La feria, que se celebrará del 25 de abril al 11 de mayo, tendrá como eje temático "las palabras del cuerpo", una invitación a ver el mundo "desde diversas perspectivas como la experiencia femenina, la diversidad sexual, la discapacidad, la violencia, la equidad, el pensamiento, el tiempo, la migración y el placer, entre otros"."El cuerpo es el primer territorio que habitamos, pero pocas veces nos detenemos a explorarlo en su complejidad. En la FILBo 2025, queremos que la literatura nos ayude a entenderlo más allá de lo biológico: como espacio de memoria, identidad y resistencia", afirmó la directora de la feria en la Cámara Colombiana del Libro (CCL), Adriana Ángel Forero.Con respecto a la participación española como país invitado de honor, el programa preparado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de España y Acción Cultural Española (AC/E) estará centrado en "una cultura para la paz, con los otros y con el planeta"."La paz no se reduce a la ausencia de guerra, a una tregua entre violencias. La paz es también un deseo de entendimiento, una voluntad de negociación de diferencias y desacuerdos, un horizonte de aspiración a la convivencia y un compromiso de cuidado del entorno natural que compartimos", manifestó el comisario designado por España para esta edición de la FilBo, Antonio Monegal, citado en el comunicado.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí. Tradición y lengua comúnSegún Monegal, Premio Nacional de Ensayo 2023, la próxima edición de la FilBo "no es una conversación sólo entre Colombia y España sino entre todos los países que compartimos lenguas comunes, tradiciones literarias, espacios culturales e historia"."Como en cualquier conversación, cada uno aporta sus experiencias, sus imaginarios, su memoria, desde miradas distintas de cada país", agregó Monegal.La representación española en la FilBo incluye a algunos de los escritores de gran impacto en la narrativa, la poesía y el ensayo que reflejan "la diversidad que caracteriza a su literatura actual".Entre esos autores destacan Marta Sanz, Premio Herralde de Novela y finalista del Premio Nadal, cuya obra indaga en la memoria y la identidad con una prosa incisiva, y Clara Usón, autora de 'La hija del Este', Premio Nacional de la Crítica, cuya más reciente novela, 'Las fieras', explora una generación marcada por la violencia y el conflicto político.También estarán Francesc Serés, ganador del Premio Nacional de Literatura de Cataluña; Ismael Ramos, una voz emergente de la poesía española por sus reflexiones sobre la identidad y el lenguaje, y Leire Bilbao, poeta en euskera, cuyo trabajo rescata la oralidad vasca con una mirada contemporánea.Otros autores internacionales invitados son Laura Restrepo (Colombia), Yolanda Arroyo Pizarro (Puerto Rico), Andrés Neuman (Argentina), Kim Un-su (Corea del Sur), Arianna de Sousa-García (Venezuela), Fritz Breithaupt (Alemania), Dorothée Elmiger (Suiza), Frank Báez (República Dominicana) y Mabel Moraña (Uruguay). Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Feria del Libro Bogotá (@filbogota)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El 12 de agosto de 2022, Salman Rushdie fue apuñalado en Chautauqua, Nueva York, mientras se preparaba para dar una conferencia sobre libertad de expresión. Su agresor, Hadi Matar, de 24 años, lo atacó con un cuchillo, causándole heridas graves que resultaron en la pérdida de la visión en un ojo y daños en un brazo.El ataque se relaciona con la fatua emitida en 1989 por el ayatolá Ruhollah Jomeiní, líder supremo de Irán, quien ordenó su asesinato por considerar que su novela Los versos satánicos era blasfema. Publicada en 1988, la obra es una narración que mezcla realismo mágico y literatura poscolonial, incluyendo una representación ficcionalizada del profeta Mahoma, lo que generó una fuerte reacción en sectores del islam radical.¿Qué es una 'fatua'?Una fatua es un pronunciamiento legal o religioso emitido por un erudito islámico en respuesta a una consulta sobre la sharía (ley islámica). Aunque en términos generales no tiene carácter obligatorio ni es necesariamente una condena de muerte, en algunos casos ha sido utilizada como una sentencia para justificar persecuciones o castigos extremos. En el caso de Salman Rushdie, la fatua fue emitida el 14 de febrero de 1989 y además se ofreció una recompensa por su asesinato, lo que desencadenó una ola de amenazas y ataques no solo contra Rushdie, sino también contra personas asociadas a la publicación del libro.Aunque el gobierno iraní se ha distanciado oficialmente de la fatua en algunos momentos, la sentencia nunca fue formalmente revocada y organizaciones iraníes han seguido respaldándola con recompensas económicas. El ataque de 2022 contra Rushdie demuestra que la amenaza seguía vigente más de tres décadas después de su emisión.