Ministro, estamos acá para conversar sobre el presupuesto del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes para este 2025.
Sí, es 24 de diciembre una fecha paradójica para hablar de la preocupación que tenemos, pero creo que también eso muestra la manera de actuar de este Ministerio y es que no podemos evadir la crisis que muy probablemente vamos a enfrentar, no podemos escondernos, tener medias versiones; evidentemente lo que ocurrió en las comisiones terceras del Congreso y Cámara, las comisiones económicas, al no querer por lo menos discutir y pensar lo que significa la ley de financiamiento, que no es una reforma tributaria como han dicho otros sectores, era una ley de financiamiento como la que acaban de aprobar en Estados Unidos. Al no aprobar esa ley pues hay muchas víctimas colaterales, una de ellas es nuestro Ministerio. (Todavía estamos pendientes del último consejo de ministros del año en donde se nos dirá lo priorizado por el señor presidente dentro de sus programas de gobierno). La noticia que tenemos hoy es que a partir de esa no aprobación pasamos de una reducción que ya venía del 26 % con la cual hubiéramos podido gestionar y seguir adelante con ciertas restricciones, a una del 82 %
Esto nos pone en una situación muy compleja, hay que entender cómo funciona este tema de la ley del financiamiento. Hay que entender cómo funcionan las formas de inversión y los momentos por los que atravesamos y yo creo que también esta crisis nos corresponde entenderla. Es una oportunidad para que la gente empiece a preguntarse, cómo es que funciona la economía y porque un gobierno como el nuestro o como en los Estados Unidos o como el de Santos o como el de Duque pidieron leyes de financiamiento y a todos se les aprobaron y por qué a nosotros no.
Ministro hay una cosa que usted menciona que creo que es uno de los puntos más importantes y es los que generalmente las personas del común no sabemos distinguir y es la diferencia entre una ley de financiamiento y una reforma tributaria. Se ha planteado que el gobierno quería poner más impuestos la clase media y el ministro de Hacienda dijo que era todo lo contrario.
El punto central por el cual no se quiso discutir la Ley de Financiamiento fue porque se querían gravar los juegos de azar y de suerte que además están considerados actividades artísticas. Mira la paradoja.
Buena parte de la explicación del crecimiento de los sectores culturales artísticos durante este año obedece, por supuesto al crecimiento de los juegos de azar y las apuestas porque están catalogados como una actividad que se llama actividad artística y cultural. Al no quererse discutir el gravar esas actividades, pues por supuesto se abortó cualquier posibilidad de financiación que hubiera sido lo virtuoso. Interesante que esas actividades que están ganando mucho pasen también a financiar actividades culturales, realmente culturales, como las que representamos en el Ministerio de las culturas. Una ley de financiamiento por supuesto no es una reforma tributaria, es una propuesta de buscar recursos en algunos sectores, de reactivar la economía para que nos podamos financiar los programas del gobierno y eso es lo que hacen todos los gobiernos.
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Se nos acusa de agrandar o ensanchar la burocracia, yo diría que eso es parcialmente cierto, porque sí estamos promoviendo el fortalecimiento del empleo. Este gobierno no cree que debamos tener más contratistas sin seguridad social cada año yéndose de los ministerios, a ver si los vuelven a contratar al año siguiente, eso no corresponde a unas instituciones serias, aquí tiene que haber funcionarios públicos de carrera. Esa evidentemente es una pretensión y ya lo conseguimos en el ministerio, ya nos firmaron los decretos para el próximo año (2025) incorporar 370 personas más de planta que serán funcionarios públicos del gobierno, entonces esa ley de financiamiento tenía una serie de debates y discusiones que han mostrado economistas como el doctor Jairo Orlando Villabona, director de la DIAN, como el exministro Ricardo Bonilla, como Luis Carlos Reyes, Ministro de Comercio, Industria y Turismo; pero que no eran ideas insensatas como las que se han querido promover: como las de gravar la canasta básica o quitarle a la clase media.
