Venezuela y Colombia comparten una frontera común al norte de ambos países. Esta frontera es el lugar de asentamientodel pueblo indígena más numeroso que existe en las dos naciones: el wayúu. Según el Censo del DepartamentoAdministrativoNacional de Estadística (DANE) realizado en 2021, en Colombia habitan 380.460 personas autorreconocidas como wayúu, mientras en Venezuela esta población indígena es de 413.437, de acuerdo con el Censo Nacional de Estadística de 2011.La situación del territorio entre ambos países se ha caracterizado por las necesidades humanitarias que enfrenta el pueblowayúu. Históricamente, los wayúu se han enfrentado a la pobreza, la falta de medios de subsistencia y la carencia de agua potable y salud de calidad, entre otras situaciones que dificultan el desarrollo de la vida en medio de su vasto territorio desértico que ocupa25.000 kilómetros entre Venezuela y Colombia.La desatención de ambos Estados ha afectado de forma estructural y sistemática los derechos humanos de este pueblo indígena, y a ello se ha sumado la presencia de grupos armados heredados del conflicto armado en Colombia. Los pobladores son muy herméticos sobre la presencia de grupos armados (guerrilla, narcotráfico y contrabandistas) por miedo a represalias, amenazas y hostigamientos, pero se conoce la fuerte presencia del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en zonas de la Guajira. Esta guerrilla, aprovechando la vulnera- bilidad y pobreza de la población, capta a jóvenes para reclutarlos forzosamente en sus filas ohacerlos partícipes de sus negocios ilícitos.Poco han hecho los Estados para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos del pueblo wayúu y muchos han sido losproyectos estériles para garantizar la dignidad de sus condiciones de vida. Más recientemente, la situación de derechos humanos ha empeorado por el aumento del flujo migratorio de venezolanos que han decidido marcharse de su país en vista de la emergenciahumanitaria compleja que se vive allí.Del lado venezolano, el municipio de Guajira se ubica en el noroccidente del estado de Zulia, en la frontera con Colombia, yabarca una superficie de 2.370 km2. La capital es Sina- maica y posee cuatro parroquias civiles (unidades político-territoriales en las que se dividen los municipios): Sinamaica, Elías Sánchez Rubio, Guajira y Alta Guajira.En el estado de Zulia, la Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia (Codhez) se ha encargado de monitorear y documentar la situación de derechos humanos en la región, que presenta características particulares y diferenciadas con respecto a otras entidades del país: es un estado fronterizo, cuenta con una densidad de población mayor y es el hogar del pueblo indígenamás numeroso de Venezuela.Desde Codhez hemos documentado el complicado panorama de los pueblos y las comu- nidades indígenas ubicados en esta zona fronteriza. Mediante visitas, reportes, denuncias y documentación, insistimos en visibilizar la realidad de la población wayúu y llamar la atención del Estado venezolano para que asuma sus responsabilidades constitucionales de proteger los derechoshumanos de los pueblos indígenas y garantizar la permanencia de sus cosmologías y tradiciones ancestrales, que poseen un valor único para la humanidad. No obstante, esta tarea no ha resultado nada sencilla, pues, como veremos, el contexto del territorio presenta graves obstáculos y amenazas para la defensa de los derechos humanos.Como datos que ayudan a vislumbrar el panorama de la zona de Guajira en Venezuela, se destaca que el 98 % de la poblacióndel municipio se encuentra por debajo de la línea de pobreza, mientras que 86 % vive por debajo de la línea de pobreza extrema: es decir, son familias que no cuentan con ingresos para satisfacer sus necesidades más básicas.El municipio de Guajira es epicentro estratégico para el intercambio comercial, industrial y cultural entre Colombia y Venezuela, y es uno de los pasos fronterizos con mayor movilidad humana en Latinoamérica. Es el lugar donde el puebloindígena wayúu ha vivido y donde ha forjado sus costumbres familiares y referentes cosmológicos. Pese a que el territorio posee un valor ancestral, en diciembre de 2010, a través del Decreto 39583 firmado por el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, se impuso el Distrito Militar N.o 1en la Guajira venezolana, con mando central en la localidad de Paraguaipoa. Sin respetar el derecho de los pueblos indígenas a laconsulta previa y a decidir sobre sus territorios originarios, se ordenó la presencia masiva de la Fuerza Armada Nacional, lo quealteró las costumbres ancestrales de la etnia. Bajo el supuesto de atender la emergencia por lluvias en la zona, luchar contra elcontrabando y resguardar la seguridad ciudadana de la población wayúu, se impuso un cerco militar que ha sido el origen deabusos militares, ejecuciones extrajudiciales y, en general, de la pérdida progresiva de la libre determinación y autonomía de lospueblos indígenas.A esa primera ofensa en contra del territorio, en 2015 –por decisión unilateral del gobierno de Nicolás Maduro– se ordenó elcierre de la frontera y de las actividades económicas entre Venezuela y Colombia, debido a desacuerdos diplomáticos. En general, el cierre les causó una grave crisis económica, social y cultural a los wayúu, por cuanto significó la ruptura con su territorio ancestral y la dificultad para ejercer sus actividades comerciales y mantener la conexión con sus familiares. Ante la ausencia estatal, se hicieron más frecuentes las denuncias del aprovechamiento de las personas indígenas pobres y personas no indígenas para redes de trata de personas, negocios ilícitos, contrabando y reclutamiento forzado de parte de grandes grupos criminales yparamilitares.La reanudación de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia, a partir de agosto de 2022, ha avivado la esperanza e incentiva a poner sobre la mesa la situación de derechos humanos de la Guajira venezolana. Aunque se reactivará oficialmente el intercambio comercial con núcleo en la Troncal del Caribe (Maracaibo-Maicao), los líderes de ambos países no han hablado sobreuna apertura de la frontera enfocada en derechos humanos, a pesar de lo apremiante que resulta el contexto en materia denecesidades humanitarias, y de la seguridad y atención a personas migrantes y refugiadas venezolanas.Hacer posible la defensa de los derechos humanos en este territorio no resulta fácil cuando se tiene en cuenta la existencia de un conjunto de restricciones, limitaciones y vulnerabili- dades a las que están sometidas las organizaciones de la sociedad civil y los defensores de derechos humanos en Venezuela. Se trata de patrones comprobados de comportamientos de hostigamiento contra las defensoras y defensores de derechos humanos por parte de las autoridades venezolanas.Hay patrones relacionados con la vigilancia y el control estatal que llegan a niveles de persecución y hostigamiento, mediante operativos de seguimiento por parte de cuerpos policiales o de inteligencia militar contra quienes realizan denuncias públicas:allanamien- tos, detenciones arbitrarias, acusaciones falsas e infundadas mediante la manipulación de los órganos de justicia, retención de equipos y documentaciones, descalificación y desprestigio contra defensoras y defensores, y precalificaciones de las organizaciones de la sociedad civil con actividades relacionadas con la delincuencia organizada y el terrorismo.La defensa de los derechos humanos: un tejido queresiste El tejido, para los miembros del pueblo wayúu, es más que una práctica cultural: es una herencia de sus ancestros y un mediopara expresar la vida como la sienten y desean. Según su cosmología, Wale’ Kerü («araña tejedora» en idioma wayuunaiki) fue quien enseñó a la mujer wayúu a tejer. Al amanecer de cada día, Wale’ Kerü tenía hechos susus («bolsos» en idioma wayuunaiki) yhamacas para el uso y servicio del pueblo wayúu.La defensa de los derechos humanos en la Guajira se ha tejido como un susu wayúu: con paciencia, hilo tras hilo, gracias al aporte de diversos Wale’ Kerü, defensores de derechos humanos, periodistas locales y liderazgos de hombres y mujeres wayúu desde sus comunidades. El objetivo ha sido documentar lo que se vive en la Guajira, como si se guardara todo en un bolso wayúu y con ello se pudieran hacer las denuncias y exigencias necesarias. Esta tarea se asume como una responsabilidad, pero tambiéncomo un riesgo que, en ocasiones, incluye represiones, persecuciones y detenciones por parte del Gobierno, así como la desprotección frente a la violencia y las amenazas de los grupos armados.Hambre y represión Los factores que inciden en la existencia de condiciones tan complejas en la Guajira son de diversas magnitudes y alcances. Las extremas condiciones de pobreza obligan a que la mayoría de los jóvenes (62 %) en edades comprendidas entre 15 y 24 años noestudien ni trabajen. No hay fuentes dignas de empleo. Los habitantes de sectores como Potrerito se trasladan hasta la frontera conParaguachón para vender agua, chicha o trabajar como carretilleros5; se trata de una zona sumamente peligrosa, controlada por mafias y delincuencia organizada. Otros se dedican a la cría de ovinos y caprinos, a la pesca, al corte de leña o al transporte enmotos. En general, existen limitados medios de vida dignos y seguros.Para comer, las familias wayúu dependen de los programas de alimentación del Gobierno nacional. El programa Mercado deAlimentos (Mercal) y las cajas CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) fueron creados por el Gobierno para abastecer de alimentos de primera necesidad a la población, con precios de bajo costo o de manera gratuita. De acuerdo con la LeyConstitucional que regula el Comité Local de Abastecimiento y Producción, publi- cada en la Gaceta Oficial n.o 41.330, se entregauna caja de alimentos a familias compuestas por cinco personas o menos. La frecuencia de entrega de alimentos es cada quincedías, pero el 79,2 % de las familias zulianas confirmó haberlas adquirido tres o menos veces al año, de acuerdo con datos de Codhez. Además, pese a anunciarse como un programa gratuito, a las familias se les exige un pago de por lo menos 10.000 pesoscolombianos (moneda extranjera en Venezuela, pero que es de libre uso en la zona fronteriza debido a la devaluación del bolívar). La cantidad de comida entregada solo alcanza para unos cuatro días. Estos progra- mas son utilizados por voceros del Gobierno como forma de manipulación política o como instrumento para controlar el voto popular.El hambre en la Guajira no es nueva y durante el inicio del confinamiento por la pandemia el pueblo wayúu protestó por los retrasos en la llegada de los programas alimentarios prome- tidos por el Gobierno y que resultaban ser la única salvación de las familias para alimentarse durante la época de cuarentena extrema.En estas circunstancias, hubo detenciones arbitrarias y violencia policial y militar en medio de las protestas de la población, lo cual demostró