La historia del jazz ha sido contada a través de los grandes nombres: Louis Armstrong, Duke Ellington, Dave Brubeck o Cannonball Adderley han estado a la luz de todos los aplausos, pero hubo alguien de su nivel y grandeza que no solamente compartió escenario, sino fue el principio musical de una parte del mundo: Tino Contreras. Durante seis décadas, la música fue todo en su vida. El compositor y multinstrumentista encontró en el jazz un pálpito perfecto para sus oídos, que con el tiempo se nutrieron de psicodelia, música experimental y flamenco.
Conteras nació en 1924, en la ciudad de Chihuahua. Desde los 8 años y en compañía de su abuelo empezó en la música, tan hábil y pulido, que a los 10 años era parte de una banda profesional. la frontera de su ciudad fue su parlante del mundo. Allí escuchó por primera vez a Nat King Cole y Frank Sinatra, dos influencias inmensas en su carrera.
“La música del jazz siempre va no con el tiempo, sino adelante del tiempo. Va dejando una huella. Es lo que estamos dejando”, dijo el artista en su última entrevista este año. Como una premisa, honró siempre ese principio, esa forma de ver el jazz. Su huella empezó a quedar marcada desde 1954, cuando formó parte del primer disco de jazz grabado en su país que contaba con un repertorio que rendía homenaje a músicos locales y a las leyendas del género. Desde ese momento, el jazz se convirtió en el puente que le permitiría conectar con el mundo. En su primera gira conoció Grecia, Turquía, Francia, España, además de Brasil, Argentina, Colombia y Cuba.
Acababa la guerra y Conteras se radicaba en la ciudad. Trabajó en la radio y coincidió con artistas de muchos campos, es el caso de la leyenda cine mexicano Tin Tan, quien se convertiría en una de sus duplas creativas. Su camino en la música también se hizo fértil de la mano de orquesta de Luis Alcaraz, con quien conoció el merengue y se propuso hacerlo sonar en México.
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Ríguz fue su primera apuesta en solitario. Se trataba de un club nocturno donde tocaba jazz en compañía de quienes serían su futura orquesta: Tommy Rodríguez, Mario Patrón, Pablito Jaimes, Leo Carrillo y Héctor Hallal El árabe. Todo parecía iluminarse con su música. Los conciertos seguían sucediendo cada noche y eran más los asistentes al lugar.
Sin embargo, el hito que lo enmarcó como leyenda del jazz llegó en 1966, año en el que Contretas estrenó “Misa en Jazz”, interpretada en ese momento como un gesto de espiritual que conquistó más oídos dentro y fuera de México, sin imaginar que sonaría en el Vaticano. “Se dice que después de Dios es la música”, confesaba como un devoto del sonido el artista.
A los 97 años, falleció Tino Conteras. Un hombre que supo tejer un camino directo al cielo, a partir de la música. Las oraciones y los rezos están de más, Contreras tenía un lugar asegurado junto a la. divinidad, gracias al jazz.