Yo creo que los liderazgos y los verdaderos gobiernos se conocen en los momentos de crisis y es lo que nos corresponde en este momento de la historia, asumir que tenemos que gobernar y demostrar que habíamos planeado cosas. Todo no puede terminar y comenzar en una ley, porque si no querría decir que nos gastamos todo y no planeamos el futuro y el Ministerio está en capacidad de decir que tenemos como mantener una acción hacia el futuro, por supuesto con muchas dificultades, con mucha reducción de gente, pero vamos a tener una acción importante el próximo año. Dispusimos a través de vigencias futuras de planes que pasan de un año a otro, por ejemplo, la educación artística cultural, por lo menos hasta junio está garantizada. Hay una serie de posibilidades que son las que nos corresponden en este momento y estamos dispuestos a velar, porque así se haga, porque se cumpla, y a tratar de, en el momento en que sepamos cuál es el presupuesto que nos corresponde, lanzar una serie de ideas a los gestores y artistas y sectores culturales del país, a ver cómo podemos organizarnos juntos con lo que hay.
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Ministro, una de las cosas que usted acaba de mencionar tenía que ver como con una de las ponencias negativas, que valga la pena decir es del señor Miguel Uribe, y era sobre el tema del tamaño del Estado del tamaño y de los recursos que se están destinando para ensancharlo.
Personas que representan un pensamiento de derecha insisten en que el Estado tiene que tener un tamaño pequeño y el mercado regular todo lo demás, yo creo en una idea distinta, yo creo que el Estado y las instituciones tienen que tener un tamaño que corresponda al de su sociedad porque así lo han demostrado países como Francia, como España, en donde hay una carrera pública, hay funcionarios públicos que permanecen años haciendo gestión por otros y trabajando virtuosamente por otros y no podemos convertir esto entonces en lo que lo han querido convertir y es en la ficción de que hay unos mandos superiores que se gastan y derrochan la plata en carros y en viajes y en fiestas, por supuesto que lo hay, pero esa es la cultura que han instalado quienes han dirigido los destinos del país. Qué tal si quienes estamos ahora en este momento empezamos a dar otras señales, qué tal si insistimos en ideas culturales, como en aquella en la que yo he insistido: si yo como ministro al poner mi declaración de renta del año 2024, como la ha publicado todos los años, mi patrimonio ha aumentado inexplicablemente eso quiere decir que yo hice algo que no estuvo bien porque yo no me puedo enriquecer siendo ministro. Mi sueldo que está muy bien sí, por supuesto, pero que no me da para ser millonario, ni me da para construir casas de recreo con piscina, ni para tener camionetas de lujo de alta gama, porque además eso no me interesa.
Lo que quiero decir con esto es que hay detrás de todo esto una batalla cultural y es que creemos que el poder es para eso, para enriquecerse, para tener unos lujos. Yo me pregunto entonces, estas familias que han gobernado el país de dónde han sacado el dinero de sus negocios particulares y esos negocios particulares con quienes los han hecho. Acaso no ha habido pauta oficial en esos medios que han pertenecido a esas familias, no ha habido inversión pública en las empresas de esas familias. Yo quiero que abramos esas discusiones, porque eso es lo que no puede seguir pasando en el Colombia, que las instituciones y el Estado se conviertan en una manera de beneficiar a unos grupos y no de beneficiar a la mayoría. Para beneficiar a la mayoría, me parece a mí, el enfoque del progresismo de la izquierda es más adecuado y es que haya un Estado con funcionarios de carrera, que no tengan que ver con esa precarización en donde cada año tienen que irse la Navidad a ver sí van a tener contrato el año siguiente. Yo creo que así no puede funcionar una sociedad. Creo que no es justo con millones de personas en este país.
Y creo que eso es lo que venimos a representar. ¿Otros piensan distinto?, vale, están en su derecho. Pero a la izquierda le corresponde hoy decirle al país, qué es lo que propone y qué es lo que piensa y una de esas ideas es un Estado más fuerte, unas instituciones más organizadas, unos empleos públicos mucho más estables y seguros para todo el mundo, sindicalizados con formas de organización, con luchas sociales para las mujeres, por ejemplo, las instituciones hoy tienen que cumplir la ley de cuotas, las instituciones tienen que tener espacios seguros para las mujeres, las instituciones tienen que tener políticas para las mujeres que gestantes, tienen que tener licencias para los hombres que también tienen responsabilidad en la crianza de sus hijos en fin, es lo que corresponde a este momento si no nos damos cuenta de eso, pues vamos a seguir creyendo que las instituciones son empresas y lamentablemente o afortunadamente yo creo que no lo son.
