"Me gusta reivindicar el empleo de diferentes instrumentos y sonidos para obtener una música diferente, no convencional. Por eso me interesa la recuperación de sonidos e instrumentos perdidos y el empleo de la tecnología con un fin diferenciador, alejado de producciones que suenen a copia", dijo durante la celebración de un taller en la Escuela Universitaria de Artes TAI, impulsora de la iniciativa.
Según explicó Daniel Batán, director del área de Música de esta escuela, pensaron en el afamado compositor de la banda sonora del videojuego "The Last Of Us" para visibilizar el proyecto por ser "un gran defensor" de este tipo de avances , además de por su conocimiento y el "feedback" que puede aportar al mismo.
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Gracias a la inteligencia artificial, se está creando "una base de sonidos colaborativa y con fines no lucrativos que se irá ampliando accesible para todos, que sirva además como legado histórico para futuras generaciones y dé la oportunidad de jugar con los sonidos crudos, así como procesarlos, para disponer de una paleta de texturas y colores inéditos", dijo Batán. Reconoce que la tendencia es generalizar, copiar y "con esto buscamos abrir nuevas vías de exploración".
Del centenar de instrumentos musicales en riesgo de extinción, una problemática que la UNESCO reconoce desde 1981 , nueve ya se han incorporado a esta base de datos, disponible desde https://taiarts.com/inteligencia-musical .
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En dicho repositorio se encuentra reseñado el propio instrumento, el sonido que produce de forma aislada y la aplicación o nuevo uso dentro de una pieza musical o composición , es decir un ejemplo de su utilización después de haber pasado por la pátina de la creatividad y la innovación. También se recoge la atribución de autoría.
Entre ellos se encuentran la ocarina jaguar empleada por los mayas, la vasija silbadora búho de agua, utilizada por las culturas nazca, vicus y mochica o la flauta sin agujeros pincullo , empleada por los indígenas amazónicos.
También una pequeña gaita de los pastores de Turquía no mucho más grande que un bolígrafo, que ha recibido como obsequio un Santaolalla "maravillado" por los milagros de la resonancia física y natural en una era tecnológica en la que aparentemente cualquier sonido procesado en un estudio puede emular a otro.
"Yo vine para aprender también", dijo el músico argentino, agradecido por un proyecto que "fomenta más la creatividad y las ganas de investigar" y con el que ha entrado en contacto con más instrumentos raros, como el krin, conocido como el "primer teléfono", porque permitía establecer comunicación a varios kilómetros de distancia, o el rabel, el violín de los pastores trashumantes de España.
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