la impericia y el desconocimiento de policías, militares y autoridades civiles en materia de contención sanitaria conenfoque de derechos huma- nos y atención a poblaciones indígenas. Por ejemplo, el 12 de abril de 2020 hubo varias protestas enel poblado de Guarero, en las que se reclamaba la falta de alimentos y las fallas generalizadas de los servicios públicos. LaGuardia Nacional Bolivariana (GNB) reprimió fuertemente la protesta y disparó contra la población, hiriendo con un perdigón elrostro de una lideresa wayúu. Esta agresión a una mujer wayúu demuestra el irrespeto y la grave vulneración a sus dere- chos eidentidad por parte de los funcionarios militares estacionados en territorio indígena. En la cosmología wayúu, la mujer es creadorade vida y posee autoridad especial en su familia y en la sociedad para el cuidado de las futuras generaciones, las tradiciones y lascostumbres.Las mujeres wayúu protegen la identidad wayúu y son las responsables de los ritos sagrados y el mantenimiento del bienestarfamiliar.Es muy común ver alcabalas improvisadas por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB), de las que se reportan constantes atropellos y extorsio- nes. La represión es una fórmula común para mantener el control social sobre la población. Este año documentamos, como mostraremos a continuación, un hecho que evidencia la instrumentalización del hambre y las necesidades del pueblo wayúu en favor de la obtención de votos por parte del Gobierno municipal.Uso político del hambre Heberto Ferrer, docente y líder de la Guajira, nos contó la experiencia vivida en el marco de las elecciones internas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, partido del gobierno de Nicolás Maduro). Los habitantes de las comunidades de La Rita,Cardoncito, Caño Palajama, Botoncillo, Mamoncito, Carraiquilla y Puertecito (899 electores) fueron convocados a tal elección. El 6 de agosto de 2021, día de la instalación de las mesas electorales, los líderes indígenas denunciaron que en los centros de votación solo estabanfuncionarios adscritos a la alcaldía del municipio de Guajira, a cuyo cargo se encuentra Indira Fernández, alcaldesa en ejercicio yrepresentante del PSUV. La otra fuerza política en contienda para las primarias era el Partido Comunista de Venezuela, que notenía ningún tipo de representación. Esta injusta y abusiva situación también fue apoyada por funcionarios del Consejo Nacio- nalElectoral (CNE) y por el componente militar presente, lo que vulneró el derecho de participación de los líderes indígenas eincrementó el disgusto de las comunidades. Ante las constantes quejas de la comunidad, el centro electoral fue desmontado y lamáquina de votación fue desinstalada y retirada en una camioneta de la Alcaldía.Mientras ocurría esto, a la casa del coordinador de la mesa electoral y vocero del consejo comunal de Puertecitos llegaron 600 bolsas con alimentos CLAP para ser distribuidas solamente entre las personas que votaran por la alcaldesa: quien no lo hiciera, no tenía derecho a las bolsas. Decenas de personas wayúu se trasladaron hasta la casa del coordinador para protestar en contra de esta arbitrariedad, pues el programa de alimentación de las cajas CLAP debe distribuirse a todos por igual para garantizar la seguridad alimentaria de la población y en ningún caso debe usarse como un medio para coaccionar el voto. La comunidad estaba decidida a apoderarse de las bolsas y a que no se entregaran como instrumento para acumular votos para la alcaldesa.De acuerdo con Ferrer, los funcionarios de la Alcaldía y los integrantes de la mesa electoral se trasladaron a la casa del coordinador de la mesa electoral para resguardar las bolsas. Al ver la protesta y el descontento de la comunidad, la presidenta de la mesa (aliada de la alcaldesa) hizo una llamada telefónica y al terminar dijo: «Vámonos. Ya recogimos todo, dejémosles las bolsas a estos malditos guajiros muertos de hambre», lo que desencadenó una serie de quejas de la comunidad ante el maltrato.En estas circunstancias, se presentaron funcionarios de la Policía Nacional y fuerzas poli- ciales adscritas a la Alcaldía de la Guajira y la Gobernación de Zulia, incluyendo motorizados del Cuerpo de Policía Bolivariana del estado de Zulia y el Equipo deRespuesta Especial de la Policía del Estado (que persigue a los criminales más peligrosos). La represión en contra de la comunidad culminó en horas de la noche. A las 11:00 p. m. llegó un camión de la Alcaldía de la Guajira para llevarse las bolsas (supuestamente para venderlas), pero la presión de la comunidad logró que estas fueran entregadas a los votantes.Estos hechos también fueron reseñados por periodistas locales y medios de comunicación nacionales. «En procesos de elecciones pasados llevaban la comida y quien votaba recibía su bolsa, los habitantes de Los Puertecitos al este de Sinamaica#Venezuela #Zulia se cansaron de eso y enfrentaron a quienes hacen esa práctica, hay lesionados», denunció el periodista Lenin Danieri, vía Twitter6. Asimismo, El Nacional reportó que los habitantes de Los Puerte- citos se cansaron de las promesas de los dirigentes y se enfrentaron a quienes en procesos de elecciones llevaban bolsas de comida a cambio de votos. También El Pitazo afirmó que los voceros de los consejos comunales del PSUV utilizaron las bolsas de Mercal para comprar los votos de los electores: alrededor de 23.000 familias en el municipio de la Guajira llevaban esperando tres meses este beneficio alimentario para las comunidades. Se destaca que sobre estos acontecimientos no hubo ningún pronunciamiento o comunicado oficial por parte delos representantes de la Alcaldía o la Gobernación.El día de las elecciones internas del PSUV, el 8 de agosto de 2021, la mesa electoral fue abierta con mucha lentitud y se reportó que las máquinas no funcionaban bien. Solo pudie- ron sufragar unas 150 personas y más de 400 no pudieron ejercer su derecho al voto: al final anunciaron que la alcaldesa Indira Fernández había resultado reelecta. En noviembre de 2021 fue la ganadora de las elecciones municipales.Después de estos hechos, a las personas vecinas de estas comunidades no se les ha permi- tido acceder a los alimentos de Mercal ni a las bolsas CLAP, y la Alcaldía no va hasta estos caseríos que se encuentran alejados de los poblados principales de laGuajira (Sinamaica y Paraguaipoa), lo que violenta el derecho a la alimentación de la población.Para los activistas en terreno, la instrumentalización del hambre no solo es una práctica utilizada antes de la elección de cargos políticos, sino una estrategia generalizada de control social donde la figura del Consejo Comunal juega un papel importante. Silas personas quie- ren protestar o van hasta una emisora radial a hacer una denuncia, reciben como represalia el que se les quite la caja CLAP. Por ello, la gran mayoría ha decidido guardar silencio y no arriesgarse a perder una bolsa de comida que es tannecesaria.Vivir en medio de la crisis de servicios básicos Esta realidad de hostigamiento y violación de derechos se agudiza con la falta de acceso a los servicios básicos. En 2021, en laGuajira, más del 72,3 % de los hogares presentaba serios pro- blemas de déficit de servicios público: de energía eléctrica, aguapotable, gas doméstico, aseo urbano y transporte público, entre otros. Algunos sectores han padecido hasta más de dos años sinelectricidad, como Caño Pajaima y Cardoncito. Las familias deben recurrir a pozos artesa- nales o utilizar el agua de los jagüeyes(no tratada ni potable), para lo que deben hacer extensos recorridos a pie. Se cocina en fogones con leña. Los motorizados son laprincipal forma de transporte, dado que la mayoría de las calles no están asfaltadas y los caminos son de arena y maleza(situación que empeora en temporada de lluvias por inundaciones y desbordamientos de aguas). La salud y educación sonderechos inexistentes. En el informe de Codhez sobre la situación general de los derechos humanos en Zulia (Guajira e Isla deToas), de marzo de 2022, reportamos que en el Hospital Binacional Dr. José Leonardo Fernández, de Paraguaipoa, centro desalud para la población wayúu en Venezuela, se presenta hasta un 90 % de escasez de insumos médicos y medicinas. Ellaboratorio no funciona por falta de reactivos. La unidad de imágenes está inoperativa. No hay ambulancias para traslados deemergencia, pues las dos unidades que había fueron sustraídas por funcionarios de la Alcaldía después del ca∫mbio de gestión en la Gobernación de Zulia. En este mismo informe, el personal administrativo del centro de salud denuncia que buena parte de los insumos que llegaban a este centro hospita- lario estaban escondidos y un 30 % vencidos. El hospital padece fuertes cortes de electricidad y el agua potable no llega por tubería, sino mediante un pozo artesanal.Las niñas, niños y jóvenes no cuentan con espacios óptimos de estudio. Las escuelas no tienen pupitres, mesas, sillas ni baños. Durante la primera época de la pandemia, los centros educativos fueron desvalijados y se llevaron desde los sanitarios hasta los techos. Ahora los pocos niños que asisten deben escuchar sus clases sentados en el suelo, a la intemperie. La calidad educativa habajado considerablemente y se ha afectadado por la deserción estudiantil y docente: muchos maestros migraron del país o se vieron obligados a dedicarse a otras actividades, dados los bajos salarios recibidos. Las escuelas no cuentan con programas de alimentación (las agencias humanitarias de Naciones Unidas no han llegado a estos espacios marginados), de modo que las niñas y niños no tienen alimentos en sus hogares y tampoco los encuentran en sus escuelas. El hambre, la desnutrición y la pobreza son lascompañeras diarias de la infancia wayúu.Las fallas en las comunicaciones y la obsolescencia en la tecnología complican la labor humanitaria y de defensa de derechos humanos, así como el acceso a la educación. Se estima que para 2021, en la Guajira solo 0,8 % de los hogares tenían acceso a internet y 2,2 % tenían computadores. Por estos motivos, es normal que la población pase varios días sin conexión, sin saber qué ocurre a su alrededor, y sin poder hacer públicas y visibles las carencias y vio- laciones a las que está sometida.Por otro lado, la movilización hacia y desde esta zona fronteriza es todo un reto. Uno de nuestros principales problemas es el acceso a estas comunidades por falta de transporte e inseguridad. En el trayecto hay alcabalas: unas montadas por efectivosmilitares, para inti- midar, y otras por personas involucradas con actividades delictivas o grupos armados, para controlar y vigilar alas personas que circulan por allí. Se trata de un escenario hostil, peligroso y empobrecido donde reina la impunidad y la arbitrariedad. Las personas están en un estado de desatención total por parte de los órganos gubernamentales, cuya única función efectiva se ha circunscrito a la militarización de la zona –lo que se traduce en incrementos de abusos, intimidaciones y amenazas contra