Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

push logo
Sabemos que las notificaciones pueden resultar horribles, pero prometemos no abusar. Entérate de todo el mundo cultural en HJCK.
No, gracias.
¡Claro que sí!

Publicidad

En Sudán, la música como arma para luchar contra la marginación

Nuredin Jaber toca algunas notas de música tradicional con su "tambo-guitarra", una lira africana conectada a un mástil de guitarra eléctrica con la que quiere romper la marginación de su pueblo, los beja.

Música Sudán
Noureddine Jaber toca una canción durante los ensayos en un estudio de Omdurman, la ciudad gemela de la capital, Jartum, el 18 de mayo de 2022. - Noureddine Jaber, un músico con un instrumento único, en parte guitarra y en parte tamboura, está dando voz a las comunidades orientales de Sudán, marginadas durante mucho tiempo, a través de un nuevo álbum. Procedente de la ciudad de Port Sudan, en el Mar Rojo, Jaber pertenece al pueblo beja, un grupo de pastores y ganaderos nómadas con lenguas, cultura, comida y música únicas.
MEDIAN YASSER/AFP

Junto a un bajista, un saxofonista, un guitarrista y dos percusionistas, este músico de 47 años ha logrado su sueño de niño: que se conozca la música beja, los pastores nómadas de los áridos relieves en torno al mar Rojo.

En Sudán, los beja (4,5 millones de personas) representan el 10% de la población. Pero también hay comunidades en Eritrea, Etiopía y Egipto.

En Sudán, "los beja siempre han estado marginados", se lamenta Jaber.

"Queremos cambiar las cosas, utilizar la música para llamar atención sobre nuestros problemas", dice a AFP Jaber que, con su disco "Beja Power", que sale en junio, quiere "dar voz a los beja".

Publicidad

Bajo el dominio de la cultura árabe

El problema de los beja es simple: su región es una de las más pobres de Sudán (a su vez, uno de los países más pobres del mundo), a pesar de que es el subsuelo alberga grandes cantidades de oro.

Además, concentra los puertos del mar Rojo, la puerta de entrada de casi todo el transporte de mercancías del país; pero también de Chad, Etiopía y República Centroafricana, estados sin salida al mar.

Los beja consideran que han sido marginados porque proceden de etnias que no son árabes. Y que este proceso se acentuó durante los 30 años de dictadura de Omar al Bashir, que cayó en 2019 entre grandes manifestaciones.

A pesar de todo, en Puerto Sudán, la ciudad de donde viene Jaber, los sonidos del rico patrimonio beja, tradicionalmente tocado con percusión, han sobrevivido.

Jaber fundó en 2006 el grupo de música "Dorpa", "el grupo de las montañas" en bedawi, un dialecto beja.

Y se rodeó de músicos de diferentes regiones de Sudán para mostrar la diversidad étnica del país.

Publicidad

"La cultura árabe del centro del país siempre fue predominante", explica Jaber, a pesar de que este país del este de África siempre estuvo más cerca culturalmente del sur y el oeste del continente.

"A diferencia de los que tocaban música árabe, a nosotros nos paraban los conciertos por que faltaba una autorización o por algún otro pretexto", recuerda.

La música como arma

El bajista Abdelhalim Adam, que viene del otro extremo del país, de Darfur (oeste), también conoce el peso del predominio cultural árabe.

Para este miembro de la etnia peul: "La lucha de los beja es similar a la de nuestras tribus en el norte de Darfur", donde la guerra civil que empezó en 2003 entre el régimen de Bashir y los rebeldes de las minorías étnicas dejó 300.000 muertos y 2,5 millones de desplazados, según la ONU.

Publicidad

Para denunciar las discriminaciones en el país, Mohamed Abdelazim, que toca la conga (tambor cubano) en el grupo, decidió aprender con Jaber los ritmos de su región.

A pesar de que "nunca he ido al este", ahora conoce "la manera en la que tocan la percusión. Que es muy característica, con un ritmo muy especial".

También los beja tomaron en su momento las armas contra Bashir, y se unieron a las manifestaciones de 2019 que acabaron con su régimen.

Pero la caída del dictador no acabó con sus sufrimientos.

Publicidad

Las autoridades de transición prometían que acabarían con la marginalidad de las comunidades que no son árabes, pero un golpe de Estado militar acabó con el frágil gobierno.

Jaber tiene claro cuáles son sus armas: la música, que hace "viajar la palabra" de los beja.

Recuerde que puede conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.

Publicidad