Con cientos de "¡viva Pasto, carajo!" repartidos a lo largo de una senda de 23 comparsas, la capital del carnaval del sur de Colombia dio la bienvenida a las típicas festividades llenas de color, fiesta y música "guaneña".
El carnaval de Negros y Blancos de Pasto es una de las fiestas más importantes del país, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2009.
La agenda de citas festivas arrancó el 28 de diciembre, pero los días grandes son desde el 4 de enero con el desfile en honor a la Familia Castañeda y siguen al día siguiente con el "Día de negros" para culminar el sábado con el gran desfile de carrozas del "Día de blancos", aunque los festejos terminan el domingo.
Pericles Carnaval, vestido con su sombrero y su traje tradicional, fue el encargado de dar la salida a las comparsas: "eliminamos desde este momento la tristeza y la amargura, le damos la bienvenida a la alegría y el jolgorio, gritamos todos goza pueblo".
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La reina del carnaval salió con los cusillos, personas que danzan y ondean la wiphala (bandera de los pueblos indígenas), vestidos con trajes marrón claro que ocultan sus rostros y representan al mono que ahuyenta a la tristeza y atrae a la alegría.
La reina del Carnaval de Negros y Blancos de este año, Tatiana Martínez, expresó a EFE su emoción de presidir junto a Pericles el desfile.
"Estoy muy feliz de compartir este evento con los pastusos y los visitantes", dijo ya cansada al final del desfile.
El paso histórico
La familia Castañeda es un grupo de campesinos que históricamente venían de El Encano, un asentamiento cercano a Pasto, y se dice que pasaron "de casualidad" en su camino para visitar la Virgen de las Lajas, cerca de la frontera con Ecuador, y pagarle una promesa.
Coincidió con que el carnaval estaba sucediendo en ese momento en la ciudad, así que la familia desfiló con su carro y petacas; utensilios, y hasta animales domésticos.
Gracias a los Castañeda, el primero de los grandes días del Carnaval de Negros y Blancos se vuelca en incluir e instruir a los extranjeros en las costumbres del "juego".
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"Representan el éxodo del campesino a la ciudad", describió a EFE la rectora de la Universidad de Nariño, Marta Sofía González, que participa en el carnaval desde 2017.
Comparsas universitarias
La gran mayoría de las comparsas correspondían a entidades estudiantiles, colegios y universidades, y los festejos estaban protagonizados en su gran parte por juventud a la que los locales lanzaban polvos blancos y espuma.
A su vez, los integrantes de las comparsas jugaban a "una pintica", la tradición de pedir que te pinten de rojo, negro u otros colores en la versión más moderna, dejando así rastros de pintura en las caras de los asistentes.
Además, durante un semestre, los estudiantes de Formación Humanística de la Universidad de Nariño cursan una cátedra en la que aprenden "la historia de la festividad y el examen final es este, la cátedra del Carnaval" afirmó la rectora de la universidad.
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Son además los estudiantes los protagonistas del desfile de la Familia Castañeda, quienes disfrazados de personajes de los años 20, 30, 40 y 50 caminaron por la senda del carnaval.
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