‘El mal querer’ de Rosalía: entre la literatura y el amor prohibido

El sonido de las palmas y la voz de terciopelo de Rosalía construyen El mal querer , el álbum que la lanzó al estrellato y que está basado en la novela Flamenca , escrita en el siglo XIII y publicada de manera anónima, esta obra fue vetada por la iglesia en su tiempo por tratar temas como la independencia de la mujer, la intimidad y las relaciones extramatrimoniales.

Flamenca cuenta la historia de un amor que comienza con el despertar del sentimiento, continúa con el enamoramiento, el matrimonio, los celos, el maltrato, el dolor y finaliza con el renacer del amor propio. El mal querer relata exactamente lo mismo dividido en once capítulos (las once canciones del disco): Augurio, Boda, Celos, Disputa, Lamento, Clausura, Liturgia, Éxtasis, Concepción, Cordura y Poder.

Ambas formas de arte están regidas por el hilo conductor de una mujer protagonista que atraviesa el amor en sus diferentes formas, Rosalía entrelaza de manera perfecta el flamenco, el R&B, el pop y el género urbano en un disco que se convirtió en la puerta de entrada a la conceptualización de sí misma.

Las letras son otro elemento fundamental de El mal querer , por ejemplo en Pienso en tu mirá - Cap.3: Celos se repite constantemente: “me da miedo cuando sales sonriendo pa’ la calle porque todos pueden ver los hoyuelos que te salen”, esto es un ejemplo al sentimiento de temer perder a alguien porque frente a los ojos correctos es perfecta y hay un miedo profundo de que cualquier otro se pueda enamorar de ella.

Al igual que en Di mi nombre - Cap.8: Éxtasis en el que Rosalía canta: “Y átame con tu cabello a la esquina de tu cama que aunque el cabello se rompa haré ver que estoy atada” , esta letra es la muestra absoluta del compromiso y el amor hacia alguien.

Pero en El mal querer no todo es color de rosa en Preso - Cap. 6: Clausura se oye la voz de alguien diciendo: “Te atrapa sin que te des cuenta, te das cuenta cuando sales, piensas ¿cómo he llegado hasta aquí?”, esta letra es la prueba de lo que sucede en la novela medieval, la protagonista nunca quiso ese matrimonio arreglado y el marido la envolvió con mentiras en todo el camino de su relación.

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Tanto la novela como el disco entran en unos capítulos oscuros cuando su protagonista está viviendo la tristeza de un matrimonio infeliz, sin embargo, regresamos a Di mi nombre - Cap.8: Éxtasis , el episodio en el que la protagonista conoce el amor prohibido, así lo canta Rosalía: “Di mi nombre cuando no haya nadie cerca, que las cosas que me dices no salgan por esa puerta”.

La historia se encamina de nuevo por el dolor del querer con Maldición - Cap.10: Cordura y finalmente en A ningún hombre - Cap. 11: Poder Rosalía renombra la rabia y el amor con un himno que rompe con la idealización del romance y alza la percepción de una misma como lo único que queda al final, la letra dice: “A ningún hombre consiento que dicte mi sentencia, solo Dios puede juzgarme, solo a él debo obediencia” , este es el cierre definitivo de una historia de amor que serpentea entre la literatura y la música, que nos dio uno de los discos más icónicos de la escena contemporánea y nos encerró en la voz hipnótica de una artista conceptual como Rosalía.

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