Andrea Bocelli y la música del silencio

Una historia de superación, rechazo y éxito. En eso se resume la vida de Andrea Bocelli, quien con su persistencia y talento ha logrado vender en las últimas décadas más de ochenta millones de discos alrededor del mundo y convertirse en uno de los cantantes líricos más populares de la actualidad.

Bocelli nació con un glaucoma congénito que le provocó una ceguera parcial y a los 12 años, mientras jugaba futbol, sufrió un fuerte golpe en la cabeza que le provocó la pérdida total de la visión. Pero la pasión por la música se despertó en él a muy temprana edad cuando quedó fascinado al escuchar la ópera que sonaba en una habitación cercana a la suya mientras permaneció en una clínica de Turín.

Con 14 años, ganó un concurso de jóvenes talentos y trabajó en algunos locales nocturnos para pagar las clases de canto que le impartía el tenor Franco Corelli y que él costeaba por su cuenta. “Nunca en tu puta vida serás un cantante”, le dijo un productor una noche después de una actuación en el cabaret donde solía tocar cuando era apenas estudiante para pagar su carrera de derecho.

En 1994, ganó el famoso Festival de la Canción de Sanremo y su popularidad rápidamente creció como la espuma. Desde ese momento comenzó a batir récords de ventas en varios países. Sin embargo, siguió lidiando con el rechazo de los críticos musicales y los productores que a regañadientes, no lo veían como un candidato idóneo para interpretar la ópera. Estas memorias hacen parte de la novela autobiográfica La Música del silencio que el mismo Bocelli escribió en 1999 y que en 2017 el director británico Michael Radford adaptó para llevar a la pantalla grande.

En mayo de 2020, Bocelli reveló que él junto a su esposa y dos de sus tres hijos se contagiaron de coronavirus en marzo y que ya habían superado la enfermedad. Ante el hecho, el cantante lírico decidió donar plasma para un estudio que busca un tratamiento experimental para pacientes graves.

A sus 63 años, el tenor italiano ha logrado una larga carrera que incluye un repertorio de diez óperas: Andrea Chénier , Carmen de Gerges Bizet, Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni, Il Trovatore de Giuseppe Verdi, La Bohème y Tosca de Giacomo Puccini, Manon Lescaut de Abate Prévost, Pagliacci de Ruggero Leoncavallo, Roméo et Juliette de Charles Gounod y Werther de Jules Massenet.