El equivalente a tres de sus 69 años los ha pasado metido en aviones y aeropuertos, cuenta por videoconferencia. Recorre una media de 1,6 millones de km al año, aunque en 2019 rondó los 2,5 millones. "¡Es como ir y volver seis veces a la luna en un año!", compara.Pese a que tenía miedo a volar, en 1990 no dudó en comprar una oferta de United Airlines que ofrecía un pase vitalicio por 290.000 dólares para viajar. "Fue puramente una decisión comercial", asegura.Entonces tenía una empresa de consultoría que se estaba expandiendo, en particular en Australia, y quería ahorrar dinero en viajes. Desde entonces está abonado al asiento 1B de los aviones de la compañía y sus asociadas.Un poco después se acogió a la opción de otro pase para un acompañante. "Esto significa que cualquiera puede acompañarme en mi itinerario. Si está en Nueva York ahora mismo le puedo proponer viajar a París esta noche. Simplemente nos encontramos en el aeropuerto con su pasaporte y mañana podemos cenar en la Torre Eiffel", explica.Que él sepa, solo seis personas optaron por esta fórmula dúo, por la que pagó en total 510.000 dólares, para lo que tuvo que pedir un préstamo en el banco, donde tuvo que esforzarse para hacerle entender al asesor que era un buen negocio y se justificaba el crédito.¿Huella de carbono?Stuker viaja una media de 20 veces al año a Australia, donde colabora para recaudar fondos para una fundación que lucha contra el cáncer infantil.Con una media de 36.000 kms a la semana y con tres aviones que United ha bautizado con su nombre, no le preocupa demasiado su huella de carbono, pese a que en las redes sociales alguna persona le ha deseado la muerte a él y a su familia por su contribución al calentamiento del planeta, dice.El problema, asegura, "no son los pasajeros", ni se resolvería viajando menos, sino que lo deben de resolver "las propias aerolíneas", lo que están tratando de hacer con aviones menos contaminantes, afirma.Sin embargo, el transporte aéreo contribuye entre 2,5 y 3% a las emisiones mundiales de CO2, pero su efecto en el calentamiento del planeta es más importante debido a las emisiones de otros gases y a las estelas de condensación.Para los científicos, la contribución de la aviación a un mayor calentamiento se detendría inmediatamente con una disminución anual sostenida del 2,5% del tráfico aéreo con los combustibles actuales o con una transición a una combinación de combustibles neutra en carbono en un 90% para 2050, un objetivo del sector.100 millones de millas y buena comidaComo viajero frecuente, ha acumulado más de 100 millones de millas que ha podido utilizar no sólo en viajes, sino en estadías en los mejores hoteles y restaurantes y en generosas tarjetas de regalo para familiares y amigos.Pero lo que más aprecia es que ha encontrado "una familia" en el personal de la compañía. "Lo mejor de muchos de mis días son mis conversaciones con el personal" de la aerolínea, dice antes de agregar: "Me conocen, nos contamos nuestras vidas y son las personas más encantadoras del mundo".Solo ha perdido un vuelo en su vida porque se durmió en la sala de espera. Y además de viajar, lo que más le gusta de los vuelos es la comida. "¡Tengo que empezar a reducirla!", dice tras haber ganado la mayor parte de los casi 30 kilos durante la pandemia, cuando redujo los viajes.A los viajeros les recomienda que madruguen para tomar los primeros vuelos del día, no sólo porque son más baratos, sino que suelen ser los más puntuales porque no acumulan retrasos; que no facturen maletas y sobre todo que mantengan el cinturón puesto todo el vuelo.Y si la aerolínea pierde la maleta, que no cunda el pánico. El seguro hogar que normalmente se contrata para las viviendas, cubre lo que no paga la compañía. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El reconocido periodista Heriberto Fiorillo falleció en la noche de este lunes 29 de mayo en su hogar a los 71 años. El también escritor, locutor y gestor cultural barranquillero deja un legado marcado por 40 años de carrera. Fiorillo se graduó como Comunicador Social y Periodista de la Universidad Javeriana de Bogotá. A los 25 años fue subdirector de la revista Cromos, y luego se convirtió en el editor del diario El Heraldo, precisamente de su natal Barranquilla, además de escribir para El Espectador. Dentro de su carrera también está el papel destacado que jugó en el desarrollo del cine-documental en la década de 1980, misma década en la que sería también subdirector y libretista del noticiero de las Siete, el cual tuvo mayor récord de audiencia noticiosa en Colombia, además de posteriormente ser director del Noticiero del Mediodía y el creador de Noticias Uno.Polifacético, también destacó en el campo de la literatura, con la publicación de los títulos "Arde Raúl", "La Cueva" y "Cantar mi pena", entre otros, asimismo, se desempeñó como locutor y productor de radio en Nueva York y además fue el director y creador de la Fundación La Cueva, organización que cuenta en la actualidad con uno de los premios literarios más importantes del país y del Carnaval Internacional de las Artes de Barranquilla. Hace dos años el Ministerio de Cultura, el El 16 de marzo de 2021 le entregó la medalla al mérito cultural, exaltando su "huella y un legado trascendental en Colombia y particularmente en Barranquilla. Él se ha destacado durante casi dos décadas por entregar a sus coterráneos un espacio que ha contribuido a la descentralización de la cultura y, como reza su eslogan, es un lugar único en el mundo”, según lo expresado por el ministro de Cultura de la época, Felipe Buitrago. “Este es un premio al trabajo que he desarrollado desde la literatura, el cine, el teatro y desde las artes en general. Este es un reconocimiento a un trabajo de ciudad y representa el esfuerzo desarrollado en pro de la cultura, no solo de Barranquilla, sino del mundo”, declaró Fiorillo en la ceremonia. Al conocerse la noticia, el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, propuso, como homenaje la creación de un concurso y un festival de cuento corto que lleve su nombre."Ojalá pudiéramos asegurarnos que el legado que él deja, como es la Fundación La Cueva, perdure por muchas décadas más y que nuevamente ese esfuerzo que él le metió a ese espacio, a esa fundación, al Carnaval de las Artes, pueda contar siempre con el apoyo no solo de la Alcaldía de Barranquilla, sino también de la empresa privada”, agregó. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Héctor Juan Pérez Martínez nació en Ponce en 1946, y desde muy pequeño la tragedia a su vida llegó: a los tres, con la muerte de Panchita, su madre, a causa de una tuberculosis y luego, a los diez, con la muerte de su padre, Luis. Así comenzó la historia del boricua más incomprendido que esperó su día de suerte, aunque siempre su condena fuera padecer en vida las canciones que cantaba. Muy joven y con apenas 17, se aventuró a viajar a Nueva York con el sueño de ser cantante y convertirse en sonero.En la gran ciudad, Héctor fue un aguacate de noventa libras que llegó para fajarse con los bravos. Allí, fue perfeccionando su estilo pasando por varias agrupaciones hasta que, auspiciado por Johnny Pacheco, conocería a Willie Colón, su colega. De este encuentro, la insolente e inexperta voz de Lavoe se unió con el agrio y poco técnico sonido del trombón de Colón y se cocinó en los estudios de Fania Records su primer trabajo discográfico. Nueva York fue la ciudad que le dio todo a Héctor, y también la misma que se lo quitó, incluso a su amigo Willie, que en 1974 le entregaría su orquesta.Detrás de esta decisión, estaba la naciente adicción que Lavoe tenía por las drogas, muy lejos de saber que se embarcaba en un crucero de placeres contra viento y marea, inocente de los tiburones de agua sucia que se le acercaron como si estuviera sangrando. Era la época dorada de la salsa y Lavoe acariciaba más que nunca la idolatría de sus fans y su condición iluminada con las manos, pero los descuidos y las irresponsabilidades en más de una ocasión acabaron con la disolución de su orquesta.Con el éxito, también aumentó los abusos de sus pérfidas adicciones acompañadas de severas depresiones y repetidas recaídas que lo llevaron a internarse en un hospital, donde la realidad lo tenía delirando mientras la prensa morbosa contaba que el cantante de los cantantes había perdido sus prodigios vocales por un maleficio de brujería. En sus siguientes álbumes poco a poco se ausentaron los buenos arreglos y los aciertos musicales escasearon. Sus letras, poco frenéticas y con un mensaje que iba más allá del hedonismo del malandro de "El Barrio", ocupaban ahora la cuota de éxito. La vida le empezaba a cerrar el paso y convertía su camino en tragedia, vivía su instinto autodestructivo sin descifrar la salida del laberinto de las drogas en el que estaba. Enfermo e inmóvil, decidió suicidarse. Él, tan impuntual como siempre, había decidido por primera vez cumplir una cita anticipada: la de su muerte. Pero esta nunca llegó. Su hazaña reveló una semiparálisis y un par de huesos rotos; su voz, intacta. A comienzos de 1992 su estado de salud se complicó y después del hermetismo y del secreto de su diagnóstico, se supo finalmente la verdad: La sangre de Lavoe estaba infectada con el temible SIDA. Este drama continuó agravándose más para el rey de la puntualidad. Ya estaba perdido para la vida. Nadie volvió a verlo, ni a mencionarlo, y como bruma, se fue desvaneciendo. En diciembre de ese año, un anónimo lo encontró tirado en una calle de Nueva York y lo internó en un centro de caridad para enfermos de SIDA. Allí y mientras estuvo internado, se dedicó a lo suyo, cantar, convirtiéndose en el paciente más famoso del hospital.Al ser desahuciado y luego de una complicación médica producto de un infarto y pasado el mediodía del martes 29 de junio de 1993, consecuencia de un segundo paro cardíaco, se fue yendo en silencio el más escandaloso sonero, víctima de las amenazas del mundo y del engaño de los negocios. En cuestiones de amor y de amistades, el pueblo fue su cómplice. Lo malcrió. Héctor Lavoe murió triste y vacío, de fracaso, de desamor por la vida, de pobreza, de angustia. La noticia de su deceso fue titular que alcanzó página entera. Así, se convirtió en mártir de la salsa, ese monstruo que ayudó a crear.
El cantante Bruce Springsteen vendió los derechos de su catálogo musical a Sony por unos 500 millones de dólares, informaron la revista estadounidense Billboard y el diario The New York Times. Esta venta, la más reciente de un frenesí de cesiones de derechos entre estrellas mundiales del rock desde 2020, incluye el catálogo musical grabado del artista así como sus creaciones como compositor, incluyendo éxitos como "Born in the U.S.A." o "Streets of Philadelphia", indicaron fuentes conocedoras del acuerdo a estos medios.Sony confirmó la adquisición en un comunicado, pero no detalló su monto. "Durante los últimos 50 años, los hombres y mujeres de Sony Music me han tratado con el mayor respeto como artista y como persona", dijo Springsteen en este comunicado de Sony. "Estoy emocionado de que mi legado continúe siendo cuidado por la compañía y la gente que conozco y en la que confío", afirmó.150 millones de discos"The Boss", como es conocido el roquero, vendió más de 150 millones de discos en medio siglo, tiempo en el que permaneció con el sello Columbia Records, filial de la multinacional japonesa Sony. Nacido en Nueva Jersey, Springsteen es una de las últimas estrellas de la música en vender su catálogo, siguiendo los pasos de Bob Dylan, Tina Turner o Neil Young, que lo hizo solo para una parte de su obra. Las adquisiciones de derechos musicales experimentan un boom, pues pueden resultar rentables en el largo plazo ya que el uso de cada canción genera el pago de derechos.Desde 2020, a raíz de la pandemia de covid-19, se han presentado grandes maniobras comerciales por la adquisición de derechos musicales, especialmente con el auge de plataformas de música en streaming. Los mercados financieros se muestran interesados por estos "portafolios" de artistas reconocidos capaces de generar flujos de ingresos estables por la explotación de sus obras.Transacciones recientes han alcanzado cifras astronómicas, que sin embargo no han sido oficialmente reveladas. En octubre, Tina Turner, de 81 años, vendió sus derechos musicales al grupo alemán BMG por una suma que se mantiene confidencial. El año pasado, Bob Dylan, de 80 años, vendió su catálogo publicado a Universal Music por un estimado de 300 millones de dólares. Mientras que Stevie Nicks, de la banda de rock Fleetwood Mac, hizo lo mismo con una parte mayoritaria del catálogo del grupo y habría obtenido 100 millones de dólares.El cantante estadounidense-canadiense Neil Young y el dúo Blondie también han firmado acuerdos por cantidades aún secretas, al igual que Shakira. Según expertos del sector, el aumento de precio en los catálogos de artistas comenzó antes de 2020 pero se dispararon con la pandemia debido a que los artistas se vieron privados de realizar giras y conciertos.
