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El músico de la semana: John Dowland

Se cree que John Dowland nació en Londres, los primeros días de 1563 hace 460 años. De lo que sí hay certeza es sobre su posterior carrera en la que destacó como uno de los mejores interpretes de laúd y compositores de la historia. Le contamos aquí sobre su vida.

John Dowland
Aunque no se tienen registros exactos de su fecha de nacimiento, se estima que fue para los primeros días de enero de 1565 que el compositor inglés John Dowland nació.

Aunque no se tienen registros puntuales, se cree que el compositor John Dowland nació en Londres, los primeros días de 1563, es decir hace 460 años. De lo que sí hay certeza es sobre su posterior carrera. En 1580 estuvo al servicio de Sir Henry Cobham, embajador de la Reina Isabel para el Rey de Francia, y retornó en 1584, ahora convertido al catolicismo, la religión de William Byrd, Thomas Tallis y otros músicos.

En 1588 fue admitido como Bachiller de Música en la Iglesia de Cristo de Oxford y su música pudo interpretarse en eventos de la corte por allá por 1590. Después de su retorno de Francia se casó y su primer hijo, Robert, que siguió la profesión del padre, nació en 1591. John Dowland fue reconocido en su época como un gran virtuoso del laúd. Algunas noticias indican que fue además un cantante inspirado, lo que debió de convertirlo en un completo y magnífico intérprete tanto de sus propias obras como de las ajenas. Pero sin duda alguna, lo que ha hecho que Dowland pase a la posteridad es su sensibilidad e inteligencia como compositor. Sus obras para laúd son una muestra de estas cualidades. Muy pocas de sus composiciones escritas para este instrumento fueron publicadas en vida, pero, sí se conservaron de forma manuscrita y pudieron ser llevadas a la imprenta en épocas posteriores, lo que contribuyó a divulgar el extraordinario talento del compositor.

Uno de los primeros pasos importantes del compositor que marcaría el rumbo de su vida fue la postulación para el cargo de laudista de la reina, vacante desde la muerte de John Johnson, uno de los primeros laudistas importantes de Inglaterra, no tuvo éxito. Se cree que Johnson era padre de Robert Johnson, laudista que ocupó el cargo en la corte del rey Jaime I en 1604.

Dowland atribuyó su fracaso para obtener el puesto a su religión, era católico, pero más tarde se le permitió viajar al extranjero con el permiso necesario firmado por Sir Robert Cecil y el Earl de Essex, ambos hostiles a la causa católica. A partir de ese momento comienza un peregrinar por diversas cortes.

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Durante su larga peregrinación por diversas ciudades de Europa, John Dowland recaló primero en Roma, donde esperaba sacar provecho de las lecciones del célebre Luca Marenzio. Luego viajó a Alemania en donde el Duque de Brunswick y el de Hasse se disputaron el honor de tenerlo en su corte. Tocó para el Gran Duque Fernando de Florencia. En Florencia se relacionó con los papistas ingleses que intentaron involucrarlo en una conspiración contra su reino (como le había ocurrido anteriormente en París).

De regreso a Inglaterra no obtuvo la protección de la reina. Este nuevo fracaso lo motivó para dedicarse por completo al estudio y a la composición. También publicó su primer libro de Ayres para voz y laúd, iniciando un género que en Inglaterra destacó durante un cuarto de siglo. Las seis ediciones sucesivas que se hicieron de esta obra son una muestra de la fama de su autor.

A pesar de su fama como compositor, Dowland no contaba con cargos en la corte de Inglaterra. Por esa razón aceptó una invitación del rey Christian IV de Dinamarca e ingresó a su servicio como laudista a fines de 1598. En 1603 Dowland retornó por un tiempo a Inglaterra. Continuó de manera intermitente al servicio del rey Christian hasta 1606, sufriendo dificultades financieras, por diversas razones, a pesar del favor mostrado por el rey.

En Inglaterra la fortuna de Dowland no mejoró. En 1604 publicó su Lachrimae or Seaven Teares, colección de piezas para consort intercaladas con pavanas de típico carácter triste. Hacia 1605 estuvo de nuevo en Dinamarca, en 1606 fue despedido definitivamente y volvió a Inglaterra. Los siguientes años produjeron más publicaciones y desde 1609 hasta 1612 estuvo al servicio de Lord Howard de Walden.

A pesar de su reputación y la popularidad de su música tanto en Inglaterra como en el extranjero, Dowland todavía encontraba razones para quejarse de su situación. Eventualmente en octubre de 1612 obtuvo el cargo que tanto había anhelado como uno de los laudistas del rey.

Además de sus méritos como compositor, John Dowland resulta ser un magnífico representante de la estética y del temperamento artístico de la Inglaterra isabelina. Por las noticias que hoy poseemos acerca de su vida, así como por lo que puede deducirse de la sensibilidad característica de sus canciones y de sus obras para laúd, podemos deducir en el compositor un carácter melancólico, casi pre-romántico, así como una personalidad particularmente sensible a las críticas y propensa a caer en los estados de desolación. Escuche las obras del maestro inglés John Dowland el lunes 02 de enero a las 3:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.

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