Mario Vargas Llosa figuró como titular último de Melek Investments, una sociedad offshore registrada en 2015 en las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal. La compañía fue utilizada, de acuerdo a la documentación, para gestionar el dinero proveniente de los derechos de autor de sus obras y la venta de varios inmuebles en Madrid y Londres. En el momento de su creación, según la agencia literaria Carmen Balcells, a cargo de la representación del premio Nobel de Literatura, Vargas Llosa no residía ni en España ni en Perú, los dos países de los que tiene nacionalidad. Cuando se hizo residente fiscal en España, en 2017, la cartera de inversión ya estaba a su nombre, y no al de Melek Investments, y fue declarada a las autoridades fiscales.
La sociedad estaba valorada en 1,1 millones de dólares, según los datos desvelados en la investigación que ha llevado a cabo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). Vargas Llosa, de 85 años, usó esta compañía para canalizar los ingresos por sus derechos de autor y para vender sus inmuebles en Londres y Madrid.
Sin embargo, en una carta a El País de España, sostiene que nunca utilizó la sociedad Melek Investments y que igualmente desconocía que su propiedad hubiera sido traspasada a dos ciudadanos rusos la víspera de recibir el Premio Nobel. El escritor recuerda que ya pidió a sus abogados que desmintieran las informaciones derivadas de los llamados Papeles de Panamá que apuntaban a que se deshizo de la sociedad antes de ser galardonado. “Es totalmente inexacto”, dice con rotundidad.
Vargas Llosa concluye la carta: “Aunque no siempre estoy de acuerdo con los impuestos elevados, siempre he cumplido con las leyes, como solemos hacer los liberales de verdad”.