El universo literario de Las cosmicómicas, de Ítalo Calvino es único y extraordinario. Publicado por primera vez en 1965, este libro nos lleva a un viaje alucinante a través del tiempo y el espacio, donde los personajes y las historias se entrelazan con la ciencia, la mitología y la filosofía de una manera verdaderamente mágica.
Calvino nos presenta una colección de doce relatos, cada uno protagonizado por Qfwfq, un personaje enigmático y eterno que se transforma a lo largo de las historias, adaptándose a las diferentes épocas y lugares. Desde la explosión inicial del Big Bang hasta el futuro lejano, Calvino explora la evolución del universo y la condición humana a través de los ojos de Qfwfq y su relación con otros personajes peculiares.
A medida que avanzamos por las páginas de "Todas las cosmicómicas", nos encontramos con episodios surrealistas y fantásticos que desafían nuestra comprensión del tiempo y la realidad. Calvino combina elementos científicos con una prosa poética y lírica, creando un estilo único que transporta al lector a lugares desconocidos y emocionantes.
Cada relato es una exploración profunda de los temas fundamentales de la existencia: el amor, la soledad, la búsqueda de significado y la conexión humana. A través de metáforas cósmicas y personajes excéntricos, Calvino examina las relaciones humanas y nuestras aspiraciones más profundas de una manera que solo un genio literario como él puede hacerlo.
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En relación a su escritura en Las cosmicómicas, expresó que buscaba explorar la relación entre la ciencia y la literatura, fusionando elementos científicos con la imaginación y la creatividad. Calvino quería mostrar cómo los avances científicos y los descubrimientos en el campo de la cosmología pueden ser una fuente inagotable de inspiración literaria.
Yo quisiera servirme del dato científico como de una carga propulsora para salir de los hábitos de la imaginación y vivir incluso lo cotidiano en los confines más extremos de nuestra experiencia"
El autor italiano afirmaba que la ciencia y la literatura, aparentemente opuestas, tienen una conexión intrínseca, ya que ambas buscan comprender y expresar la complejidad y el misterio del mundo. Calvino creía que la literatura podía abordar los temas científicos de una manera más personal y subjetiva, permitiendo al lector conectarse emocionalmente con conceptos abstractos y teorías científicas.
Calvino declaró que su objetivo era combinar la rigurosidad y precisión científica con una prosa lírica y poética. Quería transmitir la belleza y la maravilla del universo a través de su lenguaje, utilizando metáforas y descripciones evocadoras para capturar la vastedad y la complejidad del cosmos. Al final su pretensión consistía en explorar la naturaleza humana y las preguntas existenciales que nos planteamos en nuestra búsqueda de significado en el universo.
Uno de los aspectos más fascinantes de Las cosmicómicas es la forma en que Calvino juega con la ciencia y la ficción. Aunque los relatos están enraizados en conceptos científicos, Calvino no se adhiere estrictamente a las leyes físicas y, en cambio, crea un universo donde las reglas se doblan y se desafían. Esto permite al autor explorar la imaginación y las posibilidades infinitas de la narrativa, llevando al lector a un viaje emocionante e inesperado en cada página.
Además de su riqueza temática, Las cosmicómicas se destaca por la belleza de su prosa. Calvino tiene la capacidad de describir los paisajes y los sentimientos con una precisión y una delicadeza que cautiva al lector. Sus palabras pintan imágenes vívidas en la mente, creando una experiencia sensorial única y transportándonos a lugares exóticos y remotos.
"Muchos críticos han definido estos cuentos míos como un nuevo tipo de ficción científica. Ahora bien, yo no tengo nada en contra de la science-fiction, de la que soy –como todos– un apasionado y divertido lector, pero me parece que los cuentos de ficción científica están construidos con un método completamente diferente del de los míos. La primera diferencia, observada por varios críticos, es que la science-fiction trata del futuro, mientras que cada uno de mis cuentos se remonta a un pasado remoto, como si remedara un “mito de los orígenes”. Pero no sólo eso (…) Yo quisiera servirme del dato científico como de una carga propulsora para salir de los hábitos de la imaginación y vivir incluso lo cotidiano en los confines más extremos de nuestra experiencia; en cambio me parece que la ficción científica tiende a acercar lo que está lejos, lo que es difícil de imaginar, y que tiende a darle una dimensión realista".
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