El 15 de diciembre de 1944, el reconocido director y trombonista Glenn Miller fue visto por última vez por una seguidilla de fans que le acompañaron minutos antes de entrar al aeropuerto de Clapham, a las afueras de Bedford, en Inglaterra, para abordar un UC-64 Norseman. Su destino era París para preparar el concierto de Navidad y elevar la cabizbaja moral de las tropas de su país que habían participado activamente junto con los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial para derrotar a Hitler y su régimen. Aunque el conflicto estaba por terminar, ese sería su último viaje.Minutos después del despegue, justo cuando sobrevolaba el Canal de la Mancha, se perdió todo tipo de contacto con el aparato y no se volvió a saber nada de él. Tras pasar nueve días desde su partida, Glenn Miller fue declarado muerto, y con él, la desaparición de una de las figuras más importantes de la música en la primera mitad del siglo XX. Desde este momento, muchas cosas se especularon al respecto, todas por supuesto, susceptibles de debatir. Algunos rumores decían que había caído en manos de los nazis y que había sido torturado por el III Reich hasta su muerte; otros, decían que su muerte y su desaparición no era más que un montaje amarillista que había sido elaborado la prensa. Sin embargo, la teoría conspiratoria que ha tomado más fuerza durante las últimas décadas es la que sugiere que Miller fue abatido por un escuadrón de 139 bombarderos de la Real Fuerza Aérea Británica que volvían de una expedición en Alemania y que dejaron caer sus bombas sobre las aguas del Canal de la Mancha. Esta teoría ha sido desmentida por algunos expertos que aseguran que la RAF no mató al autor de "In The Mood" y que en cambio, el avión se estrelló en el agua.Aunque el día del siniestro hacía mal tiempo y había demasiada niebla, el avión estaba conducido por un piloto con experiencia, probablemente el accidente fue ocasionado por un error humano, que convirtió en letal un fallo mecánico. Según The Guardian, el avión estaba volando demasiado bajo y por ende, expuso al frágil aeroplano a congelarse, provocando que en cuestión de minutos, el motor dejara de funcionar correctamente, provocando que la nave se viniera a pique y se desintegrara al impactar con el agua, razón suficiente que podría explicar por qué nunca se encontraron sus restos.Para su tiempo, Glenn Miller era considerado el rey del swing, un ritmo bailable y alegre que se desprendía del jazz. Miller, que además de formar su propia orquesta se destacó como trombonista e inmortalizó grandes hits como "In the Mood", "Moonlight Serenade" y "Chattanooga Choo Choo".
Tal vez en la historia de Cuba no exista un cantante más completo como lo fue Benny Moré. Dotado de una fluida voz de tenor con la que fraseaba notas de amor con cadencia sinigual y con un innato talento para componer boleros, mambos y montunos, Bartolomé (como era su nombre de pila), llenó su leyenda de azares con esa herencia africana con la que, luego de robarse el show, ascendió rápidamente al cenit de la cultura cubana como una de las glorias más importantes de la isla.Su vida, como su obra misma, está rodeada de leyenda. De él es poco lo que se sabe con certeza. Se dice que es descendiente de Gundo, un príncipe negro congolés llevado a Cuba como esclavo y comprado por el dueño de una plantación, cuya propiedad pasó luego a manos de un conde que le impondría su apellido; y que luego, con su voz, Benny inmortalizó para gloria de su pueblo: Moré.De Benny se dice que fue hijo de una mujer criolla y el mayor de una veintena de hermanos que nació hace un siglo en Las Lajas, una ciudad de la provincia de Cienfuegos, en el corazón de Cuba. A muy temprana edad aprendió a interpretar la música campesina y a tocar la guitarra en los cañadulzales; a los diez años, ya daba serenatas y a los diecisiete, decidió irse a probar suerte a La Habana.El distinguido estilo de su ropa y lo desgarbado de su figura le envolvían de un exquisito donaire y de una poderosa magia en el escenario. Solía vestir siempre un saco zoot suit, largo y de solapas anchas, una batahola holgada y ceñida a la cintura que colgaba de sus hombros con tirantes y zapatos de estilo francés, rematando con un sombrero italiano de ala amplia y un bastón que llevaba bajo el brazo derecho y que solía convertir en batuta para dirigir su orquesta. Todo un gentleman criollo.Su prodigiosa voz lo llevaría a grabar por primera vez en una sesión con Miguel Matamoros y con él, vendría una seguidilla de éxitos interpretadas con las orquestas de grandes leyendas de la música tropical como Tony Camargo, Pérez Prado y Bebo Valdés. Con el pasar de los años, sus estelares shows se fueron eclipsando por un progresivo deterioro de salud, producto de una cirrosis que rápidamente consumió la vitalidad de su hígado y le habría de arrebatar la vida en el verano de 1963.Lo cierto es que nadie encarnó jamás el sentir de la música cubana como Benny; su estilo magnético, que embruja al espectador y lo envuelve en un frenesí colectivo, es quizás su mayor proeza. Para el mundo quedan mambos como "Bonito y sabroso"; guarachas como "Se te cayó el tabaco"; guajiras como "Cienfuegos"; boleros como "Dolor y perdón", "¿cómo fue?" y "mi amor fugaz", y para su pueblo cubano el inmenso orgullo de haberlo tenido como uno de sus más ilustres hijos.
Vincent van Gogh encarna quizás al genio creativo cuya obra cautivo a todos los públicos por su fuerza y energía expresiva. Su vida, breve y surcada de efusivas amarguras que le condenaron a la locura empujándole a un trágico final, constituyeron una parte fundamental de este pintor holandés de pinceles chorreantes de vigor y mucho color que transformó paisajes y objetos e hizo de la luz un exquisito estilo para la historia del arte, creando un lenguaje artístico y personal que influenciaría de forma decisiva el desarrollo de las principales vanguardias artísticas del siglo XX.Fueron treinta y siete años los que vivió Vincent y aunque como escribió en sus memorias, siempre se consideró un hombre de pasiones. Pero se equivocó: él era la pasión de un espíritu atormentado por la grandeza de unos ideales por los que sacrificó toda su vida. Lograr adentrarse en la mente de este genio es penetrar un alma capaz de renunciar a todo para comunicar sus más íntimos sentimientos aunque pese a sus más de cuarenta retratos, su rostro aún siga siendo un misterio.Todo en su vida está estrechamente entrelazado: su correspondencia, sus sentimientos y su vida; es una mezcla indisoluble y homogénea que no es común en cualquier artista. La proclamada locura que padecía Vincent se entrecruzó entre las absentas y el brandy que solía beber en el segundo piso del pueblo en que vivía. Algunos llegan a creer que poseía demencia sifilítica; otros en cambio, decían que sufría de esquizofrenia. No obstante, la versión más aceptada (y aceptada por algunos académicos) afirma que Van Gogh padecía de psicosis epileptoide de carácter hereditario.Los primeros conocimientos que aprendió, los adquirió de manera irregular, pues tan solo acudió a la escuela un año y pasó dos en un internado de Zevenbergen. En su adolescencia viajó a Bruselas donde sufrió su primer desengaño al no conseguir la mano de Eugénie Loyer, la hija de la posadera donde se