Uno de los puntos a los que se refirió el presidente Gustavo Petro es que el presupuesto también está destinado en la responsabilidad fiscal de llenar ciertos huecos y cumplir con las deudas que dejaron otros gobiernos. Hablemos específicamente del Ministerio de Cultura, ¿qué deudas tiene?
Sí, las deudas son muchas y yo creo que el presidente tiene razón, en eso la inversión social es lo principal de este gobierno, nosotros no vamos a castigar a la gente o en la medida de lo posible. Ya decidimos que lo que no vamos a tocar, por ejemplo, es todo el programa de estímulos porque ahí es donde los artistas pueden participar . Deudas quedan muchas y nosotros estamos tratando de por lo menos iniciar el camino hacia solucionar esas deudas, ¿cuáles? por ejemplo el estatuto del artista en la reforma laboral, la dignificación del trabajo artístico, lo que llaman las intermitencias del espectáculo, es decir que los artistas no son personas que trabajan.
Entonces son deudas históricas muy grandes, deudas con los idiomas y las lenguas de este país, con las culturas que hoy no están siendo reconocidas todavía en muchos lugares de Colombia es decir, la deuda es con la Constitución de 1991, 33 años después de haber sido promulgada que es una constitución muy buena plena de derechos, pero que tenemos que esforzarnos en cumplir como sociedad y esa Constitución dice que somos un país multiétnico y pluricultural y en ese sentido creo que tenemos el mandato de esforzarnos en cumplir esas deudas históricas con todas estas comunidades. Nos queda mucho camino, nos queda poco tiempo de gobierno y ese finalmente es el ajedrez de la vida democrática y política en Occidente que es lo que uno pretendería esparcir.
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Hay que reconocer las cosas buenas que hemos hecho, que en este ministerio se han hecho muchas y que hemos reconocido y respetado gestiones pasadas, por ejemplo, el Centro Nacional de las Artes no es obra de este gobierno. Lo hizo el gobierno de Juan Manuel Santos, su ministra Mariana Garcés, lo inauguró después Iván Duque y no alcanzó a ponerlo en funcionamiento y después nosotros lo hemos puesto a operar . Eso quiere decir que hay una continuidad histórica que no venimos a cerrar. Mal haríamos en decir, “eso no es nuestro y entonces no vamos a hacer nada”, al contrario.
Creemos en trabajar con una perspectiva de futuro y eso es lo que queremos decirle hoy al país, probablemente no vamos a acabarlo todo ni vamos a pagar esas deudas, pero sí vamos a dejar claros cuáles son y cómo vamos a empezar a cumplirlas. Creo que eso es lo que corresponde en un gobierno que se supone o que se dice distinto como el nuestro.
Ministro, una acción que caracterizó a este momento del hundimiento de la Ley de Financiamiento es que usted salió a pedirle a todas las personas agentes culturales, gestores y artistas que se manifestaran de alguna forma. Muchos tomaron esto como pescar en río revuelto, que usted también lo mencionó en su comunicado oficial. Se dice también que la culpa no es enteramente del Congreso, que el gobierno debe asumir la responsabilidad.
Que tienen razón quienes dicen que no toda la responsabilidad es del Congreso. Mi crítica al Congreso y a esas comisiones en particular es que no se haya debatido, escuchado los argumentos para esa ley de financiamiento y que la hayan simplemente archivado sin siquiera haber conversado: esa es mi primera crítica. La respuesta que tengo ante las personas que han dicho que estamos tratando de pescar en río revuelto es todo lo contrario. Lo que me parece responsable es que quien está al frente del Ministerio de las culturas, las artes y los saberes salga y de alguna manera fije una posición y le cuente a la gente lo que está pasando. Mi interés no es ninguno distinto a que la gente entienda que esas decisiones que a veces parece que no nos afectan, nos afectan. La cultura no está por fuera de la vida económica y política de un país.