la población–. Por su parte, los gobernantes se han dedicado a amedrentar a las personas si no aceptan sus imposiciones o caprichos, como se evidencia en el caso de la protesta de la comunidad Los Puertecitos que se negó a cambiar bolsas de comida por votos.Experiencias y retos de las defensoras y defensores dederechos humanos La labor de Codhez en la Guajira empezó a través de la investigación de casos y de la documentación de la situación general de derechos humanos junto al Comité de Derechos Humanos de la Guajira entre 2016 y 2017 (este comité es la organización de la sociedad civil más antigua en el estado de Zulia; se fundó en agosto de 1999 y desde entonces se dedica a promover y defender losderechos humanos del pueblo wayúu y añú).Saylin Fernández, periodista wayúu y defensora de derechos humanos, hace parte del Comité de Derechos Humanos de la Guajira desde hace catorce años. Su trabajo inició en las comunidades como periodista de calle y ese contacto hizo que conociera«el compás de realidades de la Guajira a través de los caseríos, las instituciones educativas y de salud», según nos afirmó en una entrevista realizada en noviembre de 2022. Para ella, las necesidades de la Guajira siempre han estado allí, así como la desatención del Estado, y por eso ha sido impor- tante impartir talleres de formación para las comunidades, que les permitan empoderarlas enel conocimiento de sus derechos.En alianza con las organizaciones y los defensores de derechos humanos en Zulia, se han logrado tener momentos de concertación para conservar los espacios de denuncia, la labor de documentación y salvaguardar la seguridad de los periodistas y defensores que se encuentran en terreno. Las denuncias, los llamados y las alertas ante situaciones que vulneran los derechos humanos no se publican de modo individual, sino que se hacen en conjunto con una red de organizaciones para que la información se masifique. Además de Codhez y el Comité de Derechos Humanos de laGuajira, en tal red también están la Red de Derechos Humanos del Estado Zulia (que abarca dieciocho organizaciones de derechos humanos en Zulia), la Red Leal y organizaciones nacionales como el Programa Venezolano de Educación y Acción enDerechos Humanos (Provea) y el Laboratorio de Paz.Esta estrategia ha sido efectiva para resguardar la seguridad de los activistas indígenas de la Guajira venezolana: cuando se denuncian casos por abusos policiales o militares y se revela el nombre del periodista o activista indígena involucrado, «toca correr a Colombia», como lo expresan los activistas indígenas en terreno. Por temor a represalias, es mejor cruzar la frontera hacia el país vecino hasta que la tensión desaparezca y sea seguro volver a la Guajira del lado venezolano.Adicionalmente, en la Guajira no funcionan las líneas telefónicas con la misma efectividad que en el área metropolitana deMaracaibo. La señal es intermitente y si hay fallas eléctricas la comunicación es imposible, porque la desconexión es total. Así, la mejor forma de sortear estas dificultades es teniendo un vínculo con los líderes de las comunidades indígenas e ingresar con ellos al territorio. Los choferes que nos trasladan suelen ser personas involucradas en el activismo de derechos humanos y tienen nexos con concejales y miembros del gobierno municipal de la Guajira con interés en el abordaje de las comunidades y la promoción de losderechos humanos. Estos vínculos los hemos construido gracias al trabajo de años en la Guajira y al reconocimiento de la reputación de la organización entre los líderes sociales y los activistas políticos.Para hacer el trabajo de registro y toma de videos y fotografías, llevamos los materiales del equipo de producción, pero no nos identificamos como equipo de prensa o como una organización de derechos humanos. El motivo declarado de la visita puede ser «visita a familiares» o «a escuelas» para entregar donativos de material escolar. Una vez, una comunidad nos pidió un aporte de cuadernos y útiles escolares para la donación de una escuela y tuvimos que llevarlo para facilitar el acceso a estas comunidades. Los militares que registraron el contenido del vehículo nos cuestionaron: «¿Para qué los cuadernos?», a lo que el chofer y guía dela visita contestó con sorna: «Para leer y escribir».Nuestras medidas de prevención han mostrado ser efectivas. No hemos sido amenazados en el territorio ni perseguidos porlos agentes de seguridad del Estado venezolano. En enero y marzo de 2022, nuestra organización recorrió la Guajira venezolana y pudimos contactarnos con catorce de sus comunidades, en específico en el eje foráneo de la parroquia Sinamaica. Gracias al vínculo con líderes comunitarios, pudimos conversar con familias wayúu y conocer sobre su realidad. Estas comunidades fueron Los Puertecitos (300 familias), Mamoncito (20 familias), Karaipia (30 familias), Los Cardoncitos (200 familias), La Rita (160 familias), El Botoncillo (140 familias), Alewajirrawa (100 familias), Caimare Chico (280 familias), Bloque 6 (60 familias), Los Campiones (50 familias), Los Hermanitos (50 familias), Arizona (40 familias), Campo Alegre (150 familias) y Campo Alegre II(80 familias).Vimos mucha pobreza. No solo por la carencia de medios de subsistencia –el pueblo wayúu se vio seriamente afectado en sus actividades comerciales con el cierre de la frontera–, sino también en el acceso a servicios públicos domiciliarios y en la falta de oportunidades para los niños y jóvenes wayúu. Estas comunidades no tienen acceso a agua potable, electricidad y mucho menosescuelas funcionales que permitan impartir clases en condiciones dignas.Pasados casi diez meses desde la visita de Codhez al eje foráneo de la Guajira, la situación allí se ha agudizado: los índices de pobreza, desatención y protección estatal continúan, y el padecimiento por las múltiples carencias y precariedades se vive a diario. Además, los peligros y riesgos para defender los derechos en esta zona se han incrementado, debido al aumento de la presenciamilitar y la proliferación y el crecimiento de grupos armados.También visitamos el sector Virgen del Carmen, en Paraguaipoa, particularmente una infraestructura de una base de misionesque quedó abandonada por la Alcaldía de la Guajira y que fue rescatada por la comunidad hace cuatro años para la atención de niños en edad escolar. Pudimos conversar con las madres wayúu que viven a diario las dificultades para garantizarles a sus hijoseducación de calidad y alimentación.Entre Codhez y otras organizaciones de derechos humanos venezolanas hemos adelan- tado varias campañas, como #8AccionesPorLasMujeres, promovida en marzo de 2022. Esta campaña evidenció la falta de políticas públicas en alimentación, salud y educación que afectan de manera diferencial a las mujeres wayúu y cómo los casos de abuso sexual a niñas y mujeres wayúu se mantienen en la impunidad. Lo anterior ocurre porque no hay un sistema de denuncia judicial efectivo y con enfoque interseccional que atienda a las mujeres víctimas, dada la lengua que hablan, las características del territorio (se deben recorrer largas distancias para ir hasta las oficinas policiales a denunciar), y la vulnerabilidad y situación de pobreza en queconviven, entre otros aspectos.La unión de las organizaciones de la sociedad civil que defendemos los derechos humanos en la frontera es esencial parapromover la conservación de los derechos de las mujeres wayúu.Oportunidades y recomendaciones A pesar de los inconvenientes, las múltiples necesidades y la situación sistemática de violación de derechos humanos en la región, seguimos motivados a continuar con nuestra labor de exigirle al Estado venezolano el cumplimiento de sus obligaciones. En este sentido, de forma general, consideramos que el incremento de nuestras medidas de seguridad (autocuidado y autoprotección), el resguardo de nuestra base de datos e información, la implementación de formas seguras de movilización y la ampliación de nuestras fuentes de financiamientos continuos y comprometidos que permitan garantizar nuestra sostenibilidad son algunas delas medidas que deben tomarse a corto plazo para afianzar nuestro trabajo como defensoras y defensores de derechos humanos.En términos comunitarios, es necesario crear espacios de confianza y acercamiento con las comunidades, especialmente con líderes y lideresas wayúu. Tradicionalmente, los líderes wayúu son una figura de ejemplo e influencia en sus comunidades; se tratade personas que conservan el patrimonio cultural wayúu a través de la tradición oral, el respeto a su cosmología y las enseñanzas desus prácticas de diálogo y construcción de paz como lo dicta su sistema de justicia propio. Así, establecer nexos respetuosos con ellos nos permitirá ampliar el ámbito de intervención para una defensa más efectiva.En caso de lograrse lo anterior, se potenciarían dos aspectos: en primer lugar, se aumentaría la presión que puede hacerse ante lasinstancias gubernamentales para priorizar la atención de temas relacionados con la seguridad e integridad de las personas, y laasignación de recursos suficientes para mitigar la emergencia humanitaria compleja entre estas comunidades indígenas; y, en segundo lugar, se facilitaría la labor humanitaria, pues tendríamos el respaldo de los repre- sentantes de estas etnias, lo que se traduce en una mayor protección yseguridad para nosotros. Esta integración de los defensores de derechos humanos con las comunidades indígenas haría viable no solo mostrar y documentar las vulneraciones de los derechos humanos de los integrantes de estos pueblos, sino ejercer una labor de acompañamiento para que las víctimas de estas vulneraciones sean escuchadas en varios ámbitos (regional, nacional e internacional) y para que sus necesidades sean identificadas y atendidas de forma prioritaria.Con relación a los espacios nacional y regional, le recomendamos al Gobierno, en todos sus niveles, la aplicación de programasde capacitación y formación para sus componentes policiales y militares (incluso con la colaboración de organizaciones de lasociedad civil) en el respeto de los valores humanitarios y la integridad personal y laboral de las defensoras y defensores de derechoshumanos, así como en la valoración, el respeto y el resguardo de la idiosincrasia y cultura indígenas. Esta formación debe afianzarsebajo la perspectiva de los derechos humanos y el enfoque de género.En términos generales, con relación a afectaciones a los defensores de derechos humanos en Venezuela, se recomienda eliminar toda forma de persecución y hostigamiento contra ellos; abstenerse de cultivar un discurso ofensivo, estigmatizante y criminal; eliminar cualquier forma de obstáculo o restricción para su operación en el terreno (especialmente, en cuanto a temas relacionados con el acceso a financiamientos y registro y actualización de su condición jurídica); investigar, procesar y sancionar a personas y funcionarios militares, policiales o cualquier otro funcionario, responsables de violaciones a los derechos humanos