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Desde la emisión de la fatua, Rushdie vivió bajo protección del gobierno británico y enfrentó amenazas constantes. La publicación del libro también provocó ataques contra traductores y editores. En 1991, Hitoshi Igarashi, el traductor japonés, fue asesinado en Tokio. Ettore Capriolo, el traductor italiano, fue atacado en Milán, pero sobrevivió. En 1993, William Nygaard, editor noruego, recibió varios disparos, aunque también logró sobrevivir. El ataque de 2022 reavivó el debate sobre los límites de la libertad de expresión y la censura religiosa. Rushdie había reducido sus medidas de seguridad en los últimos años, lo que facilitó el atentado.Otros escritores han sido atacados por razones similares. En 2004, el cineasta y escritor holandés Theo van Gogh fue asesinado en Ámsterdam tras dirigir Submission, un cortometraje crítico con el trato a las mujeres en el islam. La guionista, Ayaan Hirsi Ali, recibió amenazas de muerte y tuvo que exiliarse.La persecución contra escritores también ha ocurrido en regímenes autoritarios. En 2006, la periodista rusa Anna Politkóvskaya, crítica del Kremlin y de la guerra en Chechenia, fue asesinada en Moscú. En 2015, en Bangladés, varios escritores y blogueros secularistas fueron asesinados por grupos extremistas.El ataque a Salman Rushdie muestra que la censura y la violencia contra escritores continúan siendo un problema global. A pesar de las amenazas, Rushdie publicó en 2024 Cuchillo, un libro donde relata el atentado que sufrió. Su caso evidencia los riesgos que enfrentan los escritores en contextos de intolerancia y radicalismo.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Desde muy corta edad, quizá desde los cinco o seis años, supe que cuando fuese mayor sería escritor. Entre los diecisiete a los veinticuatro años traté de abandonar ese propósito, pero lo hacía dándome cuenta de que con ello traicionaba mi verdadera naturaleza y que tarde o temprano habría de ponerme a escribir libros.Era yo el segundo de tres hermanos, pero me separaban de cada uno de los dos cinco años, y apenas vi a mi padre hasta que tuve ocho. Por ésta y otras razones me hallaba solitario, y pronto fui adquiriendo desagradables hábitos que me hicieron impopular en mis años escolares. Tenía la costumbre de chiquillo solitario de inventar historias y sostener conversaciones con personas imaginarias, y creo que desde el principio se mezclaron mis ambiciones literarias con la sensación de estar aislado y de ser menospreciado. Sabía que las palabras se me daban bien, así como que podía enfrentarme con hechos desagradables creándome una especie de mundo privado en el que podía obtener ventajas a cambio de mi fracaso en la vida cotidiana. Sin embargo, el volumen de escritos serios, es decir, realizados con intención seria, que produje en toda mi niñez y en mis años adolescentes, no llegó a una docena de páginas. Escribí mi primer poema a la edad de cuatro o cinco años (se lo dicté a mi madre). Tan sólo recuerdo de esa “creación” que trataba de un tigre y que el tigre tenía “dientes como de carne”, frase bastante buena, aunque imagino que el poema sería un plagio de “Tigre, tigre”, de Blake. A mis once años, cuando estalló la guerra de 1914-1918, escribí un poema patriótico que publicó el periódico local, lo mismo que otro, de dos años después, sobre la muerte de Kitchener. De vez en cuando, cuando ya era un poco mayor, escribí malos e inacabados “poemas de la naturaleza” en estilo georgiano. También, unas dos veces, intenté escribir una novela corta que fue un impresionante fracaso. Ésa fue toda la obra con aspiraciones que pasé al papel durante todos aquellos años.Sin embargo, en ese tiempo me lancé de algún modo a las actividades literarias. Por lo pronto, con material de encargo que produje con facilidad, rapidez y sin que me gustara mucho. Aparte de los ejercicios escolares, escribí vers d’occasion, poemas semicómicos que me salían en lo que me parece ahora una asombrosa velocidad -a los catorce escribí toda una obra teatral rimada, una imitación de Aristófanes, en una semana aproximadamente- y ayudé en la redacción de revistas escolares, tanto en los manuscritos como en la impresión. Esas revistas eran de lo más lamentablemente burlesco que pueda imaginarse, y me molestaba menos en ellas de lo que ahora haría en el más barato periodismo. Pero junto a todo esto, durante quince años o más, llevé a cabo un ejercicio literario: ir imaginando una “historia” continua de mí mismo, una especie de diario que sólo existía en la mente. Creo que ésta es una costumbre en los niños y adolescentes. Siendo todavía muy pequeño, me figuraba que era, por ejemplo, Robin Hood, y me representaba a mí mismo como héroe de emocionantes aventuras, pero pronto dejó mi “narración” de ser groseramente narcisista y se hizo cada vez más la descripción de lo que yo estaba haciendo y de las cosas que veía. Durante algunos minutos fluían por mi cabeza cosas como estas: “Empujo la puerta y entró en la habitación. Un rayo amarillo de luz solar, filtrándose por las cortinas de muselina, caía sobre la mesa, donde una caja de fósforos, medio abierta, estaba junto al tintero. Con la mano