hospedaba. Tuvo varios pasajes en su corta vida, entre los que vivió junto a los hombres más pobres en Borinage, reduciendo su dieta en agua y pan, dándolo todo a los más necesitados. En 1880 partió a Bruselas siguiendo el consejo que su hermano Theo le había dado: dedicarse a la pintura.Vincent asistió a la Escuela de Bellas Artes donde sintió gran admiración por la obra de Millet y su cercanía con las pinturas campesinas. Durante su estadía en la casa de su padre, se enamoró de Kee Vos, su prima, una reciente viuda que tenía a su cargo un niño de cuatro años. Pero nuevamente los desengaños vendrían luego que ella se rehusara a amarlo y al sentirse rechazado, huyó a Ámsterdam.Vincent reconoció en alguna de sus memorias que no le era posible vivir sin amor y se declaraba un hombre con pasiones. Temía en convertirse en una piedra si no encontrara una mujer pronto. En tanto como olvidó a su prima, conoció a Clarine Hoormik; ella no solo había posado de modelo para él, sino gran parte de su vida había ejercido la prostitución. Sin embargo, esta historia de amor no duraría mucho, pues Clarine lo abandonó luego de tener otro hijo. Van Gogh estaba solo de nuevo.Era 1883 y para entonces, este genio había pintado ya más de treinta y cuatro óleos y empezaba a vivir la etapa más productiva de su obra. Dos años más tarde, sufrió la muerte de su padre y las indiscriminadas acusaciones por el supuesto asesinato de Margot Begemann, una mujer que se enamoró obsesivamente de él y que al no ser correspondida, decidió envenenarse.Vincent viajó a Amberes y allí se reencontró con el sentimiento puro de Rembrandt y los colores de Frans Hal, donde desarrolló la etapa media de su obra antes de viajar a París en 1886 donde estableció una amistad con Toulouse-Lautrec. Allí en la ciudad luz consolidó su pasión por la estética japonesa, cuyas estampas que había empezado a coleccionar desde su estadía en Amberes, le proporcionaron más lecciones de arte que sus propias conversaciones con Pissarro, Gauguin y Signac.En París empezó a pintar flores, abandonando las gamas grisáceas de sus primeros óleos y adentrarse en una escalada de colores exóticos y vivos. El artista ya había pintado desde la heterodoxia a partir de conceptos puntillistas y simbolistas pero sin encontrar un estilo que fuese suyo. En 1888 llegó a Arles, la que consideró un sueño japonés por la gama de colores de sus paisajes y el lugar que habría de servir para asentar una comunidad de artistas que el había soñado una vez. Si Van Gogh encontró en París el color, en Arles encontró la luz que plasmó una y otra vez en los lienzos que pintó.Aunque fueron los girasoles los que le aglutinaron su sentir con el amarillo como la síntesis de la luz, fueron las intensas noches provenzales las que despertaron en él una gran pasión por las estrellas impregnando sus obras nocturnas de un vertiginoso dinamismo y una energía que no había aparecido en sus anteriores óleos. Una de sus obras capitales, "La noche estrellada", lo demuestra.Una persona altiva y segura como Gauguin no podría jamás entender un espíritu indefenso como el del apasionado van Gogh y en cambio, debía tener en cuenta que pudiera terminar enfrentándose violentamente con él. Y sí sucedió. Para diciembre de 1888, la situación entre estos dos viejos amigos se agravó al punto que Vincent intentó agredirlo con una navaja de afeitar y al no lograrlo, se cortó el lóbulo de una de sus orejas para entregárselo a una prostituta amiga suya.Aunque estos sucesos señalaron a Gauguin de intentar asesinar a su amigo, en aquella ciudad no simpatizaban para nada con el pintor extranjero y exigían que fuera recluido en un sanatorio mental. A finales de 1890 fue internado en Saint Paul de Mausole, lugar donde convivió con quince enfermos mentales. Allí aceptó perder el miedo a la locura, una enfermedad que el mismo creía padecer. Como si presintiera el fin de sus días, aceptó la propuesta de su amigo Pissaro de trasladarse a Auvers-Sur-Oise, muy cerca de París a casa del doctor Paul Gachet, un amante del arte que podría cuidarle.En casa del doctor Gachet, van Gogh siguió pintando y entabló una estrecha amistad con él hasta junio de 1890, cuando recibió una carta de su hermano Theo en que le contaba las penurias y la enfermedad que sufrían él y su esposa. Luego de visitar a su hermano, cayó en un nuevo episodio depresivo, lo que llevó a que esta vez se disparara una bala en el estómago. Herido y ensangrentado, logró llegar al albergue por su propia cuenta y donde falleció cerca de la una de la mañana del 29 de Julio de 1890. "Me gustaría ir a casa ahora", fueron las últimas palabras que pronunció antes de morir.
Tras permanecer hospitalizado varias semanas en el Hospital Country 2000 de Guadalajara, falleció esta madrugada Vicente Fernández, la leyenda de la música ranchera, tras complicaciones derivadas de la inflamación de sus vías respiratorias en los últimos días y por el cual tuvo que continuar con apoyo respiratorio y ser ingresado nuevamente a terapia intensiva. El charro de 81 años había sido internado desde el pasado 6 de agosto luego de sufrir una caída en su finca Los Tres Potrillos que le dejó una fuerte lesión en las vértebras cervicales y de la que no pudo recuperarse por sí solo.Durante su extensa carrera que comenzó en 1964, Vicente Fernández cosechó grandes momentos en la historia del cancionero popular en México, lo que le valió ser considerado un símbolo de la cultura hispanoamericana y uno de los mejores exponentes de la música ranchera, lo que le valió dos premios Grammy, ocho premios Grammy Latinos, catorce premios Lo Nuestro y una estrella en el paseo de la fama de Hollywood, alcanzando una cifra de 70 millones de copias vendidas hasta 2019.Vicente Fernández nació en Huentitán el Alto, en el estado de Jalisco el 17 de febrero de 1940, en el hogar de Ramón Fernández Barba y Paula Gómez. Con apenas 14 años de edad, la futura estrella de la ranchera participó en un concurso amateur en Guadalajara en el que obtuvo el primer lugar, y a los 20 años, Vicente debutó en un prestigioso programa de televisión llamado La calandria musical en el que interpretaba grandes éxitos de Jorge Negrete y Pedro Infante, su ídolo. El 27 de diciembre de 1963 se casó con María del Refugio Abarca con quien tuvo tres hijos: Vicente, Gerardo y Alejandro. Tras pasar varios meses cantando rancheras en el cabaret El Sarape junto al Mariachi Amanecer de Pepe Mendoza y el Mariachi de José Luis Aguilar, con su voz alcanzó fama local que luego se extendió a las regiones a través de la emisora XEX-AM. Tras audicionar varias veces sin conseguir éxito, solo sería hasta el verano de 1966 cuando Vicente firmó su primer contrato con la filial de CBS en México, con la que grabó su primer disco de larga duración, "La voz que usted esperaba", en el que destacó "La copa rota" de Benito de Jesús, y "Perdóname" y "Parece que fue ayer" de Armando Manzanero.Tras el explosivo éxito de su primer álbum, le siguieron varios trabajos de gran renombre como "¿Cuánto te debo?" de Dino Ramos y Roberto Cantoral en Palabra de rey (1969) y "La cruz de tu olvido" de Antonio Valdés en ¡Arriba Huentitán! (1972). Sin embargo, su primer éxito internacional llegó en 1973 con "Volver, volver" de la autoría de Fernando Maldonado. El