Histórico de Bogotá y una propuesta moderna que recoge propuestas artísticas de todo tipo y para todos los públicos", menciona el centro en un comunicado. El concurso está dirigido a ciudadanos colombianos mayores de edad que quieran expresar por medio de una fotografía su interpretación de la arquitectura y urbanismo del Centro Cultural Gabriel García Márquez. Hablando de los requisitos las fotografías se deberán enviar al correo: contacto@fce.com.co con asunto “Concurso Fotografía 15 años Centro Cultural Gabriel García Márquez” identificando su nombre y autoría de la obra presentada. Las fotografías deben ser enviadas en formato JPG en 300 DPI. Las fotografías se recibirán vía correo electrónico desde el miércoles 15 de febrero hasta el lunes 3 de abril de 2023 a las 6:00 p.m.El jurado calificador de las fotografías recibidas estará conformado por un arquitecto, un experto en la obra de Rogelio Salmona y un representante del Fondo de Cultura Económica. El jurado premiará las tres mejores fotografías con un bono de $500.000 (primer lugar), un bono de $300.000 (segundo lugar) y un bono de $200.000 (tercer lugar) redimibles en libros de su elección en las librerías del FCE en Colombia.La premiación se llevará a cabo el viernes 28 de abril de 2023. Asimismo, las 30 mejores fotografías se expondrán en la Plazoleta México del Centro Cultural Gabriel García Márquez durante el mes de mayo de 2023. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Me preguntaba sobre las casualidades y el destino. ¿Qué detalle de nuestra vida no estará escrito aún? Conocí a Ricardo Ramírez probablemente entre semana, me había bajado en la madrugada del primer vuelo que llegaba a la ciudad y estaba a la espera de enfrentarme al día. Recuerdo la gorra que me incomodaba, el estómago hecho nudo por el café y la sensación de melancolía mientras el carro avanzaba por la autopista frente al mar tantas veces recorrido por el Maqroll de Álvaro Mutis. Era uno de esos primeros momentos del día donde el horizonte no tiene límites y el tiempo es un mito. No es demasiado alto, pensé. Ya nos habíamos reído en juntas, reuniones de cámaras encendidas y gestos aprendidos para personas respetuosamente olvidables. Pasaron las horas en medio de retrasos del rodaje, el tedio, el calor abrumante y el asfixiante cubrebocas. Hablamos sobre el pasado, el origen de su apellido Hamburger que acompaña al Ramírez y sobre todo de los sueños. Ese primer día sentado junto a él entendí que la cámara bajo el brazo también podía funcionar como brújula.Han pasado varios años desde aquél día. Sigue sin ser demasiado alto, tiene un poco más de veinte. Ya no trabajamos en ese lugar y sonreímos un poco más. Richie, como le he llamado desde siempre, inauguró el pasado 17 de diciembre, su primera exposición Retazos en 35 mm en El lugar del Poema, (Pasaje Leclerc) en Cartagena. En sus palabras, la exposición "es una exploración a partir de 20 obras analógicas, divididas en tres partes: paisaje, retratos y boxeo. La parte de paisaje es la intención de entender cómo cae la luz en el Caribe, la mayoría de fotos son en Cartagena y una obra en específico es en el Cerro de Maco, de los Montes de María". Me habla sobre las diferencias del impacto de la luz entre ciudades, de su familia, de los lugares que habita. Cuando pasamos a los retratos su voz cambia. Habla de sus amigos, de todos aquellos que ha capturado: "no hay ninguna persona que de alguna manera no conociera al momento de tomar la cámara". El arte también se construye entre los afectos, parece decirme entre líneas. Decir que esta exposición se reduce a enumerar lugares como las Callecitas de Cartagena de Arabella sería un plano bastante literal y soso. Por el contrario, cada foto tiene impregnada una visión sobre esos lugares y personas que ha habitado: "A mí me gusta mucho esa sensación de melancolía que también va un poco en contraposición del imaginario a nivel comercial que mucha gente tiene de nosotros. Generalmente se imagina al Caribe como un club de personas alegres. Pero somos muy melancólicos y creo que también va un poco supeditado a todo lo que como región nos ha tocado padecer, más allá de la guerra y el abandono estatal". "Siempre he sentido que somos bastante melancólicos y de hecho una amiga mía que se llama de Emy Osorio —que también está retratada en esta exposición— me dijo una frase que no olvido. Dijo: "nosotros somos el Caribe melancólico". Siempre recuerdo esa idea porque también es una forma de ver el espacio, la vida, la luz". De nuevo pienso en Maqroll. Se inmiscuye, parece recitar una vez más: "Ahora, lo importante es aprender a ver, llegar a saber ver, ver todo: las cosas, las personas, el cielo, los montes, el mar y sus criaturas. Todo lo que vemos esconde siempre una parte, la deja en la sombra. Allí hay que llegar, iluminar, descubrir, descifrar", para complementar el espíritu de Richie. El boxeoHay algo de arte en un hombre que se revienta los puños para ganarse la vida. Hemingway lo supo hace mucho tiempo. En la tercera parte de la exposición, el protagonista es uno de los deportes que ha estado ligado a la cultura del Caribe: "Hay cinco retratos a boxeadores junto a un par de datos de la persona retratada en los combates. Esta es una muestra de un proyecto en sí mismo en el que me he dedicado a fotografiar el último club de boxeo que existe en la ciudad de Cartagena que es el club de boxeo Aníbal González. Está ubicado en el barrio El Espinal, relativamente cerca al centro histórico". Las palabras memoria y tradición brotan. No solo está tomando fotos, gastando carretes, rescatando la alquimia del revelado: cada disparo es un hilo que teje un significado propio con su cultura.También hay algo de boxeador en cada artista. Eso lo saben todos y esta exposición es el reflejo de lo que ocurre con la mayoría de artistas en el país: autogestionada, sin patrocinios (por lo menos gubernamentales) y sacada adelante con una red de afectos enorme o un soporte increíble, como los califica Ricardo. Cada obra creada es un combate, pero cada exposición que sale para que el público pueda conocer tu obra es un cinturón de campeón. "Es muy difícil porque claramente si en Bogotá es difícil, acá los espacios son muchísimos menos, es una ciudad muy pequeña y clasista. Es una ciudad muy difícil de generar un ambiente cultural pero cuesta, siempre cuesta". El Caribe fue el lugar del que huyó Marvel Moreno hace tanto, pienso y también es el epicentro de grandes eventos, llenos de nombre y prestigio, pero el arte, y los artistas (emergentes) no presiden casi nunca mayoritariamente allí.Aun me sigo preguntando sobre el destino, no tanto en las casualidades que me llevaron a escribir esto. Solo hay algo cierto: la melancolía puede ser palpable y en ocasiones fotografiable. La exposición estará en El Lugar del poema (Cll 24 # 8b) en Cartagena hasta el próximo mes de abril. