Unos 8 minutos de aplausos al término de esta noche única de representación han dado fe de ello, especialmente para el reparto principal, pero también para el coro, la dirección musical, la escenografía y para su autor, que ha subido al escenario prendido a un mantón de manila como en su última visita.
No se ha llenado el aforo (algo más de un 70%), pero entre los asistentes se ha podido ver a rostros famosos como los de Pedro Almodóvar, los Duques de Huéscar o la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, que han acudido a disfrutar de esta producción que recalará el viernes en el Festival de Peralada (Girona) y que aquí se ha integrado dentro del sexto Universal Music Festival.
Cuando dicho ciclo madrileño aún no existía, el Teatro Real asentó la tradición de acoger esporádicamente actuaciones que escaparan a las coordenadas propiamente operísticas y así se produjo la primera incursión de un Wainwright emocionado en este espacio un 22 de julio de 2013, el día de su 40 cumpleaños.
Aunque entonces interpretó además temas de su repertorio pop, la gran novedad fue la presentación de su primera ópera, "Prima Donna", recibida a nivel global con tantas críticas como alabanzas y a la que esta noche ha dado continuidad con "Hadrian", la segunda de su autoría, cuyo estreno absoluto tuvo lugar en Toronto en 2018.
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A partir del libro "Memorias de Adriano" de Marguerite Yourcenar y el libreto de Daniel Mcivor, cuenta en cuatro actos y tres horas de duración el amor entre el emperador Adriano y su joven amante Antinoo, fallecido en extrañas circunstancias, así como su viaje desesperado al pasado en busca de las causas mientras Roma se ve acosada por la "amenaza" del monoteísmo de judíos y nazarenos.
Como parte de la sencilla pero efectista escenografía ideada por Jorn Weisbrodt, se incluyen de fondo centenares de fotografías de Robert Mappelthorpe que sitúan la acción dramática y constituyen uno de los grandes aciertos, como si hubiese sido creada "ex profeso" para la ocasión, entre apolíneas efigies de fuerte carga erótica, imágenes de gran belleza y melancolía y algún retazo de violencia.
Según explicó Wainwright en rueda de prensa, su "obsesión" en "Hadrian" ha sido trasladar la historia al presente, devolver a la ópera las grandes melodías y lograr que el público capte la "magia de los ensayos y la calidad que hay en ellos", de ahí que esta propuesta semiescenificada simule la preparación de un espectáculo.
Si convino que la paleta de colores de "Prima Donna" había pecado de ser un tanto sosa, "Hadrian" muestra su empeño por oscurecer la partitura, especialmente en una primera parte que a veces peca por exceso y confiere al resultado una ominosidad un tanto artificial, aunque se descarga y vuela más ligera en los dos últimos actos, a destacar piezas como "He loves" en las que se identifica al autor de melodías tan hermosas como "This love affair".
Junto al Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real bajo la dirección musical de Scott Dunn, el elenco ha estado formado por Thomas Hampson (Hadrian), Santiago Ballerini (Antinoo) y Vanessa Goikoetxea (Sabina) y, tras las bajas de última hora por motivos de salud de Ainhoa Arteta (Plotina) y Rubén Amoretti (Turbo), por Alexandra Urquiola y Christian Federici, respectivamente.
Curiosamente ambos han sido de los intérpretes más alabados por el público, solo por detrás de los aplausos recibidos por los dos amantes y una Goikoetxea cuya entrega sobre las tablas ha recibido a cambio unos "bravos" de la concurrencia que la han llevado a las lágrimas y a besar el entarimado.
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