La semana pasada se llevó a cabo el XIV Foro Atlántico ‘Iberoamérica: Democracia y Libertad en tiempos recios’, celebrado en la Casa de América de Madrid. El evento contó con varias personalidades como el escritor peruano Mario Vargas Llosa; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; el político y líder de la oposición en Venezuela, Leopoldo López; el historiador mexicano Enrique Krauze; la política y exministra española Ana Palacio y el expresidente de Argentina, Mauricio Macri;, además, en el panel participaron cuatro mandatarios de la región: los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou; de Colombia, Iván Duque; de Ecuador, Guillermo Lasso; y de Chile, Sebastián Piñera.
Durante la intervención del Nobel, este aprovechó para referirse con vehemencia sobre un presunto “fraude en mesa” hecho por el partido Fuerza Popular y además, acusando al Gobierno de Francisco Sagasti de “tomar partido” por el candidato de izquierda, Pedro Castillo, en las recientes elecciones presidenciales del Perú cuyo resultado -que no se ha oficializado aún a más de un mes de los comicios- dejó a Castillo, con el 50,12% de los votos, por delante de la opción ultra conservadora que representa Fujimori, quien con el 49,87% de las votaciones ha pedido la anulación de las actas. “Esta posición muestra hasta qué punto la oposición al Gobierno, porque claramente el Gobierno ha tomado partido en estas elecciones por el candidato aparentemente humilde, de los sectores más desfavorecidos del país, una imagen que se ha repetido internacionalmente y que, en cierta forma, patrocina las informaciones que leen los ciudadanos prácticamente en todo el mundo”, manifestó.
“Claramente el Gobierno ha tomado partido en estas elecciones por el candidato aparentemente humilde, de los sectores más desfavorecidos del país. Digo aparentemente porque es clarísimo que esta versión no es una versión exacta”, afirmó con contundencia. Para el Nobel de Literatura de 85 años, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 6 de junio no fue una lucha entre “la hija de un dictador como es Keiko Fujimori” y Pedro Castillo, sino una lucha entre la “libertad democrática y el totalitarismo”. No obstante, este reconocido escritor, que ha jugado un rol activo en la campaña electoral antes y después de las elecciones, dando un fuerte respaldo a Keiko Fujimori y advirtiendo sobre los riesgos de una victoria de Castillo, ha levantado todo tipo de reacciones en ese país después de su participación en este evento.
Debido al respaldo de los partidos políticos que apoyan a Keiko Fujimori en esta segunda vuelta, así como también el respaldo de lo que el novelista calificó como un “pueblo movilizado”, Vargas Llosa señaló que estas acusaciones de fraude deben ser atendidas. “Creo que es una prueba contundente que hay un favor que se manifiesta fundamentalmente en la segunda vuelta a favor de Pedro Castillo y que todo lo que se haga para frenar esa operación turbia que va contra la legalidad, en contra de la democracia, está perfectamente justificado. Es una exposición que tiene el aval de todos los partidos políticos democráticos peruanos”, agregó nuevamente.
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Para el novelista, actualmente en el Perú está en debate “la democracia y la libertad”, por un lado, “y, de otro lado, el autoritarismo, el totalitarismo, representado ejemplarmente por Venezuela. Son los partidos que luchan por la democracia, por la libertad y que son conscientes de que si el candidato que representa el Gobierno peruano toma realmente el poder, la democracia y la libertad habrán desaparecido del Perú, como ha ocurrido en Venezuela, en Cuba, en Nicaragua”, dice.
Cabe recordar que en otro momento, Mario Vargas Llosa había cuestionado el papel del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), al señalar que la autoridad del ente electoral ha sido puesta en duda por “muchos peruanos”. “No todas las noticias que vienen de América Latina son alentadoras. Ha sido una sorpresa en el Perú la aparición de este candidato que aparentemente, (Pedro) Castillo, va, según las informaciones que aparecen en los diarios, en las revistas, en las televisiones, liderando las elecciones, promovido por un Jurado Nacional de Elecciones cuya autoridad ponen en dudas muchos peruanos”, aseguró.
No obstante, actualmente las elecciones de ese país están bajo revisión de la JNE, que ha empezado ya a declarar infundadas las acusaciones del escritor, mientras que Keiko Fujimori, aspirante de Fuerza Popular, ha iniciado una campaña judicial para intentar revertir la situación. A su vez, las misiones diplomáticas de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) o la Unión Europea (UE), entre otras instancias internacionales, han descartado cualquier irregularidad en el proceso.
El viraje de izquierda a derecha
"No puede haber un lenguaje liberal si el pensamiento de la sociedad que lo produce no lo es", escribió Roland Barthes alguna vez. Y no es broma cuando se intenta argüir alguna duda sobre quién es Mario Vargas Llosa. Ya todo pareciera estar dicho sobre él. Además ser ser un octogenario acérrimo defensor de la lengua española y de haber escrito un importante número de obras entre las que se hayan novelas y ensayos, algunas de ellas las más importantes de nuestro tiempo y por lo cual ganó el Premio Nobel en 2010, es uno de los principales promotores del liberalismo en Latinoamérica quien ha gustado siempre participar del debate público.
Su aventura definitiva en el mundo político comenzó el 28 de julio de 1987, cuando escuchó en la radio a Alan García, presidente de Perú, anunciar su decisión de nacionalizar el sistema financiero del país: bancos, financieras y aseguradoras. La medida del entonces presidente generó un giro tan radical para el novelista que lo obligó a rebelarse, una vez más, contra el poder establecido. Al cabo de un mes, Vargas Llosa ya había fundado el Movimiento Libertad y se convirtió en candidato a la presidencia por el Frente Democrático. Aunque su proyecto era convertir a Perú en una democracia liberal y de liderar todas las encuestas, perdió las elecciones en segunda vuelta ante su contrincante, Alberto Fujimori.
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Vargas Llosa es un intelectual singular que ha evolucionado políticamente desde las simpatías revolucionarias de su juventud expresada en algunas obras suyas como "La fiesta del chivo" y "La ciudad y los perros", hasta un liberalismo desprovisto de "Contra viento y marea" o en su más reciente novela, "El llamado de la tribu", en la que no oculta su propósito ideológico y pedagógico, sino que reflexiona sobre el economicismo de ‘La riqueza de las naciones’ de Adam Smith y constituye un alegato en favor de un liberalismo que no se queda en los límites de la doctrina y que explica, por ejemplo, la ruptura emocional del escritor con el castrismo por el encarcelamiento del poeta cubano Heberto Padilla.
Sin embargo, a pesar de ser un destacado portavoz del neoliberalismo en Latinoamérica, al escritor se le señalan de varios guiños condescendientes a quienes, según su criterio, defiende sin importar cuanta contradicción pudiese darse. Por ejemplo, en una entrevista para la televisión nacional peruana, comparó en su momento a Ollanta Humala con el SIDA, y a Keiko Fujimori -a quién hoy respalda- con el cáncer terminal. Además, aunque Vargas Llosa respaldó fervientemente el Proceso de Paz que adelantó el gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc en La Habana, durante las pasadas elecciones, de manera arbitraria respaldaba ahora a los opositores de dicho Acuerdo.