tema lo consolidó rápidamente como uno de los más grandes cantantes rancheros de todos los tiempos, rompiendo hasta entonces todos los récords de ventas en Hispanoamérica, España y Estados Unidos. Para ese mismo año, incursiona por primera vez en el cine en la película Tacos al carbón, dirigida por Alejandro Galindo y encarnando a Constancio Rojas, un humilde vendedor de tacos al que un día le cambia la suerte al ganarse un automóvil y el premio mayor que sorteaba una marca de detergentes.El éxito estuvo seguido de la grabación de los boleros "Perdón", de Pedro Flores e interpretado junto al Mariachi de Gilberto Torres; y "Desvelo de amor", de Rafael Hernández. Para 1974 ya era conocido en todo México y su carrera empezaba a despegar con las primeras giras que ofreció en algunos países de Latinoamérica. Ese mismo año lanzó otra exitosa producción para el sello CBS: El ídolo de México, en el que se destacaron "El Arracadas" de Gilberto Parra, "Las llaves de mi alma", de su autoría, y "El rey" y "Que te vaya bonito", ambos temas compuestos por José Alfredo Jiménez.En 1975 lanza El hijo del pueblo, otra producción con la que mantuvo su récord en ventas y con la que inmortalizó otros temas rancheros como "La ley del monte" de José Ángel Espinoza y "El hijo del pueblo", dos temas que incluyó en las dos películas homónimas en las que participó como Maclovio Arrieta y Vicente Aurelio Martino López respectivamente. En 1976 reinterpreta en el álbum A tu salud a su ídolo Jorge Negrete con uno de los primeros temas que lo hizo famoso: "Preciosa", de Rafael Hernández, y en 1979 lanza El tahúr al mismo tiempo que participa como protagonista en la película del mismo nombre —en la que debutó como director asistente— que cuenta la triste historia de Martín Estrada, un hábil jugador de naipes, y el triángulo amoroso con la esposa de Raúl Vidal.A comienzos de 1980, visitó Colombia por primera vez, emprendiendo una larga gira por las principales ciudades del país. Ese mismo año lanzó El tapatío con el que llegó a los primeros lugares con "Que te vas, te vas" de Cuco del Toro, "De qué manera te olvido" de Federico Méndez y "No me sé rajar" de Carmelo Frayle. En 1983 publicó el álbum 15 Grandes con el Número Uno que vendió más de un millón de copias, y al año siguiente, protagonizó su primer gran concierto en la Plaza de Toros México, la más grande del mundo, con una concurrencia de 54.000 espectadores.En 1987 lanzó Dos Corazones, un álbum a dueto con Vikki Carr, y en 1989 volvió a tocar los primeros lugares con el álbum Por tu Maldito Amor, del que se desprende el éxito internacional del mismo nombre e inspirado en la desgracia de Federico Méndez, el primer director artístico del charro, quien se suicidó tras sufrir una decepción amorosa. En este álbum también se destaca "Aunque mal paguen ellas", cantada a dúo con el cantante brasileño Roberto Carlos y que fue un gran éxito en la radio.Al finalizar la década, Vicente Fernández ya había posicionado en la región otros grandes éxitos como "La diferencia" de Juan Gabriel en 1982; "¿De qué me sirve ser rey?" de Tirzo Paiz en 1984; "Motivos" de Italo Piazzolante en 1987, y el internacional "Mujeres divinas" de Martín Urieta en 1988 y que contó con la participación de Chamín Correa y su requinto. En 1990, produjo el trabajo Las Clásicas de José Alfredo Jiménez y en 1992, Qué de Raro Tiene, del que se desprenden el tema que da nombre al álbum y "Acá entre nos", ambos temas compuestos por Martín Urieta. En 1993 publica el disco Lástima que Seas Ajena en el que además del éxito homónimo, incluye "Nuestro Juramento" y una nueva versión del tema "Perdón" esta vez, acompañado por su hijo Alejandro Fernández.En 1995 publicó Aunque me Duela el Alma; en 1997, Estatua de marfil; en 1998, Me Voy a Quitar de En Medio; y en 1999, estuvo de gira promoviendo su nuevo trabajo discográfico que rendía un tributo al trío Los Dandys. Ese mismo año fue nominado por la academia musical para recibir el Premio por Mejor Trayectoria Artística, en los premios Ritmo Latino en el Anfiteatro Universal de Los Ángeles. En el nuevo milenio, su producción musical estuvo marcada por el tributo que rindió a Agustín Lara en 2002, y los álbumes Se me hizo tarde la vida en 2004 y La tragedia de un vaquero en 2006. El 25 de septiembre de 2007 lanzó al mercado su álbum Para siempre, certificado como disco de diamante y oro en México; mientras que con esta nueva producción alcanzó su sexto disco de platino en los Estados Unidos a solo semanas de su lanzamiento. El sencillo "Estos celos" se mantuvo por más de tres meses en el primer lugar de los principales listados de popularidad de la Música Regional Mexicana, mientras que el álbum alcanzó el Disco de Diamante y de Oro por la venta de más de 550.000 unidades vendidas, únicamente en México. Gracias a su gira alcanzó Disco de Diamante en Colombia y un reconocimiento especial por la venta de más de un millón y medio unidades vendidas de la misma producción, a nivel internacional. Además, la canción que dio nombre al álbum fue elegida como tema principal de la telenovela mexicana de Televisa Fuego en la sangre (2008).En 2008 grabó Primera fila, un concierto totalmente en vivo desde la Arena VFG, título de su primer material editado en el formato Blu-ray, siendo el primer artista hispanoamericano en incursionar en esta modalidad. Por esta nueva grabación, Vicente recibió doble Disco de Platino y Oro en México, Disco de Platino en Centroamérica, Disco de Platino en Colombia, y Doble Disco de Platino y Oro en los Estados Unidos, donde permaneció seis semanas consecutivas en el primer lugar de Billboard y se convirtió en el DVD musical más vendido del año en toda la industria discográfica estadounidense.El 14 de febrero de 2009, Vicente Fernández presentó un concierto en el Zócalo de la Ciudad de México con más de 220.000 asistentes. En julio de ese mismo año, lanzó su producción Necesito de ti, que logró nuevamente un Disco de Platino y Oro en México y Disco de Oro en Estados Unidos. En 2010 salió a la venta la producción El hombre que más te amó, producida por el propio Vicente y dirigido por Javier Ramírez y al año siguiente presentó el disco Otra vez, con el que participó en la inauguración de los Juegos Panamericanos interpretando el Himno Nacional de los mexicanos.El 8 de febrero de 2012 anunció su retiro de los escenarios, no sin antes realizar una gira mundial que se extendió hasta abril de 2016 cuando realizó su último concierto de despedida en el estadio Azteca, cantando alrededor de 45 canciones. Sin embargo, anunció que aunque era su último concierto, no se retiraba de la música. Desde entonces, su vida estuvo llena de enfermedades, desde vencer un cáncer de próstata hasta una delicada operación a causa de un cáncer de hígado. En agosto de 2013, Vicente Fernández fue hospitalizado por una trombosis pulmonar de la que logró salir invicto del hospital.Con la muerte de Vicente Fernández no solo desaparece la última gran voz de la ranchera del siglo XX, sino el último sobreviviente de los "cuatro gallos" —además de Jorge Negrete, Pedro Infante y Javier Solís— que nutrió al cancionero mexicano con sones, huapangos y corridos, y que proyectó a la música regional en Latinoamérica como la máxima expresión cultural de ese país.