derecha en el bolsillo, avanzó hacia la ventana. Abajo, en la calle, un gato con piel de concha perseguía una hoja seca”, etc., etc. Este hábito continuó hasta que tuve unos veinticinco años, cuando ya entré en mis años no literarios. Aunque tenía que buscar, y buscaba las palabras adecuadas, daba la impresión de estar haciendo contra mi voluntad ese esfuerzo descriptivo bajo una especie de coacción que me llegaba del exterior. Supongo que la “narración” reflejaría los estilos de los varios escritores que admiré en diferentes edades, pero recuerdo que siempre tuve la misma meticulosa calidad descriptiva.Cuando tuve unos dieciséis años descubrí de repente la alegría de las palabras; por ejemplo, los sonidos v las asociaciones de palabras. Unos versos de Paraíso perdido, que ahora no me parecen tan maravillosos, me producían escalofríos. En cuanto a la necesidad de describir cosas, ya sabía a qué atenerme. Así, está claro qué clase de libros quería yo escribir, si puede decirse que entonces deseara yo escribir libros. Lo que más me apetecía era escribir enormes novelas naturalistas con final desgraciado, llenas de detalladas descripciones y símiles impresionantes, y también llenas de trozos brillantes en los cuales serían utilizadas las Palabras, en parte, por su sonido. Y la verdad es que la primera novela que llegué a terminar, Días de Birmania, escrita a mis treinta años pero que había proyectado mucho antes, es más bien esa clase de libro.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíDoy toda esta información de fondo porque no creo que se puedan captar los motivos de un escritor sin saber antes su desarrollo al principio. Sus temas estarán determinados por la época en que vive -por lo menos esto es cierto en tiempos tumultuosos y revolucionarios como el nuestro-, pero antes de empezar a escribir habrá adquirido una actitud emotiva de la que nunca se librará por completo. Su tarea, sin duda, consistirá en disciplinar su temperamento y evitar atascarse en una edad inmadura, o en algún perverso estado de ánimo: pero si escapa de todas sus primeras influencias, habrá matado su impulso de escribir. Dejando aparte la necesidad de ganarse la vida, creo que hay cuatro grandes motivos para escribir, por lo menos para escribir prosa. Existen en diverso grado en cada escritor, y concretamente en cada uno de ellos varían las proporciones de vez en cuando, según el ambiente en que vive. Son estos motivos:1. El egoísmo agudo. Deseo de parecer listo, de que hablen de uno, de ser recordado después de la muerte, resarcirse de los mayores que lo despreciaron a uno en la infancia, etc., etc. Es una falsedad pretender que no es éste un motivo de gran importancia. Los escritores comparten esta característica con los científicos, artistas, políticos, abogados, militares, negociantes de gran éxito, o sea con la capa superior de la humanidad. La gran masa de los seres humanos no es intensamente egoísta.Después de los treinta años de edad abandonan la ambición individual -muchos casi pierden incluso la impresión de ser individuos y viven principalmente para otros, o sencillamente los ahoga el trabajo. Pero también está la minoría de los bien dotados, los voluntariosos decididos a vivir su propia vida hasta el final, y los escritores pertenecen a esta clase. Habría que decir los escritores serios, que suelen ser más vanos y egoístas que los periodistas, aunque menos interesados por el dinero.2. Entusiasmo estético. Percepción de la belleza en el mundo externo o, por otra parte. en las palabras y su acertada combinación. Placer en el impacto de un sonido sobre otro, en la firmeza de la buena prosa o el ritmo de un buen relato. Deseo de compartir una experiencia que uno cree valiosa y que no debería perderse. El motivo estético es muy débil en muchísimos escritores, pero incluso un panfletario o el autor de libros de texto tendrá palabras y frases mimadas que le atraerán por razones no utilitarias; o puede darle especial importancia a la tipografía, la anchura de los márgenes, etc. Ningún libro que esté por encima del nivel de una guía de ferrocarriles estará completamente libre de consideraciones estéticas.3. Impulso histórico. Deseo de ver las cosas como son para hallar los hechos verdaderos y almacenarlos para la posteridad.4. Propósito político, y empleo la palabra “político” en el sentido más amplio posible. Deseo de empujar al mundo en cierta dirección, de alterar la idea que tienen los demás sobre la clase de sociedad que deberían esforzarse en conseguir. Insisto en que ningún libro está libre de matiz político. La opinión de que el arte no debe tener nada que ver con la política ya es en sí misma una actitud política.Puede verse ahora cómo estos varios impulsos luchan unos contra otros y cómo fluctúan de una persona a otra y de una a otra época. Por naturaleza -tomando “naturaleza” como el estado al que se llega cuando se empieza a ser adulto- soy una persona en la que los tres primeros motivos pesan más que el cuarto. En una época pacífica podría haber escrito libros ornamentales o simplemente descriptivos y casi no habría tenido en cuenta mis lealtades políticas. Pero me he visto obligado a convertirme en una especie de panfletista. Primero estuve cinco años en una profesión que no me sentaba bien (la Policía Imperial India, en Birmania), y luego pasé pobreza y tuve la impresión de haber fracasado. Esto aumentó mi aversión natural contra la autoridad y me hizo darme cuenta por primera vez de la existencia de las clases trabajadoras, así como mi tarea en Birmania me había hecho entender algo de la naturaleza del imperialismo: pero estas experiencias no fueron suficientes para proporcionarme una orientación política exacta. Luego llegaron Hitler, la guerra civil española, etc.