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"West Side Story": de Broadway a Metallica

Broadway acogió por primera vez la comedia musical en 1957, y cuatro años después el director Robert Wise rodaba la versión cinematográfica.

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Parte de las obras que componen el musical, hacen parte del "Black Album" de Metallica.
AFP

La partitura de Leonard Bernstein para "West Side Story" ocupa un lugar especial en la historia de la música del siglo XX gracias a la película, al punto de fascinar desde raperos hasta grupos de rock duro. Broadway acogió por primera vez la comedia musical en 1957, y cuatro años después el director Robert Wise rodaba la versión cinematográfica.

Tres décadas después del filme, el grupo hard rock Metallica sacaba su legendario "Black Album". Una de las canciones, "Don't Tread On Me", empieza con un préstamo inesperado: "America", una de las canciones emblemáticas de "West Side Story". Una versión menos conocida es la de otra figura del rock metal, Alice Cooper, que en 1972 retoma el tema musical de los Jets, una de las bandas protagonistas de "West Side Story", en su canción "Gutter Cat vs The Jets" en 1972. Y en 1997, los raperos Wu-Tang Clan rinden homenaje mediante un "sample" a otra de las composiciones míticas del musical, "Maria".

El origen del musical no podía estar más alejado de Nueva York, donde transcurre la acción. Bernstein y el autor del libreto, Arthur Laurents, se hallaban un día al borde de una piscina en Hollywood. En un diario de Los Angeles se mencionaba la incansable guerra de las pandillas juveniles en Nueva York.

Ambos querían renovar el "Romeo y Julieta" de Shakespeare, y la inspiración les vino de inmediato. Bernstein, como judío que sufrió insultos antisemitas en su juventud, se interesa por el racismo que sufren los Sharks, la banda de puertorriqueños que se enfrentan a los Jets. Y luego está la música, los ritmos como el mambo, que Bernstein adoraba, y que pudo incluir en la partitura.

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Bernstein (fallecido en 1990) se dio cuenta del prestigio de su obra al dirigirla por primera vez personalmente en los años 1980, a demanda de la prestigiosa discográfica Deutsche Grammophon. Bernstein había compuesto la música, pero hasta entonces no le había interesado dirigirla, ocupado como estaba con sus proyectos en Broadway y la dirección de la orquesta filarmónica de Nueva York. Bajo su batuta estaba el tenor español Josep Carreras, con el que tuvo algún roce durante la grabación. Al final, su colaboración marcó un hito en la discografía de música clásica, y "West Side Story" se convirtió en un éxito de ventas.

Bernstein se mostraba contento al inicio de esta legendaria grabación, que fue filmada para un documental. Pero con los años, "West Side Story" "se convirtió en una especie de soga alrededor de su cuello", explicó recientemente su hija Nina a Britain Radio Times. "Tuvo que trabajar mucho más duro para que la gente escuchara sus otros trabajos, especialmente sus obras sinfónicas", indicó.

Bernstein quiso durante toda su vida "escribir la gran ópera americana (...) Pero mucha gente diría que 'West Side Story' es la gran ópera americana", reconoce su hija. Para el experto francés Laurent Valière, "West Side Story" es "un clásico que transciende la música clásica, con aportaciones jazz, be-bop y ritmos latinos". La película ganó 10 premios Óscar, lo que incluso para un hombre que adoraba el estrellato como Bernstein, se convirtió en algo que marcó el resto de su vida. "En el mundo de la música, Bernstein es venerado, casi con desesperación, como el gran comunicador, aquel que logró insertar el repertorio sinfónico en la conversación mundana", explicó en su día el célebre crítico musical Alex Ross en The New Yorker.