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Sin arte LGTBIQ+ no hay historia del arte. Tenemos que contarnos nosotros dentro porque nadie va a hacerlo si no (...) Merecemos estar en lugares como este", afirmó Muholi al dar la bienvenida a la prensa en la Maison Européenne de la Photographie (MEP, Casa Europea de la Fotografía), impulsora de la primera exposición de mirada completa sobre su obra en territorio francés.La muestra, que estará abierta al público entre el 1 de febrero y el 21 de mayo, incluye desde sus autorretratos más famosos hasta escenas cotidianas que ilustran la vida de las personas negras LGTBIQ+ de Sudáfrica, una comunidad a la que el sueño de la "nación arcoiris" devuelve todavía con demasiada frecuencia -casi 30 años después del fin del "apartheid"- brutalidad, marginación y pobreza.Las imágenes de Muholi, sin embargo, rehúyen esa violencia. Elle quiere, precisamente, celebrar la belleza y la intimidad de su gente. "Si quisiera victimizar sería muy fácil", apuntó.De hecho, Muholi apostó a que una obra como esa se "vendería" muy bien, porque responde a las preconcepciones que normalmente dominan el imaginario de la audiencia, pero no es lo que le interesa.La retrospectiva refleja, de hecho, su ambición por crear un "archivo visual" de la comunidad LGTBIQ+ sudafricana. La Constitución democrática de 1996 -un texto que Muholi define como "la mejor" carta magna del mundo por su alto nivel de reconocimiento de derechos- validó a nivel legal sus existencias y, por tanto, no podía ser, según esta activista, que esa realidad no tuviera su reflejo en el arte."Si la gente tiene derecho a expresarse, a su identidad, a su sexualidad, necesitamos visualizarlo", defendió. Es por eso que, sobre todo a partir de 2006, empezó a narrar con su cámara."Cada uno de nosotros tiene un papel que jugar en un país democrático, nadie puede sentarse y esperar que la gente haga cosas por ellos, así que yo he asumido mi propia responsabilidad y la fotografía es una forma en la que puedo articular los asuntos reales que afectan a mi comunidad: negros, queer, comunidades trans", detalló a EFE."Si supiera cómo hacer más lo haría, pero paso a paso", agregó esta artista, nacida en 1972 en la provincia de KwaZulu-Natal. La primera ante su cámara es elle: sin maquillajes, sin luces artificiales, desnuda o utilizando accesorios caseros -desde pinzas de la ropa a estropajos- en busca de una belleza que reivindica una negritud queer orgullosa.También hay, sin embargo, imágenes de poso más amargo, como las que evocan una etapa de menstruaciones especialmente lacerantes, los rostros de personas que ya murieron y de reinas de la belleza que fueron marginadas."Ha sido un camino doloroso", resumió Muholi, pero también, ante todo, una obra de "amor" y de "dignidad". No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Las fotos tomadas por alemanes constituyen la casi totalidad de la documentación fotográfica del Holocausto. En la actualidad imaginamos el gueto a través de su mirada", declaró el historiador Jacek Leociak en una conferencia en el museo de Historia de los Judíos Polacos."Este rollo es un documento inestimable pues supera la perspectiva alemana, (...) la de los verdugos que fotografiaban a los judíos como víctimas deshumanizadas, anónimas", agregó.Las fotos no muestran los combates. En una de ellas, tomada desde un lugar alto, un grupo de judíos, hombres, mujeres y niños, es escoltado por soldados alemanes armados hacia Umschlagplatz, desde donde partían hacia los campos de exterminio.En otra, en una calle desierta, una espesa humareda cubre edificios, mientras escombros y cables se ven en la calzada. En la tercera, los bomberos apagan edificios incendiados.Todas las imágenes muestran una atmósfera de apocalipsis. "Son las únicas fotos que no fueron tomadas por alemanes [en el gueto durante la insurrección] y que no fueron realizadas con fines de propaganda", declaró a la AFP Zuzanna Schnepf-Kolacz, una de las comisarias de la exposición "En torno a nosotros, un mar de fuego", que las presentará al público a partir de abril.Copias de mala calidadEn total, 33 fotos del gueto figuran en este rollo milagrosamente hallado en diciembre. Fueron todas tomadas por Zbigniew Grzywaczewski, bombero polaco que era convocado para apagar incendios provocados por los nazis tras desencadenarse la insurrección del gueto de Varsovia, el 19 de abril de 1943.Los alemanes incendiaban sistemáticamente edificios para sacar a los insurgentes escondidos. El gueto de Varsovia fue creado por los alemanes un año después de la invasión de Polonia en 1939. Su objetivo era exterminar a sus habitantes por hambre y enfermedades o deportarlos hacia el campo de exterminio de Treblinka, 80 kilómetros al este de Varsovia.El 19 de abril de 1943, unos centenares de judíos atacaron a los nazis, optando por morir armas en manos en vez de ser llevados a las cámaras de gas. Solo doce fotos de este rollo eran conocidas hasta ahora como copias realizadas en papel de mala calidad, mal enmarcadas, y el rollo durante mucho tiempo se consideró desaparecido.Las copias fueron entregadas por el autor a una familia judía que se ocultó en su apartamento durante la guerra y que emigró luego a Estados Unidos. En los años 1990, fueron ofrecidas por esa familia al Memorial del Holocausto en Washington.La guerra y el amorHace apenas seis meses los organizadores de la próxima exposición, que conocían las copias, contactaron a la familia del fotógrafo con la esperanza de hallar otras fotos. El hijo de Zbigniew, Maciej, encontró el viejo rollo