Éstos y otros acontecimientos de 1936-1937 habían de hacerme ver claramente dónde estaba. Cada línea seria que he escrito desde 1936 lo ha sido, directa o indirectamente, contra el totalitarismo y a favor del socialismo democrático, tal como yo lo entiendo. Me parece una tontería, en un periodo como el nuestro, creer que puede uno evitar escribir sobre esos temas. Todos escriben sobre ellos de un modo u otro. Es sencillamente cuestión del bando que uno toma y de cómo se entra en él. Y cuanto más consciente es uno de su propia tendencia política, más probabilidades tiene de actuar políticamente sin sacrificar la propia integridad estética e intelectual.Lo que más he querido hacer durante los diez años pasados es convertir los escritos políticos en un arte. Mi punto de partida siempre es de partidismo contra la injusticia. Cuando me siento a escribir un libro no me digo: “Voy a hacer un libro de arte”. Escribo porque hay alguna mentira que quiero dejar al descubierto, algún hecho sobre el que deseo llamar la atención. Y mi preocupación inicial es lograr que me oigan. Pero no podría realizar la tarea de escribir un libro, ni siquiera un largo artículo de revista, si no fuera también una experiencia estética. El que repase mi obra verá que aunque es propaganda directa contiene mucho de lo que un político profesional consideraría inmaterial. No soy capaz, ni me apetece, de abandonar por completo la visión del mundo que adquirí en mi infancia. Mientras siga vivo y con buena salud seguiré concediéndole mucha importancia al estilo en prosa, amando la superficie de la Tierra. Y complaciéndome en objetos sólidos y trozos de información inútil. De nada me serviría intentar suprimir ese aspecto mío. Mi tarea consiste en reconciliar mis arraigados gustos y aversiones con las actividades públicas, no individuales, que esta época nos obliga a todos a realizar.No es fácil. Suscita problemas de construcción y de lenguaje e implica de un modo nuevo el problema de la veracidad. He aquí un ejemplo de la clase de dificultad que surge. Mi libro sobre la guerra civil española, Homenaje a Cataluña, es, desde luego, un libro decididamente político, pero está escrito en su mayor parte con cierta atención a la forma y bastante objetividad. Procuré decir en él toda la verdad sin violentar mi instinto literario. Pero entre otras cosas contiene un largo capítulo lleno de citas de periódicos y cosas así, defendiendo a los trotskistas acusados de conspirar con Franco. Indudablemente, ese capítulo, que después de un año o dos perdería su interés para cualquier lector corriente, tenía que estropear el libro. Un crítico al que respeto me reprendió por esas páginas: “¿Por qué ha metido usted todo eso?”, me dijo. “Ha convertido lo que podía haber sido un buen libro en periodismo.” Lo que decía era verdad, pero tuve que hacerlo. Yo sabía que muy poca gente en Inglaterra había podido enterarse de que hombres inocentes estaban siendo falsamente acusados. Y si esto no me hubiera irritado, nunca habría escrito el libro.De una u otra forma este problema vuelve a presentarse. El problema del lenguaje es más sutil y llevaría más tiempo discutirlo. Sólo diré que en los últimos años he tratado de escribir menos pintorescamente y con más exactitud. En todo caso, descubro que cuando ha perfeccionado uno su estilo, ya ha entrado en otra fase estilística. Rebelión en la granja fue el primer libro en el que traté, con plena conciencia de lo que estaba haciendo, de fundir el propósito político y el artístico. No he escrito una novela desde hace siete años, aunque espero escribir otra enseguida.Seguramente será un fracaso -todo libro lo es-, pero sé con cierta claridad qué clase de libro quiero escribir.Mirando la última página, o las dos últimas, veo que he hecho parecer que mis motivos al escribir han estado inspirados sólo por el espíritu público. No quiero dejar que esa impresión sea la última. Todos los escritores son vanidosos, egoístas y perezosos, y en el mismo fondo de sus motivos hay un misterio. Escribir un libro es una lucha horrible y agotadora, como una larga y penosa enfermedad. Nunca debería uno emprender esa tarea si no le impulsara algún demonio al que no se puede resistir y comprender. Por lo que uno sabe, ese demonio es sencillamente el mismo instinto que hace a un bebé lloriquear para llamar la atención. Y, sin embargo, es también cierto que nada legible puede escribir uno si no lucha constantemente por borrar la propia personalidad. La buena prosa es como un cristal de ventana. No puedo decir con certeza cuál de mis motivos es el más fuerte, pero sé cuáles de ellos merecen ser seguidos. Y volviendo la vista a lo que llevo escrito hasta ahora, veo que cuando me ha faltado un propósito político es invariablemente cuando he escrito libros sin vida y me he visto traicionado al escribir trozos llenos de fuegos artificiales, frases sin sentido, adjetivos decorativos y, en general, tonterías.