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Carolina Convers: tejer y descoser para romper el patriarcado

La artista colombiana lleva más de diez años trabajando la imagen de la mujer en su obra artística, por medio de ella relata las distintas formas de ser mujer y lucha contra los roles impuestos por la sociedad.

Carolina Convers
Carolina Convers en su estudio junto a algunas piezas de "Deshaciendo patrones".
Ernesto Monsalve.

Deshaciendo patrones es la última obra de la artista colombiana Carolina Convers quien une y desarma los tejidos que ha construido la sociedad creando una nueva forma de ver los retazos de los que estamos formadas.

Carolina comenta cómo inició el proceso de crear estas obras y cómo su trabajo puede transformar la visión hacia la mujer. “Lo que yo quería hacer era un clic entre el trabajo que yo hacía y el ejercicio de la pintura, quería que fuera un ejercicio sencillo y que al mismo tiempo fuera poderoso. Yo vengo trabajando temas sobre la mujer en la sociedad, la figura femenina en la historia del arte y el ejercicio de la pintura, desde el 2017 empecé a trabajar en una serie de maquilas, que de alguna forma son costureras”.

“El año pasado me resolví y decidí trabajar con la costurera, que en el renacimiento representaba la figura femenina en la historia del arte. Yo no lo había visto, en ese momento como lo tengo ahora, la incomodidad que se siente la mirada masculina sobre la figura femenina. Pero siempre me causó curiosidad como desde el arte, el primer tema que trabajas eres tú o lo que tú conoces o lo que a ti te ha rodeado y como lo puedes expresar”, explica Convers hablando de la primera idea para crear su nueva exposición.

Las mujeres que han habitado nuestra línea familiar también juegan un papel trascendental en cómo el pensamiento evoluciona y transforma, en este caso la artista cuenta por qué decidió tomar la costurera como el centro de las piezas.

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“También hay un antecedente en mi vida y es que mi abuela fue costurera, esto también tiene que ver conmigo y ser costurera o ser mamá es ser cuidadora, son labores que nos atribuyen a nosotras. Entonces, para mí, la costurera fue lo más sencillo y tenía mucho que ver con el hecho de que yo hacía collage, ese ejercicio de armar y desarmar me llevó a la idea de deshacer patrones y de superponer en la misma imagen un estudio sobre la costurera de Vermeer, la de Velázquez y las costureras que te vas a encontrar en la historia del arte. De alguna forma, yo me veo ahí en esas representaciones, me veo y nos veo a todas”.

Convers
Kali doméstica. 80x80cm. 2014.

Carolina descubrió que a través del arte podía reflexionar sobre ella misma y que era, de una u otra forma, mirarse al espejo y ver que había allí, en el reflejo de alguien que busca saber quién es. “Esto de resolver los retazos, de unirlos y volverlos a soltar es la idea sencilla de esos patrones de la costura y del patriarcado es un juego de palabras porque la idea es que esa costurera del contexto de la historia está descosiendo ese patrón por el mero ejercicio de desaprender, de mirarme a mí misma”.

“Cuando tú trabajas en un oficio creador y tienes que estar en silencio o estar a solas en tu taller hay esa reflexión constante. Mucho de ese tiempo de estar sola me ha hecho pensar en mi familia y en una especie de historia en imágenes, que es la historia del álbum familiar y de las mujeres que estaban allí. El término de familia, de lo doméstico es el núcleo de la sociedad, pero también es el núcleo de todos los desastres. Al mismo tiempo, la idea de soltar el patrón, porque hay que soltar el dolor y los malos recuerdos”, aclara Convers hablando acerca de lo que vio por medio de sus reflexiones.

Ahora bien, la historia del arte, en su mayoría, está representada por los hombres y en esta charla con Carolina se habla acerca de lo difícil que puede ser encontrar el estilo propio en medio de las tendencias ya establecidas.

“El oficio del pintor está muy dirigido hacia lo masculino y buscar nuestra propia voz es muy difícil. Todos los ejemplos en la historia del arte, todas las tendencias y las épocas fueron dirigidas por hombres, esa era mi preocupación. Yo no pretendo pintar como hombre, yo quería buscar mi propia voz y en parte de esto, deshacer esos patrones tiene que ver con el patriarcado. Otro ámbito importante de mi obra es hacer collages, es prácticamente tejer; entrelazas, miras desde lejos, te acercas, vuelves, quitas, pones, es un un ejercicio encantador”.

Convers 2
Mujeres sentadas SF. 80X120cm. 2008

“El arte de las mujeres y de los hombres se volvió una competencia, tú te pones a mirar las galerías en Colombia y cuentan con más hombres artistas que con mujeres, es muy raro encontrar una galería que tenga 50 y 50, se sigue repitiendo lo mismo que se ha repetido durante siglos, pero también considero que muchas mujeres ahora podemos vivir en la trascendencia, podemos escoger cómo vivir y cómo hacer las cosas”, aclara Carolina.

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Cualquier expresión artística es un puente para llegar a la transformación del ser o de lo que lo rodea, en este caso, Carolina ha logrado romper los paradigmas y descoser aquellas costuras que nos tienen atoradas e inmóviles.

“El arte es un muy buen ejercicio porque hace que te mires a ti misma y a partir de ahí, ver cómo está construido el universo, sus ideologías y religiones impuestas. Si tú no te das cuenta de que vives en un bucle vicioso, no hay nada que hacer; pero si tú te das cuenta y empiezas a salir y a dar pasos adelante empiezas a aportar algo creativo a la sociedad. Estamos acostumbrados a golpear en la cara y a mirar para otro lado porque no enfrentamos ese tema, entonces la educación artística sí te da la oportunidad de verte a ti misma, de desaprender cosas mal aprendidas y de desarrollar tu habilidad para dar tu aporte a la sociedad”.

Recuerde que la exposición de Carolina está disponible hasta el 8 de julio en el Museo de Arte del Tolima (MAT).