con sus bordes algo dañados, en una caja de cartón olvidada desde hace décadas, que contenía archivos fotográficos de su padre, muerto en 2003."Mi padre nunca nos dijo que había tomado esas fotos en el gueto, tal vez porque era muy duro para él. Hace poco supe que las copias en papel estaban en Washington", explicó Grzywaczewski a la AFP. "A petición de la comisaria de la exposición, me puse a buscar el rollo sin éxito durante mucho tiempo. Finalmente, mirando en la última caja de las varias donde estaban los archivos fotográficos de mi padre, lo encontré el rollo"."En el rollo se ven también fotos de mi madre, su familia y las imágenes del gueto. Podemos decir que este rollo se podría denominar con el nombre de 'la guerra y el amor'", agregó. Su padre también escribió un diario durante la guerra.En mayo de 1943, apuntó: "Pienso que guardaré en la memoria siempre las imágenes (...) de esas siluetas titubeando de hambre y pavor, sucias, destrozadas. De [esas personas] fusiladas masivamente, con sobrevivientes caminando sobre los cadáveres de los que fueron abatidos". No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Kaminsky fue un "humanista, fotógrafo y resistente francés, especializado en la fabricación de falsos papeles" de identidad, afirmó su hija Sarah, quien relató la vida de su padre en el libro "Adolfo Kaminsky, vida de un falsificador".Judío de origen argentino, Kaminsky era un "fotógrafo talentoso que se convirtió en falsificador de genio, suministrando papeles a los miembros de la Resistencia francesa y a los judíos perseguidos, antes de comprometerse en otras causas después de la guerra", señaló la Fundación para la Memoria de la Shoah.De la Resistencia a los movimientos anticoloniales, Adolfo Kaminsky fue, en la clandestinidad, proveedor de papeles falsos de identidad para diversas movimientos del siglo XX.Hijo de inmigrantes rusos judíos, nacido en Buenos Aires antes de venir a Francia, quería convertirse en pintor. Pero a los 17 años se comprometió con la Resistencia en París, tras salir del campo de internamiento de Drancy.Ofreció sus conocimientos de química y fotograbado para fabricar papeles falsos en un laboratorio clandestino, salvando así miles de vidas. Así comenzó una carrera de tres décadas, a riesgo de su vida, bajo la cobertura de una actividad de un fotógrafo común y corriente en sus talleres de París."Tuve la suerte de salvar vidas humanas. Trabajé día y noche, con microscopio. Perdí un ojo, pero no me arrepiento de nada", dijo en 2012 a la AFP quien era entonces conocido como "el señor Joseph".Trabajó para los servicios secretos franceses hasta la capitulación de la Alemania nazi y ayudó a los judíos que se evadían de los campos de la muerte a emigrar a Palestina. Luego se desempeñó como falsificador político al volverse experto en papeles falsos para las luchas anticoloniales y antifascistas.De esa manera ayudó al Frente de Liberación Nacional durante la guerra de Argelia, a los antifranquistas de España, a los anti-Salazar de Portugal, y a quienes luchaban contra los coroneles en Grecia.Trabajó también para los participantes en la Primavera de Praga, los que luchaban contra las dictaduras en América Latina, Guinea, Angola, los desertores estadounidenses de la guerra de Vietnam y hasta con Daniel Cohn-Bendit, el famoso líder estudiantil de mayo de 1968 en Francia.En 1971 concluyó sus actividades de falsificador. Su obra fotográfica, cuyo humanismo recuerda al fotógrafo francés Doisneau, fue expuesta en el Museo de arte e Historia del Judaísmo en 2019. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Ya hace algunos años pudieron presentar trabajos de Brassaï en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México (2018), Paz Errázuriz en el Moreia Sales de Sao Paulo (2020) o Nicholas Nixon en el Tomie Ohtake de Sao Paulo (2020), entre otras."Hacer itinerar nuestras colecciones y exposiciones de fotografía nos ayuda a apoyar y a difundir a artistas que no siempre tiene que ser internacionalmente conocidos y nos facilita que muchas más personas puedan disfrutar de la cultura", señaló a EFE Nadia Arroyo, directora de cultura de la Fundación.Este año está previsto que Carlos Pérez Siquier, tras su paso por el Fotografie Forum Frankfurt irá al Huis Marseille de Amsterdam; Judith Joy Ross cerrará en el Fotomuseum de la Haya y partirá hacia el Philadelphia Museum of Art; Paul Strand se presentará en la Fondation Cartier Bresson de París, y Graciela Iturbide en el Centro Portugués de la Fotografía de Oporto.Asimismo, seguirán dedicando "mucho esfuerzo a publicar con editoriales internacionales" sus catálogos de fotografía, tal y como este año consiguieron co-editar IIse Bing con Deni Lewis Publications y Carrie Mae Weems con Artbook DAP, un catálogo que ha sido seleccionado entre los diez libros del año de fotografía por el New York Times."Nuestra actividad principal se centra en la ciudad de Madrid y Barcelona, pero a través de colaboraciones internacionales permitimos que grandes exposiciones puedan construirse, como Leonora Carrington que abriremos en nuestra sala de Recoletos este febrero y que hemos coorganizado con el Arken Museum de Dinamarca donde arrancó y puede verse hasta el 15 de enero", afirmó.Además de Leonora Carrington, Facundo de Zuviria, Tina Modotti, Louis Stettner o Medardo Rosso son algunos de los protagonistas de las exposiciones que Fundación Mapfre presentará el próximo año. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