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Una potente trayectoria en la industria musical bastante desconocida en España, pero no tanto en EE.UU. "Creo que es un caso de esos muy español de no ser profeta en tu tierra", opina en una entrevista su sobrina, Belén Carreño.La periodista publica con la editorial Debate 'Ayer tuve un sueño. Manolo Díaz: Sesenta años de música pop en español'.La carrera de la española Rosalía ha pillado a Díaz ya con más de 80 años de vida, después de ser protagonista de la creación, hundimiento y transformación del millonario sector de la grabación y promoción de grupos y cantantes, tanto en España como en América Latina.Y lo hizo desde la base de Miami, donde se jubiló, ya entrados los setenta, como director de la Fundación Cultural Latin Grammy.Antes fue alto ejecutivo en Sony Music, Polygram o Universal, durante unas décadas en las que el productor, compositor e intérprete quiso dar a los artistas el tiempo y los recursos suficientes para desarrollarse o mutar, si era necesario.Esto es algo muy complicado en la actualidad, pero que la cantante española más popular del mundo, Rosalía, ha logrado imponer con su talento y capacidad de comunicación.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.De 'Black is black', su primer éxito, a Julio IglesiasDíaz comenzó la carrera musical como guitarrista de Los Sónor, pero pronto se da cuenta de que le gusta más estar entre bambalinas.El primer éxito como productor lo consigue con Los Bravos, los intérpretes de 'Black is black', a pesar del errático comportamiento del cantante Mike Kogel (Mike Kennedy)."Me dicen que es cleptómano, coprófago, hipocondríaco y hedonista, pero ni por esas cambio de opinión", asegura Díaz sobre la creación de Los Bravos, con los que se quiso "plantar cara" a Los Brincos y recrear en España el duelo entre The Rolling Stones y The Beatles.Los recuerdos de Díaz, ganador de un Grammy en 2022 por toda su trayectoria, son apoyados en el libro con numerosas fuentes y las voces de sus contemporáneos, entre ellas la de su amigo Julio Iglesias.Sigue hablando con él prácticamente a diario por teléfono y reconoce: "Manolo Díaz fue imprescindible para lanzar mi carrera europea. Sin él, conquistar esos mercados hubiera sido imposible".Iglesias protagoniza una jugosa anécdota entre las numerosas que salpican las 255 páginas del ensayo: ambos amigos cenaban con Bianca Jagger en un pequeño restaurante brasileño de París cuando apareció de malos modos su marido, Mick Jagger, lo que dejó lívido al cantante el resto de la noche.Miguel Bosé, agradecido"Sabía que Manolo era una figura muy importante en el sector, pero cuando hago el libro me doy cuenta de lo queridísimo que es en una industria especialmente llena de egos y de puñaladas. Hablas con gente en diferentes puestos, países, compañías discográficas, y solo pueden decir que Manolo era generosísimo, que ha intentado siempre hacer 'fair play' sin ser un tonto", detalla Carreño.Un cariño que también manifiesta por él Miguel Bosé, a pesar de que lo "invitaran" a irse de CBS a principios de los 80 cuando quiso cambiar de estilo de cantante para niñas a émulo español de David Bowie en 'Bandido'. "Fue el único, el único en la discográfica que salió en mi defensa", relata el cantante español.Una de las claves del éxito profesional de Manolo Díaz y su empatía con los artistas es que él mismo tocó en grupos y tuvo una efímera carrera como cantautor, aunque algunos tachan sus discos de "decepcionantes"."Me recuerda un poco a lo que se cuenta de Zara (marca española de ropa), que obliga a los directivos a empezar yendo a la tienda. En este caso fue natural, pero creo que a Manolo le facilita muchísimo saber desde producir un vinilo hasta estar subido a una escenario y a una furgoneta", reflexiona Carreño sobre su tío.