Y en tercer lugar yo no estoy buscando un beneficio personal. Yo no me voy a ir a hacer ninguna campaña política. Yo no, yo quiero que mi sector o el sector de las culturas, las artes y los saberes tome conciencia de que tenemos que tener una agencia política distinta en este país y ocupar la calle, el territorio con lo que somos y con lo que hacemos, con una decisión mayor, esa manera de movilizarse es la que yo propongo; yo no propongo solo una movilización de protesta social, que la considero legítima e interesante, sino que a mí me inspira lo que ocurrió y lo que vi en los movimientos sociales de 2019 y 2021 que fue que los jóvenes transformaron la protesta social en una protesta cultural.
Nosotros somos herederos de una cultura ciudadana que se instaló desde los años 90 en esta ciudad a través de festivales como Rock al Parque, de gestores como Berta Quintero como Julio Correal, como Héctor Buitrago, como Fanny Mickey, o Ramiro Osorio. Yo no estoy en contra de nadie que proponga, yo estaría para sumarme a todos los que quieran trabajar y yo si deseo que los movimientos culturales sintieran hoy que tenemos la responsabilidad quizás de habitar el territorio (sea urbano, sea rural) con la fuerza de nuestras culturas, porque en los momentos de crisis eso es lo que supera la violencia y el conflicto: la fuerza de lo que somos, de lo que podemos representar, de lo que podemos decir y de lo que podemos imaginar.
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Nos ha hecho falta en el sector cultural una discusión técnica sobre cómo se gasta en cultura. ¿Usted cree que se han tenido espacios para esas conversaciones?
Falta mucho. No veo a los economistas interesados en el gasto de cultura, no los veo interesados en el presupuesto. Todos son lectores, escritores, les interesa el cine, pero a la hora del té, tú no los ves involucrados en estos debates, tú misma representas esa marginalidad en el contexto de una gran empresa que es admirable por sostener un proyecto, pero que en todo caso no deja de ser marginal. Mi crítica va allí por qué vamos a condenarnos a ser marginales y por qué no insistimos en que tiene que haber esas discusiones sobre la economía de la cultura, porque no pasa nada cuando se anuncian los datos del crecimiento del sector cultural y nadie dice lo que yo estoy diciendo: que ahí están incluidos los juegos de azar en las apuestas. Sí lo dijo Alejandro Gaviria y su esposa, Carolina Soto sobre el caso de Brasil, ahí me alertaron y yo empecé a investigar el tema. Hablé con el Dane y comprendí que lo que se estaban diciendo escondía una trampa que tenía que ver con esto de la ley de financiamiento.
Además, podemos criticarnos en voz alta, yo no estoy acusando a nadie ni estoy invitando a que se reaccione contra alguien pero sí considero que el Congreso tiene que discutir las cosas, a lo mejor se hubiera podido llegar a una conclusión similar, pero con una explicación porque cuando ni siquiera hay un argumento sobre lo que se decide pues yo entro un poco a incomodar porque no me parece que la vida pública de Colombia tenga que seguir siendo esta en la que ciertos temas se debaten a puerta cerrada o no se debaten y se archivan o se declaran leyes o se hacen decretos y punto; yo en eso no creo y por algo de alguna manera también soy periodista y por algo defiendo la libertad de expresión y por algo tengo que aguantar todas las críticas que se me hagan porque hoy soy un funcionario público y la gente tiene derecho a impugnar mi lugar, a decir que no está de acuerdo, a criticarme, a reírse de mí, hacer humor sobre mí, eso encarna una posición como en la que estoy y tengo que ser respetuoso con eso, pero también tengo que actuar políticamente y yo sí creo, Camila, que a nosotros como sector cultural nos está haciendo falta un poco de educación política, un poco de educación económica, un poco educación administrativa sobre el sector público porque si no de otra forma no vamos a cambiar las cosas y no vamos a lograr incidir de una manera más determinante en los destinos económicos para fortalecer lo que representamos.
También estamos muy convencidos de que la ley del silencio es la que debe reinar.