—Diez... Veinte... Treinta... Aquí tiene su semana, maestro Flores.—Diez... Veinte... Treinta... —contó pausadamente el viejo, estirando con fuerza los billetes que luego lió y guardó en una cartera de cuero negruzco—. Conforme, patrón, muchas gracias y hasta el lunes.—Oiga, maestro, ¿no sería posible que mañana saliera a trabajar? Quisiera que me arreglara unos estantitos en el escritorio.—Yo no trabajo en domingo.—Lo sé, don Flores, pero un día es un día... Ya está, diga que sí.—Yo trabajo toa la semana, es mi deber, es mi obligación, pero el domingo descanso. Pa eso hizo Dios el domingo; pa descansar.—Convenido. Pero por esta vez no podría...—Ya fijé que no —atajó el viejo firmemente.—Se tendrá en cuenta su buena voluntad —dijo molesto el joven.Hablaban el patrón —o sea el administrador de la hacienda— y don Santos Flores, a través de la ventana del escritorio del primero que, protegida por una reja de hierro, abría sobre el corredor.Llegaba la noche con un silencio hondo, con una paz de vida que se aquieta, buscando en el reposo pujanza para la brega del siguiente día. Diversos rumores, al turbarlo, hacían luego más profundo ese silencio: un último aletear de pájaros en busca del nido; el paso de un gañán que horqueta al hombro caminaba- hacia su puebla; el trote brioso de un caballo; relinchando por la piara; el grito de una mujer que decía: "Vení, condenao", con estridencias broncíneas en-1a voz; el ulular de una lechuza anunciadora de la noche.Con todas las gamas del azul desvanecíase el paisaje en una especie de niebla: azul verdoso los prados; azul sombra los montes; azul negro, cordilleras; azul ópalo el cielo; azul plata las estrellas.— ¿Mi güena voluntá pa servir a l'hacienda desde que nací? Bien puee tomarse en cuenta... Sesenta años tengo y ni un día e trabajo hei faltao a mi obligación. Usté lo sabe y los patrones lo saben mejor que usté hablaba don Santos sin reproche, pero con una voz íntegra que no admitía discusión.—Bueno, bueno —contestó el joven conciliadoramente—, allá usted con sus razones. Hasta el lunes.—Hasta el lunes, patrón.Era interesante el viejo carpintero, recia figura hecha en músculos que los años iban enjutando. Sólo eso y blanquear los cabellos había conseguido el tiempo, porque el cuerpo se alzaba de un firme trazo único. A hachazos parecía haber sido hecha la fisonomía resuelta, de empecinado: cuadrada la barbilla, filudas como aristas las quijadas, delgados los labios descoloridos, recta la nariz, horizontales casi las cejas, rectangular la frente amplia, cerrados de expresión los grandes ojos de iris gris acero que iban derechos en busca de la mirada del interlocutor. La voz acordaba con el resto: fría, sin modulaciones, lenta, iba buscando con tino las palabras que mejor tradujeran su pensamiento."Es como un peñasco —pensó el administrador al verlo fundirse al azul de la noche en el fondo de la alameda—. ¡Y que vaya a casarse!"2Venido de varias generaciones que nacieran y murieran en la hacienda, Santos Flores —como todos los hombres de su familia fue carpintero.Muy niño aún, ayudaba a- su padre en cuanto sus fuerzas le permitían. Las horas de solaz que para los otros chiquillos eran correrías locas a través de los potreros en busca de nidos y frutas, para Santos eran paciente trabajo de carpintería que daba por resultado una cajita, una repisa, un banco. A los diez años entro a formar, parte del personal de la hacienda como ayudante de carpintero, bajo las órdenes de su, padre.Desde entonces no se le conoció otro goce que el trabajo, ni otra distracción que salir los domingos a dar una vuelta a caballo por los caminos comunales, ni otro afecto que el cariño a sus progenitores.En la austeridad de una vida hecha de deber cumplido pasaron lentos y monótonos los años. Murió el viejo maestro carpintero y Santos lo reemplazó en el puesto.Entre los montañeses aislados de la ciudad por enormes distanciar, se conserva íntegra la tradición casi feudal del vivir de nuestros abuelos. El patrón es el señor omnipotente del cual se soporta todo sumisamente, aunque en lo hondo se lo reconozca injusto. Ese sentimiento es mudo. La primacía del señor sobre el inquilinaje la ejerce en la puebla el padre, el marido o el hermano mayor sobre el resto de la familia. Así como el patrón lega al morir cuanto posee a sus descendientes, el montañés deja a los suyos el oficio que tuviera, con algo que más aún semeja su idiosincrasia a la del señor de otros tiempos: es el hijo mayor quien lo sucede.Santos Flores reemplazó a su padre en la carpintería y en el hogar.Tenía un carácter de hierro. Los principios morales y religiosos que la madre le inculcara se modelaron en ese metal, y nunca, nada ni nadie pudo borrarlos. Mientras vivió el padre fue un obediente a su mandar, luego tomó la dirección de la familia, reducida solamente a la mama Rosario, y bien supo ésta que era el hijo tan despótico como fuera el marido.— ¿Por qué no te casai? —preguntaba a veces, tímidamente, mama Rosario.—Porque aún hay tiempo pa tener un hijo.—La Juana del molino me gusta hartazo. Es limpia y comedida y de cara no es naíta e pior. Es l'única que me gustaría pa nuera.—Entoavía no pienso en casarme.Recién cumplía Santos Flores cuarenta años cuando la mama Rosario, de una gripe, fuese al otro mundo en busca de "su finao" que según ella la esperaba en la puerta del cielo.Este golpe rompió el equilibrio de sus hábitos. Por volver a ellos, inmediatamente, Santos Flores resolvió casarse.Eligió a Juana —la que tanto le- gustaba a su madre—, una mujercita bondadosa que sólo se ocupaba en bruñir el hogar modesto, plegándose humilde a cuanto Santos decía. Siempre taciturno, jamás contrariado, adivinado en sus menores deseos, el hombre fue bueno con ella y. la hizo feliz a su modo.Lo que no podía perdonarle, y en sus raras y frías cóleras le reprochaba como falta propia, era que en vez de un Santos Segundo Flores que siguiera la tradición de maestros Flores en la hacienda, le hubiera dado, con do años de diferencia de una a otra, tres hijas que se llamaban María Juana, María, Mercedes y María del Tránsito.Cuatro años después, al dar a luz un hijo varón que nació muerto, Juana murió, sumiendo a. Santos en un dolor silencioso, tanto más hondo persistente cuanto menos se deshacía en palabras y gestos.Junto al dolor —superándolo a ratos— estaba el sentimiento de humillación que el no tener un hijo le producía. En esos momentos pensaba en casarse nuevamente. Pero la recta visión de sus deberes paternales lo hacía desistir de ese, propósito, por no darles madrastra a las niñas. Cuando estuvieran mayores...Sí, entonces, ¿por qué, no casarse y lograr el ansia del hijo?La madre de Juana quiso reclamar el cuidado de las nietas. Santos Flores cortó todo proyecto de la molinera con esta frase sin vuelta:—Mis hijas son mías y. naiden más .que yo las criará.María Juana —que tenía a la sazón diez años— tomó el trabajo de la casa. Don Santos y ella se levantaban al amanecer, aseaban la -puebla; ordeñaban