A los 78 años falleció este viernes en su casa en Carmel Valley el guitarrista Michael Nesmith, uno de los integrantes fundadores de The Monkees, mientras se encontraba desarrollando una gira de despedida junto a su compañero Micky Dolenz, ya que ambos eran los únicos miembros sobrevivientes del conjunto juvenil que gozó de gran popularidad en la década de los sesenta.“Con infinito amor anunciamos que Michael Nesmith falleció esta mañana en su casa, rodeado de familia, en paz y por causas naturales”, afirmó la familia en un comunicado enviado a los medios norteamericanos. “Les pedimos que respeten nuestra privacidad en este momento y les agradecemos el amor y la luz que todos ustedes le han mostrado a él y a nosotros”, señalaron.Nesmith, nacido en Houston, Texas, el 30 diciembre de 1942, tenía 23 años cuando se presentó a las audiciones para unirse a a The Monkees. La banda se había formado alrededor de la figura de los productores televisivos Bob Rafelson y Bert Schneider, con la idea de aprovechar la influencia de la música pop y el alcance de la televisión, creando una serie de televisión que aunase ambos conceptos. The Monkees seguiría las aventuras de una banda de pop, ofreciendo canciones y actuaciones.El guitarrista se unió a Dolenz, Davy Jones, y Peter Tork, participando en la serie con la condición de interpretar las canciones compuestas por Tommy Boyce y Bobby Hart, encargados del departamento de producción musical del programa. Sin embargo, Nesmith consiguió interpretar algunos temas propios, los cuales acabaron por darle beneficios muy superiores a los del resto de compañeros.En 1966, The Monkees se estrenó en la NBC, convirtiéndose en un éxito instantáneo. El primer número uno del grupo llegó de la mano de Neil Diamond con I'm a believer, repopularizada casi cuatro décadas después por la banda Smash Mouth. Sin embargo, las críticas se manifestaron con sus miembros, tratados como una banda de rock falsa, prefabricada por la cadena. Desde entonces, la banda luchó por conseguir una mayor autonomía, componiendo canciones propias con las que pudieran competir con bandas de la talla de The Byrds o The Beatles. Con su tercer álbum, Headquarters, pudieron interpretar y escribir sus propias obras. Un año después, Nesmith abandonó el grupo y aprovechó para grabar su primer álbum en solitario, Wichita Train Whistle Songs, y fundar The First National Band, que bajo el sello RCA grabó otros dos álbumes en la década de los setenta.
"Lo que me parece bello, lo que me gustaría hacer, es un libro sobre nada, un libro sin ataduras exteriores, que se sostendría por sí mismo gracias a la fuerza interior de su estilo". Esto fue lo que le confesó Gustave Flaubert en una carta a Louise Colet escrita en 1852, y una frase que ya había inmortalizado de forma ampulosa y precisa en "Noviembre", su primera novela publicada diez años atrás cuando apenas tenía 20 años. En esta temprana obra, transgresora y algo irónica, Flaubert explora los sutiles mecanismos de la atracción erótica y los remordimientos provocados por las relaciones adúlteras y el lado pasional de las relaciones humanas, reuniendo en ella su fuerza literaria y su obsesiva preocupación estética del lenguaje, anticipándose así a ser uno de los más grandes literatos de la Europa del siglo XIX y situándose como un puente entre Balzac y Proust."Cuando leo a Shakespeare me vuelvo más grande, más inteligente y más puro. Llegado a la cima de una de sus obras, me parece que estoy en una alta montaña: todo desaparece y todo aparece. Ya no se es hombre, se es ojo; surgen horizontes nuevos, las perspectivas se prolongan hasta el infinito". Así seguía escribiéndole el joven en cartas a su amada Colet. Y si se trataba de amores, Gustave sabía distinguir entre la vanidad y el orgullo. En cierta ocasión, Louise le reprochó no destinarle más atención a ella increpándole de arrogante y vanidoso, a lo que Flaubert le responde que la arrogancia no es su fuerte y que tampoco lo es la vanidad, porque por principio se consideraba un ermitaño.Mientras que Flaubert escribía sobre el orgullo, al que llamaba un oso blanco soberano sobre un tempano de hielo, aseveraba que la vanidad era como un loro que parloteaba de rama en rama escandalosamente buscando atraer las miradas. Curiosamente, Gustave tenía tendido sobre su casa una piel de oso blanco, sobre la cual se tendía a pensar y a escribir, y con la que con cierta sorna admitía el orgullo de parecerse a este animal imposible de acariciar. Quizás de allí, de sus letras, de su estilo y de sus historias, haya algo del espíritu salvaje y huraño del que siempre bebió.Pero al final de su vida, sentía un gran disgusto al ser especialmente conocido por "Madame Bovary", una novela que, para él, tenía el tema menos sublime de cuantas escribió. “¡Nunca en mi vida he escrito algo más difícil que lo que hago ahora, diálogos triviales!”. “¡Tengo que hacer hablar, en estilo escrito, a gentes de lo más vulgar!”, se lamentaba el escritor ya enfermo en su lecho de muerte.Aunque Flaubert fue uno de los escritores más importantes de su tiempo, tras la publicación de “Madame Bovary”, la burguesía provinciana se resintió de que él fuera la máscara de la moral y la decencia religiosa que los retrató en toda su estupidez:, desde Charles Bovary y el pastor de la aldea ficticia de Yonville-l'Abbaye hasta el farmacéutico Homais. Sin embargo, la satisfacción que sintió la sociedad en Rouen fue inmensa cuando fue acusado por primera vez en 1856 después de la primera publicación de su novela, siendo acusado de violar "la moral y la religión". Sin embargo, después del juicio Flaubert se convirtió en un autor de superventas con más de 30.000 copias vendidas. "Retomaré mi vida plana y tranquila, en la que las frases sean solo aventuras en la que no recoja más flores que metáforas. Escribiré como en el pasado, escribiré por placer, para mí", le escribió a Madame Schlésinger en una de sus cartas. Pero el arte era lo último para Flaubert. A veces le tomaba varias noches escribir una frase o cambiar algunas palabras. "Una frase es viable si se adapta a todas las exigencias de la respiración. Sé que es bueno cuando puedo leerlo en voz alta", decía. El arte le servía como un escudo protector contra las exigencias irrazonables de la realidad y cuyo eterno glamour le hacen un maestro de su tiempo y con el que se considera que nace la modernidad literaria.Pero por encima de estas novelas se encuentra "L'Éducation sentimentale", la historia moral de Flaubert sobre los hombres de su generación; su novela que hace época, ingeniosa, grandiosa y desilusionante con los numerosos e impresionantes cuadros escénicos y, por último, pero no menos importante, una base autobiográfica. La novela comienza en el vapor del Sena con Frédéric Moreau y Madame Arnoux. El joven Frédéric se las arregla para agarrar su largo pañuelo con las rayas moradas antes de que caiga al agua. La escena se inspira en el bello incidente que tiene lugar en la vida real