Una exposición en la British Library, la biblioteca nacional británica, da voz a mujeres de la Edad Media "que fueron borradas de la historia" a fin de rescatar del olvido su papel en los diferentes ámbitos sociales durante una época dominada por la narrativa masculina.
'Medieval Women: In Their Own Words' (Mujeres medievales: En sus propias palabras) abrió al público el 25 de octubre e irá hasta el próximo 2 de marzo para presentar, mediante un centenar de artefactos, testimonios y vivencias de estas mujeres en Europa desde el siglo XII hasta el siglo XVI a través de las diferentes culturas, religiones y su posición social.
En la presentación a los medios de la exposición, el comisario de la muestra, Julian Harrison, remarcó en declaraciones la importancia de "recuperar esas voces y los testimonios de mujeres que vivieron en el pasado (...) Tuvieron vidas increíbles y obtuvieron muchos, muchos logros".
"Sabemos que fueron con frecuencia erradicadas, borradas de la historia, pero la exposición demuestra que a menudo realizaron tareas muy similares a aquellas que los hombres realizaban en el pasado. Algunas fueron líderes militares, otras eran autoras", destacó.
Medieval Women: In Their Own Words opens today.
— British Library (@britishlibrary) October 25, 2024
Join us to discover the rich and complex lives of women in the Middle Ages, both famous and forgotten, as you uncover their artistry, resourcefulness, courage and struggles.
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Entre tantas vivencias, Harrison reconoce que ha sido "un desafío decidir qué historias incluir y a qué mujeres dejar fuera". Comenta que entre los manuscritos originales se encuentran historias de "reinas y monjas, pero también vemos mujeres de otros ámbitos de la vida, hay mujeres embarazadas, historias de poetas".
Figura, por ejemplo, el único documento del que se tiene constancia de Martha, una joven de origen ruso vendida en un mercado de Venecia en 1450, que terminó a cientos de miles de kilómetros de su casa y fue vendida por otra mujer, según recuerda el experto.
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Otro de los objetos "favoritos" exhibidos es la primera carta firmada por Juana de Arco, "una de las mujeres más importantes de la historia", que escribió a la ciudad francesa de Riom en 1429 solicitando asistencia militar y que ha salido de esa ciudad francesa por primera vez en 600 años para ser mostrada en la Biblioteca Británica.
Científicas y religiosas
Pero son muchas más las diversas narrativas de mujeres medievales en las que se observan sus logros y limitaciones. Está la historia de Hildegard de Bingen, una visionaria autora de libros de teología y medicina, o la de Estellina Conat, la primera mujer que imprimió un libro en Hebreo.
Muchas de ellas, también, buscaron fortaleza en su profunda conexión espiritual con Dios y adquirieron notoriedad como autoridades religiosas, según se ve en la biblioteca.
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Se cuenta el caso de Margery Kempe, nacida de una familia de mercaderes adinerados, y casada con solo 14 años, quien aseguró haber experimentado visiones espirituales tras el nacimiento de su primer hijo. Eventualmente, esa mujer persuadió a su esposo para acordar un matrimonio sin sexo y se volcó en la religión, embarcándose en frecuentes peregrinaciones a Roma, Jerusalén y Santiago de Compostela, entre otros destinos.
La ciudad de las damas
Otros ejemplos son la poeta francesa Marie, quien dejó su nombre en un verso para la posteridad, y Christine de Pizan, la primera mujer en Europa en ganarse la vida escribiendo libros. Hija de un astrólogo de la corte francesa, Christine de Pizan cultivó la poesía y la prosa para sostener a su familia tras la muerte de su esposo. Su obra más famosa, El libro de la ciudad de las damas (1405), celebra los logros de las mujeres y defiende su igualdad intelectual y moral, una postura controvertida en una época que las consideraba inferiores. "Que bajen la mirada de vergüenza aquellos que mienten en sus libros sobre las mujeres", escribió en respuesta a la misoginia de su tiempo.
Más allá de las figuras célebres, la exhibición también explora la vida pública de mujeres comunes, como impresoras pioneras y trabajadoras del campo, quienes a menudo recibían menos paga que los hombres. Eleanor Jackson, curadora de la British Library, destaca el caso de Maria Moriana, una mujer morisca que, en el siglo XV, presentó una petición contra un mercader veneciano que intentaba venderla. "Este documento demuestra que había personas de color en la Inglaterra medieval", dice Jackson, subrayando la valentía de Maria al luchar por sus derechos.
Hay también libros medicinales y se incluye el testimonio de Trota, una física que practicó medicina en la escuela de Salerno (sur de Italia) en el siglo XII y que dio su nombre a una colección de textos sobre salud femenina. Sus trabajos destacaron por tener una orientación mucho más práctica que la adoptada por sus contemporáneos masculinos.
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La muestra incluye alguna "instalación de aromas", como jarras con perfumes, pociones o remedios terapéuticos elaborados con hierbas naturales para que el visitante se sumerja en una experiencia multisensorial y recree un momento o una vivencia concreta.
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