la vaca, preparaban el desayuno. Cuando el padre se iba, María Juana vestía a, las pequeñas y toda la mañana se le pasaba cuidándolas juiciosamente, al par que vigilaba la olla con los porotos y tenía lista la leche para el ulpo.A mediodía llegaba don Santos. Almorzaba de prisa y al pitar la sirena volvía el hombre a su trabajo. A eso de las cinco la mujer del campero Silva venía a lavar, a tostar, a moler trigo, a hacer, en fin, todos los trabajos que María Juana no podía realizar.Y la niña se esmeraba en su papel de madrecita que a sus propios años le daba importancia y —alma de servidumbre— vivía pendiente de los deseos de los demás, tratando de imitar en todo "el modo de los grandes", seria y razonable por naturaleza, obsesionada como su padre por el cumplimiento del deber.María Mercedes —Meche familiarmente—, era en lo físico idéntica a don Santos, pero en cuanto a carácter, el polo opuesto. Risueña, parlanchina, impulsiva, caprichosa, vivía en perpetua movimiento que impacientaba al padre. Y cuanto más crecía la niña, más rudos eran los choques de ambos caracteres. El padre exigía sumisión y obediencia pasiva; la hija quería libertad y obedecer sólo a su idea. A veces la discusión subía de tono, y el padre —exasperado— le pegaba. Pero ni razones ni golpes conseguían hacerla obedecer.—Sos pior que macho —decía don Santos:—Pior que yo es usté. ¿Por qué no m'eja ir a jugar con los chiquillos e don Silva?—Ya t'ije que no.—Es que yo l'igo que voy no más...—Vos m'andái buscando las manos.—Si quere pegarme aquí me tiene —y se lo quedaba mirando, desafiadora, con sus ojos de acero tan semejantes a los del padre, que unos parecían reflejo de los otros.Eran luchas que sumían a María Juana en un mar de estupores. Para ella, llevarle la contraria a don Santos era algo horrendo y, aunque le dolieran como recibidos en carne propia los golpes dados a Meche, encontraba muy naturales aquellas palizas.María del Tránsito —la Tatito— era un pobre ser de timidez que vivía en perpetuo sobresalto de desagradar, un ser de recogimiento únicamente se encontraba tranquila al estar sola, y que en presencia de don Santos transpiraba de angustia, no sabiendo qué hacer de su persona para disimularse. Las riñas de su padre con Meche la aterrorizaban hasta el punto de desmayarse cuando llegaban a hechos.Ya más grandes, empezaron a asistir a la escuela: juiciosa y aprovechada María Juana; díscola, pero admirable de comprensión, cuando se interesaba por el tema, Meche; opaca en su medianía Tatito, que sólo cobraba vida e inteligencia en la clase de religión.Al correr el tiempo se acentuaron en ellas sus diferentes personalidades, y al cumplir dieciocho años, María Juana era una agradable muchacha, atrayente por la bondad que emanaba de ella, óptima dueña de casa, hábil tejedora de lamas y choapinos, seria, humilde y, como su padre, rígida en sus principios y aferrada al deber.Meche seguía siendo la desesperación de todos, pues a sus características de niña agregaba ahora una coquetería endiablada que traía locos a los mozos de la hacienda. Mas tenían que contentarse con mirarla de lejos al pasar frente a la casita: conociéndola a fondo y temiendo una aventura que le costara la honra, tanto don Santos como María Juana la vigilaban estrechamente.—El que venga a las derechas que hable conmigo —decía don Santos.La pequeña vivía en éxtasis desde que hiciera la primera comunión en Curacautín. La religión fue un sedante para su angustia. Suave y opacamente desprendida de toda pasión humana, se le iban los días rezando, arreglando altares, mirando estampas.La pubertad le trajo innumerables trastornos físicos. La anemia roía su pobre cuerpecillo endeble, desmayos y vértigos la asediaban periódicamente y a tanto llegó su flacura que don Santos se asustó y, acompañado por la abuela molinera, fue con la niña a Victoria a consultar médico. .Siguiendo un régimen alimenticio muy nutritivo alternado con remedios, sin hacer otra cosa que hilar, pasaba Tatito días enteros sentada en un sillón, tirando de la hebra mecánicamente, muy delgada, muy blanca, señoril en su pose arcaica, toda ojos visionarios la cara comida por la enfermedad, extraña en aquel medio de rostros rudos, de figuras recias, de almas roqueñas.Una mañana don Santos las llamó a su pieza luego de desayunar, y pausadamente, con voz resuelta y expresión cerrada, dijo:—Ustedes ya están grandes y una madrastra no las irá hacer sufrir. Yo quero casarme y ya tengo palabreá a la Chabela Rojas. Ya está too arreglao. A mediados del otro mes será el casorio.Las muchachas lo oían estupefactas y un mismo impulso las hizo protestar.—Pero... —alcanzó a decir Tatito, abriendo enormes los ojos.— ¿Se quere casar? ¿Usté se quere casar? —dijo María Juana.— ¡Ja! ¡Ja! —rió Meche, insultante—. Se quere casar con la Chabela... El veterano templándose y mientras las hijas encerrás a canidao pa que naiden las vea. ¡Ja! ¡Ja!—Cállate —ordenó el viejo.—No quero. ¿Por qué voy a callarme? Si es pa morirse e la risa. ¡La Chabela es de la mesma edá que la María Juana!—Ya t'ije que te callaras.—Y yo dije que no quería callarme na... La Chabela Rojas e madrastra e nosotras. ¡Qu'irrisión más grande!—Ustedes serán las honrás. Ella es muy señorita y muy güena y. too se lo merece.— ¿La Chabela se lo merece too? ¿Usté está malo e la cabeza? Bien pue ser que le haigan hecho tomar alguna cosa... La Chabela Rojas muy señorita... Predúnteselo al patroncito... él le pegaría el señorío...—Eso sí que no te lo aguanto. Cállate o te costará caro.—No me callo... aunque me pegue... Predúnteselo tamién a don Fanor, el sobrino del señor Rodríguez. Predúnteselo... ¡Ay!... ¡Ayayaycito!— ¿No te querís callar? ¿No te querís callar?—Predúnteselo a los dos. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ayayay!—Toma... Toma...Mala bestia...—Taitita lindo... ¡Por Diosito! —gentil, implorando, María Juana— Mi Señor, la va a matar... ¡Ay! Creo en Dios Padre... —musitaba Tato, alba como un lienzo y a punto de desmayarse.—Mala bestia la Chabela, qu'es una perdía —un bofetón más fuerte alcanzó a Meche en la boca y dando un traspié cayó de lado, sangrando abundantemente por la nariz.—Me vis acriminar —dijo el viejo, pesaroso.María Juana acudía a la otra, a Tatito, que había caído desmayada sobre la cama.