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Su rebeldía y resistencia a la autoridad, unida a la búsqueda de cierta fama y notoriedad, le llevaron a pintar su nombre por todas las paredes de Filadelfia, su ciudad natal, desde donde expandió este movimiento a Nueva York y después al resto del mundo.En la conmemoración del 60 aniversario del nacimiento del grafiti contemporáneo, Darryl A. McCray, conocido internacionalmente como Cornbread, ha visitado Santiago de Compostela (noroeste de España) para participar en una conferencia y presentar su libro, 'Cornbread The Legend - Graffiti in Philadelphia (1965-1971)' (2024), con el que arranca una gira por Europa.El libro reúne recortes de periódico, dibujos, fotografías y entrevistas que ayudan a comprender la influencia y el legado del estadounidense, no solo en el grafiti, también en otros movimientos urbanos como el hiphop."Cambié el curso histórico de mi generación. Creé un movimiento artístico y un fenómeno global. Soy el primer artista grafitero del mundo moderno", dice Cornbread, que narra sus comienzos en Filadelfia y algunas de las anécdotas que le llevaron a adquirir fama mundial.Nació en 1953 y creció en el barrio de Brewerytown, en un ambiente problemático y con una infancia "nada fácil". Con 12 años fue enviado a un centro de detención juvenil, donde entró en contacto con distintas bandas; allí surgió el apodo que lo inmortalizó y con el que firmó diferentes lugares, creando lo que hoy se conoce como grafiti.Según explica, comenzaron a llamarle por ese curioso apodo por su insistencia en pedir pan de maíz en la cocina, ya que sentía nostalgia del que su abuela le preparaba cuando era niño.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíCon ese nombre pintó primero su camiseta y luego las paredes, marcando sin saberlo un fenómeno que se expandió por donde pasaba. "Nadie podía pararme. Lo veía como una manera de expresarme. Escribir mi nombre era mi forma de rebeldía", "descubrí que tenía un artista dentro de mí que quería expresarse" asegura el estadounidense.Tras salir del correccional, comenzó a firmar por distintos sitios de la ciudad, algo "novedoso" en aquel momento. El artista reconoce que lo que buscaba era "ser reconocido, dejar huella" y "salir en los periódicos".En 1971, relata, un periódico local anunció su muerte, al confundirle con Corelius Hosey, un muchacho que fue asesinado en una disputa entre bandas. McCray intentó subsanar el error sin resultados y decidió responder colándose en un zoo y pintando con su aerosol 'Cornbread lives' sobre un elefante, algo que aupó su popularidad.Aunque reconoce que en un primer momento lo que hacía se consideraba vandalismo, él siempre rechazó esa idea y afirma que el grafiti es un arte incomprendido.El grafitero dejó su marca en paredes, coches, trenes de carga e, incluso, llegó a estampar su firma en un avión privado de los Jackson 5. "Me convertí en el principal artista y pionero de grafiti del mundo gracias a esta notoriedad", rememora McCray, que defiende que el movimiento nació primero en Filadelfia y no en Nueva York como muchos piensan.La Gran Manzana fue quitando protagonismo a Filadelfia como epicentro de la cultura hiphop y en la década de los 80 del siglo pasado McCray regresó a su ciudad natal para ayudar a combatir el vandalismo. Ingresó en la Anti-Graffiti Network, que más tarde se convertiría en el Mural Arts Program, el mayor proyecto de arte urbano de Estados Unidos.Aunque opina que ahora el arte urbano se ha vuelto 'mainstream', asegura que es un arte que "nunca va a parar". Sobre quién va a ocupar su lugar, Cornbread señala a artistas como Banksy, el futuro del grafiti moderno.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En un desayuno informativo para presentar los datos del curso académico 2023-2024 previo a la reunión anual del Patronato, García Montero reconoció que conocer la desactivación del español de las redes sociales de la Casa Blanca fue "una noticia triste" más, tras el apoyo que Trump obtuvo en las elecciones por parte de la población latina."No ha cambiado de actitud (hizo lo mismo en su primer mandato) y ha vuelto a unir el español con la idea de que el español es una lengua de pobres y de inmigrantes" reprochó el director del Cervantes al presidente estadounidense.García Montero informó de que el Instituto estudia la creación de una extensión en Miami, para potenciar la cultura y la formación de profesores y propondrá que el próximo congreso internacional de la lengua española se celebre en Estados Unidos.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl responsable del Cervantes recordó que Estados Unidos es el segundo país de hispanohablantes, con 60 millones, e insistió en que los planes de la institución pasan por consolidar el prestigio del español como lengua de cultura "en el cine y la música latina, pero también como lengua de ciencia y tecnología".También se refirió a planes ya en marcha como una extensión del Instituto Cervantes en la universidad de Washington y la potenciaciación en el centro de Los Ángeles, en California, del español como lengua de ciencia y tecnología.