A la víspera del 20 aniversario de los atentados más mortíferos de la historia, reivindicados por la organización yihadista Al Qaeda, el director de cine recordó como se había desplazado, "traumatizado", hasta los retos del World Trade Center dos meses después. "No sabía cómo vivir con aquello y sentí que tenía que ir allí y eso me ayudó", explicó en la presentación de la exposición "Wim Wenders: Photographing Ground Zero", abierta hasta el 9 de enero en el Museo Imperial de la Guerra de Londres.
"Quería que ese lugar me dijera algo, que me diera un mensaje. Y era un mensaje pacífico de esperanza", agregó. Wenders recuerda aún la luz del sol que se filtraba a través de los gigantescos esqueletos de las torres gemelas, entre las ruinas humeantes que yacían en un suelo cubierto por una gruesa capa de ceniza.
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"Apareció una belleza surrealista y lo tomé como una gran señal de esperanza de que estaba surgiendo algo hermoso", relató. "Mi cámara panorámica captó este increíble mensaje: aquí ocurrió algo terrible, infernal, pero por favor, que esto no se convierta en un terreno para más odio", agregó. "Que este lugar sea un símbolo de paz y curación para siempre".
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Director emblemático de clásicos del cine como "París, Texas" (1984), "El cielo sobre Berlín" (1987) y "Pina" (2011), Wenders se impuso como uno de los directores alemanes más conocidos de su generación gracias a su abundante obra, centrada en el paso del tiempo, la memoria y la pérdida. La fotografía, una gran pasión del director, comenzó a tener una creciente presencia en sus obras en la década de 2000, como en el drama sentimental "Llamando a las puertas del cielo" (2005).
Sus fotografías se han publicado y expuesto en todo el mundo.