Patricia Ariza heredó el amor por el arte de su padre y lo desarrolló cuando entró a la Universidad Nacional para estudiar historia del arte, en ese mismo lugar conocería a quien la encaminó hacia el teatro, el maestro Santiago García, conocido también como el padre del teatro colombiano.
Junto a García fundaron el Teatro La Candelaria en los años 60, el espacio que abriría puertas para artistas y amantes de las tablas, luego de un tiempo también fundaron la Corporación Colombiana de Teatro.
"Fue una verdadera aventura, un acto fundacional porque hasta ese momento hubo experimentos de teatros independientes, pero duraban un tiempo y se terminaban. La Candelaria tiene la virtud de ser un proyecto que ha permanecido durante más de medio siglo en una dedicación sistemática al teatro", mencionó Ariza en una entrevista con El Espectador en el 2019.
La vida de Patricia Ariza, que ha sido marcada por la violencia, la ha retratado por medio del teatro y la poesía. Desde muy joven estuvo en el colectivo de los Nadaístas y fue miembro de la Juventud Comunista. Patricia convirtió todo el odio, la sangre y el dolor en representaciones artísticas que reflejaban la realidad de un país que habita en la oscuridad.
Publicidad
Ariza además fue sobreviviente de la masacre de la UP y ha visto como se vulneran los derechos humanos a cada minuto en este país, sin embargo, ella cree que a partir de la cultura se pueden reivindicar y más que todo, crear colectivamente herramientas de paz para las víctimas.
La dramaturga burló a la muerte, mientras sus compañeros de la UP yacían en el suelo, ella se levantaba dolorosamente con un chaleco antibalas decorado y con lágrimas en los ojos buscando que todo parara y que por fin llegará la paz.
El escritor Eduardo Galeano escribió acerca de Ariza en su obra El libro de los abrazos , publicado en 1987 en el cuento Crónica de la ciudad de Bogotá :
"Cuando el telón caía, al fin de cada noche, Patricia Ariza, marcada para morir, cerraba los ojos. En silencio agradecía los aplausos del público y también agradecía otro día de vida burlado a la muerte.
Patricia estaba en la lista de los condenados, por pensar en rojo y en rojo vivir; y las sentencias se iban cumpliendo, implacablemente, una tras otra.
Hasta sin casa quedó. Una bomba podía volar el edificio: los vecinos, obedientes a la ley del miedo, le exigieron que se fuera.
Publicidad
Ella andaba con chaleco antibalas por las calles de Bogotá. No había más remedio; pero el chaleco era triste y feo. Un día, Patricia le cosió unas cuantas lentejuelas, y otro día le bordó unas flores de colores, flores bajando como en lluvia sobre los pechos, y así el chaleco fue por ella alegrado y alindado, y mal que bien pudo acostumbrarse a llevarlo siempre puesto, y ya ni en el escenario se lo sacaba.
Cuando Patricia viajó fuera de Colombia, para actuar en teatros europeos, ofreció su chaleco antibalas a un campesino llamado Julio Cañón.
A Julio Cañón, alcalde del pueblo de Vistahermosa, ya le habían matado a toda la familia, a modo de advertencia, pero él se negó a usar ese chaleco florido.
Yo no me pongo cosas de mujeres, dijo. Con una tijera, Patricia le arrancó los brillitos y los colores, y entonces el hombre aceptó.
Publicidad
Esa noche lo acribillaron. Con el chaleco puesto".
El teatro que ha construido la dramaturga ha sido el hogar para las víctimas que han querido contar su historia por medio del arte, por ejemplo, la obra Antígonas, tribunal de mujeres , en la que las madres de los mal llamados falsos positivos se presentan ante un juez (que es el público) para contar lo que sucedió y buscar justicia, es también una combinación entre la tragedia de Sófocles y las desapariciones de los jóvenes en Soacha.
Otra de sus obras más reconocidas es Guadalupe años sin cuenta , la historia de un comandante de una guerrilla liberal que lidera el proceso de paz en 1953. Esta obra se ha presentado al rededor del mundo junto a la Corporación, es una representación de lo que hemos vivido como país vestido de sangre pero con esperanza de paz.
Patricia estuvo en una entrevista con la HJCK en 1975 hablando acerca del Festival Nacional del Nuevo Teatro, evento del cual era directora, le dejamos un fragmento de la entrevista aquí.
Publicidad
En el 2014 le otorgaron el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en la categoría "Defensor toda una vida" y también ha obtenido galardones internacionales, como el Premio Príncipe Claus, en 2007 en los Países Bajos, por sus aportes a la cultura universal y a la paz de Colombia.
Ariza lleva más de 12 años exigiendo una renovación de políticas públicas para el arte y la cultura, ahora nombrada ministra será la oportunidad para que esto se lleve a cabo y Colombia pueda ser esa tierra que retrata la verdad a través del arte. Así como ella lo ha mencionado tantas veces: “la cultura es el camino más rápido para llegar a la paz”.
Acepto!
— Patricia Ariza Florez (@PatriciaArizaF) July 4, 2022
@petrogustavo @FranciaMarquezM pic.twitter.com/s6wJVGpJqz