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Este 28 de enero la Cámara Colombiana del Libro presentó el listado de los libros más vendidos en el país durante el 2024, teniendo en cuenta la información recolectada en las principales librerías y puntos de venta del país.La información para el listado publicado fue recolectada directamente en los puntos de venta por la firma Nielsen BookScan, entre los que se incluyen datos de ventas de librerías independientes, cadenas de librerías, librerías online y grandes superficies.En el listado figuran los treinta libros más vendidos en el país, divididos en tres grupos que corresponden a las categorías de ficción adulto, no ficción adulto y libro infantil y juvenil.En la primera categoría, ficción adultos, el listado lo encabeza En agosto nos vemos, obra póstuma del Nobel de literatura Gabriel García Márquez, que cuenta la historia de una mujer que visita la tumba de su madre una vez al año. El libro fue publicado en 2024, a propósito del aniversario número diez del fallecimiento del escritor, el 17 de abril de 2014.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.En segundo lugar, se encuentra una de las principales novedades de la pasada Feria del Libro de Bogotá, el regreso del escritor bogotano Mario Mendoza a la novela, Los vagabundos de Dios, obra de la que puede leer un fragmento en este enlace.El tercer lugar lo ocupa El Libro de Bill, con la versión de la historia del demonio que aterrorizó a los personajes del universo de Gravity Falls; este libro fue escrito por el autor y dibujante estadounidense Alex Hirsch. En la cuarta posición repite García Márquez con su obra cúspide, Cien años de soledad, seguido por La vegetariana, de la ganadora del Nobel de Literatura, Han Kang.Entre las casillas seis y nueve se encuentran títulos de autores internacionales: Romper el círculo, de la estadounidense Colleen Hoover y cuya película homónima se estrenó en el país en agosto pasado; La paciente silenciosa, de Alex Michaelides; el clásico El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry y La clase de griego, también de Han Kang.El listado lo completa El viento conoce mi nombre, novela de 2023 de la escritora chilena Isabel Allende que entrelaza dos historias de migración y supervivencia a lo largo de diferentes épocas.Por otro lado, en la categoría de libros de no ficción adultos se encuentran: Cómo hacer que te pasen cosas buenas, de Marian Rojas Estapé; Hábitos atómicos, de James Clear; Recupera tu mente, reconquista tu vida, de Rojas Estapé; Nexus, del historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari y El poder del ahora, de Eckhart Tolleun.El listado lo completan un tercer libro de Rojas Estapé, Encuentra tu persona vitamina; La psicología del dinero, de Morgan Housel; Este dolor no es mío, del autor Mark Wolynn; La riqueza que el dinero no puede comprar, del conferencista Robin Sharma y, por último, Deja de ser tú, de Joe Dispenza.En cuanto a los títulos preferidos en literatura infantil y juvenil, durante los doce meses del año, se destacaron en ventas: Terapia para llevar. 100 herramientas psicológicas para llevar mejor tu día a día, de Ana Pérez; Harry Potter y la piedra filosofal, de J.K. Rowling; Alas de sangre y su homónimo Empíreo 2, de Rebecca Yarros y en quinto lugar, Querida yo: tenemos que hablar, de Elizabeth Clapés.Están en este listado también: la segunda entrega de la saga de J.K. Rowling, Harry Potter y la cámara secreta; Colombia, mi abuelo y yo, de Pilar Lozano; otro texto de Pérez, Cuídate para crecer. 100 herramientas psicológicas para desarrollar la autoestima que mereces; las aventuras de Los compas y el fin del multiverso, de Mikecrack, El Trollino y Timba Vk y en la décima posición, Yolo Aventuras 3. Los impostores del espacio, de Yolo Aventuras.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La novela supone el regreso del carismático profesor de simbiología Robert Langdon, protagonista de El código da Vinci y de otros títulos como Ángeles y demonios, El símbolo perdido, Inferno y Origen.Con más de 250 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, las novelas de Dan Brown se han publicado en 56 idiomas.Brown hizo el anuncio de la publicación de El último secreto, que llegará de forma simultánea a las librerías de todo el mundo, en el programa matutino estadounidense 'Good Morning America' (GMA), de la cadena ABC.La trama sitúa a Langdon en Praga para asistir a una conferencia revolucionaria impartida por Katherine Solomon, una brillante científica con quien ha iniciado una relación y que está a punto de publicar un libro cuyos asombrosos descubrimientos sobre la conciencia humana prometen desafiar siglos de creencias consolidadas.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Pero un brutal asesinato desata el caos, y Katherine desaparece sin dejar rastro junto a su valioso manuscrito, según la sinopsis.Con un telón de fondo de "enormes castillos, imponentes iglesias, cementerios ancestrales y laberínticos pasajes subterráneos", Langdon debe recorrer Praga mientras se enfrenta a fuerzas desconocidas.