de un joven Gustave de quince años en una playa de Normandía en 1836, donde encuentra una bata roja con rayas negras que la marea amenaza con arrastrar. Ese albornoz pertenece a Madame Schlésinger, una mujer casada, que es once años mayor que él y de la cual el futuro escritor se enamoró. Ella es "el único amor" de su vida, dirá más tarde en las “Mémoires d´un fou”. El amor de Frédéric por Madame Arnoux, por otro lado, es el único, verdadero, de toda la vida, a pesar de algunas aventuras amorosas.Las letras compensan la distancia de Flaubert y el rigor de la forma en su literatura. En ellas, Flaubert se desahoga con letras espontáneas, drásticas e inmediatas. Más de tres mil han sobrevivido; en Francia están disponibles en volúmenes en estuches, dispersos, seleccionados en alemán. En el ocaso de su vida, manifiesta en “Bouvard y Pécuchet” su desprecio burgués, incluso al burgués que habitaba en él mismo. En esta obra, Bouvard y Pécuchet son dos enciclopedistas para los que todos sus conocimientos son inútiles, excepto por la idea de que este conocimiento siempre será insuficiente, en realidad no saben nada. Este saber a medias, impregnado de ignorancia y sinsentido, se refleja en las frases vacías que Flaubert recogió en su "Diccionario de lugares comunes" desde 1850 con ideas grandiosas y modismos vacíos con los que el mundo conmemora, luego dos siglos de su nacimiento, que la estupidez sigue siendo universal y que como Flaubert dijo en "Salambó": “escribir es vivir”.
Voltaire, cuyo nombre real era François-Marie Arouet, fue un filósofo, escritor e historiador francés, y uno de los principales exponentes del movimiento de la Ilustración. Famoso por su ingenio, su aguda crítica a las instituciones tradicionales y su férrea defensa de la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la reforma social, Voltaire dejó un legado que trasciende siglos.Voltaire arremetió contra el fanatismo, la superstición y la intolerancia, defendiendo la razón como base de una sociedad más justa. Sus obras atacan la hipocresía de las instituciones religiosas y abogan por la separación entre Iglesia y Estado. Fue un precursor del derecho a expresarse libremente. Su famosa frase, aunque apócrifa, resume este ideal: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".Voltaire y la Ilustración La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que transformó el pensamiento europeo durante los siglos XVII y XVIII. En este contexto, Voltaire emergió como uno de los principales artífices de las ideas que moldearon esta era.Voltaire abogó por el uso de la razón para analizar y desafiar las estructuras sociales, religiosas y políticas. Sus escritos, caracterizados por su ironía y agudeza, cuestionaron las verdades aceptadas y promovieron el escepticismo hacia dogmas impuestos. Este enfoque ayudó a popularizar una mentalidad que valoraba la investigación científica y el análisis lógico como pilares del progreso humano.El escritor denunció incansablemente el fanatismo religioso y los abusos de la Iglesia católica, que en su época ostentaba un inmenso poder político. Obras como el "Tratado sobre la tolerancia" y "El Diccionario Filosófico" no solo plantearon la necesidad de libertad de pensamiento, sino que también inspiraron reformas posteriores hacia la separación entre Iglesia y Estado, como lo mencionamos anteriormente.Aunque Voltaire no era un revolucionario en el sentido moderno, su ideal de "despotismo ilustrado" influyó en monarcas como Federico el Grande de Prusia y Catalina la Grande de Rusia. Voltaire creía que los gobernantes educados en los principios de la Ilustración podrían promover reformas para mejorar la vida de sus súbditos, sentando las bases de sistemas más justos y racionales.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíVoltaire y los libros El impacto de Voltaire fue evidente en la generación que lideró la Revolución Francesa (1789). Figuras como Diderot y Rousseau, aunque a veces en desacuerdo con Voltaire, se inspiraron en su crítica al absolutismo y en su fe en el progreso racional. Su pensamiento influyó en discursos sobre la libertad, la igualdad y los derechos individuales que marcaron este periodo.La sátira de Voltaire, especialmente en Cándido, sirvió como modelo para escritores como Jonathan Swift y, más tarde, autores del siglo XIX como Mark Twain. Su capacidad para denunciar las injusticias a través del humor y el absurdo consolidó una tradición literaria de crítica social mordaz.Autoras feministas como Mary Wollstonecraft y novelistas como George Eliot heredaron de Voltaire una perspectiva secular que desafió las normas patriarcales y religiosas. Aunque no fue explícitamente feminista, su insistencia en la libertad de pensamiento y en los derechos individuales influyó en las luchas por la igualdad de género.Algunas obras recomendadas"Cándido o el optimismo" (1759): Una sátira mordaz que pone en evidencia el optimismo filosófico de Leibniz, representado por la frase "vivimos en el mejor de los mundos posibles". A través de las desventuras de su protagonista, Cándido, Voltaire critica las injusticias sociales, el poder corrupto y el sufrimiento humano con un humor cáustico."Tratado sobre la tolerancia" (1763): Escrito tras el juicio y ejecución injusta de Jean Calas, este ensayo es una apasionada defensa de la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento. En él, Voltaire aboga por la convivencia pacífica y denuncia la barbarie de la intolerancia."Cartas filosóficas" (1734): En esta colección de cartas, Voltaire compara la sociedad francesa con la inglesa, alabando la tolerancia, el sistema parlamentario y la libertad de comercio de Inglaterra. La obra, considerada subversiva en su época, fue prohibida en Francia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Sobre todo, lo que espero es poder aportar algo a la gente que siente este género, a la gente que sigue la música que yo hago. Aportar algo fresco, nuevo, que sientan que hay continuidad en el trabajo, que hay actualidad en el trabajo", declara con fervor el artista, conocido como 'El caballero de la salsa'.A sus 61 años, el ganador de un Grammy por Mejor Álbum Tropical Latino en 2007 y seis Latin Grammy revela desde su estudio en San Juan que le encantaría que este álbum, compuesto de nueve temas, tenga "impacto" y sea "del gusto popular", que los adeptos a los ritmos caribeños digan: "¡Qué buen disco!".El veterano cantante continúa su estilo de salsa tradicional y mayoritariamente romántica, utilizando como eje central de sus letras el amor y el desamor en esta recopilación de temas, entre los que figuran 'Ahora o nunca', 'La Marea' de Rubén Blades, 'Tratando de acercarme' o 'Tun Tun'.El artista rememora que, tras la publicación de su tercer disco, se dio cuenta de que ese iba a ser su camino porque "el amor es el tema que nunca se va a acabar", y por eso trata de mezclar "los temas de amor con la energía y el carácter de la música de salsa".Asimismo, declara que ha sido "un poco egoísta con este disco" porque solo cuenta con una colaboración en 'Fin de semana', junto al salsero puertorriqueño Gerardo Rivas, opuesto a su álbum 'Colegas' que tiene 17 colaboraciones con artistas.