El 15 de diciembre de 1944, el reconocido director y trombonista Glenn Miller fue visto por última vez por una seguidilla de fans que le acompañaron minutos antes de entrar al aeropuerto de Clapham, a las afueras de Bedford, en Inglaterra, para abordar un UC-64 Norseman. Su destino era París para preparar el concierto de Navidad y elevar la cabizbaja moral de las tropas de su país que habían participado activamente junto con los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial para derrotar a Hitler y su régimen. Aunque el conflicto estaba por terminar, ese sería su último viaje.
Minutos después del despegue, justo cuando sobrevolaba el Canal de la Mancha, se perdió todo tipo de contacto con el aparato y no se volvió a saber nada de él. Tras pasar nueve días desde su partida, Glenn Miller fue declarado muerto, y con él, la desaparición de una de las figuras más importantes de la música en la primera mitad del siglo XX. Desde este momento, muchas cosas se especularon al respecto, todas por supuesto, susceptibles de debatir. Algunos rumores decían que había caído en manos de los nazis y que había sido torturado por el III Reich hasta su muerte; otros, decían que su muerte y su desaparición no era más que un montaje amarillista que había sido elaborado la prensa.
Sin embargo, la teoría conspiratoria que ha tomado más fuerza durante las últimas décadas es la que sugiere que Miller fue abatido por un escuadrón de 139 bombarderos de la Real Fuerza Aérea Británica que volvían de una expedición en Alemania y que dejaron caer sus bombas sobre las aguas del Canal de la Mancha. Esta teoría ha sido desmentida por algunos expertos que aseguran que la RAF no mató al autor de "In The Mood" y que en cambio, el avión se estrelló en el agua.
Aunque el día del siniestro hacía mal tiempo y había demasiada niebla, el avión estaba conducido por un piloto con experiencia, probablemente el accidente fue ocasionado por un error humano, que convirtió en letal un fallo mecánico. Según The Guardian, el avión estaba volando demasiado bajo y por ende, expuso al frágil aeroplano a congelarse, provocando que en cuestión de minutos, el motor dejara de funcionar correctamente, provocando que la nave se viniera a pique y se desintegrara al impactar con el agua, razón suficiente que podría explicar por qué nunca se encontraron sus restos.
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Para su tiempo, Glenn Miller era considerado el rey del swing, un ritmo bailable y alegre que se desprendía del jazz. Miller, que además de formar su propia orquesta se destacó como trombonista e inmortalizó grandes hits como "In the Mood", "Moonlight Serenade" y "Chattanooga Choo Choo".