—Vos tenis la culpa —prosiguió don Santos, dirigiéndose a Meche, que en el suelo, arrodillada, sollozaba convulsa—, me volvís loco con tus porfías. Con ésta creo que no quedrás más leución. El casorio es pa media-dos del otro mes. No hay güelta. Y no pongan malas caras y prepárense p'arreglar la casa. Hay mucho qui'acomodar pa recebir a la nueva señora. Ya lo saben.Cuando el viejo salía, Meche se irguió y dijo frenética:—Si usté se casa con la Chabela me voy puerta afuera. ¡Por ésta sé lo juro! Ya lo sabe.No contestó don Santos. Bien sabía que la última palabra era siempre de la rebelde. Pero mala hasta el punto de inventar una calumnia no la imaginaba. ¿De dónde sacaría las feas historias que achacaba a Chabela? Le amargó el día el saetazo de la frase: "Predúnteselo al patroncito. Predúnteselo..." Tanto le hería, tanto lo hacía sufrir, que en la tarde, al ir a ver a Chabela al despacho donde vivía con sus padres, le contó el incidente, taladrándola con sus ojos de acero.La muchacha lo oyó tranquila, sonrió mimosa y dijo:—Puras envidias. Cosas piores ha d'inventar la Meche pa que no se case conmigo.Y el viejo volvió a la confianza por obra de los ojos que tan serenos y verídicos parecían. Además su amor —un amor que llegara callado, tomándolo íntegro y sin vuelta— no pedía sino que le adormecieran recelos.Meche trató en otra ocasión —cuando tuvieron que dejar a la novia el dormitorio que ellas ocupaban, la pieza más espaciosa de la casita— de volver a su protesta de macho taimado que se niega a dar vueltas a la noria, por el solo placer doloroso de recibir una paliza que lo haga más consciente de su esclavitud.Fue su último grito de rebelión. Desde entonces hasta el día del matrimonio cosió, hiló, tejió, ayudó en todo a la par que las otras, en los preparativos que se hacían rumbosamente.Don Santos parecía haberlas olvidado. Absorto en sus pensamientos, sólo salía de su mutismo para dar breves órdenes. Además, lo veían poco. Almorzaba y comía en el despacho. Llegaba a acostarse. Se levantaba al alba, desayunaba servido por María Juana; revisaba la labor hecha por las muchachas el día anterior, hacía algunas hacía algunas indicaciones y se iba, tras de mirarlas muy fijo con sus ojos agudos como puñales.
Este mes la programación del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo estará llena de conciertos y obras magníficas, entre estos dos espectáculos imperdibles, la obra Juguetes Rotos de la directora argentina Carolina Román y el concierto de la Sinfónica Nacional de Colombia junto al Tambuco Ensamble de Percusión.En primer lugar, la directora y dramaturga argentina Carolina Román presenta su obra Juguetes Rotos por Producciones Rokamboleskas, una compañía de teatro española. Estas funciones hacen parte de la programación de España país invitado de honor en el Teatro Mayor. Juguetes Rotos narra la historia de una amistad entre Mario, un joven que abandona su pueblo, y Dorin, una transexual del mundo del espectáculo. Mario trabaja en una peluquería y Dorin lo lleva a enfrentarse a sus sueños de ser mujer. En este espejo en el que Mario se mira también se refleja un mundo de purpurina peligroso y revelador.Este proyecto propone una reflexión sobre la identidad sexual y sobre el mundo no-binario de España de las décadas de 1960 y 1970, en contrapunto con el del presente. En este entramado social muchas personas se vieron gravemente afectadas por un sistema que no los admitía ni reconocía más allá de los escenarios y la prostitución.Producciones Rokamboleskas nace de la mano de Fabián Ojeda (Premio Max 2017) y Nacho Guerreros, dos profesionales con una amplia trayectoria en las artes escénicas. Desde 2017 su actividad principal es la producción, coproducción y producción en gira de obras teatrales, apostando por la profesionalización del sector escénico en España y la calidad de los espectáculos.Carolina Román es dramaturga, actriz y directora. En Buenos Aires cabalgó entre sus estudios de periodismo en la Universidad de Buenos Aires y el teatro. Sus maestros más influyentes fueron Raúl Serrano, Alberto Félix Alberto y Augusto Fernández, entre otros. Junto a sus hermanas creó el Videoclub del Ángel, un proyecto especializado en cine de autor con el que organizaron modestos ciclos por el territorio.Las funciones serán el viernes 16 y sábado 17 de junio a las 8:00 p.m., la boletería está entre $55.000 y $80.000, la puede adquirir en la página web del teatro.Por otro lado, la Orquesta Sinfónica Nacional estará junto a Tambuco, uno de los ensambles de percusión más reconocidos en México (y el mundo) y a la directora inglesa Catherine Larsen Maguire.Tambuco interpretará junto a la Orquesta la pieza Metal de tréboles del también mexicano Javier Álvarez, una obra que a través de su discurso sonoro evoca a la naturaleza e impulsa a los músicos a explorar formas alternativas de tocar sus instrumentos. Esta obra y las otras tres que componen el programa, serán dirigidas por Catherine Larsen-Maguire, quien durante 10 años se desempeñó como Principal de fagot de la Komische Oper en Berlín, para después dedicarse de lleno a la dirección.Para abrir y cerrar la noche, la Orquesta interpretará dos obras del compositor estadounidense Aaron Copland, compositor clásico norteamericano por excelencia, quien además tenía un particular atractivo por la música latinoamericana. Para iniciar la velada, Three Latin American Sketches, una obra que se caracteriza, en palabras del compositor, “por sus melodías, ritmos y temperamento espontáneo y jovial”, y Rodeo: Four Dance Episodes, la versión sinfónica construida por el mismo compositor del ballet bajo el mismo nombre, en la que presenta fragmentos inalterados de conocidas melodías americanas. Completa el repertorio, Huapango, de José Pablo Moncayo, obra muy reconocida y de gran colorido que retrata la música popular de la zona de Veracruz en el Golfo de México.El concierto será el miércoles 28 de junio a las 8:00 p.m., la boletería va desde los $25.000 hasta los $80.000 y está disponible en la página del Teatro Mayor.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