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl álbum se estrena en "un momento correcto"El sonero puertorriqueño arrancó la primera parte de su 'Auténtico Tour' en agosto del año pasado en su isla natal y, desde entonces, se ha presentado en escenarios de Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Chile, Canadá, Perú, Colombia, México, Suiza, Italia y España."El disco se retrasó un poco para mi gusto, pero llega en un momento correcto porque entonces la gira cae en su segunda etapa y el disco viene con todo lo que un disco nuevo trae", asegura Santa Rosa, que menciona que este tour le está brindando "una energía espectacular"."Y esa energía se traduce no solamente en calidad de espectáculo, de música, sino que también se traduce en visión a futuro. Uno se siente más comprometido, con más deseos de hacer nuevos proyectos", expresa el artista, que cuenta con 15 álbumes de oro, 13 de platino y 3 de multiplatino.Santa Rosa, que ha colaborado con artistas reconocidos como Celia Cruz, Hector Lavoe o Andy Montañez, rememora que su etapa favorita de su afamada y galardonada trayectoria fue en sus comienzos: la época en la que cantaba con la banda de Willie Rosario y trabajaba con la mayoría de sus ídolos.La salsa "llegó para quedarse"Santa Rosa se muestra agradecido por la nueva generación de jóvenes salseros que continúan el legado de los más veteranos como los puertorriqueños Víctor Manuelle, Luis Vázquez, Carlos García, Merari o Carlos Nevárez, que "son muy buenos y talentosos".En este sentido, recalca que su consejo para el público es que "abran las puertas a estos muchachos".A su juicio, "este es un género que tiene historia, tiene personalidad propia y que tiene futuro porque yo he oído a cada vidente poniéndole fecha de expiración, que se va a morir, pero este es un género que llegó para quedarse", subraya el salsero.El artista continuará en febrero con 'Auténtico Tour', que sufrirá un giro con una edición especial de San Valentín que llamará 'Auténtico Love Edition', por Canadá, California, Florida y Maryland (EE.UU.) y, en abril, por México.Con su anterior gira, 'Camínalo Tour', que duró aproximadamente dos años, también recorrió ciudades de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Vallejo (España, 1979) viajó al país andino para participar en Hay Festival Arequipa, pero también visitó Lima para dictar talleres de creación literaria y realizar encuentros con escolares, a los que transmite su pasión lectora apelando a la innata curiosidad humana."Todavía hay un frente de resistencia y además, un intento de sanar las sociedades a través de la palabra", dice.Desde que publicó 'El infinito en un junco', hace cinco años, uno de los últimos grandes fenómenos de la literatura española que ha vendido más de un millón de ejemplares, ha conocido a innumerables amantes de la lectura que abogan por llevar los libros a todos los rincones para curar las sociedades."He podido conocer a muchísimos promotores de lectura que hacen una labor extraordinaria llevando los libros a barrios y zonas de sus países que socialmente parecían excluidos de esa experiencia, y que incluso están tratando de sanar cicatrices sociales y personales de la violencia y de los conflictos históricos a través de los talleres de lectura y de escritura", dice.La zaragozana cree que los libros y la cultura siempre están amenazados, pero ha sido "profundamente esperanzador" encontrar que hay tanta gente involucrada, especialmente en Hispanoamérica."Me parece muy destacable porque creo que estamos viviendo una época muy confusa y conflictiva donde se van creando bandos, oposiciones permanentes e incomprensiones", añade.Y, sin embargo, las democracias necesitan un diálogo sano, necesitan el uso de la palabra para forjar acuerdos", considera.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíCausa perdidaLos libros la rodean desde niña e incluso podría decirse que contribuyeron a que la escritora naciera. Vallejo muestra con cariño un ejemplar de 'Trilce', del poeta peruano que lleva su mismo apellido, y que su padre regaló a su madre cuando se estaban conociendo.Gracias al libro amarillento, prohibido en España durante la dictadura, la historia de amor entre ambos se fortaleció, según cuenta.Su amor por la lectura le llevó a escribir 'El Infinito en un junco', pero, mientras lo hacía, creía que abogaba por los libros y las humanidades en un mundo contemporáneo en el que parecía que estaban al borde del precipicio."Escribía este libro desde mi pasión lectora pero en un momento en el que había tanto pesimismo en la atmósfera y tanto convencimiento de que la lectura y los libros se terminaban, yo misma llegué a creérmelo y pensar, 'bueno, realmente soy una persona extravagante y formo parte de un mundo que está a punto de acabarse'", apunta.Pero, por el contrario, las cifras de ventas y sus miles de seguidores por todo el mundo demuestran lo contrario, Vallejo no está sola ante el cariño a los libros."Jamás de los jamases pensé que pudiera apelar a muchas otras personas. De hecho, creía que más que un libro, es una colección de causas perdidas", indica.Canto a la imaginaciónSu último libro, El inventor de viajes, es una adaptación ilustrada para niños del primer relato de ciencia ficción de la historia. Está basado en 'Historias verdaderas', de Luciano de Samósata, escrito en el siglo II, y es la primera vez que la literatura incluyó un viaje espacial.Sus milenarias páginas son los antecedentes de Julio Verne o de 'Star Wars'."Me gusta de la ciencia ficción es que aquello que parecía imposible, que parecía un sueño cuando se escribió por primera vez, luego se puede convertir en realidad. El ser humano ha llegado a la Luna, pero las cosas hay que soñarlas primero para que se hagan realidad", dice."Esta historia es un canto a la fantasía, una reivindicación a la capacidad de soñar y creo que en esta época es importante recordárselo a los niños, que tienen entretenimientos muy pasivos que simplemente con una pantalla reciben imágenes perfectamente elaboradas", advierte.Dice que el ser humano no puede perder "ese mecanismo tan liberador que es la imaginación que es además nuestra principal defensa contra la rutina, el aburrimiento y la tristeza".Igualmente, señala que otro mecanismo profundamente humano es el amor por escuchar una historia, que paradójicamente es un pacto entre el lector y escritor sobre la mentira que va a contarle."La ficción es una mentira muy especial, no es para engañar es una mentira para jugar divertirse. Ciertas verdades se alcanzan sólo a través de las ficciones, hay ciertas cosas de nuestra vida, miradas, emociones ocultas o silenciosa que se liberan gracias a esa mentira que son las ficciones", concluye.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.