Lo que dices es claro, esa ley del silencio nos ha hecho actuar como sociedad de una manera temerosa porque tememos un comportamiento que se ha impuesto en la vida nacional y pública y es el sentido de venganza: lo que no está conmigo en el futuro podrá ser sujeto de exclusión porque representa lo que yo no represento. Esa actitud ha obligado a muchos líderes de opinión, a muchos periodistas, a muchos artistas, a no tomar posición de una manera determinada, porque teme que venga el castigo, que no haya empleo. Ese cálculo nos daña como sociedad, yo creo que no hay que hacer ese cálculo más hay que hablar con honestidad. Necesitamos gente capaz de ocupar los espacios sin violencia, hablando con claridad, con absolutas y radicales diferencias ideológicas no pasa nada, no está mal, pero si seguimos calculando que lo que viene es la venganza lo que va a seguir reinando es la certeza de que tenemos que vivir todos en la opacidad.
Es una utopía, pues puede serlo, pero si las culturas no vienen a representar eso, entonces apaga y vámonos porque entonces estamos condenados a que vivamos en el territorio del complot, de la conspiración, de la venganza, de la desconfianza, del miedo y pues lo lamento mucho, pero pues si a mí algo me ha enseñado las canciones que he oído, los libros que he leído, la vida que he soñado, los afectos que he tenido, los errores que he cometido, es que se trata es de ser libre en este mundo, de no tener miedo, de poder expresar sin agredir, sin violentar a los demás.
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Ministro, como nos comentó, ya había ciertos proyectos que seguirían en pie en el 2025 como las reformas del Hospital san Juan de Dios o el tema de los estímulos, pero si habría una reducción casi de 800.000 millones, ¿cómo se va a financiar el resto de actividades?, ¿va a entrar lo privado, qué va a pasar con esas otras cosas que quedan por fuera?
Sí hubo un primer momento en este año largo, que acaba de pasar conmigo superada la interinidad del Ministerio un primer momento, de imaginación de acción política. Yo me encargué en todo caso de que hubiera una planeación y de que hubiera un compromiso hacia el futuro, en ese sentido hay cosas que estaban ya garantizadas. Pongo el ejemplo de Gaceta, la revista, ya la habíamos financiado el próximo año (2025) completo, las obras de infraestructura que tú mencionas que requerirán, no solamente de la gente que trabaja en interventoría en las obras, sino en la imaginación de cómo se gobiernan esos espacios culturalmente que serán las acciones de la Biblioteca Nacional, del Museo Nacional, el Museo Afro, ciertas bibliotecas que se construirán en el país que quedaron en las vigencias futuras, la obra del San Juan de Dios que capturará buena parte de la atención de la Dirección de Patrimonio, la dirección de poblaciones ya había hecho compromisos por casi 36.000 millones de pesos con los pueblos indígenas. Entonces, pues eso hay que encargarse de cumplirlo. Como te digo, no se cierra, pero se reduce y en lo que queda convertido en ministerio, si es que ese plan de reducción tan severo se cumple es en un ministerio que va a ser gestión de lo que ya comprometió y de lo que pueda gestionar con otras instituciones del Estado que también están disminuidas.
Con la empresa privada pensamos una acción internacional mucho más decidida, por ejemplo, en el tema de la Biblioteca Nacional que ya va a salir el concurso porque lo logramos financiar para el diseño de la nueva Mediateca Nacional al, lado del edificio de la Biblioteca Nacional, podamos, por ejemplo, pensar quién nos puede financiar la construcción de ese edificio con cooperación internacional.
Viene un momento interesante, pero no es un momento, por supuesto, fácil es un momento complejo, es un momento que en el que van a sufrir todas las entidades adscritas. Yo entiendo que la gente lo primero que le duele es su propio destino, su trabajo, su bolsillo, es evidente y yo lamento mucho y me pongo en el lugar de los demás y siento mucho dolor de lo que nos está pasando, pero es un momento en donde los que queremos tenemos que tener la fuerza de impulsar el carro porque seguramente vendrá un nuevo momento y será mucho mejor que el que estamos viviendo y a ese es el que tenemos que apostarle y con la gente que hoy lamentablemente no va a poder seguir con nosotros, pues el mensaje es claro: logramos el fortalecimiento del Ministerio, se abrirán más o menos 370 plazas en marzo para llenar unos cargos en encargo, como se llama en la función pública mientras se abre un concurso. Viene todo el tema de la reforma de la Ley General de la cultura, que esperamos que se pueda por lo menos conversar , vienen las concertaciones con los grupos indígenas y con los pueblos afro del Plan Nacional de Cultura.
