"Estábamos hablando de la historia de Colombia y llegamos a la conclusión de que (...) estas reflexiones ganaban en ser compartidas", explicó Betancourt, quien estuvo secuestrada por la disuelta guerrilla de las FARC desde 2002 hasta 2008, cuando la liberaron tropas colombianas en momentos en que Santos era ministro de Defensa.
Santos y "yo queríamos entregar unas claves de reflexión (...) Es un libro específicamente importante para la coyuntura de hoy, de la actualidad colombiana, una mirada que nos permite nutrirnos del pasado para saber qué está pasando", dijo la franco-colombiana de 59 años.
Como antigua rehén y simpatizante del pacto de paz que acabó en 2016 con un conflicto de más de medio siglo con las FARC, "Ingrid encarnaba algo que el mundo necesita, que es la capacidad de perdonar, de reconciliarse, de dejar a un lado los odios (...) y le dije: 'Escribamos esto, porque es un mensaje de esperanza'", dijo de su lado el expresidente colombiano (2010-2018).
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En el libro, cuyo germen estuvo en un encuentro en Oxford entre ambos justo antes de la pandemia, van pasando revista a los diferentes acontecimientos que moldearon el presente de su país de los que fueron testigos privilegiados, desde que Betancourt fue asesora de Santos cuando este era ministro de Comercio Exterior a principios de los noventa.
"Tenemos diferencias en muchos puntos de vista de lo que nos ha sucedido o experiencias que hemos tenido los dos desde ángulos diferentes, pero sí hay comunes denominadores que nos unen muchísimo", explicó Santos en rueda de prensa en Madrid.
Una buena parte de los diálogos que nutren el libro, que fueron moderados por el escritor Juan Carlos Torres, abordan el secuestro de Betancourt y la Operación Jaque, el operativo que la rescató con otros 14 rehenes el 2 de julio de 2008. El texto tiene "esa parte de emoción casi cinematográfica", dijo Santos al recordar el día del rescate cuando esperaba en una base militar: "Cuando entré al avión, la primera persona que estaba enfrente era Ingrid, y ese abrazo (que le di) todavía la sangre me hierve, porque fue uno de los momentos más emocionantes".
"Salimos (del avión), la tomé de la mano, le pregunté qué quería, y me dijo que un cigarrillo y un yogur; entonces nos sentamos en un andén a fumar un cigarrillo y a comer un yogur", señaló Santos.
Betancourt recuerda con emoción que Santos le dijo "te tengo una sorpresa" y le pasó el teléfono para que hablara con su madre tras años de secuestro. "Es increíble que a Juan Manuel y mí nos haya tocado vivir tantas cosas fuertes juntos", dijo Betancourt, recordando que fue ella quien llamó a Santos, cuando todavía era madrugada en Colombia, para avisarle "que se había ganado el Premio Nobel de la Paz" en 2016.