En "Bramidos de agua dulce" (Escarabajo, 2020), la poeta conversa con el río Sinú, cuyas aguas serpentean a lo largo de la ciudad de Montería, en el Caribe colombiano; en su obra, el río adquiere vida propia y se convierte en un personaje central que, con cada corriente, lleva consigo los lamentos de la muerte y la violencia que asolan a las mujeres trans de esa urbe.A través de sus versos, la autora plasma algunas "experiencias aterradoras", pero también la resiliencia y lucha que vivieron estas mujeres hace más de 40 años: "Ante el temor de ser arrestadas y torturadas por la Policía, las mujeres trans que ejercían la prostitución en la época (...) preferían lanzarse al río Sinú"."Contar estas experiencias de vida desde una voz travesti, que es mi propuesta política, es controlar la narrativa de lo que se dice de nosotras", declara enfática a EFE Bárcenas, quien asegura que históricamente han sido interpretadas por personas cisgénero, heterosexuales y blancas que "terminan perpetuando lo que significa ser trans".Poesía en "clave travesti"Según la poeta, su "propuesta política" permite asumir el dominio de la narrativa en torno a las mujeres trans, que ha sido relegada al ámbito de la marginación, el sufrimiento y el trabajo sexual: "Me parece injusto" y, en su lugar, aboga por reivindicar nuevas perspectivas de "ser travesti"."La 'clave travesti' trata de posicionar la experiencia de vida de una mujer negra trans en la poesía", explica la escritora de 25 años, quien asegura que esta inclusión "no suele suceder en la literatura" porque "el canon literario es racista y transfóbico".En este contexto, Bárcenas reconoce que dichas experiencias se están convirtiendo en un nicho altamente lucrativo en la actualidad. A pesar de ello, la autora destaca que el reconocimiento y valoración de sus palabras y obras literarias son el mayor obstáculo que ha tenido que enfrentar.Escritura que abre horizontesEl contexto familiar y el entorno conservador en el que creció la poeta "no estaban preparados para comprender y aceptar" su identidad, lo cual generaba miradas opresoras y prejuiciosas hacia su persona y su cuerpo. Por lo que la colombiana encontró, desde temprana edad, un refugio íntimo y seguro en la escritura que le permitía plasmar sus sensaciones, experiencias y dar voz a su cuerpo en tránsito que ella describe, metafóricamente, como "florecer".La escritura también le dio conciencia del poder de la palabra y la expresión poética; fue una herramienta que le permitió forjar otro futuro, alejándose de los estereotipos limitantes que la sociedad asigna a las personas trans como "la prostitución, la peluquería o la calle". "La poesía me salvó porque me pude agenciar otro destino", explica Bárcenas, quien señala que no le parece negativo que sean prostitutas o peluqueras, sino que eso "sea lo único que la sociedad quiera que seamos".Dignificación y reconocimiento permanenteA propósito del Día Internacional del Orgullo LGBTI, que se celebra el 28 de junio, Bárcenas destaca que "la dignificación de las vidas trans va más allá de una celebración temporal y requiere cambios estructurales en diversos ámbitos".La activista enfatiza en la importancia de contratar a personas trans y brindarles espacios de manera continua: "Una verdadera inclusión implica tener en cuenta a las personas trans todo el tiempo, lo cual les proporcionaría la estabilidad económica tan necesaria en sus vidas porque aún enfrentan obstáculos para acceder a empleos, espacios culturales y académicos que no han sido diseñados con su inclusión en mente".La monteriana señala que durante esta celebración se percibe como "la cuota trans" y reflexiona sobre cómo muchas instituciones instrumentalizan la imagen de las personas trans en lugar de brindarles una participación genuina.Aunque le genera conflicto, también reconoce que esta situación puede ser una oportunidad para abrir camino a otras mujeres trans y ampliar su representación en diversos escenarios. "Ser reconocida como una travesti que pudo transformar su realidad y abrir nuevos horizontes para otras mujeres", así le gustaría a Flor ser recordada por sus hermanas travestis y por la sociedad.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Desde la creación en el año 2001, el Ciclo Rosa se reafirma cada año como la apuesta por la diversidad, como el puente para una transformación en las estéticas y narrativas de la creación audiovisual, que se mueven entre los distintos géneros cinematográficos, los múltiples formatos estéticos y las diversas maneras de narrar y representar el cuerpo, la sexualidad y el género mediante lo audiovisual.El Ciclo Rosa se ha convertido en un espacio alternativo para la muestra audiovisual y la discusión alrededor de la visibilidad LGBTIQ+. Por el Ciclo han pasado figuras significativas de la creación e investigación audiovisual nacional e internacional y se ha promovido la emergencia de nuevas formas de representación de los géneros y las sexualidades en su diversidad y complejidad.La edición del 2023 está conformada por una Muestra Internacional curada por Cédric Succivalli, crítico de cine y programador italiano, ha sido jurado en festivales como San Sebastián y el Festival de Cannes (jurado de la Palma Queer), entre otros. Succivalli propone 5 programas con un rango ecléctico de voces queer que lo han impresionado profundamente durante los últimos años. Esta muestra estará acompañada por su curador y presentará títulos: Lobo y perro, Fire at the Lake, The Lost Boys, Errante corazón, Exalted Mars, entre otros.La Muestra Nacional es resultado, por primera vez, de una convocatoria pública donde se recibieron más de 60 obras audiovisuales de todos los formatos y duraciones, provenientes de todo el territorio nacional. La muestra se compone de un largometraje: Clara y tres programas de cortometrajes: Fuerza salvaje, Afectos disidentes y Feminidades construidas.Además, el Programa Furia presentará películas que suspendan momentáneamente las convenciones sociales y permitirá que se avive la pasión por encima de la razón. Los personajes de Furia son complicados, difíciles de entender, rabiosos e inmorales, en esencia, queer. Por otro lado, en el Foco Jorge Cadena, intimidad y rebeldía, un recorrido entre lo personal y lo colectivo, lo introspectivo y lo político de este cineasta