de las defensoras y defensores; y reconocer, con respeto, la labor desempeñada por ellos.En cuanto a espacios internacionales, dado que hablamos de zonas fronterizas, es impor- tante crear redes de alianzas entre organizaciones venezolanas apostadas en esta zona y organizaciones colombianas; incluso, resulta determinante la participación de organizaciones internacionales de otras latitudes (interesadas en temas indígenas, de migración y fronteras), en especial cuando haya oportunidades de entendimiento y consenso sobre medidas comunes que requieran ser diseñadas e implementadas.Es importante el financiamiento a través de proyectos a mediano y largo plazo que promue- van el empoderamiento en la exigencia de derechos humanos de las comunidades indígenas y también en asistencia legal y sistematización de la documentaciónde violaciones a los derechos humanos con enfoques de incidencia en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y el Sistema Universal de Derechos Humanos, de modo que se puedan promover mayores voluntades políticas que incidan en políticas públicas de atención binacionales.Se sugiere la creación de un Observatorio de Derechos Humanos para la Guajira, debido a la relevancia del territorio wayúu en el análisis de la situación geopolítica, económica y social de Venezuela y Colombia.Por otro lado, desde estas alianzas internacionales, es necesario profundizar en la inclusión del enfoque de género en los diseñosde la protección. Previo a ello, se requiere un estudio para puntualizar los riesgos a los que estamos sometidas las defensoras encontextos indígenas y fronterizos con fuerte presencia militar y de grupos armados. Estos diseños de protección deben abarcar a los defensores de derechos humanos nativos, en quienes se articula su condi- ción de defensores e indígenas; tales medidas deben adaptarse a las tradiciones y costumbres del pueblo o comunidad indígena al que se pertenezca (en nuestro caso, al pueblo wayúu).En otras palabras, toda medida de protección que se diseñe y pretenda implementarse en este contexto indígena y fronterizo debetener un enfoque diferenciado e intersectorial.A su vez, es importante que desde los países que conforman la Unión Europea se hagan esfuerzos políticos que le insistan al Gobierno venezolano y a las agencias humanitarias ins- taladas en terreno sobre la necesidad de hacer diágnosticos reales y actualizados acerca de la situación de la Guajira en materia de desnutrición y seguridad alimentaria, tasa de escolari- dad, tasa de empleo, cobertura de servicios domiciliarios, cobertura de internet y otros datos esenciales. Esto permitirá implementar políticasacordes a sus necesidades, so pena de que se desborde la emergencia humanitaria que atraviesa este pueblo.Por último, en cuanto a espacios organizacionales, hay que decir que en Codhez siem- pre hemos propiciado la protección del espacio cívico, la divulgación y los reclamos ante casos de vulneraciones contra organizaciones de la sociedad civil o contra susdefensoras y defensores, pero las limitaciones materiales y humanas son un reto. A veces, la insuficiencia presupuestaria impide el buen desarollo de las actividades; otras razones para tal impedimento se relacionan con situaciones de inseguridad personal o riesgos a nuestra integridad física, moral o psíquica. De igual forma, el estrés de las defensoras y defensores –por acoso, miedo, hostigamientos, amenazas o cansacio– puede ser un detonante para el retraso o la eventual paralización de las actividades planificadas. Por lo tanto, como última recomendación, consideramos importante promover espacios deacompañamiento psicosocial al equipo de Codhez y a los defensores de derechos humanos en la Guajira venezolana, tanto demanera individual como colectiva.A pesar de las difitultades descritas, seguimos esforzándonos y nos corresponde registrar y documentar cualquier tipo de hecho oincidente que implique una violación de los derechos humanos de los defensores. Para ello, estimulamos las alianzas con otras organizaciones defensoras de los pueblos indígenas en esta parte del país, tales como el Comité de Derechos Humanos de la Guajira y los amigos de Radio Fe y Alegría, con quienes tratamos de avan- zar hacia la visibilización de la difícil situación de los pueblos y las comunidades indígenas del estado de Zulia, con especial énfasis en la complicada realidad del pueblo wayúu. Paraesto requerimos refuerzos y acciones coordinadas con organismos y agencias nacionales e internacionales, en forma de apoyologístico y financiero para garantizar nuestro resguardo y seguridad en el marco de las labores de defensa. ***Este relato hace parte del libro Frontera común: luchas por los derechos humanos, producido por Civil Rights Defenders con el apoyo de la Embajada de Suecia en Colombia.
La paz develó esta maravilla natural de 35 metros de profundidad ubicada en la localidad de La Uribe, departamento del Meta.Sus pasadizos iluminados con unos pocos rayos de sol que franquean cuevas inmensas fueron redescubiertos gracias al histórico acuerdo firmado en 2016 entre el Estado y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).Ahora decenas de turistas se embarcan en una aventura a bordo de los inflables, por pasajes de aguas a veces turbulentas y otras, serenas. Algunos cierran los ojos y se dejan llevar por el sonido de la selva, el cantar de los pájaros, y el torrente de la quebrada que recorre la misma ruta que usaron los rebeldes armados a finales del siglo XX."Antes por acá pasaba la gente armada con fusiles (...) Ver esto, la manera en la que cambió, es impresionante", resume uno de los guías, todos jóvenes víctimas de la violencia, antes de emprender un recorrido al que asistió un fotorreportero de la AFP.La Uribe saltó a la fama en los años 80 y 90 como enclave de la guerrilla más poderosa del continente.Anclado en los Llanos Orientales, entre el centro Andino del país y la Amazonía, el poblado fue escenario de una de las fallidas negociaciones de paz entre el Estado y las FARC. También fue epicentro de una arremetida sangrienta de los rebeldes que destruyó estaciones de la Policía y del Ejército.En 2017 la historia dio un vuelco. Rebeldes aún con uniformes camuflados y fusiles salieron de la espesa selva que oculta al cañón rumbo a la civilización que esperaba su desarme y transformación en partido político."A pesar de todas la vicisitudes y problemáticas que se han venido presentando durante décadas (...) hoy día la misma naturaleza se encarga de darle un renacer a las comunidades", alienta un boletín oficial sobre un lugar hasta hace poco desconocido en Colombia.Aunque el acuerdo de paz desarmó al grueso de las FARC y apaciguó ciertas regiones, diversos grupos armados se siguen enfrentando por el control del negocio del narcotráfico y la minería ilegal en un conflicto interno que a la fecha deja más de nueve millones de víctimas en medio siglo. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La ministra de las Tecnología de la Información y las Telecomunicaciones, Sandra Urrutia, aseguró que "con estas emisoras de paz se busca generar sentido de apropiación en las regiones, prestar el servicio de radio pública con alta calidad, producir contenidos culturales, musicales, informativos y de servicio".También se pretende "ofrecer contenidos equilibrados, juiciosos y de respeto hacia las audiencias", dijo Urrutia en la ceremonia de inauguración de las emisoras, realizada en Fundación, una población agrícola ubicada en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta que fue golpeada por la violencia de los grupos paramilitares y donde empezó a operar hoy una de las radios.Las otras tres emisoras que empezaron sus emisiones este viernes están en Tumaco, que tiene el principal puerto de Colombia en el Pacífico; San Vicente del Caguán, en el convulso departamento de Caquetá, y San José del Guaviare, capital del selvático Guaviare.La ministra recordó uno de los objetivos de estas emisoras de paz está hacer pedagogía sobre el acuerdo con las FARC y brindar información sobre su implementación, así como busca llegar a territorios afectados por la violencia para contribuir con el fortalecimiento de la identidad cultural de las comunidades.Explicó además que están brindando contenidos regionales en convergencia, pues combinan radio, televisión y redes sociales para divulgar información sobre convivencia, reconciliación, cultura, música, turismo, artesanías, educación, artes plásticas, talentos artísticos emergentes, cocinas locales, servicio a la comunidad y diálogo.Adriana Vásquez, gerente encargada de RTVC, el sistema de medios públicos de Colombia, explicó que la Radio Nacional de Colombia está encargada de supervisar estas emisoras, desde su instalación y mantenimiento hasta su funcionamiento.La subgerente de Radio de RTVC, Dora Brausin, manifestó por su parte que estas emisoras están llegando a muchos colombianos que viven "en municipios que son catalogados dentro de la expresión 'Colombia profunda'"."Con las emisoras de paz dejan de serlo para hacer una Colombia muy presente, una Colombia muy próxima, porque todo el país tiene la oportunidad de conocer que en estos territorios hay creatividad, emprendimientos, talentos, y muchas oportunidades", indicó.En las emisoras de paz la programación es concertada en un comité de contenidos compuesto por delegados del Gobierno Nacional y del partido Comunes, surgido de la desmovilización de las FARC. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Las casas de madera de todos los colores y los botes dibujan el paisaje de Buenavista, uno de los caseríos que está ubicado en la albufera y en donde el tiempo parece no pasar pues la internet llegó apenas hace unos meses, las conexiones de celular son débiles y muy pocas familias tienen televisor."Nuestra figura aquí no es anfibia, porque anfibia se relaciona a agua y tierra. Solo somos agua, somos acuáticos", cuenta a EFE Andrea Álvarez, profesora de la Institución Educativa Técnica Departamental San José, a la que asisten más de 150 niños.Los habitantes de este pueblo flotante son entusiastas, sueñan con un mejor futuro y creen en que las cosas van a mejorar, a pesar de las adversidades que viven cuando la pesca no está buena o de que el tiempo allí pasa mucho más lento que en las grandes ciudades."Como se vive de la pesca (...) hoy hay, mañana no hay y así sucesivamente. Eso es lo que se hace acá: ir a pescar, vivir del día a día, el padre de familia manda a su niño al colegio", añade Álvarez.La rica cultura de los pueblos de palafitos también cautivó a Carlos Vives, quien compuso sus últimos dos álbumes, Cumbiana y Cumbiana II, inspirado en las costumbres de una región que conoce desde que era niño, cuando acompañaba a su padre, el médico Luis Aurelio Vives, a llevar servicios médicos a las comunidades.Comunidad resiliente y luchadoraEl 21 y 22 de noviembre de 2000 paramilitares del Bloque Norte de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) llegaron a las comunidades de Buenavista y Nueva Venecia y perpetraron una masacre en la que, según cifras oficiales, fueron asesinadas 39 personas, aunque la comunidad cree que fueron más de 70.Eso provocó un desplazamiento masivo de unas 4.000 personas que huyeron de la violencia, muchas de las cuales no volvieron nunca por miedo, lo que, según el Centro Nacional de Memoria Histórica, hizo que se perdieran una "serie de prácticas culturales características de las comunidades anfibias". Álvarez, con la voz entrecortada, recuerda con dolor esos hechos, pues ella es una de las miles de víctimas que dejó esa incursión paramilitar que cambió a su pueblo."Es un tema bastante difícil de tocar porque cayó (en la matanza) un hermano. En ese tiempo pensé: 'me traslado, me voy', pero aquí está otra familia, está mi otro hermano, y como por sangre, por enraizarse uno, volví, porque sabía que no lo podía dejar solo. En ese tiempo del desplazamiento, además, solo regresamos dos docentes", afirma.La profesora se propuso entonces mantener la educación de los niños y junto a la otra maestra trabajó a doble jornada "con tal de sacar a la comunidad adelante" y de que los pequeños tuvieran la mente distraída, no estuvieran pensando en eso que a lo mejor no vivieron directamente pero que sí causó zozobra entre los que tuvieron que huir.La matrona del puebloEntre los habitantes de Buenavista hay una mujer que sobresale: Manuela Guerrero, de 86 años, quien ha vivido toda su vida sobre las aguas de la Ciénaga Grande de Santa Marta.Ella es la matrona de la comunidad y aún sigue siendo partera, un trabajo al que se ha dedicado casi medio siglo. También continúa aplicando inyecciones y haciendo curaciones a quienes la buscan. "Lo hago sin ningún interés porque no me pagan nada", cuenta a EFE la mujer, que a pesar de su edad se mantiene muy vital y sigue haciendo las labores a las que se ha dedicado casi toda su vida.Guerrero recuerda la época de la violencia, pero también se acuerda de cómo regresaron los desplazados y de cómo Buenavista cambió, de cómo era antes y cómo es ahora.La mujer, que esboza una sonrisa mientras habla, carga en sus espaldas el bagaje cultural de la comunidad de Buenavista, que resiste y trata de mantener vivas las costumbres que la hacen única. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"El ganador de esta Hackathon fue el proyecto Diámetro por su concepto, su diseño y funcionalidades, ha sido el proyecto con mayor potencial de convertirse en una aplicación útil para periodistas colombianos", dijo la directora de Estrategia de la Agencia EFE, Soledad Álvarez, miembro del jurado durante la premiación.La iniciativa, impulsada por la Agencia EFE, la Fundación Gabo y Minsait -compañía del grupo Indra-, en colaboración de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), se celebró en Bogotá los pasados 22 y 23 de octubre buscando crear una aplicación que ayude a los periodistas.En la Hackhaton participaron cuatro equipos y los ganadores recibirán un premio de 2.500 dólares. "Pusimos en marcha esta iniciativa con la voluntad de ayudar a los compañeros que están en coberturas peligrosas", dijo el director editorial de América de la Agencia EFE, Manuel Fuentes. Además de Álvarez, el jurado estuvo conformado por el presidente del Consejo Rector de la Fundación Gabo, Jean Francois Fogel, así como por los directores de Tecnologías Digitales Minsait, Javier Mauricio Ortiz, y de la FLIP, Jonathan Bock.Inspiración para la protección"Diámetro, herramientas de seguridad para el periodista" es una aplicación desarrollada por Laura Poveda, Juan Pablo Barriga, Kevin Castrillón, Natalia Sanabria y Geisson Ponce. "Para nosotros es un honor haber ganado y haber compartido con todos nuestros conocimientos en esta labor que es para nosotros muy importante", expresó Poveda tras el anuncio.La joven relató que todo surgió de una reflexión tras el asesinato de los periodistas Leiner Montero y Dilia Contreras, perpetrado en el municipio de Fundación (norte) a donde había viajado para cubrir unas fiestas patronales. "Ese suceso desató mucha sombra, mucho miedo en varios periodistas de la región y también nos hizo preguntarnos qué hubiera pasado si el periodista tuviera una opción para haber anunciado momentos antes la amenaza", dijo.Poveda se preguntó "qué pasaría si alguno de los sobrevivientes hubiese alertado de lo que estaba pasando. Eso queríamos saber, empezar a solucionar, no solamente para ese periodista sino para muchos que lamentablemente perdieron la vida".Diámetro busca que "el periodista se sienta seguro, pueda compartir su testimonio y su material", con un botón que avisa a organizaciones como la FLIP y a los contactos de emergencia del periodista. Además, cuenta con un temporizador en el que el periodista puede introducir la hora de arranque y de conclusión de una cobertura, y en caso de que no se reporte cuando se agota el tiempo, envía un aviso.Entre las particularidades de las aplicación destacaron además una bitácora que los periodistas pueden hacer al introducir los datos y riesgos de una cobertura, así como incluir la documentación de su investigación para tenerla a salvo en caso de que les suceda algo.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
Más allá del hecho biológico —detención del latido cardiaco— la muerte es un acontecimiento individual. Su complejidad atraviesa dimensiones sociales, culturales y religiosas, y son esas particularidades las que amplían sus lecturas y significados, los rituales que la acompañan y las formas en las que se eligen recordar a los muertos. Aunque suceda de zarpazo o llegue por fin después de un larga enfermedad, hay siempre una necesidad de contar la vida de quien ya no está, bien sea por honrar su memoria o como una forma de combatir la ausencia, y es justo en esa instancia que el leguaje funciona como un punto de encuentro. Así, es fácil preguntarse cómo se narra la muerte en un país que registra tantas masacres hasta la pérdida de cuenta. En La figura de la muerte en la memoria literaria colombiana, Ida Viviana Valencia Ortiz, literata bogotana, asegura que "Pensar la identidad de una nación a partir de su literatura nos permite acceder a diversos elementos que, a través de la ficción, se erigen como figuras simbólicas que revelan características importantes para interpretar las causas y los efectos de las dinámicas culturales que hacen historia y tejen identidad en un país". Bajo esa perspectiva, la literatura funciona como un medio para comprender distintas construcciones metafóricas que varios autores han creado sobre la muerte y que, a manera de documento de memoria, coinciden con hechos históricos de violencia. En este texto hacemos un intento por identificar algunas de las narraciones que han explorado episodios macabros de nuestra historia: la muerte, las masacres; los mismos que a través de la ficción, han dotado de distintos sentidos la pérdida de la vida. A menudo se habla del eterno retorno de la guerra en Colombia como un rezago y una deuda con la modernidad. Para Valencia tiene que ver con el origen de buena parte de los países latinoamericanos porque se encuentran "anclados en los principios de la civilización, cuando se les ocurrió a los europeos venir a saquear a los países del Tercer Mundo para acrecentar sus fortunas y poder continuar con sus matrimonios acaudalados, con su expansión santa, que traía a estas tierras violencia, enfermedad y muerte, aliados de la destrucción, la venganza". Ese hecho fundacional, atravesado por la violencia y la posesión a la fuerza, arrasó no solamente con los bienes de las comunidades indígenas sino que eliminó sus conocimientos y con la destrucción de esa cosmovisión, la realidad perdió el sentido, dejando apenas un espacio estrecho para la imposición de pensamiento. Con el tiempo, la violencia ha cambiado de formas pero no se ha moderado. Por el contrario, ha afinado los modos de operar y ha mantenido el viejo silencio conocido ante la muerte. "Escudriñar entonces en las líneas de la ficción, donde es posible construir un mundo al antojo de quien crea la narración, la novela, donde la sociedad funciona con las reglas que el autor impone desde su relación con el mundo real, tal vez para satisfacer sus deseos de poder, tal vez para evocar un mundo diferente y explorar los posibles pasados, los posibles futuros en los que la situación sea diferente de la real, de la que cuenta la historia o de la que se vislumbra reflexionando los panoramas cerrados de sociedades caóticas como la colombiana (entre muchas otras)", propone Valencia al revisar la ficción como un mapa de navegación de la historia del país.Los titulares, las noticias y los informes hablan de personas asesinadas, de cuerpos hallados sin vida, despojando a quien ha muerto de su nombre, su historia y su pasado, como si todo el relato de su vida solo pudiera contarse desde ese fatídico instante en que su corazón se detuvo. Sobran los eufemismos en los discursos oficiales para referirse a ellos porque ha alcanzado la desidia y el cinismo para inventar que hay muertos buenos y muertos malos, dando cabida a una idea macabra del merecimiento de la tragedia. Si bien las estadísticas no los nombran ni reconocen su individualidad, al menos los contienen. Según el Registro Único de Víctimas (RUV), históricamente 9'204.910 personas han sido reconocidas como víctimas en Colombia y 1.804.832 más, a pesar de ser víctimas directas de desaparición forzada y homicidio, no han tenido atención ni reparación estatal.La muerte y la literatura colombianaLa importancia de nombrar y contar lo que ha sucedido a través de la literatura, explica Valencia, es que "logra mostrarnos diferentes puntos de vista de la historia, diferentes maneras de nombrar la realidad inmiscuida en nuevos mundos, en sus narraciones que permiten a los lectores y lectoras acercarse a la historia con otros ojos, recomprender su pasado y de esta manera iniciar la comprensión de su contemporaneidad". Desde la orilla de la ficción recordamos algunas postales literarias, relatos sobre la muerte que acompañan y dan forma a un velorio que no termina."Los Ejércitos", de Evelio Rosero“Comeré lo que hayan dejado en sus cocinas, dormiré en todas sus camas, reconoceré sus historias según sus vestigios, adivinando sus vidas a través de las ropas que dejaron, mi tiempo será otro tiempo, me entenderé, no soy ciego, sanará mi rodilla, caminaré hasta el páramo como un paseo y después regresaré, mis gatos continuarán alimentándome, si llorar es lo que queda, que sea de felicidad, ¿voy a llorar?, no, solo arrojar una carcajada impredecible que me ha amparado todo el tiempo, y voy a reír porque acabo de ver a mi hija, a mi lado, te has sentado en esta piedra, le digo, espero que entiendas todo el horror que soy yo, por dentro, o todo el amor -esto último lo digo con voz alta y riéndome-, espero que te acerques compadeciéndome, que perdones al único culpable de la desaparición de tu madre, porque la dejé sola"."Abraham entre bandidos", de Tomás GonzálezAño 1954. A Abraham lo esperan