Faltan esos capítulos que quedaron también garantizados en el financiamiento de lo que viene, entonces hay futuro, hay mucho futuro, pero es un futuro mucho más árido mucho más complejo. Nosotros sabemos de eso, creo, quienes hemos leído como tú como yo, pues hay novelas y hay películas más tranquilas y hay momentos para otros géneros y el género que nos corresponde vivir en este momento, pues es mucho más dramático con personas implicadas, que eso lo hace muy doloroso insisto, pero nos vamos a esforzar en que esas personas encuentren un lugar y en que nosotros podamos construir algo para que esto no se siga repitiendo, qué es eso que yo sueño, que si este año creamos 370 cargos, más 240 que tenemos, el Ministerio quedará con 600 cargos de funcionarios de planta. Mi compromiso será que al terminar 2026 por lo menos hayan 900 o 1000 cargos de funcionarios de planta . Esto le asegura al sector una continuidad, una memoria, una dignidad distinta y que logremos otros aspectos que estamos trabajando como la reforma laboral ya la gente del Ministerio está sentada revisando en la reforma laboral el estatuto del artista. Se trata de sembrar para que otros cuando vengan y cuando sea su momento puedan recoger algo y no se encuentren más aridez.
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Ministro, para finalizar, quisiera saber qué conversación usted ha tenido con el presidente Gustavo Petro sobre ese presupuesto de las culturas.
El presidente ha lanzado un mensaje y es que los programas de gobierno no se desfinancian en ninguna circunstancia. Nosotros le hemos dicho cuáles son nuestros programas de gobierno que quedan financiados: la formación artística y cultural que son casi 360.000 millones de pesos, el Hospital San Juan de Dios por fortuna está protegido por estas vigencias futuras que ya firmamos, nos queda un pedazo, pero la plata está en el Ministerio de Salud.
Entonces sobre lo que tenemos ya el mínimo desfinanciado son esos 360.000 millones más todos los programas que se disminuyeron como son la dotación de libros en la Biblioteca Nacional, la puesta en marcha de la red nacional de teatros, la Red Nacional de Museos y las exposiciones del Museo afro, una serie de eventos que teníamos contemplados como la conmemoración de los 500 años de Santa Marta, los 40 años de Armero y el Palacio de Justicia, los actos de memoria y monumentos que estamos haciendo como el de las madres de Soacha en la Estación de la Sabana, la misma puesta en marcha o recuperación de la Estación de la Sabana. Hay en todos estos casos que estoy mencionando desfinanciación, el presidente ha dicho que no se desfinancia, veremos para qué alcanza porque el problema ya no es una decisión del señor presidente decir “a cultura no la tocan”, es que pase lo que pase nos van a tocar porque de una u otra manera nos van a reducir. Yo aspiraría a que no fuera el 82% sino al menos el 50% y en eso pues nos moveríamos con dificultad, pero de una manera mucho más holgada.
Mucha gente dijo que desde agosto los ministerios sabían del recorte porque presentaron el presupuesto con una reducción.
Sí, esa reducción era del 26% y sobre esa reducción hicimos nuestra planeación para el próximo año (2025) porque estábamos convencidos de que iba a pasar, el balde agua fría es que nos digan que es el 82% porque no pasó la Ley de Financiamiento, eso es muy grave, así que yo agradezco una y otra vez que tú te tomes el tiempo de que conversemos, de eso se trata. Ojalá haya más medios culturales en este país, porque eso también nos está haciendo mucho daño, no poder tener espacios para que entendamos que estamos es precisamente para defender y dignificar los derechos de la gente, de las culturas en este país y que no hay una ambición personal, ni una pesca en río revuelto para un beneficio mío, porque la verdad no tengo esas pretensiones y lo único que me ha interesado toda la vida es ser un gestor cultural, que es seguramente lo que seguiré siendo de aquí en adelante.
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