"¡Radio Dabanga! ¡Radio Dabangaaa!". Tras la alegre sintonía, una voz grave da paso al boletín de noticias en árabe sobre Sudán, que no se emite desde Jartum sino desde un estudio de Ámsterdam, donde la emisora ha encontrado refugio.
Unos dos millones de sudaneses están enganchados diariamente a las ondas de esta emisora, "independiente" y en el exilio. Su misión no es otra que garantizar la libertad de información en un país que ocupa el puesto 159 en el índice mundial de la libertad de prensa en 2021 de Reporteros Sin Fronteras.
Ibrahim Jadelkarim, de 60 años, un hombre alto con aires del actor Morgan Freeman, llega al estudio. Se sienta delante de un micrófono, se coloca los auriculares y empieza a manejar los botones de la mesa de sonido. Se enciende la señal de "en el aire" y suena la sintonía de la emisora. Es la hora del informativo, pero no hay noticias alegres. "Es muy grave" lo que está pasando en este momento en Sudán, afirma el periodista, quien teme por su familia que sigue en su país. "La gente normal, los civiles, están siendo abatidos en las calles, torturados y encarcelados", subraya Jadelkarim, que huyó de Sudán después de que Omar al Bashir asumiera el poder en 1989. "Estoy preocupado, molesto, porque los militares y la policía actúan de manera salvaje en las calles y muchas personas han muerto y resultado heridas", prosigue.
Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad dejaron el jueves otro fallecido en Jartum, en el cuarto día después de un golpe militar que está siendo rechazado por ciudadanos en las calles y por la comunidad internacional, quienes piden el regreso de los civiles al poder en Sudán. Al menos ocho manifestantes murieron y 170 resultaron heridos desde el lunes, según los fuentes sanitarias, cuando el general Abdel Fattah al Burhan disolvió el gobierno, que se suponía que garantizaría la transición a la democracia, y arrestó a ministros y altos funcionarios civiles.
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Los diez periodistas de Radio Dabanga transmiten dos programas informativos económicos, sociales y políticos sobre Sudán. Emiten desde Holanda debido a la represión contra los medios en este empobrecido país del este de África, sumido en el marasmo político y asolado por los conflictos. La vista desde el estudio de radio de Ámsterdam es impresionante, pero los miembros del equipo rara vez revelan la dirección por temor a represalias. La comunidad sudanesa en Holanda está dividida. Algunos están a favor del golpe, mientras que otros están en contra.
Fundada en 2008 para informar sobre la crisis de Darfur, Radio Dabanga se ha expandido desde entonces para cubrir todos los rincones del país. Está financiada por oenegés y organismos gubernamentales internacionales, como el ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos. Radio Dabanga tomó prestado su nombre de un gran recipiente de almacenamiento esencial en los hogares sudaneses. Los agricultores utilizan las "dabangas" para almacenar alimentos y esconder dinero u otros objetos de valor en ellos.
La emisora trabaja por "un Sudán democrático, donde reinen la libertad, la paz y la justicia, y donde se consagran los derechos humanos, sobre todo el derecho a la libertad de expresión y acceso a la información", puede leerse en su sitio web. En un país donde una parte de la población no sabe leer, la radio puede ser algunas veces su único acceso a la información y enlace con el mundo exterior.