en su casa. Enrique Medina, un reconocido bandolero que fue su compañero de primaria, ha decidido llevárselo a la fuerza para el monte. La guerra es la misma que había años antes y que habrá años después. Mientras Abraham y su amigo Saúl aguardan —a veces impacientes, a veces estoicos— el final de una marcha que parece infinita, en la ciudad, Susana, esposa de Abraham, cuenta las historias que componen la otra cara de la moneda: la de más de cincuenta años de una vida familiar que nunca ha estado del todo ajena al conflicto. En el monte, víctimas y victimarios entretejen sus vidas y descubren que los enemigos se convierten en cómplices cuando se comparte una misma miseria."La gente volvía a hacerse ilusiones y a pensar que ahora sí llegaría la paz. Uno se engaña. Algún día se acabarán, claro, porque nadie se acostumbra a que anden matando así a la gente (ni siquiera los que matan), pero vea usted en lo que estamos todavía"."Los Ejércitos", de Evelio Rosero“Comeré lo que hayan dejado en sus cocinas, dormiré en todas sus camas, reconoceré sus historias según sus vestigios, adivinando sus vidas a través de las ropas que dejaron, mi tiempo será otro tiempo, me entenderé, no soy ciego, sanará mi rodilla, caminaré hasta el páramo como un paseo y después regresaré, mis gatos continuarán alimentándome, si llorar es lo que queda, que sea de felicidad, ¿voy a llorar?, no, solo arrojar una carcajada impredecible que me ha amparado todo el tiempo, y voy a reír porque acabo de ver a mi hija, a mi lado, te has sentado en esta piedra, le digo, espero que entiendas todo el horror que soy yo, por dentro, o todo el amor -esto último lo digo con voz alta y riéndome-, espero que te acerques compadeciéndome, que perdones al único culpable de la desaparición de tu madre, porque la dejé sola". "Changó el gran putas""Dame, padre, tu palabra,la palabra evocadora de la espada de Soundjatala sangrienta espada cantada por tu korala que bañó en sangre el suelo de Krinasolo para que Changó-Soltodas las tardesallí manchara su máscara roja.¡Padre Kissi-Kama, despierta!Aquí te invoco esta noche,junta a mi voz tus sabias historias.¡Mi dolor es grande!(Hay un vodú escondido en la koradolor antiguoalguien lloradolor de las madres cuando pierden el hijo,alguien lloradolor de las viudas enjugándose con las sábanasdel muerto,alguien lloradolor de los huérfanos,dolor que cierra los ojoscuando el sol se apaga en pleno díahay un vodú escondido en la koraun dolor antiguo)"."Río Muerto", de Ricardo Silva Romero"Un relámpago entre el monte encendió las siluetas armadas con fusiles y describió los escombros del camino destapado. Hubo una parte de él, tal vez su cuerpo, que alcanzó a preguntarse –y su voz de la conciencia, que no tenía otra voz, era grave– “¿por qué no estoy pisando el acelerador?”, “¿por qué no estoy escapándomele a esta muerte”, “¿por qué no corro hacia las lomas junto a Belén?”. Pero el resto fueron las luces polvorientas y el estrépito del furgón. Fue frenando de a pocos para no llevarse por delante a sus tres, cuatro asesinos. Y luego, cuando su resignación apagó el camión y abrió la puerta y se bajó de un salto a la carretera y notó que iba a morir jadeando de miedo, vinieron los fusilazos en la oscuridad: «Tome por sapo, bobo hijueputa».Se desgonzó. No se fue atrás como un hombre talado, sino abajo como un hombre sin huesos, como si morir fuera lo mismo que ser asesinado. Cerró los ojos y se dijo «no», pero quería y no podía gritar “ay”, unos segundos antes de desfallecer en el suelo cubierto de charcos y de piedras".
Bogotá es una ciudad diversa. De ella forman parte los pueblos indígenas, afrocolombianos, palenqueros, raizales y rom, y es importante que (re)conozcamos sus aportes. Sin embargo, el racismo y la discriminación han invisibilizado la historia de estos pueblos. En la escuela aprendemos una historia colonial que glorifica a los conquistadores españoles, y que dice poco o nada sobre la cacica Gaitana, sobre Bochica y Bachué, sobre la existencia de pictogramas en Suacha —nombre original muisca—, que no han sido preservados debidamente, a pesar de su importancia.Las narraciones de este libro tienen un valor profundo. Muestran las resistencias históricas de los pueblos indígenas, su fuerza, la profundidad de su palabra, cosas a las que ningún prólogo puede hacerles justicia. Plantean un llamado a pensarnos como sociedad, a escucharnos, a dialogar, a fortalecer la palabra, a tejer una sociedad distinta, a que Bacatá se reconozca diversa y lo ponga en práctica.El llamado que hacen estos textos es entonces a recuperar la memoria y la verdad, que, sin las voces de los pueblos indígenas, del pueblo negro, afrocolombiano, raizal, palenquero y rom, sin las voces de las mujeres, de las y los campesinos, no será verdad completa.El llamado desde la Comisión de la Verdad es a que la voz de los pueblos indígenas, la palabra de quienes han escrito estos textos, nos transforme y nos permita vernos al espejo con la imagen de la diversidad de nuestra nación, haciéndoles justicia a las mujeres y hombres indígenas y a sus luchas históricas.Aquí pueden leer y descargar los textos.
Durante mas de 30 años, Jesús Abad Colorado fue testigo de los estragos causados por el conflicto armado en Colombia. La exposición “El Testigo” reúne más de 500 fotografías captadas por el lente de Abad, como el testigo de los testigos de la guerra, que abarca diferentes zonas del país que evidencia el conflicto interno, el abandono estatal y la devastación de las actividades guerrilleras, paramilitares y militares en el país.Las fotografías tomadas por Abad están exhibidas en cuatro salas, con distintos temas del conflicto. La primera, es ‘Tierra callada’, donde se podrán ver fotografías sobre el desplazamiento; la segunda se llama ‘No hay tinieblas que la luz no venza’, que se centra en la desaparición forzada; la tercera ‘Y aun así me levantaré’, donde se muestran imágenes sobre la violencia contra los civiles y la cuarta es ‘Pongo mis manos en las tuyas’, donde hay fotografías sobre las manifestaciones por la paz, desmovilizaciones y los procesos de recuperación del tejido social.Estas son las cuatro salas de la exposición: No hay tinieblas que la luz no venzaEn Colombia 82.998 personas fueron desaparecidas porque, supuestamente, tenían vínculos con la guerrilla o paramilitarismo, o por ser miembros de las juntas de acción comunal para afrontar los grupos delictivos y llevar paz a su comunidad. Entrar en la sala es percibir el duelo de los cientos de familiares que durante tantos años no han encontrado el paradero de sus seres queridos. Muchos de los desaparecidos se encuentran en fosas comunes que difícilmente son identificados. No existe una garantía por parte del Gobierno y no hay el personal necesario para las exhumaciones correspondientes.El frío corre por todo el cuerpo al ver las personas con gestos desgarradores extrañando la presencia de su familiar. Muchos de ellos padres, hijos y hermanos que fueron llevados forzadamente a una muerte inesperada. Los malhechores no saben el vacío que puede dejar la muerte violenta de un ser amado. Desde un plano ancestral, las víctimas recurren a los sueños de sus familiares para enviarles un mensaje de su paradero, pero de los miles de personas que han sido desaparecidas son pocas las que pueden regresar de una u otra forma a su hogar, a veces en cenizasOperación OriónEntre el 16 y el 19 de octubre de 2002, la comuna 13 de Medellín fue el epicentro de la operación militar urbana más grande de la historia del país, que tenía como propósito acabar con el último bastión de las guerrillas en el país. Las fuerzas armadas del Ejército y la Policía, con ayuda de los Paramilitares (como se revela en la foto La Escombrera de Jesús Abad Colorado), entraron a la comuna para combatir a los milicianos de las FARC, ELN y los CAP (Comando Armados del Pueblo) camuflados entre civiles.Esta operación dejó más de 200 heridos, 370 capturas arbitrarias, al menos 95 desaparecidos y 88 asesinatos. La Fiscalía ordenó la libertad de 88 de los judicializados. En el 2007 solo 2 de los capturados habían sido condenados. Diego Herrera, director del IPC, dice que lo más preocupante es que “Orión permitió sacar a un grupo armado (la guerrilla), para darle entrada a otro, que terminó controlando lo que pasaba en la Comuna 13. Esta fue la puerta de entrada a la hegemonía paramilitar que se vivió después en todo Medellín”.En agosto de 2015, con base en información de varios exparamilitares, se concluyó que varios de los desaparecidos fueron asesinados y arrojados a La Escombrera, la Fiscalía decidió dar inició a las excavaciones en dicho lugar. La exhumación duró cinco meses, no dio ningún resultado, los forenses no encontraron nada. Los familiares de los desaparecidos de la Comuna 13 todavía exigen exhumar los dos polígonos de La Escombrera que la Fiscalía aún no ha intervenido.Juan Carlos Villa Saldarriaga, alias Móvil 8, fue uno de los fundadores del Bloque Cacique Nutibara de las AUC, el bloque con el que alias Don Berna ejerció control en Medellín desde 2001. Villa Saldarriaga se encuentra en la cárcel La Picota de Bogotá donde paga una condena de 40 años con la justicia ordinaria por haber asesinado a un hombre y dejar herida a una mujer. En 2017, 15 años de la operación Orión, este exparamilitar reveló en una entrevista con Pacifista que con su bloque fueron los guías de dicha operación. 16 años después las víctimas siguen clamando por la verdad sobre el paradero de sus familiares. Este país tiene que plantearse un serio proceso de justicia y reparación donde todas las víctimas sepan la verdad, donde los victimarios pidan perdón y sobre todo donde haya un proceso de memoria para que nunca más se repitan historias como estas.Tierra calladaLa Marcha del Ladrillo se originó en Granada, Antioquia, durante 2001, en medio de la destrucción causada por las Farc. La devastación dejó aproximadamente 260 viviendas destruidas y 23 personas perdieron la vida. La incursión guerrillera, que tenía por lo menos 600 miembros, tenía como finalidad atacar el Comando de Policía. El Ejército había abandonado la zona durante tres meses y causó indignación sobre la población. Además, existía información de inteligencia de la planeación guerrillera contra el casco urbano y no se tomaron las medidas necesarias para contrarrestar la masacre.Entrar en “Tierra Callada” es sentir el dolor en la planta de los pies, abandonar los bienes materiales que se han conseguido con sudor en la frente y cargar en los hombros lo más necesario para salir de la guerra. Los desplazamientos forzados han superado la cifra de 7 millones causados por grupos guerrilleros y bandas delictivas que comandan zonas en Colombia. Son pocas las poblaciones donde nuevamente se puede retornar, sabiendo así que el conflicto aún está latente en sus casas, en los estragos de la guerra, pero que aún así el valor y la fe que tienen cientos de campesinos por regresar a sus cultivos se extiende y confronta el miedo. Unidos hacen más.