colombiano radicado en Suiza, los asistentes podrán ver una serie de cortometrajes que ha realizado en la última década, en un ir y venir constante entre su origen en el Caribe colombiano y su mirada extranjera en el mundo. Presentado por Swiss Films.Para complementar la agenda de películas se tendrán dos estrenos Internacionales: Medusa Deluxe de Thomas Hardiman y Lingua Franca de Isabel Sandoval. En estrenos nacionales: Wërapara de Claudia Fischer, Petit mal de Ruth Caudeli y Anhell69 de Theo Montoya.Esta edición tendrá la segunda versión de la Toma Rosa que se llevará a cabo del 9 de junio hasta el 1 de julio en la Galería de la Cinemateca de Bogotá, los días jueves, viernes y sábados. La Toma Rosa es un espacio para la juntanza y la circulación de propuestas interdisciplinarias vinculadas a diferentes prácticas artísticas en el marco del Ciclo Rosa, como una forma de apropiación de la Cinemateca por parte de todos los ciudadanos. Esta versión reunirá 13 artistas que fueron seleccionados a través de una invitación pública, quienes proponen un viaje por actividades literarias, audiovisuales, escénicas (circo, música, teatro, performance) de diseño gráfico, de artes plásticas y de Artes vivas.Ricardo Cantor, gerente de Artes Audiovisuales del Idartes, comenta “el Ciclo Rosa llega a su edición 22, y se ha convertido -como un rito- en un lugar de encuentro y conversación alrededor de las narrativas de representación y autorepresentación queer a través del cine y el audiovisual y su encuentro con otras prácticas artísticas y culturales como el performance, la literatura, la música, las artes visuales y la danza. En 2023, con un panorama internacional, el programa furia, el foco de Jorge Cadena, estrenos nacionales e internacionales sumado a 3 componentes convocados por invitaciones públicas: muestra nacional, la toma rosa y diálogos ciclo rosa junto con la exposición GenIA, El Cine & Yo con Daniela Maldonado y el Laboratorio Cuerpo Cyborg-Tecnogénero ensamblamos -como en un collage- una amalgama de lenguajes, estéticas y relatos que indagan en la expresión y las disidencias del género, del afecto y del amor.”Este año en la Sala E se realizará la Exposición GenIA: exploraciones inmersivas y con inteligencia artificial en clave de género, esta se basa en las posibilidades de intersección entre la tecnología y la identidad de género. Las obras realizadas y presentadas por la ciudadanía exploran estos temas desde una perspectiva descolonial, transfeminista, transterritorial, que reflexionan sobre la ética, la autonomía, la justicia y la dignidad; utilizando herramientas de inteligencia artificial para crear experiencias particulares. La exposición contará con visitas guiadas en inglés y español.Del 15 junio al 3 de agosto se realizará Laboratorio cuerpo cyborg-tecnogénero, en la Cinemateca de Bogotá y en el Castillo de las Artes, un encuentro de 16 sesiones los días lunes y jueves, el ingreso es libre con inscripción previa. El 28 de junio para participar en Lecturas de película - Reflejos de violetas en el turbio estanque: Inventario personal del cine homosexual debe hacer inscripción previa.El Ciclo Rosa tendrá una sesión especial de El Cine & Yo con Daniela Maldonado, lideresa comunitaria y activista social del sector poblacional trans de la ciudad de Bogotá, esta actividad de entrada libre, será el 21 de junio a las 7:00 p.m.Del 21 al 28 de junio se llevarán a cabo los Diálogos Ciclo Rosa, un espacio que abre y amplía conversaciones colectivas en torno a narrativas y disidencias del afecto. La selección de estos encuentros llegaron a través de invitación pública, en la que se recibieron propuestas con múltiples formas y formatos (talleres, ponencias, estudios de caso, material de archivo, mesas redondas, proyección y conversación, lecturas performativas, conversatorios, paneles, testimonios, entre otros)Durante los días del Ciclo Rosa se lanzarán las convocatorias para el Premio Dunkel Rosa 2023 y el 4° Laboratorio de Escrituras Audiovisuales Queer.Para más información puede consultar toda la agenda del Ciclo en la página web de la Cinemateca de Bogotá. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK.
Bautizada la estatua imposible, "es una obra creada por cinco maestros diferentes que nunca habrían podido colaborar en la vida real", afirma a la AFP Paulina Lunde, portavoz de Sandvik, la empresa que diseñó esta escultura gracias a tres programas diferentes de IA.De acero inoxidable, mide 150 centímetros de alto y pesa 500 kilos. Esta expuesta por el museo de Tecnología de Estocolmo y representa a una mujer, cuya mitad del cuerpo debajo del busto está cubierta por una especie de túnica y lleva un globo -hecho de bronce- en su mano izquierda.La idea era crear una mezcla entre los estilos de cinco escultores que marcaron cada uno su época: Miguel Ángel (Italia, 1475-1564), Auguste Rodin (Francia, 1840-1917), Kathe Kollwitz (Alemania, 1867-1945), Kotaro Takamura (Japón, 1883-1956) y Augusta (Estados Unidos, 1892-1962)."Algo en su apariencia hace sentir que no fue creada por un ser humano", señala Julia Olderius, una responsable de innovación dentro del museo.El espectador puede percibir la musculatura inspirada en Miguel Ángel, mientras que la mano recuerda a las creadas por Takamura.Para lograrlo, los ingenieros de Sandvik alimentaron el programa con abundantes imágenes de esculturas creadas por estos artistas. La inteligencia artificial propuso luego varias imágenes en 2D que, según ella, reflejaban el sello de cada uno de estos escultores."Estas imágenes en 2D fueron incorporadas por nuestros ingenieros en un modelado 3D y, a partir de ahí, nos concentramos en la fabricación", destaca Lunde.¿Pero es arte, o más bien una hazaña técnica? "Creo que es arte", afirma Olderius, que considera que esta apreciación le corresponde al público.Sobre la cuestión más general de la irrupción de la IA en este campo, muestra el mismo optimismo. "No hay que tener miedo de lo que la IA hace con la creatividad, el concepto, el arte y el diseño", juzga. "Simplemente hay que adaptarse a un nuevo futuro", donde la tecnología tiene un lugar de pleno derecho en la creación y el diseño, añade. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.