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La novela fue el último esfuerzo del Premio Nobel de Literatura de 1982, quien falleció en Ciudad de México el 17 de abril de 2014 y cuyas cenizas reposan en Cartagena de Indias, ciudad amurallada del Caribe colombiano.La que para algunos es la obra cumbre de García Márquez, Cien años de soledad, publicada por primera vez en 1967, alcanzó el cuarto lugar de ventas, agregó la Cámara, con base en el sistema de registro de ventas en las principales librerías del país.Una adaptación de Cien años de soledad, la saga de la familia Buendía, fue estrenada en diciembre pasado en la plataforma Netflix como una superproducción que por primera vez en 57 años lleva a las pantallas del mundo el universo mágico de Macondo y la "belleza poética" del libro.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El también autor colombiano Mario Mendoza (Bogotá, 1964) con Los vagabundos de Dios ocupó el segundo lugar de los más vendidos en el país en 2024.La tercera plaza fue para El Libro de Bill, del escritor estadounidense Alex Hirsch (California, 1985), mientras que el quinto puesto en ventas fue para La vegetariana, de la escritora surcoreana Han Kang, que el año pasado ganó el Premio Nobel de Literatura.Para elaborar el listado de los libros más vendidos en el país la Cámara Colombiana del Libro tuvo la colaboración de Nielsen BookScan.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En tiempos de alambradas, redadas y discursos inflamados, la migración sigue siendo uno de los ejes cardinales de nuestra época. La reciente ola de deportaciones de ciudadanos latinoamericanos por parte del gobierno de Donald Trump no es más que el último capítulo de una historia de desarraigo y resistencia que se extiende a lo largo de los siglos. Más allá de las cifras, la migración es, ante todo, una experiencia humana, un tránsito entre lo que se deja atrás y lo que aún no se alcanza. La literatura, con su capacidad de hurgar en las profundidades del ser, ha sabido captar la esencia de esta experiencia con una sensibilidad que las estadísticas jamás podrán igualar.A continuación, cinco libros que abordan la migración desde perspectivas íntimas y políticas, obras que interrogan nuestras nociones de identidad, pertenencia y frontera con una profundidad que desafía los discursos simplistas."American Dirt" de Jeanine CumminsUna novela que generó tanta controversia como interés, "American Dirt" sigue la historia de Lydia Quixano Pérez, una librera de Acapulco que se ve obligada a huir con su hijo después de que un cártel de la droga asesina a su familia. La obra explora las vicisitudes del trayecto migratorio hacia Estados Unidos, exponiendo la vulnerabilidad de quienes intentan cruzar una frontera que se ha convertido en sinónimo de desesperación y esperanza. A pesar de las críticas sobre la legitimidad de la autora para narrar esta historia, el libro plantea preguntas fundamentales sobre la experiencia del migrante y la empatía en la ficción contemporánea."The Devil’s Highway" de Luis Alberto UrreaEste relato de no ficción, basado en hechos reales, narra la tragedia de un grupo de migrantes mexicanos que en 2001 intentaron cruzar el desierto de Arizona y cayeron en las garras del infierno: temperaturas letales, traficantes inescrupulosos y una política migratoria despiadada. Urrea, con su prosa incisiva y poética, desnuda las múltiples aristas de la migración clandestina y retrata con aguda sensibilidad la intersección entre política, economía y humanidad."La fila india" de Antonio OrtuñoDesde una perspectiva más ácida y crítica, Ortuño construye en "La fila india" una novela que expone la corrupción institucional, el racismo y la violencia estructural que enfrentan los migrantes centroamericanos en su paso por México. Con una narradora mordaz y un ritmo que no da tregua, la novela plantea preguntas incómodas sobre el papel de los gobiernos y las sociedades que se benefician y, al mismo tiempo, marginan a quienes huyen de la miseria y la violencia."El río" de Wade DavisAunque no es una obra de ficción sobre migración en el sentido más convencional, "El río" de Wade Davis ofrece una exploración antropológica y filosófica sobre las migraciones forzadas, la pérdida de tradiciones y la destrucción de ecosistemas. Davis, con su ojo de etnógrafo y su pluma de poeta, nos invita a reflexionar sobre la migración como una constante humana ligada a la supervivencia y la memoria."Los niños perdidos" de Valeria LuiselliEn esta crónica íntima y estremecedora, Luiselli sigue el rastro de los menores migrantes centroamericanos que viajan solos hacia Estados Unidos, enfrentando la indiferencia burocrática, la violencia y el desarraigo. Con un estilo que combina la denuncia con la reflexión filosófica, la autora mexicana logra humanizar una crisis que con demasiada frecuencia se reduce a cifras y estereotipos.Cada uno de estos libros, en su singularidad, invita a mirar la migración no como un problema a resolver, sino como una realidad compleja que exige ser comprendida en toda su dimensión. Frente a la retórica del miedo y la exclusión, la literatura emerge como un faro de empatía y entendimiento, recordándonos que las verdaderas fronteras son las que se trazan en la mente y en el corazón.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.