Desde el 1 de noviembre de 2021 está disponible a través de las plataformas de streaming el podcast "Luz de la Noche": una serie inspirada en testimonios reales de víctimas del conflicto colombiano, presentado por la Comisión de la Verdad. El secuestro, el desplazamiento forzado, el reclutamiento infantil son algunos de los temas complejos que se abarcan desde un guion que ofrece a los oyentes una experiencia profunda y conmovedora y donde a la vez, la resistencia, la resiliencia, el perdón y los deseos de paz juegan un papel protagónico de cara a la realidad nacional.Con un diseño sonoro envolvente y de alta calidad, "Luz de la Noche" lleva a los oyentes hasta el lugar de los hechos para tener una experiencia íntima e inmersiva con cada relato: “Buscamos que el diseño sonoro aporte riqueza ambiental a la narrativa para llevar la experiencia de escucha a las personas y ponernos en los zapatos de las víctimas y conectar con ellas a través de sus historias”, afirma Nicolás Vallejo, director de Camino, estudio desde el cual se desarrolló este contenido.Desde el Guaviare al Chocó, pasando por el altiplano, por el Huila, el Valle y Santander, los testimonios llevan a través de sus capítulos a los oyentes por diferentes territorios de Colombia. Son en total 15 capítulos con una duración de 5 minutos cada uno, en el que podrán escucharse en las principales plataformas de streaming como Spotify, Apple Podcast, Google Podcast y Deezer.Con "Luz de la Noche", el país pueda acercarse al trabajo de investigación y de escucha que ha hecho la Comisión de la Verdad con las víctimas, los responsables, los testigos y las comunidades que vivieron en carne propia el conflicto armado. “Son historias no solo de dolor, sino también de la valentía de la gente y de la forma como las comunidades resistieron durante este tiempo , se enfrentaron y encontraron caminos de convivencia pacífica en los territorios, incluso en medio de la guerra”, afirma Tania Rodríguez Triana, Directora de Territorios de la Comisión de la Verdad.En el primer episodio del podcast, "Dolor de madre”, se narra la historia de una guerrillera que en 1999, rompió las reglas de las filas al parir y entregarle su bebé recién nacida a una mujer campesina, ordenándole cuidarla. Doce años después, el Estado inició una persecución en contra de la campesina, acusándola de ser colaboradora de las Farc-EP por haber criado a la niña como suya.
"Estábamos hablando de la historia de Colombia y llegamos a la conclusión de que (...) estas reflexiones ganaban en ser compartidas", explicó Betancourt, quien estuvo secuestrada por la disuelta guerrilla de las FARC desde 2002 hasta 2008, cuando la liberaron tropas colombianas en momentos en que Santos era ministro de Defensa.Santos y "yo queríamos entregar unas claves de reflexión (...) Es un libro específicamente importante para la coyuntura de hoy, de la actualidad colombiana, una mirada que nos permite nutrirnos del pasado para saber qué está pasando", dijo la franco-colombiana de 59 años.Como antigua rehén y simpatizante del pacto de paz que acabó en 2016 con un conflicto de más de medio siglo con las FARC, "Ingrid encarnaba algo que el mundo necesita, que es la capacidad de perdonar, de reconciliarse, de dejar a un lado los odios (...) y le dije: 'Escribamos esto, porque es un mensaje de esperanza'", dijo de su lado el expresidente colombiano (2010-2018).En el libro, cuyo germen estuvo en un encuentro en Oxford entre ambos justo antes de la pandemia, van pasando revista a los diferentes acontecimientos que moldearon el presente de su país de los que fueron testigos privilegiados, desde que Betancourt fue asesora de Santos cuando este era ministro de Comercio Exterior a principios de los noventa."Tenemos diferencias en muchos puntos de vista de lo que nos ha sucedido o experiencias que hemos tenido los dos desde ángulos diferentes, pero sí hay comunes denominadores que nos unen muchísimo", explicó Santos en rueda de prensa en Madrid.Una buena parte de los diálogos que nutren el libro, que fueron moderados por el escritor Juan Carlos Torres, abordan el secuestro de Betancourt y la Operación Jaque, el operativo que la rescató con otros 14 rehenes el 2 de julio de 2008. El texto tiene "esa parte de emoción casi cinematográfica", dijo Santos al recordar el día del rescate cuando esperaba en una base militar: "Cuando entré al avión, la primera persona que estaba enfrente era Ingrid, y ese abrazo (que le di) todavía la sangre me hierve, porque fue uno de los momentos más emocionantes"."Salimos (del avión), la tomé de la mano, le pregunté qué quería, y me dijo que un cigarrillo y un yogur; entonces nos sentamos en un andén a fumar un cigarrillo y a comer un yogur", señaló Santos.Betancourt recuerda con emoción que Santos le dijo "te tengo una sorpresa" y le pasó el teléfono para que hablara con su madre tras años de secuestro. "Es increíble que a Juan Manuel y mí nos haya tocado vivir tantas cosas fuertes juntos", dijo Betancourt, recordando que fue ella quien llamó a Santos, cuando todavía era madrugada en Colombia, para avisarle "que se había ganado el Premio Nobel de la Paz" en 2016.
Julio Cortázar, autor argentino conocido por sus obras innovadoras y experimentales, era un amante de los libros. Su biblioteca personal era extensa y diversa, con una amplia gama de géneros y autores. Cortázar veía su biblioteca como un espacio sagrado, un refugio donde podía sumergirse en diferentes mundos literarios y encontrar inspiración para su propia escritura. Para él, los libros eran mucho más que meros objetos, eran compañeros íntimos y fuentes de conocimiento. Cortázar solía decir: "La biblioteca es una extensión de uno mismo, una especie de tesoro personal que revela quién eres y quién quieres ser". Uno de sus libros favoritos era Ulises, de James Joyce. Cortázar se sentía fascinado por la complejidad narrativa de esta obra maestra, su estructura fragmentada y su exploración de la conciencia humana. Leía y releía cada página con avidez, maravillándose ante las múltiples capas de significado y las sutilezas lingüísticas que Joyce había tejido magistralmente. Cortázar era un apasionado de la poesía y tenía una predilección por los poemas de Arthur Rimbaud. Las imágenes vívidas y la musicalidad de sus versos lo transportaban a un mundo de sensaciones y emociones intensas. Rimbaud despertaba en Cortázar una fascinación por la rebeldía y la búsqueda de la belleza en todos sus aspectos. Este era un autor repetido en su biblioteca. En la primavera de 1993, Aurora Bernárdez, su primera esposa y albacea literaria, puso la biblioteca personal de Cortázar al cuidado de la Fundación Juan March, de Madrid. Desde entonces está allí a disposición de estudiosos y público general.Jorge Luis Borges tenía una relación única con su biblioteca personal. Después de volverse ciego, su biblioteca se convirtió en su mundo imaginario. Aunque no podía leer los libros físicamente, conocía cada uno de ellos en detalle. Borges solía afirmar que cada libro de su biblioteca era una puerta hacia otro universo, un laberinto infinito de ideas y conceptos. Para él, la biblioteca era un lugar de ensueño donde podía explorar las vastas dimensiones de la literatura sin restricciones. Borges expresó una vez: "Mi biblioteca personal es mi jardín secreto, un espacio donde el tiempo y el espacio se desvanecen, y solo existen las palabras eternas".Uno de los libros más queridos por Borges era Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra. Para Borges, la obra de Cervantes era un laberinto literario, una exploración profunda de la realidad y la ilusión, que trascendía las fronteras de la ficción. Él admiraba la figura del ingenioso hidalgo y su lucha contra los molinos de viento, símbolo de la quimera y la valentía en el enfrentamiento contra lo irreal. En su libro Lectores (1974) Borges escribió "Sé que hay algo inmortal y esencial que he sepultado en esa biblioteca del pasado en que leí la historia del hidalgo. Las lentas hojas vuelve un niño y grave sueña con vagas cosas que no sabe". Se sabe que también libros como La odisea, de Homero o Las elegías de Duino, de Rainer Maria Rilke eran libros imprescindibles en su biblioteca Gabriel García Márquez, el apremio Nobel de Literatura, también tenía una biblioteca personal notable. García Márquez valoraba enormemente la tradición literaria y la influencia de otros escritores en su trabajo. Su biblioteca estaba llena de obras clásicas de la literatura universal, pero también contenía textos relacionados con la historia, la política y la cultura latinoamericana. García Márquez creía que un buen escritor debía ser un ávido lector y consideraba su biblioteca como una fuente infinita de aprendizaje y crecimiento. Solía decir: "Un escritor sin una biblioteca es como un pájaro sin alas, carece de las herramientas necesarias para volar alto en la imaginación".El libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada era una joya en su biblioteca. Los versos apasionados y melancólicos de Neruda resonaban en su corazón y le recordaban la belleza y la intensidad del amor y la vida. Además, García Márquez tenía una admiración especial por William Faulkner y su novela El ruido y la furia. Esta obra, que explora la decadencia de una familia sureña desde diferentes perspectivas, fascinaba a García Márquez por su estilo narrativo innovador y su exploración de la psicología humana. Faulkner inspiraba a García Márquez a desafiar las convenciones literarias y a buscar nuevas formas de contar historias.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK.
