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"Riografías del Baudó": una exposición gratuita en el centro de Bogotá 

Médicos Sin Fronteras y la fotógrafa Fernanda Pineda presentarán "Riografías del Baudó", una muestra conjunta sobre el conflicto armado en Alto Baudó, Chocó, en el Centro Cultural Gabriel García Márquez de Bogotá, entre el 15 y el 21 de octubre. 

"Riografías", la exposición fotográfica que retrata el corazón del Chocó
"Riografías", la exposición fotográfica que retrata el corazón del Chocó.
Cortesía: Yazury Dumaza

Una escuela perforada por disparos, una cancha marcada por la muerte de los líderes comunitarios, una casa que no volverá a ver a su guardia indígena y una calle donde los habitantes resistieron para evitar que un grupo armado se llevara a sus jóvenes. Estas son solo algunas de las escenas capturadas por Fernanda Pineda, fotógrafa y documentalista, durante su visita a las comunidades afrodescendientes de Chachajo y Mojaudó, y al poblado indígena de Puesto Indio, en Alto Baudó (Chocó). Invitada por Médicos Sin Fronteras (MSF), Pineda registró la vida de estas comunidades que viven bajo el confinamiento impuesto por el conflicto armado y la ausencia del Estado en esta región del Pacífico colombiano.

De ese trabajo surgió "Riografías del Baudó: ¿Cómo se cura un territorio herido?", una exposición fotográfica que retrata la profunda crisis humanitaria en Alto Baudó, una subregión duramente afectada por la violencia y la falta de presencia institucional. MSF, que ha trabajado en la zona durante tres años, acompañó el proyecto. Tras su exhibición en ARTBO , la muestra se podrá ver en el Centro Cultural Gabriel García Márquez de Bogotá (Cl. 11 #5-60) del 15 al 21 de octubre, con entrada libre y disponible de 8:00 a.m. a 6:00 p.m.

La exposición está compuesta por 25 fotografías que narran las historias de mujeres curanderas, yerbateras y parteras, quienes no solo identificaron los lugares heridos por el conflicto, sino que también los sanaron simbólicamente a través de suturas y remedios tradicionales. Nancy Guerrero Castillo, directora de MSF para Sudamérica, enfatiza que "este proyecto refleja un esfuerzo conjunto entre la comunidad, nuestra organización y la fotógrafa Fernanda Pineda para visibilizar una crisis humanitaria que ha recibido poca atención".

Un proceso de sanación colectiva

El proyecto inició con un taller de fotografía impartido por Pineda al equipo de involucramiento intercultural de Médicos sin Fronteras (MSF), compuesto en su mayoría por mujeres indígenas y afrodescendientes. Este equipo actúa como un puente entre las culturas locales y la asistencia sanitaria brindada por Médicos sin Fronteras. Durante los encuentros, se acordó que las fotografías no solo mostrarían las heridas del conflicto, sino también las prácticas tradicionales que las comunidades emplean para sanar.

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Pineda, acompañada por las integrantes del equipo de MSF Yazury Dumaza, Angélica Rojo, Malory Mogollón y Leslie Valencia, recorrió el río Baudó para llegar a las comunidades de Chachajo, Mojaudó y Puesto Indio. En estos lugares, donde las mujeres tienen un rol crucial por su conocimiento ancestral de las plantas, se realizó un ejercicio de reconocimiento y sanación de los territorios afectados por la guerra.

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Siete mujeres de estas comunidades señalaron los lugares más marcados por la violencia y, utilizando suturas, remedios y flores, los sanaron simbólicamente. El resultado es una obra colaborativa que combina material simbólico —fotografías de territorios heridos curados por las sabedoras— con testimonios literales de líderes y sobrevivientes, que hablan sobre cómo el miedo y la vulnerabilidad persisten ante la falta de respuestas efectivas de las instituciones.

La fotógrafa Pineda reflexiona: "Queremos sensibilizar a la sociedad colombiana para que vea estos territorios no solo a través de la dureza y el sufrimiento, sino también desde su riqueza cultural y el vasto conocimiento de estas mujeres, que desean ser reconocidas por algo más que el dolor y la injusticia".

Las cicatrices del conflicto

Las comunidades afrodescendientes e indígenas de Alto Baudó han sufrido las graves consecuencias del conflicto armado y la falta de presencia estatal. El acceso a servicios básicos como salud, educación y agua potable es limitado, y la inseguridad alimentaria es constante debido a la presencia de actores armados y explosivos en las zonas de cultivo. Estas condiciones afectan gravemente tanto la salud física como la mental de sus habitantes.

Según la Defensoría del Pueblo, en 2023, Chocó fue el departamento con más casos de confinamiento forzado, con 124 eventos que afectaron a más de 40,000 personas. Además, fue el segundo departamento en desplazamientos masivos, con 19 de los 154 ocurridos en todo el país. Alto Baudó fue el segundo municipio más afectado de la región, con más de 5,700 víctimas registradas.

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El aislamiento de estas comunidades, cuya principal vía de comunicación es el río Baudó, hace que los costos de transporte sean inalcanzables para muchas familias, dejándolas desconectadas de servicios básicos, incluidas las atenciones médicas más esenciales.

Es crucial que el Estado colombiano, con el apoyo de organizaciones nacionales e internacionales, trabaje para cerrar estas brechas y garantizar el acceso a salud y servicios básicos para todas las comunidades. La vulnerabilidad constante de las comunidades afrodescendientes e indígenas del Chocó no puede ser normalizada.

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