El festival fue creado por el actor Robert De Niro tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 para ayudar a revitalizar el sur de Manhattan, pero después dos décadas se ha convertido en un gran evento para creativos del cine -y, cada vez más, de otras disciplinas- con puntos de vista y proyectos tan diversos como la propia ciudad.Esta edición, que se celebra entre hoy y el 18 de junio, acogerá más de un centenar de películas, la mayoría estrenos mundiales, y llama la atención que muchas de ellas son largometrajes documentales que cuentan en primera persona los entresijos del mundo de la música de la mano de reconocidos cantantes y grupos.La cinta elegida para la gala de apertura es "Kiss the future": dirigida por Nenad Cicin-Sain y producida por Ben Affleck y Matt Damon, se centra en el concierto que dio U2 en Sarajevo en 1997 para celebrar la liberación de la capital bosnia y en la comunidad artística que trabajó por hacerlo posible. Aunque no está prevista una actuación de la banda irlandesa en Tribeca, su cantante Bono hizo acto de presencia en el estreno mundial en la Berlinale el pasado febrero, por lo que no habría que descartar sorpresas.Lo que sí es seguro, según la programación, es que subirán a un escenario unas cuantas figuras musicales para complementar las primeras emisiones de sus películas, poniendo una suerte de banda sonora que amenaza con eclipsar el interés en los aspectos más puramente cinematográficos.Larga lista de historias musicalesLa primera es Gloria Gaynor, protagonista de "Gloria Gaynor: I will survive" (9 junio), filme que habla de cómo la cantante ha sobrevivido a las cuatro décadas posteriores a su gran éxito musical entre problemas de salud, abusos de su ahora exmarido y mala gestión de su carrera, y se prepara para lanzar un nuevo álbum de góspel.Cyndi Lauper actuará tras el estreno de "Let the canary sing" (14 junio), en el que repasa sus orígenes humildes y ascenso profesional; y Carlos Santana saldrá al escenario tras la proyección de "Carlos" (17 junio), que cuenta su historia y recoge imágenes inéditas.En "Scream of my blood: a Gogol Bordello story" (13 junio), Eugene Hütz, líder de la banda de punk Gogol Bordello, explora la influencia de sus orígenes ucranianos y gitanos, y de acontecimientos desde la caída de la Unión Soviética hasta la invasión rusa de Ucrania.El rapero French Montana actuará tras estrenarse "For Khadija" (16 junio), que aplaude los "sacrificios de su madre soltera", y las Indigo Girls, el premiado dúo de folk rock, hablará tras la proyección de "It's only life after all" (14 junio), que ahonda en sus 35 años de amistad, arte y activismo.Los documentales musicales de Tribeca no se centran solo en nombres famosos: "Uncharted" (10 junio) entra en el campamento de composición musical creado por Alicia Keys para mujeres jóvenes negras, y cede los focos a sus protagonistas bajo la supervisión de la conocida cantante en un acto posterior.Y "Bad like Brooklyn dancehall" (8 junio) ahonda en la popularización de este género en la Nueva York de los 80 y los 90 gracias a los inmigrantes jamaicanos, con la actuación prevista de dos leyendas que colaboran en la cinta: Shaggy y Sean Paul.Frente a todos estos títulos, "Maestra" despunta con una exploración de las expectativas de género en música clásica, siguiendo a un grupo de mujeres que participan en una competición para ser directoras de orquesta.La lista sigue y sigue, con películas sobre la banda Milli Vanilli, el rapero Biz Markie, el cantante Marc Rebillet, la rapera Tierra Whack, la cantante y actriz Sara Bareilles, el artista polifacético Taylor Mac, e incluye una proyección de "Wild Styles" por el 50 aniversario del género hip-hop.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
Los tres científicos fueron galardonados por los avances logrados para entender el papel esencial que juegan los microorganismos en la salud y el bienestar humano, y para encontrar aplicaciones a la hora de buscar nuevos tratamientos efectivos contra las bacterias resistentes a los antibióticos.Bassler (Chicago, 1962) dijo sentirse "muy emocionada" por el "gran honor" de ser reconocida con este premio, que agradeció tanto a los reyes de España y a la princesa Leonor como a la institución que concede los galardones."Espero con ilusión celebrar el hecho de descubrir, la creatividad y los logros junto con ustedes y la comunidad que han alentado", manifestó la galardonada, que, al igual que Greenberg, centró sus investigaciones en la forma que tienen las bacterias de comunicarse entre ellas mediante la emisión de ciertas sustancias.Greenberg (Nueva York, 1948) aseguró sentirse "sorprendido y encantado" con un galardón que considera un honor recibir junto a sus colegas Jeff Gordon y Bonnie Bassler y agradeció a la Fundación Princesa de Asturias que reconozca los logros de los grandes científicos que formaron parte de su equipo de investigación a lo largo de varias décadas."Estoy emocionado de unirme a los otros galardonados para celebrar la creatividad con ustedes el próximo octubre”, señaló, en alusión a la fecha de entrega de los ocho Premios Princesa de Asturias durante una ceremonia que se celebra en el Teatro Campoamor de Oviedo (norte de España).Por su parte, Gordon (Nueva Orleans, 1947) trasladó su agradecimiento por un "magnífico premio, que cuenta con un extraordinario elenco de galardonados"."Como tal, me siento profundamente honrado y extremadamente agradecido por su reconocimiento al trabajo en equipo de tantos estudiantes, personal y colegas talentosos con los que he tenido la suerte de haber compartido este viaje y de quienes he aprendido a lo largo de los años", agradeció Gordon, pionero en el descubrimiento y comprensión del microbioma humano.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La programación de eventos entre julio y noviembre puso una vez más de manifiesto la extraordinaria colección del MET, tanto histórica como geográficamente, que le permite adentrarse en propuestas que a otros museos les costaría una enorme cantidad de recursos, y le permite además un fructífero intercambio de piezas con casi cualquier museo del mundo."No hay museo en el mundo con tal diversidad de programas", proclamó el director del MET, Max Hollein, en un desayuno para la prensa en el que presentó un calendario marcado por la "ambición curatorial", según dijo.Esta ambición se traduce en tres exposiciones sobre maestros de las vanguardias modernistas: una sobre los orígenes del fauvismo ("El vértigo del color", a partir de octubre), otra comparativa sobre Manet y Degas (a partir de septiembre), organizada en colaboración con el museo parisino de Orsay y una tercera sobre Picasso y Brooklyn (a partir de septiembre).Esta última exposición presentará un capítulo poco conocido del cubismo: el encargo del coleccionista de arte, pintor y crítico estadounidense, Hamilton Easter Field, a Picasso de un conjunto decorativo destinado a la biblioteca de su casa de Brooklyn.Pero junto a ellas caben otras muestras sobre arte coreano, cerámica Pueblo mexicana, arte e imaginería política estadounidense de los años treinta y la fotografía de Maxime Du Camps en sus viajes por Oriente Próximo, entre otras propuestas.Destacan por su riqueza y originalidad la muestra "África y Bizancio", que presenta cómo entre los siglos III y VII el arte procedente del norte de África, principalmente tardorromano pero también nubio, influyó en la configuración de la imaginería religiosa bizantina, y posteriormente fue Bizancio la que ejerció una influencia visible durante siglos en el arte etíope.La exhibición (que se inaugura en noviembre) constará de 200 piezas entre las que hay textiles egipcios, mosaicos tunecinos, iconos etíopes y abundante joyería bizantina o cofres ricamente adornados.Otra original exposición, que será inaugurada el 21 de julio, será la de "Árbol y serpiente", sobre los orígenes del arte budista en el sur de la India, con piezas procedentes de varios museos indios, algunas de ellas recién excavadas por arqueólogos y nunca antes exhibidas.Serán piezas que van desde el siglo II a.C. hasta seis siglos después, e incluirán algunos objetos romanos en diálogo con los indios que demostrarán que hubo una interinfluencia mayormente desconocida entre las estéticas de ambos mundos, como podrá verse en varias esculturas.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
“Arranca nuestro equipo de RTVC y la Radio Nacional. Busco ligar la televisión pública a la juventud, la cultura y a la producción de cine y audiovisuales”, anunció en su cuenta de Twitter el presidente Gustavo Petro en una foto acompañado por Hollman Morris y Nórida Rodríguez, este martes 6 de junio.El nombre del periodista fue habitual en los nueve meses que duró el Sistema de Medios Públicos RTVC con dirigencia interina, hasta que el pasado mes de mayo, fue anunciada la actriz y abogada Nórida Rodríguez como gerente. Morris hará parte del equipo en el cargo de subdirector.Es importante destacar que la noticia de su nombramiento dentro de la entidad encargada de administrar los contenidos culturales y educativos de Señal Colombia, Canal Institucional, Radio Nacional de Colombia y Radiónica junto a la red de canales regionales del país fue anunciada el pasado 19 de mayo por Mauricio Lizcano, ministro de las TIC, institución bajo la cual está RTVC. Morris nació en Bogotá, el 17 de agosto de 1969. Es periodista de la Universidad Javeriana, productor, director de televisión, escritor y político, además de becario en la Universidad de Harvard y en la Fundación National Endowment for Democracy (NED), en Washington. También ha sido exconcejal de Bogotá y exgerente de Canal Capital, precisamente cuando Gustavo Petro fue Alcalde de la capital del país. El nombramiento ha provocado reacciones dentro de organizaciones de mujeres y activistas feministas debido a la vinculación de Morris en denuncias por violencia sexual, específicamente contra la periodista María Antonia García de la Torre, e intrafamiliar contra su exesposa Patricia Casas.Estas investigaciones fueron archivadas por la Fiscalía en marzo de este año. Con su nombramiento, también se descarta su participación a la alcaldía de Bogotá en las próximas elecciones locales de octubre. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.